POV Loki
La vida simplemente es una parte de nuestra entera existencia. Naces, conoces gente, amas, odias, mueres… Un destino que escribes día a día con todas y cada una de tus acciones, de las cuales puedes arrepentirte. Amar, aquel sentimiento propio de la raza humana, pero que nadie está exento de sentirlo de igual manera. Pero no es un sentimiento que llegue solo, siempre está acompañado de un trago amargo de tristeza, por supuesto. Y entonces, existe aquel otro lado del espejo: la felicidad. Un simple sentimiento que puede desbordarse y contagiar a cualquiera. Pero, ¿Qué es ser feliz? ¿Cómo alcanzar la felicidad? ¿Cómo hacerlo cuando te han sellado en tan cruel destino, cuando todas las maneras de alcanzar la misma se nublan en tu mente y te hacen perder el control? Por más que alces las manos e intentes alcanzarla, si el lodo te atrapa, ahí quedaras.
Dioses, apiádense de mí, conduzcan mi alma hasta el ansiado Hel o llevadme al Valhalla a disfrutar de todo aquello que se me ha negado.
Quiero abrir los parpados, la conciencia apenas retorna a mí, puedo sentir la suavidad de las sabanas que me cubren, escuchar las voces a mí alrededor, siquiera distingo que dicen. ¿Se debaten sobre mi estado de salud? ¡Obviamente! No estamos en Asgard, ustedes jamás podrán sanarme; aunque no creo que necesite ser sanado.
Abro los ojos con lentitud, observó a mi alrededor, tan solo son figuras borrosas, pero logro notar tu figura. Stark… Me observas con preocupación mientras tu diestra se posa en mi mejilla, esperas una respuesta de mi parte ante tu muda suplica, pero no la habrá. Desvío la mirada, no me siento con la valentía para mirarte a los ojos. Mi corazón yace en duda, mis acciones hablaron por sí mismas.
– Estarás bien… Solo estás débil... – Murmuras poco antes de continuar tu charla con los médicos.
Paseo mi mirada en los demás presentes, ningún rostro conocido, ¿Dónde estás, Thor? Tu recuerdo es lo último que ha atesorado mi mente, la sensación que tuve al yacer en tus brazos, con la calidez de tu cuerpo cobijándome. ¿Me abandonas de nuevo? ¿Estás con Jane? No, ya no importa, si fue un sueño, si fue verdad, no es importante ahora. Me revuelvo en mi lecho, busco ponerme de pie, me lo impiden de inmediato…
– Necesito ir al baño – Masculló mintiendo mientras una mano amiga me ayuda a ponerme de pie y me guía hasta este. Tan amable, tan ajeno a ti, tan cegado… ¡Oh Anthony! Entra en mi corazón y desplaza a su dueño anterior, como quisiera corresponder tus sentimientos con la misma intensidad y no sentirme miserable por aun amar a alguien que… No tiene caso repetirlo.
Cierro la puerta detrás de mí mientras me recargo sobre esta. Mi plan falló, de nuevo estaba en mi cárcel, pero mi captor se había esfumado. De nuevo aquella sensación se apodera de mí. Corro a la taza, adiós a mi estomago, siquiera había comido algo, ¿Qué rayos es esto?. Tomo una toalla de papel y me limpio con esta y un poco de agua fresca. ¿Quién es ese que me mira al otro lado del espejo? ¿Por qué la amargura acompaña su mirar? ¿Desde cuándo me había vuelto así?
Siento una punzada en el vientre, me llevo la diestra inmediatamente hasta ese punto… ¿Qué demonios? Esta sensación… ¿Por qué? ¿Era posible?... ¡No! Estrellé el puño contra el cristal y la sangre manó cual río desbordado…
Escuché entonces la voz de Stark al otro lado de la puerta exigiendo que la abriera, pero mi mente era ajena a sus palabras, estaba absorto en aquel liquido que brotaba de mi diestra lacerada. Alcé de nuevo la mirada, el cristal roto apenas y podía reflejar mi figura, el fuego de mis ojos, la piel fría, azulada, la naturaleza de mi ser verdadero que se acongojaba ante la situación.
– ¡¡NO!! –
Fue todo, el sonido de la lujosa puerta viniéndose abajo fue lo que capturó mi atención. La mirada chocolate de aquel castaño que me observaba aterrado ante tal escena, ¿No conocías mi verdadero ser?
– ¿Aún deseas amarme? – Solté con amargura mientras mi piel comenzaba a recobrar su tono pálido y mis ojos retornaban a ese hermoso color verde.
Tu silencio es mi respuesta. Te aproximas a mí pero no te dejo ponerme un dedo encima.
– No… Lárgate de aquí, quiero estar solo… –
– Estás diciendo estupideces, estás herido… –
– ¡Que te largues! – Mi voz suena irracional, ese no soy yo. Atado a mi más profundo ser, a la oscuridad de mi alma, al miedo que me carcome por dentro ante la súbita revelación que los dioses me han dado, no puedo, no justo ahora, no tengo la fuerza ni la voluntad.
Te acercas a mí, quieres ofrecerme tu ayuda, es inútil. Vete, ya no más por favor, apártate, déjame solo… Por más que te alejo regresas, haces caso omiso a mis esfuerzos. De repente, un delicioso dolor comienza a carcomer mi piel desde el brazo derecho, ladeo el rostro para observar como uno de los médicos sacaba una aguja de mi piel. El líquido comienza a recorrer mi cuerpo, llevándome en breves segundos a la inconsciencia.
~*~*~
POV Thor
El bullicio de la ciudad, las luces de los autos, de los edificios, de los anuncios de comida… Todo tan extraño, pero no nuevo. La brisa nocturna me hacía estremecerme, el invierno había llegado desde hacía mucho. La azotea del complejo de departamentos donde vivía Jane no era muy cómoda, pero desde ese punto se podía apreciar claramente la torre Stark. Había llevado al pelinegro a ese lugar sin siquiera pensármelo, para poco después arrepentirme tras dejarlo en brazos de un enojado Stark. Y ahora yacía ahí, en medio de la noche, meditando mis acciones pasadas y futuras.
– Thor, cariño… – La voz de la chica me había sacado de mis pensamientos. Ella no se merecía esto, yo …
– Jane… – Ladeé el rostro al sentir su cuerpo sujetarse de mi brazo izquierdo mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.
– ¿Si? –
– Ya no podré verte – Había soltado la bomba, sin pensármelo, sin siquiera saber la razón de mis palabras, tan solo quería alejarla, el daño que le había hecho a Loki no se lo haría como ella.
Observé atento su reacción, sus orbes me miraron incrédulas mientras me soltaba y se alejaba un par de pasos.
– ¿Qué insinúas? –
– Estoy terminando contigo, Jane Foster – Sentencie mientras el rostro de ella se distorsionaba y las lagrimas comenzaban a hacer acto de presencia en sus ojos.
Pero aquella escena no parecía surtir efecto en mi persona, tan solo la observaba en silencio, rogando que aceptara la realidad y se marchara con honor de la situación, pero de nuevo se sujetó con fuerza de mí para sollozar y gritar cosas sin sentido.
– ¡No puedes hacerme esto, Te amo! –
– Pero yo a ti no – Tan frío, tan seco. El peso que cargaba a cuestas era insoportable, y aquella dura verdad era tan solo para alivianar la carga. Aunque no reflexionaba mis palabras, estaba seguro de mi objetivo: alejarla de mi vida sin nada de segundas oportunidades.
Pronto sentí su mano contra mi mejilla. Un leve dolor escoció mi mejilla mientras la observaba darse la media vuelta y alejarse. Tal como había llegado a mi vida, de esa manera se iría. Y es que justo ahora, no podía hacer más que pensar en él. En su dolor, en sus esmeraldas llenas de reproche y sus palabras condenadamente dolorosas. Por supuesto, yo había forjado aquel destino, yo había hecho que el final de la historia fuese ese. ¿Entonces por qué debía arrepentirme? ¿De qué tenía miedo?
La persona con la cual había compartido mi infancia, mis venturas y desventuras. Mis alegrías y tristezas. Mi hermano en la guerra y en la familia. La persona que había compartido por vez primera el lecho conmigo, la inocencia que había sido tomada uno por el otro. Esas esmeraldas que te hipnotizaban con tan solo mirarte, ese hermoso cabello negro como la noche acompañada de suaves destellos. Su piel blanca y fina cual porcelana. Un dios hermoso con una lengua de serpiente, traicionero, sediento de venganza debido a las acciones tontas de quien amó.
Me revolví el cabello con ambas manos mientras un grito ensordecedor se escapaba de mis labios, no podía soportarlo. No podía amarlo, era mi hermano, no podía, no debía, no después de todo lo que ya había pasado, no después de haber cagado todo, no después de verlo yacer en las manos de Stark. ¡Era mío! ¡Él no podía tenerlo!
Aquellas egoístas palabras resonaron en mi cabeza. Él me había escogido desde el principio, pero mi decisión lo había orillado a optar por Stark y estas eran las duras consecuencias. ¿Y qué podía hacer yo a este punto? ¿Alejarme y ser un buen perdedor? ¡Claro que no! ¡Esa no era mi naturaleza! Pero no sería tan fácil… Él mismo lo había dicho, estaba… Roto… ¿Cómo reparar el corazón que yo mismo había hecho trizas?
~*~*~
POV Loki
Vuelve a mí, deliciosa cordura, hazme recobrar la razón. Dioses ilumínenme en la miseria que no me deja razonar, que no me deja actuar.
La luna me observaba desde el otro lado del cristal, mientras las estrellas le hacían compañía en el manto oscuro que se dejaba ver majestuoso aquella noche.
Había recobrado el conocimiento hacía poco, tan solo para notar que de nuevo yacía ahí, en medio de miles de aparatos midgardianos que monitoreaban mi salud (o eso quería pensar yo). A Este punto tan solo deseaba irme, huir. Morirme ya no era una opción. Había vida en mi interior, un nuevo ser fruto del amor se gestaba en mi interior. Fruto del amor… ¿De quién era?... No importaba. Había sucedido, y demasiado rápido. Pero no era normal, no era como los demás, yo era un Jotun… Y los Jotun, tenemos esa habilidad… Pero solo bajo nuestra entera disposición, bajo nuestro anhelo más profundo, siendo el deseo ansiado la fertilidad del cuerpo. ¿Cómo había sucedido? ¿Cuándo había deseado traer a este mundo a una creatura, más en medio de esta situación?
No, eso ya no era importante siquiera el pensarlo. Tenía que alejarme, huir, llevar lejos la pequeña vida que se formaba en mí, apartarla de este ambiente.
– Qué bueno que ya estás despierto – La voz del castaño me hizo salir de mis pensamientos.
Estaba reclinado en el marco de la puerta. Estaba totalmente desarreglado, ni un ápice del antiguo Stark quedaba en aquel ser que me observaba con melancolía desde su lugar.
– ¿Qué te ha sucedido, hombre de hojalata? – Cuestioné divertido ante su imagen.
– Algunos lo llaman amor… – Murmuró mientras se acercaba a mí, quedándose a escasos pasos de mi cama. – Steve se ha marchado desde esta tarde – Sentenció esperando una respuesta de mi parte, pero me mantuve en silencio.
POV Anthony
Ni siquiera se había inmutado ante mis palabras, muy por el contrario, había desviado la mirada mientras se llevaba la diestra hasta su vientre, masajeándolo con suavidad cual mujer preñada. No, no podía soportar su rechazo. ¡Y pensar que unas noches atrás yacía meciendo sus caderas contra las mías! Me dí la media vuelta para salir de aquel lugar. Ya no hallaba como derrumbar aquella pared que había construido a su alrededor tras todo lo que había sucedido con Steve… Steve…
FLASH BACK
Tras la escena que había sucedido con Loki y Rogers, y tras que este ultimo huyera de la torre, había ido en búsqueda del capi. Necesitaba hablar con él, aclarar todas las dudas y represalias que mi mente me transmitía. Apenas la puerta del elevador se había abierto de nuevo, pude observar si figura sentada en mi sillón favorito. Sus codos yacían asentados en sus rodillas mientras sumergía su rostro en ambas manos, susurrando cosas que no podía escuchar desde donde estaba. Apenas dí un paso fuera del aparato, cuando sus zafiros ya se encontraban atravesando mi alma. Su rostro sumergido en dolor causó una reacción que hubiese querido evitar.
Aquella era la persona con la que había compartido el lecho, la persona que por primera vez me había hecho abandonar mi egoísmo, pero que había destrozado mi corazón tras marcharse aquella mañana sin decir palabra alguna.
– Anthony, yo … – Las palabras se atoraban en sus labios, su nerviosismo era evidente.
– Vivimos una linda historia en el pasado – Me apresuré a continuar, mientras él me observaba en silencio a punto de llorar (o eso parecía) – Mis sentimientos se tambaleaban en la cuerda floja cuando decidiste abandonarme aquella mañana, sin palabra alguna, sin siquiera dejarme saber de ti, y aunque te busqué, lo único que obtuve de SHIELD, fue un silencio sepulcral, ¿Qué era más importante de yo? – Cuestioné contrariado, aún sabiendo la respuesta.
– Nada lo era, solo era una misión, jamás me imaginé encontrarme de nuevo con él, alejarme tanto tiempo de ti, tan solo para volver y encontrarme con esto… –
– ¿Él? – Era estúpido preguntar cuando ya sabía de antemano la respuesta que terminaría por destruirme.
– Bucky… – El nombre que brotó de sus labios terminó por destruirme – No podía dejarlo así… Él… –
– ¿Qué no podías dejarlo? ¿Pero a mi sí? – Tanto tiempo retrasando esta charla, sabiendo de antemano las respuestas, el dolor ante la inminente verdad. – No me jodas Steve… Si yo hubiese sido alguien importante para ti, a él lo hubieses mandado al diablo, pero admítelo, lo amas –
– ¡Lo amaba! – Gritó exasperado mientras se ponía de pie y me observaba con firmeza. – Lo amaba, porque te amo a ti y a nadie más. Pero no podía dejarlo, no podía ser egoísta, aunque fuese feliz a tu lado, no podía dejarlo ahí, perecer, sin saber quién era, ser usado como un arma, ¡Aquella no era vida! ¡Eres un egoísta al no entender! –
– ¿Me llamas egoísta? ¡Te busqué! Pero claro, te fuiste sin dejar rastro –
– ¡Claro que no ibas a encontrarme! ¡Fui fugitivo de SHIED! ¿Crees que iba a venir a tu casa o buscarte para ponerte en medio del peligro de mis batallas? –
Sentí mi corazón acelerándose. No, yo ya no sentía nada por ese estúpido, ¿Cierto?
– Pudieron decirme en SHIELD… –
– Claro, iban a decirte para que corrieras a delatarme, ¿Acaso no piensas? ¡Te amo Stark! Eso es lo único que quiero que entiendas, aun cuando andes correteando tras ese dios, ¿Te das cuenta de lo que pretendes? – Murmuró mientras finalmente las lágrimas lo vencían. – Serás solo un suspiro en su larga y venidera vida, pero en mi vida, lo serías todo –
– Es todo, vete –
– ¿Qué? –
– ¡Qué te vayas! – Grité exasperado. Sus palabras me habían calado en lo más profundo.
El silencio se hizo presente mientras el rubio se daba la media vuelta y se dirigía al elevador para perderse de mi vista en tan solo un par de segundos.
¿Aún lo amaba? ¿Lo odiaba? ¿Qué pasaba conmigo? No podía soportarlo. Mi cuerpo temblaba ante la ira, la impotencia, ante la duda que llenaba mi cuerpo. No podía soportarlo, quería golpearle su bonito rostro, reclamarle en la cara cuanto había sufrido por su ausencia, como encontrar a Loki se había vuelto mi obsesión debido a … ¡No!
Los jarrones salieron volando, las copas, la mesa de noche, quería destruirlo, sacarlo, llorar, la duda, el odio, el amor. Los sentimientos se arremolinaban en mi interior y me volvían loco.
FLASH BACK END