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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Holaaaaa, querubiness ;D 

En primer lugar SIENTO MUCHO no haber actualizado el domingo T.T

El domingo estuve sin luz...el lunes tuve un problema con la computadora y me fui a la casa de mi novio con la idea de actualizar allí pero olvidé el pendrive donde guardo el fic en mi casa Q_Q 

Y hoy martes...por fin pude actualizar. 

Pero es un cap bastante larguito :3 

Espero que les guste (?) aunque no sé si lo haga tanto. 

Llegamos a los 700 reviews! <33 En mi vida creí que una historia recibiría tantos comentarios. Muchas gracias :D 

Espero nos leeamos pronto :D 

Abrazos :3 

Capítulo 58: "Engaño" 


- ¡Con más cuidado, joder!-
la camioneta giró bruscamente cuando estuvo a punto de caer por una quebrada. No sabía bien dónde estábamos, parecía una especie de colina que estábamos subiendo y que mientras más avanzábamos, más atrapados nos hacía sentir. Cuatro camionetas nos seguían a una distancia prudente, habían dejado de disparar, como si supieran que de todas formas terminaríamos perdiéndonos y atrapándonos solos.

Dentro, un ambiente oscuro y lúgubre reinaba todo. Estreché aún más el cuerpo de la pequeña Amy contra el mío cuando la oí sollozar otra vez, tenía miedo, como todos.

- Si logramos llegar a la cima bajaremos como un rayo y los perderemos- le oí decir a Eden desde el asiento del piloto, como si tratara de tranquilizarnos a todos. Pude haber creído en eso, pude haber creído en esa mentira, pero ya me había acostumbrado a ellas. Incluso si lográbamos llegar a la cima para atravesar esa colina y perdernos, ellos volverían a buscarnos una y otra vez.

Jamás nos dejarían tranquilos.

Sentí una punzada en el pecho cuando supe lo que realmente debía hacer. De alguna forma debía protegerlos. Acaricié con cuidado el cabello rubio de la pequeña que reposaba en mis piernas y que había comenzado a calmarse. Prometí que iba a cuidarla y estaba dispuesto a morir por ello. Estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de mantenerla con vida, a ella, a Ethan…a todos.

Porque no quería ver morir a nadie más. No podría soportarlo.

- Toma esto…- Sam tendía una cantimplora a Ethan –Pareces deshidratado- el pelinegro dio un respingo en su asiento cuando escuchó su voz. Parecía estar despertando de algún sueño a pesar de haber tenido los ojos abiertos todo el tiempo ¿Estaría pensando lo mismo que yo?

- Gracias- Sam hizo un movimiento con su cabeza para que los cabellos rizados castaños cayeran sobre sus mejillas y taparan el rubor en ellas. Quizás en otro momento este gesto me habría molestado, no cabía dudas de que a este chico le gustaba Ethan, pero estaba tan desanimado que ni siquiera podía pensar en celos.

Dejé escapar un suspiro.

- ¿Quieres?- Ethan me tendía a mí ahora la pequeña cantimplora. Negué con la cabeza y le dirigí una extraña mirada a Ethan que ni yo mismo pude definir bien. Quería que me mintiera una vez más, quería que me dijera que estaríamos bien. Quería creerle.

- ¿Estás asustado?- movió los labios para decir eso sin hablar.

- Estoy aterrado- balbuceé en un tono apenas audible y volví a mirar por el espejo trasero solo para percatarme que ellos seguían detrás, como custodiándonos. Ethan se acercó un poco más a mí con cuidado de no despertar a Amy y apoyó su frente contra la mía.

- Aiden…- susurró – Pase lo que pase, yo…-

La camioneta frenó de pronto. Vi la espalda de Eden temblando en un escalofrío.

- ¡Abajo!- tomé a Amy con brusquedad y nos tiré a ambos al piso del automóvil para protegernos. Si Eden hubiese gritado un segundo después todos estaríamos muertos. Apenas caí sobre el tapiz negro y me cubrí la cabeza, una lluvia de balas atravesó todos los vidrios del auto y lo hizo sacudirse con fuerza. La pequeña rubia soltó un grito histérico y asustado que me hizo retumbar los oídos y Abercrombie de alguna forma y yendo contra todas las leyes de la elasticidad de su cuerpo logró esconderse bajo uno de los asientos y quedarse allí temblando de miedo.

- E-Ellos…- balbuceó Eden con la voz quebrada – Nos estaban esperando…-

- ¿¡Qué haces, Sam!?- la voz de Ethan me alarmó. Sam se había levantado con francotirador en mano y había comenzado a disparar desde el interior del auto. El pelinegro le agarró del brazo y lo jaló con fuerza hacia abajo nuevamente.

­- ¿¡Acaso quieres matarte!?-

El chico guardó silencio y pude notar como su rostro comenzó a empalidecer.

- Son demasiados…- fue lo único que atinó a decir.

Entonces si estábamos perdidos.

- Chicos…- la voz de Morgan se escuchó bajo de la corrida de asientos que estaba delante de la nuestra – Si mueven los asientos que están tras ustedes pueden dar con la maleta de la camioneta…- Ethan obedeció apenas escuchó la voz del doctor. Aparté a Amy para darle más espacio y le ayudé a empujar los asientos hacia delante para permitir acceder a la maleta. Una pequeña sonrisa se formó en mis labios cuando vi todas las armas que allí había.

- ¿Esto es…?- el metal se oyó aún más pesado cuando Ethan tomó una pesada arma en sus manos - ¿una ametralladora?-

Comencé a tomar las armas y a hacerlas correr hacia adelante, eran suficientes para todos…incluso Claire, quien seguramente nunca había disparado una, terminó con una pistola entre las manos que temblaban de miedo.

- Bueno…- la voz de Yü se quebró un poco al hablar – Ha sido un gusto llegar hasta aquí con ustedes, chicos…pase lo que pase…-

Tomé un revolver y una granada.
- No vamos a morir en vano ¿verdad?-

- Adoro que seas tan pesimista…- bromeó Ayame y le dio un golpe en la espalda antes de sujetar la puerta para salir. Me volteé hacia Amy.

- Escúchame, Amy…- le tomé las manos para que se calmara un poco – N-No…no llores, escucha- la pobre niña temblaba y lloraba desconsoladamente – Estamos atrapados…los chicos y yo saldremos afuera, no nos queda más que pelear…- no me di cuenta cuando las lágrimas comenzaron a escapar de mí también. Y es que no había otra solución ¿O sí?

- Claire…te quedarás aquí con Amy- ordené y no esperé que alguno me contradijera. La pelirroja clavó una mirada horrorizada sobre mí, pero supuse que me encontró razón. Amy no podía quedar sola si de pronto todos moríamos allá afuera. En el peor de los casos, las atraparían a ambas y ella podía interceder para que las dejaran vivas. Era tan duro pensar de esa forma…siempre creí que estaría ahí para protegerla, pero ahora ni siquiera sabía si viviría para seguir haciéndolo.

- Nos vemos luego, Amy- acaricié el cabello rubio mojado por las lágrimas y me despedí con una sonrisa de Claire quién había pasado a tomar mi lugar y se había recostado junto a la pequeña bajo los asientos, en un intento por pasar desapercibidas.

- Está bien…- tomé la manilla de la puerta que estaba al lado izquierdo del auto – Uno…-

- Dos…-

- ¡Tres!-
abrí la puerta y la cerré con rapidez inmediatamente. Fuera, un grupo de por lo menos quince personas nos esperaba con armas en mano. Empezamos a disparar apenas bajamos del auto, sentí el impulso de cubrirme con la camioneta, pero recordé que Amy y Claire estaban allí y desistí de la idea, a cambio, saqué la granada que estaba en mi bolsillo y le quité el sello para lanzarla a esa especie de barrera que los cazadores habían formado para detener nuestro paso. La explosión hizo que un montón de nieve, palos y hombres salieran disparados por los aires.

Sentí el silbido de una bala rozando muy cerca de mi rostro.

El rugido de motores de las camionetas que nos estaban siguiendo resonó muy fuerte. Ahora sí estábamos rodeados.

- ¡Ahí está!- Steve tomó su arma y corrió hacia los vehículos que llegaban. Morgan le detuvo a mitad de camino.

- ¿¡Qué haces!?-

- ¡Voy por él! ¡Voy a matarlo!-

- ¿¡A quién!?-
- ¡Cobra!-
fue Sam el que respondió a la pregunta de Morgan cuando avisó que el líder del primer escuadrón se estaba bajando de su camioneta. Allí estaba, con sus rasgos irreconocibles por el maquillaje de réptil y la capucha cubriéndole el cabello y gran parte de la cara. De su abrigo color negro sacó un revólver y disparó sin apuntar. Uno de los chicos de la resistencia cayó al suelo a los pocos segundos. Tan solo tenía una herida, un agujero, justo en el corazón.

Entré en pánico y me lancé al suelo, me tranquilicé un poco al notar como esa fue la reacción de todos los que estábamos ahí. Recordé cuando llegamos a Sweetville, en esa ocasión los del escuadrón número uno le había disparado a nuestras ruedas para que volcásemos. Por algún motivo, supuse que estos hombres tenían una puntería de temer.

Sam aparcó en el suelo y logró frenar a tres cazadores tan solo disparándoles en los pies. Él también tenía una puntería excelente y quizás eso nos ayudaría muchísimo. Miré a mi lado, Steve rechinaba los dientes y parecía ansioso por saltar sobre ellos, solo en ese momento me di cuenta que anteriormente él había mostrado demasiado entusiasmo por querer asesinar a Cobra ¿Acaso lo conocía? ¿Tenían problemas desde antes?

- Steve…- me atreví a preguntar mientras me cubría tras una roca gigante.

- Aiden – interrumpió él - ¿Tienes otra de esas bombas que lanzaste?-

- N…no-
miré todo el lugar, como si allí fuese a encontrar algo. Me escondí más tras esa roca cuando noté que comenzaron a dispararnos - ¿T-Tienes una botella?-

- ¿Para qué quieres una bote…?-

- Tan solo dame una maldita botella-
era extraño que yo estuviese dándole órdenes a Steve y la situación me causó algo de gracia, aunque claro, no era momento para reír. El pelirrojo obedeció y cubriéndose junto a mí comenzó a hurguetear en su mochila hasta que la encontró y me la entregó sin mucha confianza.

- Cúbreme- volví a ordenar y medio agachado comencé a correr hacia la barricada de cazadores que habíamos destruido hace algunos minutos atrás. El capitán Steve me defendió mientras yo estaba descubierto, pero supuse que incluso si él no lo hacía, de todas formas ellos no me dispararían. Me lancé al suelo nuevamente para quedar bajo el motor de un auto casi completamente destruido y rogué por una fuga de combustible que no tardó en llegar.

La botella comenzó a llenarse lentamente, hasta la mitad. Rasgué un poco de mi ropa y la usé como tapa.

Ahora solo faltaba el fuego.

«Quémalo, Aiden. Quémalo todo» por algún motivo, las palabras de Allen llegaron a mí cabeza.

Volví a correr hacia el campo de batalla.

- ¡Ethan!- grité y cuando lo hice el pelinegro ya me estaba mirando. Como si él supiese lo que le iba a pedir me lanzó el encendedor que siempre traía con él y en un movimiento rápido se abalanzó sobre ese montón de cazadores. Aproveché la confusión para encender la bomba y lanzarla a uno de sus vehículos, podía apagarse con la nieve si tan solo la lanzaba a sus pies. La camioneta tuvo su primera explosión a los pocos segundos y entonces todos avanzamos y nos lanzamos contra ellos.

Lo demás, fue todo un desastre.

No sé cuántos eran ellos, pero al parecer la lucha a corta distancia no les favorecía o al menos equilibraba más las cosas. Recuerdo que tomé un fierro de un auto destruido y golpeé frenéticamente a uno de ellos hasta matarlo. No tuve una pizca de culpa después de eso, eran ellos o éramos nosotros.

 Un disparo le dio a Yü en el brazo y este cayó al suelo. 

Y entonces, volvimos a perder el control.

El grito de Amy fue lo que volvió a la realidad.

- Miren lo que tenemos aquí…-

Un cazador salía con ella de nuestro automóvil mientras la jalaba por el cabello, otro hombre sacaba a golpes a Claire. Todos nos paralizamos en nuestros lugares.

Miré el cuerpo del hombre que había matado. Por unos segundos, el rostro de la pequeña se relejó en el del cazador. Sentí terror.

- ¡Déjenlas en paz!- fue Cassie la primera en reaccionar intentando correr hacia ellos, alcancé a agarrarla por el brazo para detenerla - ¡Suéltame, Aiden!- la tiré con fuerza hacia mí.

- Si la matan porque avanzaste para atacarlos prometo que te mataré- amenacé solo por amenazar, sabía que no era capaz de hacerle daño a Cassie pero necesitaba que ella entendiera la situación. Ahora los cazadores tenían a Claire y a Amy y nosotros estábamos bajo su poder, no podíamos ir y atacarlos.

- Deberías hacerle caso a tu amigo…- Cobra avanzó entre los suyos y llegó hasta donde tenían a Amy, me retorcí en un escalofrío cuando colocó la boca de una pistola sobre sus cabellos rubios. La pequeña soltó un chillido, más parecido al de un animal al borde de la muerte que al de una niña asustada, erizándome los cabellos.

- A-Aiden…- balbuceó mi nombre entre llantos.

- Quédate tranquila, Amy. Todo va a estar bien- debía pensar en algo rápido ¿Si me entregaba ahora la dejarían?

- Suéltala, Cobra y prometo que me entregaré sin pelear…- de reojo miré a Ethan y supe que él también estaba planeando algo.

- ¿Qué te hace pensar que te necesitamos?- incluso bajo todo ese maquillaje verdoso, pude notar la sonrisa sarcástica que escapó de su rostro.

- Ah, vamos…- respondí con el mismo sarcasmo – Escuché a tus hombres hablar de que necesitaban llevarme con ellos, que eran órdenes del jefe…-

- ¿Ah, sí? Seguramente nuestro jefe te quiere para folla…-
la voz del encapuchado fue interrumpida cuando Ethan llegó desde el aire y arremetió contra él dándole una patada en la mejilla. Amy salió libre y corrió hacia nosotros, Claire también lo hizo. Ahora, más de una decena de armas apuntaban al pelinegro.

Ellos no iban a dispararle ¿o sí?

- ¡Ethan!- Cassie intentó volver a zafarse.

- Tranquila, Cassie-

- ¿¡Cómo puedes…!?-

- Tranquilízate, Cassie. Va a estar bien-
Era Teo ahora quién intentaba calmar a la pelirosa.

- ¡P-Pero Teo!-

- Va a estar bien ¿Si?-

Ethan soltó a Cobra cuando se vio amenazado por todas esas armas. Tuve ganas de golpearle en ese momento, fue un terrible error.

El hombre de capucha negra se sacudió los restos de nieve que quedaron sobre su ropa.

Creí que él no lo haría, creí que Ethan también era uno de sus objetivos.

- Disparen- ordenó.

Todo mi cuerpo se congeló en ese instante.

- ¡No!- no me di cuenta cuando la chica que estaba sujetando se soltó de mí para correr hacia él.

- ¡Cassie!-

Todo lo demás ocurrió en cámara lenta. Mi brazo estirándose para intentar alcanzarla nuevamente, la yema de mis dedos rozando con su ropa sin éxito. Mis piernas moviéndose pesadamente para intentar seguirla, Teo tras de mí, con una mueca de completo horror en su rostro. La pelirosa lanzándose sobre Ethan para protegerlo, esa docena de armas siendo disparadas. Todas esas balas entrando en su cuerpo que se sacudía frente a mis ojos con cada impacto.

Caí de rodillas al suelo. La chica cayó al suelo al mismo tiempo.

Cobra soltó una risa molesta.

- ¡Cassie! ¡Cassie!- los gritos desgarrados de Teo hicieron que todo volviese a su velocidad normal - ¿¡Por qué demonios la soltaste, Aiden!?- sus ojos verdosos me miraron con rencor.

- Y-Yo no…- la angustia me llenó el pecho y me impidió respirar y hablar. Gateé hasta ellos.

- ¡Mierda, Cass! ¿¡Por qué hiciste eso!?- Ethan se arrodillaba frente al lado de la chica y nerviosamente le tomaba la mano - ¡Morgan! ¡Morgan demonios, ven…!- se quedó callado cuando notó que ahora le apuntaban a los otros. Nadie se nos podía acercar.

Teo lloraba desconsoladamente, mientras con torpeza intentaba cubrir todas las heridas, pero eran demasiadas.

¿Por qué demonios no le sujeté con más fuerza en ese momento?

- Vas a estar bien, Cassie…aguanta- el pelirosa acariciaba con nerviosismo el rostro de su hermana, mientras que con la otra mano ejercía presión sobre su herida más grave, la de su estómago – V-V-Vamos a salir de esta…vamos a curarte…veras como…-

- Teo…-
la chica interrumpió con voz apagada, mientras acariciaba la mejilla de su hermano – Siempre supe que estabas enamorado de mí- sus finos dedos subieron hasta los ojos de Teo y quitaron algunas lágrimas – Y siempre creí que yo no era lo suficientemente buena para estar contigo…-

- N-No digas esas cosas, Cassie…- la voz del pelirosa se quebró aún más, pude notar como todo su cuerpo temblaba.

- ¿Sabes qué…? Si no fueras mi hermano, quizás pudo haber funcionado…- la chica hizo una pausa para respirar – P-Pero…eres mi amado hermanito, te amaba demasiado como para poder hacerte daño…muchos chicos pudieron haber pasado pero…tu siempre estarías allí…conmigo…-

- Cass…-

Cassie escupió un poco de sangre antes de seguir hablando. Veía su pecho apenas levantarse en un esfuerzo por respirar.

- Ahora entiendo que debí haberme atrevido a herirte…que quizás contigo habría sido feliz…por eso…-
su respiración era lenta, profunda y parecía que le costaba demasiado trabajo – por eso…-

- Sé feliz…Teo-  La mano que acariciaba el rostro de Teo cayó sobre la nieve fría.

El pelirosa soltó un grito, un grito lleno de dolor que hizo que los ojos se me llenaran de lágrimas, se abrazó al cuerpo de su hermana, la abrazó como si fuera el tesoro más preciado de la tierra y comenzó a llorar.

Cassie había muerto.

Y yo…yo había dejado que muriera.

Me quedé en mi lugar estático, mientras las lágrimas corrían por mis mejillas con lentitud. Hace un momento ella estaba bien, hace un momento ella estaba viva. Pensé en lo que dijo, pensé en lo que le dijo a Teo. Quizás con un poco más de tiempo ellos…ellos dos…habrían podido estar juntos.

- ¿¡Cómo demonios pudiste soltarla!?- el llanto fue reemplazado por sus gritos llenos de furia. No vi cuando se abalanzó sobre mí para darme un fuerte golpe en la mejilla, haciéndome caer al suelo estrepitosamente- ¿¡Querías que ella se sacrificara por Ethan, no!? ¡Querías que ella muriera!- otro golpe me hizo girar el rostro. Estaba sobre mí, me había apresado con sus piernas y yo no tenía la fuerza para moverme. Mis músculos no respondían, no querían responder. No me sentí digno de responder - ¡Maldito seas, Aiden!- sus ojos…los ojos de Teo me mostraban odio puro. Estaba fuera de sí.

Un puñetazo en el estómago me quitó el aliento.

¿Yo tenía la culpa?

- ¡Detente, Teo!- Ethan lo tomó por los hombros y lo sacó con fuerza para quitármelo de encima - ¡Aiden no tiene la culpa!-

- ¿¡Y quién la tiene!? ¡¿Tú!?-

- ¡Nadie tiene la culpa de esto, Teo!-

- ¡Ella…! ¡Ella…! ¡Cassie…!-
Teo cayó de rodillas al suelo y se tapó el rostro para ocultar el llanto. Intenté acercarme a él.

- ¡No me toques, hijo de puta!- y otra vez me alejó, clavándome esa mirada de odio.

Me sentí infinitivamente triste.

El sonido de unas palmas me alertó. Cobra estaba aplaudiendo.

- Menudo espectáculo que han montado solo por la muerte de esa chi…- no alcanzó a terminar su frase. Steve se había lanzado contra él y lo había embestido en una tacleada. Cayó encima de él y le quitó la capucha negra.

- ¡Lo sabía! ¡Sabía que eras tú!- gritó el capitán apuntándole con un arma.

En ese momento, mi mundo terminó de caerse y destruirse en mil pedazos.

Pude reconocerle incluso si tenía la cara maquillada. Fue el cabello…su cabello fue lo que le delató.

Rojo, como el de Steve…pero mucho más largo.

Ahora entendía porque su voz se me hacía familiar. La había oído antes.

Me sonrió cuando se percató que le reconocí. Estiró su mano y desde la manga de la capucha dejó salir a una serpiente, una que yo ya conocía.

Tuve que luchar conmigo mismo para no gritar de horror y confusión en ese momento.

- ¿J-Jacob…?-

Steve me miró con sorpresa.

- ¿Jacob?-  Jacob le dedicó una sonrisa a Steve y se encogió de hombros.

- Sabes que nunca me gustó mucho mi nombre, hermanito-

- ¿Q-Qué haces aquí…qué demonios...?-
caí sentado sobre la nieve sin entender nada de lo que estaba pasando ¿Jacob era hermano de Steve? ¿Por qué demonios era un cazador?

- ¡T-Tú eres…!- la voz de Morgan escapó nerviosa mientras dirigía acusatoriamente el dedo a Jacob - ¡Tú eres el guardia que ayudó a escapar a esos dos infectados!-

- El guardia que ayudó a esos dos…infectados…-
repetí mecánicamente. Todo en mi cabeza comenzó a encajar.

- N…no puede ser…-

- ¡Aiden! ¡Cuidado!-
Ethan me tomó de un brazo y de un salto me elevó junto a él, arrastrándome lejos de donde estábamos. Una bomba cayó pocos segundos después allí, justo donde habíamos estado.

Sentí un nuevo motor llegar al lugar. Tuve miedo de mirar atrás.

Ethan chasqueó la lengua.

Giré la cabeza lentamente y subí la vista con lentitud. La camioneta que vi no traía protección, como si no la necesitaran. Vi unos zapatos que se me hicieron familiares, vi una chaqueta que se me hizo familiar, las manos que sostenían esa arma las había visto antes. Reconocí las puntas de un cabello color blanco.

Me topé directamente con aquellos ojos negros.

Todo este tiempo…nos habían engañado.

Sonrió con malicia, como nunca le había visto sonreír.

- Que gusto verte de nuevo, Aiden- 

Notas finales:

¿Críticas? ¿Comentarios? ¿Les dolió la muerte de Cassie? ¿Preguntas a los personajes? Pueden dejarlo todo en un lindo -o no tan lindo- review 


Que tengan una linda semana ! x3 


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