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The lords of the mafia por Momoka Black

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Notas del capitulo:

Hola hola queridas y queridos lectores de AY!

Antes que nada les quiero ofrecer una disculpa por el retraso. Estuve muy ocupada por los deberes universitarios y apenas me acabo de desocupar (entre a las vacaciones wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii). Me estoy poniendo al corriente con los fics.

Tambien quiero agradecerles a las personitas tan lindas y hermosas que me han dejado un review en muestra de apoyo y lo que sienten con cada cap. Eso me halaga mucho mucho!!

Agradecimientos a:  himitsu akira, Anónimo, AleChunChun, miila25, yaoiobsecion, Pandicornio_morado326, Sasunaru24sasuke, Gargolita, y Eizbeth722. 

Ahora se viene lo mejor!

No me extiendo más y las dejo con el cap!

Disfrutenlo mucho mucho!

 

Fui reaccionando levemente ante una voz que me estaba llamando con insistencia, me sentía muy mareado, asqueado y por alguna razón no podía moverme. Abrí los ojos y me descubrí que estábamos todos juntos atados en una habitación apenas iluminada por un foco. Reo-san trataba de moverse pero se veía muy mareado y débil, Mako-chan trataba inútilmente de quitarse unas cadenas de sus tobillos con un pasador, Kou-chan se había liberado de las ataduras de sus manos y ahora lo intentaba con sus piernas, Shun-chan estaba despierto abrazando a Shuusei-kun quien estaba dormido y Tatsu-chan estaba encadenado apenas despierto. Me llené de rabia por esto forcejeé con mis ataduras sin éxito alguno.

—Kazu-chan…-susurró débilmente Reo-san y traté de ir hacía él pero mis ataduras me lo impedían. Únicamente pude darle una mano siendo apenas un leve rozón de dedos-¿Estás bien?

—No te preocupes por mí, estoy bien.-miré buscando una salida pero no había ninguna-¿Dónde estamos? ¿Por qué nos hicieron esto?

—No lo sé, pero saldremos de aquí.-masculló Mako-chan abriendo la cerradura de sus tobillos-Debemos salir de aquí antes de que vengan estos imbéciles.

—Tatsu…-miré a mi hermano el cual trataba de mantenerse consciente a duras penas-Resiste, vamos a sacarte de aquí.

—Kazu…Kazu…n-no me siento bien…tengo miedo…-su voz se iba apagando y me aterré cuando su muñequera comenzó a emitir una alarma. Kou-chan trató de apresurarse mientras Mako-chan corría hasta donde estaba mi hermano.

—Maldita sea, está teniendo una crisis.- las palabras de Mako-chan me dejaron helado. Mis lágrimas descendieron mientras impotente trataba de liberarme. Si no hacía algo mi hermano iba a morir-Kouki, dime que tienes algo ahí.

—Lo tengo y debo administrárselo antes de que entre a fibrilación.

De la nada la puerta fue abierta y entraron varios sujetos. Uno de ellos, el que me había golpeado, agarró a Mako-chan y lo aventó al otro extremo de la habitación dejando a mi hermano ahí en su lugar. Uno de sus hombres sujetó a Mako-chan para que no corriera al verlo libre.

—Maldito miserable. ¡¿Por qué nos hicieron esto?! ¡¡Déjanos ir!!

—Lo siento fierecita, pero eso no va a ser posible. Son unas joyas demasiado codiciadas aquí entre nosotros y han pedido sumas muy grandes de dinero por ustedes.- se acercó a mi y jaló mis cabellos haciendo que mi familia protestara-En especial por cuatro de ustedes. ¿Sabes? Me harás pelear por ti en la subasta.

—Prefiero morirme a ser tuyo.

—Ya te enseñaré yo a ser obediente.- iba a besarme pero le asesté un cabezazo que le hizo sangrar la nariz. En respuesta, me dio un golpe en el rostro que me dejó mareado.-Por más que te resistas, vas a ser mío. Kenta, vigílalos.

El tipo se fue dejándonos con el tipo que se veía demasiado amenazante. Junto a él se quedaron dos más mientras otro sujetaba a Mako-chan para evitar que se fuera. En eso, mi hermano comenzó a ponerse más mal aún y empezó a perder el conocimiento.

—Suéltame, necesito inyectarle esto.-Kou-chan se dirigió a uno de ellos-Suéltame ahora.

—No lo haré, dulzura, podrías atacarme.

—Eres un imbécil. Si no le inyecto esto podría morir.-Kou-chan gruñó fulminándolo con la mirada. Traté de liberarme viendo como la vida de mi hermano se estaba extinguiendo poco a poco. Los pitidos de su muñequera se hacían cada vez más alarmantes-¡Suéltame ya!

El tipo no liberó a Kou-chan pero le quitó las cadenas a Tatsu-chan y llevó su cuerpo hasta donde estaba Kou-chan. Este no perdió tiempo y le inyectó la ampolla vaciando todo su contenido. Minutos después la muñequera no emitió alarmas indicando que la crisis de mi hermano había pasado. Por ahora.

—¿Los drogaremos de nuevo?

—A ese no.-señaló a Tatsu-chan quien permanecía apenas consciente-No va a resistir mucho. Dudo que vaya a sobrevivir.

—Malditos.

En un movimiento rápido Mako-chan se liberó de los brazos de quien lo retenía y con una llave de pie lo dejó inmovilizado. Kou-chan pudo soltarse a iba a salir en su ayuda pero se vio refrenado por uno de ellos quien le apuntó con una arma en la cabeza. Mako-chan alcanzó a herir a su presa antes de que el que no hacía nada sacara su arma y sin vacilación le disparara en un costado.

—¡Mako-chan!

Gritamos y lo vimos caer jadeando y sujetándose la zona. Me llené de más rabia aun pero nada podía hacer. Los otros dos lo vieron con horror y el que había amenazado a Kou-chan guardó su arma no sin antes amenazarlo con hacernos algo si intentaba escapar.

—¡Eres un idiota! ¡No tenías que herirlo! ¡Hijikata-san estará furioso por dañar la mercancía!

—E-estúpidos. N-no saben con quien se metieron.-jadeó Mako-chan sonriéndoles pese a la gravedad de su condición-Y-ya deben estar tras n-nosotros. E-es más, y-ya están aquí.

Mako-chan fue noqueado de un golpe y el que lo hizo le inyectó todo el contenido de una jeringuilla. Los otros dos se acercaron a Shun-chan quien trató de defenderse pero Shuusei-chan y él sufrieron lo mismo que Mako-chan. Kou-chan de igual manera pero el grandote se acercó a Reo-san le tomó el rostro de manera brusca.

—Esto es para que no se te ocurra hacer lo mismo que él.

Horrorizado vi que a él le inyectó dos dosis dejándole sumamente débil. Me sacudí sin éxito. Se acercó a mí, mientras los otros dos me sujetaban con fuerza.

—¿Tus últimas palabras antes de dormir, belleza?

—Espero que los maten.

.

.

.

Mientras, en un palco de un club clandestino se encontraban los señores de la mafia esperando el momento indicado para actuar. Fukui había sido explícito y conciso: iban a subastar a los protegidos del Kumicho de Shuutoku y a la mínima acción contra ellos los iban a asesinar. Mayuzumi y otros acordaron un plan: entrar de manera sigilosa y comprarlos para después acabar con los culpables. La ventaja era que para entrar al club debían usar máscaras para proteger sus respectivas identidades.

—Cálmate, Midorima, no logras nada así.

—No puedo hacerlo, sensei, me llena de rabia el saber que Takao esté aquí. –Siseó el peliverde viendo a los otros que estaban abajo murmurando cuantos “premios” se comprarían-En este mar de buitres.

—A mí tampoco me hace mucha gracia, mocoso, a diferencia tuya todos ellos son mi responsabilidad y mi posesión.- le gruñó el mayor asestando un puño en la mesa-Dos de ellos pueden morirse y que no se te olvide que hay un niño entre ellos.

—El heredero del Ou-sama además del consorte del mismo.-obtuvo un gruñido en respuesta y la atención de los demás. Eso no se lo esperaban. Kagami soltó el vaso que bebía, Aomine se cayó de la silla y Murasakibara escupió sus dulces. Si Kise y Kuroko hubiesen estado ahí, el primero chillaría y el segundo se pondría transparente-No entiendo como no dejamos que Nijimura se enterara de esto.

—Si se hubiera enterado, se descontrolaría todo.- habló Akashi conteniéndose de no salir y hacer una masacre-Conozco a Shuuzou-san y sé que de solo enterarse de que Izuki Shun está en peligro perdería el control de su mente. Ni decir que su posible hijo también lo está. Saben cómo se puso cuando supo lo que le pasó a Izuki Shun, cuando este desapareció.-siseó viéndolos a todos-Masacró a los que apoyaban a su abuelo y a este lo confinó a la isla de los condenados. Se volvió un maldito ermitaño e impuso su ley atroz en cada distrito de Japón. De no ser porque Tetsuya y nosotros le detuvimos…no puedo imaginarme lo que hubiera pasado. ¿Cómo demonios hizo para ocultar a Izuki Shun y al hijo de este, Kumicho?

—Eso es algo que no les importa, mocosos.- gruñó el mayor dándoles una mirada para nada agradable-No intenten jugar a ser leones cuando son tan solo una bola de estúpidos cachorros.

—Creo que tenemos que dejar eso de lado por ahora.- Intervino Kagami cuando vio la ira surgir de todos ellos. En especial del Kumicho de Shuutoku-Debemos sacarlos sanos y salvos. Aomine, ¿Estás listo?

—Desde luego, Bakagami, tengo la jauría preparada para las ratas.- se puso una máscara oscura-Prepárense y pónganse sus máscaras, esto ha comenzado.

—Bienvenidos sean todos ustedes al club Hijikata. Esta noche es la más especial de todas puesto que los premios a subastar son los más codiciados entre nosotros.- los murmullos no se hicieron esperar-Por fin están a nuestro alcance. Esta noche, tendremos las joyas que poseía el Kumicho de Shuutoku y quien egoístamente nos las ha negado.

—Aomine, a ese bastardo lo quiero atado y en la bodega del puerto.- el pelinegro asintió sintiéndose intimidado por el aura tenebrosa que emitía el mayor-Y quiero a diez de tus mejores bestias. Si sabes a lo que me refiero...

—Desde luego, Kumicho-sama.

—Nuestro primer premio para ser subastado.

Akashi ardió en rabia al ver a su amado Kouki notoriamente drogado y vistiendo un kimono apenas visible en color arena. Lo arrastraron y lo aventaron al suelo sin ninguna consideración. Uno de los que lo llevaba le levantó de los cabellos obteniendo murmullos de las personas codiciosas y que Akashi sacara su arma.

—Akashi, contrólate. No arruines el plan.-el Kumicho de Shuutoku le detuvo la mano-Sé que estás molesto, yo mismo me contengo, pero si queremos sacarlos de ahí bien debemos apegarnos al plan. Si no lo hacemos, pueden matarlos.

—Que inicie esta subasta con 1000 yenes.

Muchos comenzaron a ofrecer sumas grandes de dinero por el castaño, las cantidades subían de manera estratosférica y antes de que Akashi perdiera el control, Nebuya ofreció una cantidad insuperable además de unas cuantas gemas valiosas. Cosa que maravilló al anfitrión quien dio por finalizada la puja.

—Vendido al caballero del palco. Ya puede reclamar su premio.

Akashi ya se encontraba dispuesto a ir y matar a todos pero Nebuya se le adelantó, mientras Kotaro lo detenía, yendo él por Kouki. Cuando lo trajo Masaaki se adelantó para hablarle ya que Kouki estaba a punto de perder la conciencia. El castaño al verlo sonrió débilmente derramando unas cuantas lágrimas.

—Masaaki-sensei…

—Kouki, ¿Qué pasó? ¿Dónde están los demás? ¿Qué les hicieron?

—Sensei…sensei…todo fue…muy rápido…entraron a la casa…Reo-san y Mako-san…iban a darnos tiempo para escapar…pero fueron los primeros en caer…

—¿Qué les dieron? ¿Con qué los drogaron?- siseó el mayor dando órdenes silenciosas-¿Dónde tienen a los otros?

—Heroína…usaron heroína…- Kouki sacó fuerzas pese a su débil estado. No se iba a rendir, no sin antes hacer que salvaran a su familia-Los demás…tienen que sacar a los demás…van a subastarlos a todos…Tatsuya ya tuvo una crisis y no aguantará otra… esta es la última que tengo- Murasakibara se puso histérico con eso mientras Kouki a duras penas le entregaba una ampolla al mayor-Mako-san…le dispararon por ayudarnos…le dieron en un costado…está perdiendo mucha sangre…-Masaaki apretó los puños rabioso-a Reo-san…lo drogaron demasiado…más que a mí y a los demás…si no lo sacan de aquí morirá…Shun-chan y Shuusei-chan volvieron a drogarlos…-todos tragaron saliva: si algo les pasaba Nijimura haría una sangrienta carnicería-deben sacarlos…a todos…

—¿Dónde está Kazunari?

Midorima se acercó y le sacudió desesperado al verlo a punto de desmayarse. Kouki reunió lo poco que le quedaba de fuerzas y se lo dijo al peliverde antes de caer desvanecido en sus brazos.

—L-lo golpearon…él será el último…

Midorima apretó los puños entregándole a Akashi al castaño mientras este trataba de hacerlo despertar por todos los medios. Masaaki miró a todos ahí planeando algo rápido: si no hacían algo pronto morirían.

—Akashi, llévate a Kouki de inmediato a la mansión. Mayuzumi y dos de mis hombres te escoltarán allá.- el pelirrojo le vió intercambiando fugaces miradas-Mitobe está allá listo para atenderlo. Quiero que organices todo y se preparen para cuando lleguemos.

El pelirrojo no perdió tiempo y se fue con Kouki y Mayuzumi. Pronto escucharon al anfitrión hablar y vieron como otro llevaba a un muy débil Himuro Tatsuya encadenado a dos barrotes movibles y con apenas un ligero kimono gris. Kiyoshi, Kagami, Kasamatsu, Midorima, Aomine y hasta Masaaki tuvieron que hacer esfuerzos titánicos para evitar que Murasakibara saliera del palco y asesinara a medio mundo.

—Suéltenme, debo ir por Muro-chin…voy a matarlos…

—Si haces eso lo van a matar. –lo frenó Kagami sintiendo asco por el trato hacia el chico encadenado-Contrólate. Debemos apegarnos al plan para salvarlo a él y a los demás.

—Que comience la subasta, caballeros.  1000 yenes como cantidad inicial.

Pronto el público comenzó a aumentar el precio por el joven quien cayó inconsciente a los pocos minutos. Murasakibara se puso más histérico aún y ordenó a uno de los suyos ir a amenazar al anfitrión para que detuviera la subasta cuando Kagami hiciera la última oferta. Liu Wei fue el encargado de dicha labor. Criado en las artes marciales de una familia de ascendencia chino-japonesa y cuya misión era servir fielmente al clan Murasakibara. Fue asignado como su Wakagashira y en secreto su asesino de élite. El morado emitió una leve sonrisa de maldad, pese a su angustia, cuando el anfitrión murmuró que ya había un comprador y anunció a Kagami como el mismo. El pelirrojo descendió, asegurando su máscara, y tomó al chico en brazos para después regresar al palco donde lo esperaba el morado y los demás.

No bien llegó fue abordado por el morado exigiendo que se lo entregara, pero Midorima se interpuso y le indicó que lo recostara en el suelo. Entre él y el mayor se dispusieron a atenderlo mientras Murasakibara temblaba asustado viendo como el más joven lucía demasiado pálido.

—No tiene pulso.

El peliverde no perdió tiempo y comenzó a darle compresiones en el pecho mientras el mayor le inyectaba el contenido de la última ampolla a Himuro. Murasakibara veía todo mientras caía de rodillas sujetando una de las manos del pelinegro rogando para que estuviera bien y no lo dejara. Kagami veía esto apretando sus puños: si el chico no resistía, Murasakibara haría una guerra y él con todo gusto lo ayudaría.

—Muro-chin, por favor no me dejes…vamos, Muro-chin no te rindas…

Suspiró aliviado escuchando los pitidos del monitor normalizarse y abrazó al pelinegro, una vez Midorima se detuvo, como si no hubiera un mañana dándole múltiples besos en la frente y cabello. Masaaki dejó salir el aire que contenía: Tatsuya se había salvado apenas.

—Vas a estar bien, Muro-chin, te lo prometo.

—Murasakibara, sácalo de aquí. Llévalo a la mansión de inmediato. Vete con él, Fukui: Shirogane los está esperando.

El morado se paró como rayo y con Himuro en brazos corrió a la salida del lugar en compañía de Fukui quien ya empezaba a hacer llamadas. Escucharon al anfitrión hablar nuevamente y todos volcaron su atención hacia el escenario. Vieron como un tipo llevaba a un atado Izuki y a su pequeño junto a él, vistiendo ambos apenas unos ligeros kimonos. Ambos estaban inconscientes y con signos de llanto. Si Nijimura estuviera en el lugar, le volaría la cabeza a todos los que habían dañado a Izuki y a su hijo con su legendario sable.

—Deben saber, que esta preciosidad es nada más y nada menos que aquel delicado bailarin mejor conocido como “Eagle” o también conocido como “White Rose”.- se escucharon muchos murmullos-Su precio se fijará en 100,000. El precio por el niño se fijará en 2000 yenes inicialmente. Que comience la puja.

De igual manera se elevaron las cantidades en poco tiempo, nuevamente Kagami y ahora Kasamatsu entraron en la disputa por los dos. Hubo un hombre, muy necio, que no se dejaba. Afortunadamente, el hombre de Murasakibara haciendo uso de sus habilidades sigilosas, lo silenció de un discreto golpe y así pudo ganar Kasamatsu. Se apresuró en llegar al palco para tomar a ambos y llevarlos de regreso. Allá en el palco, entre Midorima, Aomine, Kagami y Kasamatsu les quitaron las ataduras notando que las del pequeño le habían provocado heridas en las muñecas y tobillos.

—¿Cómo pudieron hacer esto? ¿A un niño?-siseó Kagami viendo como el pequeño sollozaba inconsciente-No debe tener ni ocho cuando mucho.

—Tiene casi cinco años.-gruñó el Kumicho tomando al niño y dándoselo a Kasamatsu quien lo recibió con cuidado-Váyanse, Kagami y Kasamatsu, llévenlos a la mansión. Cuiden de que Nijimura no los vea aún.

Kagami tomó a Izuki y se marchó junto al otro pelinegro en compañía de uso cuantos hombres de Kaijou y Seirin. La mirada del Kumicho se endureció: ahora venía la verdadera competencia. Solo quedaban tres.

—Viene la primera sorpresa del día, caballeros, ha llegado el momento de subastar una de las tres joyas restantes. Muchos lo han ambicionado y había permanecido lejos de nuestro alcance hasta ahora. La legendaria “Red Rose” y cuyo nombre es mejor conocido como “Black widow”.

Pronto dos tipos transportaban una enorme jaula donde estaba Makoto inconsciente y atado con lazos de seda. Estaba envuelto con una sábana de seda negra sobre una cama de pétalos de rosa roja. Kiyoshi se llenó de rabia, a la vez que quedó hipnotizado por la belleza del pelinegro, por lo que le habían hecho. Debían apresurarse: a él le habían disparado y podía morirse.

—La subasta comienza en 500,000 yenes. Deben saber que esta joya costó mucho obtenerla.

Y antes de que Masaaki pudiera ofertar algo, Kiyoshi se le adelantó.

—1, 000, 000, 000, 000,000 y un cofre de diamantes. O ¿Acaso hay algún otro que pueda competir contra mí por la disputa de esta hermosa belleza?

Nadie habló, esa cantidad nunca podrían superarla. Los ojos del anfitrión brillaron como luces y aplaudió extasiado por la enorme fortuna recién adquirida.

—No se diga más. ¡Vendido al caballero!

Kiyoshi casi se lanzó del palco y le ordenó a los tipos que custodiaban la jaula que la abrieran de inmediato. Sacó al pelinegro con cuidado maldiciendo en voz baja cuando notó su débil pulso y la sangre manchar sus manos. Se apresuró en llegar al palco donde Masaaki le hizo unas rápidas curaciones además de unos cuantos vendajes.

—Kiyoshi, no pierdas tiempo y lárgate de aquí. Ya ordené que preparen la sala de operaciones de la mansión. Lo llevas ahí y te preparas para darle sangre. Tú e Imayoshi.

El castaño se sorprendió de ver ahí al pelinegro mencionado y ambos se fueron veloces del lugar llevándose a Makoto de ahí.

—Caballeros, este es el momento más esperado de todos. La subasta de la flor más exótica y codiciada por muchos desde hace tiempo. Una flor que no se ha marchitado y cuya belleza se mantiene intacta. El motivo por el cual muchos se han enfrentado y han perdido la razón está aquí. La bella “Black Rose” cuyo nombre no es otro más que "Yasha".

De nueva cuenta trajeron una jaula pero esta estaba adornada con enredaderas y en cuyo interior estaba el pelinegro envuelto en una sábana blanca sobre pétalos de rosas negras y atado con lazos de seda. Muchos murmuraban que lo querían sin percatarse de los integrantes del palco.  

—El precio de esta joya se fijará en 1, 000, 000 de yenes. Es la más cara hasta ahora.

Ahora si que comenzaron a ofertar cantidades altas por él. Dando hasta escrituras de propiedades e incluso joyas muy costosas. En el palco Masaaki aguardaba para hacer su oferta pero notó que su mano derecha, Hyuga Junpei, le detuvo. Al cuestionarle con la mirada vio que este hizo señas en un lenguaje mudo.

—Yo me haré cargo, Kumicho-sama.

—Está bien, Hyuga.

Aunque no le gustó para nada la mirada que tenía este cuando observaba la jaula.

—500, 000, 000, 000, 000, 000, 000 a la una…a las dos….

—1, 000, 000, 000, 000, 000, 000, 000, 000, 000 más su peso en lingotes de oro y diamantes.

Muchos exclamaron disgustados pero nada podían hacer ya. La oferta estaba dada y jamás la iban a superar.

—¡Vendido a ese caballero!

Hyuga bajó de manera rápida al escenario para sacar al pelinegro de la jaula, luego de que los que la cuidaban quitaran los cerrojos. Hyuga al contemplarlo bien quedó anonadado por ver su belleza. Ahora comprendía el motivo por el cual su jefe lo había mandado traer con apuro desde Francia, dónde estaba a cargo del museo de Louvre. Notó el débil estado del pelinegro y lo sacó con suma delicadeza notando que era ligero como una pluma. Lo afianzó a sus brazos y caminó en dirección al palco. El anfitrión, cuando pasó a su lado, le murmuró con voz socarrona.

—Disfrute de su premio, caballero.

—Disfrute de su estadía en el infierno.

Con esas palabras se alejó Hyuga y no bien llegó al palco su jefe le arrebató al chico de manera desesperada para tratar de despertarlo en vano. Le llamaba de manera desesperada sin obtener una respuesta a cambio. Uno de los que estaban con ellos, y que se había marchado, regresó con una caja para dársela a su jefe. El mismo la abrió y sacó una jeringa para vaciar su contenido en una vena del brazo del pelinegro.  

—Ya te arrebaté de los brazos de la muerte hace muchos años, Reo, y lo volveré a hacer.

¿A qué se refería su jefe con eso? No pudo preguntarle cuando se paró con el chico en brazos dispuesto a salir del lugar. su jefe se dirigió a Midorima quien se preparaba ya que su Takao era el último en subastar.

—Midorima, quedas a cargo de la situación. Quiero a Takao sano y salvo, lo quiero en una pieza.- el peliverde asintió-Hyuga, vámonos. Tengo una misión especial para ti.

Midorima quedó solo con Aomine y otros de sus hombres. Miró a ambos lados del palco, obteniendo asentimientos por parte de sus hombres quienes ya estaban ubicados estratégicamente en puntos clave.  Todo estaba arreglado, solo faltaba un paso más para que el plan diera inicio.

—Dejamos lo mejor para el final. Sé que dirán que después de la subasta de Yasha no habría alguien en comparación…se equivocan.- la sonrisa del anfitrión se acentuó más-Hay una delicada flor que no le envidia nada a las demás, porque su belleza es inigualable. Es una fiera bella y salvaje que te seduce con solo posar tus ojos sobre él. La ahora nombrada "Blue Rose" o también conocido como “Hawk”.

Midorima rechinó sus dientes cuando vio traían a su Takao atado a dos columnas finamente adornadas mientras estaba envuelto en una sábana de seda zafiro. Dio un cabeceo a Aomine a lo cual este asintió y bajó con él de manera sigilosa. Esto se iba a poner bueno, pensó el moreno.

—La cantidad por esta joya se fija en 100,000,000. Que comience la subasta.

Más sin embargo se vio mudo cuando escuchó un disparo y vio a uno de los que cuidaban el lugar caer muerto en el acto.

—Esto se acaba, aquí y ahora.

Todos los presentes vieron con horror como el imponente Oyabun de Shuutoku, Midorima Shintarou, hacía acto de presencia junto con el Oyabun de Touou y muchos de los agentes de los seis distritos. El anfitrión se quedó mudo viendo como el peliverde iba directo hasta Takao y con una fina daga cortaba los lazos que aprisionaban al inconsciente pelinegro para después tomarle en brazos. Midorima iba rabioso al ver los golpes de Takao y más porque notó que estaba drogado hasta el último rincón de su cuerpo. Miró a los presentes y esbozó una sonrisa muy tenebrosa.

—Todos ustedes han de pagar por violar las reglas 7, 12 y 10 de nuestro código. Fueron muy estúpidos al meterse con la propiedad de los Oyabun de Shuutoku, Rakuzan, Yosen, del Kumicho de Shuutoku y del mismo Ou-sama.- los presentes se quedaron blancos: meterse con la propiedad del último era la perdición-Los cabecillas rendirán cuentas al Ou-sama en cuanto se entere y él sabrá su destino. Y ustedes, pagarán por nuestras manos. Aomine- Midorima miró al moreno quien sonrió sádicamente- Oyabun de Touou, lo dejo en tus manos. Ya sabes que hacer.

—No pudiste haberlo dicho mejor, Midorima.

Midorima se dio media vuelta y salió de ahí con su preciada posesión en brazos. Miyaji le acompañaba abriendo la puerta de su deportivo y dejándoles en los asientos traseros para subirse él en el asiento de piloto. Dio órdenes con un radio y prendió el motor del auto viendo por el retrovisor al peliverde quien apegaba en sus brazos al durmiente pelinegro.

—Todo estará bien, Takao, nadie volverá a arrebatarte de mis brazos.

—Oyabun, sus órdenes.                                             

—A la mansión principal, Miyaji-senpai.

—Vuelves a decirme así y te meto una piña por el culo.

El auto arrancó y pronto se escucharon los disparos y gritos de terror.

Esos idiotas conocieron su destino a manos del demonio de la mafia.

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Si tienen dudas, posteen un review :)

Nos leeremos en el transcurso de la semana! Les deseo unas felices vacaciones!

Atte: Momoka Black


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