“iré por Niccole” Escribí, dejando la libreta en el suelo, me disponía a salir del pequeño lugar ¿qué hace Navit aquí? Pero sus palabras me pararon en seco.
-Ella no vino hoy –dijo aún sentada en el árbol.
Voltee a verla, seguía sonriendo, al igual que Nicco sonreía mucho repentinamente, pero tenía la sensación de que la sonrisa que cubría el rostro de Navit era completamente diferente.
Volví a su lado, no tenía humor como para hacer la relación de entablar alguna conversación con ella, además que de seguro como el resto de los humanos no me entendería.
-no seas tímida, siéntate –me dijo golpeando levemente el suelo a su costado.
Si Nicco no vino hoy, no tenía alguna razón para salir corriendo a buscarla, aun así ¿por qué me sentaría al lado de la persona que más odia? Veía el rostro de Navit, qué manera de ser similares, pensé.
-tranquila –dijo- no voy a morderte –no quise parecer temerosa de ella como idea equivocada, me sorprendía que aquellos ojos grisáceos me miraran tan profundamente y fijo, recordé aquella vez que Navit ganó el partido, y con los mismos ojos que me invitaban a su lado, me había despreciado.
Me senté a su lado, agarré la libreta y le escribí:
“¿Por qué no vino?” tomó los papeles con indiferencia, y comenzó a reír por lo bajo.
-Verás –me miró con ironía- anoche comenzó a chillar que por mi culpa mamá no la invitó de compras y blah blah blah –dijo, sabía que no era de lo más agradable, si hasta el tono de voz era molesto- Entonces empezó con su sentimentalismo barato.
Comencé a girar mi palma como intentando dirigirla a lo directo de mi pregunta, ella sonrió al entenderlo.
-calma chica –dijo acomodándose- en resumidas, como hoy iría a comprar, Niccole necesitaba un maldito juguete que ha estado buscando hace tiempo -¿un juguete? – y como mamá nunca ha sabido reconocernos muy bien –se reía, creo que le hacía gracia, si ahora lo pienso, físicamente lo único que las diferenciaba era una ligera inclinación en su flequillo, Navit lo peinaba un poco hacia la derecha y Nicco sólo dejaba que cayera por su frente, y ahora Navit lo llevaba así, qué cautelosas, y pienso también que refleja bastante la personalidad despreocupada que tiene Nicco.
Agarré la libreta y le pregunté “¿de verdad?”
-¡Siii! –Exclamó divertida, al borde que su sonrisa me contagió – Créeme Niccole no es la única que se queja de ella, si nos esforzamos un poquito mamá ni idea de cuál es cual, entonces –seguía conversándome- bueno, entonces como ella deseaba tanto ir a comprar el estúpido juguete, le dije mientras me gritaba “puedes ir a comprar tu estúpido juguete, hazte pasar por mí”
No sé si me inquietaba más el hecho de que era verdad que eran irreconocibles o que Navit le hubiera sugerido eso.
-Entonces Niccole se hizo pasar por mí para acompañar a mamá hoy, ya que estaba “castigada” –hizo el gesto de comillas con sus dedos.
Nos miramos unos instantes en silencio.
-pero veo qué…-dijo alzando una ceja- no soy muy buena fingiendo, supiste al instante que soy Navit.
Agarré la libreta otra vez, y se la mostré con la ceja alzada también.
“No te reconocí porque eres Navit, te reconocí porque no eres Nicco”
Se sorprendió al leerlo, agarró la libreta con ambas manos y lo miró atentamente.
-Así que…esto es lo que ella siente –dijo sin mirarme, ni cambiar la expresión de su rostro ¿a qué se refería con eso?
“Entonces ¿parte de tu actuación era estar conmigo?” le escribí.
-No –dijo evitando mirarme-intenté parecerme un poco a ella, estuve en su clase y noté que nadie me acosaba –rió un poco- se siente bien en parte un poco de libertad –volvió a mirarme- Niccole no me dijo nada al respecto, pero intuí que debería acompañarte ¿no? –dijo intrigada, no sabía que responderle, me sentía incómoda, es decir, era completamente Nicco por fuera.
Solamente accedí a negar con la cabeza, me miraba cautivada o al menos eso pensé.
-Tranquila –me dijo al ver mi cuerpo inquieto- de seguro ella quería venir a verte… no quiero arruinarle nada a Niccole, pero si te veo así creo que es preciso decirte que quizás eso que fue a comprar tiene que ver contigo, ella no faltaría sabiendo que estás tú –dijo mirándome directamente a los ojos, me enloquecía pensar en Nicco, y que Navit dijera eso desde su propia mala reputación de hermana me sonrojaba, y ella al notarlo atinó a sonreír.
“¿Estás segura de eso?” le pregunté con miedo, si bien Navit sería la última persona con la cuál preguntaría algo sobre Nicco, necesitaba que me dijera algo, o al menos una pequeña solución de lo que Nicco estaba sintiendo.
-¿y acaso tú no? –dijo extrañada- Ella no hace más que hablar de ti, o al menos cuando discutimos siempre sale tu nombre –dijo mirando fijamente al frente- hace tiempo que ya no tenemos la misma relación –dijo riendo irónica, por supuesto que no si te tiraste al chico que le gustaba, pero…ahora sentía que si no hubiera sido por eso quizás Nicco y yo ahora no seríamos amigas- Ahora que estoy contigo veo que…-empezó a susurrar con la mirada en el suelo, como analizando su interior- la quieres mucho, pudiste reconocerme enseguida, de seguro ella es muy especial para ti ¿verdad? –me miró con un pequeño indicio de llanto en sus ojos, nunca había estado con Navit, pero no era como imaginaba que sería.
Asentí con la cabeza y la misma sonrisa que Nicco creaba en mí de sólo pensar en ella.
Se levantó repentinamente al sonar el timbre, y se fue; ¡¿qué se supone que acaba de pasar?! Salí del patio miré el semblante de Navit desde la espalda.
Estuve dudosa toda la clase, si ella se acercó a mí ¿para qué lo haría? Me quedé en todos los recesos leyendo, o intentando leer, además ¿para qué quería Nicco un juguete?
Pasé con las malditas dudas hasta el último receso, como era el más largo me fui al patio trasero, el día estaba nublado ¡el clima está cambiando! Tan repentinamente se nubló.
Me adentré por los arbustos, antes de llegar vi a Navit sentada en el árbol ¿qué hace aquí? Estuve dudosa si pasar o no ¿qué haría?
-¿vas a quedarte ahí? –preguntó Navit alzando un poco la voz ¡¿cómo pudo sentirme si estoy tan lejos?!
Entré con pesar y me senté a su lado, no sabía qué hacer, es decir, ¡¡es como estar al lado del diablo disfrazado de ángel!!
Agarré la libreta y le escribí:
“¿estuviste aquí todos los recesos?” leyó las letras de reojo, y suspiró chistosamente.
-Sí, estuve aquí todos los recesos –dijo mordiéndose el labio inferior, me miró riendo, intentando no hacerlo- No te preocupes, no volveré aquí.
Le agarré el hombro, y negué con la cabeza.
-Estaba esperándote, creo –dijo con los ojos húmedos intentando reír ¿qué le pasaba?- no me malinterpretes –me sonrió- estuve aquí, una vez Niccole me dijo que sin ti nada era divertido.
Me sonrojé de sobremanera, más me sorprendió que Nicco le hablase de mí.
-yo le dije “pero si ella no habla ¿cómo sería divertido?” –Dijo enfatizando- No te ofendas –me miró- y Niccole dijo “tú eres la peor puta de las putas y aun así te quiero” y yo quedé como ¡ah no inventes! –me daba risa, el tono de su risa se parecía al de Nicco.
Miré su rostro, noté que en su mejilla al lado contrario de Nicco tenía un rasguño ¡por qué no lo vi antes!
La apunté con el dedo y luego toque mi mejilla
-¿esto? –dijo tocándose la herida ¡¡ahh!! Me sorprende que haya hecho señas con ella- ah, Niccole me rasguñó- dijo riendo enojada.
¿Nicco la había rasguñado? Entonces estuvo peleando con Navit, pero la herida que yo vi la tenía antes que ayer empezara a gritonear ¿habrá faltado al cole por eso? ¡Argh por qué Nicco no me dice la verdad!
Miré a Navit con rencor de seguro ella la golpeó y esa herida que tenía la había hecho ella, me sentí enojada ¿cómo se atreve a tocar a Nicco? ¡¿Mi Nicco?!
-si te lo preguntas, ella estaba castigada por eso, antes de ayer se puso furiosa, entró a mi habitación y comenzó a golpearme –dijo seria- con poco éxito claro- rió- entonces mamá la vio rasguñarme y se enojó con ella.
Nicco está agresiva últimamente ¡y no he estado cerca de ella en dos días! Agarré la libreta con violencia y le escribí:
“¿sabes por qué Nicco no vino ayer?” Odio tener que preguntarle a Navit, pero de seguro Nicco no me lo dirá; cuando tomó la libreta con sus manos, Navit esbozó una pequeña sonrisa, macabra quizás.
-Porque tenía la mejilla hinchada –me miró riendo ¡¿qué ella qué?! Abrí los ojos de par en par y lo siguiente que dijo no se lo perdonaba ni dios- No quería que vieras lo inútil que siempre es –dijo sonriendo y me enfurecí, me levanté de su lado al sonar del timbre, y ella imitó mi gesto colocando su mochila al hombro dispuesta a irse.
Agarré su hombro fuertemente, volteándola, Navit me miró atenta y por primera vez en toda la existencia de la existencia, ella me miro a los ojos y supo que quería decirle sin siquiera moverme.
-Sí… -dijo riendo- yo la golpee.
Y eso fue lo último que pudo decir con aquella sonrisa cínica y desagradable.
Con el valor que nunca pensé tener cerré me puño y lo plasme con la mayor fuerza posible en el rostro de Navit ¡¡¡Ya basta!!!
Navit perdió el equilibrio y cayó al suelo del impacto, con la adrenalina del momento no le daba importancia al dolor de mis dedos, aun no caía en razón; Navit se levantó molesta me miró fijamente, una delgada línea de sangre caía por el costado de su labio ¡la hice sangrar! Espera… ella va a matarme.
-Auch…-gimió acariciándose la boca con el dorso de su mano mientras se levantaba, me miraba fijamente al unísono limpiaba el rastro de sangre, temí un momento ¡¿Qué acaso no va a golpearme?! – Acabas de hacerme perder una apuesta ¿sabes? –dijo riendo ¿Qué yo qué? Mi cara era tan desconcertada que me quedé inmóvil.
Navit abrió su mochila, bueno, la de Nicco… me miraba mientras lo hacía.
-Ten linda –dijo ofreciéndome una caja, la miré dudosa ¿qué no va a golpearme? ¿Apuesta? –Agárralo- tomé la caja entre mis manos, no pesaba tanto.
Cerró su mochila y me miró mientras seguía limpiándose la sangre.
-Nicco me dijo ayer que no te dijera nada raro ni hiciera cosas Navitescas, no sé qué quiso decir eso –llamamos Navitescas a todo lo que sea, robar atención, presumir, ser cruel, etc…- en fin, le dije que no me reconocerías y ella rió tanto que me sorprendí, ¿tienes papel higiénico? –saqué pañuelos desechables de mi bolsillo frontal de la mochila y se los dí- Gracias –sacó uno y se limpiaba el labio- bueno y me dijo “ella te reconocerá enseguida” y yo le dije nah no creo y se puso a reír más- se reía ¿qué clase de personalidad tiene Navit?- entonces le dije una persona que no habla debe ser tan aburrida, no te ofendas eres genial –sus palabras me desquiciaban la mente- entonces ella dijo “te sorprenderás” y yo le dije si ella logra sorprenderme te daré lo que quieras y ella me pidió algo, lo que está en esa caja – apuntó el objeto entre mis manos- como sabrás odio perder ante ella –dijo guiñándome el ojo- así que ni decirle que ganó la jodida apuesta, así que se la entregarás tú –me besó la mejilla y se fue- ¡ah sí! No es prudente que lo veas o ella se enojará conmigo, por favor no lo veas –se volteó caminando- pegas fuerte cariño –la escuché reír.
Me sentía estupefacta, no sabía que Navit era de esa manera y ¿ésta caja que tiene? Aun así me siento algo enojada con Nicco, llegaré a casa y le preguntaré miles de cosas ¡está actuando raro!
-hiciste algo que nunca pudo hacer Niccole, y te doy las gracias por cuidar a mi hermana- fue lo último que dijo antes de marcharse mientras me mantenía inmóvil, ¡es que Nicco y Navit son un caos!