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The Reason por Itachi Uchiha Girl

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Notas del capitulo:

Chan chan chan! Aquí les traigo la continuacion del drama de la novela de las 4!

Pues bueno, no tarde demasiado en actualizar, pues la siguiente semana andare un poquitin ocupada D: pero les prometo que intentaré actualizar cuando el trabajo me lo permita. 

Les dejo con la continuacion, agradeciendoles de antemano sus comentarios, pues de verdad, como por ahi lei de una autora, son el motor que nos inspira a seguir.

Saludos especiales a Gizza, y un enorme agradecimiento por sus ideas que han aportado historia al fic.

Sin mas me despido, enjoy it!

Frigga observaba al pequeño rubio jugar con un par de sus muñecos favoritos. Habían sido apenas unos días en los que el pequeño prácticamente había crecido lo que un año. Y así tenía que ser. Hela había crecido en demasía debido al tiempo en Midgard, y aquello había llegado hasta el pequeño Magni, que había seguido el desarrollo de su hermana al mismo ritmo. Lo cual tenía desconcertados a los asgardianos, pero al parecer, no era algo de que alarmarse.

La coronación del dios del trueno, apenas y se estaba llevando a cabo en el salón continuo, pero la diosa, había optado por faltar a aquel evento y cuidar a su nieto; cualquier cosa hubiera estado bien con tal de evitar el teatro que Odín estaba armando. Soltó un suave suspiro al escuchar como las voces se alzaron junto con un aplauso unísono. El momento finalmente había llegado.

  – Magni, cariño, ya es hora…   – Susurró la diosa, mientras el pequeño de ojos verdes se ponía de pie y se apresuraba al encuentro de esta, sujetándola la diestra de su abuela entre sus manitas y observándola con una gran sonrisa en su rostro.

  – ¿En dónde está Sif?    – Cuestionó claramente el menor mientras caminaba lentamente a lado de su abuela. Sif, secamente, pues tenía claro que aquella asgardiana no era su madre, aunque era parte importante en su familia. 

  – Seguramente estará en el gran salón junto con tu Padre   – Contestó Frigga poco antes de tomar al pequeño entre sus brazos para apresurar el paso.

El pequeño rubio tan solo suspiró.

  – Soñé.. Con una niña… Castaña…   – Agregó con dulce voz el pequeño rubio mientras jugueteaba con las hebras del cabello de la diosa.

Aquello tan solo ocasionó un gesto de dolor en el rostro de Frigga, pero ella no tenía el derecho de decirle aquella verdad al pequeño.

  – Lloraba… Y su piel… era… como la mía   – Agregó Magni mientras escondía su carita en el hombro de su abuela, quien ante esto se limitó a sonreír y guardar silencio.

En cuanto entraron al salón, la alegría y regocijo les fueron contagiados de inmediato. Nobles de todas las clases habían acudido aquel día a la casa de Padre de Todo para celebrar al nuevo soberano de los nueve mundos. Y Odín, yacía en su trono, descansando su rostro en la diestra mientras observaba con claro cansancio la celebración que se llevaba a cabo.

  – Estimada Frigga   – La voz de Sif llamó la atención de la diosa quien aun no soltaba a su pequeño nieto, que al parecer estaba fascinado observando a las personas a su alrededor   – Te has perdido de todo lo bueno   – Agregó la asgardiana mientras acariciaba la cabecita del rubio.

  – Tal parece que así ha sido   – Respondió la rubia diosa  mientras observaba a su alrededor   – Y… ¿En dónde está el rey de Asgard?  –  Cuestionó Frigga con una sonrisa en los labios, ansiosa por ver a su hijo mayor portando la corona del rey.

  – Ha salido hecho una bala tras la ceremonia…   – Contestó Sif poco antes de darse la media vuelta.  – Supongo que ha de estar ansioso por tener noticias de… Él…   – Agregó divertida la pelinegra poco antes de separarse de la diosa y perderse entre la muchedumbre.

Aquello tan solo puso en alerta a Frigga, quien de inmediato se dio la media vuelta para salir del lugar y dirigirse cuanto antes al bifrost.

Algo en ella le decía que las acciones precipitadas de su primogénito no iban por el buen camino. Su acelerado corazón y su instinto materno la hicieron cabalgar con su nieto a cuestas y a toda prisa, encontrándose al poco tiempo ante la entrada del bifrost, mientras el guardián de esta le hacía frente al ahora rey de Asgard.

  – Debes darte la media vuelta, Thor, has de regocijarte en tu gloria de rey y después podrás visitar Midgard   – Bramó el moreno mientras sostenía la espada firmemente y sin apartar su mirada dorada del rubio.

  – ¡Soy tu rey! ¡Dime lo que sucede en Midgard, Ahora!  – Clamó el rubio levantando el Mjolnir en la diestra, mientras los truenos comenzaron a hacer acto de presencia en el lugar.

  – Thor… Escucha a …   –

  – ¡No te entrometas, Madre!  – Clamó colérico el dios, ignorando que las reacciones de su pequeño hijo, quien tan solo observaba estupefacto el actuar de su padre.

  – Cómo tu amigo te lo he advertido, pero si tanto anhelas tu perdición…   – Murmuró Heimdall mientras daba la vuelta a la espada y abría el portal hacia Midgard.

 

~*~*~

La lascivia se respiraba en el ambiente. El sonido de los labios encontrándose era fácilmente audible, mientras las manos de ambos luchaban por abarcar aun más piel del cuerpo ajeno con cada nueva caricia.

Stark estaba sumido en su fantasía personal, mientras con fiereza se deshacía de la camiseta negra del menor quien no oponía resistencia alguna. Podía sentir el cálido aliento del dios contra su cara, luchando por tomar una nueva bocanada de aire y proseguir con aquel acto carnal. Un suave gemido brotó de sus labios al descubrir la fina piel del pecho de Loki que ahora yacía descubierto frente a él. Se mordió el labio inferior ante la deliciosa imagen que se le presentó, poco antes de atacar fieramente la blanquecina piel de su amante, depositando suaves y firmes besos en esta, dejando marcas rojas que le gritarían al mundo que aquel hombre le pertenecía, si, finalmente le pertenecía.

El pelinegro por su parte tan solo se dejaba hacer, cerrando los ojos y jadeando con sutileza ante el húmedo contacto de los labios del castaño sobre su piel que parecía arder en deseo. Llevó su derecha hasta la suave melena del playboy, enterrando sus dedos en este mientras echaba el rostro hacia atrás, soltando suaves gemidos al sentir la lengua del multimillonario lamiendo y devorando aquellos botones rosados en su pecho. Se sintió desfallecer en tan solo un instante. Aquella vasta y sublime sensación de placer que se la había negado por tanto tiempo, finalmente se arremolinaba en su ser y lo destruía con notable lujuria.

Movió sus caderas, ansioso por sentir la dura hombría del castaño que había despertado desde el primer segundo en que inició aquel acto pasional, rozando su firme trasero contra la entrepierna claramente abultada del otro. Una deliciosa sensación recorrió su cuerpo cuando finalmente el playboy mordió con suavidad uno de sus pezones llevando su mano izquierda hasta el trasero del dios, arañando con lujuria los suaves glúteos de este, quien se relamió los labios ante aquel acto.

  – Stark…   – Volvió a susurrar mientras deslizaba sus manos hasta el pantalón ajeno y comenzaba su tortuosa labor, deshaciéndose del carísimo cinto que llevaba Anthony en sus prendas y aventándolo en medio de aquel remolino de pasión. Sus dedos rápidamente se movieron para poder abrir el pantalón del castaño y finalmente liberar su hombría erecta y necesitada. Un lascivo gemido brotó de los labios de Loki al notar como el miembro ajeno estaba listo y palpitante para él, mientras el líquido pre seminal brotaba lascivamente de la punta, invitándolo a degustar de aquella deliciosa semilla sin inhibición alguna. Tragó saliva poco antes de bajarse de las piernas de Tony, arrodillándose de inmediato ante este y sujetando la erección ajena entre sus manos.

  – Lindo gatito …   – Susurró un lujurioso Stark, quien sujetó con firmeza la melena negra de Loki, invitándolo a degustar de sí, y por supuesto, el pelinegro no se negó a aquello.

Besó con suavidad la punta de la erección del otro, atento a sus reacciones, mientras con su diestra acariciaba el tronco del libido contrario, suavemente de arriba hacia abajo. Stark tan solo sonrío por lo bajo, sabía que Loki tan solo hacia aquello para desquiciarlo, y vaya que lo estaba logrando. Meneó sus caderas ansiosas, recibiendo una sonrisa traviesa por parte del dios quien finalmente abría la boca y engullía con lujuria aquel pedazo de deliciosa carne. Aquello tan solo arrancó un fuerte gemido de los labios de Anthony, quien comenzó a mover con suavidad sus caderas, embistiendo la boca del pelinegro.

Loki apenas podía respirar. Aquella deliciosa erección rozaba su garganta y le dificultaba llevar el aire vital hasta los pulmones, pero estaba disfrutando el delicioso sabor salado que llegaba hasta sus papilas y encendía aún más la lascivia en su cuerpo. Se separó apenas para tomar aire, sin descuidar la hombría de su amante, la cual masajeó expertamente con la izquierda, mientras de nueva cuenta su boca iba al encuentro de su presa, esta vez, alcanzando aquel perfecto bulto justo debajo de la erección de Stark. Los lamió lascivo, mientras jugueteaba con sus dedos entre los pliegues de estos. Anthony parecía estar a punto de estallar. La escena que se le presentaba era simplemente exquisita, ¿Estaba soñando? ¿Aquella era una más de sus fantasías?

No quiso esperar a averiguarlo. Sujetó con firmeza la melena negra del dios y lo alejó de sí, tan solo para observar como el dios se relamía los labios, degustando con lujuria la esencia que se había adherido a estos.

  – ¿Quieres más?  – Cuestionó Stark mientras se ponía de pie y empujaba el delgado cuerpo de Loki sobre la tela carmín del sofá.

  – Una pregunta sin sentido…   – Contestó el dios mientras sentía como el mayor prácticamente le arrancaba los pantalones y los bóxers para poder dejarlo a la par con él.

  – Bien, te daré mas…   – susurró lujurioso el castaño mientras sujetaba con firmeza las caderas del pelinegro, volteándole de un solo movimiento y dejando su trasero expuesto para él.

Esta vez fue Anthony quien se relamió los labios mientras se acomodaba en el sofá y acomodaba el cuerpo del pelinegro en cuatro. La palpitante entrada de este quedo expuesta. Loki tan solo meneó las caderas ansiosamente, sabía lo que se avecinaba, y Stark, no iba a negárselo.

Sin cuidado alguno, se hizo paso hasta aquel punto, abriendo las nalgas del pelinegro y llevando su boca hasta su entrada, lamiendo la rosada piel de esta. Loki soltó un gemido al sentir la humedad en aquella zona, su cuerpo adoraba aquella sensación.

  – No… P.. Pares..  – Murmuró contra la tela carmín del sofá mientras sentía como su erección comenzaba a gotear de placer.

Anthony estaba en las nubes. No podía pensar en momento mejor que aquel, ni aun la primera vez que habían hecho el amor, no, esta entrega superaba con creces a la primera. Usó entonces el dedo índice de su izquierda, abriéndose paso entre las rosadas paredes del dios, quien tan solo atinaba a gemir más y más, ante cada nuevo centímetro de profundidad a la que llegaba la lengua del castaño.

  – M… Mas… Mas…   – Jadeaba el pelinegro fuera de sí, mientras su cuerpo desprendía un calor indescriptible.

Anthony sonrío ante la escena, lo tenía a su merced. Fue entonces que detuvo el movimiento con su lengua e introdujo dos de sus dedos en aquella cavidad. La suave y tensa sensación lo envolvió de inmediato. Arañó con lujuria el trasero de Loki con la mano libre, mientras comenzaba a penetrarlo con sus dedos sin clemencia alguna. Y el pelinegro reaccionaba, y reaccionaba bastante bien, meciendo sus caderas y profundizando el alcance que el otro tenía dentro de su cuerpo.

  –  ¡Métemela!  –  Clamó desesperado el pelinegro mientras observaba de reojo a su amante, quien sin dudarlo, sacó sus dedos del interior ajeno y se acomodó rápidamente en su entrada.

Un suave gemido brotó de los labios de Loki mientras sentía como poco a poco la erección de Anthony entraba en su interior. Su razón se nubló mientras aquel falo lo partía lentamente hasta llegar a su centro de placer. Jadeó con lujuria al sentir como la erección de Stark rozó aquel punto estratégico interno.  Y aquello no había pasado nada desapercibido para Anthony, quien comenzó a mover sus caderas rápidamente, rozando una y otra vez aquel punto dentro del cuerpo ajeno.

Loki se estaba deshaciendo del placer justo debajo del multimillonario.

  – ¿A..Ahí?  – Cuestionó Stark con un tanto de dificultad al hablar mientras sus caderas continuaban hundiéndose en los glúteos de Loki.

  – Si.. Ahí.. Ahí.. Más…   – Jadeó el pelinegro completamente fuera de sí, sintiendo como la sangre se concentraba en su erección, preparándolo para el inminente clímax.

Aquellas palabras tan solo activaron aún más la lascivia de Stark, quien sin dudarlo, aceleró el movimiento de su cuerpo, embistiendo al dios con fiereza, mientras encajaba sus manos en los glúteos de este. La deliciosa sensación del sudor y los líquidos propios del acto, eran los que ahora bañaban sus cuerpos, y el sonido de estos golpeándose en medio del remolino de pasión, inundaba sin clemencia la habitación.

  – Si… Si… Más.. T..Thor…   – Murmuró el pelinegro ajeno a sus palabras, mientras el orgasmo se presentaba en su cuerpo, tensándose de sobremanera y esparciendo al poco tiempo su blanca semilla en la tela carmín justo debajo de su cuerpo.

La asfixiante sensación pronto llegó también al castaño, quien pese a haber escuchado aquel nombre brotar de los labios de Loki, no pudo evitar alcanzar su clímax ante la sensación del orgasmo ajeno, derramando su semilla en lo más profundo del cuerpo de este, anhelando depositar su esencia tan adentro, que nadie más pudiera quitarla de ahí.

 

~*~*~

Pesé a los reproches de Frigga y las palabras de Heimdall, finalmente se halló una vez más en su amada Midgard. La torre Stark lo recibió en silencio, no hubo bienvenida, no hubo nadie que le dirigiese una palabra. Pero no necesitaba eso, lo único que deseaba era volver a ver al pelinegro, alejarlo de Stark y decirle sobre… Magni. Aún no encontraba las palabras suficientes para expresarle aquella noticia, pero decidió adentrarse a la torre del multimillonario. Necesitaba verlo. Pero grande fue su sorpresa al escuchar los gemidos de placer que se lograban escapar del interior de la torre. No pensó, no razonó. La tormenta se hizo presente en los cielos de Manhattan, mientras los zafiros del rubio se posaban en aquel par de amantes de acababan de terminar su acto carnal. De nuevo aquella escena se le presentaba. La sangre le hirvió en las venas en aquel momento.

Notas finales:

Así es señoras y señores, hubo un lemon después de mil años. Creo que ya se los debía. o,ó no habia metido lemon desde hace mucho, espero poder meter mas sexosidades seguidas xD jajajaja ... Bien, soy toda una pervert. ¿Qué hará Thor? De nuevo le paso XD jajajaja ... Ay Thor Thor... Pues bueno, Magni crece junto con Hela, pues se vería muy desigual que siguiera de bebé mientras que Hela ya habla y camina xD.... ¿Qué va a pasar con estos dos chiquitines? ¿Thor va a asesinar a Stark? D: no sé! jaajaja XD la verdad... Me ayudaría me dijieran que quieren que pase, pues no quiero decepcionarlo.

En fin, hermosas y hermosos, les mando besos y abrazos muy grandes.

Nos leemos en el siguiente capitulo!


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