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Hasta que digas que me amas por LunaPieces

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Notas del capitulo:

Hasta que digas que me amas: Capítulo 7

Pareja principal: KidLaw
Género: Angst/Drama
Rating: T
Autor Original: Ginshirou
Traductora japonés: Amaitsumi 
Traductora inglés: LunaPieces
Beta: LunaPieces

Paso a dejarles la continuación de este bello fic <3
Espero lo disfruten <3

Hasta que digas que me amas: Capítulo 7

 

Law abrió su móvil para verificar la hora y vio que pasaban de las siete pm. Ya no tenía tiempo para pasar a su casa.

Sin saber a dónde ir, vagó por las calles sin rumbo y al poco tiempo llegó a la estación de trenes. Dirigiéndose hacia la calle brillantemente iluminada, vislumbró su propio reflejo en el escaparate de una de las tiendas.

No, él no podía encontrarse con Smoker luciendo así. Pero a pesar de su melancolía, sabía que era mejor que cancelar su encuentro. Smoker inmediatamente sentiría que algo no iba bien si lo hacía.

Acercándose a un banco cerca de su punto de reunión, se sentó pesadamente con un ligero suspiro.

El sonido de la bulliciosa ciudad lo rodeó mientras miraba a la gente pasar. Parecía que todo el mundo sonreía excepto él. Había personas hablando en el móvil, amigos y amantes charlando animadamente mientras caminaban, hombres de traje apresurados arreglando las corbatas de sus desgastados trajes. Algunas mujeres murmurándoles a sus acompañantes con alegría cuando los veían, mientras otras les lanzaban miradas sospechosas.

Pero nada de eso le importaba a Law.

Mirar a las multitudes aparecer y desaparecer en la oscuridad, le daba dolor de cabeza. Cerró sus ojos sólo para que la imagen de esa persona apareciera en su mente. Los abrió de nuevo con desesperación.

Esa persona, con llameante cabellera color escarlata, no regresaría por él.

Tiró de su cabello con ímpetu. ¿Acaso no había decidido no arrepentirse de ello? ¿No se había convencido a sí mismo que estaría mejor sin Kid?

Mordiendo su labio inferior, contuvo el llanto. Él no lloraría de nuevo.

 

XXXXX

No sabía cuánto tiempo había pasado, cuando la repentina vibración del móvil en su bolsillo lo hizo regresar a la realidad. Encendiéndolo apresuradamente, presionó el botón de “contestar”:

—...Mira hacia arriba.

Miró hacia arriba para ver a su antiguo maestro al mismo tiempo que el aroma familiar del tabaco se propagó alrededor de él.

—...Smoker…

—Ha pasado tiempo Law… ¿qué pasa con esa mirada?

—Jeje, no es nada.

El pelinegro se levantó, se estiró un poco y comenzó a dirigir el camino. Después de unos cuantos minutos de caminar, llegaron a un pequeño restaurante e inmediatamente se sentaron en el mostrador.

—Dos cervezas por favor… espero que no te importe, Sr.

—Está bien. Y deja de llamarme “Sr.”... Ya no eres mi estudiante, aunque tú siempre serás un mocoso para mí…

—Eso es malo. — Law le dirigió una pequeña sonrisa y justo en ese momento, Smoker se giró para quedar de frente al moreno y ondear su cabello.

—¿Qué estás haciendo...?

—El mocoso luce melancólico esta noche.

—¿Estás tratando de reconfortarme?

—...Sí.

A excepción de su nuevo y corto cabello estilo retro, Smoker era tal y como lo recordaba. Las memorias y nostalgia de la preparatoria resurgieron y él poco a poco se fue relajando con la presencia del otro hombre.

Las cervezas llegaron y ellos hicieron un brindis. Law vació el contenido de la jarra de un golpe, esperando suprimir todas las emociones negativas y sólo concentrarse en divertirse.

Comenzaron a conversar, los temas eran principalmente de los recientes eventos del trabajo, escuela y vida en general. El tiempo pasó rápidamente, asistido por el constante flujo de alcohol.

Y sin embargo, eventualmente, el tema de Kid salió.

No era nada nuevo para Smoker. De hecho, cuando un confuso y frustrado Law se había acercado a él años atrás, él ya sabía que el joven estudiante estaba enamorado del pelirrojo.

Desde entonces, Law se había abierto poco a poco ante él, buscándolo muchas veces para pedirle un consejo. Así que como tal, no era difícil para el pelinegro abrir el tema en esos momentos.

—… Él me ha rechazado, —murmuró, apretando el recipiente entre sus manos. Ya había olvidado el número de jarras que había tomado, sólo sabía que ya eran muchas.

Smoker giró la cabeza para mirar a su antiguo estudiante:

—...Así que se lo has dicho.

—Sí… él dijo que lo sentía.

—Ya veo. —Contestó el profesor exhalando y mirando el humo de su cigarro llegar hasta el techo.

La cabeza del pelinegro latía con violencia y sentía que quería vomitar mientras dejaba descansar su cabeza en sus brazos. Todo lo que quería era olvidar.

Smoker le dio unas palmaditas en la espalda gentilmente, calmándolo silenciosamente mientras continuaba fumando.

 

XXXX

 

Eran las once pm. El número de clientes en el restaurante había disminuido mientras la noche avanzaba y al poco rato, Smoker le sugirió que también debían irse.

Law temblaba mientras pisaba el exterior y era azotado por el viento congelado. Instintivamente levantó las manos para apretar más su bufanda alrededor de su cuello.

¿Dónde…?

Su mano se detuvo.

Oh… es cierto. La tiré.

—…¿Debería llevarte a casa? —Ofreció Smoker.

—No soy un niño. Puedo llegar por mí mismo.

—No estás caminando bien.

—Cállate… Deja de seguirme.

El bullicio de la ciudad había desaparecido y la mayoría de las tiendas en la avenida estaban oscuras. Sólo las iluminaciones decorativas en algunas de ellas alumbraban el camino.

—Law.

Ignoró la voz llamándolo, caminando y esforzándose por detener el ligero tambaleo en su andar.

—Oye, Law.

—Dije… que dejaras de seguirme…

Los pasos detrás de él no se detuvieron.

—¿Quieres olvidarlo?

El menor se detuvo. Después de una larga pausa, sacudió la cabeza lentamente.

Sí, él quería olvidar a Kid, pero sabía que nunca sería capaz de hacerlo. Era imposible olvidar a alguien tan fácilmente, especialmente cuando él amaba a esa persona con todo su corazón…

—Law.

Sintió la cálida mano de Smoker posarse en su hombro antes de darle la vuelta. Las lágrimas que había retenido en sus ojos, finalmente brotaron.

Se sentía tan miserable.

Se odiaba a sí mismo por ser tan inútil, incapaz de ganar el afecto de aquel que más amaba. Se odiaba por ser tan necesitado y egoísta, escogiendo desahogar sus problemas con otros.

Tan sólo era un mimado, miserable y débil estúpido, bebiendo de la amabilidad de otros.

No, todo eso había sido un error. No debió haber contactado a Smoker y haberle pedido su compañía cuando el único en su mente era Kid. Cuando el único nombre que resonaba en su cabeza, era el del pelirrojo.

Él nunca había querido dejar de intentar, dejar de soñar.

La blanca nieve comenzaba a caer del oscuro y silencioso cielo.

—…¿Duele?

Con la almohadilla de su pulgar, Smoker gentilmente secó las lágrimas de su rostro.

—…¿Aún lo amas?

Lágrimas frescas resbalaron por sus mejillas, sin una respuesta.

Smoker tiró de él y lo enredó en sus brazos. Law se inclinó apoyándose en él pesadamente, amortiguando sus sollozos en el pecho del mayor.

Él ya no podía regresar. No sería capaz de hablarle a Kid otra vez, no sería capaz de reír con él. Ya no quedaba nada para él en su amistad rota.

¿Cómo iba a sobrevivir de ahora en adelante? ¿Por qué iba a vivir? Sabía que necesitaba moverse, pero no sabía a dónde ir.

Debía haber sido suficiente con ver a Kid sonreír, sostener su mano, estar a su lado… ¿no? Debía haber sido más que suficiente...

Pero el deseo humano siempre imploraba más, provocando destrucción a través de su codicia. Era un círculo sin fin que giraba hoy, mañana y para siempre en el futuro. El mundo estaba manchado de deseo, ahogándose en él mismo, destruyendo y pidiendo por más. Sólo unos pocos podían escapar y lograr la felicidad.

—¿...Alguna vez… seré feliz?

Su voz sonaba demasiado débil para sus oídos.

—...Kid…

No podía evitar pronunciar ese nombre prohibido.

—...Law. Escúchame. Hay felicidad y sé que la encontrarás. De hecho, hay muchas cosas, grandes y pequeñas que pueden hacerte feliz. Cosas tan simples como tener una buena comida o charlar con un amigo, o incluso estar vivo. Todo eso puede darte felicidad. No necesitas depender de una sola persona para eso.

Las palabras de Smoker hicieron eco en su corazón. Era justo lo que un maestro diría. Los labios de Law formaron una débil sonrisa.

—Estarás bien… así que no llores.

Smoker subió la barbilla del pelinegro. La nieve que caía aterrizaba en sus mejillas.

—Law. Confía en mí…

La cálida mano de su maestro acarició su rostro gentilmente limpiando la nieve derretida. El menor sentía que algo se rompía en su interior.

...Kid…

Law cerró los ojos mientras los labios de Smoker se posaban sobre los suyos.

Adiós Eustass-ya... Siempre te voy a amar…

Una lágrima final descendió por la mejilla de Law.

—...Smoker…

 

 





Notas finales:

---Hemos perdido a Luna, la perdimos---


Bueno, aquí está el capítulo de la semana, espero que haya sido de su agrado m(_ _)m por favor dejen un review si pueden a la autora, se alegrará mucho <3


Saludos y nos leemos la próxima semana.


P.D. Espero que este capítulo no haya sido tan triste. *De todas formas les da los pañuelos a todos*


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