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The lords of the mafia por Momoka Black

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Notas del capitulo:

Holi holi como estan?

Les subo la conty de este fic agradeciendoles sus reviews tan lindos!!

Mil gracias por levantarme los animos! Se los agradezco mucho! 

Con el anuncio que tengo que darles: una de mis queridas fans, Marcela Cerón, hará manga de mis fics!! El primero sera un chihuahua en Rakuzan y proximamente, cuando haya mas oportunidad, pedire que el siguiente sea este! Te lo agradezco, Marce-chan!! 

EL muro de los mafiosos: MIK, Mimi, Mizore Cross, La_Oscura_Reina_Angel, MB, tp, J_seiza, alevass, shia1624, paolaefp, Anabel y kitsu9. 

Les dejo el cap! Disfrutenloo

A leer!!

 

Mis labios se movieron al compás de los de ese extraño sintiéndolos suaves y apetecibles. Nunca había dado un beso en toda mi vida y el primero que doy, osea en este momento, es el mejor de todos. El licor se deslizar por mi boca deleitándome con su suave y rico sabor al igual que las manos del cumpleañero se deslizaron por mi cintura para apegarme a él y profundizar el beso. Escuché muchos chiflidos y aplausos por parte de los invitados que poco a poco fueron sacándome de mi ensoñación.

—¡Midorimacchi! ¡Ya escogiste a tu regalo! ¡Tienes buenos gustos, picarón!

Eso me terminó por sacar bien de mi bobería y de pronto abrí los ojos topándome con los ojos verdes de él bajo unos elegantes lentes. Un verde esmeralda duro, frío, intrigante. Di una rápida escaneada a lo que podía hacer y lo único que atiné a hacer fue, en un rápido movimiento, vendarle los ojos con uno de mis lazos de seda oscura. Cuando sus manos estuvieron fuera de mi alcance, aproveché para volver a tomar el lazo de seda más largo y seguir con el acto.

Cuando el cumpleañero se quitó la venda yo ya estaba lo suficientemente lejos de él como para que me volviese a alcanzar, pude notar su irritada mirada desde lo lejos. Levemente vi a Mako-chan y estaba que echaba lumbre por los ojos fulminando al de cabello verde; Shun-chan estaba blanco pero el más blanco y hasta con gesto aterrado era Reo-san. En menos de veinte minutos estábamos los cuatro en las poses finales marcando el fin del acto y con los aplausos de todos los invitados.

Suspiré de manera cansada pensando en que todo esto ya había acabado pero de la nada un tipo me sujetó del tobillo y comenzó a jalarme. Cabe decir que el tipo estaba ya demasiado borracho y tenía muchísima fuerza.

—¡O-oye tú, belleza! ¡B-baila para mí!

—¡Suéltalo, idiota!- Mako-chan no pudo resistirse y le atinó una buena patada al tipo ese dejándolo todo noqueado. Shun-chan se puso aterrado mientras se abrazaba a Reo-san el cual estaba peor y el único que estaba cuerdo era Mako-chan debido a que yo estaba pensando en lo que nos pasaría por lo que sucedió con el borracho. Vi a Akashi-san tronar los dedos y vi como varios tipos enormes y vestidos de negro se acercaban rápidamente al escenario.

No me lo pensé dos veces y agarré a Mako-chan, el cual ya andaba queriendo golpear al borracho hasta dejarlo muerto, pero antes de otra cosa lancé uno de mis broches para que se accionara un botón y el telón cayera. Al caer el mismo Mako-chan me agarró y junto con los otros dos comenzamos a correr mientras se escuchaban gritos molestos los cuales exigían que regresáramos.

—Tenemos que largarnos de aquí, este maldito lugar no es seguro.- gruñó Mako-chan y luego nos ocultamos detrás de una pared mientras veíamos a más tipos de negro correr por el pasillo.

Con sigilo nos deslizamos hasta la habitación donde estaban nuestras cosas. Nos quitamos la ropa cambiándonos de inmediato y quitando la mayor cantidad posible de maquillaje. Escuchamos pasos venir pronto hacia nosotros y no tardarían mucho tiempo en dar con nosotros.

Mako-chan no dudó en tirar una maceta que yacía en el balcón contiguo para hacer ruido mientras nos tomaba de las manos con nuestras cosas en ellas.

—Hay que saltar.

—¡¿Estás loco?! ¡¿Cómo es que vamos a saltar?!- chilló en voz baja Shun-chan poniéndose como loco mientras escuchábamos como los pasos, que ya estaban cerca, se alejaban en la dirección de ruido-¡Estamos a unos cuatro pisos de altura!

—No tenemos otra alternativa, Shun, es eso o estar en manos de esos mafiosos de mierda.- murmuró Mako-chan respirando con fuerza y apretando mi mano y la de Shun, yo por instinto apreté la mano de Reo-san mientras este me devolvía una mirada decidida y temblorosa.- Confíen en mí.

En menos de lo que pensé los cuatro corrimos hacia el balcón y saltamos para caer finalmente en el agua de la piscina de la mansión. El agua estaba un poco fría, aunque eso era lo de menos. Salimos a la superficie, con todo y maletas, y en cuanto pudimos salirnos de la piscina nos dispusimos a correr a los jardines de la mansión en busca del boquete para poder escaparnos.

El frío calaba en mis huesos, estábamos empapados y la ropa era tan delgada que se pegaba a nuestra piel y aún así seguíamos escurriéndonos de agua. Escuchamos unos murmullos cerca y de pronto nos topamos de frente con un tipo enorme el cual se nos puso con los brazos abiertos y tanteando por donde podríamos escapar.

—Lo siento, pero no les dejaré ir.- vi que se movió y luego de escuchar más pasos comenzó a gritar- ¡Otsubo! ¡Los encon…!

Aproveché que se distrajo para darle una buena patada que literalmente lo dejó noqueado en el suelo. Me aterré al verlo demasiado inmóvil y temí haberme pasado de la raya. Mako-chan frunció el ceño y sin ninguna pena lo pateó obteniendo un quejido.

—No está muerto, aunque se lo merece por idiota.- gruñó mirando alrededor y encontrándose con el esperado boquete- Sigan ahí, larguémonos de este asqueroso nido de ratas.

Corrimos, tomando nuestras cosas, y nos adentramos al boquete enorme que estaba por ahí para poder salir de esta mansión. Al salir de ahí, no nos detuvimos y corrimos sin dirección alguna tratando de escapar de ese lugar del demonio. Tenía tanto miedo, nunca debimos hacer el trabajo. Nunca. Ahora estamos siendo cazados por unos malditos mafiosos y no creo que sean tan gentiles con nosotros. Esa gente es de lo peor.

Hubo un momento en que mis piernas ya no dieron para más y me detuve junto a los demás respirando demasiado agitado y mareado por el susto. No sabía en donde estábamos, muy lejos probablemente.

—C-Creo que los perdimos.- murmuré sin aliento y dejándome caer recargado en una pared- Ya no nos siguen.

—Malditos mafiosos de mierda, pero más maldito Imayoshi por ponernos en esta situación.- berreó Mako-chan viendo cuidadosamente por un lado- Esta me las paga. Estúpido cuatro ojos de mierda, si vuelvo a verlo lo castraré.

—…Reo-san, ¿S-se encuentra bien? ¿Qué le pasa?

Giré mi cabeza demasiado rápido hacia donde estaba Shun-chan tratando de ayudar a un muy pálido Reo-san el cual respiraba de manera pesada y se sujetaba el pecho. Un instinto de alarma se activó en mi interior, esto no era nada bueno.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal, Reo-san? ¿Qué tienes?- no dudé en ir hasta él ayudándolo a sentarse- ¿Reo-san?

—M-me siento m-muy mal. M-me duele mucho el pecho.- el pobre hablaba como si el aire se le fuera y con un rictus de dolor muy fuerte en su rostro. Sus manos se cernían en torno a su pecho mientras veía como un sudor frío recorría su frente- N-no puedo respirar-r.

—Hay que llevarlo al hospital, no perdamos tiempo.- miré a los otros dos, Shun-chan estaba en un estado de shock y Mako-chan peleaba por hacer funcionar uno de los celulares- Habla con el sensei, Mako-chan, temo que sea algo grave.

—Y es algo grave, maldición, temo que le esté dando un infarto.-  mi cara se aterró más por ello y sin pensármelo dos veces, a como pude subí a Reo-san a mi espalda y me levanté con muchos esfuerzos- ¡¿Qué haces?!

—Debo llevarlo al primer hospital que vea, no puedo permitir que algo malo le pase.

Vi como él hacía lo mismo con Shun-chan y las maletas a como pudimos nos las llevamos mientras corríamos por las calles buscando de manera desesperada un hospital. Nada, no había ni uno solo.

Recorrimos varias calles repletas de gente quienes al pedirles información nos veían como si fuésemos de lo peor. Los odié tanto en ese momento, ¿Qué acaso no veían que una persona estaba muy grave? ¿Qué acaso no eran humanos para no sentir lo que estaba pasando? ¿Cómo podían ser tan egoístas?

—Aguanta, Reo-san, resista un poco más.- murmuré agitado sin dejar de correr- Encontraremos un hospital pronto.

—Kazu…déjenme aquí y váyanse…- me asusté al escuchar su voz tan débil y como su cabeza cayó contra mi hombro. Se estaba poniendo peor- olvídense de mí, y huyan…

—¿Está loco? No lo dejaré aquí. No voy a dejarlo morir.-me detuve buscando con la mirada un ansiado hospital que no veía y vi a Mako-chan hacer lo mismo- Resista un poco más, aguante por favor.

Reanudé mi carrera adentrándome a unas oscuras calles donde fuimos a parar, por desgracia, a una llena de pandilleros los cuales al vernos nos rodearon de inmediato. Me tensé al instante ya que todos esos asquerosos tipos nos veían con lascivia y lujuria. Mako-chan y yo nos pegamos a espaldas sin soltar a nuestras preciadas cargas y buscando en la manera de cómo salir.

—Vaya, vaya, ¡Que sorpresa! ¡Un grupito de cuatro deliciosas bellezas han caído a nuestra trampa!- uno de ellos se adelantó hasta mí y comenzó a manosear mi cara- Eres una belleza exótica, tú serás para mí.

—En tus sueños, maldita escoria de este inmundo barrio.- mascullé haciendo que dejara de tocarme luego de darle una patada en sus partes y de paso enorgulleciendo a Mako-chan por el vulgar vocabulario que había aprendido de él.

—¡Maldita zorra!- masculló desde el suelo retorciéndose- ¡Me las pagarás!

Sentí como dos de sus tipos trataban de quitarme a Reo-san de la espalda a la fuerza. No iba a dejarme, no podía dejar que se atrevieran a tocarlo. Me defendí como pude, pero el número de tipos aumentaba cada vez más.

—¡Jodidos perros hijos de $#”%”! ¡No se atrevan a tocarlo!- Mako-chan estaba atrapado entre cuatro tipos y otros dos sostenían a un inconsciente Shun-chan mientras le manoseaban queriendo violarlo.- ¡No los toquen! ¡Malditos!

En un momento inesperado, me quitaron a Reo-san y de un golpe me dejaron en el suelo. Pronto tuve al tipo que pateé encima de mi reteniéndome y manoseándome mientras me besaba el cuerpo queriendo desnudarme y violarme ahí mismo.

—¡No! ¡Suéltame! ¡No me toques! ¡Ayuda!

—Te haré mío a la fuerza, dulzura, vas a ser mío.

Traté de quitármelo de encima pero no pude por la fuerza del otro. Vi a Reo-san tirado a punto de desmayarse y vi a mis otros dos acompañantes siendo reducidos. No podía creer que esto nos estuviese pasando. No podía quedarme así pero no podía hacer absolutamente nada.

De pronto, una camioneta derribó una de las paredes cercanas entrando de la misma manera. Derrapó derribando a unos cuantos maleantes y frenó prendiendo enseguida unas potentes luces. Los que nos habían atacado se quedaron molestos y al ver bien a la persona que bajó del asiento del conductor se quedaron perplejos y tiesos.

—Vaya, vaya, vaya, como siempre hay ratas todavía por las calles del distrito. Creí que ya nos habíamos librado de ese asunto pero veo que aun desobedecen las órdenes de los mayores.- la voz se escuchaba divertida y con un toque de sadismo, me giré a ver a la persona y descubrí a un rubio con un traje negro italiano el cual se quitaba sus oscuros lentes luciendo unos ojos dorados feroces- Basuras inmundas, se van a arrepentir de esto.

Los tipos de inmediato se largaron casi volando y al ver bien al rubio me di cuenta de algo. Ese rubio estaba en la fiesta, fue de hecho el rubio que le gritó al cumpleañero. Me levanté aterrado y fui en ayuda de Reo-san en lo que Mako-chan ayudaba a Shun-chan.

—Oigan, bailarines,  ¿Están bien?...

—¡Kise, bastardo! ¡¿Cómo demonios se te ocurre hacer eso?!- el rubio se encogió por un ligazo que le dieron en la cabeza. De la camioneta salió un pelinegro de ojos azul cromado y unas cejas peculiares además de un genio de los mil demonios- ¡¡Pedazo de animal!! ¡¡Tarado!!

—Awww Kasamatsu-san, ¡No sea cruel conmigo! ¡¿Qué no ve cómo estoy?!

—Solo por eso me contengo, ¡Si no ya te hubiera molido a palos!

—Kise-kun, Kasamatsu-san, no discutan. Por favor, tenemos que ayudarlos.

No vi a la persona que emitió esa voz, se escuchaba calmada y serena. Ladeé mi cabeza y vi al mismo peliazul de la fiesta a mi lado.

—¡¿Desde cuando estás ahí?!- gritamos los cuatro conscientes mientras este nos miraba resoplando acariciando su pequeño pero levemente abultado estómago.

—Me vine con ustedes, que malos son.- me dirigió una mirada serena mientras se levantaba del suelo y los otros dos se acercaban para ayudarnos. Me puse a la defensiva abrazando a un casi inconsciente Reo-san mientras Mako-chan se ponía igual que yo pero con Shun-chan. – Tranquilos, no vamos a hacerles daño.

—¡¿Cómo quieren que les creamos?! ¡¿Cómo creerles a una bola de malditos mafiosos?!- gritó Mako-chan fuera de si, ¿Cómo podíamos creerles? De ninguna manera, no podía creer en ninguna palabra.

—Entiendo que desconfíen de nosotros, pero queremos ayudarlos.- continuó el de cabellos azules con su cara apática- Su amigo se ve muy mal, necesita que un doctor lo atienda.

—Por favor, ayúdennos, nadie quiso hacerlo.- susurré con lágrimas en los ojos mientras veía como el de cabello negro se acercaba a donde estaba yo con Reo-san y procedió a posar dos de sus dedos en el cuello del otro- No nos dejen, por favor.

—Tenemos que llevarlo a un hospital de inmediato. Súbanse a la camioneta.- el tipo gruñón, a pesar de estar un poco más bajo que yo, tomó a Reo-san en brazos y caminó a la camioneta conmigo detrás de él.

Luego de que todos estuviésemos en el vehículo, el rubio se puso al volante mientras el peliazul se puso en el asiento de copiloto en lo que el otro iba con nosotros en los asientos traseros. La camioneta arrancó de manera veloz saliendo de esas oscuras calles y adentrándose a las mismas iluminadas.

—¡Maldito idiota! ¡Maneja con cuidado! ¡Casi te llevas a esa anciana!

—¡Lo siento, Kasamatsu-san!

—¿Su amigo ya estaba enfermo? ¿Qué le pasó?- masculló el otro sosteniéndose de donde podía. Me asusté cuando Reo-san gimió apretándose más el pecho y respirando con más dificultad.

—N-no lo sé, estaba bien y de repente se sintió mal.- susurré mirando por los alrededores buscando un hospital- Tenemos que llevarlo al hospital de Tokyo, el de la calle Ikushima. Masaaki-sensei es el único que puede ayudarnos.

Vi los ojos del pelinegro abrirse como platos y sus manos tensarse. Compartió una mirada rápida con el rubio, igual de tenso,  y dobló por unas cuantas calles volándose un par de semáforos en rojo ocasionando casi unos pocos choques entre vehículos.

—Kise-kun, no creo que Aomine-kun le agrade la idea de tener que sacarte de prisión por tus infracciones.- musitó el bajito peliazul  y viendo como varias patrullas iban detrás de nosotros- A Kagami-kun no le gustará esto.

—Gozo de inmunidad, Kurokocchi, ni pisaré el piso sucio de esas podridas celdas.

De repente la camioneta se detuvo y respiré aliviado al ver que habíamos llegado al hospital de Masaaki-sensei. El pelinegro se bajó de la camioneta siguiéndole yo detrás y teniendo este a Reo-san en brazos. Mako-chan se bajó con Shun-chan en brazos. Seguí al que tenía a Reo-san corriendo a la entrada del hospital con lágrimas en los ojos y orando porque Reo-san estuviese bien.

—¡Ayuda! ¡Necesito un médico! ¡Es una emergencia!

Gritó el pelinegro con fuerza entrando por las puertas del hospital. Vi a Masaaki-sensei doblar el pasillo junto con su colega y al ver lo que ocurría tiró su café mientras corría hacia nosotros mientras pedía a gritos una camilla.

—¡¿Qué demonios pasó?! ¡¿Kazunari?! ¡¿Qué les pasó?! ¡¿Qué les hicieron?!- bramó el sensei demasiado aterrado y furioso al momento de quitarle a Reo-san de los brazos al pelinegro, y de paso fulminarlo con la mirada- ¡¿Qué tiene Reo?!

—N-no lo sé, dijo q-que le dolía mucho el pecho y que no podía respirar- musité sintiéndome mareado-A-ayúdenos, sensei, no deje que le pase nada malo.

—Lo llevaré y quédate tranquilo, él va a estar bien.

El sensei, cuando le trajeron la camilla, puso a Reo-san en ella y se perdió en el área de emergencias. Me quedé en el pasillo llorando, sintiéndome agotado, cansado y mareado. De repente mis fuerzas me abandonaron y mi cuerpo cayó sin sentido en el frío pasillo del hospital.

 

 

Sentí algo tibio posarse en mis parpados y al abrirlos una luz me molestó. Me tallé los ojos y luego de abrirlos bien me di cuenta de que estaba en una habitación de hospital con un suero en mi brazo y una ligera bata. ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy así? ¿Dónde estaban los demás?

—Qué bueno que despertaste, Takao-kun, nos tenías muy asustados.- vi a Koganei-kun al otro extremo de la habitación. Luego se dirigió a una mesita donde había diversos instrumentales y aparatos con los cuales comenzó a examinarme.

—¿Qué me pasó?

—Te desmayaste en el pasillo de entrada del hospital: tu presión y glucosa descendieron a niveles demasiado bajos. Y para rematarla, te dio fiebre.- me explicó mientras me tomaba la tensión- Nos preocupaste mucho porque no despertabas, Masaaki-sensei está con el alma en un hilo.

—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?

—Ya ha pasado un día entero, este es el segundo día en que estás internado.

Me levanté de un brinco de la cama pero al instante me mareé y casi me caigo de no ser porque Koganei-kun me sostuvo y volvió a recostarme.

—Tranquilo, debes calmarte, aun estás débil.

—¿Qué pasó con Reo-san? ¿Mako-chan, Shun-chan? ¡¿Mi hermanito?!

—Por orden. Reo-san está en cuidados intensivos: sufrió un connato de infarto- mi cara se puso aterrada a lo que mi acompañante se apresuró a explicarme- tranquilo, Masaaki-sensei lo atendió a tiempo y ya está mejor. Lo llevaremos a un cuarto en un par de horas. Mako-san está durmiendo ya que se lastimó un poco un brazo y Shun-chan está sedado: tuvo un susto terrible pero igual ya está mejor. Y con respecto a Tatsuya-kun, ya se encuentra más repuesto y ya incluso comió.- al ver que de nuevo quería emprender carrera y de nuevo me detuvo- Espera, traeré una silla de ruedas si me prometes que te comerás lo que hay en esa bandeja.

Con todo mi pesar me comí los alimentos, ya que odiaba la comida de los hospitales, y así pude asegurarme de ver a mi hermano. Al entrar a su habitación vi que esta estaba llena de unas peculiares rosas color violeta las cuales desprendían un aroma exquisito además de que había otras flores como orquídeas, azucenas y jazmines. Tat-chan aún seguía conectado a monitores que controlaban su corazón y ya no estaba intubado: en su lugar tenía unas cánulas nasales. Leía un libro en braille, por el título vi que era nuevo. Se detuvo y luego movió su cabeza como si estuviera buscándome.

—¿Kazu? ¿Estás aquí?

—Aquí estoy, Tat-chan, ¿Cómo te sientes?- me acerqué con cuidado y le tomé de las manos. Él me comenzó a palpar la cara y los brazos esbozando una suave sonrisa.

—Me siento mejor, Kazu, pero tu…¿Por qué tienes un suero?- maldecí cuando tocó mi brazo y sintió la vía- ¿Qué te pasó? ¿Estás internado?

—No te alteres, Tat-chan, estoy bien. Solo estoy un poco deshidratado, me sobre exigí en el trabajo y me dijo el sensei que debía permanecer en observación.- le eché una mentirita, no iba a decirle que me desmayé para no alterarlo.

—¿Y Reo-san? ¿Mako? ¿Shun?

—Creo que pescaron una infección en el estómago y también están aquí. Nada serio, no te preocupes.- él suspiró mientras se recargaba en las almohadas y ahora yo recordaba el asunto de las flores- Tat-chan, ¿Quién te trajo todas estas flores? ¿Y estos arreglos? ¿Chocolates de París?- murmuré atónito al ver la fina caja de chocolates especiales que Tatsuya si podía comer, eran especiales para personas que padecían enfermedades cardiacas. La cara de Tatsuya se puso roja y escuché como el monitor daba pitidos rápidos- ¿Tatsu? ¿Acaso me ocultas algo?

—Bueno…no he estado solo, Kazu, hay alguien quien ha estado acompañándome.- su vocecita temblorosa me hizo sentirme como un hermano mayor sobreprotector al acecho- Es, es una persona muy amable, muy bueno. Me lee novelas y me ha obsequiado unos cuantos libros en braille.

—¡Tienes un admirador!- aunque por dentro me moría de los celos: ¡¿Quién es el maldito hijo de su pelona que se atrevía a mandarle flores, chocolates y demás a mi precioso hermanito?! Me contuve y traté de moderarme, pero de pronto su carita se entristeció- ¿Qué pasa, Tat-chan? ¿Por qué la carita triste?

—Kazu, él no se fijará en un ciego y para colmo enfermo como yo.- sollozó mi hermano derramando muchas lágrimas- Creo que solo es amable conmigo por mi discapacidad…

—No llores, Tat-chan, no te pongas así.- le sequé las lágrimas que caían por sus mejillas-Te hace daño. Si ese tipo malnacido se atreve a hacerte daño, entre Mako-chan y yo le partimos su mandarina en gajos…a propósito, ¿Quién es? ¿Cómo se llama?

—N-no lo sé, no sé su nombre.

—¿Cómo que no sabes su nombre?

—Yo…no sabría decirte como…-por lo menos me alegré por verlo ya un poco más calmado.-él ha platicado conmigo desde hace un tiempo, cuando vengo aquí al hospital…

—¡¿Es un enfermero?! ¡¿Un médico?!- chillé exaltándome pensando en quien podría ser- ¡¿Por qué no me lo dijiste?!

—Lo siento, Kazu, es que pensé que te molestarías.- bajó la voz mientras yo me levantaba de la silla de ruedas y me recostaba con él en la cama dándole un abrazo.

—No es eso, tontito, es solo que quiero protegerte. Claro que me alegra que tengas un amigo, quiero que tengas muchos. Pero quiero ver personalmente a ese amigo tuyo, para saber cómo es.- si es guapo y anda tras Tatsu, lo castro. Nadie se mete con mi hermanito, él aún es muy joven e inocente como para que un pervertido lo ande rondando>0<

—Jeje bueno…- se recargó contra mí soltando un bostezo mientras se acurrucaba-él, huele a dulces…y su cabello es del color de las uvas, según me dijo…

Suspiré al notar que se había quedado dormido contra mí y me dispuse a acariciar sus suaves mejillas delineando con mis dedos cada contorno de su rostro y recorriendo un poco su fleco para que no tapara su ojo izquierdo. Me quedé pensando en esos aspectos: ¿Cómo carajos iba a encontrar a alguien que oliera a dulces y que tuviera el cabello del color de las uvas? Bueno, por lo menos era una persona de cabello morado, violeta o que se yo. Pero lo iba a encontrar, y cuando eso me fuese posible lo iba a castrar por hacer llorar a mi hermanito.

 Me separé con cuidado y antes de irme en la silla de ruedas, le di un beso en la frente y le arropé con las sabanas para que pudiese descansar. Afuera del pasillo me esperaba Koganei-kun para decirme que Reo-san ya estaba en una habitación normal y no en cuidados intensivos.

Al entrar a la habitación le vi algo pálido y en las mismas condiciones que Tat-chan. Lo malo fue que él si podía verme y de inmediato se alarmó al notarme en su campo de visión. No estaba solo, estaban con él Mako-chan, Shun-chan –el cual ya se veía mejor junto con Momo-, Kouki-chan, Masaaki-sensei, el jefe Imayoshi y su esposo Ryou. Cabe decir que el jefe estaba amarrado con unos buenos golpes en la cara, sus lentes chuecos y con las miradas de su esposo reprochándole de todo.

—Kazu, cielo…- Reo-san trató de levantarse pero entre Mako-chan y yo, que salí casi volando de la silla, se lo impedimos- ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? ¿Por qué nadie me dijo nada?

—Tranquilo, Reo, te pusiste muy mal ayer y no quiero que te alteres.

—¡¿Cómo no voy a alterarme?! ¡Ese tipo golpeó a Kazunari y casi lo viola!- el gesto del sensei se puso de manera furiosa mientras trataba de contenerse. Reo-san se recostó de nuevo tratando de respirar calmado en lo que yo trataba de contenerlo en la cama.- Me preocupé muchísimo, por todos ustedes, y no pude hacer nada.

—Yo estoy bien, Reo-san, pero tú te pusiste muy mal.- le reproché soltando sin querer unas cuantas lágrimas. El solo pensar que algo peor le pudiese pasar, no podría…-Casi te da un infarto, ¿Por qué no nos dijiste nada? ¿Por qué nos ocultaste que te sentías mal? No tenías por qué hacerlo.

—No quería preocuparlos, Kazu, no con todo lo que está pasando.- él también comenzó a llorar- Tú estás muy presionado por la enfermedad de Tatsu, tienes que matarte trabajando al igual que los demás. No quería preocuparlos más de la cuenta.

—No nos preocupas, tonto, debiste decírnoslo.- Mako-chan le dio unos golpecitos en la frente-Ahora debes estar guardando reposo. Nosotros nos encargaremos de todo.

—Ni se le ocurra protestar.- Shun-chan se nos unió en esto- Debe descansar para que su corazón así lo haga, no tiene que fatigarse ni preocuparse por nada. ¿Verdad, sensei?

—Así es, Reo, te quedarás en observación por toda la semana.- su cara se frunció en preocupación a lo que el sensei se apresuró en explicarle- Lo que te pasó fue algo grave, hijo, y quiero tener te aquí para descartar cualquier detalle. Te haré más pruebas y análisis solo para cerciorarme que todo está bien con tu corazón y que no se trata de un asunto más serio.

—Está bien,- suspiró viéndome con una débil sonrisa- Kazu, cielo, ¿Todo bien? Tranquilo, voy a estar bien…

—Es solo que, yo…no quiero que…- sin poderlo evitar me arrojé a sus brazos y lloré como cuando era pequeño. Sentí tanto miedo pensando que lo que le había ocurrido había sido fatal. Tenía miedo de despertar y que me dijeran que Reo-san no había resistido y que había muerto. Sentí sus brazos rodeándome y su mano acariciar mis cabellos.-…no quiero perderte…n-no quiero que nos dejes solos…

—Lo siento por asustarlos tanto, Kazu, te prometo que no voy a dejarlos solos.- sentí sus suaves labios dándome besos en la cabeza como cuando era un niño- No soporto verte llorar, se me parte el alma verte así.

—No hay que ponerse tristes, lo peor ya pasó.- Kouki-kun nos sonrió y luego pude ver algo en sus manos. Se trataba de una pequeña cajita con una flor y un león tallado en ella junto con un pequeño ramo de orquídeas tan rojas como la sangre.

—¿Kou-chan? ¿Qué es eso?- le señalé, ya no tan lloroso, lo que traía entre manos y luego se puso tan rojo como un tomate de temporada.-No me digas que tú también…

—M-me llegaron hace un rato, n-no tengo idea de quien pueda ser, solo tienen las iniciales AS. D-Después les diré, ahora debemos solucionar y plantear lo que haremos.

—Pero la culpa la tiene el desgraciado del jefe.- volteamos a ver a Mako-chan el cual compartió una mirada con el marido del jefe- Hasta la vista, idiota, ve dejando tu testamento. Antes de ello quiero una indemnización y tres semanas de vacaciones. Antes de que te maten.

—Si lo matamos su sufrimiento acabará pronto.-el tímido castaño ahora sacaba las garritas-Mejor lo dejo en abstinencia una semana.

—¡No, Sakurai! ¡Moriré sin ello! ¡Todo menos eso!

—Por responderme, será un mes.

—¡Eres cruel, amorcito!

—Si sigues, aumentará a dos meses.

—Mejor me callo. TOT

Reí un poco mientras Shun-chan arrullaba a su hijo respondiéndome con su mirada que ya se encontraba mejor. No quise recordarles sobre las personas que nos ayudaron para no hacer más drama y demás del asunto. Hice una breve memoria recordando los acontecimientos pasados. La noche, donde la cual ese extraño me besó. No supe por qué pero el recordar eso hacía que mi corazón latiera tan rápido. ¡No! ¡Eso no era posible! ¡Él solo es un extraño al cual no veré nunca!

Dejé que Reo-san descansara y Koganei-kun me llevó a mi habitación. Mañana saldría del hospital aunque me quedaría aquí un poco para cuidar a mi hermanito y a Reo-san. Después volveríamos a los ensayos para no desacostumbrarnos. Vi por la ventana que ya estaba anocheciendo. Vaya que el tiempo pasó muy rápido.  Pero esos ojos verdes, no me dejaban en paz. Maldición, ¿Qué era lo que él había hecho conmigo? Sin querer toqué mis labios recordando como los suyos me besaban y sus manos recorrían mi cuerpo, como al toque de sus manos mi piel reaccionaba provocándome placer.

—Ese beso, no…no puedo sentir esto…-sacudí mi cabeza hundiéndome en las almohadas- además no volveré a verlo…

Poco a poco me fui quedando dormido en la cama y soñando con esos ojos verdes que tanto me encantaban.

 

EN UN LUGAR NO MUY LEJOS DE AHÍ- ENTIENDASE UN PASILLO XD

 

Mientras nuestro querido protagonista dormía pacíficamente unos ojos verdes lo miraban con satisfacción mientras sostenía en sus manos varias carpetas con papeles importantes. Sonrió mirando dos de ellos en especial: uno de ellos era el del paciente al cual le habían encomendado su caso y el otro era con el informe lleno de toda la información de su adorado bailarín. Delineó con sus vendados dedos los contornos de la persona de la fotografía mientras emitía una risa suave y a la vez de satisfacción.

—Por fin te he encontrado, mi hermoso halconcito. 

Notas finales:

Hasta aquí le dejo yo. ¿Qué les pareció? No olviden dejar su comentario y nos leeremos pronto.

El avance para el próximo cap:

 

-Demonios, malditos mafiosos. Están peor que las cucarachas.

-¿Qué hace uno de los herederos por estos lugares?

-Esto debe ser una broma, no puedo creerlo.

-Mooooo, ¿Por qué tenemos que estar aquí? Ahorita estaría muy a gusto.

-Kazu… él no puede sufrir lo mismo que yo sufrí.

-Me alegra que por fin hayas vuelto, te tengo reservado un pequeño regalito que te va a gustar mucho.

-Estuvo tan cerca, tuve tanto miedo de volver a ese mundo.

-No podemos quejarnos, aunque no lo entienda a él en totalidad.

-¿Qué sorpresa tienes aguardando para mí? ¿Qué es lo que me quieres decir?

-Ellos están cada vez más cerca, no tardarán en llegar a ellos.

-¿Cuáles son tus planes al venir? No me creo ese estúpido cuento barato.

-¿Qué quieres y porqué has venido?

-Ha venido el jefe del distrito de Shutoku, y ha preguntado por Hawk.

-Nos volvemos a encontrar, pequeño halconcito.

No se lo pierdan!

Nos leeremos pronto.

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Moki Moki

Les saluda

Momoka Black ♣♠♦♥


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