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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Holaaaa D:! Les traigo un nuevo cap >< (Estoy actualizando bastante rápido, pero desde el martes quizá ya no tanto, entraré a trabajar >___<) 

Perdónenme si es un poco corto :C lo sé, por eso seguramente mañana subiré la continuación n.n

Como siempre, si notan algun error háganmelo saber. 

Espero que les guste n.n

Un abrazo! 

Capítulo 5: ''Doppelgänger"

 

 

Sentí la lisura de unas sábanas arropando mi cuerpo descansado, no tenía esa sensación exquisita hace siglos. Me revolví en una cama, la suave almohada acarició mi cuello y mi cabeza, dándome aún más comodidad. Por primera vez en mucho tiempo no tenía frío, es más, algo parecido a la fiebre parecía llenarme por completo. Una incipiente luz que iluminaba la habitación me obligó a abrir los ojos. Escuché una música suave en el lugar y me planteé la idea de que seguramente estaba en un sueño. Un olor delicioso entró por mis fosas nasales y mi estómago despertó, rugiendo hambriento. Me quedé recostado, aún algo confundido, mirando el techo completamente blanco que estaba sobre mí. Una puerta se abrió.

   —Me alegro que hayas despertado… —Ethan entraba en la habitación y se acercaba a mí con una amable sonrisa en el rostro. Le miré extrañado, vestía un tanto distinto; unos pantalones anchos blancos que le quedaban muy bien y una camiseta sin mangas del mismo color. Iba descalzo y su cabello era amarrado en una coleta alta ¿Vestía completamente de blanco? Volví a plantearme el estar en un sueño.

   —¿Te sientes bien? —preguntó, llegando hasta mí y rozando mi frente levemente con el dorso de su mano, para tomarme la temperatura–. Has dormido algunos días.

   —¿A-Algunos dí...?

   —Lo importante es que despertaste y estás bien—interrumpió, ensanchando su sonrisa. Los ojos oscuros brillaron.

   —G-Gracias por preocuparte —balbuceé. No sabía muy bien cómo actuar ante su repentina amabilidad. Debí haber estado a punto de morir para que me tratase tan bien.

«De seguro ya se ha leído todo mi diario y se siente culpable» Pensé.

   —¿Tienes hambre? —preguntó, sentándose en uno de los bordes de la cama, a mi lado–. He preparado comida —sonreí divertido.

   —¿Más sopa en conserva? —bromeé.

   —No –frunció el ceño un segundo, pero la sonrisa no se le borró de la cara. Llevó otra vez una mano a mi mejilla para acariciarla. El contacto con su piel me hizo estremecer en un escalofrío ¿Qué era todo esto? Acercó repentinamente su rostro al mío. 

Tan cerca.

   —Pasta con frutos secos y verduras –dijo, muy cerca de mis labios ¿Qué demonios estaba haciendo? Aunque quería apartarme, mi cuerpo no reaccionaba—. Para que recuperes energía… —susurró apenas. Su aliento olía a menta y de alguna forma su respiración calmada me tranquilizaba a mí también. Sin previo aviso, me besó. Sentí un escalofrío y quise apartarme, pero me tomó por la cintura y me atrajo aún más hacia él. Al final, terminé ahogándome en la cálida sensación de sus manos rodeándome ¿Qué demonios estaba pasando? No lo sabía, pero no podía ir contra ello.

   —¿¡Qué mierda estás haciendo, Eden!? —Alguien entraba en la habitación. Abrí los ojos aún sin poder apartarme de sus labios, él seguía manteniéndome firme en su abrazo. La voz tan conocida era ahora más grave y rasposa. Ahí le vi, vestía unos pantalones negros, las botas militares y una camiseta negra, cómo debió haber sido. Parecía cabreado.

Me separé rápidamente.

   —¿Q-Qué demonios? —grité, nervioso, llevándome las manos a la boca « ¡Joder! ¡Qué alguien me diga que esto es un sueño! ¡Un mal sueño!»

Ethan, el verdadero, el que se parecía más al Ethan que había conocido en el aeropuerto, avanzó hacia nosotros mientras me dirigía una mirada fulminante. Yo tan sólo pude mirar confundido de un lado para el otro, sin entender nada. Él y él chico que acababa de besar, eran…

Idénticos.

   —¿¡Te dejo solo un momento y ya te estás besando con mi hermano!? —gritó, hacia mí.

¿Gemelos? No puede ser…

   —Ethan, él no tuvo…

   —¡Cállate, Eden! —gritó, quizás demasiado enfadado, apuntándolo acusatoriamente con el dedo–. ¡Tú eres el más culpable aquí!

   —¿Puedes calmarte un…?

   —¡No!

   —¡Ya está bien! ¡Suficiente! —grité, con una fuerza que creí no tener y ambos guardaron silencio inmediatamente. Miré a uno y luego al otro, los mismos ojos, el mismo cuerpo, el mismo color de cabello, todo era exactamente igual. La única diferencia era su mirada, claro. Debí haberlo notado antes. 

La mirada de ese tal Eden parecía mucho más suave y serena que la de Ethan.

Cómo demonios no me di cuenta.

   —¿Qué es todo esto? —pregunté luego de unos segundos de silencio.

Ethan abrió la boca para hablar.

   —Él es mi hermano mayor, Eden —comenzó, apuntándole con el dedo índice–. Estás dentro una antigua casa que era de mi padre. No sabía que este idiota estaba aquí, de haberlo sabido no habría entrado.

   —Y no hubieses podido salvar a Aiden —interrumpió Eden, dedicándome una sonrisa. Bajé el rostro y evité mirarle, me sentía enfadado.

Me había engañado.

Pero aun así ¿Por qué le había besado? Negué con la cabeza un par de veces, alejando esos pensamientos.

   —Está bien –El mayor se puso de pie–. Le he prometido a Aiden un plato de pasta ¿Quieres tú también, Ethan?

   —No, gracias –respondió, aún enojado.

   —No te puedes alimentar sólo de sopas en conserva –pude ver fuego puro saliendo de los ojos de Ethan, dedicándome una de sus ya típicas miradas asesinas y molestas.

   —Lo siento… —mascullé, intentando disculparme a pesar de saber que no tenía porqué hacerlo.

   —Haz lo que quieras… —le oí murmurar. Eden esbozó una sonrisa y salió de la habitación, dejándonos solos. Otra vez, sus insondables y vacíos ojos negros se clavaron en mí. Estaba sonrojado hasta las orejas ¿Qué se supone que debía decir?

   —¿Por qué has besado a mi hermano? —increpó.

   —No sabía que era tu hermano —respondí–. Creí que eras tú.

« ¡Mierda! ¿Qué estoy diciendo?»

   –Digo… —aclaré la garganta—.Estaba recién despertando, me ha tomado por sorpresa —corregí.

   —Claro…—gruñó secamente.

Otro horrible silencio se formó entre nosotros. La situación se estaba poniendo insoportablemente incómoda.

   —Tu hermano es muchísimo más agradable que tú —me burlé, sólo por romper ese silencio. Joder ¿Acaso no podía decir otra cosa que tonterías?

No vi la almohada que golpeó contra mi cara.

   —Idiota –murmuró él molesto y de pronto sentí como volvía a ser él mismo–. No me compares con ese imbécil –comencé a reír a carcajadas—. ¿¡De que te ríes!? —gritó él, levantando la almohada y volviéndome a golpear con ella repentinamente en el rostro. Reí más fuerte, a veces me pasaba; reír nerviosamente mientras me golpeaban.

   —¡Estás celoso de tu hermano! —grité en un alarido, semejante al que suelta un perro al borde de la muerte. Sentí un peso cayendo sobre mí.

   —¡Cállate ya, niño estúpido! —gritó encima de mí, levantando su puño. Titubeó unos segundos.

   —Anda… —sonreí—. ¿Vas a golpearme? Sólo confirmarías lo que acabo de decir –Demonios, a veces me odio por ser tan malagradecido, este chico me había salvado la vida dos veces y yo aun así era tan jodidamente ingrato con él.

Y es que me hacía gracia verle enojado.

La mano le tembló y de pronto se quejó en un gruñido. Se apartó y llevó ambas manos a su pierna.

   —¡Eth! –Toda la estupidez pasó cuando vi que se tomaba la pierna donde había recibido la bala—. ¿Estás bien? –posé mis manos sobre las suyas instintivamente.

   —No me llames Eth –se quejó mientras esbozaba una mueca de dolor–. No me agrada —Y a mí tampoco me gustaba. Sabía que su nombre era Ethan y sabía cómo pronunciarlo, aun así, no podía sacarlo de mi boca.

   —No te preocupes por eso –respondí mientras intentaba tocar la herida.

    —Estoy bien, estoy bien —intentó calmarme—. Verás como pasa en unos segundos… —Quitó sus manos—. ¿Ves? Fue solo una punzada.

   —Déjame revisar… —pedí, levantando su pantalón.

   —Estoy bien…

   —Mi madre era científica, pero también médico –aclaré–. Deja, revisaré —El pelinegro suspiró resignado y terminó de levantar el pantalón en su pierna izquierda. Divisé dos heridas, una en la tibia y otra un poco más arriba, cerca de la rodilla.

Ambas cicatrizadas.

   —¿Hace cuánto te apuñalaron la pierna? —pregunté, curioso.

   —Un mes –Casi no se notaba.

   —No puede ser… —dije fijándome en la segunda herida. Aún estaba allí pero la cicatrización parecía de semanas—. ¿Cómo se supone que…?

   —Es por su enfermedad —La voz de Eden se coló en la habitación. Traía una bandeja con dos platos que parecían deliciosos. Los dejó en una pequeña mesita—, afecta algunas partes en su metabolismo —aclaró, sin importar la molesta y pesada mirada que Ethan descargaba sobre él–. Cicatriza mucho más rápido que cualquier persona y absorbe el agua y los carbohidratos más rápido también. Pero si no come bien… —dijo ahora, mirándome a mí–. Podría deshidratarse y perder peso con facilidad.

   —Eso es…raro —atiné a decir. No tenía idea que Ethan pasaba por algo como esto, desde fuera se ve un hombre fuerte y sano.

   —Lo sé…

   —¡Ethan! ¿¡Ethan estás ahí!? —Una voz que no alcancé a reconocer del todo se filtró en el lugar.

   —¡Ivy! —Ethan se puso de pie con rapidez y su hermano y yo le seguimos hasta la puerta. La abrió sin cuidado y sólo entonces noté que estábamos de alguna forma, encerrados, como si estuviésemos bajo tierra. Al otro lado de la puerta estaba la rubia que había visto días atrás, el maquillaje corriendo por su cara por culpa de las lágrimas manchaba su rostro de manera dramática, estaba agitada y temblaba horrorizada.

   —¡A-Ayúdenme! —gritó, tomando a Ethan de un brazo y arrastrándolo prácticamente—. ¡E—Es Claire! —Ese nombre se me hacía familiar.

¡La pelirroja!

Ivy rompió en llanto.

   —¡Claire está atrapada en el auto! –balbuceó en un grito, entre lágrimas—. ¡ Y está rodeada de zombies!

 

 

Notas finales:

Apuesto que nadie esperaba un gemelo! (bueno, quizá por el titulo si)  wiii :D  Ethan x2 ! 

Iguales, pero muy distintos en el fondo :3 Ya lo verán
Les gusto? Críticas? reclamos? Déjenlo todo en un lindo review
Saludos! 


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