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The lords of the mafia por Momoka Black

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Notas del capitulo:

Hola hola, queridas y queridos lectores!

Sorpresaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Chan chan chan!

Les traigo el cap nuevo!

Me esforcé mucho y logré terminarlo para ustedes!

Muchas gracias por sus comentarios, gracias por apoyar la historia!

Agradecimientos a:

Rukia Matsuoka. Eizbeth722, himitsu akira, miila25, Gisesims, vanepahntomhive, Sasunaru24sasuke, Pansy-Valentine6661, Cioccolato è dolce y vivaelanime.

Las dudas sobre el papá del pequeño Shuusei se irán revelando poco a poco así como el pasado de Reo y Hanamiya al igual que el pasado de muchos personajes involucrados. En este fic hay mas secretos de los que creen xD

Este cap se centra un poco más en el AkaFuri-una escena graciosa- y principalmente en NijiIzu- mi otp y quienes pedían por la misma-. 

Las amo y los amo y espero que les guste mucho mucho!

Midorima veía dormir de manera apacible a su pelinegro entre ese mar de esmeraldas sábanas. Pese a que veía que los monitores le indicaban que Takao estaba fuera de peligro, no podía despegarse de su lado. De tan solo imaginar lo que sufrió, los golpes que le dieron y el trato violento…sacudió su cabeza. No debía pensar en esas cosas. Ya estaba a salvo. Él y su pequeña familia.

No bien arribó a la mansión llevó al pelinegro hasta su alcoba dónde les dio órdenes a sus tres principales subordinados que trajeran todo lo necesario para atenderlo debidamente. Tuvo que intubarle debido a que el moreno casi no podía respirar debido a la acción de los narcóticos en su sistema. En medio del proceso apareció su sensei, el Kumicho de Shuutoku, ordenándole que saliera y atendiera a Himuro Tatsuya quien al parecer estaba entrando en crisis nuevamente. Midorima no quería alejarse de Takao, poniéndose necio, pero el mayor lo sacó de una patada, literalmente, y lo llevó a rastras hasta la habitación donde se encontraba el otro joven dejando en su lugar a Mitobe y Koganei, dos de sus más fieles pupilos, para que siguieran atendiendo a Takao.

Al llegar a la habitación tuvo que hacer esfuerzos titánicos para mantener con vida al otro pelinegro, y más porque tenía encima a un histérico Murasakibara quien lo amenazaba con aplastarle si no salvaba a su Muro-chin. Pronto Akashi arribó a la habitación junto con Masako Araki, Kumicho de Yosen, quienes mantuvieron a raya al gigante morado hasta que Midorima terminara. Cuando finalizó, Murasakibara echó a todo el mundo de ahí dejando únicamente a Fukui para que junto con él cuidasen del pelinegro del lunar.

Midorima buscó a su sensei y uno de sus hombres le dijo que había ido a la sala de operaciones debido a que el otro chico, Hanamiya, se había puesto peor. Midorima maldijo y corrió al lugar: si no sobrevivía, su sensei provocaría una guerra por los daños y clamaría más de una cabeza. Al llegar ahí vio a Harasawa, Kumicho de Touou, operando al pelinegro y tratando de arreglar una hemorragia masiva que amenazaba con su vida. Se dispuso a ayudarle y preguntó por su sensei al no verlo ahí: Harasawa le dijo que se había marchado cuando le llamaron diciéndole que Reo había entrado en paro. De verdad que su suerte no podía ser peor. Si este último moría, adiós a la mafia.

Cuando acabó la cirugía de inmediato se dirigió a la habitación donde se encontraba su sensei. Al llegar le vio tenso pero aliviado mientras observaba a un inconsciente Reo con demasiados tubos y cables saliendo de su cuerpo. Había escuchado sobre él pero ahora veía porque su sensei lo protegía demasiado: era sumamente hermoso.

—¿Cómo se encuentra, sensei?

—Estable por ahora. Casi muere.-su mirada se clavó en la suya de manera fija-Midorima, los quiero en la sala de reuniones a las 12 en punto. Esto se está descontrolando y no voy a permitir que vuelva a suceder. ¿Cómo se encuentra Tatsuya?

—Está fuera de peligro. Fukui está con él. Su otro protegido, Hanamiya Makoto, estará en terapia intensiva hasta que su condición mejore. Hay buenos pronósticos.-ajusto sus lentes-No dispongo de noticias de los otros.

—Furihata Kouki está mejor, solo permanece dormido. En cuanto a Izuki Shun y el pequeño están bien y las heridas del niño ya fueron atendidas. Ambos permanecen cuidados por Kasamatsu.-habló el mayor sin dejar de sostener la mano del pelinegro-De igual manera, Takao está estable. Le dejaré intubado un día hasta que los remanentes de la heroína salgan de su sistema.

—¿Qué pasará con Nijimura? No podemos tapar el sol con un dedo. Se dará cuenta de que Izuki y su hijo están aquí.

—Por ahora no. No es el momento.- gruñó sabiendo a que se refería-Shun está bastante afectado: vivió un infierno al lado del malnacido de Tomoya y no quiere saber nada de lo relacionado a él.

—Sabe que Nijimura no se dará por vencido. Ni ninguno de nosotros.

—Prometí darles una vida llena de paz y tranquilidad. Ya bastante han sufrido por culpa de los nuestros.-el peliverde le miró escéptico-Si, todas las desgracias que han ocurrido en sus vidas han sido por causa de los nuestros. Y juré, con una promesa de sangre, que ninguno de ellos volvería a sufrir. No si yo lo permitía. Y si eso indica provocar una guerra entre los distritos, lo haré.

—Sabe lo que provocará con todo esto va más allá, ¿Verdad?

—No juegues conmigo, mocoso, que nosotros los Kumicho nos sabemos el jodido código al derecho y al revés. Y ustedes olvidan que hay cinco reglas de oro aparte de las de ese código. Reglas que destruyen el código.- le indicó la salida- Ahora vete y comunica a los demás de esto.

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—Oyabun, es hora de la reunión.

El llamado de Miyaji lo sacó de su ensoñación y emitió un suspiro de molestia. La dichosa reunión. No quería irse, no quería dejar solo a Takao.

—Avisa que no iré a la reunión, Miyaji-senpai, me quedaré con Takao.

Más sin embargo lo que obtuvo fue un golpe con una piña por parte del rubio.

—¿Ah? Ni se te ocurra faltar, tsundere de pacotilla, el Kumicho fue muy explícito con sus órdenes: quiere tu trasero y el de los demás Oyabun en la sala. En especial el tuyo, que después de esto no tiene buenos ojos para ti.

—No pienso dejar a Takao solo, nanodayo. –miró al pelinegro mirando lo apacible e indefenso que se veía. Adoraba verlo en su modo de fiera arisca-Aún está débil y quiero ver como progresa.

—Si serás…-el rubio se masajeó las sienes- El Kumicho ordenó que te relevara. Yo me quedaré a cuidarlo. Mientras tú ve a enfrentarte al Kumicho: está que echa lumbre por todos lados. Yo cuidaré de “tu halcón de ojos azules”.

Midorima suspiró y después de darle un beso en la frente al pelinegro se marchó de la habitación.

—¿Con qué tu eres el que ha vuelto loco a Midorima Shintarou? Vaya que has hecho lo inimaginable, pequeño, has sacado ese lado que Midorima tanto se empecinaba en ocultar. Solo espero que también logres quitarle lo tsundere.

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En otra habitación Kouki despertaba sintiéndose un poco mareado. Vio que estaba en una habitación muy elegante y estaba bien atendido, tanto medicamente como de otras maneras. Se sentía mejor después de todo lo que le había sucedido. Se acordó de los demás y sin vacilación se levantó de un salto de la cama quitándose todo lo que tenía encima para ir a buscarles.

—¿A dónde se dirige?

Se asustó al escuchar la voz en la habitación. Y más cuando vio a un peligris sentado a su lado leyendo al parecer una novela sin quitarle la mirada de encima. ¿Cómo no lo vio? Asustado intento agarrar un florero que estaba en el lugar como arma pero aún estaba un poco tembloroso por lo que se le dificultaba sostenerlo.

—¿Mayu-chan? Traje la comida.- otra voz se escuchó y vio a un rubio el cual llevaba una bandeja. No sabía pero se les estaban haciendo muy conocidos-¡Oh! ¡Ya ha despertado! ¡Le diré a Akashi!

Vio al rubio salir como un rayo y de inmediato quiso imitarle pero no contó con que el peligris le obstruyera el paso.

—Usted no saldrá de esta habitación. Permanezca acostado.

—Mira, amigo, que será mejor que te apartes. Estoy muy alterado: me secuestraron, me golpearon, no sé dónde están mis amigos y no voy a dejar que tú me impidas salir a buscarles.- Kouki estaba molesto y más porque a como avanzaba el otro se metía-¡Déjame ir!

—Mayu-chan, ¿Qué pasa?- entró un sujeto moreno muy fornido junto con el rubio-Que bueno que ya haya despertado. Akashi no tarda en venir.

—Se quiere escapar, Eikichi-san, dile a Seijuurou-sama que se apure.

—Lo siento, pequeño, pero no saldrás de aquí.

Ah no. Eso sí que no. Kouki estaba molesto y angustiado: mala combinación para él. Sonrió maldoso y retrocedió un poco para tomar los objetos a su alcance, entiéndase como floreros y adornos pesados, y sin ninguna vacilación se los arrojó con violencia mientras los otros tres los esquivaban por los pelos.

—¡Tranquilo! ¡No tienes porqué lanzar las cosas de Akashi!- Kotaro esquivó un florero que se estrelló en la pared-¡Maldición cálmate!

—Veo que ya has despertado, Kouki.

Kouki se detuvo con un cenicero como proyectil en sus manos y vio a un imponente pelirrojo el cual estaba en el marco de la puerta luciendo apacible pese a la destrucción de sus adornos. Kouki se le quedó viendo entrecerrando sus ojos y haciendo memoria ya que se le hacían muy conocidos todos ahora. Esa mirada, ese pelo, esa voz, ese tono…

¡Lo recordaba! Era aquel arrogante y mandón pelirrojo al cual habían querido secuestrar y el cual estuvo a su cargo. Y esos tres no eran más que sus ayudantes quienes habían querido sacarlo del lugar. ¿De qué se trataba esto? ¿Un secuestro por venganza? ¿Un maldito fetichismo? El castaño volvió a la carga lanzando los proyectiles al pelirrojo quien a como pudo logró llegar hasta él y lo derribó en la cama aprovechándose de un momento de debilidad. Retuvo sus manos por encima de su cabeza y con sus piernas retuvo las contrarias al notar que iba a lanzar patadas.

—¿Quieres calmarte un poco, Kouki?

—¿Calmarme? ¡¿Calmarme?! ¡¿Cómo demonios voy a calmarme cuando a mí y a mi familia nos secuestran llevándonos a una subasta clandestina en un club de mala muerte y para colmo un psicópata desquiciado prepotente y mandón me compra en una jodida subasta para usarme como un vil juguete sexual?!

—Déjame explicarte, Kouki- Akashi sentía unas venitas en su frente por como lo había llamado el castaño-Si te compré fue para salvarte.

—¿Salvarme? ¡Ja! ¿Cree que yo me chupo el dedo? ¡No le creo ni una jodida palabra! ¡Ahora quítese de encima!-Kouki hizo aplomo de la fuerza que le quedaba, más su estado fúrico, e hizo rodar al pelirrojo pero el otro no se quedaba atrás por lo que rodaron hasta caerse de la cama.

—Escucha, Kouki, tuve que comprarte para salvarte de que otros idiotas lo hicieran. Sé que estás asustado pero debes confiar en mí…-vio enojo y temor en sus ojos a lo que Akashi objetó por usar otra cosa para calmarlo-Tus amigos están aquí, están a salvo.

—¿No me mientes, desquiciado?

—No.-gruñó por los motes y el modo tan grosero con el que se dirigía el castaño a él. Sin ningún respeto. ¡Él era el emperador de Rakuzan! ¡El Oyabun más temido de todos los distritos! Y este chiquillo se enfrentaba a él sin una pizca de temor. Pero ya le enseñaría modales, le iba a enseñar su lugar.-Si te portas bien y te calmas, te llevaré a verlos.

—…está bien. Pero quiero verles, por favor. Todos ellos estaban en grave peligro. Le dispararon a uno y otro está muy enfermo.-musitó sintiendo un nudo en la garganta-¿E-están bien?

—Lo están. Deberías preocuparte también por ti, ¿Sabes?

—Todos ellos son mi responsabilidad. Es mi deber cuidarles.

Poco a poco se fue calmando hasta que finalmente cedió y el pelirrojo se quitó de encima. Lo devolvió a la cama, pese a las protestas del castaño, mientras le ordenaba a Kotaro que le trajera la bandeja con comida y ordenaba a Nebuya que trajera a uno de los médicos para que lo valorase.

—Estoy bien, no es necesario.-musitó el castaño mientras él solito se ponía de nuevo la vía y las demás cosas que se había quitado-Solo quiero ver a mis amigos. ¿Dónde están?

—Están a salvo en otras habitaciones. Cuando estés más repuesto podrás verles.

—Vaya, no eres tan mandón como luces.

—Deberías moderar tu tono y conocer tu lugar.- siseó Akashi un poco irritado. Vaya que Shintarou tenía razón: tendría que domar a esa fierecilla-No estás en posición de hacer mucho que digamos.

—Cuando estés en mí lugar hablamos.-le respondió de manera seca y temerosa a la vez. Esa mirada le intimidaba un poco pero lo que había pasado y sus amigos le daban valor-¿Dónde está Masaaki-sensei? Quiero hablar con él.

—Eso será después. Debo irme, Kouki, hay unos asuntos que debo solucionar.- el pelirrojo avanzó a la salida deteniéndose antes de irse-Quiero verte arreglado para cuando regrese.

¿Qué se creía ese tipo? Molesto, Kouki le lanzó una almohada sin atinarle y se quedó gruñendo molesto. Escuchó unas leves risas a poca distancia y vio al rubio conteniéndose junto con el moreno. El peligris se había sentado en su sillón y había retomado la lectura de su libro.

—Vaya es la primera vez que veo a un chihuahua enfrentarse a un león y salir ileso.- soltó el rubio-Aunque más bien ya parece emperatriz.

—¿Quién lo diría? Ahora estamos de lados cambiados.-el moreno sonrió mirando de manera burlona al castaño-Lo siento, enfermero-san, pero ahora está a nuestro cargo. Akashi nos pidió que no le dejásemos salir y tendrá que obedecernos. El karma se devuelve.

—Pues ahí les va su karma.

Nuevamente la guerra de proyectiles se desató y el peligris suspiró poniéndose detrás de una estatua para protegerse de la ira del pequeño castaño.

.

.

Shun despertó mareado y temeroso en aquel enorme cuarto tan hermosamente adornado. ¿Dónde estaba? ¿Qué pasó? ¿Dónde estaban los demás? ¿Dónde estaba su hijo?

Su hijo, con un jadeo brincó de la cama arrancándose todo lo que tenía pegado en el cuerpo junto con la vía y salió de la habitación buscando a su pequeño. Una angustia le recorría el cuerpo al no tener a su pequeño niño junto a él. No sabía de él, no desde que lo volvieron a drogar en aquel club de mala muerte. Buscó en los pasillos llamándole sin obtener respuesta. Escuchó unos lloriqueos y su instinto se activó al reconocer la voz de su bebé. Sin pensarlo dos veces corrió al lugar y lo que vió al llegar no le gustó.

Su adorado bebé lloraba y una mujer lo jaloneaba de su bracito regañándole por haber roto un jarrón que estaba hecho añicos. Su mareo se esfumó dándole lugar a la rabia y a la ira. Nadie se atrevía a lastimar a su hijo. No lo volvió a pensar y avanzó a pasos veloces hasta ahí.

—¡¿Qué haces con mi hijo?!-de un manotazo la alejó y resguardó a su bebé tras de él-No te atrevas a tocarlo.

—Así que tu eres la madre de este mocoso.- gruñó la tipa esa no dejándose amedrentar- De seguro eres uno de esos tantos que vienen a atrapar al Ou-sama con el cuento que ese mocoso es su hijo.

—No me interesa lo que estás diciendo, estúpida, pero a mi hijo no lo tocas.

—Lo sabía, no es más que una zorra y ni que decir de tu bastardo.

—¡A mi hijo no lo llamas así, perra!

Izuki le soltó un puñetazo que la azotó en el suelo. Nadie ofendía a su bebé, y quien lo hacía se las vería con él. Se dispuso a irse tomando a su bebé en brazos pero no contó con que pronto estaría rodeado de tipos con ropas raras y de un golpe lo dejarían fuera de combate. El pequeño se abrazó de su madre llorando de manera escandalosa sintiendo mucho temor de esas personas que los rodeaban de manera amenazante.

—¿Qué ordena?

—Desaparezcan a esa zorra y ya callen de una vez a su bastardo…

Sin embargo no pudo continuar ya que un chillido proveniente de uno de sus hombres la distrajo. El mismo se sujetaba una mano que pretendía agarrar al niño quien ahora abrazaba el cuerpo inconsciente de su madre en el suelo llorando sin parar. Ella, buscando el origen de eso, ordenó a otro de sus hombres pero el mismo ahora caía por un disparo en una pierna.

—¿Qué demonios?

—Más les vale que se alejen de ellos en este preciso instante.

Ese frío siseo les erizó los pelos a todos ahí. Y más cuando vieron al imponente Nijimura arribar ahí luciendo amenazante y muy rabioso. Se abrió paso junto con Akashi y Kuroko quienes daban órdenes silenciosas a sus escoltas ocultos por el lugar. El pelinegro empujó a unos que no se quitaban gruñendo furioso hasta llegar al punto del lugar. Ver a su Shun inconsciente en el suelo y a su hijo llorar abrazado de él le hizo arder en rabia.

Flashback

—Bien, ya que estamos todos reunidos vamos a proceder con esto.- habló Nijimura situado a la cabeza de la mesa y viendo a todos los integrantes, en especial en el Kumicho de Shuutoku-He escuchado que sus protegidos ya se encuentran mejor, Kumicho, y estoy en espera de lo que tenga que decir.

—Antes que nada, quiero darte las gracias al igual que a todos los presentes.-musitó con los nervios y la ira bullendo en él-Pero lo que ahora es indispensable, además de darles un castigo a los culpables, es una reubicación a mis protegidos.

—Desde luego, Kumicho.

—¡Eso no!

Exclamaron varias voces y Nijimura alzó una ceja intrigado. Se sorprendió cuando vio a Akashi, Midorima y Murasakibara alzarse notoriamente molestos por tal decisión.

—¿Por qué su negativa?

—Nijimura, eso no va a ser posible debido a que uno de ellos, en mi caso Takao Kazunari, es mío. Lo he reclamado como mío y la regla número 12 del código lo ampara.

—Yo no estoy de acuerdo con eso.- se alzó el Kumicho de Shuutoku furioso-Te advertí que no quiero a ninguno de ustedes sobre ellos. Tú y esos dos están violando la regla número 7.

—No me alejaré de Muro-chin.- el frío siseó de Murasakibara se escuchó después-No permitiré que se lo lleven. Yo igualmente lo he reclamado. Portaba una de las joyas de mi familia y ahora pertenece a mi clan como mi futuro consorte.

—Kumicho, no permitiré que se lleven a Kouki. Él es mío.- remató el emperador-No querrá un conflicto con tres de los distritos verdad.

—¡Se calman todos!- Nijimura azotó las manos en la mesa al ver que estos se estaba tornando un asunto violento-En primera, no hemos hablado de los asuntos de esa regla en particular por lo que lo tocaremos ahora. Esos chicos están conscientes de lo que implica, ¿Verdad?

—Shuuzou, son mis protegidos y es mi deber cuidarlos y velar por su seguridad. En especial, Himuro Tatsuya: está muy enfermo del corazón y casi muere por lo que sucedió…y no olvidemos que Hanamiya Makoto y Mibuchi Reo también estuvieron en peligro de muerte. Hoy Makoto casi pierde la vida por una bala y Reo por una maldita sobredosis.-gruñó con rabia- Las vidas de todos mis protegidos estuvieron en riesgo por culpa de esto.-fulminó a los implicados-No quiero que ellos se vean relacionados con nada que tenga que ver con la mafia, por su propia seguridad. Mucho menos Tatsuya, su salud es muy frágil y no permitiré que le pase lo mismo de nuevo.

—Lo entiendo, Kumicho, y por ese lado estoy a su favor.-Nijimura sacó un puro y lo prendió dándole una calada. Sin querer recordó cosas de su pasado y se sintió en empatía con el mayor-Nuestro mundo es muy peligroso para ellos. Usted y yo lo sabemos más que nadie.

—Shuuzou-san, creo que en esta situación deberías de ponerte más de nuestro lado.- Akashi iba a sacar su as justo en ese momento para la indignación del mayor-Tu menos que nadie deberías estar a favor de la decisión del Kumicho Masaaki.

—Akashi, ¿Por qué? Normalmente no debería inmiscuirme en esto. La regla número 8 me lo prohíbe.- le recordó aquella la cual indicaba que el Ou-sama debía mantenerse imparcial de los asuntos de los Oyabun y Kumicho. Claro, a menos que algo de fuerza mayor lo obligara a romperla. Dando lugar a la regla número 9.- Los aprecio mucho ya que son como mis hermanos, pero no puedo meterme más allá.

—Shuuzou-san, esto es algo que te compete también.- Akashi bebió de su whisky-Tu también tienes un motivo por el cual estar involucrado.

—¿Qué me motivaría a hacerlo?

—Debes hacerlo…porque tu amado Izuki Shun está entre los protegidos del Kumicho.

La cara de Nijimura se transfiguró en un mar de emociones después de tirar su puro. Primero el shock de la noticia. ¿Qué demonios estaba pasando? No estaba oyendo mal, ¿Verdad? ¿Shun, su amado Shun estaba ahí, entre esos muchachos? ¿Por fin volvería a verlo?

Estaba todo tembloroso y con la adrenalina fluyendo velozmente en sus venas mirando a todos y exigiendo respuestas sin hablar. El Kumicho de Shuutoku fulminó al pelirrojo de Rakuzan por la estupidez que había hecho. Kise y Kuroko estaban notoriamente sorprendidos al igual que los demás. Esto daba un giro muy drástico a todo este asunto.

—¿Qué demonios? ¡¿Qué significa esto, Akashi?!

—Izuki Shun es uno de los protegidos del kumicho y por lo tanto, deberías hacer algo. Izuki Shun estuvo bajo la protección del Kumicho, oculto en el distrito de Shuutoku, a ignorancia del propio Oyabun. Lo supe hace poco.

—¡¿Por qué demonios no me lo dijiste?!- bramó el pelinegro estrellando un vaso de vidrio en una pared contraria. Ahora todos entendían a Akashi cuando decía que Nijimura perdía el control cuando se trataba de Izuki Shun-¡¿Por qué?! ¡Kumicho! ¡¿Por qué demonios me ocultó esto?!

—Cálmate, Shuuzou…

—¡Me calmo una mierda!-Nijimura se plantó frente al mayor notoriamente molesto- ¡¿Dónde está Shun?! ¡¿Cómo está?! ¡¡Quiero verlo!! ¡¡Exijo verlo!!

—Está en una habitación de la mansión. No lo recomiendo por ahora.

—¡No lo entiende, Kumicho! ¡Usted sabe lo que he sufrido por él! ¡Cinco malditos años buscándolo hasta por debajo de las piedras! ¡¿Cómo se atrevió a ocultarme su paradero?!- el pelinegro se paró y como rayo se dirigió a la salida pese a que los demás le pedían que se calmara-¡Iré a verlo ahora mismo! ¡Ni usted ni nadie me lo van a impedir!

—Oh, por cierto hay otra cosa que se me olvidó decirte, Shuuzou-san.- y Akashi le faltaba dar el tiro de gracia al asunto.-El motivo por el cual Shun huyó.

—¡Ahora no!

—…Shun huyó pero no lo hizo solo. Al hacerlo llevaba una criatura en su vientre.-Nijimura lo vio con los ojos abiertos como platos- Dio a luz a un hijo…y existe la enorme posibilidad de que ese niño sea tuyo.

Nijimura había salido vuelto loco por lo último y desesperado fue buscando en toda habitación a su amado Shun. Después de cinco largos y tortuosos años lo volvería a ver. Y su hijo, ¡Un hijo suyo y de Shun! Todo esto era una locura para él. Quería verlo, quería ver a Shun y a su hijo ahora mismo.

Fin del flashback

Lo vio, y quedó nuevamente cautivado por su belleza como hace tantos años. Estaba en shock. Se sintió enamorado nuevamente como hace tantos años lo había hecho en su niñez. La calidez, la ternura y la belleza de Shun lo habían enamorado. Creció con esos sentimientos en él y los de Shun en sincronía con los suyos. Sin embargo, su abuelo se enteró y lo mandó cuando había cumplido los 18 años a Italia para que pudiese completar su entrenamiento como futuro sucesor. Al llegar allá pretendieron asesinarlo pero los líderes de la mafia de allá lo mantuvieron a salvo y le dijeron que todo fue una treta para que lo matasen y el viejo se quedase con todo. Nijimura quiso regresarse de inmediato pero ellos se lo impidieron diciendo que no era el momento. Debían hacer algo para derrocar al viejo ya que era una amenaza para todos. Él quería ir por Shun, sacarlo de ese infierno pero no podía ya que se enteró de su destino a manos de su abuelo. Afortunadamente los Kumicho pudieron retrasar lo inevitable y dos años después él volvía a derrocar a su abuelo. Sin embargo, Shun ya no estaba ahí.

Ahora lo volvía a ver. Quiso ir hacía él, abrazarlo fuertemente y no dejarlo ir nunca más, pero se detuvo un poco cuando lo vio enfrentando a una de sus cabecillas, y quien estaba detrás de él queriendo ser su amante, ya que estaba jaloneaba a un pequeño que asumía ser el niño que podría ser su hijo. Pero el ver lo que les estaban haciendo después, a él y a su pequeño hijo lo hicieron enfurecer. Nadie se atrevía a tocarlos, no ahora que él estaba ahí. Akashi y Kuroko lo alcanzaron poco después y ahora se encontraban en esta situación.

—Ou-sama, esta zorra y su bastardo.

Silencio. Un bofetón la había silenciado y ella vio aterrada los ojos furiosos de Nijimura quien literalmente parecía una fiera embravecida.

—¿Cómo te atreves a llamar zorra y bastardo a mi consorte y a mi hijo?-espetó con voz ronca poniendo aterrados a más de uno.-¿Cómo demonios te atreviste a tocarlos y además de ordenar desaparecerlos?

—P-pero Ou-sama…

—Silencio, Miyuki, que no quiero escuchar nada que salga de tu maldita boca. Te he dicho miles de veces que no me interesas y ahora rebasaste el límite de mi paciencia. Tu y toda tu bola de inútiles. Ahora van a saber lo que pasa cuando se atreven a meterse con mi consorte y mi hijo. Muestra tu mano ahora.

La aludida la mostró temerosa, misma mano que mostraba un tatuaje de un dragón con los colores principales de los distritos principales. Muestra de pertenecer a un clan allegado al Ou-sama. Llena de horror y dolor vio cómo su mano fue cortada de un tajo y después sintió un profundo dolor atravesar su rostro. Todo ello con el sable que portaba Nijimura en su mano derecha.

—Esto te enseñará las consecuencias de meterte con lo que es mío, por atentar contra sus vidas.-susurró con voz lúgubre limpiando con un pañuelo de seda la sangre de su sable y después lo volvió a guardar ignorando sus chillidos. Dio un chasquido de dedos y de inmediato una cuadrilla de sus mejores escoltas acudieron al lugar-Quiero que saquen a estos de la mansión y les lleven a su nuevo hogar. Espero que disfruten del resto de sus vidas en la isla de los lamentos.

Los mismos desaparecieron de inmediato obedeciendo sus órdenes mientras quedaban unos cuantos junto con sus dos Oyabun y él en torno a sus dos tesoros. Nijimura estaba sin saber cómo proceder pero algo debía hacer. Quería tomar a Shun en sus brazos y a su niño, pero debía pensar fríamente y actuar bien.

—Ou-sama…

Nijimura los silenció con una mano. Después se giró al niño quien aún lloraba llamando a su mamá demasiado asustado y tembloroso. Le entregó su sable a su mano derecha por el momento, Akashi, e hizo ademan de acercarse al pequeño quien temblaba como un animalito a quien le han asesinado a su madre.

—Shuuzou-san. Deje que alguno de nosotros nos encarguemos.-susurró Kuroko en voz baja-…el pequeño está asustado…

—Yo me haré cargo, Tetsuya.-sentenció firme-No le haré daño a mi propio hijo ni a la persona que amo.

Se acercó con cuidado hasta quedar a la altura del pequeño quien se tensó por su cercanía. Nijimura acercó sus brazos para tomar al niño y apartarlo un poco pero no tomó en cuenta que el niño iba a reaccionar muy a la defensiva y le dio un certero manotazo en el rostro. Escuchó que sus hombres iban a intervenir, cosa que asustó al niño provocando que su llanto aumentara.

—¡Con un demonio les dije que no intervinieran!

—Pero el niño, Ou-sama.

Mi hijo reaccionó así porque está aterrado.-rebatió aguantando el dolor y sintiéndose como un gusano por asustar a su pequeño-Si yo estuviese en su lugar, atacaría a todo aquel que se acerque a mi madre. Yo me encargaré de todo esto. Tetsuya, ordena que acondicionen bien mi habitación. Seijuurou, ayúdale. Los demás, retírense. No quiero que sigan alterando a mi hijo.

Nadie rebatió sus órdenes. Todos obedecieron al pie de la letra. Los guardias de Nijimura se marcharon y solo Akashi y Kuroko quienes se quedaron a pocos pasos de él, en dado caso de que requiriera algo más de ellos. Pronto los demás Oyabun estuvieron ahí a una distancia prudente.

—Pequeño, tranquilo, no temas. Están a salvo, ya nadie va a volver a ponerles una mano encima.- susurró con todo el tacto posible para tranquilizar al lloroso niño quien no paraba de llorar-No voy a hacerte daño.

—Malo…son malos…le pegaron a mi mami…s-se llevaron a Tatsu-nii…- sollozó el niño manoteando con su manita libre al aire por si Nijimura se quería acercar-Kazu-nii…

—Ellos están bien, pequeño, te lo juro.- habló de inmediato-Pero me preocupan ustedes. Tu y mami…confía en mí, voy a ayudarles…

—¿N-no dice mentiras?

—No, cariño- levemente comenzó a darle caricias a su cabecita aliviándose de que el pequeño no lo repeliera-No temas. No les haré daño.

Vio que el niño poco a poco iba cediendo y lentamente giró su carita hacía él. Contuvo un sollozo de solo verlo: era su viva imagen junto con los rasgos de Shun. Además de poseer sus imponentes ojos, era como verse de niño. No podía negar que este niño era hijo suyo. Sería una blasfemia hacerlo. El niño lo miraba evaluándolo notando su parecido con él.

—¿Quién eres? ¿E-eres mi papi?

—Sí.

Respondió sin pensarlo siquiera. Todo su ser se lo echaba a gritos. Vio como el pequeño lucía sorprendido y confuso por la noticia. Su mami decía que su papi estaba muy lejos pero que algún día lo vería.

—¿Por qué no estabas con nosotros?-sollozó derramando lágrimas-¿Por qué no estabas conmigo y mi mami?

—N-no sabía de ti. Hace muchos años, un señor muy malo nos separó a ti mami y a mi llevándome lejos. Cuando regresé, tu mami no estaba. Se escapó cuando tú ya estabas en su pancita para protegerte, bebé, sin decirme nada.- tuvo que explicarle más o menos a lo poco que se iba enterando y haciendo rápidas conjeturas-Confía en mí, pequeño, no voy a hacerles daño.

—Mami, mi mami…

—Mamá va a estar bien. Hay que llevarle para que descanse y que lo vea un doctor.-le acarició de manera temblorosa su carita quitando las lágrimas que bajaban por sus mejillas, sintiendo la suavidad de su piel y su tenue aroma a bebé. Una suave risa escapó de su boca cuando escuchó los leves gruñidos del estómago del pequeño indicando que tenía hambre-Además de que también deben atenderte y darles de comer algo. Ven aquí, mi pequeño.

Finalmente el pequeño cedió yendo hacía él y darle un torpe abrazo. Nijimura envolvió su cuerpecito con sus brazos sintiendo un alivio y una emoción maravillosa recorrerle el cuerpo por completo. Besó sus cabellitos y su carita acomodándolo de modo de que pudiese tomar a Shun en sus brazos. Abrazó el cuerpo de su amante, después de comprobar que estuviera bien, sintiendo la suavidad de su piel y respirar su delicado aroma. Detalló que sus rasgos se habían endulzado más por la maternidad dándole un aspecto hermoso. Estaba más bello que nunca.

—Van a estar bien, mis amores, ya estoy yo aquí para protegerlos. Juro que jamás volveré a alejarme de su lado.

Se levantó con ambos en sus brazos para ir a su alcoba y que los atendieran debidamente como merecían: como su consorte y su pequeño heredero.  Al llegar ahí les depositó en la cama donde les abrazó dejando salir las lágrimas que había contenido por cinco largos años. Su felicidad, su amor, su amada luna estaba con él, y con ella había traído una pequeña y hermosa estrellita.

—Nadie los alejará de mí, no ahora que he vuelto a recuperarles.-le dio un beso a su amor y a su hijo quien acabó rendido en su regazo sin dejar de sostener a Shun-Los amo.

—…Papi…

Los demás fueron testigos de cómo su amigo y líder recuperaba aquello que cruelmente perdió hace cinco años. Por fin, el Ou-sama mostraba una verdadera sonrisa de felicidad en su rostro. Su luna había regresado.

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Omake

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—Kiyoshi, Hyuga, quiero que me sigan ahora mismo. El Kumicho de Shuutoku desea verlos en este instante.

Ambos aludidos obedecieron a Otsubo quien los guió a la oficina del mismo donde le vieron un poco molesto, se enteraron de la reunión con el Ou-sama y los demás, y prefirieron no hablar hasta que él les indicara. El mayor les hizo señas de que se acercaran mientras él se tomaba su vaso de whisky de un solo trago.

—Kiyoshi, Hyuga, es bueno que hayan acudido a mis peticiones.

—¿Sus órdenes, Kumicho-sama?

—Tengo una misión para cada uno de ustedes. Síganme.

Los aludidos lo siguieron de inmediato por la mansión hasta subir al cuarto piso de la misma donde el Kumicho se detuvo en una habitación donde le indico a Hyuga que esperase fuera. El Kumicho y Kiyoshi entraron y Kiyoshi vio al pelinegro que había rescatado en una cama inconsciente sintiendo rabia por el estado en el que se encontraba. El Kumicho se sentó al lado de Hanamiya y le dio indicaciones a Kiyoshi de que se acercara.

—Kiyoshi Teppei, has sabido ser un hombre de confianza cuando estuviste a mis órdenes. Ahora que has vuelto a las filas del Oyabun de Seirin nuevamente pido de tus servicios.

—Lo que usted desee, Kumicho-sama.

—Seguramente has escuchado hablar del famoso bailarín “Black widow” y por ende, mis hombres te han visto muchas veces en el club de Imayoshi.- Kiyoshi se mordió un labio al verse sorprendido-Y más específicamente, viendo a Black widow.

—Kumicho-sama…

—Hablaremos de eso después.- con una mano hizo un ademán sin importancia-Lo que me importa ahora es él. Él es Hanamiya Makoto, uno de mis principales protegidos. Tiene un temperamento algo difícil, es sádico, algo grosero, pero muy protector y buen muchacho. La vida no ha sido justa con él: fue arrebatado de su familia siendo un bebé y puesto bajo mi protección desde ese momento. No te diré más acerca de él hasta que se acerque el momento propicio. Tu misión es protegerlo, quiero que le cuides.- Kiyoshi abrió los ojos completamente anonadado-Después de lo sucedido es obvio que no volverá al club, ni él ni los otros, temo por su seguridad y quien mejor que tú para que lo salvaguardes. Te confiaré su vida de ahora en adelante.

—No fallaré, Kumicho-sama.

El aludido asintió y dejó al castaño ahí en la habitación. Al salir se encontró al otro pelinegro un tanto impaciente en espera del mayor. Hyuga escuchó el carraspeo del mayor y vio sus señas indicando que le siguiera. No dijo nada y obedeció yendo a otra habitación no muy lejos de donde se encontraban. Al abrir la puerta Hyuga vio que el ocupante de la habitación no era sino aquel hermoso pelinegro que había rescatado de aquella subasta. Dormía tan profundamente pese a tener montones de cables, tubos y el ruido que producían las maquinas a su alrededor. Vio a su jefe sonreír con melancolía y tristeza mientras retiraba algunos cabellos del rostro del pelinegro durmiente y darle un beso en el dorso de la mano. Hyuga no habló pero se tensó cuando escuchó al mayor hablar.

—¿Sabes por qué te mandé llamar, Hyuga?

—Todo gira en torno a él.

Lo señaló con su mano. El mayor sonrió al haber adivinado una de tantas respuestas sin haber emitido la pregunta.

—Así es Hyuga: todo gira en torno a él. Al igual que la misión que tengo para ti.

—¿En qué puedo servirle, Kumicho-sama?

—Para la misión que tengo para ti debes renunciar a tu puesto en Francia.- el de lentes le vio sorprendido-Ahora tienes un tesoro de mayor valor que cuidar aquí que allá.

—¿Se refiere a él?

—Correcto. Seguramente has escuchado hablar de mis protegidos, de mis amadas rosas como les llaman. Hay una entre todas que es muy especial: la Black Rose, la más rara y hermosa de todas. Y esa rosa es él: Mibuchi Reo, o también conocido como el bailarín Yasha. Él es mi debilidad, mi talón de Aquiles, mi punto más frágil. Su vida ha sido la más trágica de todas y no es justo que su paz se vea perturbada. Ya casi lo pierdo ante la muerte dos veces y no permitiré que haya una tercera. A él no lo voy a perder.-masculló fijando su mirada en el contrario-Y quien mejor que tú para que seas su guardián. Quiero que estés en todo momento con él, no lo dejes solo, serás su sombra de ahora en adelante, lo protegerás con tu vida si es necesario y me informarás todo lo que suceda con él ¿Quedó claro?

—Sí, Kumicho-sama.

—No puedes fallar, Hyuga, te escogí de entre todos mis hombres por ser el más propicio para esta misión. Tú más que nadie eres el indicado. Has sabido obedecer mis órdenes al pie de la letra sin titubear o fallar. Eres un estratega muy eficiente y calculador, no sabes cómo batallé con Kagetora por tus servicios.

—Me alegra saber que mis servicios lo hayan dejado satisfecho.

—Espero que cumplas esta misión. No me falles.

—No fallaré, Kumicho-sama, se lo juro por mi clan.

—Bien, debo ir a solucionar un asunto con el Ou-sama. El asunto de mis demás rosas.- masculló frustrado y enojado-Ese maldito Akashi…

—¿Qué pasará ahora, Kumicho-sama?

—Si esos inútiles quieren cortar mis rosas tendrán que enfrentarse a mí y a sus espinas.

El mayor no dijo más y salió de la habitación. Antes de marcharse vio por una apertura a su hombre de más confianza mirar de una extraña manera a su querido Reo. Suspiró recargándose en la pared apretando un puño y mirar por una ventana el cielo tapizado en estrellas.

—Olvidé advertirte, Hyuga, que la única condición para ti es que no puedes amarlo. Pero eso es imposible: la rompiste hace más de 23 años.

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Si tienen dudas acerca del fic posteenla en un review! :D

Poco a poco se irán revelando los secretos de los personajes. 

En el próximo cap habrá MidoTaka además de MuraHimu y de las demás parejitas.

Saludos y que estén bien,

Nos leeremos pronto!

Atte: Momoka Black


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