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En el amor no se manda por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

aww aqui me tienen nuevamente!! (aun algo triste porque por fin termine mi primer fic, Q.Q pero en fin)

ThankU por pasarse por aqui!! "estamos agradecidosS!" x9

quiero mandarles muchos saluditos a cris, gemma, ninytan, anairafuji, kaorugloomy, Anggelisse y Lys!! mil gracias por sus comentarios!! *W* (que lindooo ya extrañaba recibir mucho amor para este fic!! wii!!)

weno sin mas que agregar! a leer se ha dicho!!

Severus Snape estaba demasiado agarrotado por la terrible posición en la que había dormido, en definitiva su silla no era el lugar más cómodo de su despacho para echar la siesta, pero no podía haber sido de otra forma, ya que su pequeño paciente, gracias a la poción pimentónica ya casi estaba recuperado, pero para su desgracia, tenía una pésima forma para dormir, se movía demasiado dejando de lado las cobijas o de plano tiradas al suelo.


El pocionista despertó después de su reposo más largo de tres horas consecutivas, para encontrarse con el pequeño azabache hecho un ovillo en medio de la cama sin nada encima, ni siquiera los pantalones del pijama que seguro se le salieron al estar demasiado grandes.


“Oh, por Merlín, ¿Qué hice para que me castiguen así?” se preguntó sintiendo la pesadez del sueño esfumarse por completo al momento que se llevaba una mano a la boca; no podía creer la visión que tenia de frente. Esas preciosas piernas de un cremoso color trigueño, tan o incluso más suave que la misma seda.


Sin pensarlo dos veces, pero principalmente para cerciorarse de no cometer alguna atrocidad que estaba ganando terreno en su cuerpo ese instinto animal de abalanzarse cual felino a su presa “no, no y mas no, solo tiene doce! Estoy enfermo!” dijo su raciocinio haciendo un movimiento de varita para cubrirlo nuevamente con las sabanas.


Con un largo suspiro decidió que lo mejor era darse una rápida ducha, así cualquier sentimiento impúdico que lo haya posesionado se evaporara con el agua fría.


Al escuchar el golpeteo del agua, Harry despertó amodorrado, le dolía el cuerpo, pero se sentía demasiado bien bajo esas tres cobijas que lo resguardaban recelosas. Lo primero que cruzó su mente fue la pregunta del millón “¿Dónde demonios estoy?” pero ni la duda ni el pánico se apoderó de él ya que la respuesta llegó mucho antes de que siquiera cantara el gallo.


Esbozó una amplia sonrisa de satisfacción y mucho más cuando notó ese deleitable aroma a su alrededor. “Severus…” pensó al momento que abrazó la almohada bajo su cabeza. Ese embriagante aroma tan único y deleitable de su pocionista (ya que nada ni nadie, le quitaría la idea de que es suyo o será suyo en un futuro cercano).


-Mmm… solo recuerdo haberme sentido mal, con mucho dolor de cabeza, frio y de ahí nada… seguro y me resfrié… Draco tenía razón- pensó malhumorado ya que le chocaba que su rubio amigo casi siempre acertaba con lo que le ocurría –Pero bueno, algo muy bueno salió de haberme enfermado…- dijo en queda voz.


Cuando escuchó la puerta del baño abrirse y una espesa nube de vapor con aroma a jabón neutro alargó más su sonrisa; sin poder evitarlo se levantó a saludar y agradecer al profesor de pociones por sus cuidados.


-Severus…- dijo en un murmullo cuando vio el escultural torso de su maestro que solo traía unos pantaloncillos negros y con ambas manos estaba secando esa cascada de cabellos largos que aun traían gotas de agua que resbalaban en pequeños cristales que parecían ser producidos por él.


El menor permaneció parado frente al de ojos oscuros, quien por su parte casi se le destraba la mandíbula tenerlo nuevamente con solo su amplia camisa de franela verde que casi por completo ocultaba su manos y con descaro a penas cubría los blancos calzoncillos del muchacho, que le hizo tragar duro.


-¡Ha... err Potter!- rugió aprensivamente, demasiado fuerte para su opinión- ¿Qué demonios haces levantado? deberías de estar durmiendo- sabia que debía de ser el adulto en la situación y no dejarse llevar; con cuidado pero con una firmeza imponente que sabe dios de donde la sacó, lo llevó a rastras de regreso a la cama- señor Potter, haga el favor de ponerse los pantalones…- dijo mostrando exasperación.


-Lo siento Severus, pero es que yo… quería agradecerte…- dijo con timidez mientras se ponía el amplio pijama que se sentía tan bien sobres  su piel, y mucho mas al saberse que era pertenencia de su persona amada.


-No hay de que Harry…- dijo dirigiéndose a la cocina, necesitaba tomar café con urgencia y también preparar el desayuno.


-Pero debo darte las gracias realmente… pudiste llevarme con Madame Pomfrey, pero preferiste cuidarme y no sabes lo feliz que me hace- dijo esbozando una radiante sonrisa que calentó su corazón contagiándole la alegría aunque siempre su lado recatado le impedía mostrar su sentir por completo.


-Harry, debes recostarte y no tienes que agradecer…-


-Pero quiero hacerlo, Severus… si quieres algo, pues pedírmelo… lo… lo que sea…- “maldito niño” pensó atragantándose con su propia saliva “¿a caso no se da cuenta de la magnitud de sus palabras? O lo más seguro es que lo está haciendo a propósito”


-Lo que quiero es que te vuelvas a acostar en la cama y me dejes hacer el desayuno en paz- la expresión de completa felicidad, pasó a clara tristeza, haciendo al pocionista sentirse mal.


-Porque siempre eres tan…- no pudo terminar sus palabras por culpa del nudo en su garganta que se le formó- simplemente me quieres porque me vez como un niño indefenso ¿no es así? Para ti simplemente soy tu ahijado…- Severus no tenía ni la menor idea porque el cambio de humor del chiquillo.


-Harry…- dijo dando un sonoro suspiro.


-¿Por qué no soy lo suficientemente bueno para ti, Severus? ¿Qué tengo de malo? ¿Es por mi edad? ¿O porque soy hombre? ¿O…porque simplemente no puedes quererme…?-


Antes de siquiera percatarse, el pocionista ya había cortado la distancia entre los dos, tomándolo por los hombros posesivamente, con sus labios sobre los del menor. Esos dulces labios inocentes y puros, tan inexpertos que disfrutó como nuca la miel de esa boca.


-No vuelvas a decir eso…-


-¡Pero es que no entiendo! Te comportas dulce conmigo y después muy frio, te acercas y después de alejas… sabes que te amo y no me digas que es solo un sentimiento vacio o que lo estoy confundiendo con admiración… ¿no crees que de ser así, ya habría pasado esta fijación?-


-Harry… tú realmente quieres que me maten…- el muchachito no entendía a que se refería.


-¿Quién? ¿Por qué alguien te haría daño?- preguntó asustado.


-Quienes más si tu odioso padre y el pulgoso que son aurores y estoy seguro que con un solo movimiento del ministro Riddle caigo retorciéndome en el suelo antes de siquiera poder pronunciar un protego…-


-Pero mis papis no te harían nada, yo te protegeré- dijo con una brillante convicción en los ojos- aparte puedo amenazarlos que si no me dejan estar contigo les dejo de hablar e incluso podría…-


-Harry! Basta- en definitiva su lado Slytherin salía a flote cada ocasión que lo ameritaba, tanto que sería capaz de hacer lo que sea con tal de salirse con la suya- no harás tal cosa….-


-Pero yo te amo y quiero estar contigo-


-No lo entiendo, eres un pequeño aun y yo, bueno, no es que sea un anciano, pero tengo la edad de tu padre, por todos los cielos… esto está mal…- dijo tratando de alejarse, pero el chico de ojos verdes se lo impidió sentándose a horcajadas del mayor que estaba demasiado anonadado para hacer algo más que dejarse hacer por el menor que con sus mejillas arreboladas y palpitante necesidad solo lo miraba expectante, en la espera del siguiente movimiento.


 -Para el amor no hay edad Sev… lo único importa es lo que hay en los corazones y el mío te escogió desde que tengo uso de razón… te amo más de lo que alguien puede amar a otra persona, durante todo este tiempo mis sentimientos no han menguado ni un poco, es más, me atrevo a decir que solo han seguido creciendo…-


-Maldito niño… ¿Por qué siempre rompes mis muros como si fueran de papel?- preguntó acariciando su mejilla con cariño, sabía que estaba mal y que su actitud tendría consecuencias en el futuro, pero por el momento “joder ¿Qué más da?” y volvió a besarlo sin prisa, degustando ese precioso tesoro con tanto amor entregado a él.


<…-mas te vale que después de esto, seas obediente y duermas, que no quiero que te vuelvas a resfriar…-


-Solo si prometes que esta no será la última vez que me beses…- dijo juguetón el pequeño sin despegar sus labios, mientras acariciaba los sedosos cabellos húmedos.


“Acabo de cavar mi propia tumba” se maldijo por lo bajo, mientras declaraba la victoria de su adversario en este primer asalto.


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En otra parte del castillo, con una palpable desesperación, cierto pelirrojo observa a una linda niña con túnica azul y bronce que charla con alegría con sus mejores amigas mientras devoran con ansia los libros frente a ellas. Ron esta casi seguro que ese es el momento indicado para salir de su no tan oculto “escondite” e interceptarla.


Ese sería su tercer intento en la semana y para ser honestos ya se estaba cansando (pobrecillo) de no obtener más que evasivas por parte de la castaña y sus aliadas a darles un poco de privacidad.


Que mas da” se dijo armándose de valor, si al cabo del año Hermione Granger no se ha vuelto su novia, dejaba de llamarse Ronald Bilius Weasley-Prewett. Eso se había dicho para darse valor, pero como quien dice, del dicho al hecho, hay mucho trecho y lo que le faltaba, realmente era monumental.


-Tú puedes Ron- le dijo Zabinni palmeando su hombro deseándole muchísima suerte a su amigo que se veía tan asustado como si estuviera a punto de enfrentarse a un dragón.


Tomando una gran bocanada de aire dio el primer paso, el más difícil, pero crucial para su afrenta personal. Cuando por fin estaba tan motivado y decidido, su peor doble pesadilla se cruzó en su camino haciéndole tropezar.


-Lo siento Ronny, pero no te vi- dijo una voz que rápidamente reconoció provocándole escalofríos.


-¿Andamos apurados, verdad WonWon?- rieron a coro los gemelos Weasley viendo a su pequeño hermano ponerse rojo como jitomate.


-No les interesa lo que yo haga- dijo mirándolos desafiantemente como pocas veces, haciendo la sonrisa del dúo dinámico se alargara considerablemente- ahora devuélvanme mi pergamino-


Demandó alargando la mano, aunque no entendía en qué momento se lo habían arrancado de las manos, pero tenía que tenerlo de vuelta ya que sería muy vergonzoso que leyeran esas palabras que tanto quería dedicarle a la dueña de sus quincenas (o futura dueña, según él).


-Que dices Fred, ¿se lo devolvemos?-


-No lo sé George, tal vez será mejor hacerlo, porque míralo, el pequeño Ronny está peor que cacerola sobre comal-  rieron ampliamente y le regresaron el trozo de papel dedicándole una mirada inocente “demasiado sospechoso” se dijo el menor de los Weasley, pero solo se limitó a fruncirles él ceño y avanzar.


Apretó los ojos nerviosamente para darse ánimos, una vez que le dijera las palabras estaba seguro que caería a sus pies, por tanto, saboreando la victoria antes de tiempo sonrió.


-Hermione, quiero decirte que…- la susodicha ladeó la cabeza con dudativa expresión, y le dedicó una rápida mirada a sus amigas para que le dieran un poco de espacio. Por su parte Ron sentía que todas las estrellas del cosmos se alineaban y dando una última bocanada extendió el pergamino.


-¿Que sucede Ron?-


- Cuando te conocí, algo bello descubrí, de tu boca quiero el beso, de tus manos la caricia, de tus luceros la mirada, estas tan buena que quisiera ser sol para darte todo el día, ¿Llevas puesto una falda espacial?… ¡porque tu trasero es de otro mundo!- todos los que alcanzaron a escuchar dicha confesión se quedaron con la boca abierta para después comenzar a reír.


La Ravenclaw con una mirada asesina y con las mejillas ardiendo en furia, le dio un librazo en la mejilla y se dio la media vuelta no sin antes recibir un “eres un idiota Ronald Weasley”


Ron no podía creer que había leído eso, eso ni siquiera era lo que había escrito, estaba más pálido que el pergamino en sus manos y no se podía mover.


-Ron… no te preocupes, esa no es la peor confesión que alguien haya hecho, pero…- el italiano no encontraba las mejores palabras para decirle y que su amigo no se quebrara, pero una ráfaga de adrenalina llenó completamente al pelirrojo que su expresión se curvó en una mueca de ira amenazado con desbordarse.


-¡¡Son unos malditos!!- chilló hecho la mocha corriendo tras sus perversos hermanos que no muy lejos de ahí reían por su mala pasada.


-¿Que paso WonWon? ¿Te gustó el arreglo?- pregunto Fred moviendo su varita entre sus dedos, balanceándola de un lado a otro. El más pequeño de los Weasley se puso en posición de ataque haciendo que los mayores solo se levantaran esbozando media sonrisa alzando las manos como si los hubiera cachado con las manos en la masa.


-¿Por qué me hicieron eso?! Joder ¡Soy su hermano!- berreó poniéndose las manos en la cabeza, sabía que siempre les había gustado molestarlo, pero hay un límite y ahora si se habían pasado.


-Es por eso Ronny…- dijo desganado George aproximándose al menor. Ron comenzó a sentir las lágrimas anegándose en sus ojos, no podía detener los sentimientos comprimiéndose en su corazón, ¿Por qué siempre se esforzaban tanto en molestarlo? No tenía sentido para él. No podía decirle adiós a Hermione, pero después de esto ¿Cómo recuperar la confianza?


-Aww conejito, no llores…- dijo Fred a su lado al momento que jugaba con el cabello del ojiazul; lo alborotaba, lo aplanaba hasta cubrir los ojos y volvía a moverlo.


-Son unos idiotas… ahora Hermione seguro me odia- como aborrecía que sus endemoniados hermanos lo vieran en ese estado y con un gesto de su mano secó las lagrimas mientras sorbía su nariz.


-Todo tiene una razón de ser…- la voz de George sonó como un susurró en su oreja haciéndole abrir los ojos de golpe.


-Eres demasiado blando y eso te hace molestable, Ronny…- el cálido aliento de Fred le dio de lleno en el rostro, estaba demasiado cerca que extrañamente le hizo sonrojar.


-¿De qué están…?- no pudo terminar la frase, los labios de su hermano estaban sobre los suyos haciéndole estremecer. Se quedó estático, no podía moverse.


“¿Pero qué cojones es esto?” dijo una voz en su mente, quería empujarlo con todas sus fuerzas por haber profanado sus labios intactos, pero sus brazos no respondían, es más, ese profundo contacto hacía estragos en su cuerpo que solo atinó a cerrar los ojos y dejarse llevar a esa extraña, nueva y tan interesante sensación, se sentía tan bien, la humedad de sus bocas, la maestría de su movimiento lo convertía en gelatina que sus brazos se movieron en automático queriendo ahondar más el contacto, pero una fuerza lo separó.


-Creo que es suficiente por hoy, WonWon…- dijo el mayor de los gemelos apretando los hombros del menor.


-Tienes tiempo para pensar en ello, conejito…- exclamó George delineando con su pulgar los labios enrojecidos de su pequeño y turbado hermano. Ambos comenzaron a alejarse cerrando la puerta detrás de ellos.


-¡¡¡PERO QUE DEMONIOS FUE ESO!!!!- pegó el grito al cielo sin tener ni idea de lo que había pasado.


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Dando un inquieto recorrido, Draco esperó encontrarse con Harry, cosa que no sucedió.


“Estúpido Harry ¿donde estas?” se preguntó Draco mientras caminaba de un lado a otro mordiendo los costados de sus uñas como solía hacer cuando se sentía nervioso. Una muy mala costumbre, decía su padre, pero era la fecha en que no podía quitársela.


Agradeció profundamente que Severus le haya enviado una carta con respecto al paradero matutino de su amigo “maldito suertudo, con razón no llegaste a dormir” fue lo que pensó entre risas.


Aunque ya se le hacía raro que siendo pasadas de las siete y el azabache no haya aparecido, lo más probable es que aun siguiera en los aposentos del pocionista “hasta que se te hizo estar todo el santo día en compañía de Sev”


-Y ningún mensaje con respecto a mi poción… tonto Harry, seguro ni te acuerdas de nada ahora que estás en tu séptima nube…- murmuró entre dientes. Necesitaba esa pócima, solo faltaban 6 días para luna llena y los estragos en su semblante ya estaban en su apogeo y no tenía intención de irse a meter a la casa de los sustos como su papi lo hacía.


– ¿Y qué demonios hago en el quinto piso?-  dijo cruzándose de brazos, no había nada que le interesara de ahí, y encontrarse con Peevees no era algo que quisiera “jodido Poltergaist, es un grano en el culo” dijo sobándose las sienes de solo pensar en esa sabana parlante majadera.


Cuando estuvo a punto de dirigirse a las escaleras sus oídos demasiado sensibles por culpa de la inminente luna llena captaron algo bello y armonioso, las sublimes notas de un delicado instrumento como el violín... muy pocos, para su gusto podían interpretarlo de manera correcta sin hacerlo sonar como un chirriante lamento, pero esa forma de interpretar solo podía ser obra de un profesional.


“Verano, Allegro non molto de Vivaldi….” Dijo cerrando los ojos, dejando que cada una de las notas se impregnaran en sus oídos y su mente.


Era tan mágico que incluso podía sentir todo lo que Vivaldi quería transmitir con sus cuatro estaciones.  Los cálidos rayos del sol sobre la piel perlada, la quietud, paz y lentitud de los cambios, el tierno viento que apenas y sopla... la conciencia humana, las preocupaciones surgiendo de pronto en la mente, aglomerándose una sobre otra de lo que deparara el mañana, tan incierto y misterioso que de ser posible tormentos y vago que podría llevar al fin de lo que más amas…


“¿Acaso Bill encontró una forma de hacer que su Md3 suene fuerte?” se preguntó dirigiéndose a la puerta que estaba entre abierta, vaya asombro que se llevó cuando descubrió de quien se trataba.


Algo absolutamente majestuoso que jamás en su vida había escuchado o tal vez sí, pero no expresado de esa forma; la naturaleza expuesta en su más pura esencia, erizando sus vellos ante tal perfección.


Aquella preciosa silueta, tomando con delicadeza el instrumento de madera, dejando que fuera porta voz de su boca y su corazón, los ojos entrecerrados fluyendo con la melodía moviéndose con el candor de las notas entregando todo en cada partitura para después tornándose un violente frenesí rápido con sus manos diestras viajando con avidez por las cuerdas siendo uno con el violín, mordiendo su labio y su cabello ondeando con cada sacudida hasta terminar el primer movimiento separando por completo el arco de las cuerdas.


“¿Charlie?” pensó su parte racional, sacándolo de esa burbuja de éxtasis que se había reventado frente a sí “no es posible…”


 

Notas finales:

Gracias por contestar a mi preguntita anterior! y pues haciendo al parecer a la mayoria les gustaria la poblicacion los jueves y asi se queda! yey! (sorry ninytan... U.u y tambien a los que dijeron que todos los dias! si por mi fuera los complaceria!! pero la musa ya ven como es de voluble y luego se va a vacacionar sin previo aviso no puedo -3-*)

wenooo aqui les viene la preguntita del millon!! omgshh! ¿con quien quieren que se quede el hermoso dragon? ¿con Bill? ¿con charlie? ¿o con los dos? jijiji *¬* (aunque checando sus rr hasta ahorita va ganando la idea de trio jojojo) estare esperando sus rr!! los quieroo!!~

por cierto, aqui les dejo el link de la melodia que escucho Draco ;) https://www.youtube.com/watch?v=_DZMAVL-5YY


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