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El club de los corazones rotos por Momoka Black

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Notas del capitulo:

Hola hola querid@s lector@s como estan?

Lamento haberlos hecho esperar mas de dos semanas con la conty del fic pero una serie de hechos me imposibilitaron el hacerlo.

Les comento lo siguiente: ya lo han notado, y se los agradezco de nueva cuenta, pero de verdad hubo comentarios que si me molestaron demasiado.  No entiendo si ya puse el anuncio de que si no les gustan mis fics dejen de leerlos y abtenganse de comentar cosas que incomodan a los demas.

Un comentario si me llego y me hizo sentir muy molesta: "Estas sobrevalorada, cariño". Eso si me molesto demasiado y mas de uno estara de acuerdo conmigo. No quiero que se haga un despapaye pero quiero respeto. Respeto a si como me dirijo a ustedes espero el mismo respeto de vuelta. 

Agradezco a las lindas personitas que me animaron ese dia y los dias posteriores, honestamente no se porque se meten conmigo. Pero bueno, eso debo lidiar, pero lo hare por mis bonitos y hermosos fans!! 

Gracias por apoyarme y serme incondicionales!! Son los mejores fans que toda escritora quiere tener!! Les aguarda una bonita sorpresa!!

El muro de los corazones; Tetsuya Chihiro, tp, Aidualc, sabela, sole, madroj, yue_kori, MB, paolaefp, Yuki100, Criz tatsuya, Mimi, Pandicornio145, alevass, vane panhtomhive, seika_sakamaki_tetsuya,  Hanakae13 y Anabel.

Las amoooooo!!

Ahora si!!

Despues de los spoilers! 

Escuchen la bonita cancion que puse casi al final!

Del gran artista Phil Collins: You´ll be in my heart.

A leer!!

 

Han pasado cuatro días desde que tuvimos que revelar la verdad de todo este asunto. Además de que tuvimos que soportar sus estúpidas reclamaciones y también no nos detuvimos en sacarles sus trapitos al sol. Después de eso las cosas cambiaron: para bien y para mal para variar.

Explicarles las cosas a los niños fue algo demasiado difícil de hacer, sobre todo al pequeño Shuusei. Ya que el niño alcanzó a escuchar perfectamente que Moriyama-san le dijo que era su padre, y porque no era nada tonto, Nijimura-sempai e Izuki-sempai no tuvieron otra alternativa más que decirle la verdad con todo el tacto posible. El niño se puso muy mal por la enfermedad que padece y hasta el hospital fue a dar. Ambos padres estaban destrozados por verlo sufrir y por no saber qué hacer.

En el caso de Kou-kun, el enterarse que Aomine-kun es su padre lo puso demasiado confuso y temeroso. Sakurai-kun estuvo hablando con él, omitiéndole la parte de infiel y demás por parte de ese idiota,  pero aun así el niño se mostraba temeroso. Claro, después de cómo reaccionó Aomine-kun no era de esperarse.

Con Taiki-kun fue otra cosa totalmente diferente: el niño le declaró abiertamente la guerra a Kasamatsu-san y de plano ese niño ya lo odiaba por el simple hecho de maltratar a su madre ante sus pequeños ojos. Tan así fue que le dijo a Kise-kun después de que este le dijera todas las cosas con omisiones obvias: “No quiero a ese feo, no lo quiero como mi papácchi”.

En el caso de los gemelos la cosa fue algo impar: Himuro-san les explicó las cosas, no diciéndoles la parte oscura del asunto, y con toda la calma posible. Sorato-kun parecía confuso con la parte de tener un papá pero Taiyou-kun mostró una enorme negativa de su parte. No con tanto odio como lo manifestó Taiki-kun pero si un muy abierto rechazo.

Por otro lado Takao-kun la tuvo un poco más fácil debido a que Kazuo-kun siempre le manifestó a su madre el querer conocer a su padre y saber quién fue. El niño esperaba ansioso conocer a Midorima-kun, preguntándole a cada rato a Takao-kun cuando lo llevaría a conocerlo.

Suspiré pensando en toda esta situación mientras estaba dando clases en el jardín de niños y mantenía un ojo fijo en los niños. Si, tuvimos que inscribir a los niños en el preescolar debido a que ya no había riesgo alguno y ellos podían ser como cualquier niño normal. Todos ellos estaban en mi clase y eso era bueno ya que podía tener un ojo en ellos.

Ya era la hora del receso y pronto los niños salieron a los jardines para ir a jugar. El único que estaba deprimido era Taiyou-kun puesto que Shuusei-kun aún estaba en el hospital no quería hacer nada si él no estaba. Ni su hermanito podía animarle, estaba más apagado que un farol en pleno festival. Iba a salir para ir con los niños pero de inmediato una mano me detuvo. Al voltear vi a Aomine-kun viéndome de manera seria y algo molesta. No me iba a amedrentar: esta vez si le iba a golpear.

—¿Qué es lo que quieres, Aomine-kun?

—Quiero que hablemos, Tetsu, es sobre mi hijo.

Bufé y le jalé para ir a un lugar más privado y donde no nos vieran los niños. Lo malo fue que Aomine-kun vio a su hijo y pronto emprendió carrera hacia el niño. Este le vio asustado y pronto comenzó a querer llorar pero usando mis habilidades, entiéndase como darle una discreta patada haciéndolo caer al suelo. A rastras me lo llevé ante la vista de todos y sin pensarlo me ayudó Sakurai-kun, no sé qué esté haciendo aquí pero por su cara no estaba muy feliz.

Aomine-kun al verlo bien se puso algo tenso y nervioso sin saber cómo actuar. Como siempre cuando pasan este tipo de cosas.

—¿Qué es lo que quieres Aomine?- el primero en hablar fue Sakurai-kun mostrándose enfadado- ¿Qué es lo que buscas o quieres?

—Ryou, por favor, sé que fui un patán contigo pero quiero hacer las cosas bien.- se rascó la cabeza y apretó los puños-No sabes lo difícil que fue el creerte muerto, a ti y a nuestro hijo.

—Lo demostraste muy bien.- murmuró irónico demostrándole que ya no era aquel chico temeroso-Si piensas que con solo pedir perdón ya me tendrás de nueva cuenta, solo pierdes tu tiempo. Yo no soy el mismo.

—Ryou, demonios…- Aomine-kun golpeó un casillero lleno de rabia para desahogarse- ¡Maldita sea, Ryou! Por favor, quiero estar cerca de ustedes. No me alejes por lo que más quieras, te lo suplico.

—No te alejaré de mi hijo, si eso te preocupa.- suspiró mirando hacia un lado- Solo dale algo de tiempo. Es sensible pero es bueno.

—¿Qué hay de ti? ¿Qué hay de nosotros?

—No hay un nosotros, Aomine, ya no existe un nosotros.- le miró de manera fría, tan fría que dejó mudo a Aomine-kun –Dudo mucho que podamos rescatar algo entre nosotros. El único culpable de todo esto eres tú, aprende a vivir con ese peso en tus espaldas.

Dicho esto se marchó dejándome solo con Aomine-kun el cual se quedó prácticamente derrotado y sin poder dar un poco de pelea. Por el momento.

—Aomine-kun…

—Todo esto es mi culpa, el que Ryou me rechace y me desprecie es del todo mi culpa.- musitó con la cabeza gacha y luego la levantó luciendo un brillo raro en su mirada-Pero no voy a darme por vencido. No lo dejaré ir esta vez.

Después de eso se marchó de la escuela por otro camino y luego tuve que suspirar. Vaya que si era un tonto. Uno bastante idiota pero sé que no va a meter la pata esta vez.

 

Llegó la tarde y con ello otro tipo de circunstancias, bastante comunes cabe decir. El detalle era el siguiente: Himuro-san llegó junto conmigo, sus hijos y los demás niños al acabar la jornada laboral pero al llegar a la granja ahí estaba Murasakibara-kun. Himuro-san, obviamente, se tensó y sus pequeños de igual manera. Kagami-kun, quien venía con nosotros, tuvo que ser detenido por Nebuya-san y Kiyoshi-sempai para que no se arrojara sobre Murasakibara-kun. Lo bueno que no estaba el tío Midori que si no Murasakibara-kun ya estaría siendo sometido por sus cuervos y eso que el grandote les tiene miedo.

Himuro-san no tuvo otra alternativa más que llevarle a la sala para que conversaran, los niños no querían despegarse de su madre y ello acarreaba que él hablara con sus hijos. Los demás nos quedamos ocultos, como no para escuchar el chisme, y ver qué era lo que pasaba. Ambos padres estaban tan nerviosos y estuvieron hablando de puras cosas sin sentido hasta que llegaron a un punto clave.

—Muro-chin…

—La próxima semana hablaremos sobre las visitas a los niños. Mi abogado te hará llegar un citatorio para la corte de lo familiar y establecer acuerdos. No te negaré el que veas a los niños.- acunó entre sus brazos al pequeño Sorato-kun el cual se quedó dormido- Espero que esta vez sí actúes bien, Atsushi.

—Muro-chin, no hay necesidad de llegar a este punto.- negó el otro- No tienes que irte por ese camino. Por favor, Muro-chin.

—Lo siento, Atsushi, no insistas. No hagas más difícil esto. Ya no sigas haciéndolo.-se levantó con el niño en brazos- Por favor piensa en ello y espera por ese citatorio. Taiyou, dile a tu papá adiós.- ambos se giraron al niño el cual miró de manera dura al más alto y negó poniéndose detrás de las piernas de Himuro-san.-Taiyou, ¿Qué pasa?

—No quiero, no quiero mama-chin, no lo quiero.- la cara de Murasakibara-kun se trasformó en una llena de estupefacción y la de Himuro-san de igual manera- No lo quiero. No lo quiero.

Si ellos se quedaron estupefactos, nosotros igual o peor. ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo era que un niño tan pequeño le demostrara un muy abierto rechazo a su padre? Aunque claro, se lo tenía bien merecido. Y eso que apenas era el comienzo.

 

Por la noche, mientras teníamos una charla de mamás llegó Takao-kun hecho una fiera literalmente. Nos sorprendió que llegara a ese modo ya que él suele estar muy animado y extrovertido. Himuro-san tuvo que ayudarlo a sentarse mientras Hanamiya-san le preparaba un té de tila.

—¿Qué te ocurre, Takao-kun? ¿Por qué estás así?

—Esto es el colmo, Kuroko, esto de verdad es el colmo.- susurró al punto de hacerlo llorando de rabia- No sé cómo puede ser tan cínico.

—¿De qué diablos hablas, Takao?- siseó Hanamiya-san sobándose su abultado vientre. En pocas semanas ya iba a da a luz y andaba de un humor medio raro, más de lo usual.

—Hablo de que ese idiota se cambió al hospital donde trabajo. Maldita sea, ¿Por qué no me deja en paz? ¿Por qué se empeña en hacerme desgraciado?

Llorando nos fue contando como fue que pasaron las cosas…

 

Sonrió de manera triste al ver al pequeño Shuuzou dormido y rodeado de tantos aparatos. Sabía que la enfermedad del pequeño era muy delicada y al niño había que evitarle las emociones fuertes. Pero no contaron con qué el idiota de su padre, el biológico claro está, se soltara gritando que él era el verdadero padre del pequeño. Le dolía ver al niño en ese estado, y también le dolía ver a los padres del niño sufrir por esta situación. Los gemelos de ese matrimonio estaban siendo cuidados por su abuelo en lo que sus padres estaban al pendiente del niño mayorcito.

Antes de salir de la habitación les puso una manta a los dormidos padres los cuales estaban en uno de los sofás de la habitación. Iba a llevarle los reportes del pequeño al tío Midori pero tropezó con alguien en los pasillos.

—Lo siento, no me fijé por donde iba…-al alzar la vista se topó con unos ojos verdes amados, y ahora odiados, lo cual lo hizo ponerse en alerta.-¿Tu? ¿Qué demonios estás haciendo aquí?

—Takao, debemos hablar. No podemos dejar las cosas así.

—Por supuesto que las podemos dejar así, ahora es mi turno de hacerlo.

—Takao, escucha, sé que fui un idiota… ¡Oye, no me dejes con la palabra en la boca!- gritó al ver al pelinegro alejarse y lo retuvo de un brazo.-Quiero que me escuches, por favor, tienes que escucharme. Takao, por lo que más quieras perdóname.

—¿Perdón? ¿Me estás pidiendo perdón? Por favor, no me hagas reír.- se rió el otro soltando unas cuantas lágrimas al voltear a ver al peliverde- ¿Piensas que con un perdón se soluciona todo esto? ¿Piensas que con un perdón vas a borrar todo el daño que me hiciste? ¿Vas a borrar todo el dolor, tus desprecios, tus humillaciones, con solo seis letras? Eso no será posible, no soy el mismo ingenuo que se ponía de rodillas cada vez que tú hablabas. Ya no puedes manejarme a tu antojo.

—Kazunari…- por un momento flaqueó al ver los ojos verdes de aquel a quien tanto amó llenarse de lágrimas-Por favor, perdóname, dame una oportunidad. Solo una oportunidad te pido. Te lo suplico por lo que más quieras.

—Las tuviste, las tuviste tantas veces que ya perdí la cuenta. Ya no puedo confiar en ti, ya no puedo amarte. No insistas en hacernos desgraciados, no me hagas más daño. Déjame en paz, déjame vivir.- lloró cayendo de rodillas sintiéndose abrumado-Al menos déjame ser feliz. Déjame ser libre, no me ates a ti. No me hundas más, ya no  me ates a tu egoísta ser.

—No, no puedo dejarte ir.- el otro le sostuvo por los brazos mirándole de manera tan firme que el pelinegro se quedó sin palabras.-No puedo dejar escapar mi felicidad de nueva cuenta. Ya te perdí una vez, lloré hasta quedarme seco pidiéndote perdón por ser el causante de tu muerte. No tienes idea de cuánto sufrí, de cuantas noches estuve lamentándome el cómo fui tan ciego como para tratarte de esta manera. Es verdad, tuve que sufrir en carne propia todo esto para saber el verdadero significado de tenerte a mi lado y haberte perdido. Lo sé, soy y sigo siendo un maldito egoísta, porque no voy a dejarte ir esta vez. No dejaré que te vayas de mi lado.

—¿Aunque me muera? ¿Aunque eso signifique que me muera por tu egoísmo?

—Esta vez no te voy a ceder a la muerte. Esta vez la muerte no te llevará de mis brazos.

Después besó aquellos labios después de años de estarlos añorando. Takao reaccionó a tiempo y después de darle una cachetada se fue corriendo hasta las afueras del hospital donde se derrumbó a los pies de un cerezo. ¿Por qué la vida se empeñaba en hacerlo sufrir? ¿Por qué la vida se empeñaba en interponer a Midorima Shintarou en su camino una y otra vez?

—Cuando me calmé y volví por mis cosas, escuché a un par de enfermeras diciendo que el idiota ese era el sustituto del médico de Shuu-chan. Ahora él es jefe en pediatría.- rayos, eso significaba que Takao-kun iba a ver a Midorima-kun por mucho tiempo y a todas horas.- ¿Por qué se empeña en hacerme sufrir? ¿Acaso no entiende que ya me hizo mucho daño y que no lo puede reparar?

—Takao-kun, él no se va a rendir. Él va a luchar por ti aunque se le vaya la vida en esto.- él me miró aterrado negando con la cabeza y enterrando su rostro en sus manos ahogando así todos sus lamentos- La decisión queda en ti.

—Ya no quiero sufrir, ya no quiero que me lastime. Por favor, ¡Ya basta por favor! ¡Ya no quiero sufrir! ¡Maldito Midorima Shintarou! ¡Desparece de mi vida para siempre! ¡Ya no me hagas mas daño!

Esto solo era el inicio, el inicio de un largo y camino doloroso.

 

Por la mañana, agradezco tanto que era un fin de semana, y podría descansar. En poco tiempo me iba a alistar para visitar al pequeño Shuusei-kun y de paso ver en qué podía ayudar a mis sempais. Dejé dormido a Tora-kun en su camita y me encaminé hacia la cocina donde de seguro Kagami-kun estaba haciendo ya el desayuno. Escuché el timbre de la puerta y me apresuré en abrir. Me arrepiento de haberlo hecho: ya que quienes eran los que habían llegado eran nada más y nada menos que Kasamatsu-san y Moriyama-san.

—¡Maldito infeliz!- sin poder contenerme me lancé a golpear al castaño siendo apenas sujetado por Kasamatsu-san. -¡Suéltame! ¡Si no quieres que a ti también te ponga una paliza!

—Cálmate, Kuroko…-inútilmente Kasamatsu-san trató de refrenarme pero sin lograrlo: mi objetivo era matar a ese idiota.

—¡Me calmo y una mierda! ¡¿Qué demonios hacen aquí?! ¡¿Cómo tienen el descaro de venir hasta aquí?!

—Quiero que me digas donde están Shun y mi hijo.

—Ajá ¿Y tú nieve de que la quieres, imbécil?- le escupí demasiado rabioso- Eres un bastardo hijo de perra, basura asquerosa, malnacido infeliz. ¿Piensas que te lo voy a decir? Pues jódete, bastardo.

—Ya basta, Kuroko, por favor. Dime donde está Kise.

—¿Ahora tú también? Lo mejor será que se larguen, lárguense y déjenlos en paz.

—¿Qué está pasando aquí?

Vi bajar a Kise-kun por las escaleras luciendo medio dormido. Pero al ver a los otros su sueño se fue al caño para darle paso a la ira y a la rabia. Lo vi apretar sus puños sin amedrentarse al ver a su ¿Ex?

Me solté del agarre de Kasamatsu-san y ya me encontraba listo para irme por una escoba para correrlos de aquí pero no pude. No podía dejar a Kise-kun solo con ese par de idiotas.

—¿Qué quieres, Kasamatsu? ¿A qué has venido?

—He venido para que hablemos de nuestro hijo.- la mirada de Kise-kun se endureció mientras apretaba los dientes- Y de nosotros.

—¿Nosotros? ¿Nosotros? No me hagas reír. Nunca existió un nosotros como para que ahora hablemos de ello. Nunca me amaste, así que no malgastes tu saliva en algo tan estúpido como eso que decías sentir por mí.

Kise-kun habló con tanto rencor e ironía que dejó a Kasamatsu-san completamente atónito. Pero ¿Por qué sufre? Si es por su culpa que Kise-kun se haya vuelto así, de esta manera, tan frío y cruel.

—Yo si te amé, Kise, te sigo amando.

—Ay por favor, no te engañes a ti mismo. Ya no lo sigas haciendo. Tu nunca me amaste, vivías diciéndomelo día a día, con tus acciones egoístas, con tus desprecios.- Kise-kun avanzó hacía él demostrándole que ya no tenía miedo de decirle sus verdades a la cara y destrozarlo con cada palabra que salía de sus labios.-Venir a perder tu tiempo sabiendo que no lograrás nada es una acción demasiado estúpida. ¿Acaso no te cansas? ¿No te cansas de perder el tiempo?

—No, tratándose de ti nunca lo haría.- el sempai, demostrando la fiera que llevaba dentro, se puso a la par de Kise-kun no dejándose vencer por el tono mordaz que empleaba el otro-Por favor Kise, dejemos esta actitud tan absurda.  ¡Maldición! Sé que con esto no soluciono nada, pero no quiero rendirme sin haber luchado antes.

—Tu lucha no va a servirte, solo malgastas tu tiempo. No te engañes a ti mismo, no luches por algo que sabes que no vas a conseguir.- Kise-kun sonrió con amargura mientras negaba con la cabeza haciendo que su sempai se frustrara más-Aléjate de mí y vive tu vida como si no existiera. Como si nunca me hubieras conocido.

—¡¡Maldición, rubio idiota!! ¡¡No te des esos aires!! ¡¡¿Por qué sigues negándote el que me sigues amando?!!- Kasamatsu-san lo agitó entre sus brazos fuera de si- ¿Por qué lo haces, Ryouta? ¿Por qué insistes en esto?

—Tú eres el que insiste, tú mismo te encargaste de destruirme. Por favor, déjame rehacer mi vida, déjame ser feliz. Si tanto me amas, déjame ir.

—Ryouta…¡¡Ahhh!!

Kasamatsu-san dio un grito aterrador y al ver el motivo no supe que pensar: Taiki-kun le estaba mordiendo el brazo sin soltarlo. Kise-kun tomó al niño y trató de quitarlo del feroz agarre que mantenía sobre Kasamatsu-san. Después de muchos jaloneos, el niño lo soltó pero aun así no le quitaba la mirada feroz de encima.

—¡Malo! ¡Mamacchi! ¡Que se vaya! ¡Feo! ¡Malo!

—Taiki, cálmate bebé. Él no puede irse: es tu papá.- Kise-kun tuvo que cambiar su semblante para hablar con el niño. Pero este estaba demostrando que había heredado la terquedad de ambos padres, y el coraje del padre.

—¡No lo quiero mamacchi! ¡No lo quiero!

—Hijo, por favor cálmate ¿Sí?- lo abrazó levantándolo del suelo y le acarició la espalda para tranquilizarlo-Shh, tranquilo, tranquilo mi bebé…

Kise-kun se fue alejando del lugar con el niño para conseguir calmarlo. Kasamatsu-san quiso seguirlos pero le evite. Me miró molesto por mi acción pero no me iba a dejar.

—Déjalos en paz, no atormentes más a Kise-kun ni al niño. Si de por sí ya te odia, no le eches más leña al fuego.

—Kuroko, dime donde están Shun y mi hijo.

De nuevo venía este idiota. ¿Acaso estaba sordo o qué? muy bien, ahora si le iba a decir unas cuantas cosas.

—Mira, pedazo de basura asquerosa, a lo único que has venido es a desgraciar la vida de Izuki-sempai y la del niño. Por tu culpa, por tu maldita culpa el niño está en el hospital.- su cara se contorsionó por la sorpresa-Sí, el niño para su mala suerte heredó esa enfermedad de tu parte. Ahora está en el hospital con sus padres…

—Ese idiota no es su padre…- eso lo hizo haciendo alusión a Nijimura-sempai. Ahora si no me pude contener y le propiné un buen golpe.

—Ese idiota al cual llamas es mucho más hombre que tú. Nijimura-sempai ha sabido ser un verdadero padre para Shuusei-kun, él ha hecho muy feliz a mi sempai, él no lo engaña, no le miente acostándose con medio mundo. Le dio dos maravillosos hijos más y es capaz de hacer cualquier cosa por los cuatro.-me paré frente a él agarrándolo por las solapas de la chaqueta- Admítelo, idiota, tú jamás los recuperarás. Tu pelea es en vano, ellos ya tienen una vida. Y tú no estás en ella.

— Los voy a recuperar, a cualquier precio lo haré.- algo en su mirada no me gustó. Pero en este juego se pueden jugar dos…o incluso más sin reglas.- No me importa lo que tenga que hacer pero ellos estarán conmigo.

—Te repito, tu pelea es en vano. Porque no solo vas a enfrentarte a él, te vas a enfrentar a todos nosotros y no dudaremos en aplastarte.

Él se marchó de ahí suponiendo al lugar que ya tenía pensado. Pero no lo íbamos a dejar avanzar. Lo íbamos a aplastar con todo lo que estuviese a nuestro alcance. Volví mi mirada hacia Kise-kun el cual ya había calmado a su hijo y Kasamatsu-san los observaba frustrado.

—Kise, entiende…

—No, él que tiene que entender eres tú. Ya deja de seguir este juego. Vete ahora, este no es un buen momento para hablar.

Después de alegar por un buen rato, Kasamatsu-san se fue demasiado frustrado. Tenía el ligero presentimiento de que esto era el principio de solo un montón de problemas sobre nuestras vidas.

 

Ya en el hospital vi a Izuki-sempai profundamente dormido en el sofá de la sala de espera al lado de Nijimura-sempai. Este bebía un café todo tenso y con rastros de haber llorado. Me sentí muy mal por ellos, más que nada porque no merecían lo que les estaba pasando.

—Nijimura-sempai, ¿Cómo te sientes?

—…Me siento fatal, Kuroko, me siento como en una maldita pesadilla sin fin.- murmuró derrotado enterrando su rostro entre sus manos-No sé qué hacer, me siento tan mal. No entiendo, no…

—Tranquilo, sempai, tiene que calmarse.- me apresuré en darle un abrazo-No pierda la cordura, por favor no se deje vencer.

—Kuroko, maldita sea…me siento agobiado sin saber que hacer.- sollozó y sentí como mi camisa se humedecía por sus lágrimas- Me sentí tan mal cuando Shuusei dijo que yo ya no lo iba a querer porque no era mi hijo, cuando dudó... ¡Maldita sea! ¡Lo amo demasiado! ¡Es mi hijo! ¡¿Cómo no voy a amarlo cuando él es mi hijo?!

—Nijimura-sempai, entiende por favor: Shuusei-kun es un niño. Es aún muy pequeño y recibir esta noticia fue demasiado para él. Es como si le destruyeran la vida, sus ilusiones, es como si él pensara que ya no lo ibas a querer.- le expliqué mientras lo sentaba de nuevo en el sofá y le retiraba las lágrimas del rostro-Piensa que dejaras que quererlo por este hecho.

—Yo jamás voy a dejar de quererlo, es mi vida. Lo amo, lo amo. Lo amo con todas mis fuerzas.

—Entonces has esa maldita promesa que hiciste en el mar hace cuatro años. Protege  a tu familia, protégelos y no te rindas, lucha por ellos.-le miré a los ojos-Demuestra quien eres, saca a esa fiera que llevas dentro y a la cual tenemos tanto miedo.

Iba a responderme cuando escuchamos un estruendo provenir del otro pasillo. Él se quedó con Izuki-sempai y yo fui a ver qué pasaba. Sentí un baldazo de agua fría caerme cuando vi a Hyuga-sempai, hecho una fiera, peleando con Kiyoshi-sempai, el cual tenía el labio roto y un ojo morado. Oh no, esto no le iba a gustar a Hanamiya-san, y forcejeando. No era tonto, él venía a ver a Reo-san.

—¡Suéltame Kiyoshi! ¡Déjame! ¡Quiero verlo! ¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde lo tienen?! ¡Quiero verlo! ¡Quiero que me digan dónde está!

—Hyuga, trata de relajarte…

—¡No! ¡¿Cómo puedes pedirme que me relaje?! ¡¡Quiero ver a Reo!!

—Cálmese Hyuga-sempai.

Ambos voltearon a verme y Hyuga-sempai se puso más blanco que la cal, hasta el punto de caer de rodillas por la conmoción. Kiyoshi-sempai lo ayudó a levantarse hasta sentarlo en una silla mientras yo sacaba agua de una botella y se la daba.

—E-es cierto…e-están vivos…

—Lamento que se haya enterado de esta manera, Hyuga-sempai, pero tiene que calmarse. Después le explicaremos el porqué de todo esto.

—Dime ¿Cómo está Reo? Dímelo, dímelo Kuroko…

—No te voy a mentir: estuvo a punto de morir en el incendio cuando lo secuestraron junto a los hijos de Akashi-kun.- me miró con los ojos abiertos como platos, ya después le contaré de eso- Pero eso no es todo: Reo-san quedó inválido puesto que una viga le cayó encima cuando la bodega estaba cayéndose a pedazos.

—Oh por todos los cielos, ¿Por qué no me dijeron nada? ¿Por qué me ocultaron que estaba vivo?- sollozó- ¿Por qué? Maldita sea, díganmelo.

—Hyuga, si la madre de Akashi se enteraba que había sobrevivido iba a regresar solo para matarlo. Y más porque sabía que está esperando un niño.- Kiyoshi-sempai murmuró sombrío- Akashi-sama no iba a arriesgar sus vidas de ninguna manera. No podía arriesgarse a que les hicieran daño, a que nos hiciera daño a todos.

—Hyuga-sempai, él está bien. Y lo que necesita ahora es apoyo, necesita de usted.- le tomé de las manos-Lo necesita ahora más que nunca. No le vaya a reclamar ni nada por el estilo, tiene que ser comprensivo. No sabe cómo le dolió tener que mentirle, él ha sufrido demasiado.

—Por favor, Kuroko, quiero verlo. Quiero ver a Reo.- nunca había visto a mi sempai tan derrotado y tan destrozado, según Kiyoshi-sempai las pocas veces que lloró frente a alguien fue en nuestro “funeral” y cuando creyó a Reo-san muerto- Necesito verlo, por favor.

No dije nada más y me paré. Le tomé de una mano y los tres, ya que Kiyoshi-sempai nos siguió también, fuimos a la habitación donde estaba Reo-san. Al llegar a la puerta pude ver a mi sempai casi queriendo tumbar la puerta y entrar a la habitación. Abrí la puerta y los tres vimos a Reo-san demasiado sonriente y lloroso mientras una enfermera le realizaba un sonograma y le explicaba paso a paso. Si la cara de Hyuga-sempai estaba lloroso, ahora estaba casi echando agua como fuga. Y creo que llegamos en el momento justo porque era cuando se empezó a escuchar el latido del bebé en el lugar.

—Su corazoncito se escucha fuerte, eso es un buen indicio. Además está bien de tamaño y para la próxima ya podremos saber su sexo.- Reo-san se quitó las lágrimas mientras comía un rollito de repollo- Debería llamar al padre de su bebé, esta experiencia es muy bonita y lo es más si la vive al lado de su pareja.

—Q-quisiera que eso fuese posible, pero él no lo…

—Solo debes pedir un deseo, Yasha…

Reo-san se giró demasiado conmocionado hasta la puerta donde vio a Hyuga-sempai demasiado lloroso, casi o incluso más que él.

—Jun-chan…

Hyuga-sempai no se aguantó más y corrió a abrazar a un atónito Reo-san. Sin perder tiempo lo llenó de besos, muy apasionados por cierto, que hasta la enfermera se quedó roja por lo que estaba viendo. Después de los besos, se quedaron abrazados y viéndose el uno al otro como si no se hubiesen visto en años.

—Jun-chan, oh Jun-chan…te extrañé tanto…yo quise decírtelo, pero…

—Eso no importa ahora, amor, lo importante es que estás bien.- le dio un beso en la frente mientras acunaba su rostro con cariño-Que estamos juntos, que estamos bien, que vamos a ser padres.

Ambos se quedaron con la mirada fija en la pantalla donde estaba la imagen de su bebito. La enfermera se salió y nosotros también para darles un momento de pareja y ya que los dos tenían muchas cosas de las cuales hablar. La enfermera se llevó a Kiyoshi-sempai para hacerle unas curaciones mientras yo aprovechaba el momento para ir a visitar a Mayuzumi-san. Su habitación no estaba lejos y le haría bien que le visitara. Me enteré que había tenido una discusión con Sanada-san, su padre, y ahora estaban algo distanciados. Bueno, hora de hacer mi buena acción del día, además de golpear al idiota de Moriyama-san.

Abrí la puerta de la habitación de Mayuzumi-san, luego de haber pedido permiso, y al entrar me alarmé un poco al no verlo en su cama. Di una rápida escaneada al lugar y ni rastros de él. ¿A dónde habrá ido?

—¿Sucede algo, Kuroko-kun?- respiré tranquilo al escucharlo. Su voz provenía del sofá que estaba pegado a la ventana y le vi leyendo un libro mientras tenía una pequeña manta sobre sus piernas y su vientre estaba descubierto.

—¿Qué hace levantado de la cama?

—Me cansé de estar acostado, mis piernas necesitaban estirarse un poco. Además la luz no me llega hasta donde estoy y leí que es bueno que el bebé reciba algo de luz.- murmuró sin despegar la vista del libro que leía. Apuntó con su cabeza hacia una dirección y vi una pila de libros infantiles-¿Podrías traerlos? Quiero leerle uno al bebé.

—Mayuzumi-san, ¿Está todo bien? Le noto extraño…- después de que le traje los libros me miró. Se veía normal, aunque en su mirada se encontrara llena de tristeza y soledad.

—Mi vida es un desastre, Kuroko, es un desastre irremediable. Sé que amo a mi hijo, quien es el menos culpable de toda esta situación, pero hubiese deseado que llegara a mi vida de otra manera.- musitó mordiéndose los labios mirando con infinita tristeza el lugar donde crecía su hijo- No quiero ni imaginar cómo es que va a ser su vida cuando nazca.

—No piense eso, Mayuzumi-san, ese bebito va a nacer en una bonita familia con todas las personas que lo vamos a querer.- traté de ser positivo. Era cierto que ese escenario ya me lo imaginaba. Le di unos pañuelos cuando vi que se le salieron las lágrimas- Trate de mantenerse alegre, el bebé siente cuando está triste y eso no le hace nada bien.

—Trato de hacerlo, Kuroko, pero de solo imaginarme lo que va a sufrir mi hijo me hace sentir fatal.- sollozó enterrando su rostro en sus manos- Todo por mi culpa. Todo es por mi culpa. Perdí a la persona que más amaba, si tan solo no hubiese sido tan ingenuo, si tan solo…

—Mayuzumi-san, pero aún puede resolver su situación con Nebuya-san. Sé que si hablara con él…- me quedé mudo al ver su rostro lloroso y luego negó mostrándose derrotado y destrozado.

—No, Kuroko, él jamás va a perdonarme. Lo he perdido para siempre.- lo abracé de lado y le acarició el cabello para tratar de relajarlo- Lo comprobé. Este es el precio que debo pagar. Debo vivir con su odio y su rabia, debo vivir sabiendo que lo he perdido para siempre.

Minutos después noté que se quedó profundamente dormido.  Iba a llamar a una enfermera para que me ayudara a llevarlo a su cama pero como por arte de magia por la puerta apareció el padre de Akashi-kun junto con Kotaro-san y este traía a rastras a Sanada-san. Al vernos le hice señas para que me ayudara y después el alto pelirrojo tomó en brazos a Mayuzumi-san para llevarlo a su cama y arroparlo con las cobijas.

—Yo me quedaré con él, Kuroko-kun, debemos hablar con él su padre y yo.

—Traten de no hacerlo sentir mal, Akashi-san, estuvo llorando mucho y no le hace nada bien. Lo digo por usted, Sanada-san.

—Descuida, Kuroko-kun, me encargaré que él no haga o diga nada estúpido.- tomó asiento en la silla al lado de la cama mientras Kotaro-san sentaba a Sanada-san en el sofá. Salí de la habitación y quise ir a donde estaba Izuki-sempai para ver como seguía. Casi al llegar escuché gritos y discusiones a lo que me apresuré en llegar al lugar. Vi a Moriyama-san discutiendo con Izuki-sempai mientras era retenido por Kagami-kun y hasta Midorima-kun.

—¡Vete de aquí! ¡Déjanos en paz! ¡Por tu culpa mi hijo está así!

—¡Quiero que me dejes verlo! ¡Es mi hijo! ¡No me iré de aquí hasta que lo vea!

Con horror vi como Nijimura-sempai iba entrando por el otro pasillo y al ver la escena se prendió peor que incendio forestal y en menos de lo que pensé Nijimura-sempai agarró por el cuello a Moriyama-san para fulminarlo con sus feroces ojos.

—Escúchame bien imbécil: lárgate de aquí antes de que te deje internado con todos los huesos rotos.

—¡Tu no eres nadie para decírmelo! ¡Es más no tienes ni porqué estar aquí!  ¡No eres el padre de mi hijo! ¡Solo eres un idiota que estás usurpando mi lugar!

Ya me andaba enlistando para darle un buen golpe a ese idiota a lo que Kagami-kun me detuvo. Pero antes de que pensara otra cosa Nijimura-sempai le asestó un puñetazo en el estómago que lo silenció y de paso lo aventó para que rebotara en la pared. Lentamente se acercó a él y le tomó por los pelos alzándolo de a poco.

—El que no tiene que hacer nada aquí eres tú, estúpido, tú eres el extraño aquí. Vienes a darte los aires de gran padre cuando ni siquiera sabes cómo serlo. Tú no sabes lo que es ser un padre y vienes a darme lecciones a mí. Eres un completo estúpido.- lo dejó ahí mientras se alejaba- Mas te vale que te largues si no quieres que te haga pedazos.

Se alejó por un pasillo y lentamente le seguí para evitar que hiciera algo de lo que pudiese arrepentirse. Lo seguí hasta que llegó a la habitación del pequeño Shuusei donde entró y se sentó al lado del niño que estaba semi dormido. Me quedé afuera por si algo pasaba y para que el tonto y estúpido de Moriyama-san no interviniera.

El niño al notar a Nijimura-sempai se despertó y le miró con algo de miedo. La cara de mi sempai se puso triste mientras se pasaba a la cama del niño y se acostaba a su lado.

—¿Por qué muestras esa cara Shuusei? ¿Por qué te pones así de esquivo conmigo?- el niño se puso nervioso y tembloroso sin responderle ni una sola palabra. Nijimura-sempai con uno de sus brazos levantó al niño hasta ponerlo en su regazo y acunarlo entre sus brazos-¿Qué es lo que te sucede? ¿Acaso es por lo de ese señor que llegó hace unos días?

El niño asintió lentamente ante lo cual Nijimura-sempai lo apretó más contra su pecho de manera protectora.

—Y-ya n-no me vas a q-querer.- de los ojos de Nijimura-sempai salió una lágrima la cual rodó por su mejilla-N-no m-me vas a querer p-porque n-no e-eres mi papá.

—¿De dónde sacas esa tontería, Shuusei? ¿Piensas que no te voy a querer solo por el hecho de que no llevas mi sangre?- tal vez eso sonó duro pero hizo que el niño reaccionara. Nijimura-sempai suavizó su rostro mientras le acariciaba los cabellos y las mejillas a su hijo- Shuusei, sé que esto era algo que tanto tu madre como yo pensábamos decirte en cuanto tuvieras la suficiente edad para que lo entendieras y por la gravedad de tu enfermedad. Me siento muy mal por mentirte de esta manera, pero lo hice para protegerte.

“¿Piensas que no te quiero, hijo?-el niño asintió todo lloroso, y pronto mi sempai le quitó las lágrimas-Nunca vuelvas a pensarlo. Yo no te quiero: te amo. Te he amado desde que estabas en el vientre de tu madre, y lo seguí haciendo conforme pasó el tiempo. El acompañar a tu madre para verte en cada consulta, para escuchar tu corazoncito, para verte como crecías. No sabes cómo me sentía de dichoso cada vez que sentía una patadita tuya desde el vientre de tu madre, no importaba si eran las dos de la tarde o las cinco de la mañana. Estaba muy feliz cada vez que te sentía moverte.

“Yo temí tanto perderte: temí tanto cuando estuvieron a punto de apartarte de mi lado. Tú, aun estando tan chiquito y desde el vientre de tu madre sin poder defenderte, no podía dejar que los dañaran, a ti y a tu madre. Dar mi vida por ti es algo que haría sin pensarlo dos veces. Lo haría en el acto.

“Cuando naciste, nos tomaste desprevenidos. No me importó recibir un premio o tirarle los dientes a un contrincante: yo quería estar presente para verte nacer. Y lo estuve. Cuando te, tan chiquito y tan bonito, cuando te tuve entre mis brazos, me sentí tan completo y tan dichoso. En ese momento supe lo que tu abuelito sintió cuando yo nací y hasta ese momento lo entendí.

“No soportaba verte llorar, sé que era algo tonto pero era el primero que acudía a ti cuando empezaras a llorar. Te cantaba canciones mientras t e arrullaba en mis brazos para que pudieses dormir no importándome si tenía algo importante para hacer al día siguiente. Tú eras primero. No me quería separar de ti, ni para irme a la escuela o incluso dejar que otros te cargaran además de tu madre. Para mi eras, y eres, el bebé más bonito del mundo junto con tus hermanitos. Desde que naciste iluminaste mi vida, me cambiaste por completo.

“Cuando me dijiste papá, lloré hasta quedarme seco. Lloré por toda esa emoción que sentí al llamarme papá. Me ponía demasiado feliz al escucharte llamarme así. También cuando diste tus primeros pasitos, y lo hiciste el día en que me gradué. No me importó llorar como una magdalena en pleno palco y tampoco me importó tirar mi diploma al mejor alumno del año. Únicamente quería abrazarte y felicitarte por dar tus primeros pasitos. Ese fue mi mejor regalo.

“Al descubrir tu enfermedad sufrí como nunca. Deseé con todas mis fuerzas ser yo el que llevara el peso de esa enfermedad y no tú. Mi precioso angelito. Mi precioso bebito no podía sufrir. Llamé y mandé traer al mejor especialista para que te atendiera y no permitiese que la enfermedad fuese tan severa. Lo logramos: tus crisis se han disminuido hasta el punto de volverse casi inexistentes.

“Shuusei, no quiero que pienses que solo por el hecho de que no llevas mi sangre no significa que no eres mi hijo. Lo eres. Lo eres a pesar de lo que digan y a pesar de lo que sea. Tal vez no lleves mis genes, tal vez no te tuve en mi vientre como lo hizo tu madre, pero eres mi hijo. Te llevo en mi corazón siempre, ocupas un sitio muy importante dentro de mi corazón, te he dado mi amor, mi cariño, mi ser, mi todo. Por ti soy capaz de dar mi vida una y mil veces si es necesario, por ti me enfrentaría a quien sea con tal de protegerte y con tal de que nadie te hiciera daño.  Eres mi hijo de corazón, y no me imagino una vida donde tú no estés. Nunca voy a dejar de amarte, no importa lo que el mundo diga, no importa. Eres mi pequeño, eres mi angelito. Lo eres todo para mí.

Rompí a llorar por las palabras de Nijimura-sempai y más cuando este abrazó llorando también al niño. Nunca lo había visto así de abierto de emociones. Acunaba al pequeño niño entre sus brazos con tanto amor y cariño que nadie lo rivalizaba. Nadie. Si Moriyama-san pretendía venir y quebrantar el amor que Nijimura-sempai sentía por el niño no lo iba a lograr. Él lo amaba, lo amaba demasiado.

—Por todo eso, no quiero que pienses que no te querré. Eres mi bebito y nadie lo va a cambiar. No dejaré de ser tu padre.- besó la frentecita del niño, el cual ya lucía más calmado, mientras lo mecía entre sus brazos-Un padre no es alguien que da los genes, un padre es quien da amor y cariño a sus hijos, quien los protege de lo que sea y quien no tiene miedo de dar la cara por ellos si algo les pasa. Eso es lo que implica el amor de un padre: amar a su hijo, quererlo y cuidarlo como la cosita más deseada, protegerlo de quien sea y guiarlo por el buen camino.

—P-papá, t-te amo.- susurró el niño acurrucándose en los brazos de Nijimura-sempai. Este sonrió entre lágrimas mientras lo apretujaba contra sí mientras le llenaba de besos.

—Y yo a ti, mi vida, y yo a ti. Ya es hora de que duermas, debes descansar para que te mejores y puedas regresar a casa con nosotros. Mamá te extraña al igual que tus hermanitos, tu abuelito y todos tus amiguitos.

—No tengo sueño, papá…

—Te cantaré para que puedas dormirte. Como lo hacía cuando eras un bebé y aun lo sigo haciendo. Solo cierra tus ojitos y duerme…

La voz de Nijimura-sempai era muy hermosa, y más lo era cuando cantaba las nanas de sus hijos junto a Izuki-sempai…

Come, stop your crying,
It will be all right.
Just take my hand,
Hold it tight.

I will protect you
From all around you.
I will be here,
Don't you cry.

For one so small,
You seem so strong.
My arms will hold you,
Keep you safe and warm.
This bond between us
Can't be broken.
I will be here,
Don't you cry.

'Cause you'll be in my heart,
Yes, you'll be in my heart,
From this day on,
Now and forever more.

You'll be in my heart,
No matter what they say,
You'll be here in my heart, always.

Why can't they understand
The way we feel.
They just don't trust
What they can't explain.
I know we're different but,
Deep inside us
We're not that different at all.

And you'll be in my heart,
Yes, you'll be in my heart,
From this day on,
Now and forever more.

Don't listen to them
'Cause what do they know?
We need each other,
To have, to hold.
They'll see in time,
I know.

When destiny calls you,
You must be strong.
I may not be with you
But you've got to hold on.
They'll see in time,
I know.
We'll show them together.

'Cause you'll be in my heart,
Yes, you'll be in my heart,
From this day on,
Now and forever more.

Oh, you'll be in my heart,
No matter what they say,
You'll be in my heart, always,
Always..

El niño quedó profundamente dormido en sus brazos después de escucharle cantar. Mi sempai lo recostó en su camita y después de besarle la frente salió de la habitación aun secándose las lágrimas que había derramado. Al verme afuera de la habitación se sorprendió un poco y después arqueó una ceja.

—Tiene una bonita voz, Nijimura-sempai. Además de que sus palabras fueron…

—El amor de un padre no tiene límites, Tetsuya, yo soy capaz de hacer lo que sea por Shuusei. A pesar de que él no lleve mi sangre es mi hijo…

Un grito captó nuestra atención y pronto corrimos hacia la sala donde habíamos dejado a los demás. Vi a Izuki-sempai temblar aterrado mientras sostenía una hoja de papel en sus manos y a cada minuto se ponía tan blanco como la hoja misma. Kagami-kun junto con los demás presentes lucían molestos, no vi al idiota de Moriyama-san y eso no me gustó para nada. 

Nijimura-sempai se acercó a Izuki-sempai para ver la razón por la cual estaba así.

—Shun, mi amor ¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?

— Es, es…es una demanda…esto es una demanda por la patria potestad de mi hijo: demanda la custodia de mi hijo… ¡Quiere quitarme a mi hijo!- gritó mi sempai derrumbándose en los brazos de Nijimura-sempai. Esto si era el colmo, que ese imbécil demandara a Izuki-sempai por la custodia del niño era algo bajo y cruel-¡Nos lo quiere quitar! ¡Nos lo va a quitar!

—Shun, trata de calmarte, tienes que calmarte Shun…-pero no pudo seguir cuando Izuki-sempai se desvaneció totalmente inconsciente entre sus brazos-¡¿Shun?! ¡¿Qué tienes?! ¡Reacciona, Shun!

Midorima-kun fue el único cuerdo que estaba ahí y en segundos se llevó a Izuki-sempai para que lo atendieran por el desmayo que tuvo. Nijimura-sempai se quedó de rodillas en el suelo temblando como gelatina mientras sostenía la dichosa hoja con la demanda. Me acerqué a él para ayudarle a levantarse pero su mirada llena de ira me dio demasiado miedo.

—Nijimura-sempai…

— Esta fue una sucia jugada, pero yo puedo jugar más sucio que él. Le enseñaré que usar este tipo de jugadas le va a costar muy caro. Si pensó que ya había ganado y que con esto podría tenerles, se equivocó.- se paró rompiendo la hoja en mil pedazos los cuales quedaron en el suelo- El que ríe al último ríe mejor. El último en reír fui yo al ver a su rey caer ante mi juego. Que divertido será esto. Será tan divertido destruirlo con mis propias manos.

Nijimura-sempai se marchó por el pasillo por el cual se habían llevado a su esposo mientras los demás nos quedábamos ahí. Se avecinaba una guerra, y una donde  uno tendría que perder.

—¿Están listos, niños? Miren que llegamos justo a tiempo.- volteé y vi al tío Midori junto al tío Hinata. El más alto se quitó los lentes revelando sus ojos llenos de ira-Ya llegó la caballería, y ese idiota sabrá que perdió la guerra antes de empezarla.

Notas finales:

Hasta aquí les dejo yo. Espero que les haya gustado y nos leeremos en el próximo capitulo.

El adelanto para el capitulo que se viene:

-La vida da muchas vueltas, esto era algo que se avecinaba.

-No puedo creerlo, ahora si me las va a pagar.

-El hecho de estar preñado no me va a impedir que te de una paliza.

-Tienes que estar calmado, no te dejes atemorizar.

-Solo te di tu merecido, idiota, además de que mis puños arden en deseo por hacerte sangrar.

-Vine por ustedes para llevarlos de paseo, aunque me odies no me lo niegues.

-No es un asunto personal, y no vengo a favorecer a nadie. Lo único que me importa es el bienestar del niño.

-El rechazo es un manifiesto de las actitudes que tu llevaste con su madre. Tal vez pienses que es estúpido pero el niño te rechaza ya que tu lo hiciste con ellos en el pasado. Los bebés son muy listos, y oyen y recuerdan todo.

-Tú me ayudarás, hijito, me ayudarás a recuperar a tu mami y vamos a ser una verdadera familia.

-Retiraré los cargos, los retiraré pero solo si lo dejas y regresas conmigo.

-Me ganaré su amor, me ganaré su amor y el de mis hijos al precio que sea.

-Ese enano, mira que aventarme una cubo de agua y arrojar una maceta a mi auto solo por el hecho de que quiero hablar con su madre.

-Espero que todo salga bien, espero que ya no los dañen.

-¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué quieres recuperarlos? ¿Para qué? ¿Para que sufran el infierno que vivió su madre a tu lado?

-Ni se te ocurra usar a mi hijo, maldito friki, mira que usarlo para darme flores que ya ni me gustan y por ti odio.

-Fue una estrategia con el fin de salvarlos, era algo inevitable y no podíamos permitirlo.

-Vine a atestiguar, vine con el fin de ser ayuda para que esta familia no se rompa por los actos egoístas de ese idiota.

-¡No me lo puedes quitar! ¡Es mi hijo! ¡Por lo que más quieras no me lo quites!

-Esta es una prueba que hará que el rumbo de las cosas cambien. Esto es una prueba irrefutable de que mi cliente es un excelente padre para el niño.

 

¡No se lo pierdan! ¡Nos leeremos pronto!

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Moki Moki

Les deseo una excelente semana que se viene

Momoka Black ♣♠♦♥

 

 

 

 

 


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