Los rayos del sol comenzaban a penetrar la tela de las cortinas que cubrían el amplio ventanal que se alzaba en la habitación del dios de las mentiras.
El pequeño bulto que yacía en traje de Adán justo debajo de las sabanas de color carmín, apenas se revolvió ante la cálida sensación que se producía en su piel. Abrió los ojos con lentitud mientras observaba adormilado a su alrededor…. La sensación de la seda de las sabanas en su piel desnuda… ¡Un minuto! Abrió los ojos como platos al notar la situación en la que estaba. Quiso ponerse de pie de inmediato, cayendo al piso ante el fallo de sus piernas. Aquel delicioso liquido blanquesino brotando de su cuerpo, el inminente aroma del sexo que inundaba su piel. Las sensaciones de la noche anterior lo inundaron en un par de segundos mientras se llevaba las manos a las despeinadas hebras negras que estorbaban su vista, haciéndolas a un lado. No había sido un sueño, no había sido una fantasía, realmente había ocurrido….
POV Loki
Mi mente se nubló en un instante. Simplemente no podía asimilar lo que estaba pasándome en ese momento, no era un maldito anciano que pudiese olvidar las cosas en unos minutos, pero aquello simplemente… ¡Joder! … Me puse de pie como pude, dirigiéndome al baño cuanto antes. Tenía que quitarme ese aroma, lo conocía demasiado bien, podía sentir sus manos mancillándome. Las marcas rojas en mi pecho, en mi cuello. Lo repudié. No podía creerlo. ¿Cómo había pasado aquello? La deliciosa sensación del agua cayendo de la regadera y lamiendo mi cuerpo me relajó. Cerré los ojos mientras mis manos intentaban con firmeza hacer que aquel aroma se esfumara de mi cuerpo.
Las escenas del día anterior se atiborraban en mi mente, haciendo que me sintiera mareado. Steve, Tony, Thor, Jane… ¿Por qué? ¿Por qué estaban sucediendo todas aquellas cosas? No, no iba a permitir que mi lado sentimentalista me tomara de nuevo. Estaba harto de todas aquellas sensaciones que solo eran un maldito estorbo. Amor, celos. ¿Por qué debía padecer yo de aquellos males? Eran meramente de los humanos. ¡Yo era un dios! No podía darme los lujos de sentir aquello. No lo iba a permitir…. Esta estupidez de los humanos y los sentimentalismos acabaría aquí. Sonreí para mis adentros mientras cerraba la llave de la regadera y sujetaba la toalla a mi cintura. Las gotas de agua se deslizaban por mi piel mientras revolvía el guardarropa buscando algo para ponerme.
Un par de jeans medios rotos (¿Moda absurda midgardiana?) y una playera de color verde obscuro que le hacían juego. Me los puse con premura mientras mi cabellera aun goteaba del agua de la regadera. Unos movimientos con la toalla, un buen peine y todo quedó. No era demasiado difícil parecer un ángel seductor con las prendas midgardianas. Admiré por unos momentos mi figura en el espejo de pared de la habitación antes de salir de esta.
El sillón beige vacío, las botellas de múltiples vinos y licores vacías en la mesa de noche. Definitivamente Stark se había dado un festín anoche… Y no solo con licor. La figura del capitán dormido en el sillón continuo delataba la situación.
Me relamí de labios mientras me apresuraba hasta donde se encontraba el dormido capitán, llegando a los pocos segundos ante él. Sus hebras doradas despeinadas y sus labios entreabiertos, el aroma que emanaba de alcohol, ¿Todos los humanos eran iguales? …..
POV Steve
Los susurros en la oscuridad apenas comenzaban a escucharse en mi cabeza. No recordaba lo que había pasado la noche anterior. Tan solo sentía el martilleo intenso dentro de mí ser, señal de una resaca que iniciaba para dar lo peor de sí.
El peso de un cuerpo sobre mis muslos y el roce de unos delgados dedos en mi mejilla derecha… Abrí los ojos de alarmado tan solo para encontrarme con el rostro del dios pelinegro a escasos centímetros del mío, mientras sus esmeraldas esculcaban mi alma y sus finos labios yacían a escasos centímetros de los míos… Quise quitarlo de encima de mí, pero pronto sentí el frío metal que amenazaba mi cuello mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.
– ¿Se puede saber qué demonios estás haciendo? – La cabeza me mataba, no entendía aquella situación, no estaba en posición de pensar, no estaba en mis cinco sentidos…
– Un bello espécimen… – Su lengua siseaba ante cada palabra, su rostro y sonrisa seductoras, ¿Qué estaba pensando aquel dios? – Ahora veo porque Stark se fijó en tu ser… ¿Pero sabes? – El metal apenas se encajaba en mi piel, no había sangre, pero si una leve sensación de dolor… – Estoy hastiado de todos vosotros, metiéndose en mi vida… ¿Aún lo amas, capi? – Ese sin duda era el dios traidor que había conocido, no el manso cachorro que se había mostrado ayer.
– Eso no es de tu incumbencia, dios de las mentiras, ¿Qué es todo este teatro? –
– Me voy a divertir con todos vosotros… – Murmuró antes de colocar sus labios sobre los míos, bajando la guardia de inmediato.
¿Qué demonios estaba pasando? ¿Estaba alucinando? ¿Estaba soñando? … No importaba, sujeté sus muñecas con fuerza, quitándolo de encima de mí para posteriormente tenderlo en el sillón, colocando mi peso sobre su delgado cuerpo, mientras risas burlonas brotaban de sus labios, sin ninguna resistencia de su parte por la situación.
– No sé qué es lo que estás planeando Loki, pero no caeré en ninguno de tus juegos… No soy esa clase de persona… –
– ¿Mis juegos? – La sonrisa burlona no se borraba de sus rosados labios mientras sus esmeraldas me observaban queriendo atravesarme, llegar a lo más profundo de mí ser. – Lamento informarte, que será así… Os voy a destruir a todos, uno por uno hasta que rueguen perdón, será entonces cuando me regocije en vuestro dolor y me ría en vuestras sucias caras– Murmuró divertido. Un hermoso ángel caído. Un dios en desgracia que clamaba venganza. Era hermoso, debía admitirlo, su piel fina, blanca, sus esmeraldas que se burlaban con tan solo mirarme… Pero no hubo tiempo de responder a sus incitaciones, de un momento a otro yacía en el piso del lugar mientras la dura mirada de Anthony me atravesaba con desdén y un risueño Loki se posicionaba justo detrás de él.
– No sé en qué diablos estás pensando, Rogers, pero estás agotando mi paciencia… –
La situación era bastante comprometedora, ¿Qué podía argumentar en mi defensa?
– No es lo que estás pensando, Anthony … – Piensa, cerebro… Piensa
– Por supuesto que no, mi estimado Stark – La voz del pelinegro había brotado de la nada mientras se acercaba al cuello del castaño, hablándole al oído… Bien… Estaba a punto de matarlo… – Solo estábamos conociéndonos mejor, después de todo, viviremos juntos por un tiempo… Hasta que el capitán encuentre donde alojarse, lejos de nosotros… – Finalizó con veneno mientras se burlaba con la mirada de la situación, ¿Qué pretendía?
POV Loki
Los zafiros de Steve me atravesaban inclementes, mientras Stark tan solo tomaba aire y suspiraba para después darse la media vuelta, sujetándome de la muñeca y llevándome de nuevo a la habitación del fondo. El sentimental y bello Stark… No podía negar que mi corazón se aceleraba al tenerlo cerca. Había despertado nuevas sensaciones en mí, pero no lo suficientemente fuertes como para dejar atrás aquellas otras que calaban lo más profundo de mi ser.
– Debes mantenerte alejado de problemas, Loki… – Murmuró el castaño cerrando la puerta de la habitación detrás de si mientras me observaba suplicante con su mirada chocolate.
– ¿Problemas? – Desdén, odio… De nuevo sentimientos se aglomeraban en mi ser luchando por desbordarse en mis palabras y herir a aquella persona que se encontraba justo delante de mí. – Yo debería ser quien te dijese aquello. ¿Acaso soy un buen juguete para olvidar vuestro amor por el soldado? – Su rostro se descompuso en un instante mientras me sujetaba con firmeza de los brazos y me observaba a los ojos.
– Jamás dije eso… – Murmuró con evidente dolor ante cada palabra que brotaba de sus labios.
– Os vi besándose la noche anterior, ¿Acaso negarás que aun sientes algo por él? –
– ¿Acaso negaras tú que me estás usando para olvidar tu amor mal correspondido por Thor? –
Un silencio sepulcral inundó la habitación. Había dado justo en el blanco. De alguna manera, no podía negarlo, mi corazón mancillado en mil pedazos había buscado un refugio para el olvido en los brazos de aquel castaño.
– No soy un estúpido humano como todos vosotros, soy un dios que ahora yace en desgracia por la estupidez de dejarme llevar por mis sentimientos, y os juro que no volveré a hacerlo. –
Una sonrisa iluminó los labios de Stark… ¿Acaso no estaba entendiendo mis palabras?
– Está hablando un corazón destrozado que intenta llenar el vacío con el dolor ajeno, ¿No te cansas de eso, Loki? ¿No es suficiente todo lo que he hecho por ti? –
– ¡Ja! ¿Lo que habéis hecho por mí? ¿Joderme y después irte con el capi a besuquearte te parece mucho? ¡Qué cojones tenéis! –
¿Celos?.... Estaba siendo irracional, en aquellos momentos tan solo deseaba… No hubo tiempo para responder, tan solo sentí los suaves labios del castaño sobre los míos, un beso pasional, puro, cargado de emociones… Sus manos sobre mis mejillas, su barba cosquilleándome en el rostro.
– Aunque Steve es mí pasado… Ahora tú eres mi presente… – Murmuró separándose apenas de mis labios. ¿Dónde había quedado el ególatra Anthony Stark? ¿Aquel ser soberbio que por sobre todo siempre se prefería a sí mismo por sobre los demás?
– No caeré de nuevo en tus juegos, Stark – Solté sin más antes de deshacerme de su agarre y salir de la habitación con pasos firmes.
La mirada zafiro del capitán que yacía sentado aún donde lo habíamos dejado, me siguió hasta que desaparecí en el ascensor. Estaba harto, no iba a caer de nuevo en sentimentalismos, no iba a llorar de nuevo, no iba a dejarme llevar de nuevo por nadie. El ascensor se detuvo en el primer piso, tan solo para abrir las puertas y mostrarme la figura de Thor en ropas midgardianas, mientras la estúpida y perra de Jane yacía colgada en su brazo derecho mirándome con una sonrisa en los labios. Sonreí lo mejor que pude y pasé a un lado de la “Feliz pareja”.
– ¡Hey! – la gruesa voz del dios del trueno me hizo detenerme en seco mientras sentí a su agarre en mi brazo derecho, haciendo mi cuerpo girar para verlo.
– ¿Qué no tenéis que ir a joder con vuestra puta novia en algún lado? – Bramé fieramente mientras observaba la figura de la mujer a los lejos que no apartaba la vista de la escena que se estaba montando.
– No la llames así… – Murmuró el rubio mientras me soltaba – ¿Acaso has olvidado la tarea que Padre me ha encomendado? Aunque ya estés con otro mi estimado Loki, no podrás apartarte de mi tan fácilmente, lo que me recuerda, ¿Puedes abandonar la torre Stark tan fácilmente? –
– No son asuntos de tu incumbencia, esta no es mi prisión, puedo irme cuando se me plazca –
– ¿Será acaso que ya los has visto juntos? –
– Me estas jodiendo la paciencia, Thor… – Basta… Ya no puedo soportarlo. Déjame ir maldito infeliz… ¿Qué os pensáis? ¿Qué soy vuestro juguete para divertiros cuando quiera?
– Vamos, vamos, niños, están haciendo una escena en mi casa… – La voz de Stark había sonado en el momento adecuado, haciendo que el rubio me soltara de inmediato. – Mi estimado ricitos, creo que la única que trabaja en mis instalaciones es la señorita Foster, ¿Será que puedas retirarte? Te recuerdo que puedes venir por ella justo a la hora de su salida – Finalizó irónico mientras me sujetaba con firmeza de la muñeca y me halaba hacia el otro elevador….
– Creo haberte dicho que te mantuvieras alejado de problemas… – Murmuró contrariado el multimillonario mientras evitaba mi mirada. Era obvio que las palabras que le había escupido con anterioridad habían causado aquel efecto en él.
– No eres mi dueño y está no es mi prisión… –
– ¡Me jodes, Loki, me jodes! – No pude siquiera terminar aquella frase, la voz enfurecida de Stark había resonado por el estrecho lugar. – Pensé que ya habías aceptado lo que sentías y lo que yo sentía, pero solo sigues jugando cual serpiente cualquiera. No eres el único que sufre, no eres el mártir del cuento. Tú solo sellaste tu destino y muerdes la mano que intentó salvarte del mismo. Si es lo que deseas, quédate solo… – Finalizó poco antes de que las puertas del elevador se abrieran y saliera del mismo hecho una bala.
¿Qué había sido aquel desplante de emociones del castaño? Lleve una mano a mi rostro mientras el elevador se cerraba de nueva cuenta. Había lastimado a la única persona que mostraba preocupación sincera hacía mí, y había jodido la única oportunidad que posiblemente tendría de ser feliz.