-4to año-
Sin más ni más, otro año se había pasado volando, aunque para su deleite personal, pasaron muchísimas cosas y descubrió otras cuantas que hizo que su vida diera giros impresionantes pero que lo habían marcado de diversas formas.
Suspirando por quinta vez observó por la ventana de la torre de astronomía ansiando ver llegar a su querido James.
Regresar a la escuela siempre le presentaba muchísimo jubilo en su mente, incluso ahora más que nunca; porque durante las vacaciones de verano le fue imposible tener su tan preciada convivencia puesto que cada uno tuvo que ir por caminos distintos.
Mientras él se dirigió hacia Budapest a visitar a su tía Dafne para celebrar el primer cumpleaños de su primo Etamin, James fue invitado junto con toda su familia al campeonato mundial de quiddich, evento que él rubio tuvo que perderse para su tristeza, pues cuando su tía Dafne decía algo, tenia considerarlo hecho.
-Scor- llamó una voz familiar, esa maravillosa voz de la que quedó prendado desde la primera vez que la escuchó hacía varios años atrás en la librería Florish & Blotts.
A James se le dibujó una plena sonrisa al ver a su querido niño correr hacia él. Podría haber jurado y perjurado que el curso pasado se la pasaría de fabula manoseando y besuqueándose con Scorpius de lo lindo, pero debido a una cosa llamada Cassiopea Carliel le había disminuido su tiempo y a eso sumándole los terribles T.I.M.O.S. era obvio que su prioridad no podía ser propasarse con su inocentón novio.
-¡Como te extrañe!- exclamó dando vueltas sosteniendo junto a su pecho ese liviano cuerpo.
-¡Yo también! no tienes idea de cuánto me hiciste falta en Budapest...- el azabache se enterneció-¡espera!- dijo separándose un poco mas y miró al ojicafe de arriba a abajo, había algo diferente-¡James creciste más!- dijo horrorizado- ¡no es justo! ¡Yo también crecí pero solo tres centímetros!- dijo haciendo un mohín que como imán James se volvió a unir a él- ¡es imposible! mi papá es alto y ¿porque yo no? ¿Porque estoy chaparro?- preguntó mirando hacia arriba con sus ojos almendrados tan dulces que lo estrujó sacándole un chillido.
-¡Tu estatura es perfecta Scor! es una estatura divertida- dijo de lo lindo pegando sus frentes con regocijo -aparte es muy apropiada...- dijo acariciándole la mejilla, para después delinear el fruncido entrecejo de un muy molesto ojigris.
-Pero un par de centímetros más no le hacen daño a nadie...-
-Ya crecerás cariño, aunque espero que no mucho porque me encanta poner mi barbilla en tu dulce cabecita...- el otro se sonrojó -oye Scor, entonces si iba en serio con lo de dejarte largo el cabello ¿eh?- señaló las hebras platinadas que casi tocaban sus hombros, el Hufflepuff desvió la mirada y levantó el mentón.
-¡C-Claro!- hizo una pausa al recordar algo - aunque... mi mamá me hizo burla diciendo que con una expresión altanera y el cabello embadurnado con gomina parezco mi papá cuando iba en segundo... incluso me tomó una foto- dijo sacando dos fotografías de su mochila que se las entregó a James para que las viera.
Una era de él y la otra de su padre. A los ojos de cualquiera dirían que en definitiva son la misma persona con una mirada reacia y desafiante; pero para el Gryffindor no fue difícil diferenciar el uno del otro pues, tanto tiempo a su lado pendiente de él, que podía ver más allá de una simple actuación, la mirada cargada de amable calidez de su novio.
-¡Me quedo con esta!- dijo triunfal devolviéndole la foto de su padre. Scorpius avergonzado no iba a permitir aquello y comenzó a corretearlo. Se subieron a las mesas y esquivaron las sillas hasta que finalmente el rubio logró taclearlo contra el escritorio y se le subió a horcajadas para comenzar el duelo de manos entre risas.
-¡Gané!- prorrumpió alejando lo más que podía su foto pero el mayor no se amilanaría para robársela y comenzó a hacerle cosquillas hasta recuperarla -¡Eres un traposo Jamsie!- dijo con fingida indignación cruzándose de brazos.
-En la guerra y el amor todo se vale, tejón- dijo muy filosófico metiendo la foto en su suéter. El Huffle entrecerró los ojos y evitó su mirada para denotar su molestia, que el león no duraría en quitársela y le dio un beso en la mejilla y otro y otro más hasta que lo regresó a ver con una sonrisa.
-¡Ya! está bien, está bien, tu ganas ¡Ohh James el invencible!- dijo haciendo la voz de una narrativa épica moviendo las manos exageradamente que el otro comenzó a reír y volvió a abrazarlo.
-¡Vamos, alábame más Scor! sigue, se que quieres hacerlo- dijo juguetón -por cierto, ahorita que lo pienso, aun no me recompensas por haber obtenido calificaciones más altas de un "aceptable" en mis T.I.M.O.S.- dijo mientras el rubio muy ocupado araba sus rebeldes cabellos que miraban para todas direcciones; se detuvo y lo regresó a ver con genuina emoción.
-¿Enserio? ¿Porque no me lo habías dicho? ¿Cuántos hiciste?- preguntó emocionado.
-Pues se me olvidó mencionarlo cuando salimos de vacaciones y luego en el expreso cuando había declarado a viva voz que quería viajar contigo, todo el mundo me comenzó a armar pleito y me tuve que quedar con esa bola de celosos... ser yo es un martirio- dijo secándose las lagrimas invisibles, Scorpius rodó los ojos.
<…-y para que tu adoración por mi incremente, hice 9 TIMOS- y haciendo memoria utilizó sus dedos para enumerar -de encantamientos, transformaciones, astronomía, estudio muggle, herbología, DCAO, runas antiguas, pociones y cuidado de criaturas mágicas, y obtuve tres extraordinarios, cinco supera las expectativas y un triste aceptable en astronomía, maldigo a Aurora que me sacó varias veces de su clase y al idiota de Ricard que me hizo reír cuanto estaba en plena prueba, pero creo que debería dar las gracias porque pudo haberme ido peor...- Scorpius rió, estaba más que claro que la profesora Sinistra no lo tragaba por nada del mundo, pero James tampoco se la dejaba sencillo.
-¡Te felicito James!-
-Ahora... ¡me debes un obsequio!- dijo con voz cantarina. Era cierto que le había prometido que si lograba sacar más que Aceptables en sus pruebas haría algo que él quisiera, aunque más que nada había sido como motivación más que nada y el menor por unos inocentes momentos creyó que se le olvidaría "claro, como si se le fuera a olvidar algo así..." pensó sonrojándose.
-Pero... tengo entrenamiento de Quiddich... Sorell nos dijo que nos reuniéramos una hora después del término de las clases...- dijo ahogando un suspiro al sentir los dedos del mayor recorriendo su espalda con cariño.
-Entonces dame diez minutos de tu tiempo para compensar el tiempo que estuvimos alejados…- dijo poniendo su cabeza en el hueco del níveo cuello que repasó con su nariz, impregnándose de su delicado olor y sin poder evitarlo le dio un beso. Pudo sentir su estremeciendo con claridad y un pequeño gemido que ahogó antes de escapar de su boca –adoro como hueles Scor…-
-Jamsie…- suspiró cerrando los ojos al momento que apresaba los cabellos negros entre sus temblorosas manos- tienes una manía de siempre olfatearme…- dijo sonriendo tomando su rostro entre sus manos y lo besó con ansias.
-Ohh Scor…- James codiciaba más, pero tenía que recurrir a su freno especial y su planteamiento personal de “no volver a hacerle llorar”, simplemente no podía permitírselo y si tenía que suprimir su bestia interna fanática de franelones, lo haría, aunque no con gusto, porque se moría por saltar a la siguiente fase... pero tenía que concentrarse en hacer feliz a su rubio y solamente avanzaría si así lo quería él. “Hay que tener en cuenta que la masturbación a veces es la salida más viable” pensaba.
-Scorpius Hyperion Malfoy, si no dejas de toquetear a Trollmes en los siguientes veinte segundos entraré y le lanzaré un flippendo al primero que se me atraviese...- la voz irritada de Eddy tras la puerta cerrada del salón de Astronomía los sacó se ensimismamiento.
-Scor, te traje tu uniforme... ya sabes que a Sorell le recalienta que no estemos listos... se cree mucho solo porque es el capitán...- exclamó Agni molesto -Potter por tu propio bien suelta a mi angelito, que Eddy ya está terminado su cuenta regresiva-
-17, 18, 19...- el rubio abrió la puerta frunciendo el entrecejo con sus mejillas arreboladas y tomando su uniforme volvió a cerrar la puerta. Más rápido que el sonido se cambió, para colmo de males de James que no pudo ver absolutamente nada.
-Nos vemos Jamie, que si no salgo son capaces de tumbar la puerta- dijo dándole un rápido beso en señal de despedida y se fue corriendo lado a lado con sus amigos, dejando al azabache muy perplejo por lo que acababa de suceder y tristemente muy necesitado de muchos aspectos.
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Tras media hora de saludos entre sí, conversaciones con respecto a las vacaciones y pláticas motivacionales por parte del capitán del equipo de Hufflepuff, que, aunque la mayoría estaban centradas en las terribles palizas que les habían metido siempre cerca de la final del torneo de quiddich evitándoles que ganaran; les pedía que dieran lo mejor de sí.
Con un comienzo de entrenamiento no tan animoso, los cazadores se dedicaron a practicar los diferentes tipos de robo de quaffle como el de “Speelman” o el de “Sabriyn”, mientras que Sorell le insistía a Scorpius se enfocara en las tácticas más complicadas tal como el “Double Eight Loop” Una táctica defensiva del guardián, que para gusto del rubio era demasiado complicada y no tan efectiva que consiste en trazar círculos alrededor de los aros a gran velocidad para bloquear la quaffle.
-¡Malfoy, concéntrate!- demandaba el capitán con el ceño fruncido, ahora si estaba determinado sí o sí obtener la copa para Hufflepuff.
-Pero “Starfish and Stick” es aun mas riesgosa y nada segura que se evite que el otro equipo anote…- dijo cansado.
Realmente detestaba esa maniobra porque era engañosa, cada que la practicaba le salía a la perfección, pero en el juego real, la cosa cambia pues concentrarse en que no entre la quaffle y sostenerse solamente con una mano y un pie mientras tu cuerpo está extendido en el aire no era tarea fácil y no siempre salía como esperaba.
-¡Tú solo hazlo y cuídate de no soltar la escoba!- declaró finalmente para irse nuevamente con los cazadores que se estaban haciendo bolas entre sí.
Scorpius rodó los ojos y exclamó un “sí, señor” que hizo reír a Eddy que los estaba viendo desde las gradas, Aris le dirigió una mirada reprobatoria y comenzó a vitorear junto con Lorcan a los chicos para que se esforzaran.
Una vez que se subía a la escoba, cualquier palabra de motivación del capitán del equipo se desvanecía y se volvía la fiera infernal como solían burlarse los demás integrantes.
-Tsk, que carácter…- dijo Agni situándose a su lado –pero ya sabes, es su último juego y quiere ser recordado como “el capitán que llevó a la victoria a Hufflepuff después de muchos años”-dijo sarcástico, pero al parecer su comentario fue escuchado por Sorell pues sus ojos de pistola dirigidos al moreno no mentían.
-¡Thomas, ponte a practicar!- demandó.
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Con la llegada del ocaso, dieron por terminado el entrenamiento y se pudieron ir a dar una ducha. Haciéndoles señas a sus amigos Huffle que se adelantaran; Scorpius y Agni se reunieron en los vestidores con sus compañeros que comenzaron a armar revuelo con las altas expectativas de triunfo y estaban pensando en el gran reconocimiento que se llevarían.
El rubio sonreía de lindo "nada mejor que el agua caliente para calmar el dolor muscular" pensaba sintiendo como el agua reparadora cambiaba su semblante y flyuyendo iba desvaneciendo sus contracturas que se había ganado con tanto “columpiarse” de la escoba tratando de mejorar su defensa.
Aunque uno lo esperaría, ahí adentro en las duchas nunca era todo quietud y tranquilidad, pues todos estaba sumergidos en divertida platicas con respecto a la escuela y su vida personal.
-!Hey Malfoy! Ese es un gran piquete de doxy- dijo con burla el cazador Carter que se había situado a su espalda. Por inercia, el rubio se llevó la mano al cuello y los demás se acercaron para ver de qué se trataba.
-Quien lo diría, el pequeño Malfoy ya tiene una nenita tras de él chupeteándolo- exclamó Sorell con verdadera sorpresa. El ojigris se sonrojó hasta las orejas al observar en el espejo la mancha redonda de un rojo brillante resaltaba en su pálida piel; recordó los labios de James sobre su cuello “tonto Jamie ‘¿Por qué no me dijiste que me hiciste algo así?” pensó muy avergonzado.
-¡Vamos cuéntanos Malfoy, quien fue cómo y cuándo, no omitías ningún sucio detalle!- dijo socarrón Carter con una mirada ansiosa. Suspiró.
Agradecía que su relación con el Gryffindor haya sido tomada como una mera amistad, pues aun no se sentía listo para admitirla a viva voz frente a la escuela y a su padre… aunque desde el incidente con Casy se habían armado ciertas habladurías en torno a ellos; pero que ante la increíble laaarga lista de "amorios" de James"rompecorazones" Potter (que Scorpius prefería ni enterarse) todos creían que había sido una mera locura de la chica Slytherin.
-Si se han de enterar, por mi no será, chicos- dijo con una traviesa sonrisa –es un se-cre-to…- les guiñó el ojo y se aproximó a Agni para retirarse y todos comenzaron a implorar que les contara.
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-¿Oye Thomas, me lo prestas unos minutos?- preguntó divertido James rodeando a su novio por los hombros. El moreno le examinó de arriba abajo con desconfianza.
-Está bien, niño bonito…- dijo exhalando con pesadez- Scorp, a cualquier movimiento en falso o que te haga algo que no te guste como…- señaló su marca roja en el cuello que Scorpius le resultaba difícil ver a su amigo a los ojos –no dudes en llamarme- declaró solemne –Mas te vale cuidarlo Potter, que a veces las paredes tienes orejas…- el azabache asintió y se despidió con la mano del chico que se comenzó a alejar.
-No me cabe duda que tus amigos te sobre protegen…-dijo con tono soñador.
-Simplemente se preocupan mucho por mi… aunque a veces creo que exageran- dijo comenzando a entrelazar sus dedos con los del león -¿y de que es lo que querías hablar?-
-¿Ahora necesito un motivo para hablar y abrazar a mi lindo tejón?- preguntó fingiendo indignación.
-Nup… ¿pero tienes alguna explicación de esto?- James fingió inocencia.
-Simplemente fue un lapsus de extremo romanticismo en el que el alma exaltada espera que la expresión de su amor se manifieste de alguna forma corpórea…- Scorpius se cruzó de brazos – ¿no te convenció?- preguntó y el rubio se puso pensativo mirando al techo con su dedo índice recargado en su mentón y asintió –pero tienes razón, hay algo que te quiero decirte o mejor dicho preguntarte- dijo en su oreja provocándole un estremecimiento.
-¿Q-Que sucede?- dijo apartándose escasos centímetros para ya no sentir su respiración tan cerca causando estragos en su cuerpo.
-Quería saber que tan vigilado estas esta noche, que se me ocurre algo divertido por hacer- la expresión de plenitud que le brindó le encantó, pero no pudo evitar arquear la ceja curioso “¿que se trae entre manos?” pensó con divertimiento.