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The Reason por Itachi Uchiha Girl

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Notas del capitulo:

Ta da! Bueno vengo a dejarles la continuación del fic.

:3 no eh demorado demasiado, ¿como lo ven? jjeje, pero bueno, digamos que el capitulo es tantito mas largo. o.ó ... Espero les guste.

No tengo mucho que agregar, mas que agradecerles el tiempo para leer mis tonterias y comentarlas, jiji en serio, los amo mil!

:D enjoy it!

Sus finos dedos se deslizaban por el frío cristal de la ventana, mientras su verde mirar estaba fijo en las gotas de lluvia que se deslizaban fuera de este. Los truenos visibles a través del cristal lo inquietaban de sobremanera. Aquel nombre resonaba en sus pensamientos mientras su corazón no paraba de dar vuelcos. Los cielos lloraban y clamaban con ira los deseos del mismísimo dios que yacía a miles de años luz de distancia, o al menos, eso era lo que el pelinegro quería pensar.

Ladeó el rostro observando la pequeña cuna que yacía a escasa distancia de él, de madera bellamente tallada y pintada en color blanco, llevaba un par de unicornios en cada lado de ella, mientras que las sabanas pequeñas eran de color rosa y estaban llenas de pequeños olanes por toda la orilla; y justo debajo de la seda de estas, se encontraba el pequeño bulto descansado plácidamente, mientras suavemente chupaba su pequeño pulgar. Su pequeña Hela. Su pequeño tesoro que le recordaba que aún quedaba mucho por vivir… Y mucho por lo cual luchar.

Anthony había estado aquella tarde con él. Pero como casi todos los días, solo le hacía una breve visita de un par de horas antes de marcharse, y así tenía que ser, pues Virginia Potts había caído enferma días atrás, y los negocios de su industria no podían verse descuidados. Y en parte agradecía tal acontecimiento, pues tenía el tiempo suficiente para pensar y ahogarse quizá, en su propia miseria.

  – Thor…   – Aquel nombre se deslizó fuera de sus labios sin su consentimiento. Un trueno se escuchó a la distancia y su corazón solo se encogió una vez más.  – ¿Por qué? …   – Se cuestionó aún sabiendo que nadie contestaría su interrogante. ¿Añoró un hijo de Thor?… ¿Añoró un hijo de Anthony? Su cuerpo le había traicionado. Ya no sabía qué pensar.

¿Cómo iba a interpretar el papel de padre para Hela? ¿Estaría condenado a pasar sus miles de años venideros en Midgard? Un nudo se le hizo en la garganta, él viviría cientos de años, al igual que probablemente lo haría Hela por su condición de semidiosa, pero… ¿Y Stark? Se llevó la diestra al pecho, su corazón dio un vuelco inexplicable. Stark no poseía su condición, Stark moriría al pasar del tiempo. No, no quería pensar en ello aún.

Pensó entonces en la chica Foster, ¿Qué habría pasado con ella? ¿Qué no trabajaba con Stark? Bueno, era obvio quizá, debido a los recientes acontecimientos ella había sido despachada lejos de ahí. Una risilla se escapó de sus labios. Nada había salido según lo planeado.

  – Parece ser que mis días como el villano en Midgard, han terminado  – Musitó para sí poco antes de ser interrumpido por el dulce llanto de la niña.

De inmediato se acercó a la cuna y tomó a la pequeña en brazos, mientras la arropaba contra su cuerpo delicadamente.

  – Ya, ya… Todo está bien…   – Murmuró suavemente en el oído de la pequeña quien poco a poco comenzó a tranquilizarse ante la acción de su padre.  – No voy a dejarte, y no voy a alejarte de él tampoco   – Murmuró un tanto culpable por los recientes pensamientos que había tenido.

  – Bueno, realmente me alegra escuchar eso   – La voz del multimillonario había brotado sin previo aviso. Llevaba un par de minutos observando recargado en el marco de la puerta, pero no el suficiente para escuchar el nombre de su rival en el amor.  – Pepper estará de nuevo en el negocio mañana, hoy ha sido mi último día de ausencia   – Agregó mientras caminaba hacia el pelinegro, quedándose a una distancia prudente de este.

  – Eso suena bien… Estoy un poco cansado de observar solo estas cuatro paredes y ver desfilar a cientos de enfermeras que cuchichean entre sí  acerca del origen de tu hija   – Contestó con un dejo de desdén en sus palabras.

  – Pepper ha sugerido presentarla….   – Soltó aquellas palabras sin pensarlo, capturando la atención del pelinegro al instante   – Como la heredera del emporio Stark…   – Agregó mientras observaba atentamente la reacción del pelinegro.

  – Es un poco apresurado   – Contestó el dios mientras adormecía de nueva cuenta a la niña en sus brazos.  – ¿De quién dirás que es hija?  – Cuestionó curioso mientras le observaba fijamente.  – ¿De Pepper?  –

  – Suena curioso ahora que lo cuestionas. No, jamás diría que es hija de Pepper. Quizá eso de la presentación deba esperar.  – Contestó mientras se acercaba a la cuna y acomodaba las sabanas de esta.

  – ¿Eres feliz?  – La pregunta del dios de las mentiras capturó la atención del multimillonario en un par de segundos.

  – ¿A qué viene la pregunta?  – Respondió este mientras procedía a quitarse el saco de color negro y lo dejaba abandonado en la cama donde solía dormir el dios.

  – Simple curiosidad   – Mintió Loki.

  – Lo soy, aunque no lo parezca, pero sinceramente le hacen falta a mi vida ciertas cosas que por el momento no están en ella   –

  – ¿Cómo qué?  – El pelinegro se acercó a la cuna y colocó con cuidado a la castaña, arropándola suavemente para no despertarla.

  – Obviamente sabes la respuesta a esa pregunta.  –

Hubo un breve silencio después de aquello. Loki tan solo clavó la mirada de nuevo en la ventana, mientras la tormenta tan solo parecía empeorar ante la escena que se llevaba a cabo.

  – Destruí Midgard, o gran parte de ella  – Agregó mientras no apartaba su vista de la ciudad.  – Maté a cientos de personas, maté a aquel agente de Shield al que todos parecían apreciar. Los hice encontrarse con sus miedos más profundos y los enfrenté entre sí. Manipulé a Barton y…   – Se detuvo mientras observó de reojo la reacción del castaño, quien no parecía inmutarse ante sus palabras.  – ¿Por qué yo?  – Cuestionó al playboy mientras se daba la media vuelta y finalmente lo enfrentaba.

Anthony tan solo suspiró. Una vez más el pelinegro le hacía aquella pregunta sin sentido. Su mente trabajó rápidamente.

  – No entiendo la disputa eterna de los dioses. No entiendo las razones para llevar tu ira al punto de atacar Midgard para aplastar a Jane y lastimar a Thor. Pero creo que es lo que realmente te hace encantador   – Loki lo observó perplejo ante aquella respuesta   – Es decir, hasta cierto punto, nos parecemos, aunque nuestras limitaciones realmente son distintas, muy distintas. En varias ocasiones me he dejado llevar por mis… Emociones. Creo que no he actuado como todos lo esperarían de Iron Man. Siempre quiero atención   – Sonrío para sí  – En cuanto supe tu historia, algo, hubo algo en ello que me atrajo. En realidad amas, eres apasionado, y vulnerable. Aparentas ser despiadado pero no lo eres, puedes llegar a ser tan …   – Omitió la palabra “tierno”  – Frágil como cualquiera de nosotros. Y sin embargo te esmeras por esconderlo para no ser herido. Pero, puedo prometerte que aquí no será así.  – Dio dos pasos en dirección al pelinegro, quien no se alejó esta vez del otro   –No tienes que ocultar nada, puedes ser como quieras.  – Agregó mientras sujetaba al dios del mentón obligándolo a mirarlo a los ojos   – ¿Entiendes? Te amo por el simple hecho de que conocí al hombre detrás de las mentiras, ese frágil ser que ansía amor como cualquiera de nosotros. Tu sonrisa, tus labios, tus negros cabellos, tus bellas esmeraldas, tus largos y finos dedos, tu piel de porcelana, tu voz apasionada, las perlas perfectas de tus dientes, tu…   – No pudo terminar la frase. El pelinegro le había interrumpido con un súbito beso.

  – Eres un cursi sentimental…   – Susurró Loki mientras se separaba poco a poco de los labios del otro.

  – En efecto, así me pones, cuernitos.  – Respondió divertido el castaño.

  – ¿Volverás a los apodos? ¿Por qué no mejor me dices “amor”?  – Cuestionó divertido el pelinegro.

  – No llego tan fácil a esos extremos   – Se apresuró a contestar mientras aprisionaba la delgada cintura de Loki con su brazo.

  – Hazme olvidarlo…   – Susurró apenas audible el pelinegro mientras bajaba la cabeza para evitar la mirada de Stark, quien observó perplejo al dios sin poder entender del todo sus palabras.

 

~*~*~

Las palabras de Heimdall tan solo ocasionaron un nudo en la garganta al dios rubio. Su corazón latía aceleradamente mientras luchaba por mantenerse firme a su promesa. No estaba listo para saber que Loki comenzaría a aceptar a Stark de aquella manera, ignorando por completo la existencia de Magni en el camino. Sin darse cuenta, sus emociones también afectaban a su amada Midgard en aquellos momentos.

  – Será mejor que controles tus emociones, asgardiano   – Comentó el guardián del bifrost sin apartar la mirada del vasto universo que se alzaba frente a ellos.  – Afectas a otros mundos con ellas.  –

Pero Thor se mantuvo en silencio, poco antes de darse la media vuelta y partir de regreso al palacio. Día a día y sin falta alguna, había acudido al guardián de ojos dorados para preguntar por el paradero de su hermano, y día a día, había escuchado atentamente como Loki se comportaba, como se encontraba Hela, y como… La relación con Stark se iba estrechando. Un sentimiento recorrió su cuerpo, su paciencia quizá, estaba llegando a sus límites, lejos de Loki y de su amada Midgard. Ya no deseaba aquello, seguir el plan, ganar la confianza de Odín, todo parecía muy lejano; aunque su coronación había sido agendada en un mes y unos días más, parecía que el tiempo sería eterno.

Hondeó el Mjolnir en la diestra, dirigiéndose cuanto antes a sus aposentos tan solo para encontrar a cientos de mujeres sanadoras en este, hablando entre ellas y consternadas ante la situación.

  – ¿Sucede algo?  – Cuestionó el rubio a su madre quien yacía justo a un lado de la cuna.

  – Creo que quizá… No sea nada de qué preocuparse  – Contestó la diosa mientras Thor caminaba a la cuna, encontrándose como su retoño había tornado su nívea piel en un tono azulado y sus esmeraldas habían sido reemplazadas por fuego ardiente.

Despachó a las sanadoras al instante, quedándose a solas con su madre.

  – ¿Dónde está Sif?  – Cuestionó el dios del trueno mientras acariciaba dulcemente la cabecita del menor, quien parecía ignorar su condición, y sonreía por lo bajo ante el gesto de su padre.

  – Se encuentra en una audiencia con tu Padre, tal parece que la está preparando para ascender al trono   – Contestó Frigga mientras se alejaba lentamente de la cuna.  – Su condición de jotun sale a flote y no en el mejor momento   – Agregó la mujer mientras soltaba un suspiro profundo y se cruzaba de brazos.  – No sé como planea esconder esto tu Padre   –

  – Él ya no es mi Padre   – Se apresuró a contestar Thor, arrancando un suspiro de su madre.

  – La coronación será adelantada   – Se apresuró a decir la diosa mientras se acercaba a su hijo de nueva cuenta   – Tu … Odín se encuentra cansado. Tal parece que ha pospuesto demasiado su descanso y desea dejar a Asgard en buenas manos antes de hacerlo   – Agregó mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.

Aquello no hizo sino arrancar otra sonrisa, pero esta vez de los labios del dios del trueno, quien se apresuró a abrazar a su madre en medio de un remolino de emociones.

  – Sin embargo debes recordar, que en Midgard el tiempo transcurre de manera distinta   – Se apresuró a agregar Frigga con un dejo de melancolía en sus palabras.

Aquello devolvió al rubio de nueva cuenta a la realidad. La diferencia era fácilmente notable, el mes que transcurriría en Asgard poco antes de su coronación, sería equivalente a casi un año Midgardiano… Y si bien, ahora Stark había logrado en casi un mes midgardiano arrebatarle el corazón de Loki, ¿Qué sucedería en once largos meses más? Su corazón se estrujo ante el mero pensamiento. Pero no podía hacer nada. Odín estaba a punto de coronarlo rey, y un movimiento en falso, sería la perdición para ambos.

  – No sé de donde sacaré la fuerza para enfrentar la ira de Loki en cuanto sepa lo sucedido   – Susurró para sí mientras de nuevo observaba al pequeño en la cuna.

  – De alguna manera, él lo sabe   – Comentó su madre mientras colocaba su diestra en la espalda de su hijo.  – Aunque sus visiones no son del todo correctas   – Añadió la diosa un tanto cansada.

Thor tan solo la observó perplejo. ¿A qué se refería Frigga? Quiso preguntar el motivo de aquellas palabras, pero no lo hizo. No tenía el valor ni la fuerza aún. Enfocó entonces su mirada una vez más en la cuna. El pequeño Magni retornaba a su forma habitual, mientras descansaba plácidamente en su pequeño mundo.

 

~*~*~

 

Casi un largo año había transcurrido para la pequeña Hela, su crecimiento acelerado tan solo denotaba más su naturaleza única. Hablar y caminar, aunque con dificultad, eran tareas que la pequeña castaña había dominado bastante bien a su corta edad. Además, se había desarrollado entre mimos y una extraña familia que no la había dejado decaer ni un solo día, no al menos hasta esa noche.

Loki observaba estupefacto aquella escena, la pequeña Hela había tornado su piel en color azul y sus hermosos ojos en fuego incandescente. No, no quería que la niña pasara por esas penas. La sangre jotun que de igual manera corría en sus venas era la culpable de ello.

  – No… Tú no …   – Murmuró por lo bajo el pelinegro mientras sujetaba a la pequeña contra su pecho, susurrando suaves palabras, que tranquilizaban el llanto de la pequeña.

De igual manera, su piel tomó el mismo tono que la de la pequeña. Su corazón se detuvo al instante al darse cuenta que sus emociones lo estaban llevando a ese punto. El pasado que quería olvidar, tan solo se aferraba más y más a su presente y de una manera incomprensible.

  – ¿Loki?  – La voz de Stark sonó en el lugar, mientras un aterrado Loki observó la figura que yacía en el marco de la puerta de la habitación.

  – ¡No te acerques!  – Clamó el pelinegro mientras retrocedía dos pasos. Ya en una ocasión se había presentado así ante el castaño, pero esta vez, era presa de sus emociones y no podía evitarlo. Pero el castaño ignoró olímpicamente las palabras del dios y se apresuró a su encuentro, quedando a escasa y prudente distancia del aterrado dios de piel azulada.  – Soy un monstruo…   –  Susurró por lo bajo mientras intentaba aún calmar el llanto de la pequeña. 

  –  No lo eres...  –  Se apresuró a responder Stark mientras daba un paso hacia el dios.  – Ni tú, ni Hela…   – Se apresuró a agregar el multimillonario.

  – No quiero que ella cargue con este peso…   – Agregó mientras su piel finalmente comenzaba a recuperar su tono blanquecino, y la pequeña de igual manera, comenzaba a recuperar su aspecto natural.

  – Es una bella cualidad, no es un peso con el cual debe cargar   – Respondió el castaño mientras sujetaba el mentón del pelinegro en su izquierda, haciendo que las esmeraldas finalmente se encontraran con su mirar.  – Son hermosos, así, justo como son. Aquello solo los hace más especiales.  – Agregó con una sonrisa poco antes de depositar un beso en la frente del dios.

  – Eres un idiota, Stark   – Contestó Loki un tanto más tranquilo ante aquellas palabras.

  – También tiene otras hermosas cualidades, digo, ese cabello castaño le sienta de maravilla, y estoy seguro que tiene que haber heredado algunas otras más de mis virtudes   – Añadió soberbio y orgulloso Anthony, arrancando una risilla de los labios del pelinegro.

  – Espero que no sea ni tu orgullo ni tus erráticos hábitos de beber casi todos los días   – Sentenció poco antes de colocar a la pequeña en la cuna, soltando un suspiro preocupado en medio del acto.

  – ¿Sucede algo?  – Cuestionó el castaño preocupado ante las acciones del pelinegro.

  – Hela mencionó haber visto a un niño rubio en el espejo…   – Musitó el pelinegro mientras observaba a la pequeña dormir.

Aquello tan solo estrujó el corazón del multimillonario. Largos meses en los que había mantenido aquella verdad en lo más profundo de su alma, y aquellas simples palabras le habían hecho recordar que no podría huir de aquello jamás.

  – Hela duerme… ¿No gustarías acompañarme con una bebida?  – Cuestionó Stark, captando la atención del pelinegro y arrancando una sonrisa de sus labios.

Tras asegurarse que la pequeña descansaba profundamente, se dio media vuelta para salir de la habitación y sellando la puerta tras de sí, observó casi de inmediato al castaño que ya yacía acomodado en su sofá color carmín mientras servía un poco de vino en dos copas de cristal grácilmente acomodadas en la mesa que estaba justo enfrente de este.

  – ¿Intentas embriagarme, Stark?  – Cuestionó el pelinegro mientras enarcaba una ceja con un gesto divertido en su rostro.

  – ¿Tiene algo de malo?  – Cuestionó el castaño mientras se disponía a beber de su copa de vino.

Loki tan solo suspiró, sabía a donde quería dirigirse el castaño con aquello, pues en un pasado ya lo había intentado, fallando casi por completo en el acto. Pero esta vez, no sería así. Aunque su corazón aun guardaba celosamente aquellos sentimientos, estos estaban siendo desplazados por los que el castaño había cultivado en él a lo largo de aquellos meses.

  – No necesitas hacerlo…   – Confesó el pelinegro poco antes de dirigirse hasta donde estaba el otro, quitándole sutilmente la copa de las manos y dejándola en la mesa con cuidado. El castaño tan solo sonrío por lo bajo mientras observaba atento las acciones del pelinegro.  –  Ya te pertenezco…   –  Agregó Loki poco antes de sentarse a horcajadas sobre él y rodeando su cuello con ambos brazos poco antes de sellar aquel momento con un beso demandante.

Anthony se sorprendió ante aquello, pero no dudó ni un segundo en deslizar sus manos hacia los suaves y firmes muslos del dios, quien sin renuencia alguna y por vez primera tras aquella apasionada noche en el auto del playboy, se estaba dejando llevar una vez más por este. 

  – Anthony…   – El nombre del castaño brotó de los labios de Loki sin previo aviso, poco antes de volver a atacar los labios del multimillonario en un suave beso, meneando las caderas con suavidad e incitando al mortal al dulce pecado de su cuerpo. Y por todos los dioses, Stark no iba a negarse a aquella dicha.

Notas finales:

Pues bueno, ya escribi lo que sigue uwu... ¿Ustedes que creen que vaya a pasar?

Por el momento hay Ironfrost, pero igual no olviden que esto es un Thorki ewe muajajajaja

Hela se desarrolla muy rapido, pero Magni no se quedará atras. :3 como lo sugirieron, estos cuatitos se comunican entre ellos uwu... Aww... Bueno, les puedo decir que está a punto de desatarse todo un drama dramatico dramaturgo. jijiji En fin! Estare contestando sus comentarios del capitulo anterior en unos momentos.

Los amo! Los leo en el sig capi uwu!


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