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Si no pudiera decir que me gustas por Sthephannia

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Notas del capitulo:

¡Séptimo capítulo!

Como siempre quiero dar las gracias a todos los que me dejan su fiel rewiew que contestaré todos y cada uno de ellos siempre *w* me animan mucho a seguir obsesivamente escribiendo la historia.

Analicé los caps y los días, practicamente actualizo dos capítulos diarios ¡que guay soy! okno 

Sin más que decir que disfruten el capítulo ^^  los siguientes se pondrán problemáticos q.q...

El timbre había sonado, me apuré al salón a buscar mis cosas, había aquellos días donde traía mi mochila al patio trasero, pero esta vez no era de aquellas ¡qué distraída! El salón estaba vació, corrí a mi puesto en el rincón, agarré mi mochila y salí de éste… ¡El libro! Me devolví al puesto ¡¡que distraída otra vez!! Agarré el enorme libro debajo de la mesita, con el peso y el apuro se me cayeron los demás, empecé agarrar los papeles de manera desordenada que habían volado y uno de estos llamó mi atención.

¿Una carta? Pensé, la voltee y miré el destinatario, pero no había nombre alguno ¿estaría debajo de mi mesa? Lo guardé en mi mochila y me encontré con Nicco a la salida del edificio principal

-¡Push me! ¡And then just touch me! ¡Do I can’t get my..!- Aquí vamos otra vez-¡Satisfaction! ¡Satisfaction! – Cantaba a todo pulmón Nicco mientras nos dirigíamos a la salida del colegio.

La miré seria, moví mi palma en círculos e imité voz saliendo de mis labios con los dedos (¿por qué cantas eso?)

-Envidiosa –dijo mirándome de reojo con una pícara sonrisa- todo porque tú no puedes cantar.

Moví mis manos entrelazando el medio y el anular tapándome los oídos.

-¡lo sé! Está bien, sé que soy desafinada, no tanto como para que prefieras ser sorda a escuchar mi hermosa voz –me empujó levemente con su costado mientras me reía.

Llegamos a la salida, tome el meñique de Nicco con el mío, puse mi rostro en su hombro un momento, quizás segundo muy largos como para ser una despedida normal y le besé la mejilla.

-Nos vemos Arly –esbozó Nicco con su típica sonrisa que tanto me enloquecía.

Me di vuelta, sentía en mi espalda los ojos de Niccole, odiaba salir del establecimiento donde podíamos estar  juntas todos los recesos, separarme de ella era una leve tortura hasta que podía conversarle por Skype, sin ella junto a mí, sentía que el mundo volvía a dejarme de lado, sentía que mi voz desaparecía.

-¿cómo estás cariño? Preguntó mi mamá dándome un fuerte abrazo- Hueles a…-dijo posando su nariz en mi hombro violentamente aspirando fuerte- bebida y estás pegajosa, tendré que lavarte el uniforme, dame eso –me saqué la chaqueta y se la entregué a mi mamá- ¿qué te paso? –dijo horrorizada ¡cálmate mamá!

Le escribí sobre la libreta que tenía en la mesa.

“tuve un accidente hoy, un chico me chocó y su bebida me cayó encima”

Refunfuño con mala gana, y me dirigí a cambiarme ropa, sí, había pasado aquello, debería estar enojada con mucha razón, pero no lo estaba en lo absoluto y sonreía al recordarlo.

***

-yo le dije, mamá si crees que voy a ponerme ese traje ¡estás equivocada! –Me contaba Nicco en el último receso mientras caminábamos por los pasillos-  y ¡¿quieres saber lo que dijo?! –Enfatizaba muy dramáticamente- Niccole  ¡deberías aprender a vestirte mejor! Tu hermana nunca se queja…y yo ¡argh!...

-¡Me la debías Thomas! –escuchamos un fuerte grito masculino.

Seguido de aquello justo al cruzar al otro pasillo un chico nos golpeó de lleno, venía corriendo y como yo estaba más cerca, el impacto de su cuerpo hizo que me desestabilizara y cayera al piso estruendosamente; me había dolido y mi cuerpo hizo que Nicco perdiera el equilibrio, pero ella me levantó rápidamente a la mirada de todos los presentes.

-¡Ten más cuidado imbécil! –fue lo que dijo Nicco, antes de plasmarle un enorme golpe al chico en la mejilla luego que este se levantara devolviéndolo al piso.

-¡ah! Disculpa –me miró con susto- ¡Lo siento Navit! –se levantó y corrió lejos.

Niccole abrió los ojos de par en par ¡Le había dicho Navit! No pude evitar sonreír y ella me miró indignada.

-No te rías –susurró y seguido empezó a reírse, esa era la primera vez que la veía sonreír al ser llamada Navit, no por honor claramente, sólo digamos que la situación se dio de esa manera.

***

Estaba en mi habitación, veía todos los objetos que Niccole había tocado la semana pasada, como si se hubiesen impregnado de ella; prendí mi computador y abrí el Skype, pero Niccole aún no se conectaba, así que me quedé escuchando música y leyendo.

 

 

-¿Se puede saber porque haces tanto ruido? –preguntó su fría figura apoyada con soberbia en la puerta.

-¿Se puede saber quién te dio permiso para entrar en mi habitación?- respondió Niccole sin mirarla, buscando en su habitación cierto objeto sin dejar de moverse.

-Estás rara últimamente hermanita ¿se te olvidaron las pastillas otra vez? –dijo Navit riendo.

-¿Por qué no te vas con tus falsas amiguitas y me dejas tranquila? –Se paró molesta.

-¡ahhh! –exclamó con ironía.

-Navit, no me molestes –la miró directamente a los ojos, podía sentir el hielo entre sus venas, aquella sensación que su propia hermana le hacía sentir.

-¿Molestarte? Tú eres quien se molesta sola –su expresión era neutra, demasiado como para quedarse pensando si estaba fingiendo o no.

-¿qué quieres? –dijo molesta.

-volvemos al principio –susurró con la mirada sarcástica.

Niccole la miró unos segundos, recordó en un instante cuando Navit era aquella chica que siempre la protegía, le daba consejos y la cuidaba, no pudo evitar sentir nostalgia.

-Mira… la última vez que te conté una de mis dudas, lo primero que hiciste fue ir a tirarte al chico que me gustaba, así que no creas que voy a darte la facilidad para destruirme otra vez-se acercó a ella amenazante.

-¿Aún sientes rencor por eso? ¡Oh vamos! –Rió- no conocía esa faceta de ti Niccole.

-Por favor vete de mi habitación –la empujaba fuera.

-¡jaja! Cálmate hermanita –dijo Navit abrazándola.

-Suéltame –forcejeaba.

-Lo último que deseo es que estés mal, tienes una idea equivocada de mí –dijo fingiendo una inocente sonrisa mientras le agarraba el brazo.

-¡ah! Y yo voy y me la creo –le quitó la mano de su cuerpo de manera violenta.

-Tu sangre corre por mis venas ¿cómo voy a querer hacerte daño? –la mantenía abrazada a la fuerza.

-Cambiaste Navit, te volviste un puto monstruo.

-Niccole no seas rencorosa –dijo con el rostro sonriendo.

-¿Necesitas algo? Ya vete –la estaba empujando.

-¿Sabes? Últimamente no te he visto en los recesos –dijo posando su índice en los labios.

-¿y tú cuándo me has visto? Si lo único que ves es a ti misma –Niccole le dedicaba una mirada de pocos amigos.

-Antes solía verte deambulando en los pasillos ¿eh?

-¿para qué? Para que los idiotas me confundan contigo, no gracias –se cruzó de brazos.

-¡Oh deberías sentirte halagada!

-Eres tan desagradable Navit –rió con ironía.

-No deberías insultarme, vengo a decirte algo –dijo sentándose cómodamente en la cama de Niccole.

-Te escucho, víbora- Navit le hizo un gesto que cerrara la puerta y Niccole lo hizo con un portazo, no le agradaba que Navit estuviera en su habitación, pero era muy poco usual que ésta viniera.

-Ignoraré lo de víbora ya que ando de buen humor… verás Niccole, uno de mis compañeros de clase está interesado…-se miraba las uñas- en tu amiga… -dijo riendo penetrándola con aquella mirada, el corazón de Niccole se enfrió, o al menos así lo había sentido, aun así sabía que no debía perder ante las palabras de su hermana.

-¿y tú como sabes eso? –dijo fingiendo con indiferencia.

-Es mi amigo, me preguntó por ella ya que tú eres mi hermana y su amiga- dijo riendo.

-¿ya, y?-Nicco apresaba la curiosidad

-¡ah! -rió- ¿no estás asustada? –dijo con palabras burlescas.

-¿y por qué debería estarlo? –dijo, pero sabía perfectamente aquellas razones, si bien no estaba asustada como a su hermana le hubiera gustado, había una pequeña alarma dentro de sí que estaba alocada.

Navit alzó una ceja, se levantó con delicadeza de la cama, rodeó a Niccole que seguía inmóvil al medio de la habitación, la abrazo por detrás y le susurró al oído:

-Pues deberías… ¿o vas a negarme que te gusta? –dijo lento, sus ojos se abrieron de par en par, sentía los brazos de su hermana en su cuerpo ¿era mala señal? Era la primera vez que Navit la había asechado tanto, pero no debía perder.

-¿y tú de dónde sacaste eso? –se giró indiferente.

-¿entonces no vas a negarlo? –sonrió, sabía que la había atrapado.

-¿te importa acaso? –dijo mirándola enojada- ¿o vendrás a burlarte o tirártela?

-¡hey! Por favor para con esa actitud, si te aviso es para que hagas algo, antes que te la quiten.

-¡¿Acaso crees que Airlynne es un objeto?! –la empujó con tanta fuerza que Navit casi pierde la estabilidad.

-vamos linda sólo estate alerta- dijo cerrando la puerta detrás de sí, había logrado inquietar a Niccole, pero sus intenciones no eran claras.

-¡joder! –gritó Niccole lanzando fuertemente su cojín a la puerta.

 

Estaba terminando mi tarea de literatura, mantenía los audífonos sobre mi cabeza, escuchaba la canción que Nicco me había cantado con sus manos… si bien no era algo totalmente romántico, me encantaba la letra sutil y hermosa.

-Airlynne –llamó mi madre a la puerta, por suerte el volumen no era lo suficientemente alto como para que no me dejase escuchar.

Abrí la puerta.

-¿aún estás vestida así? –miré mi ropa ahh ¿sí? –ve a bañarte.

¡Olvidé bañarme! Quería conversar con Nicco tan rápido que olvidé hacerlo, de seguro mi cuerpo aún está pegajoso ¡ahh que asco!

Bajé al baño, me quité la ropa dentro de éste, abrí la llave y el vapor caliente inundo rápidamente toda la habitación, metí mi cuerpo al caliente líquido; me quedé un rato en la tina, con el jabón intentaba quitarme el olor a bebida de fresa, pasaba mis manos por todo el cuerpo; Nicco tiene razón, sí que estoy paliducha, miré mi cabello como flotaba sobre el agua, las ondas que creaban me parecían adorables, sin querer la vista se posó en mis pechos, los miré analíticamente, recordé que antes de ayer a Nicco…ah.. Sentía un pequeño hormigueo en el cuerpo ¿qué es esto?

***

-Tengo educación física ¿y tú? –preguntó Nicco mientras nos devolvíamos a nuestro respectivos salones.

Empecé a contar con los dedos junto al pulgar.

-ah mátes –dijo con una cara de asco terrible.

Giré mis dedos con incertidumbre, hice un gesto de altura con mi mano y contraje mis brazos.

-¿segura que no vino el profesor? Entonces tendrán  libre ¿me acompañas?- sonreía.

Hice círculos con mi palma.

-A cambiarme, no quise ponerme el buzo en la mañana entonces lo traje sólo para esta clase –me tomó de la mano y nos fuimos a los vestidores, mi corazón se alocaba cuando hacía eso, sentía sus dedos entre los míos, el calor de su piel.

Dentro de los vestidores habían unas compañeras de Nicco, que sólo nos dirigieron miradas desagradables, pude reconocer claramente a dos que eran unas que seguían a Navit a más no poder, a Niccole parecía no importarle, pero me contó que al principio no fue fácil adaptarse a esa clase, ya que su hermana estaba en la otra, aunque con el tiempo mientras más alejada estuviera de Navit se sentiría mejor.

-Ven –me susurró- no me gusta que esas zorras me miren- auchh Nicco ¿desde cuándo ese lenguaje?

Estábamos detrás de los casilleros, aquel pasillo de las duchas, es estrecho.

-Sostenme esto –dijo aventándome su chaqueta a la cara, me lo quité con violencia y a Nicco le hizo gracia ¿Cuál era su afán de molestarme?

Nicco se quitó un zapato y una media con una dificultad increíble, a tal punto que empecé a sonreír ¡¡se veía tan chistosa!!

-ah…no te rías –jadeaba al sacarse el segundo zapato, Nicco si desataras los cordones sería más fácil ¿no crees?- listo –dijo agitada, sin mencionar que se resbalaba por la loseta.

Se quitó la corbata y me la lanzó ¿qué eres stripper o qué? Desabotonó lentamente su blusa, mi cuerpo sintió un ligero escalofrío, espera ¡espera! Se supone que no debo mirar… ¿o da igual? ¡Es decir! También soy mujer, pero ahh pero…

Iba por el último botón, bajó delicadamente su blusa por los hombros, me sonroje mucho, si pudiera explicarlo con palabras, difícil existirían las correctas, Nicco tenía un cuerpo muy bonito, más que eso, era precioso, su tono de piel bronceadito, bueno cualquier chica sería bronceada a mi lado, miré su cintura ¡que hermosa curva! Recorrí su tórax con mis ojos, estaba embobada…era la primera vez que veía el cuerpo de otra chica así tan cerca de mí, tenía un sujetador de color carmesí ¿es mi idea o era una talla menor?  Sus pechos se veían voluminosos ¡¿por qué la miro tanto?!

-Tenme esto –se acercó a pasarme su blusa, veía como se le inflaba el pecho ya que respirada agitada un poco… ¡qué linda! Mi estómago volvió a sentir aquellas sensaciones extrañas y un tenue calor se apoderó de mis muslos.

Bajó el cierre de su falda ¿hace calor? Vi sus muslos, sus piernas su ropa interior encajaba completamente ¡¡ ¿en qué momento Nicco estaba casi desnuda ante mí?!! Sentí un gran rubor en mis mejillas, mi entrepiernas comenzó a sentirse raro… ¡¿espera que esta sensación?!

Niccole vistió con el buzo y una camiseta blanca.

-Vamos –dijo quejándose entre dientes del desorden de ropa, mientras yo aún seguía absorta mirándola.

***

Abracé mi cuerpo entre el agua ¿por qué tan repentinamente me hacía sentir eso?

Luego de casi una hora, mi cuerpo estaba libre de cualquier sustancia extraña, subí a mi habitación, me puse el pijama de verano y volví al pc.

Aiiiiirlynne dice:

-Nicco ¿estás?  oshe e3e

Niccccccco dice:

-Te estaba esperando e.e

Aiiiiirlynne dice:

-¿Videollamada? .w.

De ser otra la situación no lo hubiera sugerido, pero tenía una necesidad de verla.

Niccccccco dice:

-Espera, deja cerrar con llave antes que Navit entre otra vez xc

 

La esperé unos segundos y acepté su solicitud de videollamada.

La miré a través de la pantalla, mi corazón volvió a palpitar rápido, sentía una pequeña obsesión por volver a verla lo antes posible.

-Eh paliducha –dijo Nicco.

Le puse un gesto sarcástico en el rostro, sólo atinó a reír, le gustaba que me enojara ¡es una maldita! La miré atentamente le pregunté con mis manos que hacía Navit en su habitación.

-Ahh…-se sonrojó ligeramente creo- a molestar como siempre, dijo evitando mirarme.

Miré mi mochila de reojo ¡¡aquel papel!! Le dije a Nicco que me esperara; busqué en mis cuadernos la supuesta carta, y volví rápidamente al escritorio.

-¿qué es eso? –preguntó muy extrañada; le negué con duda que lo supiese- Parece una carta… ¿dónde la encontraste?

Aiiiiirlynne dice:

-Estaba en mi mesa creo, cuando fui por mis cosas se me cayeron unos libros y apareció de repente.

-¿y qué dice? –la voz de Nicco se volvió neutra.

Aiiiiirlynne dice:

-Espera.

Volví a mirar la carta, por fuera estaba sin escrito alguno, abrí el borde con delicadeza de no romperlo mucho, miraba de reojo la pantalla y Nicco estaba fija en mí ¡¿por qué tiene que mirarme así!?

-Me gusta tu cabello –dijo de repente mientras sonreía.

Sentí mis orejas arder, no bastaba una pequeña palabra de ella dirigida a mí para que me sintiera de esta forma; mientras abría la carta analizaba en mi mente esta clase de sensaciones, había pensado hace unos días que es similar a lo que Edgar me dijo hace muchos años.

“Ahora no lo entiendes, pero cuando seas mayor habrá una persona que será más especial que las otras, que te hará sentir bien, cuando estés acompañada de ella serás feliz y sonreirás  cuando la recuerdes, querrás protegerla y a veces sentirás cosas extrañas en el estómago, eso se llama amor”

Todo lo que Edgar describía era algo que sentía con Nicco, pero será amor de esos o de “esos” me confundía, Nicco era mi amiga, mi mejor amiga… pero a veces solía quererla más que otras, como cuando me abrazaba o decía cosas lindas.

-¡Vamos no seas tan lenta! –gritó impaciente; le dediqué una molesta mirada.

Empecé a leer la carta, parecía una confesión, uhm ok todo lindo…¡qué!

-¿Qué, qué dice?! –se impaciento aún más al ver que mis ojos se abrían de par en par.

Aiiiiirlynne dice:

Es una carta de amor ._.

-¿amor? ¿Para ti? –dijo enojada- Escríbemela- se puso seria.

Estiré el papel en lo posible y transcribí cada palabra textualmente.

Aiiiiirlynne dice:

“Sé que quizás no nos conozcamos en lo absoluto, soy un chico de una clase cercana a la tuya, te he visto desde hace unas semanas y no puedo evitar sentirme atraído a ti, soy muy tímido y en poco me he dado el valor de hablarte, pero nunca te encuentro por “casualidad” en los recesos, mi cobardía me impide decirte mi nombre, solamente quiero decir que eres la chica más hermosa que he visto, y embobado pienso en ti cada día, quizás no te sea de importancia o ignores esta carta que con tanto valor pude esconder en tu banco.

No sabes quién soy, pero mi corazón me exigía declarar todo lo hermoso que llevo dentro de mí, todo creado por ti, eres la chica más preciosa que jamás he visto, me veas como un ridículo o no, si lees esto… quiero que sepas que desde el anonimato te amo, eres hermosa Airlynne”.

 

¿Qué era esto? ¿Qué clase de idiota dejo esto en mi banco? Vi a Nicco mientras leía la carta y su mirada parecía perdida en las letras.

-Navit tenía razón…-susurró, su voz me atravesó los oídos entre los audífonos ¿Nicco?- disculpa Arly…-dijo con la voz llorosa, me sentía inmóvil veía a Nicco diferente ¿qué pasó?- tengo que irme, conversamos mañana –cerró la videollamada.

Me quedé estupefacta en la habitación, y el hielo de la ausencia de Nicco, me atravesaba la piel.

 

 

 

 

Notas finales:

Estaré miercoles, jueves, viernes y sábado ocupada u_u (yo quería escribir Q_Q) así que no podré actualizar en estos días tan seguido como me encanta >u< 

Espero que hayan disfrutado el capítulo (estaba un poco largo uwu)

¡Pregunta Sthephanniástica del día!:  (su respuesta en el rewiew <3)

-¿cuál es tu opinión sobre Navit? ese ser tan malvado y cínico D_D (que tendrá más protagonismo adelante para revolver la vida de su hermana)

Sín más que decir queridas/os Lectoras/os    

Sthephannia las/os aprecia <3

 


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