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La Gravedad del Amor por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

Aquí el penúltimo capítulo.

 

 

La Gravedad del Amor

VIII

Mientes tan bien

 

 

 

En uno de los conciertos que daban inicio a la gira de Bad Luck, Nittle Grasper y otros artistas, tras el escenario se puede observar cómo se juntaban los miembros de Bad Luck después de su presentación.

--Debes estar contento Shu, el público aceptó muy bien tus canciones movidas y con casi nada de letra. –decía Hiro.

--Sí, es cierto. –aceptaba con pesar Suguru para soltar un largo suspiro.

--Eso fue fantástico ¿Cuándo lo haremos de nuevo? –preguntaba un alegre castaño.

--¿Qué pregunta es esa Lu? La gira a penas inicia, no te preocupes que haremos esto por los próximos tres meses. –decía con fingida molestia un pelinegro pues estaba igual de emocionado que su amigo.

--Sí estoy contento, es sólo que… –iniciaba Shu pero fue interrumpido por un molesto Ryuichi que le jaló del brazo para encararlo.

--¡Me mentiste!

--¿Qué? Oye suéltame…

--Creí que te negabas a salir conmigo porque ambos somos hombres pero ya me enteré que tuviste un romance con otro… ¿Por qué no me aceptas entonces? Ya saliste con otro hombre ¿Qué hay de malo conmigo? –mientras hablaba Ryuichi apretaba más el brazo de Shu, le miraba con algo que no supieron descifrar y que estaba asustando a Shu.

--Calama Ryuichi, –decía Hiro a la vez que de un rápido movimiento liberaba a su amigo –cuidado con lo que dices y con lo que haces, será mejor que te alejes de Shu.

--No me digas que… –intentaba argumentar Ryuichi.

--No me hagas repetirlo. Si él no te aceptó antes, cuando le diste una buena impresión, no esperes que con las acciones y actitudes que has tomado tengas la más mínima oportunidad de acercarte a él. –sin titubear Hiro le hablaba a un atónito Ryuichi.

A pesar del sonido del concierto, detrás del escenario se podía apreciar un silencio incómodo. Ryuichi era algo impulsivo y la reciente plática que había sostenido con un amigo le obligó a abordar a Shu en cuanto le viera y exigir una explicación. Esos actos impulsivos acababan de borrar todo rastro de sentimiento positivo para él en el corazón de un hermoso chico de ojos amatistas. ¿Cuándo dejará de cometer errores?

Mientras Ryuichi reflexionaba Hiro llevó a Shu a un lado del escenario.

--Oye, tranquilo, pareces niña. Ya sabes que estaré contigo aunque decidas convertirte en una. –decía Hiro a su amigo.

--¡Hiro!

--Tranquilo, mira veamos la presentación de ese muchacho. –señalaba con su cabeza al escenario donde un hombre empezaba a tocar su guitarra.

Era una melodía suave, su voz, cargada de tristeza y melancolía contagiaron a Shu.

 

Que te quedarás conmigo una  vida entera

Que contigo adiós invierno solo primavera

Que las olas son de magia y no de agua salada

Yo te creo todo y tú no me das nada,

Tú no me das nada.

 

No dejaba de observarlo. Su cabello plateado, largo hasta media espalda atado en una coleta baja, el fleco negro que contrataba con el resto del cabello le impedía ver sus ojos, su pálida piel resaltaba por las luces de fondo y su voz…. Shu quedó cautivado por esa voz.

Hiro notó la concentración absoluta de su amigo para el que estaba cantando. Intentó recordar quién era, era alguien que iba de paso, un cantante que llenaba vacantes en conciertos donde otros cancelaban a última hora.

--Se llama Rui. –susurró Hiro para no asustar a su concentrado amigo –Suelen llamarlo cuando otros grupos cancelan, él canta por cantar por lo que he escuchado, no tiene contrato alguno pero es respetado por todas las disqueras.

--Rui… –repitió Shu.

Cuando hubo terminado de repetir el nombre del hombre que estaba cantando, como si le hubieran llamado, se volvió hacia donde Shu. Al fin pudo ver sus ojos, son de un verde intenso… le robaron el aliento por unos instantes.   

 

Que si sigo tu camino llegaré hasta el cielo

Tú me mientes en la cara y yo me vuelvo ciego

Yo me trago tus palabras tú juegas una juego

Y me brilla el mundo cuando dices luego,

Cuando dices luego

 

Luego de la estrofa Rui se volvió hacia el público. Shu volvió a respirar. Hiro miró a su amigo, parece que el juego del amor volvía a tocar las puertas del corazón de Shu, sonrió un poco.

A pesar de la melodía de la canción, la voz de Rui llegaba directamente a Shu, inundaban los sentidos. Ya no había rastros de lo que había pasado detrás del escenario, nada llegaba a Shu como lo hacía la canción que escuchaba.

 

Cuando dices siento, Siento que eres todo

Cuando dices vida Yo estaré contigo

Tomas de mi mano y por dentro lloro

Aunque sea mentira me haces sentir vivo

Aunque es falso el aire… Siento que respiro

 

En este instante Shu sintió que Rui se volvía a mirarle a él. Parpadeó un poco, se limpió unas traviesas lagrimillas que salieron por el sentimiento que la canción reflejaba. Al levantar la mirada pudo observar cómo Rui le invitaba a su lado, con un ligero movimiento de cabeza señaló el micrófono que estaba cerca de él.

Shu no creía lo que alcanzó a percibir ¿Le estaba invitando a cantar con él?

Rui seguía mirándolo mientras cantaba.

 

Mientes tan bien

Que me sabe a verdad

Todo lo que me das

Y ya te estoy amando

 

Hiro se dio cuenta de esa muda petición de parte de Rui, observó a su amigo que parecía indeciso y él como buen amigo le dio un ligero empujoncito para que Shu iniciara a caminar hacia el peliplateado.

Al momento que Shu se dejó ver en el escenario, el grito de la audiencia no se hizo esperar, él caminó aún vacilante, a medio camino se volvió con la intención de regresar donde Hiro pero al verlo vio advertencia y un puño en alto que se fue convirtiendo en una señal de victoria.

Algo desconcertado Shu reanudó su paso hacia Rui que no había dejado de mirarlo. Sintió que se sonrojaba un poco, llegó a su lado, tomó un banquito y se sentó en él, luego tomó el micrófono que Rui le había señalado.

 

Mientes tan bien

Que he llegado a imaginar

Que mi amor llenas tu piel

 Y aunque todo este tan bien… Mientes tan bien

 

Después de cantar esta estrofa, Rui volvió a señalar unas partituras que tenía en frente donde la letra de la canción se podía observar con caridad, al reconocer el tiempo, Shu cantó lo que seguía.

 

Cuando dices siento, Siento que eres todo

Cuando dices vida Yo estaré contigo

Tomas de mi mano y por dentro lloro

Aunque sea mentira me haces sentir vivo

Aunque es falso el aire… Siento que respiro

 

Parecía tan natural escucharlo cantar esa canción. Todos los presentes sabían que Shu escribía sus propias letras y que jamás había interpretado temas de otras bandas, pero esta canción parecía una de las tantas que él mismo había escrito.

Rui sonrió, cuando vio a ese chiquillo en su anterior presentación le pareció que era un joven lleno de energía, de esos que vivía en el lado rosa de la vida, que no sabía lo que era el dolor ni mucho menos lo que un corazón roto podría sentir pero, hace unos momentos cuando sintió que alguien le miraba con intensidad se sorprendió al ver que era el mismo chiquillo, pensó que estaba sorprendido pero al volver a verlo… llorando, sintió que él más que nadie entendía lo que la canción significaba.

Por eso le invitó a cantar con él. Por eso se impactó cuando escuchó su voz… tan acoplada a la canción que pensó por un instante que esa letra le pertenecía desde siempre. ¿Cómo se escucharán sus voces juntas?  

 

Mientes tan bien

Que me sabe a verdad

Todo lo que me das

Y ya te estoy amando

 

Sus voces, tan fluidas, tan conectadas hicieron pensar a todos, incluidos ellos mismos, que hacía mucho tiempo que cantaban juntos. Se escuchaba como si hubieran ensayado toda la vida.

 

Mientes tan bien

 Que he llegado a imaginar

Que mi amor llenas tu piel

Y aunque todo esté tan bien… mientes tan bien

 

Al llegar casi al final de la canción, ambos cantantes se miraron. Amatista y esmeralda se encontraron, reflejaban varias emociones. Tristeza por la melodía, comprensión al saber lo que la canción quería transmitir, algo de alivio por haberse encontrado y por ahí, en una esquina, vieron ilusión.

 

Y aunque todo es de papel… mientes lo sé.

 

Una gran ovación les hizo recordar dónde se encontraban. Sonrieron, miraron a la audiencia y saludaron. Shu estaba dispuesto a salir del escenario cuando Rui le detuvo tomando una de sus manos. Se volvió a mirarlo para encontrarse con esa mirada esmeralda con un ligero brillo que no había notado.

--Gracias por cantar conmigo. –dijo el peliplateado.

--Gracias por invitarme. –respondió Shu con una esplendorosa sonrisa.

--Me llamo Rui, un gusto conocerte. –dijo el peliplateado cambiando el sutil agarre que ejercía sobre Shu a un apretón de manos.

--Soy Shu, el gusto es mío. –contestaba un sonrojado Shu, las manos de Rui eran algo frías pero su voz era cálida y, resonaba en todo su cuerpo.

--¿Te gustó la canción? –preguntó el peliplateado sin soltar la mano de Shu.

--Sí, refleja muchas cosas. –contestó Shu.

--Sabes, hay un café cerca de aquí ¿Te parece que sigamos discutiendo esto ahí, ya sabes después del concierto? –preguntó el peliplateado con algo en su mirada que pedía no se negara.

--Yo…

--Me gustaría mostrarte otras canciones, hay algo en ellas que no me convence ¿Qué dices?

--Claro, sólo si me ayudas a escaparme de mi guardaespaldas. –dijo Shu con una sonrisa un poco apenada.

--No hay problema.

--Entonces, nos vemos al rato. –decía Shu.

--Sí, nos vemos al rato.

--Tu presentación debe seguir. –seguía sonriendo Shu.

--Sí, no hay que decepcionar a los fans.

--Creo que me están llamando.

--Sí, puedo verlos.

--Me agrada el tacto de tus manos, pero debo irme. –dijo Shu sonrojado y señalando sus manos que seguían entrelazadas.

--Oh, lo siento. Nos vemos.

--No vemos.

Sin más Shu salió corriendo del escenario, el grito desenfrenado de los fans trajo a la realidad a un guitarrista que se volvió hacia ellos y les hizo una seña que todo estaba bien, levantó el su mano derecha hecha puño y levantó el pulgar por lo que toda la audiencia enloqueció. Se escuchaban comentarios donde le deseaban suerte y otros que decían cuanta envidia sentían por lo que había conseguido. Cuando vio que las cosas estaban por salirse de control volvió a su lugar para seguir con otras canciones.

 

 

 

Mientras tanto detrás del escenario un sonrojado Shu se escondía tras Hiro, Thoma, Suguru y K volvían a regañarle por lo que acababa de suceder. En pleno concierto, sin avisar a Thoma, frente algunas cámaras que transmitían dicho concierto y, aceptar la invitación de Rui en un lugar tan expuesto como el escenario. ¿Cómo lo arreglarían? No podrían amenazar a todos, las transmisiones fueron en vivo y había demasiados fans.

--¿Por qué piensan que si alguien más se entera de mi vida sentimental sería un problema? –preguntó Shu.

--Entiende que eres una figura pública. Tus acciones repercuten en la popularidad de la banda, si los fans no aceptan tus preferencias las ventas de sus discos caerían y eso me traería problemas… incluso la banda puede llegar a su fin. –expuso Thoma.

--No creo que lleguen a eso. –murmuraba Shu sumido en sus pensamientos.

--Ya tranquilos, vamos Shu, hay que guardar algunas cosas. –decía Hiro para sacar a su amigo de ahí.

--Hiro… ¿Es tan malo lo que hice? –decía un cabizbajo Shu.

--¿Por qué lo dices?

--Todos parecen molestos, ¿en verdad mis acciones pueden hacer que Bad Luck se disuelva? ¿Si eso pasa te molestarías conmigo?

--Shu… estoy tan acostumbrado a tus actos que no me extrañaría que en realidad por tu causa Bad Luck se hundiera…

-¡Hiro!

--Pero sé que, lo que haces y que a veces parece no tener sentido… por más pequeño que sea, es porque eres tú. Siempre eres tú mismo, y con tus locuras le das emoción a mi vida.

--Hiro… –decía un lloroso Shu.

--¿Te arrepientes de lo que hiciste en el escenario?

--… no…

--Entonces que no te afecte lo que Thoma dijo. Bien sabe que es gracias a ti, a Suguru, a K y a mí que Bad Luck está donde está. Claro que no debemos subestimar el trabajo que él ha hecho pero bien sabe que cada uno de nosotros podemos entrar en cualquier otra disquera y trabajo no nos faltaría y en el peor de los casos…

--Que nadie nos quiera…

--Recuerda que por eso estudiamos una carrera a parte de la música. Este descanso no fue por nada.

--¡Cierto!

--Me alegra que hayas aceptado salir con Rui.

--¿Por qué?

--Sólo digo, además creo que es tiempo que conozcas a mi novia. –dijo Hiro con una gran sonrisa.

--Oye, ¿Por qué no me la habías presentado?

--Primero quería enamorarla mucho, mucho, mucho para que al conocerte no se aleje de mí.

--¡Hiro!

--Tranquilo…

--¿A caso te burlas de mí? –decía dolido Ryuichi que prácticamente salió de la nada.

--¿Qué? –exclamó confundido Shu.

--No me aceptas pero a ese que apenas conoces ya le das citas… ¿Qué eres?

--Ryuichi, creí haberte advertido. –dijo Hiro con seriedad.

--Quiero que me diga porqué…

--No te acerques a Shu. No me conoces enojado.

--Espera Hiro. –intervino Shu –Ryuichi, por favor deja esto. No te hagas daño.

--Sólo dime por qué, no pido más. Dímelo para poder olvidar.

--No quiero estar cerca de ti. –dijo Shu mirando directamente a Ryuichi. Éste quedó estático.

--Así que era eso.

--Me parecías una buena persona, pero empezaste con un extraño comportamiento. Sinceramente me asustas.

--Está bien. Ya entendí. Ya no te molestaré. –dicho esto Ryuichi se fue.

--Shu…

--¿Sí?

--Vamos a que te cambies, el concierto está por terminar.

--Claro. Hiro…

--¿Sí?

--¿Fui cruel?

--¿Qué dices? Eres Shu, jamás podrías ser cruel. Dijiste lo correcto para que deje de molestarte.

--Hiro…

--¿Si?

--¿Cuándo conoceré a tu novia?

--Mmmm tal vez el próximo año.

--¡Hiro!

 

 

 

>>Continuará...

Notas finales:

Gracias por leer.


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