POV Loki
¿Has sentido alguna vez como si tu corazón y mente colapsaran al mismo tiempo? ¿Has sentido alguna vez el peso de la traición y la mentira caer sobre tus hombros sin clemencia alguna? ¿Estar sin un camino claro, un futuro incierto y una soledad por delante que debes enfrentar?
Así me sentía. Todo mi mundo y todo lo que había creado y aceptado se estaba yendo al demonio en miserables minutos. Corría, corría como nunca en mi vida, anhelaba simplemente desvanecerme con un hechizo y aparecer de nueva cuenta en el portal que me llevaría a Midgard, pero no podía usar mi magia, al menos no sin arriesgarme a ser descubierto por Odín o en su defecto por el guardián de mirada dorada.
Podía esperarlo de Thor, bueno en realidad podía esperar cualquier mierda de Thor, pero, ¿De Stark? ¿Habían sido en vano todos esos días que pacientemente esperó y se esmeró por cautivar mi corazón? ¿Me había mentido? Ya no sabía que creer. Midgardianos, asgardianos. Todos iguales. ¿Qué haría con Hela? Había prometido no alejarla de su padre, pero dada la actual situación jamás me permitiría dejarla con él. Y Thor, nuestro hijo… Nuestro hijo…Aquella frase me resonaba en la cabeza, martilleaba mi ser, mis pensamientos. Tenía un hijo con Thor. Y ahora todo tenía sentido. Pero Odín lo había tomado como asgardiano, o al menos, eso parecía, porque estar leyendo tan tranquilamente junto con … Frigga. Mi hermosa diosa, madre. ¡Cuánto extrañaba tus suaves y dulces palabras! Tus consejos, tu amor maternal.
Al menos mi hijo con Thor estaba bien… A todo esto… Había olvidado cuestionar el nombre de mi propio hijo… Se me había negado el derecho de criarlo. Mi sangre. El fruto de mi amor, carne de mis entrañas. ¡Por los dioses! ¿Por qué? ¿Jamás acabaría de pagar mi pecado? ¿Qué error tan grande había cometido para merecer aquella pena?
Tan pronto me hallé en los mares asgardianos, de nueva cuenta busqué aquel paraje escondido entre las rocas. Uno, dos, tres pasos… ¡Ta da! De nuevo en la podrida Midgard.
Debía hablar con Thor. Con Stark. ¿Con quién? Tan solo tenía ganas de partirles el rostro a ambos. Pero primero ocupo arreglar mis pensamientos. Harto, asqueado. Lo único que ahora importa es recuperar el tiempo perdido, mi hermoso niño de cabello rubios, ¿acaso sabrás de mi existencia? ¿O pensarás que alguna asgardiana estúpida te ha dado a luz?
Por otro lado, mi bella castaña, ¿Cómo decirle a mi pequeña que tiene un hermano? Pero… Ella había hablado de un niño rubio… ¿Lo ha visto? Debo hablar con ella. Pero en su inocencia, ¿Cómo habría de llegarle con una duda de tal magnitud? ¡Basta!
Recito un par de palabras por lo bajo mientras cierro con lentitud los ojos. Al volverlos a abrir me encuentro en las calles de una destruida Manhattan. Los cielos aun claman la ira del dios del trueno. Sonrío para mí mismo. Apenas doy unos pasos poco antes de notar su fornida figura aterrizar justo delante de mí. Su rostro sumido en una mezcla de tristeza e ira. Dios del trueno, ¡Has caído bajo!
— Me ahorraste la molestia de buscarte—Escupo veneno en tu rostro, ¿Recuerdas nuestras pláticas en Midgard cuando tratabas de disuadirme para volver a tu lado y no destruirla?
—Tenemos que hablar— Al grano, no te andas con rodeos.
— En efecto mi estimado Thor. Tenemos que hablar —
Pero no puedo, no puedo contenerme. Me dejo llevar una vez más por las emociones. Camino hasta ti y sin más golpeo tu rostro con mi puño con toda la fuerza que mi cuerpo me lo permite.
— ¡Me lo arrebataste! ¡A mi hijo! — ¿Estoy llorando? ¡Dioses!
— Hay una razón… — Murmuras mientras limpias la hilera de sangre que brota por la comisura de tus labios.
— ¿La hay? ¡No me interesa! ¡No tenías derecho! —Quiero respuestas, y no sé cómo obtenerlas de ti, Thor. Jamás he sabido como piensas o lo que sientes. Pese a que te amo… Te amaba…
— ¡Lo hice por el bien de ambos! — Estás molesto… Pero no tienes derecho.
— ¿Nuestro bien? ¡No veo en que nos beneficiaria! ¿Acaso ese niño sabe quién soy yo? —
— ¡Lo sabe! ¡Jamás le he negado la verdad sobre su origen! En su momento lo hice para que Odín… Para… Salvarlos… — Te llevas la derecha a tu rubia melena. Conozco ese gesto. De alguna manera sé que no mientes, y eso es lo que más duele.
— ¿Salvarnos? Discúlpame, pero el Thor que yo conozco hubiese matado a golpes a Odín para defenderse… —
— ¿Y ser un fugitivo? ¿Arriesgaros a ambos por una imprudencia? ¡Seguí el consejo de nuestra madre! ¡Ahora soy el rey de los nueve mundos! Mi palabra es la ley… No debo esconder más mis sentimientos, y no debes permanecer más en tu exilio… Tu castigo será revocado, obtendrás el perdón real —… Sonríes, sabes que no lo haré.
— No abandonaré todo lo que construí aquí. Ni a Hela. —
— ¿Y a Magni? ¿Abandonarás a tu hijo? ¡Ansía conocerte! No tienes porque abandonar a Hela, es una princesa asgardiana… — ¿Le has puesto Magni? Hermoso nombre. Todo lo pintas tan lindo… Pero no lo es.
— No abandonaré a Stark —
Tu sonrisa se desvanece. Lo siento Thor. No sé lo que siento o sentí por ti. Pero no puedo ignorar lo que siento por él, aunque no sé si podré perdonarlo y seguir jugando a la familia feliz. Así como tampoco puedo aceptar tu oferta y jugar a la familia feliz de dioses asgardianos.
— Te mintió —
— Y tú también —
— Gritaste mi nombre en tu orgasmo —
¿Disculpa? Siento el color carmín cubriendo mi rostro. Una sonrisa amarga se dibuja en mis labios.
— Independientemente de la tormenta que haya en mi corazón, ¡Soy Loki!, Thor, ya deberías saberlo, dejarme llevar por mis emociones cuando mi convicción es tan firme… ¡Jamás! Mente sobre corazón —Me echo a reír. Dios de la mentira y el engaño. No ostento aquel titulo solo por nada. — Además… Aunque acepte tu generosa oferta, Odín no permitirá aquella osadía. ¿Sabes? Podrás ser el rey de Asgard, pero él sigue teniendo poder, aun más que el poder de tu trueno — Debo regresarte a la realidad, Thor, dejarte en claro que no puedo irme.
— ¿Qué hay de nuestro hijo? —
— No lo uses, ¡No te atrevas a usarlo de esa manera! No me chantajees…. — Estoy harto… Quiero morir. No pensar, no tener que decidir, no tengo la fuerza. No puedo escoger entre Hela y Magni. Bueno… ¿Por qué tendría que hacerlo?
— ¿Entonces volverás con Stark? — ¿Te das por vencido tan fácilmente? Vamos Thor, no eres así.
— Jamás dije que lo haría. Tanto tú como él son unos idiotas, aunque aun no puedo decidir quién gana las olimpiadas —
— ¡Vaya! Ese es un titulo que no quisiera ganar — La voz de Stark había sonado en el momento menos indicado. Apenas alcé la mirada lo observé aterrizar a mi lado, lo suficientemente alejado de Thor para evitar un nuevo enfrentamiento, o eso quería pensar.
— No es el momento… — Lo observo quitarse la máscara de hierro y observarme con esas almendras que me habían empezado a enloquecer.
— ¿Dónde está Hela? — Bueno, tienes derecho a preguntar, pero no a saber.
— Lejos de ti y este caos — Tu rostro se distorsiona rápidamente, puede leer la tristeza y la angustia de un padre en tu mirar. — En cuanto recuperes la cordura y dejes de jugar con Thor, consideraré traerla a casa… —
— Esta no es tu casa — La voz del tronador. Thor, mi amado Thor. Regresar tan solo para desatar una nueva tormenta en mi lacerado corazón. — Asgard lo es —
— Ni Midgard ni Asgard. ¡Dejen de comportarse como niños! Ninguno tiene patria potestad sobre mí. Puedo decidir por mi mismo lo que quiero hacer. Gracias. Y si dejan de destruir la ciudad, os agradeceré el gesto, y estoy seguro que el capi que se esconde por ahí, también lo hará —
Ambos dirigieron su mirada la montaña de escombros cercana, donde efectivamente, Steve Rogers observaba la situación, preparándose para volver a detenerla de ser necesario.
Al final agradecía ese amor incondicional que aun le profesaba a Tony. Porque lo amaba, pese al tiempo y las circunstancias, aquel hombre era sincero, y podía leerse cual libro abierto, y de alguna forma lo envidiaba. Alejarse y esperar, amar en silencio, superar el dolor. No era un midgardiano común. De alguna manera, él conocía otro significado del amor, o quizá el verdadero significado de este. Suspiré. Unas cuantas palabras y mi ser fue transportado a otro lugar. Necesitaba estar solo.
POV Thor
De nuevo lo había hecho, Dios del engaño, nos habías timado y distraído para huir. El soldado tan solo observó la situación en un silencio indescriptible. Aun tenía ganas de partirle la cara al idiota de Stark, pero de alguna manera me sentía frenado por las declaraciones de Loki.
Ciertamente, no tenía derecho de aparecerme así. Madre intentó detenerme y la ignoré. No le hice mucho caso a mi razón y me dejé llevar por mis emociones. Mente sobre corazón, o al menos, eso era lo que Loki había dicho.
¿Cómo poder recuperarte? Desde mi error con Jane había estado pensando en la respuesta a esa incógnita. Pero simplemente no podía. No puedo leerte, no puedo entenderte. Gritas mi nombre, me rechazas. Vas de un extremo a otro de la cuerda, en un tirar y aflojar sin final. También me duele, Loki, claro que también me duele, también siento; pero tengo claro que es parte de lo que merezco por todo el daño que te ocasioné.
— ¿Piensas buscarlo? — La voz del castaño captura mi atención. Sinceramente es lo que más anhelo, buscarlo, tomarlo entre mis brazos… Pero no puedo, mente sobre corazón, al menos por una vez en mi vida.
— Aparecerá cuando quiera ser encontrado — Aunque no estoy obligado a entablar un dialogo con mi acérrimo enemigo en los campos del amor, te respondo, porque necesito que hagas lo mismo. Esperar.
Y no, no puedo regresar a Asgard, no puedo arriesgarme a dejar pasar tanto tiempo como para ya no recuperarte jamás. Como tampoco puedo abandonar a Magni. Ni mi reino. No sé pensar con claridad. Al menos no en estos momentos en los que mi corazón pelea por dominar mis acciones.
Te amo Dulcinea mía. Te anhelo. Te necesito, y si de alguna manera pudieras ponerte en mi lugar y yo en el tuyo, entender y entenderte; todo sería muchísimo más fácil. ¿He madurado? No lo sé. Lo único que entiendo en este momento, es que debo dejar de perseguirte, porque seguirás huyendo, a menos que quieras lo contrario, y solo en ese caso, podré alcanzarte.
POV Tony
El rubio idiota tan solo se da la media vuelta y sale volando, como siempre. No irá en su búsqueda, eso me queda claro, aunque yo tampoco debo hacerlo.
Siento otra mirada sobre mí. Steve. Tus zafiros están atentos a mis movimientos. Puedo sentirlos cargados de amor. Si, aun puedo sentirlo y estremecerme ante ese hecho, y más aun, ante la fuerza de voluntad que tienes.
— ¿Piensas quedarte ahí y matarme con la mirada? —
— ¿Matarte? Jamás… — murmuras. El tono de tu hablar ha perdido cierta gracia y se ha cargado de algunas emociones que quizá no puedo describir con claridad. — ¿Cómo está… tu familia? — Denotas ahora tristeza.
— No muy bien… — ¿Cómo puedes preguntar por algo que aun te duele? ¿Cómo puedes enfrentarte a mí pese a todo el dolor que te causa la situación? Bien, eres digno de admirar.
— ¿Lo amas? — ¿Aun te cuestionas eso?
— ¿Lo dudas? Tenemos una hija… —
— Eso no responde a la pregunta… —
— Lo amo — Bajas la mirada. Derrotado o no, jamás te había visto resistir así. No voy a dudar de mis sentimientos Steve, y menos ahora.
— Aun te amo, Anthony — Lo sueltas sin más — Y puedo esperar, todo lo que necesite esperar. Aun si Loki te escoge, aun si… — Suspiras con una sonrisa en tus labios —Tienen una hija, él… — Lo sé Steve, sé que Loki no puede olvidarlo, y no puedo negar aquello. Lo he escuchado de sus labios, aun cuando creí que había logrado llegar a él, cuando pensaba que finalmente su corazón me pertenecía, escuché su nombre. Su amor lleva cientos de años consumándose, siendo correspondido o no, sé que aun ama al dios estúpido y ególatra, pero aun no puedo perder mis esperanzas. Así como tú luchas, yo lo hago también. — Quizá ir por Bucky… Fue un error… Pero… — Bucky, ese nombre aun me cala las entrañas. — Si pudiera regresar el tiempo, y … —
— No lo harías. No eres así. — Así que no te mientas capi.
— ¿Jamás volverás a mí? — No sé si me estas rogando Steve, pero creo que deberías parar.
— No lo sé… — Reflexiono unos momentos —No lo creo — Corrijo desviando la mirada.
— Te debo tanto mi amor, te quiero pedir perdón por no saber cómo hacerte feliz, por marchitar una flor… — ¿Desde cuándo eres tan poético? Creo que te has actualizado un poco.
— No lo sé, no sé si pueda perdonarte. Tú mismo lo has dicho. La flor ya se marchitó — De alguna manera deseo terminar esta conversación, pero de alguna otra manera, no…
—No voy a obligarte. No es propio de mí. Decidas lo que decidas mientras estés feliz, por mí está bien — La aflicción en tus palabras. La tristeza en tu mirar…. No razono, una vez más en mi vida no razono y sin pensar te sujeto del mentón y deposito un suave beso en tus labios, alejándome de inmediato del pecado que acabo de cometer.
Me observas atónito. Acabo de traicionar mi amor. Acabo de cometer un error. No dominé al corazón con la mente. Me doy la media vuelta y me largo de ahí. No soy apto para amar, quizá, esa sea la verdadera razón de todo esto.
POV Steve
Mi corazón se aceleró. Me sentí como un idiota al quedarme solo ahí en medio de la destrucción. Solté un suspiro. Con Stark no se podría interpretar aquello de buena manera o de una mala. Él solo actuaba por actuar, sin pensar. Aún si quería pensar que aquello significaba que aun existía aquella posibilidad de recuperarlo, simplemente no podía hacerlo. Estaba Loki, estaba Hela, y de alguna manera aquello no era una buena combinación.
Un nuevo suspiro se apoderó de mis labios poco antes de sentir aquella pesado mirada sobre mí. Ladeé el rostro apenas para notar aquel par de esmeraldas observándome. Una suave sonrisa se dibujó en sus labios y susurró algo que no pude escuchar.
Ese sin duda era Loki. El dios del engaño y la mentira.