Capitulo 1- Se repite la historia
No se habían percatado hasta ése momento, pero estaban junto al pozo por donde Kagome viajaba a su tiempo en el pasado. Éste comenzó a brillar, como en aquellas ocasiones. Provocando el desconcierto y temor de los presentes. Inuyasha desenfundó su tessaiga y se preparó para un posible ataque. Del pozo emergió un ciempiés, parecido al que había traído a Kagome en el pasado, y como en aquella vez, el demonio insecto parecía tener a una persona atrapada en sus fauces.
-No puede ser…
Había murmurado la joven Higurashi. Parecía que la historia se estaba repitiendo una vez más…
Inusyasha se preparó para atacar al demonio ciempiés. Kagome estaba nerviosa. El enorme insecto sostenía con fuerza a la indefensa victima que no sabían si estaba desmayada o despierta, vivo o muerto. Kagome pudo notar que era un chico de la época actual por la ropa. El demonio lo tenía fuertemente sujeto y sin duda en cualquier momento lo destrozaría.
-Inuyasha, ese demonio matará a ese chico.
El ciempiés parecía a punto de devorar al muchacho, pero Inuyasha logró que éste lo medio soltara, lo cual provocó que al querer sostenerlo de nuevo, lo desgarrada de un costado, haciendo con eso que la sangre saliera y con ello también… ¡La perla se Shikon! El ciempiés volvió a sostener al chico dispuesto a comérselo de un bocado.
Kagome había visto caer algo y supo de qué se trataba.
El demonio perro se preparó para matar al ciempiés, pero no estaba seguro de si podría evitar que el chico saliera lastimado. Afortunadamente, Kgome lanzó una de sus flechas, logrando que la criatura soltara en el proceso a su víctima. Inuyasha logró despedazar al demonio mientras y al mismo tiempo saltaba a gran velocidad para atrapar al chico y evitar una dura caída. Kagome corrió hacia Inuyasha y lo miró para ver que tan herido se encontraba.
-¿Estás bien Inuyasha?
-Sí, no te preocupes Kagome.
-Me alegro.
Sonrió la chica. Entonces miró al muchacho que estaba en brazos de Inuyasha al parecer inconsciente. Era un chico de cabello negro y piel blanca. Su rostro estaba escondido en el pecho del hanyou.
-Hay que ver como se encuentra.
Al acercarse y girar un poco su rostro, la chica quedó pálida con lo que vio. Todos estaban extrañados con la actitud que tomó la joven miko. Miroku se acercó un poco a preguntar.
-¿Qué sucede?
-Es que… su rostro…
Eso asombró a todos y la curiosidad aumentó. Sango preguntó enseguida, un poco asustada.
-¿Qué ocurre con su rostro?
¿Le había pasado algo al chico? Inuyasha también estaba intrigado, así que puso al descubierto al joven para verlo mejor. Al hacer esto, todos pudieron contemplar el rostro del chico. El miedo, la sorpresa y finalmente la duda fue lo que les invadió. Aquel chico… no podía ser cierto… ¡Era Naraku! Inuyasha por un instante estuvo tentado a matarlo ahora que estaba inconsciente, pero… el aroma de él era raro… muy diferente a cuando pelearon en el pasado. Para empezar, el aroma era completamente humano. No bastante con eso, el Naraku que estaban contemplando no era aquel hombre que conocieron, no, ahora era un jovencito no más de ¿Qué? ¿Quince, dieciséis años? Eso desconcertó aún más a todos.
Kagome estaba un poco asustada, pero al ver ese rostro suave y dulce, no pudo simplemente evitar el dejar de pensar en aquel maniático que había conocido para empezar a ver lo que podría ser una persona completamente distinta. Además, estaba herido.
Todos se miraron, como pensando lo que deberían hacer. Kagome finalmente dando paso a su noble corazón, lo decidió.
-Debemos llevarlo a la aldea de Kaede y curarlo.
Todos la miraron, pero no dijeron nada. Inuyasha no estaba más de acuerdo con eso, pero eso no evitó que dijera algunas cuantas cosas por lo bajo.
Al llegar a la aldea, Kaede los recibió, notando al chico que Inuyasha llevaba cargando en brazos. Shippo también salió a recibirlos y notó también al miembro extra. Kaede no pudo evitar cuestionar sobre el asunto.
-¿Quién es?
Por un instante todos se miraron y no dijeron nada, pero era mejor que la anciana miko lo viera con sus propios ojos.
-Anciana Kaede, está herido… llegó del pozo.
Al mencionar aquello Kagome, la miko mayor la miró con sorpresa e intensidad. Entonces vio el rostro del chico y no pudo reprimir una exclamación de sorpresa y terror. Miró a todos como buscando alguna respuesta. Nadie supo que decir, sólo Kagome se animó.
-Vino del pozo… como yo hace años… cuando llegué por primera vez. Lo trajo un demonio ciempiés. No sólo eso…
Todos la miraron. Kagome sacó la perla que todos creían ya destruida. Todos se sorprendieron. Kaede soltó una exclamación de asombro.
-No puedo creerlo. Se supone que ya no existía. ¿Cómo?
-Al igual que yo… éste chico lo tenía en su interior.
Era verdad. Recordaban que Naraku fue el último portador de la perla y al morir la perla lo había mantenido en su interior. Pero no creyeron que todo aquello se volviera a repetir. Se supone que ya estaban libres de la perla y de Naraku, pero ambos estaban de regreso. El chico fue curado una vez que la primera impresión pasó. Ahora solo restaba esperar, lo cual no duró mucho, pues el pelinegro más joven comenzó a despertar. Al abrir sus ojos, estos trataron de reconocer el lugar en donde se encontraba. Todos lo miraban fijamente. Azules… sus ojos eran humano y no demoniacos y eran azules, no aquellos carmín que había llegado a reconocer.
El chico al enfocar mejor su vista, se levantó de un sentón y miró a todos con gran confusión y miedo. Miró a Inuyasha y al ver esas orejitas peludas se sonrojó y tuvo el infantil impulso de acariciarlas como cuando se acaricia a un cachorro. Al ver la cara de pocos amigos que le daba el peliplata, se contuvo y miró a los demás. Al fijarse en la miko más joven, no puedo evitar pensar que le parecía familiar.
Todos estaban atentos a cada reacción del joven pelinegro que al parecer venía de la misma época de Kagome. Al ver lo asustadizo que era, Kagome le tuvo un poco de compasión y le sonrió amablemente.
-Hola, seguro que estas muy confundido, no te preocupes es normal.
Él asintió. Aquella chica le tranquilizaba.
-¿Qué edad tienes?
-Quince, pronto cumpliré los dieciséis.
Ella asintió. Al ver la amabilidad de esa mujer, se tranquilizó un poco. El miedo inicial estaba cediendo.
-¿Supongo que vienes del futuro, no?
El chico se sorprendió al escuchar eso. ¿Había viajado en el tiempo? ¿Cómo? ¿Por qué? Y lo más importante ¿Cómo es que esa chica lo sabía? Kagome le sonrió comprensiva.
-Yo también vengo del futuro.
-¿En serio?
-Sí.
El chico la miró asombrado y luego miró a su alrededor.
-Pero… ¿Por qué?
-Eh… bueno… ¿Qué es lo que recuerdas?
-Bueno, estaba con mi madre y tío, nuestro perro bajó al pozo y al ir por él algo salió y me arrastró, era un enorme y feo ciempiés.
-Ya veo. ¿Cómo te llamas?
-Mi nombre es Higurashi.
Todos lo miraron con asombro. ¿Acaso dijo… Higurashi? Kagome lo miró sorprendida. ¿Acaso ese chico…?
-¿Higurashi?
-Sí, Higurashi Naraku?
De acuerdo, ahora sí que eso era más sorprendente. Kagome no podía creerlo…
-¿Cómo se llaman tus padres?
-Eh? bueno, mi padre no lo sé. Jamás lo conocí y mi madre jamás habló de él. De hecho se pone muy triste si lo menciono.
-¿Cómo se llama tu madre?
-Kagome, Higurashi Kagome.
Un silencio sepulcral invadió el lugar. ¿No podía tratarse de la misma Kagome, cierto? Y ése chico… ¿Era la reencarnación de Naraku o algo así? Bueno, si Kagome era la reencarnación de Kikio… ¿Podría ser que ese muchacho lo fuera de Naraku? Pero… Kagome entonces se convertiría en la madre de la reencarnación de Naraku en el futuro… pero había una duda más grande.
-No es posible…
-Eh? ¿Por qué no?
-Porque… porque yo… yo soy Higurashi Kagome.
El silencio se volvió más frío. Nadie supo que decir. El chico rompió el ambiente.
-Eso significa… que usted es… tú eres… ¿Mi madre?
-Así parece.
Pero entonces, eso significaba que Kagome regresaría al futuro… Inuyasha se entristeció y enfadó por eso, pero entonces… ¿Quién sería el padre del chico? ¿Kagome se casaría con otro hombre? Pero el chico mencionó que jamás conoció a su padre. ¿Y si Inuyasha fuera su padre? Entonces, el chico era su hijo del futuro, el hijo de Kagome y suyo… pero… ¿Qué llevó a Kagome regresar a su tiempo? ¿Le pasaría algo a Inuyasha y por eso ella no habla de ello en el futuro donde él al parecer ya no existía? Eran tantas preguntas y ninguna respuesta satisfactoria. Hasta el momento lo único que sabían era que aquel chico era el hijo del futuro de Kagome y la perla estaba en su interior al igual que lo estuvo en Kagome. Entonces el chico era el nuevo… ¿miko guardián de la perla? O en todo caso ¿significaba algo más?
Inuyasha se sentía un poco receloso del chico. Era la reencarnación de Naraku después de todo, pero también era el hijo de Kagome y posiblemente el suyo también. Eso le creaba una especie de conflicto en la que no sabía qué sentir respecto al muchacho.
¿Qué hacer? ¿Qué sentir? ¿Cómo actuar con aquel individuo…Naraku? Higurashi Naraku… sonaba tan extraño y a demás… era confuso.