Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diamante Azul... por Demon Witch

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen pertencen a su autora Yana Toboso la historia es completamente mía.

 

Buenas noches querido publico sé qué no he estado en 4 meses, me disculpo la universidad me consumió y ahora el nuevo empleo de mesera en un café qué esta administrando mi padre, tuve algunas decaídas de depresión pero estoy bien. Así qué me vuelvo con todo así qué estoy lista para todo. Para Rojo Escarlata lo actualizare pronto es qué estuve ocupada con las admisiones y papeleos de la Universidad, les deseo hayan pasado una feliz navidad y año nuevo. Yo pase un infierno pase muy ocupada pero aquí estoy de nuevo en las andadas; mañana hare el esfuerzo de subir Rojo mañana es que ando ocupada, estoy administrando dos páginas de Kuroshitsuji en Facebook. En la primera qué les puse interpreto a Sebastián… Ahí pueden acosarme y todo jajajaj salgo como Demon Witch, también les dejare el Facebook de escritora para que sepan los avances de todo.

https://www.facebook.com/Kuroshitsuji.BlackButler.esp

Entren y denle me gusta a todo yo roleo a Sebastián Michaelis obviamente.

La otra página es de unos canadienses pero igual hablo en español así qué si entran me verán como Demon Witch y roleo a Undertaker.

https://www.facebook.com/pages/Black-Butler-Ce-Manga-Fantastique/1498559527073194

y ESTE ES EL FACEBOOK DÓNDE ESTARÉ AVISANDO XD

 https://www.facebook.com/profile.php?id=100006580669293

Estaré actualizando pronto solo debo saber mi horario de la U y poner mi trabajo en su horario y sacar tiempo nada más no crean qué no leo sus reviews los leo apenas caen en mi correo y siempre me hacen feliz los estaré contestando mañana así que disfruten el cap de hoy mañana subiré Rojo si puedo también está a la mitad a la parte de editar así que estaré haciendo eso…

Disclpen y los extrañe tantos queridos lectores

DEMON WITCH

 

 

 

 

 

Capítulo 2: ¿Por qué tus ojos son rojos?

 

-¿Por qué tus ojos son rojos?

-Rojos……… ¿Cuál una gota de sangre carmesí?

-¿Acaso eres un demonio…?

-Sebastián…

No podía sacarme de la cabeza; aquel escarlata brillante; del más rojo pasión que existía, por qué eso era lo único que me decía…

No entiendo porque navega entre mis pensamientos la imagen mental de sus ojos; solo estoy dormitando el poco cansancio que se encuentra en mi débil cuerpo, pero cada vez que cierro los ojos, viene a mi mente el carmesí de aquella infernal mirada, que es solo acompañada de su risa ladina y burlona. Lo acabo de conocer hace muy pocas horas y estoy encaprichando con él.

-Sebastián…

-Ciel- sentía el mangoneo de alguien moviendo con rudeza mis hombros para al abrir mis ojos pensar al reaccionar esta situación…

-CIEL-el grito ensordecedor me dejo alterado. Y la imagen de mi mejor amigo, por decirlo de alguna manera me molesto de gran manera.

-¿Qué demonios haces estúpido?-le grite al verlo enfrente de mí.

Nos encontrábamos en la biblioteca mi lugar favorito de la secundaria, y ahora estaba sentado medio dormido en mi mesa favorita en la sección de ocultismo de aquel lugar.

-Ciel, eres un tonto; no puedes venir a dormir aquí, deja  de mirar porno homosexual, perra azulina he he he he…-dijo la voz cantarina y estúpida de mi amigo Alois… Ese maldito niño vulgar.

-Cállate idiota, yo no veo tus asquerosas diversiones, maldito; estaba estudiando tenía mucha tarea atrasada así que déjame tranquilo tonto…-le dije con mi típico tono superior, ya que ese imbécil no es tan listo como yo…

-Eres malo Ciel……- se ríe mientras lo decía, para agregar.

-Ese tal Sebastián no le gustara tu forma de ser;He he he estabas adorable cuándo hablas con él en la rosaleda…-dijo con una insinuante voz, mientras me sonreía pícaramente.

Me sonroje al instante, siempre el pervertido insinuándome cosas, siempre lo hacía, ese bastardo…

-Cállate pervertido, yo no tengo nada qué ver con ese hombre, apenas lo vengo conociendo, idiota…-me defendí lo más que pude.

-Ja  ja ja, tranquilízate Ciel, jajaja es que repetías en cada sueño “Sebastián”, vaya mi amigo está enamorado he he he, amor a primera vista-seguía burlándose de mí.

-CÁLLATE,  Y LARGATE-le grite muy enfadado mientras lo veía irse por la puerta de enfrente; y me avergonzaba enfrente de la señorita Bennett una amable mujer de veinte siete años, que era la bibliotecaria, la cual me silencio antes de que siguiera avergonzándome Alois.

Se fue entre risas mientras me disculpaba con la mirada con ella, y me sentaba de nuevo en la silla a tomar mi manga favorito “Kuroshitsuji”…

No podía ver ni leer aquel manga, ni siquiera tenía las ganas de seguir, es que ese maldito me hizo molestarme de verdad, sigo sin entender como es qué es mi amigo ese idiota…

Conocí Alois en la primaria, éramos unos niños cuando nos conocimos, mi familia hacía negocios con la suya, sin embargo estábamos muy niños para recordarlo, nosotros nos hicimos amigos después de aquella vez; cuando llegamos a conocernos mejor en la secundaria……

 

FLASHBACK

Era un hermoso día lluvioso, como olvidarlo, después de todo siempre he amado esos días, y no solo eso sino que también era mí primar día de clases en la secundaria.

Había pasado la ceremonia de clases, y las reuniones formales de presentación en la secundaria y ya sabía cuál era mi salón; antes de terminar aquel discurso para los estudiantes de primer ingreso; me había escabullido en el salón qué se me había asignado, ya estaba dentro…

Sentado en uno de sus pupitres el de la primera fila al lado de la ventana, cerca de la silla del profesor, necesitaba estar cerca para poder sacar las mejores notas, y poder apreciar mejor la enseñanza; era un completo nerd.

Poco a poco el vacío salón se llenó de estudiantes al terminar el acto de apertura; muchos se reunían juntos  hablaban de música, o las vacaciones temas tan poco refinados; y el súper molesto escandalo qué se apreciaba por parte de un trio de chicas qué les gustaba los animes… Pues a mí igual me gustan, los mangas y animes; pero ellas adoraban ese género infernal… “Yaoi”, se notaban eran otakus como yo, pues aparte del yaoi y miles de perturbantes historias decían detrás de mí a las qué podía escuchar; fue cuándo se callaron al escuchar un chico gritarles degeneradas.

Me reí quedamente, las niñas escandalosas se silenciaron con sus mejillas bastante rojizas; para qué entrara una mujer de figura bastante voluptuosa al salón; su cabello largo y fino cabello negro oscuro,  que caía en cascadas sobre sus hombros, para qué el tocado de una pequeña peineta sostuviera un pequeño moño sobre su cabeza. Con un vestido color gris oscuro, y los tacones a juego de aquel traje bastante discreto y muy reservado para una dama tan joven; ella llevaba unos lentes semi- circulares y a su vez también ocultaban el color esmeralda de sus ojos.

Esa es la joven profesora Michaelis…

-Buenos días jóvenes, mi nombre es “Abbygail Michaelis”, seré su maestra este curso lectivo para estudiantes de primer año de secundaria; llevémonos bien y esforcémonos…-dijo con una petulante sonrisa ladina; qué me pareció algo desagradable.

Se dio la vuelta para escribir en la pizarra su nombre, mientras el resto de la clase se silenciaba; los chicos pervertidos veían el exuberante cuerpo de nuestra maestra, las chicas de bustos pequeños se miraban entre sí con aquella mirada de decepción por lo que las hormonas no las habían hecho crecer igual. Y otros solo ignoraban lo qué la dama decía.

Y empezó a llamarnos por la lista; era una mujer bastante extraña ya qué al presentarnos con la clase nos pedía decir algo qué nos apasionara hacer…. Y fue cuándo me llamaron.

-Ciel Phamtonhive-llamo con aquella voz semi- grave para ser la voz de una dama.

-Presente profesora Michaelis-respondí con mi tono frio de siempre; así hablaba y no me importaba si llegaban a creerme petulante.

-Muy bien-dijo ella con una sonrisa ancha.- ¿Dinos qué te gusta hacer más que nada pequeño Ciel?-me preguntó.

-Leer-dije serio y sin sonreír a nadie.

-Excelente querido-dijo ella con una sonrisa complacida.

Para seguir llamando a otros niños, me incorpore en mi asiento de nuevo, para escucharla como nombraba a los otros…

-Alois Trancy-dijo ella mientras miraba alrededor.

Y nadie respondió, y fue qué el rostro con extrañez de la joven maestra no escuchó el fuerte azote de la puerta del salón; para que en el umbral apareciera la palidez de una pierna lechosa.

Y todo el mundo sorprendido de ver entrar a un chica de cabellos rubios bastantes cortos, y el uniforme bastante desacomodado; su falda era demasiado corta dejando ver sus pálidas piernas, y llevaba tres botones abiertos de su blusa pero su pecho era muy plano; entro con aquella mirada feroz y pervertida; me hizo sentir un mal augurio; sus sonrisa tramposa iba con el traje seductor.

-Soy yo maestra-dijo con una voz masculina y cantarina con la extraña mirada de depravación y diversión juntas; sentí un estremecimiento de los malos.

La joven profesora se quedó desubicada, y miro la lista de nuevo.

-Espere usted es Alois Trancy, se supone es un niño…-dijo ella con cierta confusión y una mirada complacida del atuendo del niño.

-Pues claro qué lo es maestra-dijo con una sonrisa irónica.

La criatura rubia de aquellos ojos azul cielo, giro delicadamente en sus talones; para hacer mover la falda de su uniforme quedar en un pose bastante vulgar y con una sonrisa de inocencia y una voz de alto mando dijo.

-Soy Alois James Trancy-dijo con todo orgullo. –Y soy hombre también-dijo risueño y adorable sonrisa de depravación innata.

Todos en la clase lo miraban con repudio y otros con asco. Y algunas chicas lo veían con corazones en sus ojos, estaban qué se enamoraban del chico travesti qué había entrado a clases.

-Vaya…. Vaya… Vaya…. ¿Se puede saber por qué esta vestido de mujer?-dijo la profesora algo confundida  y una traviesa mirada de placer mientras la clase gritaba del escándalo de ese niño rubio.

-Mi uniforme no ha llegado maestra, así que lo único más cercano fue la ropa de mi hermanastra, ella me la presto; no me molesta la ropa de niña….-dijo con una sonrisa pícara como si no fuese nada de otro mundo.

La maestra estaba por desquiciarse, y  fue cuándo un chico grito.

-Eres marica o qué-grito un niño muy desagradable desde atrás.

Y empezaron a abuchearlo y decir obscenidades sobre el rubio. Qué agacho la mirada con cierta pena pero la levanta en orgullos sin impórtale… Me sentí mal por él; puede qué su historia sea incoherente para mí; pero no soportaba a los imbéciles qué se burlaban de las personas como él. No es qué sea homofóbico y no soporte las personas con su diversidad sexual; pero aunque de alguna forma no me agraden no significa que haya qué gritarles un montón de estupideces, ya que la estúpida maestra no hacía nada… Sentí el impulso de levantarme y decir:

-Y qué sí se viste como mujer para venir a clases; es su gusto o no; porque lo llamas marica, no eres tú el imbécil qué se mete en su vida; a ti qué te importa si quiere andar la ropa de su hermana; es su decisión eso no te afecta en nada; son todos unos verdaderos idiotas, no deben juzgar los gustos extraños de este chico, no soy nadie para dominar sus decisiones….-les grite en colerizado; no lo soportaba.

Todos se quedaron en silencio… Y fue cuándo la imbécil mujer hablo.

-Vaya…… Vaya… Señorito Phamtonhive, por favor compórtese no aceptare en mi clase los gritos, usted el joven Alois al departamento de orientación; y tú niño; te crees muy hombrecito gritarle “marica”; aquí en la secundaria “Victoria High School” aceptamos la diversidad de género; así qué harás un trabajo sobre la vida sexual de parejas homosexuales, lésbicas, transexuales y bisexuales; escribirás un ensayo sobre el maltrato a la diversidad de género; y también si ese ensayo no presenta un punto de vista tolerante serás expulsado; esas son las órdenes del director… Y a todos aquellos qué se metan con los gustos o preferencias de vestuario del joven Trancy; lo expulsare le hoy mismo; e igual joven Clerk se presentará al final de clases en la oficina del director; y espero el ensayo para, mañana mismo  sí noes qué hoy mismo es expulsado.-dijo con una sonrisa tan sádica; qué me pareció era el mismo lucifer pero con ropa de mujer.

-Y ahora saquen sus cuadernos y escribiremos los derechos a la diversidad sexual…-dijo para vernos y hacernos sacado del salón.

Ya afuera empecé a caminar para la dirección, y el chico transexual qué me había hecho ir al departamento de orientación.

-Gracias-dijo en un susurro para acercarse a mí.

-De nada-dije mirando hacia la pared.

- ¿Qué acaso eres idiota?-le pregunte.

-Oye tranquilo pequeña fiera azul, no lo soy sabes……… Me mude hace poco a Londres… Y de verdad no tengo uniforme-dijo sonriendo anchamente.

-No te molesta qué los otros se burlarán de ti, no eres más qué un imbécil el primer día vestido de mujer-dije algo molesto.

-jajajajaja No…-rio sarcástico.

- No me importan qué piensen me gusta vestir de niña; es increíblemente cómodo; te verías lindo vestido así-dijo con aquella voz degenerada.

-CÁLLATE-grite avergonzado.

-¿Eres homosexual?-pregunte algo apenado.

-Mmmm, me gustan las niñas también; sí son lindas pero prefiero sentir el pene de un chico quebrarme en dos…-dijo muerto de risa, con una cara bastante seria a la vez.

-¿Tú?-dije asombrado. Era demasiado sincero; y sus palabras me avergonzaban demasiado…

-Y qué dices ojos tristes, eres gay, o te gusta al menos qué te den duro contra el muro o un lunático de “Eso es del Diablo y la moral dónde queda, y como un buen Macho soy hombre solo de mujeres”-dijo con una mirada muy perversa.

-Claro qué no-grite exaltado.

-No me gusta nadie, ni las molestas niñas, y menos los niños tan idiotas como tú…-dije muy colerizado, estaba sacándome de quicio con ese movimiento de caderas y su vueltitas como un hada madrina.

-Oh vaya… Tranquilo….-dijo pensativo y confundido.

-Ciel Phamtonhive-dije me presente.

-Eres Alois  el hijo del famoso dueño de  las cadenas televisivas de Londres…-le pregunte.

-Así es, hijo del famoso Conde Phamtonhive no es cierto; conocido así a él famoso ministro… Tú padre es uno de los ministros de en el Consejo de Gobierno; conocido por el apodo del “Perro Guardián de Inglaterra” o de la “Reina”, ya que se encarga de la seguridad el país.-dijo con una mirada bastante seria.

-Vaya parece qué nos conocemos…-dije con una sonrisa perversa.

-Mmmm venimos de padres poderosos…. Pero no nos comportamos como ellos no es así Phamtonhive…-sonrío perverso.

-Tienes razón…-conteste con una mirada fría.

-Creo que nos llevaremos bien cachorro guardián…-dijo con burla.

-Maldito-dije con molestia.

-Pero puede que sea interesante ser amigos…-le respondí con soberbia.

-A nuestros padres le gustara esta noticia no crees…-rio como lunático.

Acerté con la cabeza en señal de aprobación, y reí quedamente junto a él.

-Pero vístete de hombre más seguido…-dije algo irritado.

-Está bien neko-chan-dijo burlón y  pícaro.

-¿Te gusta el anime?-pregunte.

-Sí de todo un poco; yaoi, Yuri, gore, shounen, shoujo, seinen y hasta shounen ai…-dijo con cierta cara de sabio.

-Al menos tendremos de qué hablar…-dije en un susurro.

-Y sí no quieres hablar podemos hacer otras cosas-dijo pervertida mente mientras me abrazo y deslizo sus manos por mi pecho.

No soporte su asqueroso abrazo qué me hizo sonrojarme el máximo; para el final tomar con fuerzas sus muñecas y hacerle una llave qué lo dejo inmovilizado.

-Oh Ciel-kun tiene garras……… ¡Agrh!…-jadeo con cierto placer.

-Maldito enfermo.-dije para soltarlo en el aire y caer él al suelo estrepitosamente.

-Vaya eres un gato muy feroz; no eres un perro…-dijo sonriente desde el suelo.

- Y  qué grosero a una dama no se le trata así.-dijo ese lunático.

-No veo a ninguna dama, y no me toques sin mi consentimiento.-dije bastante irritado y molesto.

-Vaya sí no le haces a los chicos y mucho menos chicas; qué esperas tontito qué aparezca un demonio, un ángel o bruja para qué te amé…-dijo burlón y sarcástico.

-De esos tres prefiero al demonio…-reí.

-Mmmm y masoquista….-sonrío pervertida mente.

-Anda compórtate, ya vamos a llegar a la oficina de orientación-dije para extenderle una mano y ayudarle a levantarse.

-Ciel, este será el inicio de una bella amistad; serás mi mejor amigo tontuelo…-dijo entre risillas; para tomarme de la mano, y yo golpearle para qué me soltara.

Así mi vida en la Secundaria cambio;  tenía al hijo del dueño de todas las cadenas televisivas de Londres, y un aliado para mi padre; y un extraño amigo para no estar solo…

Sin importarme sus insinuaciones, o sus desventuras con las cosas homosexuales; ese niño rubio se convirtió en una pieza de ajedrez; sería la torre a la que no dejaría a nadie entrar a molestarme…

Porqué eso paso al transcurrir los años, fue la pared qué me cubrió de los bravucones y el qué se movería por mí siempre adelante y a los lados; invencible y fuerte…

-Mi torre-susurre para mí mismo al entrar después de él en la oficina de la orientación.

FIN DEL FLASHBACK

Estaba incorporándome en el asiento de la biblioteca; ya casi íbamos a salir de clases; y recordar aquel día, me hizo sonreír…

Después de todo Alois estaba muy loco, adoraba leer fanfics de animes dónde hubiese romances homosexuales; y a veces salía con chicas, las trataba como un caballero pero eso era una fachada para qué su padre no tuviese problemas con sus gustos y preferencias; a su vez adoraba la actuación, así qué los días qué se vestía de mujer era porque decía iba a ensayar en el grupo de teatro. Se salía con la suya y aun así lo veía como un lunático con una doble vida, de la cuál por alguna extraña razón desde qué lo conocí lo apoye  y estuve ahí…

-Defendiéndolo-susurre para mí mismo.

No entendería sus gustos por los hombres pero respectaba su sexualidad, y respectaba las decisiones de los demás, ya que para mí esas personas son…. “Increíbles”, no son cobardes qué se esconden o se burlan de los demás por escoger ese sendero; son personas qué parecen ser valientes a todo aquello qué les lance la vida.

Y eso era lo que admiraba…

-Mi Torre-dije en un susurro al ver la fotografía de Alois en mi cuaderno de apuntes; ahí solía escribir notas, algunas cosas qué me parecían interesantes e iba a investigar…

Y fue cuándo mi mente se desorbito un instante, e intente como toda una manía normal en mí… Era de tocarme el anillo en mi dedo gordo, pero al reaccionar no estaba…

-Sebastián-dije en un suspiro.

Ese maldito perro no me lo devolvió…

Y la campana del colegio sonó y fue cuándo la salida se anunciaba; y vi pasar por la entrada de la biblioteca como pasaba sonriendo Alois con un joven de cabellos castaños irse.

-Parece qué mi torre irá a qué le den duro contra el muro-dije en un suspiro cansino.

-¿Acaso tú también tienes ganas de ira qué te den duro contra el muro?-escuche esa voz aterciopelada susurrarse en mi oído; haciéndome sentir un fuerte escalofrío en mi columna vertebral…

-Sebastián-dije avergonzado y con las mejillas sonrojadas ya qué ardía de la pena.

Tanto tiempo escuchando  a Alois hablar de eso, me hizo actuar de esa forma cuándo lo veía pasar y caminar muy de cerca y resbaloso con jóvenes un poco mayores qué él.

-Mmmm y bien pequeño…-susurro de nuevo pero en mi cuello.

-Tú perro-dije altanero para verle de frente.

Y vi la figura de ese chico, el qué había conocido hace poco molestando a mis rosas… Estaba ahí.

-¿Qué haces en secundaria, no se supone el perro es un estudiante de primer ingreso de la universidad?-pregunte algo frio.

-Así es amo…-sonrío complacido de qué yo supiera eso.

El maldito de Alois me había escuchado hablar con Sebastián, en la rosaleda; y a su vez investigo sobre él, y lo más qué llego a decirme antes de insinuarme estupideces yaoi; fue qué este chico de ojos rojos es un nuevo estudiante en Mecatrónica…

-Sé qué es secundaria, busco a una dama en realidad; no conoce el pequeño amo a la profesora “Abbygail Michaelis”-me pregunto con cierta seriedad, mientras tomaba asiento en la mesa junto a mí.

-¿Para qué necesitas a la maestra de segundo año de secundaria?-pregunte extrañado.

-Mmmm es secreto pequeño niño…-dijo burlón; mientras esas orbes rojizas me veían.

-No soy un niño sabes, tengo quince años de edad-dije soberbio.

-Huuy disculpe señorito…-dijo entre risas tranquilas muy burlistas.

-CÁLLATE-grite colérico.

Y la señorita Bennett nos miró bastante enojada…

Se levantó se pequeña oficinita de la entrada principal de la biblioteca y se acercó a nosotros.

-¿A ver Phamtonhive?-dijo ella levantando una ceja.

-¿Cuál es el alboroto?-pregunto, pero su mirada molesta se fue al ver a Sebastián, su mirada de repente cambio y se sonrojo demasiado.

-Lo siento tanto señorita Nelly, no queríamos molestarla, es mi culpa; le preguntaba a este jovencito sí sabe el paradero de la señorita Michaelis…-dijo con una pesada voz  varonil y gentil; qué jamás en mí corta vida, vi sonreír a la señorita Nelly Bennett la bibliotecaria, ella siempre era fría y cruel con los estudiantes, y esta era la biblioteca principal para la secundaria, primaria y la universidad reciente.

-Oh está bien…-dijo muy sonrojada.

-Solo por favor no alcen la voz hay muchos qué quieren leer en tranquilidad, prosigan…-dijo con una dulce y enternecida voz.

Estaba anonadado, la mujer más colérica de toda la institución estaba siendo una dama tierna y dulce.

-Eres un demonio-dije inconscientemente.

-¿Por qué?-pregunto él con aires de confusión.

-Esa mujer….-dije asombrado.

-Es una dama muy agradable no crees; y a decir verdad parece qué me recuerda bien, ella me dio los papeles de ubicación de mi nuevo cuarto de habitación en la universidad, lástima estaba muy ocupada qué no me miro a los ojos, debe ser por eso qué no me reconoció…-dijo él en una pose pensativa, mientras apoyaba su mano en su mentón.

-¿Agradable?, el demonio de los libros…-dije aún sorprendido.

-¿Demonio de los libros?-dijo él curioso y aquella maldita sonrisa ladina.

-¿Bueno verás?, es qué…-dije sin saber qué decir me había confundido.

-Sabes qué esa mujer cuida de su hijo en el jardín de niños qué esta una cuadra de aquí…-dijo con una mirada bastante fría.

-¿Eh?-dije asombrado.

-Ella tiene un hijo, no es qué no sea normal pero…-dije algo confundido, no quería que creyera yo era un bastardo sin sentimientos qué no entendiera lo qué le parecía de la señorita Nelly.

-En fin la vi despedirse de un niñito de cabellos castaños oscuros como ella, lo llamo mi “amorcito”-dijo de forma helada, a pesar de que hablaba de los sentimientos de una madre a su hijo.

-Asumo debe ser la madre del niño, se parecían bastante, después me di cuenta que trabaja aquí; y me ayudo con los registros de habitación…-dijo sonriente.

-Sí ya veo…-dije algo apenado. La había llamado por el apodo que le daban algunas maestras y maestros de la institución.

-Puede que sea estricta en su trabajo pequeño pero eso no le quita qué  no sienta no crees…-dijo él con una sonrisa bastante ¿calidad?

Me hizo sentir qué mi corazón palpitaba a mucha velocidad, y lo volví a ver conmocionado. Y sentía arder mis mejillas, ¿acaso me estaba animando? O haciéndome sentir mejor después de haberla llamado como le decían los demás…

-Tienes razón…-dije en un susurro avergonzado y con la mirada gacha.

Y fue cuándo sentí el desliz de sus dedos en mi rostro me hicieron levantar la mirada y ver aquel rojizo y bello tono carmesí.

-¿Por qué son rojos tus ojos?-pregunte inconscientemente en un susurro.

-Siempre han sido así…-dijo él acercándose peligrosamente a mi rostro con el suyo.

-¿Y dime por qué tienes un mirar tan solitario, en esas  tristes lagunas azules?-dijo el con cierta seducción en su voz; ¿acaso me esta coqueteando?.

Me sonroje, ¿acaso este maldito payaso me está seduciendo? Lo mira con molestia y me solté violentamente de sus mano qué sostenía mis mejillas.

-No te me acerques tanto perro…-dije algo molesto y avergonzado.

-¿Al pequeño amo le gusta el manga de kuroshitsuji?-me pregunto con cierta curiosidad un brillar en sus ojos.

Aquel brillo en su mirar, me hizo exaltar; ¿acaso le gusta el anime?

-¿Te gusta el anime perro?-pregunte con cierta emoción qué intentaba disimular.

-Claro qué sí amo, no me gusta lo adoro, lo amo...-dijo con una mirada brillante y digna de todo otaku, en un pose divertida y llena de una calidez y amor puro...

Mi corazón me iba estallar, y no tenía idea del porqué, pero para verse como un joven atractivo qué diga le gusta el anime con una mirada de colegiala enamorada, ¿debía ser cierto o no?

-Me encanta Kuroshitsuji, adoro la saga de sus temporadas en animes, las ovas, y su manga aún lo sigo leyendo; y su autora es mi mangaka favorita…-dijo con tanta ilusión qué poco a poco perdía el estilo de galán de telenovela.

Me reí quedamente, y se dio cuenta de mis risillas ocultas. Para mirarme con lo qué pareció lo había hecho sentirse avergonzado.

-¿Al amo no le gusta?-dijo él mirando hacia otro lado y aquella actitud de seducción se fue por algo parecido a la pena y un ligero sonrojo.

-Concuerdo contigo lo amo demasiado…-dije con una sonrisa divertida.

-Vaya, y parece está leyendo el último tomo qué salió…-dijo él mirando mis libros en la mesa.

-Así es perro, sabes tengo todas las temporadas en video “Blue ray” por sí algún día quieres verlas conmigo-dije muy sonriente.

¿Esperen un momento?, lo acabo de invitar a ver anime conmigo… Desde cuándo sonrío así, por qué dije eso, yo no lo estoy invitando a salir o sí, no sé qué demonios me pasa, por qué dije eso, no quiero qué piense qué soy como Alois…. Yo…

Estoy empezando a entrar en pánico y fue cuándo sentí el roce de su mano despeinar mis cabellos azulinos, y bajar hasta mi mejilla y acariciarla suavemente; mientras estaba estático del roce…

-¿Es una cita amo?-dijo aquella voz llena de perversión en su tono aterciopelado y seductor.

Empecé a acalorarme y no sabía cómo reaccionar mis mejillas estallaba de un intenso rojizo.

-Claro qué no perro idiota, no te conozco ni nada por el estilo, olvídalo-dije en un susurro vergonzoso.

Acerco su rostro al mío, mientras su mano seguía acariciando mi mejilla; por una extraña fuerza mística me pareció qué no podía golpearle para qué me soltara, y su tacto era tan frio como la nieve; qué hacía sonrojarme y estallar en una vergüenza acumulada en mis mejillas notablemente.

-Acepto la cita amo, solo dígame dónde quiere verme; ya que también le llevare mis discos con los musicales; podemos verlos juntos….-decía seductoramente, y sus ojos rojos me estaban hechizando; ya qué me miraban con cierto desdén hipnótico.

-Yo….-dije asustado y nervioso; me estaba empezando a temblar las piernas.

Yo tenía los musicales también; pero por qué lo invite, y por qué no puedo golpearle para qué su mano deje de acariciar mi mejilla.

Y fue cuándo el tono de llamadas de su celular empezó a sonar…

Y aquel frio toque desapareció, esfumándose como el viento; me hizo señas de levantarse y contesto la llamada.

Seguía como una estatua sentado en la silla; mientras transpiraba fuertemente y me sonrojaba al máximo; jamás me había sentido así, y eso qué muchas chicas me perseguían con sus idioteces y hasta salía con algunas de ellas pero esta vez estaba muy mal.

Me estaba confundiendo con este chico, yo no soy homosexual y no me atraen…………

-Pequeño amo, debo irme parece qué me encontró la dama qué busco y a las damas no se les hace esperar… Fue un placer conocerte Ciel-dijo con una gran sonrisa.

Sentí miedo ese “Fue un placer conocerte” significa qué no le veré de nuevo o algo así… ¿Y para qué quiere a mi profesora de curso?

-Espera Sebastián-dije en un son desesperado para tomar la chaqueta marrón qué llevaba puesta.

Se dio media vuelta, para mirarme complacido, era la primera vez qué no quería qué alguien se fuera o me dejase solo, y eso qué apenas hoy lo he conocido, qué me está pasando…

Y no pude hablar nada, lo sostenía pero no podía decir palabra alguna.

-Dime Ciel-dijo él para acercarse de nuevo a mi rostro.

-Yo….-dije algo nervioso y no pude decir más.

-Te dejare mi número de celular, para qué me llames y hablemos de esa cita amo; no va creer que su perro se va ir sin decirle qué se volverán a ver; me gustaría charlar más contigo…-dijo con una sonrisa coqueta.

Me hizo alzar la vista para mirarle de frente y sorprendido.

-Iré a buscar a mi hermana mayor, la profesora Michaelis, así que espero me llames…-dijo juguetón y muy sonriente.

-Mi profesora es tu hermana-dije asombrado.

-¿Creo que sí…?-dijo él con burla.

-Bueno me voy amo, hasta luego-contesto con una ancha sonrisa.

Para levantarse de donde se había puesto de cuclillas para alcanzarme y darse la vuelta y marcharse. Pero de devolvió y acerco sus labios fríos a mí oído y decir aquello qué me congelo el alma…

-Estaré ansioso de verte de nuevo……… Llámame Ciel…-susurro aquellas palabras tan despacio en mi oído, qué me estremecí y mis mejillas me ardieron tanto.

Estaba petrificado de la voz seductora y aterciopelada qué había suspirado en mi oído, pues sentí como sus labios un poco ensalivados se deslizaban en el lóbulo de mi oreja.

Y así muerto de la pena lo vi desaparecer por el umbral; estaba demasiado avergonzado, como se atrevió hacerme esto. A mí al hijo del ministro de Seguridad…

Y mire la página del libro de ajedrez avanzado para ver una imagen de un caballo negro.

-¿Aún no tengo un caballo negro en mi ajedrez?-susurre avergonzado, mientras me tocaba el oído dónde sus labios se habían pasado por ahí.

-¿Con qué siempre han sido rojos?, y sí te llamo me dirás qué ocultan detrás esas ventanas escarlatas….-susurre para mí mismo perdido en lo que me había pasado.

“Será buena idea llamar a este chico de nuevo…………”

Notas finales:

Espero lo hayan disfrutado y les actualizare pronto muchas gracias por sus reviews y leer mi novela aunque no la comenten.

-Demon Witch-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).