La mañana era soleada, hacia un día hermoso en la mansión Potter. Un oji-gris se había levantado temprano para ver la salida del sol, siempre le había gustado ver los diferentes matices que se reflejaban a la salida del sol se sentía en paz y relajado, cuando observaba el sol saliente era una costumbre que tenía desde niño, miro su reloj de pulsera, ya era hora de bajar a desayunar con los Potter y como su padre siempre decía no tenía que hacerlos esperar.
Recordó lo sucedido la noche anterior, cuando bajo a la cena Harry no se presentó y James se disculpó diciendo que había salido por algunos asuntos de negocios, Draco se sintió un poco culpable por el comportamiento de Harry, pero él sabía que estaba enojado con él y que tal vez por eso no había asistido a la cena para no tener que verle la cara.
Salió de la habitación el camino al comedor no era tan complicado el tenia buena memoria y no se le dificultaba aprender los caminos, bajo despacio las escaleras y en el comedor se encontró a sus padres y al señor James.
-Buenos días-Dijo Draco en un susurro, acaso Harry tampoco se apareciera en el desayuno, no es que a él le importara mucho claro, pero ¿por qué se desaparecía?
-Buenos días-dijo James -¿Como amaneciste hoy?
-Bien señor.
-Por favor llámame James, si hay algo que no te guste de tu habitación me lo dices y mandare a cambiar todo lo que quieras Draco -Dijo sonriendo- Hasta que por fin llegas Harry.
-Si buenos días a todos-Dijo mientras se sentaba -¿De que hablaban?
-Harry siempre estás de curioso- dijo James irónico, sabía que esas palabras molestaban a Harry- Hablaba con Draco de su habitación.
-¿Que tiene tu habitación? -le pregunto directamente pero luego recordó lo que le había dicho Hermione tenía que tratarlo bien-Tengo una amiga Hermione que es diseñadora de interiores, si quieres la llamo para que le digas lo que quieres cambiarle.
-No está todo bien-que le pasaba a Potter porque de repente lo trataba diferente seguro era porque sus padres y el señor James estaban presente si eso tenía que ser.
El desayuno paso tranquilo con los chistes malos de James y los comentarios irónico de Lucius, Draco en ningún momento hablo o dijo algo estaba consternado, todo el mundo se lo estaba tomando a la ligera mientras él se moría por dentro.
-Padre se nos hace tarde-Dijo Harry mientras miraba su reloj de pulsera.
-Claro hijo tienes razón, Lucius ¿nos acompañaras verdad?
-Claro - dijo mientras se ponía de pie.
Se despidieron los tres y salieron de la habitación
-Quieres dar un paseo conmigo corazón-Dijo Narcisa.
-La verdad iba a escribirle un Hotmail a Blaise le prometí que lo haria cuando llegara-Dijo mirándola-Pero se me olvido así que si me disculpas mama.
-Claro hijo iré a ver los preparativos de la boda -dijo mientras se marchaba con pasos apresurados.
El día estaba hermoso cuando le hubiera gustado ir a pasear a los jardines de la Mansión.
-Señorito Draco- dijo Hadrig ingresando apresurado a la sala parecía consternado y desesperado.
-¿Que pasa Hadrig?- pregunto preocupado.
-Usted tiene visitas-Dijo respirando hondo.
-Eso es imposible Hadrig- Draco lo miro interrogante.
-Si señorito usted tiene visitas y dijo o más bien juro que si no lo dejábamos pasar -miro a Draco suplicante-Nos mataría a todos.
Solo había una persona en el mundo, que podría tener esa actitud y decir esa clase de palabras.
-¿Y dónde está?
-Lo mandamos a echar señor.
-Qué??? nooo déjame verlo, yo estoy seguro que se quién es.
Hagrid lo miro como dudando pero después dio un pequeño asentimiento.
-Sígame señorito Draco.
Salieron al exterior donde solo se podían escuchar gritos e insultos por doquier.
-¡TE DIJE CABERNICOLA QUE ME DEJEN PASAR TENGO UNA BOMBA Y LOS MATARE A TODOSSSSS!-Dijo un chico moreno mientras se retorcía en los brazos de un guardia.
-BLAISEEE-grito Draco a todo pulmón- Suéltenlo, es mi mejor amigo.
Los guardias inmediatamente cumplieron la orden, la mirada de ese chico rubio los hizo estremecer. Blasie lo miro, él no quería que Draco se molestara sabia lo insoportable e irritante que llegaba a hacer Draco cuando estaba enojado
-ESTAS VIVOOO- corrió hacia él y le dio un abrazo de oso-PENSE QUE ESTABAS MUERTO.
-Baja la voz -Dijo despacio para ver si Blaise lo entendía de una vez por todas, miro a los guardias y luego a Hadrig- Blaise no es peligroso y no tiene ninguna bomba.
-Pero señorito él dijo que...-Empezó a decir Hadrig.
-Lo sé pero todo es mentira era para que lo dejaran pasar.
-En mi defensa Grandulón que esos guardias- dijo señalando a los dos hombres que no se podían creer que había llamado a Hadrig grandulón - no me dejaron pasar y tampoco quisieron que viera a Draco estaba desesperado y por eso dije eso.
Hadrig lo miro por unos segundos parecía pensativo.
-Bueno los amigos de Draco son mis amigos-Dijo mientras le daba la mano- Un placer Señorito Blaise.
-El placer es mío grandulón-Dijo mientras le respondía el saludo.
-Blasie entremos para que me expliques todo esto.
-Claro Dragón -Dijo sonriendo- Adiós grandulón, adiós gorilas.
Draco lo tomo del brazo y se lo llevo dentro de la casa.
-Estás loco que te pasa llamarles así a los guardias de seguridad y a Hadrig de esa manera es una falta de respeto muy grande Blasie.
-Wow mira esta mansión es hermosa -Dijo mirando todo con la boca abierta -Mira esa araña de techo es impresionante.
-No me cambies el tema por favor Blasie que te conozco bastante bien ¿dime ahora que paso?
-La verdad tenía miedo de que Potter te hubiera matado-Draco lo miro incrédulo, por dios a veces se le olvidaba lo infantil y extraño que podía llegar a ser Blasie.
-¿Cómo tu cabecita llego a esa conclusión?
-Veras vi una foto del Harry ese en internet y era tan guapo, que creí que cuando lo vieras podrías haber muerto de un infarto, por eso vine a tu rescate para que no estés al lado de ese gran e imponente espécimen.
-¿Te gusta?- lo miro mal no sabía por qué se molestaba al saber que Blaise le gustaba Harry.
-La pregunta es Dragón a ¿quién no le gustaría el Erizo?
-El Erizo?-Pregunto.
Blaise lo miro como si fuera la persona más tonta del mundo.
-Si Harry, el Erizo por su pelo entiendes, tiene pelo como Erizo.
-Ohhh ahora que lo dices pues es verdad jajjaja- cuanto había extrañado hablar con Blaise- ahora déjate de mentiras y dime la verdad.
Blaise dio un gran suspiro se miró las uñas y suspiro otra vez su expresión cambio inmediatamente se veía afligido.
-Me escape-Lo miro triste.
Blaise siempre fue un chico caprichoso, pero nunca se escaparía de casa si algo no muy malo, muy malo no estuviera pasando.
-¿Que paso?- Blaise miro a todas partes como viendo que nadie los escucharas
-El esposo de la araña- lo miro serio.
-¿Qué pasa con el esposo de tu mama?
-Me intento… me quería forzar...- Blaise no lo guanto más se rompió a llorar a lagrimas vivas-Intento manosearme...
-Hay Blaise- dijo mientras lo abrazaba - ya tranquilo yo estoy contigo, no dejare que nadie te haga daño.
-Te quiero Dragón.
-Yo te quiero más mi gatito mimosos.
Los dos se abrasaron por largos rato dándose el consuelo que ambos necesitaban, mientras Blaise lloraba en silencio, eso era una de las cosas que los Donceles tenían que aguantar el acoso de esos hombres que se creían con derechos hacia ellos, Draco sabía que su amigo había pasado muchas dificultades, su padre murió cuando tenía 6 años y apenas tenía recuerdo de él, su madre se casaba una y otra vez pero sus esposos siempre terminaban muertos en hechos trágicos por eso Blaise le había puesto el sobre nombre de la araña por la viuda negra, pero este último esposo Fenrir Greyback siempre trataba a Blaise mal y aunque él no lo dijera, estaba seguro que lo golpeaba porque Blaise siempre tenía marcas en los brazos de arañazos, pero él lo iba a cuidar, lo iba a proteger, no dejaría que ese hombre le pusiera un dedo enzima como que se llamaba Draco Malfoy.