Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

[Reviews - 1104]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holiiiiiiiiiiii :3 

Yo voy pasando rápidito! solo debo decir que estoy a punto de morir por culpa de un maldito resfrio. Mañana debo entregar un trabajo de edición vectorial (Una Miegda!) 

Espero que les guste el cap :o 

Subiré otro el domingo. 

Un abrazo

Desperté en algún lugar. Abrí los ojos de golpe y me encontré en la iglesia donde todo parecía seguir igual. El sol le daba una extraña luz a los vitrales que parecían formar figuras más demoniacas que angelicales, el Cristo estaba aún colgado en su cruz, sangrando y mirándome con sus insondables ojos. Una sensación de tranquilidad me llenó de pies a cabeza, me levanté y caminé hacia el altar.

—¿Estás bien? —Una voz grave y conocida entró como melodía en mis oídos. Formé una sonrisa y me giré para verle.

—Ethan... —Allí estaba, de pie a sólo unos metros de mí. Corrí hacia él y le abracé con toda la fuerza que pude.

—Eh, ¿qué pasa? ¿Todo bien? —correspondió a mi abrazo y me acarició el cabello. Volver a sentir sus dedos sobre mi pelo me llenó de una paz difícil de explicar con palabras. Le robé un beso.

—Estoy mucho mejor ahora.

—Me alegra oír eso —sonrió, parecía un poco nervioso. Me tomó de la mano y ambos caminamos hacia una de las tantas bancas alargadas de madera barnizada que brillaba incluso en la penumbra de ese lugar. Nos sentamos uno al lado del otro—. ¿Cómo dormiste? —preguntó.

—Tuve una pesadilla horrible.

—¿Qué fue?

Negué con la cabeza varias veces. —No quiero hablar de eso ahora.

Esta vez, fue él quien me robó un beso.

—Te quiero, Aiden —dijo, sonriendo, sin vergüenzas.

—Y yo a ti, Ethan —me abracé nuevamente a él—. Te quiero, te quiero, te quiero... —sentí que debía decirlo por lo menos unas mil veces antes de alejarme de él, porque de pronto, volví a sentir que se iba de mi lado.

Mi vista se distorsionó y él ya no estaba junto a mí, sino que se hallaba muy lejos.

—¿Ethan? —me levanté de la banca e intenté caminar hacia él, pero mis piernas pesaban por lo menos diez kilos cada una, no podía avanzar—. ¿¡Ethan!? —lo sentí más lejos e intenté correr, pero no podía moverme—. ¡Ethan, no! —abrió la puerta de la iglesia para irse, iba a marcharse. No quería que lo hiciera. Le ordené a mis pies una vez más que se movieran, pero ellos no me respondieron. Sus ojos negros me miraron una vez más, vacíos, oscuros, muertos. La imagen ante mí se quebró en pedazos y él desapareció.

Desperté.

Abrí los ojos, esta vez de verdad. El corazón me latía a mil y el sudor manchaba todo mi cuerpo. Era de noche y todo estaba oscuro salvo por una vela puesta sobre una repisa en el diminuto salón. Jack dormía en el colchón del lado junto a Eden. Todos parecían estar disfrutando de un profundo sueño, pero yo no podía volver a soñar, no si estas pesadillas me seguían atormentando de esta forma. Me levanté sintiendo mi piel ardiendo y recordé un libro de psicología que había en casa que hablaba sobre cómo afectaban los estados de ánimo en el sistema inmune y en la salud general. Supuse que pescaría un buen resfriado.

Estaba bien si ese resfriado me mataba, de todas formas, no podría seguir existiendo con estos sueños.

«Había sido sólo un sueño, después de todo».

Sentí frío, la tormenta había vuelto otra vez, más violenta aún. Reconocí la chaqueta de Ethan colgada en una silla y la tomé, agradeciendo que estuviese seca, me envolví en ella y me dirigí al baño. Cerré la puerta tras de mí, encendí la luz y sólo me senté en el suelo. No quería despertar a nadie en caso de que un nuevo ataque de llanto me atacara súbitamente, como había estado ocurriendo en las últimas horas. Sí, no podía superarlo, no iba a superarlo nunca.

Todo estaba en silencio, sólo el sonido de las gotas cayendo sobre la ventana hacía algo de ruido ahí y le daba un aire aún más triste al lugar. Inspiré y exhalé profundamente varias veces, intentando calmarme, mi corazón latiendo aceleradamente y el calor que sentía no ayudaba en nada. Buscando distraer mi atención, hurgué en la chaqueta y encontré aquel librito arrugado por la lluvia que había visto leyendo a Ethan una vez. Abrí una página al azar:

 

"Día 15:

Accedí a la petición de mi colega y entré a trabajar con él. Cuando llegué al laboratorio no podía tragarme lo que estaba viendo. No debí jamás haberme involucrado en este proyecto. Esto es grave, muy grave. Wolfang y ese grupo de medicuchos sin moral han enloquecido. ¿Experimentar con humanos? ¡Eso es lo más antiético que he escuchado en mi vida!

Día 16:

Ha pasado un día desde que se decidió probar el virus en humanos. Cariñosamente, Wolfang llama "pipetas" a los sujetos de prueba. De diez tan sólo cinco sujetos están conscientes, los otros ya han presentado todos los síntomas que hemos visto en las ratas; se han vuelto agresivos y no responden a órdenes, sus signos vitales están a punto de desaparecer pero han mostrado tanta actividad que incluso perdieron la capacidad de dormir. Tratan de morder a sus compañeros. Uno de ellos se estaba comiendo su propio brazo cuando llegué.

Pero hay algo más, algo realmente preocupante. Al parecer las pipetas infectadas desarrollan más fuerza que un ser humano común. Me han comentado, que uno de los fines secundarios de este proyecto es ver la posibilidad crear seres humanos fuertes, pero no sé cuál es la integridad mental de los sujetos en estos momentos. Eso podría ser peligroso. Creo que es hora de detener todo esto. Hablaré con E.L.L.O.S”

¿E.L.L.O.S? ¿Quién o qué demonios era E.L.L.O.S?

Había dos páginas en blanco, las salté:

"Día 19:

E.L.L.O.S me ha dicho que lo tiene todo bajo control y que están financiando y respaldando el proyecto de Wolfang y el doctor Wayne, su compañero y jefe. Me han amenazado con despedirme y no volver a darme trabajo si no guardo silencio y me quedo en este proyecto. En un principio no lo acepté, pero después de unos días me decidí a ir a trabajar. Mi carrera depende de esto.

De los cinco sujetos sólo dos quedan sin contagiarse. Hubo uno antes que había estado resistiéndose al virus, mucho más que el resto, pero finalmente murió y ahora sólo quedan dos que al parecer siguen cuerdos. ¿Será que descubrimos una condición en algunos seres humanos que los hace inmunes?"

Salté otra vez algunas páginas y llegué hasta el día veintitrés:

"Día 23:

He revisado los archivos anteriores del doctor Wayne. Al parecer, en el pasado había realizado investigaciones semejantes a ésta, sin mayor éxito. Un virus parecido a este, de la misma cepa, pero mucho más débil y no mortal se creó hace veintiséis años atrás. Se probó en cuarenta sujetos y sólo uno no contrajo los síntomas. Una mujer, Adelie Strauss Levallois no presentó ningún indicio y se mantuvo siempre calmada. Pero la investigación se canceló, la chica estaba embarazada."

¿Había... personas inmunes?

Nervioso, salté por lo menos diez páginas y llegué hasta una que no tenía fecha y que su letra se veía más complicada de leer. Parecía que la mano le temblaba mientras lo escribía:

"Esto es un caos. Han escapado algunas pipetas; las dos que estaban sanas y seis infectadas. Estoy escribiendo desde el automóvil. He cruzado la frontera con Estados Unidos, voy de camino a una vieja cabaña que pertenecía a uno de mis bisabuelos. Intentaré hablar con algún funcionario del Ministerio de Salud, quizás ellos puedan prevenir que el virus llegue a otros países, porque tengo la sospecha de que se trasmitirá más rápido de lo que debería. Creo que toda esta investigación era sólo una parte de algo mucho más grande, algo que no puedo entender. Nuestro mundo se irá al infierno si no hago algo. Solicitaré que cancelen todos los viajes que lleguen desde Canadá..., espero que este Gobierno me escuche.

Si mis sospechas sobre Wolfang, Wayne y su plan macabro son ciertas, esto debería estallar en un par de días. No pude saber cuál era la condición para la inmunidad, debí haber tomado más pruebas de ADN a los sujetos sin síntomas. Analizaré el informe de Rossvet cuando llegue a un lugar seguro. Espero que eso me sirva..."

Cerré el libro con fuerza y parpadeé un par de veces.

¿El informe de Rossvet... había dicho?

Mi padre... ¿Mi padre estaba metido en todo esto?

Temblé ante la posibilidad de que así fuera.

La puerta se abrió lentamente, suave. Me quedé boquiabierto mirando la figura de Eden bajo el umbral y una punzada de dolor me cruzó el pecho. No me acostumbraría nunca a verle sin pensar en Ethan.

—¿Te... molesta? —preguntó, entrando y yo negué con la cabeza como respuesta. De pie a mi lado, dejó que su espalda se deslizara por la pared hasta caer sentado junto a mí.

Hubo un silencio incómodo.

—Lo siento, Aiden —soltó de pronto. Le miré confundido.

—¿Qué sientes?

—No te traté de la mejor forma. Tú... —Su voz se quebró ligeramente—. No es tu culpa todo lo que pasó..., yo... sé que tú habrías hecho exactamente lo mismo por mi hermano. Sé que te habrías lanzado a defenderlo si hubiese sido él el que cayó al suelo.

—Gracias.... —logré decir. Y entonces hubo otro silencio, hasta que él lo rompió con una pequeña risita.

—¿Recuerdas cuando te besé? —preguntó. Mi respuesta fue asentir con la cabeza rápidamente y negar con mis manos. Sí, sí lo recordaba y me sentía avergonzado por ello. Aquella vez confundí a Ethan con Eden.

Su mirada se dirigió a algún punto sobre el techo blanco. Tomó mucho aire para hablar.

—Ethan y yo nos separamos cuando éramos niños aún..., pero antes de eso habíamos estado en una especie de extraña relación, de esas que se supone no debes tener con tus hermanos... —Sus ojos se dirigieron a mí para estudiarme y observar mi reacción, pero yo sólo me quedé en mi lugar, esperando a que siguiera hablando a pesar de lo sorprendido que me dejó esa confesión—. Yo decidí escapar de casa cuando teníamos doce. Estaba muy confundido —sonrió—. Ahora que lo pienso, quizás debí haber solucionado las cosas de otra forma —Sus ojos esperaron mi aprobación y yo asentí con la cabeza, apoyando esa idea—. Cuando volví a ver a Ethan, cuando todo esto comenzó, cuando te conocí... me di cuenta de que él estaba muy cambiado. No sé qué fue de él en todo este tiempo que estuvimos separados, pero cuando le vi llegar contigo en brazos supe que se preocupaba demasiado por ti... —Mi corazón pareció palpitar con más fuerza cuando dijo eso—. Estaba un poco celoso, debo admitirlo. Suena muy estúpido ahora que lo veo desde otro punto de vista. Jamás había visto a Ethan tan preocupado por alguien, desde pequeño él siempre fue un despreocupado y cuando me enteré que eras a un chico a quién él había acabado de conocer, sentí curiosidad por saber qué era lo que él veía en ti y por saber qué clase de relación tenían ambos. Sabía que ibas a confundirme con él... —Otra risita un poco más ruidosa escapó de su boca—. Por eso te besé.

Ethan... ¿Él se había preocupado por mí desde ese momento?

—Pero ahora puedo ver lo que él vio en ti antes... —apoyó una mano sobre mi hombro—. Eres un chico genial, Aiden. Eres fuerte —No, no, no. Yo no era fuerte. Yo estaba destruido. ¿Genial? Sólo servía para estorbar. No había cuidado de mi hermano lo suficiente y le había dejado morir y ahora, no había sabido cuidar de Ethan tampoco y le había perdido.

Negué con la cabeza varias veces.

—Estás equivocado —dije—. No soy nada de eso. Soy una maldita basura —Su mano se tensó contra mi hombro y clavó su mirada oscura en mí.

—No digas eso —comenzó, esforzándose en que no se le quebrara la voz otra vez, pero no tardé en ver sus lágrimas manchándole las mejillas y me obligué a tragarme el nudo que se había formado en mi garganta, para mantenerme fuerte frente a él. Se acercó a mí—. Tú.., ¿no te has dado cuenta? —susurró ronco en un sollozo contra mi oído cuando me abrazó repentinamente—. Tú lograste derribar todas las murallas que Ethan había puesto alrededor suyo por mi culpa. Tú, de alguna forma extraña, lograste reparar todo el daño.

Me quedé helado, con mis manos sobre su espalda.

¿Yo había hecho algo así?

Un estruendo se dejó oír en el salón seguido de un grito, un grito infantil.

¡Amy!

Nos pusimos de pie rápidamente y yo fui el primero en salir de ese estrecho baño. Corrí a oscuras hasta llegar donde se suponía que ella dormía. No estaba ahí, sino algunos metros más allá, siendo acorralada por un zombie. Sin pensarlo si quiera, me abalancé contra él en una tacleada y apliqué todas mis fuerzas para tirarlo al suelo. Me tomó ambos brazos e intentó morderme la cara, pero con algo de suerte logré esquivarlo. Me zafé y le golpeé en el rostro, sabiendo que eso no funcionaría demasiado. Los gritos de Amy a mi lado eran histéricos. Una bala los hizo callar.

Suspiré, dejando escapar todo el aire que había contenido en mis pulmones.

—Gracias... —me levanté. Teo le había disparado en la cabeza, siempre había que dispararles allí para ahorrar balas. Para que terminaran de morir, ellos necesitaban por lo menos siete balas en el cuerpo, pero tan sólo una o quizás dos en la cabeza—. ¿Cómo ha entrado este?

—¡Es hora de irnos! —Eden gritó, mientras apuntaba hacia la puerta principal que había sido forzada. Un grupo se estaba acercando y a primera vista, parecía considerablemente grande.

—¡Demonios! —tomé a Amy de la muñeca y agarré su bolso con la otra mano. Todos los demás ya tenían sus mochilas al hombro y se encontraban disparando mientras formábamos una improvisada fila para salir por la puerta trasera. Ellos habían roto la delantera y se apresuraban en entrar y sí teníamos algo de suerte, podríamos rodearlos y hacernos con la camioneta que estaba estacionada afuera.

Otra vez era momento de correr.

 

Notas finales:

Algunos ya me habían preguntado "¿Qué demonios es ELLOS?" Bueno. Es un acrónimo desordenado xDDD 

"Security Organization for the LifeLine and Enviroment"

En español sería algo como "Organización de seguridad para la linea de vida y el medioambiente" 

Espero que les haya gustado el cap. Como siempre. Preguntas, comentarios o críticas pueden dejarlo en un lindo -O no tan lindo- review

Abrazos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).