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Más que un esclavo. por Eliza Uchiha

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por sus Reviews!

hina-chan
MiYuKy61 
Tsuki85
Neko Emy
Anari huchiha

Había actualizado antes pero mi hermana me apago la pc y no había guardado nada y ya estaba cerca de terminar el capi, me enoje XD no me  gusta que se metan con mis escrito y bueno hasta hoy tuve la energía para volverlo a escribir, pero se que quedo diferente no quedo con la misma fuerza (explicado) que cuando lo escribí por primera vez

En fin! Disfruten la lectura y perdonen la  demora

 

— ¡Naruto! ¡¿Dónde estás?!—Grito un rubio de cabellera larga irrumpiendo en la mansión Uchiha. Un azabache  camina tras de él con tranquilidad, algo divertido por la forma en la que su novio había bajado del carruaje y había derrumbado la puerta en busca de su hermano menor.

—Naruto no se  encuentra aquí. —Hablo un peli rojo divertido al ver como Sai salía  de debajo de la puerta.

—Tienes un gran parecido con él. —Comento un azabache bajando  por las escaleras hasta encontrarse con los ojos azules del  rubio— Creíamos que estabas muerto.  —Levanto la vista para encontrarse con la  mirada de su hermano. —Síganme. —Ordeno  caminando hacia la sala principal, al llegar les indico a todos sentarse para empezar con su explicación junto a Gaara y Sai quienes lo interrumpían de vez en cuando, relataron la historia desde la primera vez en que conocieron a Naruto.

Las lagrimas de Deidara frotaban de sus ojos, Itachi no demoro en tomar su mano para  decirle “estoy contigo” su vista azulina se centro en un punto inexistente  a través de la ventana, los recuerdos de su pasado no demoraron en aparecer.

 

— ¡Mamá! —Lloraba Naruto sujetándose de la pierna de su madre— No salgas… no nos dejes solos… por favor… —Las lagrimas escapan abundantes de sus inocentes ojos azules los cuales solo expresaban tristeza y temor.

La mujer sonrió dulcemente ocultando su tristeza por lo que podía pasar, su esposo no había vuelto después de escuchar un ruido proveniente de afuera, no demoraron en sonar los golpes y las ordenes de que les abrieran la puerta. Levanto a su hijo menor para abrazarlo con amor, le indico a Deidara acercarse para unirlo aquel manto de afecto.

—Deidara… Perdóname por dejarte una responsabilidad  tan grande, pero eres el hermano mayor… por favor… por favor cuida de Naruto.

El rubio mayor asintió mirando a su pequeño hermano llorar  bajo los brazos de su madre. Un extraño humo empezó a rodearlos hostigándolos poco a poco ¡habían incendiado la casa!

—Salgan por la puerta trasera, ocúltate en el bosque hasta que lo creas seguro… luego dirígete a la ciudad y busca a tu abuelo Jiraiya. Los amo. —Dijo Kushina, la madre de los dos pequeños rubios para luego caminar hacia la puerta con un cuchillo de cocina en mano.

Deidara cargo a Naruto tras su espalda, el humo poco a poco los ahogaba, las lágrimas de Naruto ya no protaban por la falta de aire, solo se escuchaban pequeños  sollozos. Hizo lo que su madre le había ordenado, salió por la puerta trasera y corrió hacia el bosque, pero no demoro en ser seguido por dos hombres vestidos de negro.

— ¡Detente maldito mocoso! —Les gritaban una  y otra vez. El llanto de Naruto volvió a irrumpir el silencio de la noche, avisándole a los victimarios su ubicación.

Deidara no cedió ante el temor, los llantos de su hermano y los gritos de esos dos hombres,   siguió corriendo indicándole a Naruto hacer silencio, pero lo cierto es que él también tenía miedo de lo que pudiera pasar si los atrapaban, las lagrimas escapaban también de sus ojos,  el miedo empezaba a dominar su pequeño cuerpo de tan solo diez años, corrió con todas sus fuerzas para perder de vista a esos dos hombres, tropezó con una raíz y sin poder evitarlo cayó al suelo junto a Naruto, lo sujeto precipitado y lo oculto con él tras un enorme tronco, poso la palma de su mano en la boca de su pequeño hermano quien no dejaba de llorar.

—Naruto… —Hizo una pausa— No llores… yo estoy contigo… —El menor lo abrazo  intentando calmar su llanto.

—Al fin, pedazos de basura. —Dijo uno de los hombres separando a Naruto de los brazos de Deidara. El rubio menor no dejaba de llorar pidiendo la protección de su hermano mayor. —Podremos venderlos a un buen precio. —Dijo uno de ellos volviendo  con su jefe

Ambos fueron tirados al suelo con brusquedad, el primero en reincorporarse fue Deidara quien se paralizo al ver  a su madre bajo un charco de sangre a unos cuantos pasos de él. Naruto empezaba a reincorporarse en medio de su llanto. El rubio mayor oculto la cabeza de su hermano en su pecho  para evitar que viera el cuerpo de su difunta madre. Apoyo su cabeza en el hombro del menor  ejerciendo más fuerza en el agarre. Las lagrimas escapaban de sus ojos sin sonido alguno, pensar que por un momento  pensó  en abandonar a Naruto en las garras de esos hombres mientras huían, lo hacía sentir miserable y el peor hermano de todos,  no quería morir… no quería morir por culpa de esos hombres, por proteger a Naruto, por cumplir la promesa que le hizo a su madre. Pero más importante… no quería perder a su único hermano… al único familiar que le quedaba…

—Hay que llevarlos a la plaza. —Dijo uno de los hombres.

Deidara  levanto la vista retando al hombre frente a él con la mirada ¿querían separarlo de su hermano? Se tenso al ver el cuerpo de su padre clavado a uno de los troncos de los arboles tras el hombre frente a él.

Después de eso los obligaron subir a una carrosa de esclavos, donde no demoro en gritar por ayuda, Naruto se encontraba sentado en una esquina junto a otras personas a las cuales   creyó les habían arrebatado a su familia, algunos eran conocidos del pueblo en el que Vivian. Sus padres siempre habían temido ser atacados por las tierras en las que Vivian, pero al parecer debieron temer por otras cosas, porque no se apoderaron de las  tierras en donde Vivian, si no de las personas para venderlas como esclavos.

El transporte se detuvo bruscamente, lo bajaron sin cuidado y para cuando volvió al carruaje estaba  maltratado, lleno de golpes y algo de sangre. Naruto no demoro en acercarse para ayudar a su hermano en medio de las lágrimas

Y esa… esa fue la última vez en la que  se volvieron a ver.

Deidara fue vendido a un hombre gordo y viejo a un buen precio. Su labor en la finca a la que lo enviaron era como cosechador, era agotador aquel trabajo para su edad, todas las noches antes de dormir no podía evitar pensar  en donde estaría su hermano… su pequeño y revoltoso hermano, aquel que siempre sonreía con  un aire de pureza y confianza. Intento escapar de aquella finca para buscar a Naruto, pero fue atrapado por uno de los guardias, su castigo siempre consistía en golpes y noches sin comer, su cuerpo se había debilitado con el tiempo… pero era más fuerte el deseo de encontrar al rubio menor que seguía intentando escapar, el  dueño se canso de su conducta así que lo volvió a vender y así pasaron  cinco años, de venta en venta, con los mismos castigos, golpes y sin comida hasta que llego a enorme casa, ya no fue como los demás esclavos… ahora era un herramienta, un juego sexual de su ahora dueño. Sasori. Al principio le permitía moverse por toda la hacienda, pero como castigo al querer escapar lo encerró en la mansión, la cual se redujo a una habitación tiempo después por seguir con su intento de huida.  Aquel hombre lo compro como una simple baratija, a pesar de llorar y rogar por que se detuviera parecía no  escuchar…

Ya no le quedaba nada, todo lo que había tenido, le había sido arrebatado. Y lo que más le había dolido que le quitaran, fue a su hermano menor… a Naruto.

Todos  sabían que era un esclavo… pero no cualquier esclavo, todos sabían de qué consistía su existencia en esa mansión. Lo habían restringido a estar en una fría y enorme habitación. Sasori dormía junto a él, se levanto con cansancio, se vistió  como pudo y entre la ropa de su dueño busco las llaves para poder salir de aquel lugar. al salir  hecho llave, para que Sasori no pudiera salir por un buen rato, bajo por las escaleras y camino entre los pasillos ocultándose de los demás esclavos hasta llegar a la cocina, una joven lo vio sorprendido, tomo un cuchillo y la amenazo, cuando estuvo suficientemente cerca la noqueó, no quería lastimarla pero tampoco quería que interrumpiera lo que en ese momento pensaba hacer.

Corrió entre los pasillos hasta llegar a una habitación, estaba alejada de las demás, quería pensar antes de llegar alguna acción, se apoyo a la puerta sujetando el cuchillo con fuerza, no se molesto en encender  la luz, tampoco en separar las cortinas y permitir que los rayos de luz invadieran la habitación. No… quería fundirse en esa oscuridad, en esa que desde el día en que mataron sus padres y lo separaron de su hermano lo seguía como su sombra. Cerró sus ojos con cansancio, las lágrimas salían con dolor,  aquella noche invadió su cabeza en torturosos recuerdos, se abrazo así mismo por unos segundos mientras susurraba todo lo que deseaba “papá… mamá… Naruto… lo siento… siento no poder cumplir mi promesa”   sujeto con ambas manos  el  cuchillo frente a su pecho.  Esperaba volver a verlos, no sabía que había sucedido con Naruto pero esperaba que estuviera en una mejor condición que él. Llevo con fuerza y con decisión el cuchillo hacia su cuerpo, pero una mano sobre las suyas lo detuvo a un centímetro de él. Su cuerpo se tenso al pesar que podría ser Sasori… su cuerpo tembló y temió lo peor, no podría dejar este mundo y  de seguro lo torturaría más que nunca… 

— ¿Quieres morir? —Le pregunto una voz que no reconoció, era masculina con un tono lleno de tranquilidad.

—No… —Contesto entre lágrimas sin hacer  sonido alguno.

— ¿Entonces porque haces esto?

—No quiero estar aquí… quiero estar con mi familia…

El cuchillo le fue arrebatado sin que se diera cuenta, unos fríos dedos recorrieron sus mejillas secando sus lágrimas.

—Entrégame tu vida y te prometo una vida mejor. Serás libre de hacer lo que quieras, incluso te ayudare a buscar a Naruto.

—…… ¿Cómo sabes sobre lo que quiero…?

—Lo pensabas con deseo y tristeza. Entonces. ¿Aceptas?

El rubio asintió dudoso, el tono de voz que manejaba aquel sujeto con el parecía un especie de droga, como el canto de una sirena… no sabía qué pasaría con él ahora, pero ya había vivido muchas cosas como para rendirse ahí. Si era mentira esperaba poder liberar al menos su alma.

El hombre frente a él inyecto en su cuerpo una droga, la cual al parecer mataría su cuerpo un tiempo… ¿Cómo era eso posible? No lo sabía pero tampoco le interesaba saber, si moría al menos se liberaría de aquel sufrimiento.

Las cortinas se separaron y las ventanas se abrieron acompañadas de un fuerte viento en cuanto el rubio sintió perder el equilibrio. Logro ver al azabache frente a él, quien lo sujeto y salió por la ventana.

—Nos veremos dentro de tres días. —Dijo depositando el cuerpo del rubio sobre la hierba. Los rayos del sol se mezclaban con el cabello del  menor, se veía de cierta forma más vivo que antes.  —Adiós Deidara.

— ¿Co…Como te llamas? —Pregunto el oji azul  cerrando los ojos, sentía  como su cuerpo poco a poco se dormía sin sentir  dolor alguno — Gracias… —Susurro en un último suspiro. 

—Uchiha Itachi. —Contesto el azabache alejándose del lugar.

Cuando los tres días pasaron Deidara al fin despertaba, estaba en un enorme cuarto de paredes blancas, habían dos puertas, supuso una era el baño y la otra la salida, estaba acostado en una cama matrimonial, junto a esta había una mesa de noche y en una de las paredes junto a él había un perchero con una bata roja de bordes dorados. Sujeto con fuerza las sabanas de la cama  con la cabeza cacha, las lágrimas volvieron a escapar sin permiso de sus azulinos ojos, apretó los labios ante la impotencia.

— ¿Por qué lloras? —Pregunto un azabache entrando a la habitación.

El rubio levanto la mirada sorprendido.

—No estás en la mansión de Sasori, estas en mi casa. —Dijo el azabache al creer que las lágrimas provenían ante el pensamiento de que se encontraba encerrado en una de las mansiones por orden del peli rojo.

— ¿Co…Como? —Susurro

—Te inyecte algo de mi sangre… —Contesto mirando la mirada de confusión del menor— Mi sangre te aria aparentar estar muerto, bueno… lo estás en cierto modo.

— ¿Qué quieres decir  con eso?

—Soy un vampiro Deidara, cuando te muerda serás un vampiro en desarrollo… cuando pase un año serás un vampiro por completo.

—No es una buena broma… pero gracias…

Después de aquel día, Itachi lo ayudo a buscar  a su hermano menor, poco a poco se sentía mas cercano a su salvador, le conto su historia, lo que había vivido desde sus diez años, un tiempo después el Uchiha lo mordió transformándolo en lo  que ahora es. Sasori nunca lo busco al  saber que había muerto. Itachi se encargo de su cuerpo, lo oculto cuando todos creyeron que lo había enterrado a las afueras del bosque. Itachi le hablo de sus intenciones hacia él, unas de las empleadas le había contado de su existencia, el azabache ya había planeado su supuesta muerte para ayudarlo a escapar. Con el tiempo le hablo de sus sentimientos y el poco a poco los iba aceptando.

Pensar que él había sufrido seis años bajo los brazos de Sasori lo entristecía, pero saber que Naruto sufrió 11 años bajo las manos de esa alimaña… lo hacía querer morirse.

Naruto…

Cuando Sasuke termino de contar su historia se levanto abruptamente.

— ¡¿Y qué haces aquí escuchándote?! ¡Vamos a buscarlo!  —Dijo el rubio mirando a su pareja.

—Ya envié a todos mis empleados a buscarlos, pero ninguno ha traído respuestas.

—No sabemos en donde buscarlo. —Comento Gaara — Lo hemos buscado desde que desapareció…

—Sasuke — Hablo Itachi — Madara no ha muerto.  

— ¿De qué estás hablando? —Dijo el mencionado— Yo lo mate, vi como su carne se derretía entre las llamas del fuego.

— ¿Y sus cenizas? —Pregunto el Uchiha mayor.

— ¿Sus cenizas? —Preguntaron todos.

—Aaah… —Suspiro Itachi levantándose de su lugar — Sasuke, un vampiro  puede regenerarse con sus cenizas, por eso hay que esparcirlas. ¿Lo hiciste?

En ese momento Sasuke recordó cuando Naruto lo golpe  gritando el nombre de su tío.

—Ilusión… ¡Utilizo una ilusión!  

Sabía que el don de su tío era la ilusión y de seguro la había utilizado contra su rubio amado.

— ¡Hay que buscar a Naruto! —Dijo Sasuke saliendo de  la sala principal hasta llegar a la puerta principal en donde Itachi lo detuvo. — ¡¿Qué quieres?!

—Destapa este frasco y lánzalo no muy lejos de ti, eso nos dará la señal de donde estas. —Le explico Itachi.

—Sasuke… —Gracias por cuidar a mi hermano… Gracias por amarlo… —Susurro Deidara sujetando la mano de  Itachi —Nosotros buscaremos   en la plaza.

—Nosotros buscaremos en el bosque a las afueras de la ciudad. —Dijo Gaara indicándole a Sai seguirlo.  

Sasuke los escucho para luego dirigirse al centro del bosque, sus demás empleados se encontraban regados en toda la ciudad buscando al rubio menor.

 

—Levántate, nos iremos de esta ciudad. —Le ordeno  el azabache a Naruto.

— ¿Qué…?

—Lo que escuchaste, nos vamos de esta ciudad.

—No quiero. —Le contesto seguro el rubio.

— ¿Qué has dicho? —Le pregunto el Uchiha enojado ¿lo estaba retando? ¿Le estaba llevando la contraria?

— ¡Que no quiero! ¡No me iré contigo a ningún lugar!

El mayor lo sujeto con fuerza del cuello sin piedad, apretaba aquel cuello poco a poco, las manos del rubio se apoyaron en las suyas para liberar el agarre.

—Yo soy tu dueño y tú debes obedecer.  —Le Explico lanzándolo sobre la cama.

— ¿Lo dices porque me compraste como a un objeto? —Hablo con dificultad reincorporándose un poco sobre la cama— Te recuerdo que fue Sasuke quien me compro. —Lo miro desafiante —Además… yo jamás te entregue  mi amor ¡Se lo entregue a él!

El Uchiha se acerco amenazante y sin remordimiento golpeo el rostro del rubio,  quien cayó al suelo adolorido.

— ¡¿Con quién diablos crees que estás hablando?!

— ¡Con mi peor pesadilla!

El mayor lo sujeto nuevamente del cuello y lo acostó sin cuidado sobre la cama, desgarro la ropa que le había permitido usar, y se posiciono sobre él.

— ¡¿Piensas castigarme?! ¡Ya estoy acostumbrado a esto, además he conocido el placer y la gentileza de hacer el amor bajo los brazos de Sasuke!

Naruto sabía perfectamente que lo estaba provocando pero necesitaba ganar tiempo… sabía que Sasuke lo buscaba y no podía irse de ese lugar y decirle adiós por siempre. Aun así temía… temía por el bebe que llevaba en su vientre. Aunque el recordar le hacía ser consciente de su verdadera fuerza. …l ya no era un humano, pero tampoco era más fuerte que el maldito de Madara,  él aun no era un vampiro completo…

El Uchiha se detuvo sujetando  cada vez mas fuerte el cuello del menor, Naruto había cambiado… era mucho más fuerte que antes… le sonreía con burla, le gritaba y le llevaba la contraria cuando pensó que había perdido toda esperanza, él se había encargado de mostrarle la oscuridad, pero al parecer su inútil sobrino le había mostrado nuevamente la luz en lo más profundo de su corazón. Sonrió con arrogancia y de una sola estocada penetro al menor quien gimió de dolor.

— ¡Te are olvidar todo lo que te haya hecho sentir mi estúpido sobrino. Te hundirás en la oscuridad cuando mate a Sasuke!

 

 

—Suéltame. —Le pidió Gaara a Sai al sentir como sus dedos se entrelazaban con los de su acompañante.

—Creí que me darías una oportunidad.

—… Lo sé, pero es difícil… —Contesto caminando hacia el bosque, recordando el día que el azabache profano sus recuerdos después de ignorar a Naruto, Sai lo siguió irrumpió en su habitación exigiendo que lo escucharan.

—lárgate Sai. —Le Ordeno el pelo rojo dándole la espalda, no quería que lo viera llorar.

El azabache lo abrazo por la espalda con fuerza, no estaba dispuesto a irse son que lo escuchara.

—Por favor… escúchame…

—No quiero oír tus mentiras…

El Uchiha lo tomo del mentón para obligarlo  verlo a los ojos, se perdieron entre ellos para luego besarlo y mostrarle el resto de aquel día.

Gaara había salido del armario sin ser descubierto por la pareja que dormía plácidamente sobre la  cama, ignorando por completo el verdadero suceso. Cuando Sai despertó estaba siendo abrazado  por la chica, se levanto asustado de la cama sin importarle su desnudes.

— ¡Que diablos haces!

— ¿Qué no lo recuerdas? —Pregunto la chica sentándose sobre la cama con una sonrisa —Fue genial sentirte dentro ¿pero sabes? Me abría gustado que fueras tu quien tomara en control y la iniciativa

— ¿Qué fue lo que hiciste?

—Sabía que no  aceptarías por estar con el estúpido de Gaara ¿Qué le vez?  —Pregunto la chica levantándose de la cama y acercándose al azabache, apego su cuerpo hacia el de él, acaricio con la yema de sus dedos el pecho de Sai mientras se acercaba a sus labios —Coloque droga en la bebida para que calleras a mis pies… ¿te parece si repetimos? Pero esta vez siendo consiente.

El Uchiha empujo con brusquedad a la chica de su cuerpo, la joven reboto en la cama mientras  Sai se apartaba buscando su ropa para vestirse.

—Gaara es definitivamente lo único que quiero y necesito, a una zorra de tu nivel.

— ¡Pero  Sai! ¡Yo puedo darte hijos! ¡Puedo hacerte feliz! ¡Tengo mucho dinero! ¡Vengo de una familia noble! ¡Yo soy la persona correcta!

— ¿De qué te sirve todo eso si regalas tu cuerpo? —Pregunto el mayor colocándose la camisa —Lárgate. Lo que paso anoche nunca paso.

— ¡Sai!

—Una cosa más. —Dijo abriendo la puerta— Gaara es gentil, dulce con un fuerte carácter, pero creo que eso es lo que me gusta más de él, se muestra como una persona fría y seria pero en realidad es débil emocionalmente, es un poco tímido pero honesto, no es  muy sociable, pero en definitiva es la persona a la que amo, porque él me enseño amar.  —Expreso cerrando la puerta tras  de él.

Dos meses después le llego la noticia de que la joven que había aprovechado de él estaba embarazada. Tuvo que dar la cara y contar lo que realmente había ocurrido, los padres de la joven la echaron negándola ante el mundo, sus herencias le fueron arrebatadas y como única   opción tuvo que ir a vivir con los padres del azabache, solo porque esperaba un hijo de él… tuvo que  aplazar la brusquedad de su peli rojo  amado hasta el día en que se entero de que viviría en la casa Uchiha.

El día en que Gaara los vio escondido tras la fuente, Sai al principio se había sorprendido por el beso pero había correspondido un poco al haber leído en un libro que siempre que alguien terminaba una relación o brindaba como último deseo de una pretendiente les era feliz un beso de su amado, por esa pequeña razón la beso y se dejo besar, pero no sabía que tan equivocado estaba, que tan grande había sido ese  error. El comienzo de sus problemas.  

Sai deshizo el beso al terminar de mostrarles sus propios recuerdos  al peli rojo que ante la sorpresa dejo de llorar, se  giro y aferro al pecho de Sai quien le rogaba por una oportunidad.

Levanto su vista sonriéndole aliviado y con tristeza, apretó su puño y lo llevo con fuerza al rostro del azabache frente a él, quien voló en el aire y cayó En la  fría superficie.

— ¡Si vuelves a besar o a tocar a alguien mas Uchiha Sai, te matare! —Le grito el peli rojo  sentándose  en el abdomen del mayor, apoyo sus manos a los costados de la cabeza azabache  y acerco a los labios de su antigua pareja.

—Gaara… —Susurro Sai en medio del bosque para llamar la atención de la mirada perdida del azabache.

— ¿Si?

—Te amo.

Notas finales:

Me gustaría saber que quieren que suceda… ¿Qué pasa si Naru pierde el bebe? ¿Si Sasuke muere, si Deidara muere o si muere Gaara?


O simplemente… ¿Qué quieren que suceda? Porque puede pasar lo que  sea y si puedo complacerlos aun mejor


O claro y por cierto XD  Madara debe morir ¿cierto? ¿Cómo quieren que muera o lo dejamos vivo?


¿Qué les pareció este capítulo?


Cuidensen y nos leemos! 


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