Luego de que el nuevo sensei se fuera después de las presentaciones, el tío Midori nos condujo hacia una de las salas vacías para hablar sobre la situación. Tokiwa-nii y su novio se quedaron en la habitación de Reo-san junto con Kaname-san y mis sempais de Seirin- hablo de Koganei-sempai y Mitobe-sempai-.
Vi a Furihata-kun lucir demasiado pensativo, después de llorar por enterarse de esta manera de esas cosas. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué esto estaba pasando? Ninguno de nosotros no hallábamos como o que decirles a Furihata-kun en estos momentos.
—Furihatacchi, yo…no sé qué decir…debe haber una explicación…
—¿Qué explicación, Kise? Dime cual…- sollozó Furihata-kun mientras se abrazaba de mi- Mayuzumi y Seijuuro-san me traicionaron…No hay más que decir…
—¡Por supuesto que lo hay Furihata!- bramó Kagami-kun espantándonos a todos. Nunca lo había visto tan explosivo- ¡No puedes pensar en esa estupidez! ¡¿Cómo puedes darte por vencido?!
—Kagami, espera…
—¡No, sempai! ¡No puedo!- Izuki-sempai suspiró y rogué para que Nijimura-sempai no le soltara una patada a Kagami-kun por callar a su esposo- ¡Esto no puede ser cierto! ¡Conozco a ese enano del demonio y sé también cuánto te amaba! ¡No puede simplemente acostarse con el doble de Kuroko porque se le dio la gana! ¡Hay algo más detrás de todo esto!
—Kagami-kun, eso es ofensivo para Mayuzumi-san.
—¡Eso que importa! Furi- Kagami-kun le tomó por el rostro con ambas manos- no es que yo defienda a Mayuzumi, pero piensa un poco. ¿No sería demasiado estúpido venir hasta aquí a decirte que se revolcó con Akashi y ahora va a tener un hijo suyo? Simplemente sería más fácil casarse con él y hacer que te olvidara. No tendría sentido venir hasta acá solo para restregártelo en la cara.
—Además, Furihata-kun, Mayuzumi-san venía destrozado. Estaba hecho un mar de lágrimas.-le recordé mientras los demás se acercaban para escuchar- Te pidió perdón y antes de poder explicártelo, Nebuya-san lo atacó.
—Kagami tiene razón, Furi-chan, es algo que tiene sus lados negros.- Takao-kun se acercó a nosotros y le secó las lágrimas- Hay algo más oculto en todo esto.
—Hijo, piensa bien en lo que harás. No dejes que la soberbia y el odio nublen tu juicio.- Furihata-san le acarició el rostro- Sé que Akashi-kun no es alguien que haga este tipo de cosas.
—Akashi puede ser un sádico, un yandere, obsesivo, un psicópata, un loco con aires de grandeza bipolar…
—Eso ya nos quedó muy en claro, Kagami-kun.
—Déjame continuar, Kuroko, pero él puede ser todo eso. Más sin embargo, él no es un infiel. Podrá ser un bastardo prepotente, pero no te engañaría. ¡Hasta trató de quitarse la vida al saber que estabas muerto! ¡Demuestra que te ama de verdad!- los ojos de Furihata-kun se abrieron como platos- Furi, por favor, piensa bien las cosas. No te dejes llevar demasiado por tus emociones. Demuestra que algo de las malas mañas de ese pitufo rojo se te han pegado.
—Taiga, no necesitabas ser tan duro.- murmuró Himuro-san suspirando pero Furihata-kun negó con la cabeza parándose y sorprendiéndonos a todos con la nueva mirada y porte que había adquirido.
—Kagami tiene razón: no puedo dejarme llevar por mis emociones tan fácilmente. Seijuuro me dijo una vez que para tomar las decisiones correctas debo hacer un balance entre la mente y el corazón.- su porte, su actitud, me hicieron recordar no al Akashi de Rakuzan, sino al Akashi verdadero, al Akashi de Teiko. Ese verdadero Akashi que siempre pensaba bien las cosas y no se dejaba guiar por sus deseos de venganza.- Debo tomar una decisión, y la única manera para lograrlo es conociendo la verdad. Tengo que hablar con Mayuzumi-san ahora.
Ya íbamos de camino a la mencionada habitación pero de la nada, una patada de Nijimura-sempai hundió a Kagami-kun en el suelo.
—¡¿Por qué me patea, sempai?!
—¿Por qué crees, infeliz?- siseó con los ojos llenos de llamas- Nadie le levanta la voz a mi esposo, y aquel que lo haga será castigado.- se levantó de él y se dirigió a la puerta.- Vayamos a la habitación de Mayuzumi, hay una verdad que debemos saber.
Todos entramos en la habitación de Mayuzumi-san para poder hablar y conocer todo detrás de este asunto. Se me partió el corazón al ver a Mayuzumi-san acostado en esa cama con el cuello vendado y el rostro con visibles rastros de haber estado llorando. Al vernos se tensó y volvió a ponerse en un estado tembloroso y asustado.
—Mayuzumi-san, ¿Cómo se siente?
—C-Como la peor basura del mundo, Kuroko, así me siento.- sollozó con la voz ronca, por el daño de las manos de Nebuya-san, y cubriéndose el rostro con sus manos. Rehuía a la mirada de Furihata-kun demasiado triste - M-me iré en poco tiempo, me aseguraré de que no me vean más.
—M-Mayuzumi-san, nadie lo está echando.- Sakurai-kun se apresuró a responder a lo que el peligris lo vio con confusión- N-no puede irse, aún está delicado de salud.
—Mayuzumi, queremos que nos aclares este asunto.- y como siempre, Kagami-kun siempre era tan bestia- Tu dijiste algo que no fue tu culpa. ¿Qué fue lo que realmente pasó? Dinos la verdad.
—T-todo fue una artimaña bien planeada.- su respuesta nos dejó muy confuso. ¿Artimaña? ¿De qué estaba hablando?- Todo comenzó después de la muerte de Reo…-su voz se quebró mientras sus lágrimas nuevamente se hacían presentes-…tanto Seijuuro como yo caímos en una profunda depresión. En mí se acentuó más ya que Reo era mi mejor amigo, era como mi hermano. Reo me ayudó mucho cuando tuve problemas y fue la primera persona en tenderme la mano cuando lo necesite. La depresión llegó al punto de que no quería comer y pronto el pequeño Seijii lo notó. Uno de mis otros trabajos es cuidar de Seijii, y el niño y yo tenemos una bonita relación.- se secó las lágrimas con el dorso de su mano- Me comencé a aislar del mundo otra vez, estaba cayendo a ese oscuro agujero del cual Reo me había sacado.
“Una noche, saqué de mi gaveta varias botellas de licor y bebí hasta que perdí la razón. Quería ahogar mis penas, no quería recordar, solo olvidar. Nunca en mi vida me había puesto tan ebrio y esa fue la primera y la última vez. Después, me empecé a sentir muy mal. Algo no andaba bien. No recuerdo que más pasó y solo supe de mi cuando me desperté en la cama de Seijuuro.- vi a Furihata-kun cerrar sus ojos y derramar unas cuantas lágrimas. Mayuzumi-san se abrazó a si mismo llorando- Después de ese día me volví distante de Seijuuro, procuraba no estar mucho tiempo con él y cada vez que lo hacía no podía mirarlo a la cara. Él no recordaba nada. Me odié mucho desde el momento en que recobré la conciencia ese día.
“Lo peor vino después cuando supe la verdad. Mientras revisaba unos papeles en la bodega, para no ver a Seijuuro, escuché como dos tipos del clan Akashi hablaban en voz baja. Los ancianos del clan no aprobaban que Seijuuro criara a un hijo siendo padre soltero y querían que se casara con alguien de su círculo para que el escandalo no fuese mayor. Escuché como mi propia madre, la cual estaba ahí, decía que el plan para que yo fuese el esposo de Seijuuro había resultado. E-ella, ella fue capaz de drogarme al igual que los del clan a Akashi a Seijuuro para que nos acostáramos y así él tuviera que responderme salvando así a mi familia de la ruina.- eso me dejó helado, ¿Cómo una persona, una madre, podría usar a su propio hijo para algo tan bajo y tan ruin? La cara de todos los presentes era de sorpresa y rencor, compartiendo los mismos sentimientos.- Pero la verdadera mente maestra fue Akashi Mei: ella orquestó todo. Esa maldita arpía planeó todo esto para que Kouki perdiera la razón, para destruirlo. Ella, mi madre, mi familia y el consejo de ancianos del clan Akashi son los culpables.
“Un mes después de ello, me di cuenta de que esa noche tuvo consecuencias. Iba a tener un hijo de Seijuuro. Me sentí a morir, me sentí de lo peor. Lejos de alegrarme la noticia, me devastó totalmente. Días después de saberlo, me vi en una clínica para hacerme un aborto. Estaba decidido a no tener al niño. El médico me preguntó los motivos por los cuales quería practicarme el aborto, pero no supe que responder. Tuvieron que realizarme varias pruebas de rutina, y en esas pruebas me arrepentí. Cuando le vi, cuando escuché su pequeño corazoncito latiendo dentro de mí no pude- su voz volvió a quebrarse- No pude, no pude matar a mi propio hijo. No podía matarlo. No tuve el corazón para asesinarlo solo por mis miedos y sentimientos tan cobardes.
“Tuve que guardar el secreto y no decírselo absolutamente a nadie. Tenía que ser muy cuidadoso para que Seijuuro no me descubriera ni mucho menos los malditos viejos. Los síntomas me cobraron dura la factura, y temía que en un descuido me descubrieran. En ese tiempo reuní pruebas suficientes para que los viejos del clan Akashi estuviesen vetados de ahí.
“Tuve que escaparme de ahí cuando mi estado comenzó a hacerme más notorio, si me descubrían mis planes se vendrían abajo. Mi plan era darle las pruebas a Akashi-sama, pedirle perdón a Kouki y desaparecer para siempre.- su mirada se dirigió hacia Furihata-kun el cual lucía lloroso.- Quería pedirte perdón por todo esto, aunque sé que no me lo merezco pero aun así soy egoísta. También sé que este bebé será un impedimento para que tú y Seijuuro sean felices y por lo tanto desapareceré de las vidas de todos ustedes para siempre. No reclamaré ninguna paternidad, no quiero nada más que tú perdón y ruego porque no odies a mi hijo, que no lo odien.- nos dirigió una mirada llena de dolor posando sus manos temblorosas en su apenas abultada pancita- Se los ruego, mi hijo no tiene la culpa. Ódienme a mí todo lo que quieran, pero no a mi bebé. Yo merezco ser odiado, sé que ya estoy pagando y muy caro todo esto. Lo he perdido todo. Ya he comenzado a pagar por todo esto.
Después de escuchar todo eso, fue demasiado conmocionante. Enterarte que una madre usa hasta a sus propios hijos para sus planes sin importarle lo que les pueda pasar. Sentí tanta pena por Akashi-kun, por tener una madre demasiado frívola y cruel. Por Mayuzumi-san, el cual fue una víctima al igual que él y Furihata-kun. Fueron solo las armas para acabar con un inocente. Fueron usados para fines egoístas, por maldad fueron usados.
Vi a Furihata-kun acercarse de manera lenta a Mayuzumi-san, sentí miedo de que hiciese algo de lo que se pudiese arrepentir. Pero lo que hizo me hizo sonreír levemente. Muchos pensamos que lo iba a golpear hasta el cansancio sin importarle su estado. Pero no. Furihata-kun le estrechó fuertemente en sus brazos.
—N-no puedo odiarte, no puedo hacerlo. Ni a ti ni a tu hijo.- habló con los ojos llorosos y una tenue sonrisa- Ustedes, Seijuuro, mi hijo, y todos nosotros somos víctimas. Somos las victimas del odio desmedido, del odio de esa maldita mujer. Ella, con tal de lograr sus bajas metas, usó a su propio hijo para destruirme de muchas maneras. Pero eso se acabó, ya es hora de que esto acabe.- dejó de abrazarlo mientras me indicaba con la mirada que lo acompañase. Ambos salimos de la habitación mientras yo le seguía a la salida.
—¿A dónde vamos, Furihata-kun?
—A cerrar la primera puerta. A dejar atrás el pasado.
El lugar era algo tétrico, espantoso y lúgubre. Me sentí un poco atemorizado, el lugar infundía temor y pánico. Pero Furihata-kun no parecía aterrado ni asustado, al contrario, se veía decidido. Era una nueva cara que nunca había visto en él. Veía con un odio profundo a la persona recién llegada. La madre de Akashi-kun lo miraba con burla, con asco y demás sentimientos repulsivos. Esta emitió una risa sádica mientras se movía algo inquieta desde su silla y posaba ambas manos esposadas encima de la mesa.
—Vaya, vaya, pero si es el pequeño perro miedoso con suerte. Veo que sigues aun vivito y coleando después de lo que te hice.- sus ojos reflejaron maldad y su sonrisa igual-Dime querido, ¿Te gustó mi regalo? ¿Cuándo me darás la noticia de que por fin te matarás como el perro que eres? ¿Antes o después de que mi hijo se case con el heredero de los Mayuzumi?
—¿Por qué? ¿Por qué lo hizo? ¿Qué le he hecho yo?- musitó Furihata-kun con la cabeza gacha y la voz entrecortada- ¿Por qué se ensaña tanto en destruirme? ¿Por qué quiere hacerlo a costa de su propio hijo y de otras personas inocentes?
—Me preguntas eso, mocoso, en verdad eres un estúpido. ¿Cómo crees que yo iba a dejar que mi hijo se enredara contigo? Tu: un pobre mocoso que no tiene ni en donde caerse muerto, quiere estar con un joven de alta sociedad. Y más importante: tu cambiaste a mi hijo, lo convertiste en un ser blando y voluble que agacha la cabeza ante cualquier capricho tuyo y lo doblegas a tu voluntad.- su voz destilaba tanto odio y rencor- ¡Tu, maldita escoria, tu destruiste a mi hijo! ¡Lo destruiste! ¡Destruiste a mi hijo perfecto! ¡Tenías que pagar, malnacido infeliz! ¡Tenías que pagar el precio por acabar con mi perfecto hijo! ¡Tenías que destruirte, a ti y a ese maldito engendro para poder recuperar a mi amado hijo!
Me quedé mudo cuando Furihata-kun le soltó una muy merecida cachetada a esa víbora dejándola sin palabras. Furihata-kun la miraba con una mezcla de sentimientos: odio, rencor, lastima, entre otros más.
—Sí, yo destruí a ese hijo tuyo. Yo destruí a ese hijo, a ese monstruo en el cual Seijuuro se estaba convirtiendo. Ese pobre monstruo el cual no era más que un pobre títere que se movía a tu antojo y se doblegaba ante ti por complacerte sin importar a quien debía destruir. A cambio salvé al verdadero Seijuuro, al verdadero ser humano que se encontraba atrapado dentro de ese monstruo.- sus palabras estaban llenas de verdad, yo era fiel testigo de ellas- Tu no amas a tu hijo, no amas a Seijuuro.
—¡Cállate, maldito bastardo! ¡¿Cómo osas decir que no lo amo?!
—¡La que se debe callar eres tú! ¡¿Cómo fuiste capaz de usar a tu hijo para destruir a la persona que más amaba?! ¡¿Hacerlo destruir su propia felicidad?! ¡¡¿Qué clase de monstruo eres?!!-la mujer se quedó callada impotente- No sabes amar, Akashi Mei, no sabes el significado del amor. Tu ambición te hizo hacer cosas impensables. Con tal de destruirme empleaste todo lo que estuvo a tu alcance: hiciste que tu hijo me tratase mal, trataste de matarme, forzaste a Seijuuro a casarse con alguien aprovechándote de su debilidad, secuestraste a Reo y a mi hijo provocando una tragedia, y ahora usas a tu hijo de nueva cuenta como tu última carta para darme el tiro de gracia.
Furihata-kun rio de manera amarga y con lágrimas en sus ojos mirando al techo por breves instantes. Después la volvió a mirar con una mirada serena y llena de lástima.
—Pobre ilusa mujer, todos tus planes contra mí se vinieron abajo: tu hijo te odia, te aborrece por creer que tu causaste “mi muerte” y la de nuestro hijo, te falló tus otros dos asesinatos: Reo y mi hijo están vivos.- la cara de la aludida se deformó en una mueca de horror e ira desmedida- y si pensaste que con esto me ibas a destruir, te equivocaste. Mi amor por Seijuuro no va a cambiar. Lo sigo amando. A pesar de que ahora va a tener un hijo aparte de mí no voy a dejar de amarlo.
“Usaste a un inocente para tus malditos planes, le destruiste la vida. Destruiste la vida de Mayuzumi-san, le arruinaste la vida con una culpa que llevará en su conciencia toda la vida. Pero él, Seijuuro, y todos nosotros saldremos adelante. Tal vez nos cueste trabajo, tal vez nos cueste mucho tiempo, pero seremos felices. Seremos felices y buscaremos esa felicidad que tanto nos hace falta y que tanto merecemos después de tanto sufrimiento. Mientras tú, te consumirás día a día en esta cárcel pagando por todos tus crímenes. Te consumirás por fuera y por dentro, por tu odio y tu rabia, jamás saldrás de aquí. Vivirás con la conciencia podrida con tus acciones siempre en tu mente, atormentándote una y otra vez hasta que la realidad se te haga visible y comprendas el daño que ocasionaste.
“Pero ya es muy tarde para eso, el daño ya está hecho. No te queda nada, Akashi Mei, solo estas cuatro paredes que serán testigos de tu locura, de cómo lentamente te vas a consumir. Porque no hay salida para ti, el perdón no existe para ti. Tus seres amados ahora te odian y repugnan tu existencia, esperando el día en que tu recuerdo nos deje en paz. Ahora serás olvidada por todos. Tu vida terminará aquí. Hasta nunca, Akashi Mei, vive consumiéndote por tu odio y tu maldad.
Furihata-kun y yo salimos de la cárcel viendo el lugar donde la maldad ahora estaba encerrada sin ninguna posibilidad para salir. Nos subimos al auto donde nos esperaba el chofer de Akashi-sama y en menos de un momento, ya estábamos de regreso en el hospital.
—Furihata-kun, lo que hiciste fue lo mejor. No es bueno guardar odios que a la larga te harán daño.- le tomé de una mano dándole un apretón en señal de apoyo- Hiciste lo correcto.
—Perdonar es de almas grandes, Kuroko, y creo que ya es hora de que cerremos el capítulo que dejamos inconcluso.
Al regresar al hospital nos enteramos que le habían dicho a Mayuzumi-san que Reo-san estaba vivo, ya que erróneamente pensaba lo contrario, y ahora ambos estaban consolándose mutuamente en silencio. Luego de hablar por acaloradas horas, estuvimos todas las personas implicadas en este asunto. Hablo de los afectados, los involucrados, los que ayudaron y hasta los metiches. ¿Por qué discusión acalorada? Porque estuvimos tratando el asunto de ya conocer la verdad. De ya destapar el secreto ante todos y de enfrentarse a ellos.
—¿De verdad lo haremos? N-no lo sé, Kurokocchi, creo que…- Kise-kun se vio visiblemente tenso- Por un lado quiero hacerlo pero por otro…
—Pienso que debemos hacerlo.- Takao-kun se plantó firme- No podemos seguir huyendo y huyendo de nuestro pasado. Ya es hora de que le demos la cara.
—Takao tiene razón: ya es hora de que se enfrenten al pasado y a ellos.- Hanamiya-san fue abrazado por Kiyoshi-sempai mientras se sobaba su pancita abultada- No pueden seguir escondiéndose.
—Dejamos muchas dudas inconclusas y puertas abiertas.- Sakurai-kun sollozó con una sonrisa serena en su rostro- Es tiempo de cerrarlas para siempre.
—Sé que se avecinan fuertes tormentas para nosotros, pero no estamos solos.- Himuro-san se paró señalándonos y a nuestros hijos que jugaban a lo lejos.- Tenemos a nuestros amigos, y a nuestros hijos.
—No saldremos bien librados, debemos ser fuertes por lo que viene…- Izuki-sempai se encogió mostrándose desolado pero Nijimura-sempai le abrazó robándole un beso.
—Te prometo que estaré contigo siempre, no te dejaré solo. Yo voy a protegerte, a ti y a nuestros hijos.
—Bien, esto se pondrá bueno. Pero como una manera de hacerles pagar por todo esto…- el tío Midori sonrió de manera malévola causándole al tío Hinata un aura depresiva- …hay que meterles un sustito. De la manera más inesperada sabrán que no están muertos. Hinata, preparemos todo. Y por si las dudas, tenme los pavos listos.
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Si pensaron que el cap acababa…nopiii
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DIAS DESPUÉS
Midorima, Aomine, Murasakibara, Kasamatsu y Moriyama estaban reunidos en un café del centro de Sapporo visiblemente confusos y todo por unas notas citatorias; mismas notas que recibieron días atrás pidiéndoles que asistieran a ese dichoso café. Los cinco se mostraban algo exasperados pensando en una broma tal vez, pero pronto desecharon la idea. El lugar estaba reservado para ellos junto con una mesa perfectamente ubicada en el centro del lugar justo adelante del escenario. Los clientes conversaban animados, observando a los peculiares clientes de cabelleras de colores ahí en el lugar.
Pronto pasó a su lado un joven de pequeña estatura el cual les hizo sentir una emoción extraña. Como si fuese alguien que extrañamente les parecía familiar. El pequeño joven pelinegro iba de traje oscuro que combinaba con su cabellera negra y resaltaba sus ojos azules.
—Buenas noches, damas y caballeros que nos acompañan esta bella noche. Es un honor para nosotros el que estén aquí. Esta noche, por ser viernes, la casa amenizará con música en vivo de mano de nuestros maravillosos cantantes.
Los aplausos no se hicieron esperar y más cuando vieron aparecer a los mencionados detrás de la delgada cortina tomando lugar: dos en los micrófonos y los otros haciéndoles compañía en los coros. El pequeño peliazul hizo cesar los aplausos para poder continuar.
—La canción con la cual se abrirá la noche, es una canción que nos pondrá a pensar sobre nuestras acciones. Pensando en sobre muchas cosas que hemos hecho bien o mal. Sobre todo en el amor. ¿Mantenerse atado a un amor doloroso, o finalmente dejarlo ir? ¿Cerrar una puerta o dejarla abierta? Los dejo con ello y que comience la canción.
Las palabras del chico pusieron a pensar de sobremanera a los cinco indicados. Había algo en el ambiente que los hacía sentir extraños. El piano comenzó a sonar al igual que los demás instrumentos dando comienzo a la melodía.
(T)
They say nothing lasts forever
Well, I wish that that were true
Cause this aching in my heart won't go away.
They say everything must change
They say that time will see it through
Well I've listened and I've waited for that day.
La voz que comenzó a cantar primero hizo sentir un extraño sentimiento en Midorima. Esa voz le recordaba a su amado Takao. A su amado el cual yacía en una tumba. Se mordió los labios intentando no llorar debido a la tristeza mientras fijaba su vista en la silueta detrás de la cortina.
(H)
But I wake up with this anger
And the pain won't let me be
And the smile I share is only there for show.
If I hang on to this heartache
Then my soul will not be free
So I keep trying, but I just cannot let go.
Ahora Murasakibara se sentía igual o peor que Midorima. Esa voz era igual a la de Himuro. Los recuerdos le invadían con velocidad y dolor. Cada recuerdo era un verdadero pesar debido a la culpa. Él, sin embargo derramó unas cuantas lágrimas por su pena.
(Ts)
I can't let go,
I need it to remind me
I can't let go
Oh, I just repeat the past
And though your arms are saying "Yes"
I feel my heart keeps saying "No"
I want to love you, but I can't let go
Los cinco presentes comenzaron a sospechar al distinguir las voces cuando comenzaron a aumentar. ¿Qué significado era esto? ¿Qué era lo que tenían que mostrar? Les comenzó a hacer mella una cosa…¿Por qué los clientes se iban? La canción no era tan mala, si bien les daba algunas pedradas, pero no era mala.
(T)
I have lived through bad beginnings
And I've seen unhappy ends
So I close the book before the story starts.
I'm just a witness to my lifetime
And I'm a stranger to my friends
I'm a trafficker of broken, damaged hearts.
—Chihiro, esto es lo que haremos. No hay vuelta atrás, debo de alguna manera compensar esto.- Akashi suspiraba mientras se sentaba en una silla junto a Mayuzumi el cual le veía exasperado.-Debo casarme contigo y darle mi apellido al niño.
—¿Acaso se te zafó otro tornillo? Seijuuro, no seas estúpido. No voy a aceptar casarme contigo por el hecho de tener un hijo tuyo. Y baja la voz que despertarás a Seijii- el peligris negó. Desde que llegó Akashi comenzaron a discutir ya que el otro se enteró. El pequeño pelirrojo yacía durmiendo en la cama con el peligris luego de llorar por haberlo encontrado- No te ates a mi bajo esas condiciones. No me hagas, no te hagas y no nos hagas desgraciados.
—¿Y cómo vas a criar al niño tu solo? No seas tonto, nuestro hijo nos tendrá a los.- el pelirrojo comenzaba a exasperarse por la respuesta. Vio a su hijo durmiendo dándole peso a sus palabras- Además, Seijii necesita una madre. Él te ve como la madre que necesita y te adora como tal.
—En verdad eres un estúpido, un pobre iluso. ¿Dónde quedó tu amor por Kouki? ¿Dónde? ¿No decías amarlo aun a pesar de la muerte?
—Chihiro…Kouki está muerto. Los muertos no regresan.- esas palabras fueron como puñales en su corazón- Mi amor por él sigue intacto, pero no puedo quedarme en el pasado. Él hubiese querido que continuara con mi vida y siguiera adelante. Que buscara mi felicidad.
—No puedes hacerlo, Seijuuro, no puedes casarme conmigo. Y por favor, deja de llorarle a alguien que ni siquiera está en el mundo de los muertos.
Esa última frase descolocó al pelirrojo. ¿Cómo que no llorarle a alguien que no está en el mundo de los muertos? ¿Acaso Chihiro estaba loco? ¿Qué estaba diciendo?
—¿Qué estás diciendo?
—Lo que oíste. Deja de llorarle a alguien que no está en el mundo de los muertos.-su cara mostró una sonrisa y unas cuantas lágrimas resbalaron por sus mejillas- No puedes casarte conmigo… porque Kouki está vivo.
Akashi lo miró con los ojos abiertos como platos boqueando cosas inentendibles debido al shock. ¿Qué? ¿Vivo? ¿Acaso estaba soñando? ¿Qué demonios era eso? Una vorágine de recuerdos lo aturdió en ese momento y pronto comenzó a exigir respuestas.
—No pierdas tu tiempo conmigo, idiota, afuera hay alguien esperándote y quien te llevará al lugar donde él te espera.
Akashi no se lo pensó dos veces y salió corriendo de la habitación siendo de inmediato abordado por una persona la cual lo tomó del brazo y lo metió al auto. Arrancó a gran velocidad por las calles nocturnas de Sapporo mientras el pelirrojo tenía el corazón latiéndole a mil.
—Acelere, maldita sea, ¡No me importa si nos volamos las señales!
—Cállate, que no quiero ir a la cárcel por tus arranques, maniático de las tijeras.
—Taiga…
Now you ask me to start over
But it's easier said than done
And the memories are strong when they arise
And when heartache comes a'calling
I won't even try to run
'Cause it's all that makes me know that I'm alive.
—Que el susto comience.
Musitó el anfitrión, alias Kuroko, destapando la cortina y dejando visibles a los misteriosos cantantes. Los cinco ocupantes se pusieron más blancos que el papel y se pusieron realmente espantados. No era posible, esto no era cierto. Ellos no podían, no podían estar vivos…
(Ts)
I can't let go
I need it to remind me
I can't let go
Oh, I just repeat the past
And though your arms are saying yes
I feel my heart keeps saying no
I want to love you (I want to love you)
I want to love you (I want to love you)
Oh, I want to love you
But I can't let go (I can't let go)
No, I can't let go (I can't let go)
Won't you help me?
Help me to let go.
Akashi llegó casi derribando la puerta del lugar. Sus ojos se abrieron como platos al ver la escena. Las emociones estaban a flor de piel en todos los presentes. Al ver a la persona que tanto deseaba, por la cual lloraba lamentándose siempre, la persona que le robaba los sueños y que era dueña de su todo ahí, luciendo más bella que nunca pero lo más importante. Estaba viva, viva y no en una fría tumba.
Todos ahí estaban estáticos sin saber qué hacer, queriendo ir y estrecharlos en sus brazos para asegurarse de que no se trataba de un sueño y de nunca dejarlos ir. Pero había algo que se los impedía. Algo que no les permitía hacerlo.
—Esto no es…posible…ustedes…
—Oh claro que si es posible, después de todo…- para rematarla apareció el pequeño pelinegro el cual sin ninguna pena se quitó la peluca revelando su identidad- aun teníamos asuntos pendientes por los cuales quedarnos en este mundo.