-¡Hey Harry!- chasqueó los dedos Draco frente a su rostro regresándole a la realidad.
-¿Qué? ¿Qué paso?- preguntó asustado tratando de enfocar sus ojos verdes donde estaba y cuando vio a su exasperado amigo rubio rodó los ojos.
-Estabas nuevamente divagando y suspirando al igual que la idiota comadreja ahí enfrente- señaló al pelirrojo que simplemente veía por la ventana con nostalgia, observaba su varita rota y volvía a suspirar –si siguen así me cambiaré de compartimiento- siseó molesto.
-Ahh…- simplemente agregó y ladeó la cabeza pues sus pensamientos seguían dirigiéndose a ese maravilloso día en su casa y el mágico momento que compartió con su adorado pocionista –estaba pensando en Severus-
-¡No! ¿Enserio? ¡Júralo! Si no me dices ni me doy cuenta- dijo con ironía. El azabache se sonrojó.
-Ashh déjame en paz… aparte no se que tanto dices de mi, si tu estas también en tu nube de ensoñación soñando despierto con ciertos pelirrojos que no me molestaré en decir sus nombres…- Draco le arrojó su túnica a la cara.
-Cállate cuatro ojos- frunció el entrecejo.
-A ver… ¡cuéntame que pasó entre ustedes!- comenzó a hacerle cosquillas para que confesara -¡Yo se que te mueres por decirme!- canturreó sin darle tregua al rubio que se retorcía de la risa.
-Jajaja, ¡ya! ¡Harry! Está bien- el ojiverde se declaró ganador y se acomodó las gafas que se habían ladeado por los manotazos que le dio su amigo –Ay que pesado eres… ok… ¿Qué quieres que te diga?-
-¿Ha habido un avance con tus galanes…?-
-No son mis galanes…-refunfuñó por lo bajo sintiendo sus mejillas arder –bueno… algo así…- rodó los ojos avergonzándose por admitirlo.
-¿Y ya lo sabe tío Remsy y Lucius?- Draco perdió el poco color que adquirió y abrió mas los ojos negando efusivamente con la cabeza.
-¡Joder, no! ¿Cómo se te ocurre semejante idiotez? Si mi padre se entera seguro y me saca de Hogwarts, no sin antes denunciar a los Weasley ante el Wizengamot y castrarlos de paso…- un escalofrió recorrió su cuerpo de solo imaginarlo –mi papi creo que ya lo sospecha, pero me he escapado de su sermón…- suspiró aliviado -¿y tú? Severus me dijo que ni loco vuelve a pisar tu casa -añadió burlón para tristeza de Harry -¿Qué le hiciste?-
-Pues… ahh…- rebuscó las palabras en su mente rascando con fuerza su cabeza–digamos que estuve a punto de hacer el amor con él…-
-Oh por Merlin! ¡Maldito acosador sexual!- dijo dándole un codazo divertido de lo lindo -¿y qué paso? ¿Té arrepentiste?-
-No, claro que no… mi papá lo arruinó llegando y amenazó a Sev… si no hubiera sido por Sirius que le lanzó un desmaius no se qué habría pasado…- casi se sentía sollozar de recordar como su padre quedó inconciente y su Severus huyó medio vestido sin siquiera despedirse.
-Jajajaja seguro fue épico- se imaginó el rubio divertido, hubiera dado lo que sea por ver al afamado auror James Potter pegando el grito al cielo temiendo por la virtud de su hijo quien por su parte rogaba por entregársela a su padrino de ojos negros.
-¡Ahh eres de lo peor Draco! pero a ti te va a ir mucho más mal, tan si quiera a mí solamente me gusta una persona…- el rubio entrecerró los ojos a la par que se disolvía su sonrisa; en definitiva, un golpe bajo.
-¡Won-Won!- llamarón los gemelos abriendo la puerta del compartimiento. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Ron y regresó a ver con pánico a sus hermanos; boqueó tratando de pensar en una forma de contestarles de forma hiriente pero no pudo, el terror de que eso solo le aumentara mas “favores” no le hacía nada bueno a su sanidad y prefirió guardar silencio.
-No se te olvide nuestro acuerdo primor- Señaló Fred recargándose en su hermano. Draco y Harry regresaron a ver expectantes a Ron y a sus hermanos en intervalos iguales esperando enterarse bien del chisme, pues el pelirrojo menor había estado bastante silencioso desde que fue a Hogsmeade –ahh hola chicos- saludaron a coro quitados de la pena. Los demás que solamente correspondieron con un asentimiento no queriendo perderse de la reacción de Ronald.
-Más te vale que llegues temprano Won-Won…- canturreó George acariciando la mejilla de su hermano que estaba con la boca entreabierta con un ligero rubor en sus mejillas que no pasó desapercibido por los Gryffindor.
-O si no te va ir peor- George le guiñó el ojo al pequeño pecoso y sin miramientos le aventó un pájaro de papel que trabajosamente revoloteó hasta su temblorosa mano; ahí estaban contenidas las instrucciones de lo que debía hacerque; se quedó de piedra como si estuviera viendo una araña gigante. -Nos vemos chicos- -Nos vemos Ronny- dijeron al unisonó antes de desaparecer por donde entraron.
-Ronald, tendrás que ponernos al corriente de lo que pasó- exclamó Draco, esperando algún suceso peliagudo por escuchar “ya solo faltarían las palomitas” pensaba emocionado.
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Maldecia a Ron y su incapacidad de hablar bien privándolo de una jugosa narración, excusándose que más adelante les contaría "mas te vale comadreja miedosa" pensaba molesto.
Tras revisar sus cosas que estuvieran en orden y mandar una lechuza a sus padres informándoles que todo iba bien, que llegaron sanos y salvos, decidió dar un breve recorrido por el castillo antes de ir a cenar, aparte, por el momento, le apetecía algo mucho más que una simple tarta de melaza con leche y eso era: poder ver a sus idiotas disque adultos que babeaban solamente por él y sabía que gracias a sus poderes veela y licántropo los podía tener comiendo de sus manos cuando quisiera.
-¿Vas a algún lado dragón?- preguntó a sus espaldas la seductora voz del domador de dragones que parecía estarle esperando. Se estremeció ligeramente sentirle tan cerca y más cuando lo tomó sin mucha delicadeza por los hombros para darle vuelta.
-Charlie…- siseó con esa agradable voz que ponía a mil de un segundo a otro al adulto, pero antes de que pudiera decir “que aproveche” y lanzarse sobre el pequeño rubio, fue detenido por su hermano mayor.
-No tan rápido, Chazzy…- dijo en su tono autoritaria Bill impidiendo que su hermano cometiera alguna tontería –Buenas noches Dray…- acarició su mejilla con añoranza siendo correspondido por una incitación del menor a que siguiera y tragó duro –Vengan…- dijo en voz baja halando delicadamente al menor que sumisamente los siguió a un salón en desuso.
Los dos Weasley se quedaron rezagados en la puerta observándole como un par de leones dispuestos a acorralar un aparentemente indefenso impala; podía notar la camaradería que se instaló entre ellos; sus ojos llenos de amor y deseo simplemente por él.
-¿Qué planean Weasley-tontos? ¿Jugar a la reunión familiar?- siseó algo molesto al sentirse presionado por ambos, pues siempre había estado con uno o con otro, no con los dos en el mismo tiempo y espacio; era avasallante.
-No lo sé… Billy ¿te gustaría que jugáramos a la reunión familiar?- preguntó el domador de dragones a su hermano que entendió su doble sentido. Aun no estaba totalmente convencido de ello, de compartir a Draco con su hermano, pero si su preciso ángel los amaba no importaba nada más; se había propuesto intentarlo y lo haría.
-Suena bien Charlie ¿tú que propones?-
-Ya dejen de hablar como si yo no estuviera presente- reprochó molesto el rubio y amenazante alzó su barbilla denotando su orgullo –si van a seguir así, yo me voy-
Bill con un ademan galante entrelazó sus dedos con los de Draco que tembló ante su contacto, no se esperaba que lo detuviera de esa forma ni mucho menos que depositara un beso en sus nudillos.
-No te enojes Dray… esto es bastante nuevo para nosotros también… jamás hemos siquiera pensado en compartir amante-
-Ni en nuestros más locos sueños- completó Charlie aproximándose hacia el ojigris que por su impositiva figura quiso retroceder, pero el mayor de los Weasley se lo impidió volviendo a repartir tiernos besos en su mano –Pero por ti, vale la pena, hermoso…- con sus callosas y varoniles manos sostuvieron su cabeza para plantarle un ardiente beso en sus labios.
-Ni siquiera opusieron resistencia, pervertidos…- exclamó en medio del abrazador beso del ojicafe que no tenía clemencia con sus labios. Bill inquieto no quería quedarse atrás y con solo un paso se situó tras del rubio deleitándose con su pequeño cuerpo sosteniéndolo por los hombros para besar su lindo cuello, tan pálido que al menor roce se tornó carmesí.
-Créeme que si tardamos mucho en asimilarlo…- murmuró en su oído haciendo estragos a su mente y razón que amenazaba con salir volando cuando Bill mordió el lóbulo de su oreja.
-Pero pudimos llegar a un pacifico trato de al menos intentarlo…- declaró Charlie deslizando su lengua por el cuello para dejar una profunda marca roja en él. Bill no desaprovechó el descuido y tomando la fina mandíbula del peliplata lo atrajo para besarlo después de tanto tiempo con todo su amor y cariño.
Ninguno de los dos planeaba darle tregua alguna y le expresarían con cada beso, con cada marca que les pertenecía.
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Tras contar el problema en el que se metió con sus hermanos por romper su varita, Ron rascó por enésima vez en el día su cabeza pelirroja sintiendo el creciente nerviosismo echar raíz apoderarse de él lentamente y más cuando sus hermanos desde la mesa de Gryffindor le mandaban muy profundas y maliciosas miradas, no quería ni pensar en lo que le harían.
“Espero que no sea tan malo…” pensó dándose ánimos, ánimos que no duraron mucho pues desganado golpeó su frente contra la mesa y toda el hambre que sentía desapareció “a quien engaño, no tendrán piedad” reiteró con afección.
“¿No creo que vuelvan a besarme o sí?” preguntó su subconsciente de una forma tímida que lo alteró de tal forma que su rostro adquirió un tono casi o más rojo que su cabello “¿y yo porque querría que me besaran esos malvados?” negó con la cabeza y regresó a ver la varita que había medio arreglado con varios reparos y mucha cinta adhesiva; echaba chispas rojas de vez en cuando, seguro si Charlie se enteraba que su antigua varita estaba en ese estado se pondría furioso; su vida era un caos la viera por donde la viera.
-¿Cómo te dejaste inmiscuir en eso Ron?- preguntó Harry sintiendo casi lastima por su amigo que a pesar de su terror ya se veía más resignado que antes.
Eso explicaba la preciosa felicidad de los gemelos y su imborrable sonrisa que se cargaban “por fin van a obtener lo que querían esos dos” pensó Harry frunciendo el ceño “y lo peor de todo es que Ron ni lo vendrá venir”
-Es simplemente porque no piensa las cosas antes de hacerlas…- exclamó Theo dándole una rápida mirada por encima de su libro para después desviar su mirada miel hacía la mesa de los leones donde su lindo gatito estaba conversando animadamente con sus amigos.
-Ronny Darling estas soberanamente jodido- exclamó Pansy haciendo palidecer al ojiazul, con cuidado se situó al lado de Harry quien abrió mas los ojos por su florido lenguaje, mientras Crabbe y Goyle dejaron caer las cucharas que sostenían -¿Qué?- preguntó extrañada sin entender el porqué de su sorpresa.
-Que boquita PansPans…- dijo con diversión Blaise.
-No aguantan nada mis florecillas- dijo con ironía acomodando su lacio cabello tras su oreja -¿han visto a mi Draquis?- preguntó emocionada buscándolo con la vista y cuando no lo vio se recargó desganada en el hombro más próximo, o sea, el de Harry.
-Tu cabello…- exclamó Harry como apenas cayendo en cuenta de que estaba muchísimo más corto que la última vez que la había visto.
-¿Qué tiene Potty?-
-¡Merlín bendito traes un casco en la cabeza!- exclamó Draco viéndola de frente conteniendo las ganas de reír. La azabache frunció profundamente el ceño y se volvió ofendida.
-Que grosero Dray, esa no es una forma de hablarle a una dama- “claaaro, una dama, con aquel léxico” pensó todo el grupo poniendo los ojos en blanco –y para tu información mi hermoso cabello no parece un casco, es un corte muy chic, bastante popular en Francia- le sacó la lengua cruzándose de brazos.
-Yo creo que se ve bonito…- dijo Hermione bajando la mirada ruborizada. Pansy ni se había fijado a qué hora había llegado la cerebrito de Ravenclaw, pero tener una aliada nunca estaba de más.
-¿Ves Dray? Hasta Granger entiende de moda, aunque no lo parezca- dijo muy orgullosa entrelazando sus manos emocionada con las de Hermione, quien (aunque algo irritada por la ofensa previamente recibida) esperaba que no le sudaran por su nerviosismo.
–Como sea, ¿tu dónde estabas cariño?- preguntó arqueando la ceja viéndole de arriba abajo, su uniforme no se veía tan pulcro y ordenado como siempre y a juzgar por la ausencia de los profesores de cuidado de criaturas mágicas y de DCAO podía intuir que estaba haciendo, no le era difícil sumar dos más dos.
-Eso no es de tu incumbencia Pansy…- dijo muy digno sentándose a la mesa tomando una porción de pastel de chocolate.
-Claro, claro mi amore… aunque te sugiero que apliques un glamour aquí- señaló su cuello y disimuladamente le pasó un espejo; que Draco en automático regresó a ver con pánico para descubrir dos manchones escarlata a ambos lados de su cuello –creo que los mosquitos están proliferando…- dijo con burla haciendo aspavientos con la mano cobrándose la ofensa previa; el rubio entrecerró los ojos molesto.
-Muy graciosa Pansy, no sabes las ganas que me da reírme- dijo irónico –como sea, ¿Qué pasó en mi ausencia?- dijo muy digno acomodando su túnica esperando que esos manchones en su cuello fueran la única marca que dejaron sus pegostiosos profesores en su inmaculada piel “malditos, son peores que las sanguijuelas” pensó horrorizado cuando repasó que bajo el dorso de ambas manos tenía dos más. Sabía que de una u otra manera les haría pagar.
-Nada interesante, el viejito senil dio su lindo discurso de las maravillosas instalaciones que si no te cuidas podrías morir o cayendo de las escaleras o siendo devorado por una criatura en el bosque prohibido… nada del otro mundo- se alzó de hombros Zabinni dándole palmadas al ausente pelirrojo que aun trataba de figurarse como salir de su embrollo en una pieza.
-El director Dumbledore es un hombre que merece respeto, es el mago más poderoso…- dijo ofendida la Ravenclaw denotando su admiración por el venerable hombre.
-Bla, bla, bla... eso no le quita lo anciano y senil…- dijo con sorna Draco haciendo enojar adrede a la castaña que se cruzó de brazos.
Crabbe, Goyle y Ron rieron por lo bajo y Hermione le dirigió una afectada mirada al pelirrojo quien tragó con dificultad; aun le seguía gustando la inteligente chica, pero ella parecer que seguía sin perdonarle su falta al tratar de confesársele.
A la castaña le repateaba que por ser sangre puras se sentían con derecho a hablar mal y burlarse de quien sea, ver reír a Ronald fue la gota que derramó el vaso, por ello no podía quedarse así y se dispuso a refutarle con todo su armamento hasta que sintió el delicado roce de Pansy nuevamente sobre su mano que la hizo atragantarse con sus palabras.
-Lo siento Granger, por muy deleitante que sea tu opinión tenemos cosas que hacer, querida- le guiñó el ojo que se le antojó sugerente a la chica y dócilmente la siguió. Pansy notó que cuando nadie lo veía Theodore Nott se levantó de la mesa y siguió a alguien y estaba segura que se tratada de su amor.
“Ya casi puedo ver a Zabinni usando falda” estaba saboreando su victoria antes de tiempo y aunque Hermione quería negarse a seguirla, sabía que era débil ante esos brillantes y juguetones ojos verdes.
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-Explícate nuevamente comadreja ¡¿Qué jodidas estamos haciendo en el bosque prohibido a media noche?!- la ira para nada comprimida del rubio resonó en su oído gracias al eco que producía la espesura de los arboles.
-Shh Hurón…- le tapó la boca pues temía que algo horrible como arañas gigantes o… de cualquier tamaño o algo horrible hiciera presencia de un momento a otro –tengo que enmendar las cosas con Hermione…- murmuró perdiendo sus ojos azules en los rincones oscuros del bosque; aunque odiaba a morir ese lugar por las terribles alimañas que lo moraban y sin poder apartar de su mente que Fred y George le habían insistido que habitaban ahí unas enormes y muy peludas arañas que no dudarían en tragárselo de un bocado, en su mente el perdón del la Ravenclaw valía esta prueba de fuego.
-¿Sigues con la misma idiotez? ¡Creí que cuando te bateó te rendías en definitiva!- dijo sin una pisca de tacto siendo amonestado por Harry.
-¡Draco deja de ser cruel!- le dio un zape que el rubio no recibió nada bien –lo que nuestro dragón quiere decir es que no entendemos porque tenemos que estar aquí y necesitamos una muy buena explicación- dijo algo ceñudo pues Ron los había interceptado antes de regresar a su sala común prácticamente rogándoles que lo acompañaran a lo que tenía que hacer solicitando de paso la capa de invisibilidad de Harry.
-Ok… aunque sé que merezco la molestia de Hermione por lo que le dije, quiero componer las cosas entre nosotros… ella una vez me dijo que tenía ganas de hacer una poción alisadora para cabello pero que necesitaba unas hojas de la flor de la pasión para hacera… pero leí que esa planta solamente florece a la luz de la luna en los claros del bosque y pensé que si íbamos los tres sería más rápido…-
Draco quería ahorcarlo pues había quedado con Bill y Charlie encontrarse en el salón de música para… bueno, le vendieron la idea de “practicar” y “tocar” música placentera, pero estaba seguro que aquello se transformaría en otra cosa (seguro una continuación de lo previamente experimentado), pero gracias al idiota del hermano menor Weasley faltaría, se ganaría los reproches de los mayores seguramente ofendidos.
Por su parte Harry también estaba molesto con el pelirrojo pues su oportunidad de enmendar su propio asunto se le colaba entre sus manos. Ansiaba cruzar palabras con Severus y besar sus finos labios nuevamente, sentir la presión de su varonil cuerpo sobre el suyo en esa suave caricia de un lento vaivén, la exploración de sus cuerpos despojados de sus túnicas se le antojaba muchísimo más que estar en esa excursión a media noche por el bosque prohibido sin aparente sentido.
Deambularon durante gran rato por la espesura del bosque, era increíble que estuvieran ahí, los tres por su cuenta, solamente con dos varitas para defenderse.
-Si algo nos pasa, te juro que te mato con mis propias manos Ronald…- chilló Draco.
-Baja la voz, Drake, que no queremos llamar la atención de alguna criatura…- dijo Harry tratando de ahogar su miedo.
-Me vale, nada me hará nada, soy mitad veela y licántropo, lo siento por ustedes…- dijo con malicia haciéndole tragar duro al pelirrojo quien ya se estaba arrepintiendo por haber ideado ese plan de salir a hurtadillas.
-¡Lo encontré!- exclamó triunfal Ron aproximándose al claro alumbrado por la luna en su pleno apogeo donde crecía una solitaria flor roja con muchas hojas verdes azuladas con forma de corazón que en seguida cortó con cuidado para colocar en un frasco.
Suspiró aliviado, ya podrían regresar a sus cuartos tranquilamente y estaba seguro que Hermione le perdonaría tras darle ese obsequio, tenía que hacerlo.
-¿Ya podemos irnos, comadreja sin sesos?- preguntó cabreado el rubio cruzado de brazos observando a su alrededor en la espera que algo feo les brincara de entre los alrededores.
-Sip, Hermione se alegrara mucho- sonrió despreocupado exasperando a sus amigos por su frescura.
-Sí, Si, Ron… eso si no nos devoran las arañas antes de regresar a nuestros dormitorios. Un escalofrió cruzo la espalda del ojiazul erizándose en su lugar.
-¡Haarry! No digas eso, que tendré pesadillas- tembló ligeramente apartando sus terribles pensamientos de su mente.
-Espero que las tengas- dijo el rubio caminando más rápido guiándose por su desarrollado sentido del olfato; era imposible perderse.
-No me molestaría si le aplicaras un insonorus…- declaró Harry alzándose de hombros, pues nada en el mundo le regresaría la oportunidad de comerse a besos a su amado pocionista.
-Dalo por hecho- aseguró Draco con una picara sonrisa que a Harry se le hizo sugerente; ya sabía que haría a continuación y lo imitó. Ambos se echaron a correr como alma que se la lleva el diablo, dejando muy, muy atrás a Ron.
-¡Chicos!- bufó Ronald al escuchar sus ideas nada placenteras y entró en pánico cuando percibió un sonido sospechoso de crujir de ramas secas y movimiento de hojas tras de él–ya me las pagaran ustedes dos… ¡espérenme!-
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Agotado física y mentalmente por la carrera de su vida, tuvo que detenerse de un pilar para recuperar el aire. Segua maldiciendo a sus amigos que alegremente lo dejaron a su suerte, sin la capa invisible. Rogaba por todos los santos que Filch no le encontrara.
-Aquí estas Won-Won…-dijo una seductora voz tras de él haciendo que se girara lentamente con terror creciente en sus entrañas. Por unos segundos prefería seguir en el bosque prohibido y más cuando vio el amplio surco de la sonrisa traviesa de George dirigida solamente para él.
-Te hemos estado esperando Ronny-Lu… por un momento creímos que querías evadir tus deberes-
-¿Verdad que no es así conejito?- tragó con dificultad “¿porque a mí?” pensó angustiado.
-No, claro que no…. Yo…- tenía que idear algo y rápido, pero cualquier idea brillante que pasó volando por su mente,se fue como llegó con cada paso que lo arrinconaba contra la pared. Los movimientos gatunos de los gemelos le sofocaban en la parte baja de su estomago con una clara presión que le robaba el aliento al ver sus miradas irónicas tan cargadas de misterios que no podría en su vida descifrar.
-Eso pensamos… ahora va a comenzar la hora de juegos ¿quieres?-