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El club de los corazones rotos por Momoka Black

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Notas del capitulo:

Hola queridas y queridos fans.
Perdonen mi ausencia de estos días: la verdad estuve alejada de la pagina y demas por dos motivos importantes:
El primero.
Debo suponer, porque no me quedan dudas, de que hubo una persona la cual me denuncio y me bloquearon esta cuenta lo que me impedia publicar.
Lo segundo: tuve una serie de problemas familiares los cuales me afectaron de sobremanera y me dejaron medio mal emocionalmente. Eso me puso mal y la verdad no queria escribir debido a que no iba a dejar que mis momentos malos afectaran mi trabajo y no queria entregarles cosas mal hechas para leer.
Por eso me he tardado en las continuaciones de los fics, no porque les falte el respeto al hacer historias sin continuarlas. La verdad no lo hago con el afan de joder, pero...quisiera que pensaran un poquito en nosotras, quienes estamos detras de los escritos: no siempre podemos actualizar tan seguido y a pesar de que he dicho que lo hare, y pido disculpas por ello, se me presentan situaciones ajenas que hacen que me ponga mal al punto de enfermar de salud.
Tengo la firme intencion de terminar todos mis trabajos que he escrito, y no los subiria asi como asi. Les pido comprendan mi situacion: quisiera escribir tanto como quisiera pero mi tiempo es limitado y menos cuando se me presentan problemas familiares. Si ofendo a alguien con esto, le ofrezco una disculpa. Solo queria expresar esto en base a un comentario que me hicieron.
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Pasando a otro asunto mas alegre
les tengo la conty de El club de los corazones rotos.
Espero les guste y tengo que decirles que esta historia solo le quedan tres capitulos mas y llega a su final.
Me han preguntado si le hare continuacion...y la respuesta es: no lo se. Mas bien como continuacion, solo seria una serie de drabbles en los cuales sea minimo un one-shot por pareja y en una vision a futuro.
Eso se vera mas adelante.
Por ahora disfruten el cap. Espero que les guste mucho.

Agradezco de todo corazon a esas hermosas personitas que me han dejado comentarios y pese a que no pueda responderlos, el tiempo es mi mayor enemigo, estoy en la pagina y a varias las tengo en mi face personal. Cualquier duda o demas, estoy para servirlas!

 

 

Honestamente no me sentía cómodo dejando a Takao-kun y a su hijito en manos de Midorima-kun. Mi instinto protector se disparaba pensando en todo lo que les podía pasar estando con él. Sé que él no hará nada estúpido, pero…¡No puedo evitar el solo pensarlo! No a raíz de lo que ha sucedido con todos.

Suspiré sentándome en una silla cerca del pórtico viendo como los niños jugaban, era una peculiar situación: Taiyou-kun llevaba en su espalda a Shuusei-kun y lo cuidaba como si fuese su cosa más preciada; Sorato-kun reía divertido mientras tenía a Haruki-kun, uno de los gemelos Nijimura, en su piernita sumamente enganchado y no quería irse; Taiki-kun y Kou-kun jugaban con una pelota viendo quien era mejor; Seitaki-kun y Tora-kun jugaban siendo muy entretenidos por unos cuantos juegos por parte de Seijii-kun…

—Shuuzou, tranquilo, Taiyou-kun cuidará de nuestro hijo.

—Ese mocoso…si algo le pasa a mi bebito lo mataré.-gruñó Nijimura-sempai, en su modo de padre sobreprotector y destrozando unos cubiertos con sus manos.- Grr, este mocoso me da mala espina.

Kagami-kun estaba en el mismo plan solo que él gruñía como perro rabioso. Sin pensármelo dos veces tomé a Nigou y se lo puse encima para que después cayera del pórtico chillando como niña.

—¡Kuroko!

—Deja de comportarte como un tonto, Kagami-kun, y deja a los niños en paz.

—¡Pero es que el pitufo rojo me quiere robar a mi hijo!

—Y yo estaré feliz si eso ocurre, Taiga.- vimos aparecer a Akashi-kun en compañía de Furihata-kun. Lucía un gesto amable, y algo macabro, en su cara mientras miraba a los niños jugar-Siempre quise que Tetsuya y yo emparentáramos. Y veo que lo haremos a través de nuestros hijos.

—¡Ni en un millón de años, Akashi!

—Ya se le pasará, Akashi-kun, además de que yo quiero que Seitaki-kun sea mi yerno.

—¡Kuroko!

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Los días pasaban y con ello podía ver más avances por parte de algunos padres. Como por ejemplo: Aomine-kun ya andaba cada vez más junto con Sakurai-kun y este ya no le ponía tanto pero a lo que hacía. Murasakibara-kun aun batallaba con eso porque los niños aún resentían la situación y Himuro-san se portaba un tanto arisco con él. Kasamatsu-san sí que la tenía un poco más difícil porque el niño de plano le hacía desplantes demostrando que le tenía coraje y Kise-kun no sabía que hacer por la situación.

Pero la vida sigue y nadie les dijo que la situación iba a estar a su favor, en algunos casos, y debían poner todo su empeño en recuperar lo que habían perdido.

Agarré bien la canasta que tenía en mis manos, la cual llevaba comida y algunos víveres, y me dirigí a la casa de Midorima-kun para ver cómo se encontraba Takao-kun. La casa quedaba un poco lejos y me apresuré en llegar para poder estar de vuelta pronto en casa con Kagami-kun y Tora. Himuro-san dijo que me alcanzaría más tarde junto con las demás madres para visitarles.

La casa de Midorima-kun era grande, una mansión en sí, con bonitos jardines dignos de un rey y por si fuera poco también había un amplio espacio con juegos infantiles. Vaya que se esmeró por adecuar su casa para una familia. Llegué y toqué el timbre dos veces hasta que una mujer mayor, debo suponer que es la ama de llaves, salió y me recibió con una sonrisa.

—Disculpe la intromisión, ¿Está Midorima-kun en casa?

—Sí, le avisaré que ha llegado Kuroko-san.

Me extrañé por eso pero debía suponer que Midorima-kun le debió hablar a su servidumbre de su familia y amigos. El ama de llaves me hizo pasar al recibidor y de ahí, mientras ella iba por Midorima-kun, vi la sala de estar llena de fotografías de Takao-kun y Midorima-kun en el lugar.

Dichas fotografías eran de sus momentos más felices mientras estaban en Shutoku, cuando ambos sonreían. Eran muchas, y la que más me llamó la atención fue una donde ambos estaban en el festival de Tanabata: estaban sentados debajo de un árbol y mientras estaban abrazados se sonreían completamente enamorados. ¿Qué fue lo que pasó? ¿A dónde fue ese amor que se habían profesado el uno al otro? ¿Por qué ambos se destruyeron?

—Kuroko, no esperaba tu visita.-me sorprendí y volteé para ver a Midorima-kun parado cerca de la sala y luciendo de manera casual-Supongo que vienes a ver a Kazunari.

—En efecto, vine a verlo y también al niño.-le miré fijamente-Pero al ver estas fotografías no pude evitar pensar un par de cosas.

—¿De qué se trata Kuroko?

—¿Qué pasó entre ustedes? ¿Dónde quedó el amor?- Midorima-kun frunció su ceño y caminó hasta el sillón principal-¿Por qué algo tan bonito quedó reducido a nada?

—Por mi egoísmo, Kuroko, mi egoísmo y mi soberbia fueron más grandes que yo y me fueron consumiendo lentamente.- pasó una mano por su cansado rostro-Fui testigo de cómo esas emociones iban creciendo en mí, ser uno de los de la Kiseki no Sedai me fue absorbiendo haciendo que el ego se me fuera a los cielos, lastimando a los seres que más quiero. Me negué a verlo, y no lo supe hasta que perdí a Kazunari. Después, la vida me fue enseñando lo vil y cruel que fui con él. Le hice demasiado daño, el único culpable de todas sus desgracias y de las mías fui yo.

—Digamos que la vida te dio una cachetada con guante blanco, y ahora solo te queda levantarte y seguir.-aunque por dentro quería golpearlo-Tienes la oportunidad de recuperar a Takao-kun y a tu hijo. Puedes recuperar a tu familia. La decisión queda en ti.

—No sé si pueda, Kuroko, no sé: le hice mucho daño a Kazunari y él tal vez nunca me perdone.- me sentí mal al ver como bajaba el tono de voz y su cara se desfiguraba en tristeza-Fui un monstruo con él. Lo eché de mi vida sin pensarlo, y también a mi hijo con él.

—Pues ahora cambia, Midorima-kun, debes cambiar tu actitud. Sé más detallista, más romántico, conquístalo con detalles bonitos y no repares en gastos. Pero primeramente, abandona tu orgullo.-me levanté dejándole la canasta y encaminándome hacia las escaleras-Él aún siente algo por ti. No dejes que ese amor se muera.

Antes de que dijera algo más subí por las escaleras para ir con Takao-kun y dejar al otro demasiado pensativo. Ya había hecho todo lo que podía por ese lado, ahora me correspondía hacerlo por la otra parte.

Entré a la recámara donde había más ruido, puesto que era ahí donde estaba Takao-kun, y no me equivoqué: ahí estaba el mismo en la cama jugando con su pequeño niño. No tenía collarín pero a cambio tenía un yeso en el brazo y otro en la pierna. Su rostro tenía raspones y moretones, pero eso sanaría con el tiempo. Al verme el niño se me arrojó para saludarme de manera efusiva y después dijo que iría con su papi para hacerle unas galletas a Takao-kun.

—Veo que te tienen muy bien cuidado, Takao-kun, puedo ir entonces a aplacar a las masas.-y no mentía: los demás estábamos más puestos que un calcetín en ir a patearle el trasero a Midorima-kun en caso de que lastimara a Takao-kun o le hiciera algo malo-Te noto muy distinto.

—Jeje, tienes razón Kuroko: Shin-chan me tiene muy bien atendido, tanto él como mi nene me han brindado buenos cuidados y mimos.-a pesar de ese semblante lleno de felicidad, en sus ojos había un astibo de tristeza y miedo-¿Are? ¿Por qué me ves así?

—He notado cosas, Takao-kun, cosas que me han dejado sorprendido.-me senté a su lado-Tu cara muestra una felicidad que no había visto en mucho tiempo, desde hace mucho que no te veía así. Además de que ya llamas a Midorima-kun “Shin-chan” de nuevo y ya no te muestras arisco cuando hablas de él o lo mencionas.- Takao-kun se mostró sorprendido y con un leve rubor en sus mejillas-Pero, también veo en tus ojos una sombra. Una sombra de tristeza, algo que apaña esa felicidad que te acompaña.

—Tienes razón, Kuroko, a pesar de que me siento feliz aún está una parte que no lo está.-se recargó entre las almohadas y suspiró melancólico-Y es la parte que siente miedo, que siente desconfianza, que está a la espera por ser lastimado de nuevo. Esa parte de mí aun siente y espera para que Shin-chan me traicione, para que me vuelva  a hacer daño, para que él sea el mismo ser egoísta de antes.

—Midorima-kun ha cambiado, Takao-kun, y ha cambiado para bien: la vida lo ha hecho cambiar y demostrarle que esas emociones y sus decisiones lo han hecho perder lo más importante. Ya no es el mismo que hace cuatro años.

—He visto eso, pero ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo le durará esto?-en su voz había dolor-No quiero que él sea el mismo de antes y yo tenga que pasar por lo mismo que hace cuatro años.

—La respuesta la tienes tú, Takao-kun, en ti está tu futuro. No lo sabrás hasta que le des una oportunidad y te des una oportunidad: dense una oportunidad ambos, dense la oportunidad para que demuestren que ambos han cambiado, que ambos dejaron sus pasados atrás y que pueden seguir adelante.

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Creo que mis palabras pusieron a pensar a la pareja porque en cuanto me fui, Midorima-kun entró muy decidido y me pidió de favor que me llevara a Kazuo-kun para que él y Takao-kun pudieran hablar con calma y se dijeran sus cosas a la cara. Ojalá que todo salga bien entre ellos.

Llevé al niño a un pequeño parque porque al pasar por ahí, ambos tuvimos el antojo de un helado: él por el dulce y yo por el embarazo. Mientras lo pedíamos, a lo lejos vi como una pareja de muy conocidos andaban en el parque y la pasaban demasiado bien. Después de que nos dieran los helados, fui a espiar a un árbol y lo que vi me dejó con los ojos cuadrados.

Aomine-kun y Sakurai-kun parecían como si fueran novios jugueteando entre ellos y con su pequeño hijo. Parecían una hermosa familia feliz y por primera vez, vi a ambos-a Aomine-kun y a Sakurai-kun- sonreir como nunca. Me marché antes de que me vieran no sin antes tomar unas cuantas fotografías para luego chantajear a Aomine-kun y que me dijera como fue que llegaron a esto.

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Al llegar a la casa vi a los más chiquitos de la casa viendo una película con mis tíos y el abuelo Nijimura, he de suponer que los padres deberán estar haciendo otras cosas ya que no se despegan de sus hijos ni con agua hirviendo. El pequeño Kazuo-kun se les unió pronto y yo fui a buscar a Kagami-kun al segundo piso.

En mi camino escuché unos leves sollozos provenir de una de las recámaras. No me pude evitar el no ir ahí y en menos de lo que pensé ya estaba en la puerta abriéndola. Me sorprendí al ver a Himuro-san, quien era la persona que sollozaba, sentado en el suelo y frente a él un montón de fotografías en las cuales lucía extremadamente feliz junto a Murasakibara-kun.

—¿Todo bien, Himuro-san?- alzó la vista hacía mí sorprendido y no dijo nada, solo se secó las lágrimas que habían caído de sus ojos-¿Por qué lloras?

—Son solo cosas sin importancia, Tetsuya, ya se me pasará.

—Tu felicidad y tu vida no son cosas sin importancia.- me senté a su lado tomando una fotografía donde él salía abrazado a Murasakibara-kun y este sonreía de manera vistosa-¿Por qué permaneces lastimándote viendo como la felicidad está frente a tu alcance y tú no haces nada por recuperarla?  

—Porque ya no hay nada que recuperar, Tetsuya, ya no hay nada que salvar.-su voz se ahogó en sus sollozos-He tratado de ver más allá de mis propias heridas, lo he intentado varias veces pero por miedo a salir lastimado, por no dejar el pasado atrás me he cerrado las puertas.

—Hay mucho que recuperar, Himuro-san, hay muchas cosas. Sé que de todos, a mi consideración, fuiste el que sufrió más porque Murasakibara-kun te lastimó y te echó de su vida junto a sus hijos.- le abracé de lado haciendo que recargara su cabeza en mi hombro-Pero no está bien cargar con esas emociones encima, es parte de tu pasado y debes dejarlo atrás.

—Me es imposible, me es imposible porque cada vez que lo intento este se aferra a mí impidiéndomelo. No quiero repetir el pasado, no quiero volver a sufrir lo mismo.

—¿Y qué pasó con esos momentos bonitos que ambos vivieron?-le mostré otra fotografía-¿Qué pasó con ese amor que ambos se profesaban? ¿A dónde se fue? ¿Dónde quedaron esos momentos llenos de felicidad?

—Esos momentos fueron eclipsados cuando Atsushi se volvió un monstruo.-murmuró amargamente-Él mismo se encargó de enterrarlos, él solo se cerró las puertas.

—Con ayuda tuya.-giró su cabeza hacia mí mostrándose atónito-Porque esto es situación de dos, no de uno. Y cuando uno de los dos toma la decisión sin hablar con el otro, la situación acaba mal. Ahorita no piensen en los niños y no los agarren de pretextos: piensen como pareja y hablen mutuamente para que decidan qué es lo que van a hacer con sus vidas. Si van a formar una familia olvidándose de rencores y del pasado…o si van a dejarse para siempre.

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Después de comer fui a hacer mis visitas a los enfermos que estaban en el hospital, Reo-san y Mayuzumi-san, pero no me vine solo: Akashi-kun nos pidió que fuésemos porque iba  a hacer algo importante. Todos estábamos ahí, excepto Takao-kun ya que aún seguía “misteriosamente sin contacto” al igual que Midorima-kun, Aomine-kun, Sakurai-kun y Furihata-kun. Oraba internamente porque ese par ya se reconciliara.

Nos pasamos a una sala del hospital para más privacidad, y no incomodar a las personas puesto que éramos un contingente considerable de personas y no éramos calmados y tranquilos. Akashi-kun era el ejemplo más notorio: se veía muy nervioso y andaba como león enjaulado. Algo me decía que Akashi-kun se tenía algo entre manos.

—Pst, pst, Kurokocchi-volteé a ver a Kise-kun el cual reía de manera nerviosa junto con Izuki-sempai y el tío Hinata-Akashicchi va a pedirle matrimonio a Furihatacchi.

—Lo escuchamos mientras practicaba con Seijii-kun. Pronto tendremos otra boda.

—Me alegra saber que por fin ellos vayan a ser felices después de todo lo que pasaron. Y tu no te me escapas, Kise-kun, que hay muchas cosas que tengo que decirte.-él se dio el lujo de lucir avergonzado-Pero será después, porque ahora no es el momento…

De repente llegaron Aomine-kun y Sakurai-kun, ambos parecían haber corrido un maratón y la carita sonriente del niño me hizo sospechar de inmediato.

—¿Dónde estaban, Daiki? ¿Por qué llegan a esta hora?-sí, Akashi-kun estaba muy histérico. Ambos se vieron sin saber que decir ni que hacer.

—¿Cómo está eso de que llegaron juntos, eh?- y para rematarla, Kise-kun no perdió oportunidad en recalcar ese detalle poniendo a ambos como un par de tomates de temporada.

—¿Qué estás planeando Aomine-kun? Dímelo o vas a sufrir las consecuencias, y hablo de ya sabes qué. De seguro andaban haciendo cosas a nuestras espaldas.

—¡No andes confabulando en nuestra contra Tetsu!

—¡Silencio! ¡Ya viene Furi!-chilló Kagami-kun quien era el que vigilaba la llegada del otro. De la nada, unas tijeras pasaron rozando su cabeza-¡Akashi! ¡Maldito!

—Después de esto vas a llamarlo Akashi-sama, Taiga.

Todos nos quedamos en silencio cuando ingresó Furihata-kun y al vernos nos miró de manera extraña. Tuve que pisar muy fuerte a Kagami-kun porque estaba por reírse de Akashi-kun debido a su histérico semblante. El otro que no podía contenerse era Reo-san, quien ya estaba inmortalizando el momento con una muy discreta cámara.

—¿Are? ¿Qué pasó? ¿Sei? ¿Por qué llevas un traje?

—Kouki, escúchame: quiero hacer algo frente a todos nuestros amigos.- la cara de Furihata-kun cambió a una muy extrañada puesto que Akashi-kun no era de las personas que tenían un comportamiento de este tipo.-Si bien ya te he pedido perdón por todo el mal que te hice en un pasado, y también arreglamos nuestras diferencias en torno a nuestras vidas y las de nuestros hijos…es hora de dar el siguiente paso.

“Desde la primera vez que te vi me intrigaste, me cautivaste y me hiciste tambalear mis ideales. Gracias a tu intervención, mi egoísta ser poco a poco se fue debilitando para dejar salir a mi verdadero yo. Tú fuiste, exceptuando a Tetsuya, la persona que vio cosas buenas en mí, quien confió en mí creyendo que podía ser una mejor persona. No sabes cuánto te agradezco el que hayas aparecido en mi vida.

“El perderte junto a Seitaki fue el peor dolor que pude sentir en toda mi vida. Nunca pensé que me llegaría a suceder pero el no imaginarte en mi vida me hizo enloquecer. No podía concebir una vida, un mundo sin ti. Lo eres todo para mí, Kouki, lo eres todo. Junto a ti lo tengo todo, eres mi puerto seguro.

“Desde hace cuatro años he querido hacer esto, pero la vida ahora me vuelve a regresar la oportunidad.-lentamente fue sacando la cajita de terciopelo develando un hermoso anillo- Esto  debí habértelo dicho hace mucho tiempo, y ahora este anillo vuelve con su dueño.- Akashi-kun se fue hincando lentamente mientras los presentes chillábamos de emoción por el momento-¿Aceptas casarte conmigo, Kouki?

—¡Sí! ¡Sí acepto, Sei!

Furihata-kun se le lanzó a Akashi-kun, para comerse a besos, hasta el punto en que el anillo salió volando hasta aterrizar en la cabeza de Miyaji-san. Al ver esto, Kotaro-san se puso en plan galán y hasta le brillaron los ojitos.

—¡Miya-chan! ¡Te tocó el anillo! ¡Nosotros debemos casarnos!

—¡Idiota! ¡Es cuando la novia lanza el ramo, no el anillo!-al pobre rubio le voló una piña en la cara que lo dejó viendo estrellitas- ¡Y ni sueñes que me casaré contigo, tarado!

Mientras todos felicitábamos a la feliz pareja, Kise-kun salió un momento al recibir una llamada telefónica. Me extrañé por eso y no pude evitar seguirlo. Al asomarme a los pasillos le vi sollozando en el suelo y eso me alarmó. Casi corrí hasta donde estaba él y me hinqué para ver que le sucedía.

—Kurokocchi…

—¿Qué sucede, Kise-kun? ¿Qué es lo que pasa?

—Yukio, Yukio…él se ha ido…

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Días después

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Caminaba nervioso y molesto al mismo tiempo hacia la elegante oficina mientras apretaba los puños. No entendía que iba a hacer o decir, su llamada lo sorprendió e indignó pero no pudo retractarse, con él era imposible hacerlo. Ignoró a las personas que lo observaban, no le importaba mucho. Solo quería saber para que lo mandaba llamar.

Llegó a la oficina, y se acercó a la secretaria la cual lo veía un poco nerviosa por la enorme estatura y su imponente físico. Aunque la pobre estaba más asustada por la cara que llevaba y no por lo anterior.

—Bienvenido, señor…

—Avísele que ya estoy aquí.- medio gruñó a la pobre inocente. Sabía que estaba mal, pero no podía controlar sus emociones en esos momentos. Su ira bullía a cada instante y sentía que no podía contenerse por más tiempo. La pobre asintió y con miedo avisó a la persona a través del teléfono. Después de obtener la aprobación, la secretaria le indicó por donde ir y él no perdió el tiempo.

Caminó a pasos veloces y sin tocar abrió la puerta de manera fuerte y la cerró detrás de sí. La persona que lo esperaba, lo hacía con una mirada tan dura y fría que sintió que aquellas emociones se congelaban lentamente, pero no del todo.

—¿Qué es lo que quieres, Akashi? ¿Para qué me mandaste llamar?

— Es hora de que hablemos, de una muy buena vez por todas Eikichi. Es hora de que hablemos de lo que sucedió entre Chihiro y yo.

 

Notas finales:

Hasta aquí llega el capítulo. Espero haya sido de su agrado. Nos leeremos próximamente ya que dentro de tres capítulos más se acaba la historia.

Saludos y espero que se encuentren bien.

Momoka Black ♣♠♦♥


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