Pov Alex
Cuando desperté estaba en una amplia sala llena de hombres bien vestidos y fumando mientras hablaban unos con otros, a algunos se les vislumbraban pistolas, y a otros cuchillos. No hice ningún movimiento por dos razonas; la primera es que tengo grilletes apresando tanto mis manos como mis pies; y la segunda es que no quiero que estas personas, claramente peligrosas, se percataran de que me había despertado.
Estaban hablando sobre utilizarme de cebo para atraer a alguien, la verdad es que no sé muy bien a quien, porque yo no tengo familiares, mucho menos amigos, es más, ni siquiera tengo a alguien que se preocupe mínimamente por mi. Y en caso de que tuviese cualquiera de esas cosas dudo que se codeara con gente como esta. Pero bueno, cada loco con su tema, no voy a ser yo el que les lleve la contraria a un montón de tipos armados con los que no tengo ninguna posibilidad de ganar.
-¡Hey mirad! la pequeña rata ya se ha despertado
Mierda, olvidé de respirar acompasadamente. Uno de ellos se acerca a mi y me levanta la cara sujetandome por el pelo.
-Hola pequeño, gracias a ti vamos a poder matar a uno de nuestros grandes rivales de traficar armas. Pronto tu amigo/jefe será llenado de agujeros por nuestras pistolas, y tú...mm...quizá podamos venderte como puta, estoy seguro de que harías un buen trabajo.
Esta gente esta peor de la cabeza de lo que esperaba.
-Seguro que su jefe se lo tiraba todas las noches-Dijo otro, provocando que los demás rieran. Como odio ser el centro de atención.
-¿No vas a decir nada putita?
-Las chicas que se prostituyen no lo hacen porque quieren, lo hacen porque hombres asquerosos como vosotros las obligan, o porque necesitan dinero y no tienen otro modo de conseguirlo- Este comentario provoca que el que me sujeta me suelte una bofetada que me parte el labio y empieza a sangrar. Por suerte no duele tanto como me había imaginado- Además de que ni siquiera sé de quién o qué me estáis hablando, yo soy un simple estudiante universitario, no tengo apenas tiempo para hobbyes, lo voy a tener para meterme en esta clase de lío.
Todos ríen, era de esperarse, la mayoría de las veces por mucho que digas la verdad la gente se empeña en que mientes, y bueno, si sabes que no vas a convencerles ¿Para qué insistir? Así que les dejo que se monten su propia pelicula, tengo cosas más importantes que hacer, como por ejemplo el buscar algún modo para salir de aquí. No me apetece que me follen precisamente.
Todos vuelven a hablar de sus cosas sin darme mayor importancia, mejor, más fácil escapar de aquí. A la media hora más o menos, ya que no puedo verme el reloj puesto que mis manos están en mis espaldas, se acerca uno de ellos discretamente y en las manos me pone algo pequeño, metálico y con dientes, casi diría que es...¿Una llave? Le miro sorprendido y él me hace el gesto universal de cierra-el-pico y yo asiento ligeramente.
Cuando se aleja yo rápidamente intento abrir las esposas de las manos, porque al estar en la espalda y no ver dónde y cómo entra la llave pone de los nervios, a punto estuve de tirar la toalla cuando por fín lo conseguí, me quite las esposas haciendo el menor ruido posible, aunque aún aparentaba tenerlas porque de vez en cuando alguno de esos hombres miraban hacia aqui, y bueno, aún no tengo nada planeado para salir de aquí asi que...
De pronto empiezan a entrar más hombres, también vestidos de manera elegante, pero diferente, se notaba a leguas que eran de distintos bandos, y entonces entra uno más joven ante el cual todos los que recientemente han entrado se inclinan respetuosamente, y ahora que me fijo más de cerca ese chico es...¡Con el que me choqué hace poco! Aunque no sé por qué pero me lo esperaba, quiero decir que a simple vista ese chico resulta...temible.
Él me mira, como evaluando que estoy bien y entonces todos se sientan a una mesa enorme y supongo que empiezan las negociaciones.
Ya han pasado horas y las cosas se han vuelto bastante tensas, ese chico al poco de empezar las negociaciones mandó a uno de los suyos custodiarme, por lo que ya no tengo los grilletes, pero aún no me puedo ir. En este momento los dos bandos se fulminan mutuamente con la mirada, como si estuvieran decidiendo cuál de los dos bandos da más miedo. Básicamente, en lugar de negociaciones de ,lo que supongo que es, la mafia parece un concurso de miradas que se niegan a perder por orgullo más que otra cosa.
-Hey, chico de ojos como el bosque
-¿S-si?- Es la primera vez que me llaman así O///O
-Cierra los ojos
Algo en su voz me dice que le obedezca, así que lo hago, enseguida siento a mi "guardia" ponerse delante de mí para protegerme, a la espalda tengo la pared, y empiezo a escuchar disparos, y me preocupo, porque ese chico se ha molestado en protegerme, además de que no me gritó ni me culpó por haberme chocado sin querer contra él. Es la primera persona que ha sido amable conmigo.
En lo que parecen segundos acaba el tiroteo, y entonces noto que alguien me dirige hacia afuera de la sala.
-No habrás los ojos todavía- me susurra su voz
Me tranquilizo un tanto al saber que él esta vivo, y ya cuando noto el viento en mi cuerpo me permito abrir los ojos. Me sorprendo al saber que es de noche y de que estamos a las afueras de la ciudad. Mi "guardia" está a mi izquierda con una herida de apariencia grave, le miro con preocupación y él me devuelve una cansada sonrisa. Y a mi derecha esta ÉL, con sus fríos ojos mírandome calculadoramente, provocando que me ponga nervioso.
-Sebastian, busca a Valek para que lo adiestre.
-Como ordene Boss
-¿Adiestrarme pa-para qué?
-Para que puedas entrar a la familia por supuesto
-¡¿QUEEEEEEEEEEEEEEEE?