¿Qué más daba si se iba? No le interesaba en lo más mínimo su persona, hasta le caía mal. Había algo de ese chico que no le agradaba para nada. Aunque estaba demente para tirarse de la ventana de una habitación, miró el árbol, lo más seguro era que lo trepara y llegara el suelo. Pero lo más sorprendente era que los guardias no lo hayan visto salir por la entrada principal.
—No dejen pasar a nadie hasta mi regreso-anunció Sasuke saliendo por los portones sin auto alguno, le sentaba bien la caminata nocturna.
—Sí, señor.
Como Naruto había decidido huir, mejor para él, sus planeas de salir a distraerse volvían a iniciar. Caminaba por las tranquilas vacías calles hacia su lugar más frecuente donde bebía unos tragos con buena compañía masculina. Se preguntó si su padre se hubiera enterado de su homosexualidad ¿lo habría despreciado? ¿lo hubiera echado de casa? O… ¿lo habría matado de un infarto? Jamás se lo hubiera perdonado. Si él siguiera con vida, incluso ahora, no tendría el coraje de plantarle cara y decirle la verdad. Nunca quiso decepcionarlo, pero sus sentimientos eran más fuertes que él.
Casi media hora caminando hasta que entró a una zona repleta de bares, negocios donde se practicaba la prostitución, todo el sitio resplandecía con luces de neón. Un lugar bastante colorido y que no pasaba desapercibido por la noche. La zona especial para los gay o transexuales.
—¡Sasuke!
—Hola, chicos-saludó entrando en un bar.
—¡Atención, vino el chico más sexy del lugar, Sasuke Namikaze!
Silbidos y alabanzas hicieron poner incomodo al azabache. Se sentó en la barra mientras le invitaban su trago favorito de alcohol.
—Me enteré por las noticias, lamento lo de tu viejo-puso una mano en su hombro.
—Ya veo, gracias-respondió seriamente—Precisamente he venido para olvidarme un poco de mi dolor.
—Que no se diga mas entonces, hoy beberemos hasta desfallecer.
Durante casi dos horas se la paso metido en el trago y las amenas conversaciones con sus compañeros y conocidos. Los temas de conversación la mayor parte del tiempo involucraban a los chicos, con cuantos habían mantenido relaciones sexuales en un día, cuando había sido su primera vez, cuál era su pose favorita y burlándose de algún pobre desgraciado que se había contagiado alguna enfermedad de trasmisión sexual. Sasuke omitía algunos detalles y agregaba una que otra pequeña mentira para no quedar mal. Sin embargo, era consciente de que no podría seguir fingiendo algo que no era y lo hacía sentir asco de sí mismo. Eran las dos y media de la mañana cuando decidió salir y tomar aire afuera, el olor a cigarrillo lo enfermaba y lo ponía de mal humor.
—Oye, precioso, ¿quieres divertirte?-un muchacho que le superaba tan solo por una cabeza su altura, se acercó por su espalda tomándolo familiarmente de la cintura—¿Qué hace alguien tan atractivo como tú, solo?-susurró en su oreja.
—Nada en especial-se apartó sutilmente de sus brazos—No estoy buscando compañía ahora, si me disculpas…
—Pero yo si-lo jaló del brazo—No creo que irse por unas horas sea un problema-sonrió.
—¡No me toques!-se zafó del agarre bruscamente encarándolo de mala gana—Dije que no necesito ninguna compañía.
—Oh, vamos, no te pongas arisco querido, si yo sé que necesitas acción-se atrevió a deslizar una mano hacia abajo tomando una de sus nalgas, el menor frunció el seño y ya preparaba los puños para lazárselos a la cara.
—¡Quita tus asquerosas manos de Sasuke, puto bastardo!-rugió colérico.
—Na-
No tuvo tiempo de pronunciar el nombre del blondo, que este, había pasado de él y se había abalanzado sobre el sujeto que había tocado su cuerpo. Los dos cayeron al piso y comenzaron a repartir golpizas simultáneamente, llamando la atención del resto que se les quedó mirando y hasta animaban a continuar.
—¡¿Qué rayos te pasa, imbécil?!-empujó al oji-azul para poder levantarse, algo de sangre resbalaba por la comisura de sus labios. Realmente sabía golpear ese tipo, su mirada parecía la de un autentico demonio.
—¡Tu empezaste tocándolo, hijo de puta!-se puso delante de Sasuke.
—Bien, viejo, haz lo que quieras con él-puso las manos al aire en signo de rendición—No sabía que eran novios, lo siento-el sujeto se alejó sin más, no quería más conflictos.
—No somos…-susurró ruborizado—Novios…
—¿Qué mierda haces tú aquí?
Naruto volteó a mirar a su niño con cara nada amistosa. Él y su maldita terquedad, al final, aunque intentaba dejarlo ir, terminó siguiendo a Sasuke en silencio soportando las miradas descardas hacia su persona, el que bebiera alcohol y estaba boquiabierto con que aún conservara sobriedad, y ahora el desgraciado que le había puesto las manos encima.
—Así que eres… gay-le miró.
—¿Hay algún problema en que lo sea?-se sintió intimidado, pero lo ocultó perfectamente.
—No, solo estoy algo, bastante sorprendido.
—Tks… me largo-le dio la espalda y comenzó a aumentar el paso. La gente se había dispersado y se interesaba en lo suyo, Sasuke admiró la enorme luna en lo alto por unos segundos y suspiró—Te necesito…
—Sasuke, espera. Voy a acompañarte a casa-se puso a su lado.
—Ja, ja, ja.
Naruto lo observó con ojos desmesuradamente abiertos. Salían de aquellas calles resplandecientes para volver a la ruta con escasa iluminación y carente de personas. Solo lo acompañaba un profundo silencio y que, en efecto, había sido desplazado por la risa de su hijo. Jamás había escuchado una carcajada suya, y le resultaba algo maravilloso y único. ¿Por qué él estaba…?
—¿Sa-Sasuke?
—Ja, ja, ¿viste la cara de ese tipo? Se estaba orinando en sus pantalones-le sonrió, mientras seguían avanzando—Francamente no esperaba que aparecieras y me salvaras el pellejo, aunque es obvio, que yo mismo podía contra él-habló con evidente orgullo.
—Lo sé-rió, le fascinaba la sonrisa de su niño. Era hermosa y deseaba verla todo el tiempo—Pero estabas tardándote, ¿sabes? a no ser…-le miró por el rabillo del ojo—Que te gustara.
—¿Estás loco?-extendió su mano y le dio una sacudida a sus revoltosos cabellos dorados a modo de molestarlo—Ni aunque fuera el último hombre sobre la tierra-ambos largaron una carcajada.
Cruzaron la calle llegando al suelo cementado y doblando una esquina próximos a la mansión. Sasuke se detuvo abruptamente debajo de un farol, solo ellos dos.
—Creo que empezamos con el pie izquierdo…
—Sasuke.
—Veras yo…-enfrentó su mirada azulina, la que por cierto, lograba cautivarlo—Sentía rencor, por lo de papá, me molestó y me dolía no saber que tenía a otra, y que habían tenido un hijo. Tú-su mirada se suavizo acompañada con una tierna expresión en sus labios—Lo del beso… lo siento, sé que te puso incomodo. Debió darte asco.
—No me dio asco-respondió serio.
—Gracias por ello. Apenas nos conocemos, y debería darte un buen ejemplo, después de todo soy tu tío.
—Es cierto-sonrió mostrando los dientes—Es raro como suena, ¿verdad? Tío Sasuke.
—Waa, es verdad-frunció el seño graciosamente—Sobrino. Ja, ja, ja. En serio, no puedo llamarte así.
—No lo hagas.
—Pero, Naruto…
—¿Me odias por llevar el nombre de tu padre? dímelo, por favor.
El pelinegro negó con la cabeza. ¿De verdad podría confiar en él? Podría abrir su corazón a ese rubito de su edad.
—Siempre he querido enorgullecerlo, Naruto, hacerlo feliz. Él nos sacó a mí y a mi hermano de la calle y nos dio todo lo que quisiéramos, hacía lo posible por llegar a casa y pasar tiempo en familia a pesar de que estuviera exhausto-sollozó, se tapó el rostro con ambas manos, Naruto estaba tentado a envolverlo entre sus brazos protectoramente, pero…—Todo estaba bien, fueron años de pura felicidad a su lado, pero cuando el doctor le diagnosticó esa puta enfermedad, mi mundo se hacía añicos, de repente, las luces a mi alrededor desaparecían… caminaba a oscuras, Naruto-bajó sus manos dejando al descubierto sus mojadas mejillas—Como no deseaba causarle problemas, lucia todo feliz cuando estaba a su lado, quería darle los mejores y últimos días de su…
—¡Sasuke!-finalmente lo tomó entre sus brazos cuando lo vio a punto de colapsar al piso, se estaba ahogando—Respira hondo, Sasuke, respira…-le acaricio la espalda una y otra vez.
—Yo quería…-lloró, mojando el saco del blondo—Quería que se fuera en paz… que pensara, que era feliz…
—Porque… tú…-Naruto comenzó a llorar, se le quebró la voz y un nudo horrible se alojaba en su garganta impidiéndole hablar con normalidad—Sasuke…
—Comencé a salir con hombres, beber, solo era una distracción… me olvidaba por un tiempo todo lo malo de casa. Que papá pronto no estaría al final de las escaleras, que no podría quedarme con él en las noches cuando le diera las buenas noches, que no podría oír su voz, ni tocarlo otra vez…
—Sasuke-sollozaba, lo apretó contra su pecho—¿Tú tuviste… se-sexo con ellos?-sabía que no era el momento oportuno, pero quería sacarse las dudas de una buena vez.
—No-abrazó al oji-azul de la cintura, estrechándolo tanto como pudo contra él, su mentón se acomodó sobre su hombro percibiendo claramente la dulce fragancia de Naruto, olor a rosas, sonrió—Sigo virgen, dobe, ¿Por qué? ¿Quieres hacerlo conmigo?-se burló, parando de llorar, de repente, se sentía extrañamente mucho mejor en ese cálido abrazo.
—Estoy feliz, ja, ja. Gracias a Dios…-respondió agradecido. Su niño era puro, al menos, en parte.
—Eres raro, ¿lo sabías? ¿Quién dice que me entregaré a ti…?
—Solo deseo que lo hagas con la persona que verdaderamente ames, Sasuke. Dale a ella todo tu amor.
—Eres tan cursi…-sollozó—Papá me hubiera dicho lo mismo… Pero Naruto, la persona que más amo, está muerta-rompió el abrazo, y desprevenidamente lo tomó al rubio de las mejillas húmedas, sus ónix se clavaron en los zafiros ajenos.
—¿Que quieres… decir…?
—Tu abuelo, mi padre, dobe, es al único hombre que siempre amaré. ¿Es enfermo, no?-le dio una suave caricia a sus marquitas—Te pareces mucho a él…-quitó sus manos y se limpió los ojos con la manga de la camisa—Rayos… además de Itachi, eres a la segunda persona que le digo esto. Pero incluso Ino ha empezado a sospechar, soy muy obvio, no creo amar a nadie más que a papá…-le sonrió al boquiabierto rubito—Pero ánimo, Naruto, eres guapo y encontraras el indicado para ti. Yo moriré solo, y espero que sea pronto, quiero reencontrarme con él-levantó la vista admirando la esplendorosa luna—Estar juntos otra vez y para siempre…
—Y si… y si él, estuviera frente a ti… ¿Qué le dirías?-su voz temblaba, pero no solo su voz, sino su cuerpo, estaba aturdido, impactado y su corazón no dejaba de palpitar como si hubiera corrido la maratón—Si él estuviera ahora mismo a tu lado, mirándote, como yo lo hago… ¿Qué le dirías, Sasuke?
—Es fácil de responder, tonto-sonrió con lágrimas bajando y empapando sus mejillas—Que lo amo más que a mi vida.
(Continuará)