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Solo tenias que decirlo por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Pues el juego de Journey me inspiro, quien lo haya jugado sabe lo hermoso y relajante que es este videojuego.

En fin parte tres lemon de estos lindos chichos, en un rato más el final de esta historia.

 

"-Eres rara...

-Gracias"

 

 

-¿Qué harás?... - le pregunto para cruzarse de brazos.

-Pues que más… Llevarlo a mi casa. - dijo para rascar su mejilla algo sonrojado.

-¿Quieres que le avise a Robin para que no se vea tan obvio?... - la indirecta bien directa hizo que el camillero chasqueara la lengua.

-Me alegra que seamos amigos, Heat… - dijo algo sarcástico para cargar al menor y sus pertenencias junto con las suyas.

-Killer… Eres mi único amigo aquí… - la voz del farmacéutico sonó algo quebrada, quizás…

-Lo sé… También eres mi único amigo… el único en el que puedo confiar. - el rubio solo sonrió para salir de ahí con el chico en sus brazos.

Heat que ahora estaba solo en los vestidores susurro:

-Espero que no desaproveches la oportunidad… Penguin…

Y salió del lugar para buscar a Robin e informar la situación del estado del menor.

 

Nada es lo que parece… al menos al final no…

 

 

~+~

 

 

Pasar desapercibido fue algo imposible ahora que estaba en el elevador con el chico desmayado en sus brazos y el cargándolo como si fuera una linda princesa de cuento de hadas.

Todos los presentes en dicho lugar, algo diminuto, notaban la impaciencia del rubio camillero por salir de ahí.

-¿Está bien? - preguntó un chico de cabello rosado con uniforme de enfermero.

-Claro que si, solo está cansado. - contesto Killer seguro de sí para evitar sospechas.

-Si… sé lo que es eso… Doblar turnos es la muerte. - el enfermero solo suspiro al decir aquello.

-Si… - contrasto el camillero para ver cómo la gente en el elevador ya dejaba de verle.

El elevador llego al piso donde el camillero se tenía que bajar para llegar al estacionamiento.

-Con permiso…- dijo para bajar con rapidez en cuanto las puertas se abrieron.

 

 

~+~

 

 

Durante el camino hacia su hogar no pudo evitar mirar de reojo al chico dormido en el asiento trasero del auto.

Su mirada se enfocaba en el espejo retrovisor para verlo de vez en vez, como si fuera su nuevo pasatiempo. El ligero subir y bajar de su pecho, su rostro con sus facciones totalmente relajadas, quizás sus labios rosados entre abiertos dejando escapar un sinfín de suspiros.

-¿Cómo puedes ser tan lindo? - se pregunto al ver tal poesía.

Penguin era alguien sumamente tierno y amable con los demás, se notaba que la profesión de enfermería era sin duda su vocación, pues la empatía, el sentido del servicio hacia otros en los momentos difíciles de la vida eran apenas algunos de los tantos detalles que lo caracterizaban.

Killer siempre lo veía como un chico inocente, dulce y misterioso, como un hermoso rompecabezas que una vez que terminabas de armar, descubrías el bello paisaje que ocultaba en su interior como si fuera el tesoro de un pirata.

Suspiro al ver como el menor se movía ligeramente para llevar sus manos hacia su pecho, empezaba a temblar y sus piernas se encogían para tratar de agarrar calor.

En ese momento, el rubio paro un momento la marcha para tapar al castaño con su chamarra.

-Eres tan hermoso… - susurro cuando lo arropo y acariciaba su mejilla con delicadeza.

 

 

~+~

 

 

Abrió la puerta con algo de dificultad pues no quería soltar al menor en sus brazos, pero también ya quería entrar antes de que sus vecinos, que solo espiaban a los demás a ver qué hacían,  salieran de sus coladeras como las ratas que eran y husmearan como esos asquerosos roedores.

Entro con calma y cerró la puerta detrás de sí con su pie.

Su hogar era un modesto piso de un edificio situado en una zona muy tranquila de la cuidad, tenía todas las comodidades para vivir decentemente y el precio era bastante rentable.

Todo el lugar estaba ordenado, excepto por las botellas de cerveza en la barra de la cocina y el cenicero lleno de colillas de cigarrillos.

La verdad es que a pesar de ser un personal promotor de la salud, no cuidaba mucho de él.

El usaba la frase de: “De algo moriremos ¿no?, pues entonces disfruta mientras puedas” Además de que alcohol no soluciona nada pero al agua tampoco, así que, al carajo por lo menos no desperdiciaría su vida en esta tierra.

Llego a su habitación para depositar al chico en su cama tendida y ver como este se removía buscando la fuente de calor que hace unos momentos se separaba de él.

Se veía tierno… muy tierno en todos los sentidos.

 

 

~+~

 

 

Quizás no debió quitarle las zapatillas blancas, ni el abrirle la filipina con lentitud cada botón como si fueran a romperse, o quitarle el cinturón que traía… pero ya lo había hecho para que estuviera más cómodo… según él.

Ver su tez tan tersa, suave y atrayente como fina arena para dejar que se perdiera en ella por horas y horas. Su cabello castaño oscuro ligeramente húmedo por el calor que emanaba su cuerpo para dejarlo así de sedoso y tan maleable entre sus dedos.

Y sus labios…

El simple hecho verlos le hacía relamerse los propios. Tan suculentos con ese brillo escaso que delineaba el contorno de estos, el ligero tono rosado como si le invitaran a desgastarlos con los propios hasta desfallecer y dejándolo con ganas de más.

Se acostó a su lado para tenerlo entre sus brazos y disfrutar del momento, que la verdad esperaba que no terminara jamás, que se inmortalizara en su mente como la estatua de la felicidad con una masa palpitante de carne y sangre en su interior haciendo la función del corazón.

Inhaló su aroma tantas veces que ahora era su droga…

 

 

~+~

 

 

-Sabes… - Killer empezó a jugar con el cabello del menor entre sus largos dedos.

-Cuando te conocí… Me gustaste de inmediato. Tu voz, tu cabello, tu suave piel, tu caminar, y más cuando corrías por alguna cosa que se olvidaba en el carro de curaciones. - empezaba a relatar ahora tocando su mejilla.

-No supe en qué momento me enamore de ti, pero nunca me arrepentí de eso. Aunque lo negaba nunca me arrepentí… - ahora veía las marcas de su brazo.

-Quizás ahora ya no sea importante pero esos días en los que me ausente… fueron los más difíciles para mi… El no ver tu sonrisa todos los días, el no escuchar tu voz saludando con esa energía que contagiaba felicidad, y el no poder ver ese sonrojo que hacías cuando tratabas de alcanzar los cobertores en lo alto del estante… era algo con lo que ya no dejar de vivir. - Killer miraba el cuerpo de Penguin casi recostado sobre el suyo, y su mirada se perdía en su respiración.

Lo que no veía era el extraño sonrojo que empezaba a nacer en las mejillas del menor.

-Recuerdo… entrar al bar ese día que me presentaste a tu novia… - la verdad es que aun tenía ere resquemor por eso pero ya eran aguas pasadas.

-Y recuerdo bien todo ese alcohol que ingerí de una sentada… ¡Je! Por Dios. ¿Cómo pude beber tanto ese día?  - la verdad es que si se había pasado de copas por estar ahogando su dolor en vodka, cerveza y tequila.

-Pensé que con eso te olvidaría… que así jamás tendría que verte… porque no toleraba la idea de que alguien más estuviera contigo… Solo ese pensamiento cruzaba mi mente… - la voz se le quebraba un poco por ese simple sentimiento.

-Cuando salí… Nunca imagine que… ese día... - el cuerpo del rubio se estremeció por momentos... recordar le hacía sentirse abrumado.

Sentía como el menor le abrazaba con un poco más de fuerza a lo que él correspondía inconscientemente.

-Solo recuerdo el fuego en frente de la acera... Los gritos de las personas... Yo entrando para salvar a ese niño... El calor en mi brazo y mi rostro para evitar que se lastimara al pequeño... Y luego nada... Como si hubiera perdido el conocimiento... - la mirada de Killer estaba algo perdida y su voz sonaba algo distante.

Recordaba nítidamente como corrió cuando una mujer gritaba algo sobre que su hijo seguía adentro, pero cuando le encontró inconsciente le cargo lo más rápido que pudo...

Lo que no pudo ver por el cabello en sus ojos fue el techo que se derrumba a su izquierda, haciendo que por instinto sacara el niño por la ventana y el quedara atrapado bajo los ardientes escombros...

"-Ja... Irónico... hace poco quería morir... y ahora... cof...cof... deseo verlo una vez más... "

Esas fueron sus palabras antes ver el fuego avanzar hacia él y desmayarse por el humo.

 

 

~+~

 

 

No supo en qué momento se quedo dormido abrazando al menor con tanta fuerza por eso que había vivido hace tan solo un mes...

-Killer~san... - escuchaba como le llamaban.

Pero la verdad es que aun estaba algo adormilado y esa voz que lo llamaba la escuchaba lejana.

-Killer~san... - volvía a llamarle...

Esta vez solo se limito a fruncir un poco el ceño bajo su cabello rubio.

Sentía un peso extra sobre su cuerpo, como si algo estuviera subiendo por su torso acariciando su piel que ahora estaba expuesta, pues sentía el calor que emanaba en contraste con el frío del ambiente.

-Killer~san... - ahora sentía esa voz muy cerca de rostro.

Abrió los ojos para ver ahora que su cabello no estaba sobre su frente como siempre, pero eso no fue nada con lo se topó...

Penguin estaba sobre su cuerpo semi desnudo, solo con una ligera camisa que era del rubio, pero su mirada junto con su sonrojo le decía a Killer que estaba más que despierto y quería algo con lo que mayor soñaba desde que lo conoció.

-Parece que ya despertaste. - dijo con su suave voz que sonaba a un hermoso ronroneo muy sensual.

Y con eso el mayor le atrajo para besar por fin esos deseosos labios ligeramente rosados.

Se perdió al instante en el calor de sus suaves labios para degustarlos con fiereza y colar su lengua en la boca del castaño. El sabor del chocolate que ahora se mezclaba con su saliva le hacía robarle hasta el último aliento al menor que apenas puede corresponderle pero no se alejaba al contrario tomaba el rostro del rubio para atraerlo más hacia él.

Ese beso parecía infinito y Penguin en ningún momento se resistía a las caricias algo bruscas sobre su cuerpo, es más le dejaba hacer tanto como el otro quisiese.

Pero la falta del vital oxigeno les hizo separarse para observarse por unos instantes...

Los azulados ojos de Killer se perdían en los oscuros de Penguin. Se contemplaban como si compartieran el secreto más maravilloso del mundo y solo ellos lo supieran.

La mano del rubio acariciaba la suave mejilla del menor, viendo sus labios ahora rojizos por el pasional beso que le dio, sus ojos entrecerrados y su respiración agitada pero con esa sonrisa que tanto le gustaba.

Era perfecto... perfecto.

Necesitaba más de él, más de sus labios, más de su piel que ahora se erizaba por haber colado una de sus manos por su delgada cintura, y tocar su espalda desnuda bajo la camisa que traía.

Le sentó sobre sus caderas para tener ese íntimo contacto donde su miembro ya más que despierto, rozaba parte del muslo del menor con delicadeza.

Y un ligero jadeo por parte del castaño, hizo sonreír al rubio cuando este en vez de avergonzarse se empezaba a restregar contra él, haciendo que la fricción de sus cuerpos que a pesar de que Killer aun tenía el pantalón, y Penguin solo tenía la camisa cubriendo su desnudo cuerpo, subía el calor que ahora creaban en la habitación.

 

 

~+~

 

 

Volvió a besarle con pasión para intercambiar posiciones, sobre la ya desecha cama, y sacarse lo que restaba de su ropa.

No se detuvo en ningún momento a pensar cómo es que el menor ya estaba despierto o porque tenía tan tentadoras prendas que fácilmente las podía desgarrar, pero la verdad no le importaba en lo más mínimo.

Sentía como Penguin no le quitaba la vista de encima, y sonreía para provocarlo más, pues era una sonrisa totalmente aprobatoria para que tomase su cuerpo como tanto había deseado.

Su cuerpo a pesar de las marcas en su brazo izquierdo y parte de su descubierto rostro, se veía seductoramente atractivo y muy masculino, como alguien que se ejercitaba día tras día.

Se acerco lentamente a su presa que seguía con la camisa a medio abrir, con unos cuantos botones tapando parte de su delgado cuerpo y con las piernas recogidas...

Tan vulnerable y tierno...

Le tomo de las muñecas con una mano para recostarlo sobre la cama, le tomo el mentón con la otra y le besaba al tiempo que se el menor se estremecía ligeramente.

Era suficiente para Killer… empezó a desvestirlo con algo de prisa.

Su piel hizo contacto con suya haciendo que el menor se estremeciera por ese simple hecho, que arqueaba su espalda al sentir que jadeaba en el beso para luego quedarse sin aliento por las succiones que el rubio daba a su expuesto cuello.

Era algo rudo pero a la vez suave para que pudiera sentirle como era debido, con sus dedos paseando por los costados para terminar en sus pezones que estaban totalmente erectos pidiendo a gritos que lo probara y así lo hizo...

Descendiendo lentamente sin dejar de abrazarle ni acariciarle hasta pasar su lengua para descubrir su exquisito sabor, se perdió en ellos por largo minuto.

Y los gemidos reprimidos en la garganta del menor solo iban en aumento para terminar rindiéndose ante el placer que le daba el mayor.

 

 

~+~

 

 

Perdido en su suave piel donde dejaba marcas violáceas a su paso, sus manos acariciando sus delgadas piernas ligeramente abiertas para poder tocarle donde ya veía la excitación que provocaba en el castaño, siguió con su labor…

Una sonrisa suave como las que solo sabía hacer Penguin, hicieron que empezar a besar su abdomen, para sí terminar de abrir sus piernas y bajar poco a poco a su excitación del más joven.

Pero Penguin tenía otro plan en mente...

Tomo una de las manos que estaban en sus muslos para llevarla a su boca.

Y empezó a besar sus dedos con lascivia, cerrando sus ojos, sacando la lengua para probar su sabor de una sensual forma, dejando a Killer hipnotizado deseando que fuera otra cosa lo que se metiera a la boca.

Ya metía tres de sus largos dedos de lleno en su boca entrecerrando su mirada para dejarlos lubricados con su deliciosa saliva.

Esa provocadora escena le gusto de sobre manera al rubio, quien sacando los dedos de forma delicada de la boca del castaño, le beso una vez más con la pasión que tanto le consumía por dentro.

 

 

~+~

 

 

Le preparaba con calma y sin prisas para no lastimarle, quería que lo disfrutara tanto como él, aunque su miembro empezará a dolerle un poco por la impaciencia de querer entrar en el otro.

Húmedo y estrecho era el interior de Penguin, quien se estremecía con esos tres dedos dentro de él, suspirando y jadeando como nunca antes le había escuchado Killer, pero sin apartarle nunca.

-Eres perfecto… - le susurró con voz ronca, excitante y demandante.

Había sido suficiente preparación y el mismo ya no podía esperar para que con toda la delicadeza con la que lo había tratado, separa sus piernas, sacara sus dedos y colocara la punta de su miembro en su entrada.

Le tomo de la cintura con sus manos para esconder su rostro en el cuello del menor, empezando a entrar con cuidado…

-Ki-ller… - la voz de Penguin salía con dificultad al momento de abrirse paso en si interior.

Levantó la vista por escuchar su entrecortada voz distorsionada por el placer cuando sus azules iris se encontraron con su moreno rostro.

Sonrojado violentamente, su mirada cristalina turbia casi perdida en el deseo, y sus labios con ese brillo dejando que un poco de su saliva saliera por la comisura de estos, haciendo que esa fina gota se perdiera entre el sudor de su hermoso cuerpo…

Estaba en el paraíso, en su paraíso…

Sus caderas empezaron a moverse para entrar totalmente en su estrecho interior para hacerlos gemir a la vez.

Fundía su ser con el del menor, controlándose por no empotrarle contra la cama en la que ahora le hacía suyo, dejándole sentir, dejándose sentir, ambos ahora besándose de nuevo y acariciándose con calma.

 

 

~+~

 

 

El sudor corría ahora por su casi pálida piel, su cabello largo caía hacia un lado de tanto movimiento, su rostro también era cubierto por su flequillo pero jadeando constantemente por el calor que exhalaba su cuerpo.

Ya no se reprimía nada cuando el menor movía sus caderas en busca del delicioso movimiento, haciendo que su autocontrol se esfumara con rapidez y por fin le tomara como tanto quería.

Entrelazaba una de sus manos con la de Penguin, como dándole un cierto apoyo sin dejar de dar esas embestidas que hacían arquear la espalda de este, pero sin dejar de gemir su nombre y abrazando con sus piernas la cintura de Killer.

Tenía que volver a tomar un ritmo regular cuando la mano del menor empezó a delinear sus cicatrices con ternura, con devoción, para despejar una vez más su rostro y sonreír como siempre le gustaba al mayor.

Como amaba esa sonrisa.

El placer ya le ganaba así como su resistencia, pues tanto tiempo reteniendo esas ganas de declararse al menor a su forma, de esa forma, acelero el ritmo a un nivel rápido y más duro.

Ahora la cara de su amado chico se fundía del placer que el mismo le daba al tomar su desatendido miembro y empezar a estimularlo, pues la idea era que ambos llegaran al éxtasis juntos.

Sentía el calor sobre su mano con la ligera humedad cuando Penguin termino con un largo gemido y contrayendo más su interior, arrastrándolo inevitablemente con un gruñido acompañado de un suspiro de satisfacción.

Se había venido en su interior de una forma tan deliciosa que su propio miembro quería quedarse ahí por siempre.

Le abrazo como si el menor fuera a desaparecer, necesitaba regular su respiración el aroma de su cuerpo, tenía que saber que no era solo uno de sus tantos sueños.

-No te vayas nunca de mi lado… quédate conmigo… Me enamore de ti… y ya no puedo vivir sin ti… Penguin… - le susurro aun con la respiración agitada.

-Jamás me iré de tu lado… Killer… - contesto a su confesión para tomarlo de su rostro y besarlo.

No era un sueño…

Era su hermosa realidad…

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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