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Si no pudiera decir que me gustas por Sthephannia

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Notas del capitulo:

¡Capítulo 8!  (me encanta el número 8, es mi favorito ¿A nadie le importa? bueno a mi tampoco, pero ¡aquí el capítulo!)

Me hice ruda y ocupada o no la pasión siempre llama, así que Sthephannia no muere nenas *alguien le dispara* okno

Como siempre agradecer a todos los que leen y dejan su valioso rewiew que tanto anima a los escritores a quemarse los dedos sobre el teclado.

Sin más que decir ¡disfrutadlo! ^^

                                            

No podía dormir, era totalmente un desafío, Nicco no se me iba de la mente y el silencio de mi habitación era una maldita tortura, luego de escuchar sus gritos dentro de este lugar ese día, mi cuarto se volvía un lugar más grande de lo habitual.

Desperté con pesar y unas ligeras marcas de ojeras, no tenía humor ni para desayunar, nunca antes Nicco se había ido así tan de repente ni había visto aquella mirada tan perdida ¿qué había pasado? ¿La carta la habrá molestado? De todas formas sólo tenía ganas de llegar al colegio para volver a verla.

Salí sin alimento alguno en mis entrañas, no tenía ganas de nada que no fuese llegar pronto; Mis compañeros de clase como siempre, ni se inmutaron con mi presencia, ni el más mínimo saludo innecesario, miré a la distancia mi mesa, y el objeto que descansaba bello sobre ella me llamo la atención.

¿Una rosa? Pensé, la tomé entre mis dedos ¿qué hace aquí? Mire a mi alrededor pero nadie prestaba atención a mi ser, de seguro nadie de aquí la habría dejado olvidada, la observé un momento, nunca me han gustado mucho las flores, aunque las espinas del tallo se veían tan fuertes como peligrosas, guardé la rosa bajo mi mesa.

Las clases se volvieron apestosas, mi mente era un vórtice de ideas sobre Nicco, estaba preocupada, a tal punto que prestar atención al profesor era el desafío más difícil; apenas sonó el timbre me levanté rápidamente al patio oculto, era la primera vez que no llevaba un libro en la mano, no quería leer, no quería paz, necesitaba el bullicio de Nicco, sus bromas y su dulce risa.

Llegué intentando canalizar el poco aire que sostenía mi cuerpo, respiré pesadamente pero Nicco no estaba ahí, ¡demonios! ¿Dónde se metió? Como la primera vez corrí un lado a otro intentando buscarla, necesitaba llamarla, gritar su nombre, por primera vez sentí que necesitaba una voz para ella.

Estuve inquieta todas las clases, quizás se enfermó o no quiso venir, me sentía sola ¿tanto dependía de Nicco? Miré la rosa que se posaba expectante bajo mi banco, dentro de los pétalos mantenía un pequeño trozo de papel, con cuidado de no dañar alguna capa, quité con las uñas el trocito, lo abrí delicadamente y tenía algo mucho más propio que cualquier cosa “Airlynne” estaba escrito, ¿será del mismo chico de la carta? Observé de sobremanera las letras, me sorprendió el hecho de que estaba escrito con una cautela increíble, cada letra era hermosa y la tinta tenía ciertos volúmenes en los bordes.

¡Seré idiota! Fui a la clase de Nicco, que estaba en el edificio de al lado, como siempre ella venía a mí no tenía la costumbre de ir a buscarla, entré con miedo al salón que supuestamente ella me había dicho que cursaba, no habían muchos estudiantes dentro, con un vistazo rápido miré todos los asientos, habían algunos vacíos, pero no estaba la mochila negra y desgastada de Nicco, entonces las pocas esperanzas de verla se fueron a un vacío completo.

En el último receso me senté en el árbol de siempre, el sonido de los autos a lo lejos, el murmullo de la gente y el aire que chocaba en mis mejillas, me recordaba la paz que tanto deseaba de este lugar, que era interrumpido una y otra vez por las locuras de Niccole, sentía pequeñas ganas de llorar, si bien la había visto anoche, me sentía sola.

Volví a mi casa con la misma pesadumbre del día y el contrario ánimo de esta mañana, comí poco del almuerzo de mamá, subí a mi habitación, me cambié el uniforme, miré la pequeña mancha de bebida que aún le quedaba en el hombro.

Prendí el pc, como instinto de costumbre abrí el Skype encerrando mi cuerpo en un frío abrazo dado a mí misma sobre la silla.

Nicco dice:

-Deberías tener un teléfono o algo para poder llamarte -3-

Mi corazón palpitó tan fuerte que el pecho me dolía, la sonrisa en mi rostro fue tan instantánea como mis dedos al teclado.

Airly Arly dice:

-¿un teléfono? Y cómo crees que te contestaré -.-

Nicco dice:

-uhm… cierto ^^U  pero igual deberías tener algo con lo que pueda hablarte :c

Airly Arly dice:

-¿por qué no viniste? >:c

Nicco dice:

-nada nada, sólo me quede dormida e3e

Airly Arly dice:

-maldita me tenías preocupada

Nicco dice:

-¿por qué? D:

Airly Arly dice:

-idiota…

Nicco dice:

-no te enojes u.u

Airly Arly dice:

-¿hacemos videollamada? *-*

Quería verla, me sentía necesitada de verla, aunque Nicco vio el mensaje no contestaba, aproveché de ordenar el caos de ropa que tenía sobre la cama, hasta que unos minutos después respondió.

Nicco dice:

-mejor no >.< tengo mucho desorden.

Airly Arly dice:

-¿no? ._.

¡¿qué le pasa?! Siempre es ella quien me exige las videollamadas.

Nicco dice:

-esto está indecente.

Airly Arly dice:

-Siempre tienes la habitación indecente ¬¬ 

Nicco dice:

-pero ahora más.

Airly Arly dice:

-oh vamos u.u… quiero verte.

Volvió a dejar una enorme distancia de tiempo antes de responder ¿estaba bien? Aunque estuviera conversándole seguía sintiéndome extraña.

Nicco dice:

-Espera un poco intentaré ordenar :3

Airly Arly dice:

-Oka -3-

Tardaba más de lo normal, se me hacía eterno, de tenerla a mi lado no dejaría de abrazarla aunque a ella le pareciera raro, nunca expresaba bien mis sentimientos, ni siquiera con Nicco podía acostumbrarme bien a que siempre estuviera diciendo cosas lindas o me abrazara de imprevisto, pero la extrañaba, quería que me guardara entre sus brazos y que me besara la mejilla, necesitaba entrelazar mi meñique con el suyo.

La invitación de videollamada se hizo presente, por un segundo dude si aceptarla o no, quizás Nicco no lo deseaba, pero mis deseos de verla era más poderosos.

Apenas la vi en pantalla la saludé con mi mano.

-¿cómo estás Arly?-dijo con una hermosa sonrisa ¿uhm hay algo raro?

Pasé mi dedo zigzagueando por mi pecho y la apunté.

-Yo también te extrañe, lamento no haber ido hoy, se me pasó la hora –su rostro era pacífico- disculpa por lo del teléfono, se me salió sin querer- dijo riendo, aunque su risa no era tan frenética como siempre, además ¡¿desde cuándo se disculpa por hacerme bullying?!

Le hice un gesto que no importaba, vi un pequeño enrojecimiento en su mejilla ¿era una herida? Moví mis dedos frente a ella y apunté mi mejilla.

-¿qué cosa? –dijo…¿qué? Sé que es algo que entendería, me sobre enojé, no era normal que no me entendiera, repetí el gesto y el rostro de Nicco al ver mi enojo se cambió drásticamente a neutro.

-ah esto –dijo mirando su reflejo en la pantalla-no sé

¿Estaba mintiendo?

-¡ya voy! –Gritó volteando- espera Arly, me llaman –dijo silenciando el micro y alejándose del computador.

Miré lo poco de habitación que podía, miré en la pared una sección llena de posters, y en otra una de dibujos, en todo este tiempo nunca había estado en la habitación de Nicco, tampoco sabía dónde vivía bien, al analizar la información personal de ella, sentí temor, si Nicco desaparecía de un día a otro ¿dónde buscarla, cómo llamarla? Quizás lo del teléfono sea algo inútil, por mi nula voz, pero algo debe ayudar.

Nicco volvió furiosa, vi el portazo que le dio a la puerta de su habitación, se sentó con violencia en la silla y escondió la vista entre sus brazos apoyándose en el escritorio, con pesar se puso los audífonos, tironeando el cable de éstos.

-siempre es lo mismo…-susurró casi inaudible, la miré de reojo, no me quería mirar ¿entonces como decirle algo? Volví a enojar, acerqué el micrófono que inútilmente estaba añadido a los audífonos, posándolo cerca de la mesa, golpee con mi mano la madera tan fuerte que los oídos de Nicco debieron alertarse al máximo.

-¡mierdas! –Gritó reaccionando, levantándose y observando la pantalla- ¿qué ocurre? –preguntó sorprendida.

Con señas enojadas le pregunté que le pasaba a ella.

-Estoy bien…-susurró otra vez ¿por qué tenía esta maldita sensación de que me ocultaba cosas? Indiqué los ocho dedos y golpee mi muñeca –no –dijo- no tiene que ver con Navit, mamá nos pidió que la acompañáramos a comprar un maldito vestido que necesita para irse a lucir en una reunión de trabajo, con Navit iríamos mañana, pero por… -dijo entrecortado- un asunto que pasó –su mirada me evitaba y la movía inquieta- me dijo que no iría, así que ahora sólo irá con Navit –al fin y al cabo tiene que ver con Navit- ¡no es que me importe su estúpido vestido! –gritó- ¡pero necesito acompañarla ya que cerca de sus malditas tiendas hay una dónde puedo comprar lo que necesito!- hice un gesto con mis dedos de un objeto- ¡no te diré!

Está bien, oye qué actitud, al menos prefiero verla enojada que triste.

-¡¡¡¡Arghhhh!!!! ¡Qué rabia! –comenzó a gritar, si bien estaba furiosa era totalmente adorable.

Miré de repente la puerta de su habitación que se abrió, y un estuche fue lanzado a su cabeza estrellándole de seco en la nuca.

-¡quieres dejar de gritar! –escuche a través del audífono, mientras veía a Nicco quejarse garabateando.

-¡¡¡Navit ándate de aquí!!! –gritó Nicco volteando, lanzándolo de vuelta a su hermana que estaba en la puerta.

-¡hey! –lo esquivó- ¡intento estudiar!

-¡¡¡vete con tus estudios a la mierda y déjame en paz!!! –ahora me estaba preocupando, ya veía que se convertía en Hulk y destruía todo.

Le lanzó el vaso que tenía sobre el escritorio con jugo y todo, pero Navit con más reflejos cerró rápidamente la puerta, evitando que éste le diera, a través de la pantalla vi como los vidrios estallaron en el frente, volteando el jugo por toda la zona cercana, me sorprendí ¿por qué Nicco se sentía así ahora? Si bien siempre se quejaba de su familia y lo demás, nunca había reaccionado de esta manera.

Tardó en voltearse y cuando la pude ver sus ojos estaban empapados, su pecho estaba agitado, su mirada estaba perdida en mí, agarró los audífonos de su cabeza y los lanzó con rabia sobre el teclado.

Toqué mi sien con el índice, lo posé adelante, abrí la palma y la baje lentamente (mantén la calma)

Nicco sin audífonos, sin mirarme, toco su hombro con los dedos y deslizó su pulgar hasta el pecho, juntó sus manos y las bajó (estoy bien)

Le negué con la cabeza, giré mi palma, pusé mi dedo índice en la barbilla y toqué tres veces mi sien con el dedo medio (no, ¿qué te pasa? Estoy preocupada)

Me mostró su palma y la bajo lentamente (cálmate) mostró los ocho dedos y tocó su muñeca, luego con su dedo índice y medio hizo círculos en su cabeza (Navit me vuelve loca)

Le negué con la cabeza, la apunté, toqué mi hombro y deslicé el pulgar hasta mi hombro, haciendo círculos en mi cabeza con los dedos (no, tú ya estabas loca) Nicco sonrió, la miré sutil, mi corazón comenzó a palpitar fuerte otra vez; hice un puño y lo abrí dos veces frente a mi cuello y con los brazos en mi pecho imité un abrazo (Necesito abrazarte)

Nicco tocó su pecho con el pulgar, con el índice su nariz y luego me apuntó (yo también a ti)

Veía un poco más de calma en su cuerpo, el pequeño colgante de su cuello que era un pequeño pajarillo.

Intenté que se volviera a su estado natural y con el paso de las horas, de un momento a otro terminamos comunicándonos sobre libros, música y demás.

-¿qué es eso? –preguntó, luego de tanto volvió a los audífonos, arregló el pedazo de plástico que salió volando por los aires.

Miré la pequeña rosa que estaba sobre mi escritorio, recordé haberla lanzado, tenía miedo de decirle que la había encontrado sobre mi banco hoy.

Airly Arly dice:

-La corté de camino a casa, me pareció linda- mentí.

-¿tú? ¿Sacar una inocente rosa? –sabía perfectamente que no me gustaban las flores arrancadas de su hábitat, si alguien estaba enamorado ¿qué culpa tienen las pobres flores?

Luego de tomar once, Nicco intentaba ayudarme con la tarea de mátes, si bien las odiaba le era fácil aprenderlas; me sentía más tranquila, aun así Nicco me preocupaba, pero mañana estaría con ella y sería más fácil satisfacer mi grado de obsesión con su presencia.

-Necesitas dormir al menos ocho horas para tener un estado saludable –dijo Edgar comiendo pan al ver mis horribles ojeras ¡¡no es mi culpa que Nicco sea tan encantadora!!

El aire me sabía a felicidad, y hasta el cantar de los pájaros me hacía sonreír; llegué a mi salón, me cercioré de que no hubiera otro “presente” anónimo, antes me hubiera sido algo emocionante, pero algo que no fuera de Nicco era menos que basura.

Al primer receso me fui corriendo al patio trasero, pero Nicco estaba esperándome apoyada en la pared justo en frente del camino de árboles.

La saludé con mi mano y fui a pasos acelerados a abrazarla ¿por qué estaría esperándome aquí?

-Buenos días Arly –dijo abrazándome por la cintura ¿¡Awww!? Espera… ella nunca me abraza por la cintura- ¿estás bien? –preguntó con una fría sonrisa.

Asentí con la cabeza, su ánimo era igual de bajo, aunque sonreía. No me dijo nada, se quedó mirándome esperando que le dijera algo o hiciera algo.

Agarré su meñique con el mío, lo apreté fuertemente, ella me miró sorprendida y luego con una hermosa sonrisa lo presionó también ¿qué le pasa?

Sostuve su mano unos segundos mirándola, inspeccionando sus ojos; agarré fuertemente sus manos al ver que gente venía, la lleve hacia el patio y nos sentamos en el árbol.

-ahhh –suspiró alegre, miró a todos lados- me encanta este lugar –dijo sonriendo, su sonrisa me provocó un sonrojo, Nicco siempre hace eso ¿por qué me sentía diferente?

El silencio se apoderaba de nosotras, bueno, de ella… la miré unos segundos atónita, Nicco también me miraba fijamente, parpadeaba neutralmente, esos ojos grises eran penetrantes.

-¿qué pasa? –dijo apoyando adorablemente su cabeza en el tronco.

Comencé a sonreír, ya lo entendía todo, miré la chaqueta de su uniforme, en el bolsillo del pecho izquierdo Nicco le había puesto una pequeña Chapa con una “N” que yo le había regalado.

Saqué la libreta de mi bolsillo, al ver que Niccole no se había enojado, más clara era la situación.

“¿Por qué llevas esa chapa en tú uniforme?” Escribí, le entregué la libreta, ella lo leyó, miré sus ojos moverse sobre las letras, sonrió un momento y dijo.

-Es la inicial de mi nombre –sonrió al borde que sus ojos se cerraron.

Le quité la libreta con sutileza y volví a escribir.

“Te equivocas… esa “N” significa Niccole, no Navit”

Ella lo leyó con los ojos abiertos de par en par  y su sonrisa se borró rápidamente, me miró unos segundos y comenzó a reír.

-¡jaja! No puedo creer que me hayas reconocido –dijo Navit volviendo apoyar su cabeza sobre el árbol sin dejar de sonreír.

 

 

 

Notas finales:

Espero que te haya gustado x3 

Actualizaré el proximo capítulo pronto así mi madre diga "¡Deja de estar encerrada metida en ese computador y baja a compartir con la familia!"

Gracias a todas las que siempre me animan con su rewiew (en serio amo responderlos >u<) El capítulo 9 está en proceso éue

                                                         Sthephannia <3


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