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The lords of the mafia por Momoka Black

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Notas del capitulo:

Hola hola queridos fans!

Como estan??

No pude resistirme y les doy uno de los adelantos de la sorpresa de San Valentin.

Muchas gracias por los reviews que le han dado a este fic, se los agradezco muchisimo y espero no decepcionarlas.

Lamento que haya tardado en la conty de este y de otros fics, pero me estoy poniendo las pilas para no tardarme mucho.

El muro de los mafiosos: aless, alevass, tp, MB, TamikoJung, Libi lulu, Pandicornio145, Dobby-san, yumeyluna, naruke-love y paola. 

No les entretengo, a leer!!

 

Por todo el trayecto iba con el corazón martilleando contra mi pecho y la respiración rápida y entrecortada. Me abrazaba a mí mismo mordiéndome los labios y viendo a los demás con expresiones parecidas a la mía. El miedo estaba en nuestro cuerpo recorriéndolo lentamente y haciéndolo estragos a su paso. Dirigí una de mis manos a mi rostro de manera temblorosa para que no se me cayera la máscara y mi rostro quedara descubierto.

—La fiesta va a estar en su gran apogeo: Seijuuro-sama le organizó una excelente fiesta de cumpleaños a Shintarou-sama.- escuché decir al tipo que manejaba el auto. Nosotros nos pusimos atentos a la conversación.

—Sí, pero no entiendo por qué contrató a los cuatro bailarines principales de Imayoshi-sama.- murmuró el otro con un bufido-Ya tienen muchos atractivos para la fiesta.

—¿Eres idiota? Esos bailarines son demasiado cotizados y son poseedores de una belleza impresionante. Alquilarlos para una fiesta privada cuesta una fortuna.-vi al tipo ese, un hombre moreno muy fornido, mirarnos por el retrovisor-No les he visto el rostro, pero Seijuuro-sama dice que la belleza de cada uno volvería loco a cualquiera.

—¡¿Akashi-sama los ha visto?!

—Sí, fue en una reunión que tuvo con Imayoshi-sama y él mismo le mostró a los bailarines de manera secreta: dicen que ellos son algo recelosos con la visita de los clientes-¡Maldito jefe!-Aunque no los culpo: deben de tener a muchos acosadores detrás de ellos e Imayoshi-sama los tiene bastante protegidos.

—Hm, entonces quisiera que uno de ellos estuviera en mi cama esta noche.-entre Shun-chan y yo detuvimos a Mako-chan el cual ya casi saltaba a matar a ese idiota.- Tal vez elija al que tiene el nombre de “Hawk” o “Eagle”, quizás a “Black Widow” o mejor aún: a “Yasha”…

—¿Acaso quieres morir? No son hanas* como para que te andes acostando con ellos como viles prostitutas. Son deidades prohibidas: No puedes manosearlos como si fuesen simples y vulgares bailarines, o te arriesgarás a la ira de Imayoshi-sama. Pero Yasha…él es intocable, si te atreves a ponerle un solo dedo encima será lo último que hagas en tu pobre y miserable vida. El tocarlo está prohibido, dicen que es el protegido de uno de los poderosos.- miré a Reo-san el cual bajó la mirada sin decirnos nada. Me entró mucha curiosidad por ese dato- Y como no: es una hermosura, dulce y encantador, con una belleza seductora, una voz de ángel y un corazón de oro. Eso según Imayoshi-sama. Me muero por verle el rostro ♥u♥

—Oye, Nebuya, ¿Es cierto el rumor?

—¿Qué rumor, Hara?

—El rumor acerca de que hay otras dos bellezas aparte de ellos.- me crispé al igual que los demás- Que no son solo cuatro, sino son en realidad seis. Seis bellezas en poder de Imayoshi-sama.

—Oh, sí. Se corren muchos rumores, pero eso es algo que Imayoshi-sama guarda muy celosamente.- el grandote sonrió de manera maliciosa- También hay otro rumor de que los seis en total son el tesoro de uno de los poderosos, de uno de los seis antiguos.-Shun-chan y yo compartimos una mirada dudosa mientras Mako-chan hacia ademan de no hacer preguntas.- Y meterse con la propiedad de uno de ellos es la muerte: regla número 7 del código.

—Maldito código, si puedo esta noche haré mío a uno de ellos.- tragué saliva cuando nos dirigió una mirada lasciva por el retrovisor. El auto se detuvo justo en un portón enorme negro y después avanzó adentrándose en un hermoso paraíso, literal, con jardines impresionantes, estatuas de mármol, fuentes preciosas, plantas de todo tipo y una mansión de ricos como de unos cuatro o cinco pisos.

—Hemos llegado, por favor bajen con cuidado.

La voz del grandote nos avisó y el otro fue quien nos abrió la puerta mostrándose galante e incluso extendió su mano para ayudarnos a bajar.

—Por favor, encantadoras bellezas…

Me reí bajito cuando Reo-san, el primero en bajar, lo dejó con la mano estirada y nosotros le seguimos. Al ver bien el lugar vimos que por otra entrada venían entrando varios vehículos y de ellos descendían hombres demasiado elegantes, mafiosos, con un montón de guardaespaldas.

Pronto varios hombres vestidos de negro salieron de los inmensos portones de la mansión y de entre ellos surgió un joven delgado y un poco más alto que Mako-chan,  de cabello plateado, corto y despeinado en mechones, de piel blanca y ojos grisáceos. Su semblante era serio, demasiado serio. Vestía una yukata elegante en color perla con un obi color negro y zapatos demasiado finos.

—Eikichi-san, veo que has cumplido perfectamente con tu deber. Seijuuro-san estará contento.- la voz de ese chico era suave y lenta, como si estuviese aburrido.

—Por supuesto, Chihiro-san.

—Seijuuro-san quiere verlos. Los guiaré hacia su despacho.- el chico hizo ademán de que lo siguiéramos y así lo hicimos.

Pero no contábamos con que el mentado Hara, el tipo del chicle, se parara al lado de Mako-chan y sin ningún pudor ni nada, le manoseara el trasero sonriendo con lascivia y poniendo a Mako-chan más furioso que nunca.

—Creo que ya decidí a quien tener en mi cama hoy. Te haré mío esta noche, dulzura…

El pobre idiota no terminó de decirlo cuando ya rodaba escaleras abajo producto de un buen puñetazo de Mako-chan y también de una buena patada en los bajos por el mismo. El grandote, a quien llamaron Nebuya, se largó a reír como loco y el peligris se mordió los labios para no reírse.

—¿Lo ayudamos, Chihiro-san?

—No, Eikichi-san, no lo vamos a ayudar: se lo merece por lujurioso y pervertido.- se giró y comenzamos a seguirlo a través de la mansión.

El interior estaba finamente decorado como si fuese un castillo, con muebles de caoba fina, pisos de mármol, cuadros elegantes, todo un lugar de ricos para no hacerles el cuento demasiado largo.

Llegamos después de subir unas cuantas escaleras hasta un portón negro donde después de una seña del peligris, dos guardias de negro abrieron las puertas dándonos acceso al interior del despacho. Había un hombre joven sentado en un sillón de cuero negro: era pelirrojo, de piel muy blanca y ojos desiguales: uno era rojo y el otro era dorado. Vestía un yukata muy elegante color negro con detalles en dorado.

En la mafia había seis imperios: Kaijo, Touou, Shutoku, Yosen, Rakuzan y Seirin. Los seis reinos que conformaban el bajo mundo de Japón y quienes lo lideraban todo. Él es Akashi Seijuuro, líder del imperio de Rakuzan uno de los seis señores de la mafia. Los líderes del bajo mundo de Japón.

—Bienvenidos sean a mi mansión, soy Akashi Seijuuro.- se levantó de su asiento y se puso frente a nosotros caminando con porte elegante- Me alegro que hayan aceptado mi propuesta.

—Nos alegramos que nos haya elegido, Akashi-sama.- Reo-san modificó un poco su voz mientras se inclinaba respetuosamente, cosa que le imitamos, y luego rió de manera baja.

—Akashi-sama es mi padre, díganme Seijuuro.- luego sus ojos nos analizaron de uno en uno para después sonreír.-Retírense, todos excepto Eikichi, Kotaro y Chihiro.- al no ver a nadie más excepto a esos mencionados se recargó en su escritorio y se sirvió un trago de licor.- Ahora si pueden quitarse las máscaras.

—De ninguna manera, Seijuuro-sama, esa fue una de las condiciones para estar aquí esta noche.- murmuró Reo-san mientras negaba con la cabeza. Pero de un momento a otro sus ojos se volvieron fieros mientras sujetaba la mano de Reo-san.

—Ya les he visto antes, así que no hay nada que puedan esconderme.- demonios, tenía razón: nos tenía completamente atrapados- Soy la única persona aparte de Shoichi que les ha visto el rostro. Así que no se pongan pudorosos. Seremos las únicas personas que les veremos el rostro esta noche: ni siquiera el cumpleañero ni los demás invitados.

Entre la espada y la pared, Reo-san se quitó la máscara dejando su rostro al descubierto. El tal Nebuya se quedó con la quijada abierta y las mejillas algo rojas por ver la belleza de Reo-san. Uno a uno nos fuimos descubriendo el rostro, pero Shun-chan estaba aterrado por la mirada inquisidora del pelirrojo ya que no se la quitaba de encima. Demonios, él sabía de Shun-chan.

—Será mejor que establezcamos los términos del trato, Seijuuro-sama.- irrumpió Reo poniéndose frente a Shun para taparlo de la vista del pelirrojo-Queremos establecerlos de inmediato.

—Está bien, siéntense.- nos sentamos en uno de los amplios sillones mientras el aludido volvía a su asiento-Veamos: como ya le había mencionado a Shoichi, quiero que ustedes den su show para la fiesta de cumpleaños que le he organizado a uno de mis amigos. Quiero que estén actuando por el tiempo de cinco horas.- vi el reloj de la habitación y vi que marcaba las ocho en punto, lo que indicaba que saldríamos a la una de la mañana.-Ya he construido el previo escenario que usaran para el show de esta noche, lo único que tendrán que hacer es arreglarse para actuar. Con respecto al pago, esta cantidad está depositada en esta cuenta.- El pelirrojo le extendió un sobre a Reo-san para que lo abriera. El pobre se quedó atónito al ver la cantidad.- Podrán cobrarlo a partir de mañana.

—Hay peticiones que queremos hacerle: no queremos a ninguno de los invitados hostigándonos…

—Despreocúpense, no tendrán a ninguno de mis invitados incomodándolos como lo hizo Hara.- le miramos con interrogantes en nuestros rostros- Vi todo eso y recibirá una sanción por su comportamiento.

—…le agradecemos por eso.- continuó Reo-san- Otra cosa que le pedimos es no mostrar nuestros rostros a ninguno de los presentes invitados, tampoco pueden tocarnos ni sobrepasarse con nosotros ni mucho menos “llevarnos a la cama”.

—Entiendo, como ya les había mencionado: no permitiré ese tipo de comportamientos contra ustedes.- bebió el trago y luego se levantó- No los interrumpo más y Eikichi junto con Kotaro los escoltarán a sus habitaciones respectivas para que se terminen de arreglar. Espero verlos dentro de dos horas.

Pronto fuimos escoltados a una de las elegantes habitaciones donde nos tenían ya todo preparado con el propósito de que nos arregláramos. Sin decir palabra más, solo nos dirigimos para arreglarnos lo más elegantemente posible. Después de vestirnos con unos shorts oscuros demasiado delgados y pusiéramos unas vendas en nuestro pecho, Mako-chan peinaba el cabello de Reo-san este se dedicaba a maquillarnos el rostro y los brazos. Shun-chan y yo nos maquillábamos las piernas con pintura simulando unas plumas negras y marrones para ambos, pero él lo hacía a cómo podía ya que los nervios no lo dejaban en paz y más porque el mafioso pelirrojo sabía quién era él realmente.

—Mako-chan, Reo-san…

—Escúchenme bien: no bien terminemos el show nos largaremos de aquí.- los tres restantes miramos a Mako-chan el cual se paró cerca de una de las ventanas y nos indicó que fuésemos- Mientras subíamos vi que hay una salida: el balcón del segundo piso está al descubierto y el cual da justo a la piscina; de ahí podemos nadar y perdernos en los jardines para salir por el boquete que está justo en el rincón de una de las murallas.

—Buen plan, Mako-chan, dejen todo listo para la huida.- Reo-san se veía algo tenso y nervioso. Luego reparó su mirada en mí y me abrazó levemente- Tranquilo, cariño, Tatsu va a estar bien.

—No dejo de pensar en él, Reo-san, no puedo: ¿Qué tal si algo le pasa y no estoy ahí?...

—Cielo, si eso llegase a pasar Masaaki-sensei ya nos hubiera avisado.- me tomó del rostro mirándome con dulzura- No te mortifiques, Tatsu está en buenas manos. Debemos conseguir el dinero para sus tratamientos.

—Shun-chan, ¿Crees poder con esto?- el aludido asintió ante la pregunta de Mako-chan un poco más repuesto.- Bien, porque cuando volvamos castraré al baka de Imayoshi. Me las pagará por ser un idiota.

—Pero, Mako-chan, ¿Qué pasará con Ryou-chan?- cierto, olvidábamos al pobre marido del jefe. El pobre no tenía la culpa de nada.

—No me importa, además me lo agradecerá por quitarle a ese idiota de encima.- gruñó pintándose las piernas de negro con finas hebras rojas como la sangre.- Kazu, Shun, terminen de cambiarse.

Terminé de alistarme con el pequeño chaleco de tela color negro a mi torso y también tenía que acabar de pintarme los brazos y el rostro simulando ser un halcón humano. Shun-chan ya estaba casi listo y solo le faltaba alistarse con sus zapatillas; Mako-chan se daba unos retoques finales en el rostro y Reo-san terminaba de ajustarse su tocado junto con su peluca lisa y muy larga.

Los cuatro nos miramos al espejo, viendo bien nuestra apariencia y detallando como nos habíamos transformado. Estábamos irreconocibles, nadie pensaría que los simples humanos que éramos antes ahora seríamos unos seres de una belleza irreal. Ahora comprendía al tipo ese, a Nebuya-san, cuando nos dijo que cualquiera mataría por nosotros.

Por una parte odiaba el trabajo, pero por otra parte no me podía quejar ya que gracias a este trabajo era que teníamos el dinero para pagar los tratamientos de Tatsu-chan y próximamente haría lo que fuese para que recuperase su vista. No me iba a detener, iba a hacer que mi hermano pudiese vivir una vida normal, aun si es a costa de mi propia felicidad.

—No evitemos esto, hagámoslo de una buena vez.

Con nervios fuimos caminando viendo el lugar ya preparado exactamente igual a como estaba en el club del jefe. Había unos músicos que pronto amenizaron el ambiente con una combinación de ritmos árabes y orientales, e incluso había otros coristas con vestuarios similares.

Nos quedamos tras bambalinas esperando a las instrucciones siguientes, vimos pronto aparecer a Akashi-san el cual nos sonrió de manera extraña y salió por los telones escuchando muchos aplausos como si fuese un concierto de la alta alcurnia.

—Damas y caballeros, bienvenidos. Esta noche, estamos aquí reunidos para celebrar el cumpleaños de uno de nuestros miembros más importantes y valioso integrante de mi grupo selecto de amigos: mi fiel socio, mano derecha y mejor amigo, Midorima Shintarou.

Más aplausos se escucharon junto a unos chiflidos, no pude evitar temblar como una gelatina pero una mirada de Mako-chan me detuvo. Debía ser valiente, esta solo era una prueba más.

—Amigo mío, esta noche te he preparado además de esta fiesta, un magnifico regalo de cumpleaños que nunca olvidarás. Solo me queda decirte que disfrutes del show.

De nueva cuenta los aplausos cobraron con más fuerza y el telón lentamente se fue levantando haciendo que nos diésemos a ver. Mi semblante se puso serio junto con el de mis acompañantes mientras éramos descubiertos y los invitados empezaran a exclamar con fuerza dándonos distintas opiniones. No pude evitar dirigir mi vista a donde estaba nuestro contratista y lo descubrí en la mesa principal, además de sus compinches de hace rato, con otros tipos medio raros: una pareja conformada por un pelirrojo enorme y con cara de malaleche que abrazaba a un pequeño peliazul el cual tenía una cara apática; otra pareja conformada por un moreno peliazul el cual se comía a besos con un rubio; un enorme pelimorado que comía muchos dulces con desgana y miraba a cada rato la puerta de salida; un castaño el cual veía como tarado y chiflaba como loco en la dirección de Mako-chan; pero el otro, el cumpleañero que estaba en la silla principal, era quien había capturado por completo mi atención: su cabello era de una tonalidad verdosa, liso y corto; su piel pálida contrastaba con sus ojos verde esmeralda detrás de unas finas gafas.

Volteé de manera sensual mi rostro hacia el público demás y pronto comenzó la danza moviéndonos de manera rápida y contoneando mucho las caderas haciendo que los aplausos y silbidos aumentaran. Mako-chan y Reo-san se pusieron a la par para hacer su danza usando los listones que colgaban del techo mientras Shun-chan y yo nos disponíamos a hacer uso de los tubos.

En todo el baile de tubo, tuve la mirada del cumpleañero encima de mí, no sé porque per yo tampoco podía despegar mi mirada de él, casi cometo unos cuantos errores peor nada que lamentara. Lo gracioso de esto fue que a Mako-chan y a Reo-san les aventaron rosas, flores y hasta billetes, pero Mako-chan en una oportunidad que tuvo pateó discretamente una de las rosas que le aventaron y fue a dar al tipo que se la lanzó pero en uno de los ojos.

Ahora era nuestro turno de hacer la danza aérea junto con Shun-chan y debía concentrarme muy bien. No debía cometer errores para hacerlo a la perfección. Me sujeté perfectamente de los listones y di comienzo a la danza haciendo pequeños vuelos entre los invitados haciendo que se pusieran a chiflar y a aplaudir estrepitosamente.

Sentía la mirada del peliverde sobre mí, me ponía nervioso y me hacía sentir de manera extraña. Me balanceaba de un listón a otro haciendo acrobacias y moviéndome muy sensual como si estuviese en el club y no en una cueva de mafiosos lujuriosos. Debía hacerlo bien para que la paga fuera buena, ¿Qué podría salir mal?

Estaba terminando uno de los números y ya me disponía a regresar para hacer el número final junto a los demás pero al momento de tomar el listón para balancearme a los otros sentí un fuerte brazo tirar de mi cintura y girarme de manera rápida hacia alguien. No tuve tiempo de reaccionar cuando mis labios fueron apresados por unos bastante seductores y suaves con sabor a licor y chocolate. Un aroma fuerte y varonil inundó mis fosas nasales mientras un brazo envolvía mi cintura mientras que el otro se posaba detrás de mi cuello impidiéndome irme.

No podía creerlo, el maldito cumpleañero me estaba besando. Estaba siendo besado por Midorima Shintarou, el señor mafioso de Shutoku.

Notas finales:

Hasta aquí le dejo yo. ¿Les gustó? ¿Qué les pareció? No olviden dejar su review y nos leeremos muy pronto.

En el próximo capítulo:

 

-Estúpido cuatro ojos de mierda, si vuelvo a verlo le castraré.

-¡Tenemos que ir a un hospital!

-¿Quién trajo todas estas flores? ¿Y estos arreglos? ¿Chocolates de París?

-Maldición, debemos largarnos de aquí. Este lugar no es seguro.

-Kazu, cielo, ¿Todo bien? Tranquilo…

-No quería preocuparlos, no con todo lo que está pasando.

-No he estado solo, Kazu, hay alguien quien ha estado acompañándome.

-Tengo un muy mal presentimiento…no debimos haber venido…

-Hasta la vista, idiota, ve dejando tu testamento.

-Ese beso, no…no puedo sentir esto…además no volveré a verlo…

-¿Por qué nos ocultaste esto? No tenías por qué hacerlo.

-Por fin te he encontrado, mi hermoso halconcito.

 

¡No se lo pierdan!

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Momoka

Disfruten el día de San Valentín con mucho yaoi

Saludos y buenos deseos

Momoka Black ♣♠♦♥


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