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El club de los corazones rotos por Momoka Black

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Notas del capitulo:

Hola hola!! muchas gracias por sus reviews chikas me encantan!! los he contestado toditos!!

Es genial saber que el fic con solo dos caps lleva casi mas de 800 visitas. 

Se les agradece muchisimo.

El cap va con dedicatoria a: kitsune loli, sole, sabela, azunay, miyuchan, NanaRose, luky_luze y hannakolove. 

Disfruten el cap!!!

 

 

Escuché la alarma puesta por Kagami-kun la cual me alertaba a levantarme y a dar comienzo con el plan. Di un enorme bostezo tallándome los ojos y me levanté para ir a despertar a mi pelirrojo el cual dormía como un tronco. Mientras iba a hacer eso, vi a Himuro-san levantarse entre bostezos y quitándose los cabellos que se habían pegado a su cara.

—Buenos días, Kuroko-kun.

—Buenos días Himuro-san, voy a levantar a Kagami-kun. Ayúdame a despertar a los demás.

El otro asintió y fue a hacerlo en lo que yo iba con Kagami-kun. Parecía una lavadora descompuesta por sus ronquidos.

—Kagami-kun, despierta- le sacudí y solo recibía ronquidos de su parte. Ni los almohadazos funcionaron- anda, Kagami-kun.

—No jodas… Kuroko…cinco minutos más…

—Oh no, eso sí que no- con el ceño fruncido y una sonrisa malévola en mi cara di un suave silbido llame a Nigou- ya sabes que hacer.

Nigou ladró gustoso y se encimó sobre Kagami-kun dándole lengüetazos y a rascarlo con sus patitas. Kagami-kun frunció su ceño entre sueños y cuando abrió los ojos pegó un grito peor que una niña y por la carrera que hizo se estampó de lleno con una pared.

—Kuroko-teme, ¿Cómo te atreves a despertarme con Nigou?- me reclamó sobándose el tremendo chichón que tenía en la frente.

—Eso te pasa por no despertarte en cuando te lo digo, Kagami-kun.

—Bah, está bien.

Después Kagami-kun y Sakurai-kun se encargaron de hacer el desayuno y la comida para el viaje ya que iba a ser muy largo mientras Himuro-san, Izuki-sempai y Hanamiya-san nos dedicábamos a recoger los futones y Takao-kun junto a Furihata-kun y Kise-kun se encargaron de arreglar los disfraces. Desayunamos todos en silencio y luego nos encontrábamos viendo las ropas junto con las pelucas como si estuviésemos viendo a una cosa horrorosa.

—¿Y? ¿Qué esperamos?- murmuró Kagami-kun viéndonos con un tanto de impaciencia. Kise-kun suspiró y se nos adelantó a todos ya que él era el experto en eso y nosotros no entendíamos mucho.

—Yo les ayudo, solo que les voy a pedir que si tienen vellos en las piernas vayan a depilarse- todos nos vimos con cara de susto y rápidamente nos fijamos en nuestras piernas y suspirando ya que no tendríamos que depilarnos ¡Benditas piernas lampiñas!- Bien, entonces, tomen el conjunto que les daré y se visten ya. Yo mientras preparo las pelucas, el maquillaje y arreglo a Kagamicchi. Me cambio en segundos.

Kise-kun nos dio a cada uno un conjunto de ropa doblada junto con los zapatos respectivos y nos fuimos a cambiar al ex-cuarto de Kagami-kun. Para no hacerles el cuento largo, salimos ya cambiados y con la peor cara de vergüenza de nuestras vidas:

El primero en salir fue Sakurai-kun: Sakurai-kun llevaba puesto un vestido con relleno, claro que era para aparentar, en una tonalidad verde esmeralda, de tirantes delgados y hasta las rodillas. De zapatos llevaba unas balerinas en color salmón sin tacón.

El segundo fue Hanamiya-san: él, por otro lado, llevaba puesta una blusa ceñida y de manga a tres cuartos en color violeta  junto con una falda entallada en color negro hasta las rodillas y un calzado un poco alto: unos plataformas negras que le calculo unos siete cm de alto.

El tercero fue Izuki-sempai: llevaba un vestido sin tirantes de tonalidad rosada con encajes y con estampados florales, de entre la mayoría puras sakuras y flores de loto. Las zapatillas de Izuki-sempai eran color miel con cintas rosadas que se anudaban hasta las pantorrillas.

El cuarto fue Furihata-kun: él llevaba un vestido color amarillo pálido de mangas largas y largo hasta los tobillos, un poco entallado y de tela muy fina; las zapatillas eran muy planas de color dorado y con unas pequeñas piezas de pedrería.

El quinto fue Takao-kun: él llevaba un bonito minivestido rojo sangre de hombros caídos y anchos un poco entallado y corto hasta las rodillas; los zapatos de Takao-kun eran de los más altos pero para su buena fortuna eran corridos así que no le pesarían tanto ¿O sí?

Himuro-san fue el otro que salió y más rojo que el vestido de Takao-kun: él llevaba una blusa muy vaporosa en color durazno de mangas largas y una minifalda de encajes en color verde agua hasta los muslos. Las zapatillas que llevaba eran color piel y a la vista muy cómodas.

Y por último fui yo: mi vestido era color azul turquesa de tirantes múltiples y corto como la minifalda de Himuro-san, mis zapatillas eran color hueso y de cintas finas anudadas a los tobillos.

—Me siento muy raro- farfulló Sakurai-kun viéndose de pies a cabeza y creo que no era el único que se sentía así. Escuché unas risas ahogadas y vi a Kagami-kun ahogándose de risa con una almohada. Ya iba a darle un zape pero Kise-kun me ganó.

—Ya verás, Kagamicchi, cuando les de los toques finales quedarán más sexys que unas modelos.- murmuró poniéndose su blusa negra de encajes y su minifalda color azul pálido- Ahora pónganse esto en las cabezas para que puedan ponerse las pelucas.

Kise-kun nos tendió unas telas para que nuestros cabellos se quedaran fijos y no se salieran de sus sitios. Después sacó varias pelucas y con malicia nos las puso: a mí me puso una de cabello negro y liso largo hasta la cintura; a Sakurai-kun le puso una de cabello rubio largo y rizado  hasta las caderas; a Takao-kun le puso una de cabello dorado y semi ondulado hasta la espalda; a Himuro-san le puso una de cabello color chocolate, de capas disparejas y largo hasta los hombros; a Hanamiya-san le puso una de cabello rojo oscuro y liso, larga hasta la cintura; a Furihata-kun le puso una de cabello negro azabache, en capas y corta hasta el cuello; a Izuki-sempai le puso una de cabello castaño, ondulado y largo hasta los muslos. Por ultimo Kise-kun se puso una de cabello rojo borgoña, ondulado y largo hasta los hombros. Kise-kun no tardó mucho en maquillarnos, en lo único que tardó fue en tapar el lunar de Himuro-san y difuminar las cejas de Hanamiya-san. Aprovechó y nos puso los lentes de contacto para que quedáramos por fin irreconocibles: mis ojos quedaron de una tonalidad rosada, los ojos de Kise-kun quedaron azules turquesa, los ojos de Sakurai-kun quedaron verdes esmeraldas, los ojos de Takao-kun quedaron de un tono rojizo, los ojos de Himuro-san quedaron azul zafiro, los ojos de Hanamiya-san quedaron en color violeta, los ojos de Furihata-kun quedaron de un tono dorado y los ojos de Izuki-sempai quedaron color miel.

Parecíamos modelos, como lo había dicho Kise-kun. ¡Ni siquiera parecía que fuésemos hombres!

La expresión de Kagami-kun era impagable: parecía pez boqueando fuera del agua. Fruncí el ceño y le di una patada en la espinilla.

—¡Oi! ¡¿Por qué me pegas Kuroko?!

—Porque de seguro andabas pensando en algo pervertido.- murmuré y vi el reloj- Debemos irnos ya a la estación de trenes: el tren saldrá a las ocho y tenemos menos de veinte minutos para llegar.- aseguré las mías y llevando un bolso aparte con Nigou y sus cosas-No perdamos tiempo.

Cada uno tomó sus maletas y nos encaminamos a la salida  para irnos. Pero antes de que Kagami-kun abriera la puerta sonó el timbre y nos quedamos estáticos. Kagami-kun nos hizo señas de que no fuésemos a hablar logrando que guardáramos silencio.

—Kagami, ¿Estás ahí?

Casi suelto un grito de miedo al escuchar la voz de Hyuga-sempai y mis compañeros de Seirin estaban en las mismas. Me mordí los labios para no gritar y todos se abrazaron unos a otros temblando como gelatinas.

—Hyuga, a lo mejor ya se fue: recuerda que iba a pasar por Kuroko para irse temprano y ver a los de la generación de los milagros antes.

Vi a Hanamiya-san ponerse más blanco que el papel por escuchar la voz de Kiyoshi-sempai y casi caerse pero gracias a la intervención de Furihata-kun y Takao-kun evitaron su caída. El otro par habló un rato y después se marcharon. Todos suspiramos y nos dirigimos a Hanamiya-san el cual continuaba siendo sostenido por los otros dos.

—Hanamiya-san, ¿Estás mejor?

—S-sí, fue s-solo la impresión…

—Nos iremos por las escaleras de emergencia, síganme.

—Esperen un momento.- los detuve- Antes que nada, debemos destruir nuestros celulares. No podemos arriesgarnos a que nos rastreen por los teléfonos.

—Bien pensado, Kuroko.

Les quitamos los chips a nuestros teléfonos y los destruimos con ayuda de un martillo. Los restos los aventamos al excusado para que se fueran por el drenaje. Los celulares, con mucho pesar, los enterramos en unas macetas que tenía Kagami-kun en el balcón. Después de que hicimos eso seguimos a Kagami-kun por la parte trasera del departamento y bajamos con mucho pesar- porque Kagami-kun vivía en el octavo piso- y una vez que bajamos nos echamos casi a correr- a como podíamos por las ropas- para llegar a la estación a tiempo. Fue una carrera muy angustiosa porque en todo el camino íbamos con el miedo de que alguien nos viera y nos descubriera, en especial nuestros demás compañeros de Seirin.

—Demonios, con estos zapatos no podremos avanzar mucho, no sé cómo las mujeres pueden con esto.- se quejó Hanamiya-san y de hecho él y Takao-kun iban muy atrás debido a que sus zapatos les dificultaban el andar.- A la mierda.- Hanamiya-san se quitó sus zapatos y comenzó a correr descalzo. Takao-kun no podía y le hice señas a Kagami-kun para que lo cargara y también su maleta.

—Gracias, Kagami-chan.

Afortunadamente la estación estaba con la suficiente gente como para que nos despistásemos y no tuviéramos mucha atención. Pero en todo el camino íbamos con las miradas lujuriosas de muchos hombres y hasta silbidos. No perdimos tiempo en subir a nuestro tren y mientras lo hacíamos Takao-kun se quedó estático y con el miedo plasmado en su mirada.

—Takao-kun, ¿Qué pasa?- le pregunté y solo señaló hacia algún punto frente a nosotros con el pánico en su mirada.

—S-Shin-chan…

Todos volteamos y vimos al mencionado junto con los demás miembros del equipo de Shutoku comprando los boletos para irse directamente a Kyoto. Rápidamente metí con leves empujones a Takao-kun junto con los demás para ocupar nuestros asientos y suspirar con alivio al ver que por lo menos ya estábamos en nuestro tren de salida de manera literal.

—Fase uno completa. Solo queda esperar a llegar a Aomori y de ahí que mi tío nos busque.- me recargué en el asiento- No se preocupen, estaremos bien.

—¿Cuánto tiempo crees que tarden en descubrir que no  llegaremos jamás a Kyoto?- Kagami-kun se rascó el falso bigote que llevaba mientras sacaba unos sándwiches de uno de los bolsos.

—Empezaran a notarlo cuando le llamen a Akashi-kun preguntando por nosotros. Los demás les seguirán. Armarán un verdadero escándalo cuando sepan que jamás vamos a llegar pero ya estaremos muy lejos.

—¿No crees que nos comiencen a rastrear, Kurokocchi?- Kise-kun se puso unos lentes oscuros y a todos nos dio un par.

—No, hemos destruido todo aquello que puedan usar como pistas y además: ellos buscaran a nueve jugadores de basket y no a ocho modelos y a su guardaespaldas. Jamás nos encontraran.

—¿De verdad no habrá problema con tu tío, Kuroko? Digo, somos nueve bocas y siete de ellas vienen preñadas- Izuki-sempai se mostró preocupado por ese cuestionamiento y simplemente negué con la cabeza.

—No lo habrá, Izuki-sempai, mi tío es una persona de mente muy abierta además de que prácticamente nada en dinero y él ya lo sabe. Estaremos bien en su granja.

—Pero no podemos estar allá viviendo como mantenidos- Himuro-san se acomodó la peluca que comenzaba a ladearse- Tendremos que contribuir a algo.

—Solo puedo decirles las palabras de mi tío: “No te preocupes por tus amigos, Tetsu-chan, estarán bien en la granja. Además de que les tengo el trabajo perfecto.”

—Tu tío debe ser un brujo, mira que aceptarnos así de la nada- rió un poco Takao-kun ya más recuperado del susto de haber visto a Midorima-kun.

—Creo que tiene un deber moral por ello: él también se fugó con mi otro tío Hinata cuando ya habían encargado a mi primo Tokiwa. Con la diferencia que los padres del tío Hinata lo habían encerrado porque ya estaba esperando a mi primo y no se había casado. Mi tío prácticamente se lo llevó de su casa y se lo trajo a vivir a Sapporo.- suspiré pensando en cuando me contaron la historia- Llevan ya dieciocho años juntos y el amor entre ellos cada día sigue creciendo.

—¡Que lindo!- chilló Sakurai-kun con ojitos de corazón- Se nota que en verdad se aman.

—Y porque llevan su amor a los extremos. Pero hablando de otra cosa, ¿No le dijeron a nadie que se fugarían?

—No, a pesar de las insistencias de Imayoshi-sempai no le dije nada, ni de Hanamiya-san- murmuró Sakurai-kun comiendo un sándwich.

—Ni yo a Miyaji-sempai, y con eso de que casi me pasa al entrenador- chirrió Takao-kun mostrándose un poco desolado.

—A mi papá solo pude decirle que estaba bien, solo pude decirle adiós.- sollozó Furihata-kun logrando que todos se pusieran melancólicos, hasta yo.

—Le dije a Liu que estaba bien y que no dijera nada a nadie, mucho menos a Atsushi- Himuro-san se quitó las lágrimas pero continuó llorando.

—Dejé un mensaje en la contestadora de mis padres, solo les dije que ya no iba a volver- me compadecí mucho de Izuki-sempai puesto que él se llevó de las peores partes por el rechazo de su familia.

—A mi manager le avisé que me tomaría un tiempo libre del modelaje y que estaría fuera de las pasarelas.- Kise-kun bufó y le vi con una sonrisa- antes de fugarme, vacié todas mis cuentas y digamos que en una de mis maletas está todo mi dinero.

Todos nos quedamos con cara de shock y a la vez miedo, ¿Cómo era Kise-kun tan campante de decir que tenía todo su dinero en la maleta? Aunque creo que no fue el único: Debo suponer que cada uno agarró sus ahorros y los trae escondidos.

—Será mejor que durmamos, el viaje será largo y ustedes necesitan descansar mucho.- Kagami-kun sacó unas almohadas de una de las bolsas y se las fue pasando- Descansen tranquilos, estaremos lejos muy pronto.

Me recargué en el pecho grande de Kagami-kun sacando a Nigou de su mochila y poniéndolo en mi regazo para que se acurrucara ahí. Cerré mis ojos y sumiéndome en un sueño tranquilo y apacible. Ya habíamos dejado toda una vida atrás y ahora nos espera un nuevo futuro.

 

 

Se nos hizo toda una eternidad el llegar a Aomori, quizás por el sueño o estrés, pero ahora estábamos caminando por las calles de esta ciudad yendo en dirección a los muelles de la ciudad. Esto, porque al llegar compré un teléfono descartable y le llamé a mi tío para decirle que ya estábamos en la ciudad. Mi tío, tan chiflado como solo él solo, me dijo que estaba en Aomori desde hace un par de días y que nos dirigiésemos directamente al muelle ya que nos estaba esperando ahí. Claro que le había dicho que íbamos disfrazados de chicas para que no se espantara  y no nos reconociera.

—Kuroko, ¿Cómo es tu tío?- Izuki-sempai comenzó a buscar con la mirada por todo el muelle y sosteniendo la correa de Nigou.

—Se sorprenderán cuando lo vean, ni creerán que es mi familiar- suspiré viendo mi reloj y sintiendo ya la característica brisa del mar- lo digo tanto por el físico y por la actitud.

—¿Y eso porque Kuroko?- vi temblar a Kagami-kun y reír de manera nerviosa. Le di una pequeña sonrisa viendo el enorme yate de mi tío señalándoles que era nuestro transporte. Escuché las exclamaciones de admiración de todos ellos viendo el yate, hasta Kagami-kun, y nos detuvimos hasta que llegamos a estar frente a este.

Sentí pasos desconocidos y estos pronto se detuvieron quedando detrás de nosotros. Me volteé de manera inesperada y todos mis acompañantes me imitaron quedándose de una pieza al ver a la persona que nos miraba con diversión y un toque de sorpresa en sus intensos ojos azules.

—Muy bien, “encantadoras señoritas”. ¿Podrían decirme cual de ustedes es mi pequeño Tetsu-chan?

—¡Tío Midori!

Notas finales:

Lo prometido es deuda, ojalá les guste. No dejen de comentar y nos leeremos muy pronto. Hare actualizaciones sorpresa estense al pendiente.

Hasta la proxima!

Les saluda Momoka Black ♥♠♥


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