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Un milagro por amor por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola queridos lectores, al fin vuelvo a actualizar, para quienes todavía tenían esperanza de que iba a actualizar, aquí esta finalmente un nuevo capítulo. Que me tomó algo de trabajo terminar, pero estoy satisfecha con el resultado, espero les agrade. No puedo prometerles que actualizare pronto, pero intentaré hacerlo lo antes posible.

(Personajes de Masashi)

 

—Mi nombre es Naruto Namikaze, es un placer conocerlos. Soy primo de Sasuke. Espero llevarnos bien a partir de ahora. 

No había estado en sus planes integrarse nuevamente al instituto universitario. Incluso él estaba aún sorprendido de haber aceptado solamente por la insistencia de Sasuke, su padre acababa de morir y tenía la enorme responsabilidad de sacar la empresa adelante y esas palabras que pronunció minutos antes de entrar al colegio, calaron hondo hasta su corazón.

“Te necesito, necesito de tu apoyo. No puedo solo”

El blondo no pudo negarse a él. Además, cursar junto a su hijo no le parecía una mala idea, solo que desde ayer se sentía un tanto inquieto a su lado.

—Gracias por su presentación señor Namikaze, siéntese en donde le parezca. Iniciaremos con la clase.

Suigetsu compañero de banco de Sasuke, observaba una y otra vez a su amigo y a Naruto, francamente no se parecían en nada.

—¿De verdad son parientes?-susurró por lo bajo.

El azabache se cubrió la cara con las manos no pudiendo creer el nivel de idiotez de su compañero.

—Olvidas que soy adoptado.

—Oh, ¡Es cierto!-se sorprendió—Lo olvide-sonrió, rascando su cabeza.

El pelinegro suspiró agotado. Naruto se limitó a guardar silencio y escuchar la charla de los mayores, también anotaba todo lo que le parecía importante. Las tres horas de economía pasaron demasiado rápido, el timbre tocó y comenzaron a salir al recreo.

—¿Vienes del extranjero?

—¿Qué edad tienes, Naruto?

No había terminado de acomodar sus nuevos útiles, que una muchedumbre de gente lo había rodeado por completo, y todas eran mujeres.

—¿Tienes novia?

—¿Vives con Sasuke?

Todas le coqueteaban. Lo tenía claro, sus años de experiencia no eran en vano, sin embargo nunca fue bueno para comunicarse con el sexo femenino. Para confesar sus sentimientos a la que fue su única mujer de vida, le tomó más de cuatro años. Sus mejillas se ruborizaron y estaba bastante nervioso.

—Vamos, di algo. ¿Tu color de cabello es natural?

—¡Naruto!-Sasuke se metió entre el tumulto y lo agarró del brazo jalándolo.

—¡Oye, no te lo lleves!

—Sigue siendo el mismo chico anti social de siempre.

Las estudiantes solo se quedaron observando como huía con su primo fuera del aula.

—¡Sasuke!-le gritó al moreno que estaba ido en sus pensamientos—¡Sasuke, para! ¡Sasuke!-ambos se detuvieron abruptamente.

Estaban afuera en el patio. Finalmente el brazo de Naruto fue liberado, una marca enrojecida podía verse alrededor, no lo entendía, pero su hijo estaba de muy mal humor.

—¡¿Que fue eso?!-demandó saber. Si, estaba furioso.

—¿De qué hablas?

—Naruto, no hemos venido a coquetear, estás aquí para apoyarme. ¡Se supone que permanecerás a mi lado!

—¡Y voy a hacerlo!-levantó la voz sin mala intención. Solo buscaba que su niño lo escuchara—Ellas comenzaron a hacerme preguntas, yo no hice nada, Sasuke. Voy a estar a tu lado cuando me necesites, no voy a traicionarte.

—Naruto…-lo que menos hubiera imaginado, es que su niño lo abrazaría. Se quedó tieso como un palo, los brazos de Sasuke se aferraron a su cintura, su corazón comenzó a palpitar como desquiciado—Perdón… ¿te duele?-preguntó, refiriéndose a la marca que había dejado en su piel.

—Está bien-sonrió, embelesado—No me duele. Eres muy fuerte, Sasuke-correspondió afectuosamente el abrazo, no tenía por qué pensar diferente, su corazón solo estaba confundido.

Pasaría rápido. Solo era un padre abrazando a su hijo, nada raro. “Lo amo más que a mi vida”

—Debemos regresar…-se separó del azabache, con las mejillas sonrojadas.

—Sí, Suigetsu debe estar buscándome. ¿Qué vas a hacer tú?

—Estaré contigo, por supuesto.

Sasuke le sonrió, ya completamente calmado. Sus sonrisas eran demasiado hermosas para su vista. Mientras seguía a Sasuke hasta la cafetería se repetía una y otra, y otra vez en su cabeza: ¡ÉL ES MI HIJO! ¡ÉL ES MI HIJO!

El día transcurrió sin ningún problema. A la salida, Sasuke se despidió de su compañero, y él y Naruto aguardaron en la entrada. Itachi le había llamado, un auto de la empresa de su padre iría a buscarlos.

—¿Estás nervioso?-preguntó el blondo.

—¿Acaso se nota?

—Solo un poco-sonrió—Tranquilo, Sasuke, todo saldrá bien.

—Esta será la primera vez que vea a los socios ejecutivos de papá. ¿Cómo no podría estar nervioso? Estoy seguro que piensan que porqué soy demasiado joven, me creen un ignorante bueno para nada. Y tienen razón… no sé nada de la empresa de papá.

—Pensar así no te ayudará en nada, y no estarás solo, el que fue la mano derecha del abuelo te apoyara sin duda.

—¿Kakashi? Lo he visto solo un par de veces cuando era más pequeño, no sé exactamente qué tipo de persona será.

Un auto azul oscuro se paró delante de ellos, tenía una enorme calcomanía en la puerta  delantera, el nombre de la industria Namikaze. Un hombre de traje bajo a su encuentro.

—¿Señor Sasuke Namikaze?-miró a los dos.

—Soy yo-habló el moreno.

—Suba por favor, en la parte trasera.

—Él me acompañará-señalando al blondo.

—De acuerdo, señor.

De camino hasta la empresa ambos jóvenes guardaron silencio, Sasuke solo observaba pacientemente por la ventana. Sus nervios no debían delatarlo, nada podía salir mal. Aunque con el uniforme estudiantil no estaba seguro si los socios de su padre tomarían en serio sus palabras.

La empresa Namikaze era muy prestigiosa, tenía cientos de empleados, muchas oficinas y un enorme bufet donde podías degustar los platillos más exquisitos. En esos momentos había una junta con los principales socios inversores, quienes estaban esperando al nuevo presidente. Hoy sería su primer día para familiarizarse con el trabajo. En este grupo, había poco y nada de expectativas, no entendían porque el difunto dueño había optado por el más pequeño de sus hijos para liderar semejante peso.

La mesa de vidrio trasparente estaba llena de planillas, carpetas y bebidas embotelladas. Cada uno se observaba impaciente y todos querían expresar sus inquietudes.

—Yo… sinceramente no lo entiendo-todos lo miraron—El señor Namikaze que fue muy sabio en sus decisiones desde el día que decidió abrir su industria, jamás había cometido ningún error hasta su muerte, pero  ahora, enterarnos que la presidencia la liderara un niño… es algo que no puedo aceptar fácilmente.

—Técnicamente, señor Hayama, el señor Sasuke tiene dieciocho años, no es un niño, está punto de terminar la universidad.

—Incluso así, es inexperto en el tema. No sabe nada del trabajo de su padre.

—Si el difunto señor Namikaze lo eligió a él, es porque creé en sus capacidades para dirigirnos, le sugiero que le dé una oportunidad-saltó otro.

—¿Por qué no poner a la señorita Ino o a su hijo Menma…?

—Es cierto, pienso que uno de ellos hubiera sido el adecuado para este puesto.

—¡Olvídenlo! La señorita Ino está demasiado dedicada en sus tiendas de ropa y el señor Menma en sus carreras deportivas. Ellos serían una mala elección.

—¡Tienes razón! Debería haber sido su hijo adoptivo Itachi, él seguramente…

La puerta se abrió y los murmullos cesaron. Delante de ellos se encontraba la mano derecha del difunto presidente. Y no estaba mostrando una cara amigable, la seriedad con la que los observaba les ponía los pelos de punta. Cerró tras él y se puso frente a la mesa rectangular.

—La mayoría debe conocerme, pero por si las dudas, volveré a presentarme. Mi nombre es Kakashi Hatake, tengo veintiséis años, los últimos 6 años he sido la mano derecha del presidente Naruto Namikaze, antes que yo, era mi difunto padre quien le servía. Es un placer contar con su presencia el día de hoy, nuestra reunión se ha llevado a cabo con el único propósito de que conozcan y que él nos conozca a nosotros. El nuevo presidente necesita de nuestro apoyo incondicionalmente.

—Señor Hatake, con el debido respeto, ¿Usted está de acuerdo con la decisión de poner al joven Sasuke en la presidencia?

—Señor Fukushima, las decisiones del señor Naruto Namikaze son absolutas, yo confió plenamente en que su elección ha sido sabiamente. El señor Sasuke merece una oportunidad y yo estaré aquí para extenderle mi mano.

 —Ya veo. Gracias por su respuesta.

—Será interesante ver a donde nos conducirá el joven presidente.

—Quizás funcione, con un joven líder, quizás avancemos mucho más rápido.

Y fue así, como Kakashi en cuestión de segundos desvaneció las dudas de los grandes inversionistas, no había visto al niño desde hace años, se preguntaba si lo recordaría.

La puerta fue tocada, y una voz femenina se escuchó.

—Señor Hatake, el señorito Sasuke está aquí.

—Que pase.

Menma había decidido visitar a su hermana, por ello sabía cuál de todas las tiendas era su favorita y en donde la encontraría. Cuando entro vio que estaban atendiendo a la clientela, y una de las empleadas se acercó sonrojada, pese a que estaba llegando a los cuarenta, Menma era muy atractivo y buen partido. No se le conocía ninguna novia y aunque muchas habían decidido conquistarlo, sus esfuerzos habían sido en vano. Incluso llegó a rumorearse que si no eran las mujeres, el hijo del gran Namikaze podía ser homosexual. Pero sin pruebas, la prensa no podía hacer nada.

—¿Señor Menma en que pue-…?

—Busco a mi hermana-le interrumpió.

—La señorita Ino, está al fondo en la oficina.

—Gracias, iré por mi cuenta, sigue en lo tuyo.

—Sí…

Ni si quiera me miró al rostro…

Menma enamoraba a las mujeres sin proponérselo. Lástima que no tenía intenciones de sentar cabeza con ninguna. Se acercó y la puerta estaba entreabierta, podía oír que su hermana estaba al teléfono y se detuvo para no interrumpir.

—Sí, te pagaré todo lo que quieras, solo cumple con lo que te pedí. Sasuke debe estar en la empresa, cuando salga, le disparas. Yo ascenderé a la presidencia  y tú podrás disfrutar de unas largas vacaciones en el caribe.

Menma retrocedió silenciosamente, cuando llegó a donde estaban las empleadas, habló con la muchacha que lo había interceptado.

—¿Tu nombre?-le preguntó.

—Ka-Kaoru, señor…

—Kaoru, necesito un gran favor, no le digas a mi hermana que he venido.

—Pero señor, ¿Qué está ocurr-

—Si me cumples. Iremos a cenar al restaurante más caro de la ciudad, tu y yo-era buen momento el utilizar lo que tuviera de encantador para que esa mujer no abriera la boca.

Una enorme sonrisa se dibujó en sus labios, cenar con el apuesto Menma Namikaze ya no era un sueño de sus fantasías.

—Le prometo que no diré nada, y haré que mis amigas también guarden el secreto.

—Muy bien. Si cumples, vendré a buscarte pronto.

Y así, el pelinegro salió de la tienda y rápidamente subió a su auto rojo deportivo de vidrios polarizados, y su cara seria se transformó en una de auténtica desesperación.

—¡Ha perdido el completo juicio!-golpeó el volante-¡¿Hermana que has hecho…?!-miró la hora en su reloj pulsera, media hora hasta allá, debía apresurarse.

Una carrera de vida o muerte.

—¡No dejaré que asesines a Sasuke! Padre, necesito de tu valor en este momento, por favor, acompáñame hasta allí…

Naruto se encontraba impaciente sentado fuera de la reunión, no podía dejar de mover sus dedos sobre su pantalón. Se preguntaba como recibirían a su pequeño, todos eran personas superando los cincuenta años exceptuando a Kakashi, ¿lo verían solo como un niño ingenuo o le darían una oportunidad?

—Me llamo Sasuke Namikaze, tengo dieciocho años, actualmente estoy terminando la universidad. Será un gusto contar con ustedes a partir de ahora, pido amablemente que me guíen y me expliquen si llego a cometer algún error en el camino.

—Es un placer conocerlo, joven.

—Esperamos grandes cosas de usted, presidente.

—Espero cumplir sus expectativas y no decepcionarlos.

—Señor Sasuke, mi nombre es Kakashi, nos vimos años atrás, yo seré su mano derecha tal como lo fui con su padre-puso sus manos en sus hombros-Puedes confiar en mí, yo responderé a todas tus dudas-sonrió.

Ver a Kakashi hablándole tan motivadamente, hizo que sus miedos desaparecieran, su apariencia no había cambiado demasiado. El seguía siendo el hombre de confianza de su amado padre, alguien con quien contar bajo cualquier circunstancia.

—Gracias, señor Kakashi.

—Presidente Sasuke, puede decirme Kakashi.

—Siendo así, por favor, llámame solo Sasuke.

—Mmm-se lo pensó unos segundos—Le diré joven Sasuke, ¿de acuerdo?

—Supongo que es mejor que presidente-sonrió complacido.

Sasuke saludó a todos estrechando sus manos y la pequeña reunión de presentación al fin pudo concluir, un peso menos en sus hombros, cuando salió, Naruto le esperaba intranquilo. Y Kakashi lo miró sorprendido.

—¿Cómo te ha ido?

—Mejor de lo esperado. Oh, quiero presentarlos. Kakashi, él es mi primo, Naruto.

—Debo decir que es impresionante el parecido con el difunto presidente y su nombre lo es aún más-estrecharon manos.

—Ja, ja, ja, sí… casualidades de la vida-el blondo procuraba no sudar nervios.

—Naruto, Kakashi será mi mano derecha.

—Estoy seguro que con su ayuda podrás superar cualquier obstáculo.

—Eso déjamelo a mí, muchacho, el joven Sasuke tendrá una presidencia fructífera. Ahora, puedes volver tranquilo a tu casa, yo te estaré contactando. Estamos limpiando y organizando una oficina para ti.

—Fabuloso, ¿Oíste eso, Sasuke?

—¿Qué hay de mi último año de estudio?

—No te preocupes, de algún modo nos las arreglaremos, no dejes de estudiar.

Todo estaba saliendo bien, el blondo podía estar tranquilo. Con Kakashi a su lado, nada podría salir mal. Sasuke y él traspasaron las puertas de la empresa, el mismo auto que había ido a recogerlos, los esperaba en la orilla. Comenzaron a bajar la escalinata hasta la calle.

Cuando Naruto bajo el último escalón, sintió un horrible dolor en el pecho.

—¿Naruto?-Sasuke estaba delante de él—¿Qué tienes?

—Nada-sonrió, no le tomó importancia—No es nada.

—No te retrases, dobe, o te irás caminando-se burló.

Estaban a escasos pasos del auto. Sasuke era una presa fácil.

—¡SASUKE!

Naruto vio todo en cámara lenta.

—¿Menma…?

—¿Qu-…-el azabache no alcanzó a decir palabra alguna, cuando el pelinegro se abalanzó sobre él.

El ruido de un disparo alteró a todos los que estaban cerca de la escena. Huyeron hacia todas direcciones, era un desastre. Naruto pestañeó varias veces no pudiendo asimilar lo ocurrido. Debajo de Menma estaba Sasuke, quien intentaba levantarse.

—Oye… pesas demasiado. Menma… levan-

Menma se hizo a un lado, acostándose en el piso, respirando entrecortadamente. Agarrándose el abdomen.

—Estás…-Sasuke no podía creerlo—Estás perdiendo mucha sangre. ¡Un médico! ¡Por favor, un médico!

—Aagh… el dolor es… insoportable… maldición… no tengo fuerzas.

—¡Menma!-Naruto finalmente logró reaccionar y corrió hasta estar a su lado—¡Menma, Menma!-gritó aturdido, comenzó a llorar, lágrimas de sufrimiento.

—¿Naruto?-Sasuke no podía dejar de observar la desesperación que trasmitía con su voz. Su enorme preocupación por su hermanastro.

—¡Llamé una ambulancia, vendrá en cinco minutos!-Kakashi apareció a sus espaldas, vio el charco de sangre derramándose en el pavimento y Naruto llorando desconsoladamente con Menma en sus brazos. Una escena realmente extraña.

Sasuke estaba sin habla. No podía quitar su vista de Naruto y Menma, Naruto trataba a Menma tan gentilmente, tan familiarmente, los celos del azabache comenzaron a despertar.

—Menma, Menma… todo estará bien. Vendrán a ayudarte-sollozaba.

—Apenas nos… conocemos mocoso… llorar por mí…-sonrió agradecido—Gracias…-perdió la conciencia.

—¡MENMA!-lo abrazó a su cuerpo, manchándose el uniforme y sin poder detener sus lágrimas.

Este acontecimiento podría traer problemas en el futuro. Sasuke y Kakashi comenzarían a sospechar.

 

¿Quién es realmente ese muchacho?

 

¿Qué tipo de relación tienes con Menma, Naruto…? ¿Por qué reaccionas así por él…? ¿Por qué yo… me siento tan… enojado…? Naruto…

 

(Continuará)


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