— ¡Estas demente Sasuke! —Lo reprendía el peli rojo— ¿Te das cuenta de lo que estuviste a punto de hacer?
—Lo he entendido. —Contesto el azabache mirando al rubio dormir en la comodidad de su cama. — ¿Crees que quería lastimarlo?
—Dejemos esta discusión hasta aquí, no podemos remediar lo que el idiota de mi primo hizo. —Comento Sai— Mejor dejémoslo descansar, seguro mañana estará mejor.
Sai espero la mirada llena de odio de su orgulloso primo, en realidad quería hacerlo rabiar, pero esta mirada nunca llego a expresarse, sus ojos ónix no se separaban del rostro durmiente de Naruto. ¿Por qué le importaba tanto aquel chico? Nunca antes había presenciado aquel carisma de Sasuke frente a una persona. ¿Acaso ya había encontrado al portador de su poder? A quien se volvería su debilidad emocional mente y corporal mente. Dirigió su vista al peli rojo que pareció entender su mirada, ambos salieron de la habitación sin despedirse del azabache, cerraron la puerta con cuidado sin ir a despertar a Naruto.
— ¿Te has dado cuenta? —Pregunto Sai— Puede ser el idiota de mi primo, pero nunca antes lo había visto así…
—Creo que solo se está obsesionando con Naruto.
—No lo creo… —Miro fijamente los ojos de su acompañante— Le está pasando lo mismo que a mí, tu sabes lo que sucede cuando encontramos a la persona que se vuelve nuestra fuerza.
—Tú también estas obsesionado conmigo. — Se giro para caminar hasta la puerta de su habitación— Deberías buscar a la persona correcta. —Se giro para mirar al azabache— Porque yo no te amo. —Dijo por ultimo cerrando la puerta de su habitación al entrar.
“Cuando un vampiro encuentra a la persona correcta siente la necesidad de protegerla a toda costa, pero esta persona se vuelve su alimento, su fuerza vital. La necesidad de tener a esa persona se vuelve tan fuerte, que se puede llegar a perder el control por la sed de sangre al querer poseer a esa persona en todos los sentidos, es difícil detenerse antes de quitarle la vida aquella persona. En el caso en que muera la fuerza vital del demonio, dicho demonio irá perdiendo su fuerza hasta el día de su muerte. La sangre de otro ser humano no lo abastecerá, se volverá loco perdiendo completamente el control y los estribos que lo mantenían a margen de cometer alguna locura. Pero nunca antes se había visto el caso en que ambas fuerzas vitales fueran vampiros. Aunque existe la posibilidad que secando su cuerpo, bebiendo hasta la última gota de sangre, el vampiro puede morir.
Sasuke se sentó en el sofá que se encontraba apartado de la cama, apoyo sus codos en sus piernas, oculto su cabeza entre la palma de sus manos, sabía que lo que había hecho estaba mal… Pero…
el recuerdo de Naruto pidiéndole ser mordido volvió a su cabeza, saboreo y disfruto de la sangre de su víctima, de quien con esa mordida se había vuelto su obsesión. Pudo sentir como poco a poco Naruto iba perdiendo su fuerza, había caído desmayado sobre él, pero no había logrado detenerse a no ser porque Gaara entro a la habitación deteniéndolo con un golpe y unas fuertes palabras que extrañamente lo habían logrado lastimar “! Lo estas matando, detente! ¡No lo salvaste para quitarle la vida, Sasuke!”
—Lo siento, Naruto… —Susurro ante la luz de la luna que se colaba por la ventana— Juro que no volveré hacerte daño…
Naruto se removía entre las sabanas de la cama mientras una pesadilla tomaba control de sus tormentosos recuerdos.
—Acompáñame, Naruto. —Ordeno con autoridad un azabache.
—Pero… ¿No tenía que viajar? —Pregunto inocentemente el rubio
—Tengo una mejor tarea para ti. —Dijo indicándole entrar al menor en su estudio.
Naruto entro con nerviosismo a donde le había indicado Madara. En cuento el mayor cerró la puerta una sonrisa macabra y lujuriosa se dibujo en su rostro.
—Siéntate. —Volvió a ordenarle señalando sus piernas.
—Pero…
—Que te sientes.
Naruto asintió con temor, se acerco a las piernas del Uchiha para sentarse en ellas, en cuento lo hizo, el mayor lo abrazo recorriendo su cuerpo sobre su ropa, su cuerpo se estremeció ante el asqueroso contacto, sabía que lo que hacia Madara no estaba bien… Algo en su interior le decía que no estaba bien. No le gustaba para nada que lo tocara de esa forma. Las manos del azabache se metieron bajo su camisa para pellizcar sus pezones, Naruto no demoro en llorar y pedirle a Madara detenerse, pero el mayor ignoro sus palabras y acostándolo con brusquedad sobre el sofá rasgo las ropas del menor para recorrer su acanelada piel, al poco tiempo tomo entre sus manos el pequeño miembro del rubio para reanimarlo. Le ordeno a Naruto dejar de llorar por el ruido que causaba aunque en realidad le excitaba verlo reaccionar así. Beso y mordió cada rincón de su delicada piel, había dejado las marcas de sus dientes y algunos chupetones, Naruto no tenía la fuerza para detenerlo y eso lo excitaba aun mas, pero aquel orgasmo que estaba viviendo murió en el instante en que escucho al menor gritar el nombre de su sobrino pidiendo ayuda, no quería que de aquellos labios se pronunciara algún nombre que no fuera suyo. Con enojo y brusquedad separo las piernas de Naruto para penetrarlo de un solo golpe, el pequeño lloro y grito desgarrando su débil garganta, desde que había llegado no había hablado mucho y eso le traía ciertas ventajas porque nadie lo escucharía, no porque no hubiera nadie en la mansión Uchiha, en realidad estaba completamente llena de demonios, pues había una gran fiesta en el salón principal.
Desgarro sin resentimiento ni lastima el ano de su pequeño humano, de su pequeño juguete, el cual a las pocas embestidas cayo inconsciente ante el dolor, pero eso no detuvo al azabache, sigo penetrando con descaro y fuerza la pequeña entrada de Naruto hasta eyacular en su interior, a partir de esa noche se volvió su juguete principal. Lo mantuvo encerrado desde aquel mismo instante.
Sasuke se levanto al escuchar los sollozos de Naruto al dormir, le dolía saber que incluso en sus sueños no podía estar feliz.
— ¡No más por favor! —Rogaba el rubio atado de las manos al techo con una cadena.
—Deberías rogar más en vez de pedir que me detenga. —Gruño Madara levantando las piernas de Naruto para que estas se enrollaran en su cintura y de esta forma penetrarlo.
Las suplicas y llantos de Naruto se mezclaban con la música que colocaba Madara cuando lo hacía sufrir de aquella forma. No demoro en sentir como su interior era desgarrado por la hombredad de Madara, como su alarido de dolor fue callado por la lengua del mayor que profanaba en su boca ahogando su gemido y sus suplicas porque se detuviera. Ya llevaba cuatro años encerrado en esas cuatro paredes, en esa habitación de tortura… por sus labios recorrió su sangre al ser mordido con rencor por su victimario. Madara sujeto con fuerza el cabello rubio del menor obligándolo a llevar la cabeza hacia atrás para lamer la sangre que salía de su hinchado labio y recorría su cuello, se deleito con su aroma sin dejar de penetrarlo con salvajismo, para luego clavar sus colmillos en aquella carne tan débil. Saboreo la sangre de Naruto mezclada con sus lágrimas.
—Sasuke… —Susurro Naruto entre sueños— Ayudame… Ayu…dame… —Rogaba una y otra vez mientras lloraba.
Sasuke se sentó a su lado acariciando la cabellera rubia de quien dormía en su cama. Le dolía ver a Naruto en aquel estado ¿Qué estaría soñando? Sabía que no era nada bueno…
—Despierta Naruto… Despierta…
Madara entro a la habitación desatando las cadenas que se marcaban en las muñecas de su víctima, acaricio sin permiso la acanelada piel de Naruto mientras este se estremecía del dolor por los golpes que habían sido causados anteriormente.
—Esta noche como tu decimoséptimo cumpleaños no te are mío como anteriormente, pero si quiero que me hagas un favor. —Sonrió tomando la mano del menor y llevándola a su entrepierna— Hazme deleitar en el interior de tu boca.
Naruto retrocedió un poco sintiendo con aquel pequeño movimiento las cadenas que aun permanecían en sus tobillos, con lastima de si mismo bajo la cremallera del pantalón del Uchiha, lo había obligado hacerlo muchas veces… una mas no aria la diferencia… ¿O sí? Sin querer pensar en su sufrimiento saco de entre la ropa interior aquel pedazo de carne que deseaba arrancarle al mayor, la sujeto entre sus manos para luego ver aquella mirada ónix que lo inspeccionaba.
—Esta noche te convertiré en uno de los míos.
— ¿Qué…?
—estarás conmigo por siempre.
— ¡No! —Grito apretando el miembro de Madara quien no demoro en golpear el lastimado rostro del menor.
— ¡No me importa si quieres o no, estarás conmigo por siempre!
Naruto apoyo sus manos en la cama intentando mantenerse fuerte, miro aquella mirada ónix que tanto odiaba. ¡No, el no quería vivir toda su vida como su esclavo sexual!
— ¡Mátame!
—Creí que ya estabas empezando a entender las cosas, pero al parecer tocara seguir por las malas. —Expreso el mayor sujetando con fuerza el cabello de Naruto— ¡Atrévete a morderlo y te juro que no podrás mover tus piernas nunca más! —Advirtió llevando la cabeza rubia a su entrepierna, para que el menor lo mamara al ritmo que el tanto disfrutaba sin impórtale ahogar a Naruto con su miembro o con el seme que le obligaba a tomarse cuando terminaba en su boca.
—Muy bien Naruto, tienes una exquisita boca. —Decía ignorando como él menor tocia por recuperar el aire. Sin dejarlo recuperarse por completo lo empujo sobre la cama y causando una herida en el cuello del menor chupo con ferocidad su sangre.
Para cuando se separo el rubio estaba pálido casi inconsciente y antes de que muriera se auto lastimo creando una herida en su muñeca para que la sangre escapara a chorro de su profunda herida antes de que lograra sanar, tomo del cuello a Naruto obligándole a tomar aquella mortal bebida.
Poco a poco Naruto fue recuperando el color de su cuerpo, los golpes y cicatrices que le había causado con los años fueron difuminándose hasta desaparecer, su cabello mostraba un poco más de brillo, pero aun permanecía débil. Abrió sus pequeños ojos azules para ver a su pesadilla sonreírle.
—Ya no tendré que esperar a que tus heridas se recuperen, podre hacerte mío cada noche a partir de hoy. —Afirmo tomando la débil mano de Naruto junto a una copa, causándole una herida profunda, lleno la copa con su sangre antes de que la herida sanara como por arte de magia.
Madara dejo la copa sobre la mesa de noche para luego atarlo nuevamente a la cama, tapo sus ojos con una venda y amordazo su boca como cada vez que lo dejaba solo en aquel lugar, lo último que escucho de él fue una risa que le provoco escalofríos y la puerta cerrarse tras de él, las lagrimas no demoraron en asomarse por sus ojos al saber que ya no tenía la salvación de ser reclamado por la muerte de aquel sufrimiento, aquel infierno se expandiría hasta el fin de los tiempos.
Unas horas más tarde escucho como la puerta se abría con lentitud, temía porque Madara viniera hacerlo suyo, solo quería escapar de sus garras y finalmente morir… escucho el interruptor de la luz al ser encendida, la cama hundirse en cuento el mayor se sentó a su lado, la venda le fue quitada de los ojos y no pudo evitar forcejar por ser soltado al ver el rostro de su “atacante” frente a él, sus lagrimas salieron con mas fluidez por el miedo que recorría su cuerpo como cada día dese hace 11 años, la calidez con la que acaricio su mejilla lo hizo sentir un poco más seguro, pero aun así temía por lo que pudiera hacerle con aquellas manos, su vista era borrosa por las lagrimas que invadían sus ojos. Se sorprendió al ver y sentir como aquella venda era nuevamente colocada en sus ojos, después de eso escucho como la puerta era nuevamente cerrada. Después de tanto llorar y forcejear por ser soltado finalmente fue vencido por el sueño.
—Sasuke…
Naruto abrió sus ojos encontrándose con la mirada ónix del azabache que acariciaba con gentileza su alborotado cabello rubio. Se sentó con temor en la cama sin quitar su mirada de la del contrario.
— ¿Por qué me ayudaste?
—Te prometí que te protegería cuando éramos pequeños ¿lo recuerdas?
—Si… pero eso fue hace mucho tiempo.
—No importa, cumpliré mi promesa, tú me dijiste que uno nunca debe rendirse frente a lo que promete…
Naruto sonrió abrazando al azabache con temor, las lágrimas se detuvieron ante la calidez que le trasmitía Sasuke y eso lo hacía sentir completamente tranquilo.
—Creí que moriría…
—Lo siento… —Se disculpo el azabache correspondiendo el abrazo sintiéndose más tranquilo al ver a Naruto en aquel estado— No quería lastimarte.
—Estoy bien… Sasuke… duerme conmigo.
El azabache acostó con cuidado a Naruto en la cama acomodándose a su lado no dejo de abrazarlo al igual que Naruto a él, la calidez que ambos se auto trasmitían los hacía sentir mas cómodos y seguros.
—Naruto… ¿Quieres olvidar lo que has vivido hasta hoy?
—Si… —Contesto refiriéndose a lo que había vivido con Madara.
—Conozco un método. ¿Quieres intentarlo?
— ¿Cuál es?
—Hipnosis.
—Está bien… confió en ti Sasuke.
Sasuke sonrió ante aquel comentario para luego descansar junto al rubio. Solo quería ayudar a Naruto… y aun más por las palabras que le había dicho Gaara cuando Naruto dormía:
—Sasuke… ya tengo los resultados de las pruebas que le realizamos a Naruto…
— ¿Cuáles son?
—él… esta embarazado. Ambos sabemos que es difícil que lo acepte al haber sido abusado por su tío…
El azabache cerró los ojos ante aquel recuerdo. Al menos con la hipnosis podría acercarse mas a Naruto y proteger aquel niño que llevaba dentro, porque de eso lo haba convencido Gaara “ya nadie tiene la culpa” pero él no podía dejar de lamentarse al nunca haberle preguntado a su hermano por el bienestar de Naruto, nunca lo llamo… pero lo que más le dolía en aquel recuerdo fue el día que lo compraron como esclavo, si él no se hubiera fijado en aquel rubio quizás Naruto habría tenido un futuro mejor ¿O no…?
Cuando ambos despernaron por las órdenes de Gaara se sentaron en la cama, Sasuke un poco disgustado por la forma en la que era levantado pero en cierta forma feliz porque al abrir los ojos lo primero que vio fueron aquellas pupilas color cielo de la persona que había llamado completamente su atención. Cuando se levantaron bajaron a desayunar como cada mañana, Sasuke le comento a Gaara y Sai lo de la hipnosis, el peli rojo no pareció muy convencido al principio pero fue quien llamo a una chica especializada en la hipnosis quien no demoro en llegar a altas horas de la tarde.
—Muy buenas tardes, mi nombre es Yamanaka Ino, a su servicio.
Todos se saludaron de una manera formal, cuando le explicaron a Naruto lo que debía hacer la chica empezó con la hipnosis, la cual mantendría encerrados los recuerdos del rubio hasta el día de hoy, a Sasuke le dolía ser olvidado, pero de esa forma pensaba que cuidaba a Naruto y aquel niño que llevaba en el vientre. …l junto a los demás permanecían afuera de la habitación hasta que Ino les permitió entrar, Naruto parecía confundido pero en cierta forma liberaba un aura de tranquilidad.
— ¿Quiénes son ustedes? —Pregunto Naruto mirando a los recientes incrasados en la habitación.
—Ellos dos son tus amigos. —Dijo Ino refiriéndose a Sai y a Gaara— Y el azabache a quien no le quitas la vista, es tu esposo. —Expreso refiriéndose a Sasuke.
— ¿Mi esposo…?
—Por cierto Naruto, estas embarazado. —Dio por terminada la sección la rubia que había realizado la hipnosis. Aquellas mentiras no se las habían ordenado, pero había visto el interior de la vida de aquel niño al que acababa de hipnotizar, sabía que con aquella mentira tendría la oportunidad de ser más feliz y crear sus propios recuerdos, solo esperaba que los recuerdos del sufrimiento de Naruto no salieran a la realidad.
— ¿!Que!? —Grito el menor.