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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Bueno, atrasado pero llegó el especial de San Valentin
Espero que lo hayan pasado bien
No creí poder terminar esto, pero aquí esta. 

Esta ligado con la historia, es lo que sucede con Ethan luego del capítulo 19...es decir...sería lago así como el cap 19.5 

Espero que les guste n.n 

Volveré con más (Ojalá e.e) el miercoles

Un abrazo a todos

Y Que viva el Amorsh! ♥


Capítulo 25 (19.5): "El sueño de Ethan"


—Deberías dejar de fumar… —Aiden me miró molesto—. Eso va a matarte… —me arrebató el cigarrillo de la boca y lo tiró al suelo. Tomé mi cajetilla y sin darle mayor importancia, encendí otro. Habíamos llegado hace poco a una vieja cabaña que estaba en la mitad de un bosque y entre todos habíamos vaciado una botella de whisky que Jack se había llevado del almacén. Ambos éramos los únicos despiertos, todos los demás dormían en la habitación principal y yo me encontraba en la cocina fumando tranquilamente cuando él llegó a molestar. Aiden estaba un poco más borracho que yo y se tambaleaba de acá para allá, mientras intentaba quitarme el segundo cigarrillo. De pronto, tropezó y cayó al suelo.

—¿Serás idiota? —gruñí y le ayudé a levantarse del piso. En ese momento se aprovechó mi descuido e intentó nuevamente arrebatarme el cigarrillo, comenzando ambos un forcejeo. Yo intenté no caer por sus tirones mientras me esforzaba por levantarle y no permitir que me lo quitara.

—¿¡Q-Quién es el idiota ahora!? —Balbuceó apenas, ganándome y robándomelo de la boca—. ¡Auch! ¡Maldición! —dio un respingo y se quejó en voz alta cuando se quemó los dedos con él y ambos terminamos de caer el suelo.

—¡Tú, claramente! —grité mientras intentaba quitarme de encima, estaba algo mareado y me movía torpemente—. ¡Idiota! —Él me tomó del cuello de la camisa.

—E-Ethan… —susurró en voz baja y clavó sobre mí los apagados ojos esmeraldas, que parecían haber oscurecido aún más en este último tiempo. Me miró y en su rostro se dibujó una mueca que me fue imposible entender—. En la guarida de Scorpion…, extrañé tus insultos —sonrió, como un tonto y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Él estaba demasiado borracho y comenzaba a decir estupideces.

Lo de Noah y el secuestro de Aiden había pasado hace unos días ya, pero yo sabía bien que esos recuerdos debían seguir ahí, jodiéndole la mente a cada momento. Él era un tonto por pensar en ello y yo era un idiota por seguir sintiendo ésta culpa de la cual no podía liberarme.

Que Noah acabara como el jefe de una guarida había sido mi culpa, en parte.

—La primera vez que Scorpion me violó… —comenzó. La voz se le quebró.

—No, no —le interrumpí—. Aiden, no recuerdes esas cosas.

—¡Quiero hacerlo! —alzó la voz y noté un brillo en sus ojos producido por las lágrimas que comenzaban a acumularse en ellos. No, no podía empezar a llorar otra vez, verle así me angustiaba—. La primera vez que lo hizo… en un momento, pensé en ti —declaró—. Y durante ese momento, pude abstraerme de lo que estaba ocurriendo.

Demonios. Eso me sorprendió.

Su cuerpo tembló bajo el mío y le abracé sin pensarlo.

—Deja de pensar en lo que pasó en esa guarida. Estás borracho, te pondrás peor —sollozó—. Aiden, no.

—¡No quiero! ¡Quería decírtelo! —tomó mi rostro con sus manos mientras comenzaba a sollozar más fuerte.

—A-Aiden… —acaricié su cabello para intentar calmarlo—. Tranquilízate. Noah no volverá a tocarte, juro que…

—Me gusta cuando me acaricias el cabello —me interrumpió, esbozando una sonrisa que era difícil de ver en él. Mierda, de pronto estaba sonriendo yo también, embobado con aquella mueca tan adorable en su rostro. Me sentí extrañamente nervioso—. Ethan… —su sonrisa se amplió—. Estás tan rojo como un tomate —se burló.

—Cállate, idiota —respondí, intentando levantarme.

—E-Espera —balbuceó torpemente y se aferró a mi cuerpo. Dios, esa escena debió haberse visto ridícula—. Sólo dije la verdad, ¿por qué demonios te vas?

—Tengo sueño. Me voy a dormir.

—Mentiroso —me volvió a jalar hacia abajo, pero esta vez él se posicionó sobre mí, intentando inútilmente apresarme con sus piernas. Reí por lo bajo—. Tú no tienes sueño.

—¿Y tú qué sabes, piernas de po…? —callé cuando le vi acercar su rostro al mío. Demasiado cerca.

No sé cómo pasó, pero de pronto nos estábamos besando. Sus labios eran tibios y se sentían tan endemoniadamente suaves que no tardé en sentir que perdía el control. Le tomé del rostro y lo atraje más hacia mí. No podía negarlo, él era un idiota a veces pero me encantaba, todo él me encantaba. Cambié de lugar y me posicioné sobre él en un movimiento brusco. Mi lengua rozó su labio inferior.

—A-Ah… —jadeó en voz baja buscando aire y eso sólo me enloqueció más. Me aparté de su boca y me aventuré a besar el lóbulo de su oreja, provocando otro jadeo un poco más lascivo, un poco más caliente. No sabía por dónde seguir, tenía miedo de cagarla y provocar que él recordase algo malo, algo salido de la guarida de Scorpion. Pero no podía evitarlo, ya me encontraba bajando por su cuello lentamente, dejándome llevar por los tímidos gemidos que comenzaban a escapar de su boca entreabierta que ya empezaba a respirar con dificultad. Volví a ella y adentré mi lengua suavemente, causando que el chico que tenía bajo mi cuerpo se retorciera en un escalofrío. Me aparté.

—¿Estás bien? —pregunté. Sus mejillas estaban completamente rojas y sus ojos parecían perdidos.

—E-Estoy bien —balbuceó y abalanzó nuevamente su boca contra la mía, abrazándome con fuerza. Correspondí el abrazo.

¡Maldición! ¿En qué momento había caído tanto? ¿Cuándo fue que me enamoré de este idiota?

—Dime si recuerdas algo malo, para que pueda detenerme —pedí antes de continuar justo donde había quedado. Él asintió con la cabeza y enredó sus brazos en mi cuello, parecía nervioso. Debía estarlo.

Mi lengua recorrió con rapidez su cuello y provocó un nuevo escalofrío en él. Comencé a desabrochar botón por botón su camisa, e iba marcando cada lugar en su pecho con mis labios, en suaves mordidas que parecían gustarle. Cuando le quité por completo la prenda y mi lengua recorrió sus oblicuos, Aiden pareció perder el control. Gimió más fuerte y tuve que estirar mi mano para callarlo.

—Mhmm… ¿Para dónde demonios crees que vas? —gimió, intentando tomar mi cabello y evitar que siguiera bajando. Omití el hecho de que lo había jalado y aparté su mano de encima, al mismo tiempo que le quitaba el bóxer—. A-Ah… detente, Ethan.

—Esto de aquí no se ve como si quisieses que me detuviera —me burlé, al ver la notable erección erguida frente a mí. Abrió la boca para protestar, pero apretó los labios de inmediato cuando engullí su virilidad. Comencé entonces el vaivén, sabía hacerlo, definitivamente. Mi boca comenzó a subir y bajar por su polla, mordiendo levemente de vez en cuando la cabeza, sabiendo que eso le volvería loco. Su respiración se hizo más profunda, veía su pecho agitado palpitar sobre mí. Sus jadeos se intensificaron y de pronto, mi mano no fue suficiente para hacerle callar.

—¡A-Ah… Ethan! —sentí la presión sobre mis pantalones y creí que iban a estallar. Joder, si seguía diciendo mi nombre de esa forma sólo conseguiría que perdiera completamente el control—. A-Ahh, Nhmm —comenzó a gemir sin miramientos cuando aumenté el ritmo. El sabor agridulce que me invadía la boca sólo me hacía ir más y más rápido. Yo también estaba en el límite.

De pronto, un sabor amargo me llenó los labios mientras él soltaba un grito. Se había corrido en mi boca y lejos de parecerme algo asqueroso, me gustó. Su cuerpo se relajó y sus manos cayeron extendidas en el suelo, cansadas. Quise hacerle sentir bien, quise hacerle olvidar lo ocurrido con Noah. Creo que lo había logrado.

Quité con la manga de mi camiseta lo que se había derramado fuera de mis labios y Aiden estiró los brazos hacia a mí y me atrajo hacia él, besándome, sin importar lo que antes había estado en mi boca. Un beso dulce, un beso mojado por las lágrimas que habían empezado a correr por sus mejillas nuevamente. Me estrechó con una fuerza asfixiante que me llenó de escalofríos.

—L-Lo siento… —balbuceé—. ¿Te hice daño?

—No… —rodeó mi cintura con sus piernas y me abrazó con todas sus fuerzas. Joder, él podía ser tan adorable a veces.

Un escalofrío subió por mi columna vertebral cuando él lamió una de mis mejillas, causándome cosquillas. Me quedé quieto y dejé que lo hiciera de nuevo. Solté una risita.

—Demonios, Aiden. Me haces cosquillas… —Su lengua se movió un poco hacia mi cuello y jugó allí con ella, haciéndome estremecer, haciéndome temblar. En nada ayudaba el frío que de pronto comencé a sentir.

Frío. Un frío demasiado intenso para lo caliente que estaba.

Su lengua húmeda, jadeando a mi lado.

Algo andaba mal.

Abrí los ojos asustados y  di un salto fuera del saco de dormir. El maldito perro que habíamos recogido me había estado lamiendo la cara—. ¡Joder! —maldije en voz baja, quitándomelo de encima.

—¿Estás bien, Ethan? —La voz de Aiden a mi lado me sobresaltó, de seguro se había despertado por el movimiento y ahora estaba frotándose los ojos. Le miré confuso, acababa de tener un maldito sueño con él, ¡un maldito sueño erótico! A pesar de que aún no amanecía completamente, el alba traía algo de luz a las ventanas. Temí que pudiera ver la notable erección en mis pantalones, así que sin responderle siquiera me levanté y me dirigí al baño. Una ducha de agua fría quitaría todas las imágenes que aún seguían frescas en mi cabeza.

Me quedé estático frente a la puerta del baño cuando oí un ruido al otro lado, algo extraño, un gruñido o un jadeo… ¿Zombies?

Estiré la mano para alcanzar una pistola que estaba sobre una mesita en medio del pasillo. Dudé algunos segundos antes de abrir, respiré y finalmente lo hice, apuntando hacia dentro. Encendí la luz.

—A-Ah…

—¿¡Qué demonios!? —exclamé sorprendido cuando encendí la luz. ¿Un jodido zombie? ¡Me hubiese encantado que fuese un maldito zombie lo que vi ahí dentro!

Mi hermano…

—¿¡Qué es lo que están haciendo!? —grité, con un nerviosismo que no sabía podía llegar a sentir. Eden estaba sobre Jack, a medio desvestir y ambos se estaban besando de lo más acaramelados. Se separaron e intentaron levantarse del piso, pero antes de siquiera recibir alguna explicación, cerré la puerta de un portazo.

Esa imagen había sido mi ducha fría.

Dejé el arma donde estaba y volví a la cama.

—¿Qué ocurrió? —me preguntó Aiden, aún adormecido y quizás un poco borracho. Sí, nos habíamos bebido esa botella de whisky, eso sí era real. Aunque a Jack le costó convencer a Aiden para que accediera a beber otra vez.

—Nada —respondí.

—Vamos…  —insistió—. Te he oído gritar, no me hagas ir a ver —intentó levantarse, pero lo jalé hacia abajo y cayó sobre mí. Hubo algunos segundos de silencio.

—Ethan…, estás algo acelerado —susurró, contra mi pecho.

«Si claro, joder. Es porque tienes tu maldita pierna entre las mías y acabo de tener un maldito sueño contigo»

—Tuve una pesadilla —mentí. Él me abrazó.

—Esto arregla las pesadillas, ¿no crees? —me miró como un idiota, como un idiota borracho y somnoliento. Mis mejillas ardieron—. ¿Puedo dormir aquí? —preguntó, apoyando su cabeza en mi pecho.

—¿No lo recordarás en la mañana?

—No lo creo.

—Entonces sí —dije. Él se acomodó sobre mí y todo su cuerpo pareció amoldarse al mío. Nos tapé a ambos con una manta y comencé a acariciar su cabello. Me gustaba la forma en la que se sentían mis dedos enredándose en ese manojo enredado de cabello castaño. Noté su respiración calmándose, hasta volverse casi imperceptible. Estaba a punto de dormirse otra vez.

—Oye, Ethan… —susurró.

—Dime.

—¿Puedo contarte un secreto? —preguntó, bostezando.

—Sí… —suspiré—. Puedes contarme un secreto.

Él soltó una risita, como si sintiera vergüenza por lo que estaba a punto de decir.

—En la guarida de Scorpion, te extrañé… Digo, a tu mal humor y a tus insultos —dijo. Me quedé estático por unos segundos, luego sonreí.

—Imbécil —solté en una risita.

—A eso me refería —rió él también—. Tú también eres un imbécil —suspiró y me abrazó—. Pero eres el imbécil que quie… —se quedó callado de pronto y no alcanzó a completar su frase. Se había dormido. ¡Se había dormido en medio de una conversación!

Suspiré, cansado. Mi cabeza estaba revuelta.

El sonido de su respiración profunda y tranquila me ayudó a dormir nuevamente esa noche.

 

Notas finales:

Sadadasdasd Ethan, eres un pervertido :3 

Ahora se entiende, que quizás los vómitos de Aiden en el cap 20 no solo fueron por la pesadilla xD

Y por qué la risa de Ethan hacia su hermano cuando Jack llamó a Eden para ir a buscar ''Comida'' xD

La pasión fluyee entre Eden y Jack! Espero tener tiempo para hacer un especial sobre ellos ♥ 

Espero que les haya gustado n.n 



Como siempre, dudas, críticas, comentarios o preguntas a algún personaje pueden dejarlo todo en un lindo -o no tan lindo- review :3 

Gracias por leer :D

Saludos :3 


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