Capítulo catorce.
Bad girl.
Estaba acostado sobre su cama mirando hacia el techo. Aún llevaba el cabello mojado, se había negado a tomar una ducha en casa de Sasuke aludiendo que podía hacerlo en su casa. Sasuke. Aún podía sentir sus manos recorriendo su cuerpo, sus labios besarse y sus lenguas enredarse. Recordaba febrilmente el contacto enloquecedor de sus miembros al punto de hacerle sentir de nuevo como un púberto. Pensaba en ello una y otra vez, hasta el punto que sentía que iba a explotar sí no lo hacía otra vez. Era como cuándo se masturbó por primera vez, luego de eso nada había sido igual, quería hacerlo todo el tiempo y aunque se abstenía no podía parar de pensar en ello.
Estar de esa manera con Sasuke había sido nuevo y excitante. Justo lo que se podía esperar de Sasuke con su apariencia y personalidad atrayentes y seductoras. A veces cuando cerraba los ojos aún podía escucharlo gemir. Pero Sasuke era su amigo y debía tratarle con respecto, no entendía porque Sasuke se había esmerado tanto en seducirlo aquella mañana, pero si era totalmente consciente de que le correspondió por el simple hecho de que él también lo deseaba.
Deseaba a Sasuke porque le daba morbo saber que en realidad era un hombre, porque, Dios, era guapísimo y, porque aun cuando se esmeraba en negarlo, amaba su personalidad tan diferente a la actitud sumisa de las chicas japonesas. La pregunta era ¿por qué Sasuke le deseaba? De repente recordó la foto y su innegable parecido físico con su padre y se sintió un tanto perturbado y decepcionado. Sasuke no podría estarlo utilizando de esa forma.
Apretó su rostro contra su almohada tratando de alejar aquellos pensamientos de su cabeza. Cuando Sasuke y él se conocieron, no sabía que Minato era su padre y tampoco creía que a Sasuke aquello le hiciera mucha gracia. Tras este pensamiento se relajó, tenía que desasociar la fatídica relación de Sasuke y su padre de su reciente amistad. Además estaba eso de la identidad de Sasuke, realmente le preocupaba que alguien le estuviera obligando a hacer algo que no quisiera, ¿pero quién?
Naturalmente, su padre y sus familiares lo sabían, e incluso Haku y aún así, aparentemente, nadie decía ni hacía nada, ni siquiera Sasuke, como si aquello fuese lo más normal. Menuda mierda. Aquellas fotografías realmente habían conseguido descolocarlo, siempre había pensado en Sasuke como alguien tan seguro de sí que simplemente pensó que él chico realmente no quería serlo. Ahora podía entender porque nunca se refería sí mismo como una chica cuando estaban a solas, en realidad, Sasuke simplemente no se sentía como una.
Estaba tan confundido.
Pensó en Sasuke, siempre luciendo tan sexy y atrayente, con su actitud indiferente y a veces hostil, en su rostro, en su cuerpo de chica, en sus genitales de chico y en todos los secretos que podría tener.
Con todo eso en la cabeza se decidió a hablar con Sasuke. Se sentía como un patán, uno muy satisfecho consigo mismo, pero un patán al fin y al cabo. Pensó en su novia, Hinata, la tímida chica que hacía un mes y medio se le había confesado, recordó su rostro excesivamente sonrojado, sus ojos nerviosos mirándole impacientes y sus manos jugueteando mientras intentaba mantener un poco de determinación. Naruto siempre supo aquellos sentimientos que la chica le profesaba –a decir verdad, todo el mundo lo sabía-; Hinata era su amiga y realmente no quería lastimarla, además una chica tan dulce y especial como ella se merece estar con el chico que realmente ama.
Decidió conducir la conversación de forma casual, no le pareció prudente mostrarse arrepentido porque en realidad no lo estaba. Hablaron sobre ir a la playa para despedir las vacaciones de verano, sobre el nuevo restaurante de Ramen que abrieron en Shibuya al que se moría por ir, de lo antinatural que era que Sasuke fuera semi-vegetariano. Le gustaba hablar con Sasuke. Desde la ruptura de Sasuke y su padre, sentía que su relación se había aligerado de forma exponencial. Sasuke seguía siendo igual de insufrible la mayor parte del tiempo pero la tensión entre ellos se había desvanecido. Se sentía más a gusto en el tiempo que compartían e incluso sentía que se habían vuelto más cercano, sobre todo esa mañana cuando descubrió aquello que nunca se hubiera imaginado. Los ojos de Sasuke le dieron una mirada tan desesperada y vulnerable que consiguió tocar hondo en su corazón.
¿Qué otras cosas estaría ocultando Sasuke?
Bajó las escaleras silbando un poco. Sasuke era realmente agradable cuando se proponía, lamentablemente esto sólo sucedía a través de la pantalla. Aun así, Sasuke no le desagradaba, le gustaba pasar tiempo con él, como si hubiesen sido amigos desde siempre.
Se dirigió a la cocina, tenía hambre y quería apurara a su mamá para que hiciera la comida. Aún se resistía a aceptar que su mamá estuviera la mayor parte del tiempo en casa, ella siempre estaba viajando o estaba demasiado ocupada preocupándose por la vida de otros como para hacerle de comer a su hijo y a su esposo.
Estaba dolido con su madre, tenía que aceptarlo. Pasó mucho tiempo preguntándose que había de malo en él que su madre le había abandonado, porque así era como Naruto lo sentía. Y ahora su madre simplemente volvía como si nada, como si fuera lo más normal que ella se encargará de su familia. Distraído en sus pensamientos entró a la cocina para encontrar a sus padres besándose.
—Igh —hizo una mueca de asco, por el mismo hecho de que no estaba acostumbrado a que su mamá estuviera en la casa, mucho menos lo estaba a ver a sus padres dándose muestras de afecto; eran personas ocupadas, pero por lo menos su padre si le dedicaba tiempo.
Sus padres se separaron al escucharlo, su padre desvió el rostro un poco sonrojado mientras su madre le miro con el ceño fruncido.
—¿Cómo que igh, jovencito? —le reprendió poniéndose los brazos en la cintura.
—Igh, están muy viejos para hacer ese tipo de cosas —le dijo adentrándose más en la cocina—. Además aquí hay inocentes menores de edad.
—¡¿Cómo que viejos?! —exclamó su mamá ofendida dándole un golpe en la nuca— Tú papá y yo estamos muy jóvenes… Es más deberías hacerte a la idea de un hermanito.
—¡Papá! —Naruto le lanzó una mirada horrorizada a su padre, aquello era inconcebible.
—Por supuesto que no hijo, no te preocupes por eso —le dijo regalándole una mirada conciliadora.
—Gracias al señor.
—Ya me cansaste —dijo su madre. Y Naruto irónicamente pensó que solamente habían pasado cinco minutos y ella ya estaba cansada. Minato tuvo que lidiar solo con su etapa de rebeldía y con sus caprichos sin ninguna queja—. Tenía pensado que fuéramos a comer juntos a algún restaurante, pero como tú eres tan joven como para salir con tus viejos padres, mejor nos vamos los dos solos.
—¡Bien! —dijo, con desgano. Él hace mucho dejó de tener cinco años— Me haces un favor, ya no tengo que ver sus arrumacos.
Kushina abrió la boca sorprendida y al instante sus ojos refulgieron en ira.
—¡Desde cuándo eres tan irrespetuoso!
—Desde siempre, pero tú siempre has estado muy ocupada como para notarlo.
Naruto dio media vuelta y se fue a su habitación. Al diablo, con todo esto. Si su papá quería jugar a que nada había pasado, que todo estaba bien, ese era su problema. Él no iba a jugar a la familia feliz cuando sabía que no era así. Se tiró sobre la cama y casi un segundo después sintió los cuartos delanteros de Kurama sobre su pecho. Le acarició la cabeza, lamentándose de que su amigo tenía que pasar mucho tiempo solo en esa casa.
—Naruto —le llamó su padre abriendo suavemente la puerta— ¿estás bien?
Naruto levantó la mirada y asintió mientras se sentaba sobre la cama.
—Yo sé que todo esto ha sido muy difícil para nosotros, pero si Kushina no ha pasado tanto tiempo con nosotros es porque ha estado ocupada.
—Ella nos abandonó.
—¿Ella?
—Es una ella, ¿no?
—Es tú mamá, Naruto. Además, Kushina tiene un trabajo muy importante y justo ahora las cosas están lo suficientemente en orden para que pueda estar con nosotros. Tu mamá quiere recuperar el tiempo perdido.
—Es muy tarde para eso, ¿no crees? —Naruto frunció el ceño molesto— Tú también tienes un trabajo muy importante y muy demandante, pero en cambio tú siempre estás aquí conmigo. Para ella nosotros no somos una prioridad, entiéndelo, seguramente a la menor cosa se irá de nuevo y nos dejará de lado otra vez. Y tú lo sabes, y aun así la defiendes.
Minato le palmeó la cabeza y le acarició los cabellos.
—Eso no podrás saberlo hasta que suceda. Dale una oportunidad, es tu madre y te ama.
—Si claro, papá —se sacudió la mano de su padre de la cabeza—. Entonces que harás cuando ella se vaya ¿volverás con Sasuke?
—¡Ya basta, Naruto! Te estás comportando como un niño —dijo Minato alzando la voz— Tú no tienes derecho a juzgarla, además sabes perfectamente porque ella no ha estado mucho tiempo en casa.
—Por eso mismo no debió tener hijos ni casarse. Dar a luz a un bebé no hace a ninguna mujer una madre.
Minato le miró atentamente por un momento y se levantó de la cama, seguramente daría la conversación por terminada.
—Hijo, escucha. Yo sé que esto es muy difícil de aceptar para ti, pero quieras o no tú mamá va a estar aquí con nosotros —Minato relajó su semblante y lo tomó del hombro—. Sabes que no podemos dejarla, Naru, ella nos necesita, tú lo sabes.
—Lo sé papá.
—¿Puedes intentarlo?
Naruto lo meditó por unos segundos para luego mirar a su padre y asentir. —Lo haré por ti.
***
Aparcó el auto frente a la casa de Sasuke. Su padre le había prestado su auto ya que su madre seguía enfadada con él. No le podía dar más igual. Había llamado a Sasuke para quedar a almorzar, ambos iban a estar solos en sus casas y además, prefería tratar ese tipo de cosas con Sasuke; si bien su amistad era bastante renuente, sabía que sería el único que podría entenderle. Sus amigos llevaban buenas vidas con madres presentes y atentas. Sabía que era injusto comparar, no sabía si la madre de Sasuke había muerto o si los había dejado. A veces quería hablar con su padre sobre Sasuke, si realmente lo había amado o simplemente se sentía abandonado, pero el romance de Sasuke y su padre aún le resultaba un traga bastante amargo como para querer afrontarlo por interés propio.
Le mandó un mensaje a Sasuke diciéndole que le estaba esperando. El amor era un tema a veces escambroso para él cuando nunca había amado a alguien. Le gustaba mucho una chica de su escuela, habían estudiado juntos desde la primaria pero ella al principio parecía que no le agradaba –lo aborrecía- y, a pesar de que ahora eran buenos amigos, Sakura-chan nunca se había mostrado muy entusiasmada con sus acercamientos románticos por lo que al entrar a la preparatoria decidió dejarlo. Ahora era el novio de Hinata y aunque no la amaba sentía que estaba dando su mejor esfuerzo… «Hasta que conocí a Sasuke», se dijo apoyando su frente sobre el manubrio.
Volteó el rostro al escuchar un par de golpecitos sobre el vidrio de la ventana, era Sasuke mirándole con una ceja arqueada. Abrió la puerta y se permitió detallar a Sasuke mientras este se acomodaba en el asiento del copiloto. Sasuke llevaba un vestido de tiras ajustado al cuerpo de delgadas rayas rojas y blancas; su vista se detuvo un momento en el bolso beis de Rilakkuma y ahora fue su turno de arquear una ceja, pero pronto dejo eso a un lado para pensar en lo bien que siempre Sasuke lucía incluso cuando simplemente llevaba un vestido deportivo y el cabello recogido. Entonces se dio cuenta que estaba equivocado y que Sasuke no era igual a las demás chicas japonesas, era total y completamente diferente y no sólo por el hecho de que en realidad no era una chica.
Sasuke se abrochó el cinturón de seguridad y le pilló mirándolo.
—Sé lo que dirás —le dijo justo cuando Naruto se decidió a saludarlo—, las mismas estupideces que aquella vez en el tren “Lo que hicimos está mal… Tengo novia… No lo volvamos a hacer… Seamos sólo amigos… Bla, bla, bla —dijo supuestamente imitando su voz, lo cual le hizo sonreír—. Así que ahórratelo. Tú me estás utilizando tanto como yo a ti. Sólo quieres sentirte mejor contigo mismo, Mr. Right.
Naruto lo único que pudo hacer tras esas palabras fue relajarse. La voz de Sasuke sonaba tan desenfadada como retadora, sabía que al más mínimo «Lo siento.» Sasuke lo golpearía. Sonrió y puso en marcha el auto. Definitivamente Sasuke era un chico.
Por el camino iban hablando de cosas triviales, como por ejemplo qué onda con ese bolso de osito o lo marica que era Naruto por andar con Hinata.
—Yo sólo digo, es una chica linda, atenta y con un cuerpo estupendo ¿por qué no?
—Agh, eres un pervertido —refutó Sasuke—. ¿Y si no te agrada su personalidad? A mí me parece una simplona.
—Solamente estás celoso de que ella tiene enormes pechos y tú eres más que plana —le dijo tratando de obviar que realmente le incomodaba la personalidad tímida y retraída de la chica, no se le podía acercar mucho sin que ella estuviera a punto de desmayarse, a este paso Naruto creía que realmente nunca pondrían intimar más allá de pequeños besos y abrazos.
—Por supuesto, por eso estás que botas baba por mí —dijo Sasuke rodando los ojos.
—Tú tampoco te llevarías un premio si estamos hablando de personalidad.
—Por lo menos yo sí tengo personalidad.
Naruto rió, Sasuke tenía su punto.
—Hay una chica que me gusta —dijo suavemente—, por supuesto que no eres tú. Pero al parecer hasta ahora solo he logrado que le guste como amigo, cuando estuve por fuera de Japón hablábamos mucho, todo el tiempo, creí que realmente había conseguido gustarle; pero al regresar lo único que conseguí fue que aunque no rechazara abiertamente mis acercamientos, ciertamente la notaba incómoda.
—Tal vez en el fondo sea una chica tímida, hay muchas personas que no se sienten cómodas con las demostraciones demasiado directas. Y tú eres tan sutil como la dinamita.
—No puedo creer lo que estoy escuchando, ¿me estás tratando de animar? —Naruto estaba un poco sorprendido, pero su voz sonó más que todo divertida.
—Es que me das un poco de lastima ahora misma.
—Qué cruel eres —fingió hacerse el dolido—. Por lo menos yo no he sido abandonado.
—De verdad no sé lo que pasa por la cabeza de Minato —respondió—. Es decir, dejar toda está carne joven y lozana.
—Yo tampoco entiendo que es lo que piensa mi padre. Sabes, la verdad lo que me sorprende es que allá tenido un affaire contigo.
—Soy encantadora —respondió Sasuke fingiendo una sonrisa adorable, aunque por dentro había resentido que Naruto usara la palabra affaire para referirse a su relación con Minato.
—Intenta mejor Sasuke —le dijo jocoso.
—Está bien. La verdad es que soy increíble en la cama.
Naruto rio con ganas mientras asentía. Sabía que debió ser mucho más que eso.
—El punto es que Hinata tal vez no sea Sakura-chan, pero es una buena chica.
Sasuke le respondió con encogimiento de hombros para luego modular con los labios “mariquita”. Se entretuvo un rato mirando por la ventana notando como atravesaban Shinjiku, creyó que se dirigían a Shibuya al restaurante de Ramen del que tanto le había hablado Naruto pero iban en la dirección contraria.
—¿Para dónde vamos, pervertido? —le acusó Sasuke.
—A un restaurante lujoso para que pueda proponerte matrimonio —bromeó.
Sasuke le sonrió y se mordió el labio inferior, pero algo en su mirada le dijo a Naruto que no era por lo que él había dicho. Naruto puso atención a la canción que estaba sonando en la radio cuando vio de reojo a Sasuke murmurar la letra.
—She might've let you hold her hand in school. But I'mma show you how to graduate. No, I don't need to hear you talk the talk. Just come and show me what your momma gave (Oh yeah)[…] See anybody could be good to you. You need a bad girl to blow your mind.
Ante aquello Naruto rio con ganas. —Sasuke, eres el diablo —le dijo—. Mira yo debo gustarte mucho, es la segunda canción en un día.
—Tal vez sólo quiera llevarte a la cama —le respondió en un tono que se le antojo misterioso. Realmente Sasuke siempre llevaba la delantera en ese juego de pica y provoca.
—Tal vez —aceptó no queriendo ceder—. Así podré juzgar que tan bueno eres en la cama.
Naruto detuvo el carro y Sasuke sacó sus gafas de sol de su bolso.
—Si quieres seguir siendo el novio de la buena Hinata, más te vale que empieces por dejar de pensar que mi trasero es fabuloso.
Naruto bajó del auto y rápidamente lo bordeó para abrirle la puerta a Sasuke, él era un caballero –a veces-.
—Tu culo es estupendo Sasuke, pero no por eso voy a acostarme contigo. Deja ya de insistir.
Sasuke le regaló una risita. Punto para Naruto.
—Eso está por verse.
—Dejando de lado que hoy estás hecho una ramera —le dijo conduciéndolo a un pequeño establecimiento de comida—. Me preocupa mucho que seas un come hiervas, por eso te he traído al lugar donde vende las hamburguesas más grandes, carnudas, grasosas y deliciosas en todo Shinjiku, sino de Tokyo.
—Debes estar bromeando.
—¿Ya te dije que si no la comes toda serás un mariquita? Y déjame decirte que eso te restara puntos en nuestro juego de quién seduce a quién.
—No me gusta perder.
—A mí tampoco.
*
Tomaron una mesa junto al ventanal de la entrada. No era un lugar para nada parecido a los que solía frecuentar con su familia, pero era tranquilo y eso le agradaba. Como siempre Naruto no dejaba de hablar de una y otra cosa, a veces Sasuke simplemente no entendía lo que decía y se limitaba a asentir. Le agradaba eso, le agradaba que Naruto no hubiese mencionado lo que sucedió aquella mañana y, sobre todo, agradecía en sobre manera que simplemente lo tratará como siempre lo había hecho.
Remojó una papa en la salsa mientras simplemente dejaba que Naruto hablara. No entendía que era lo que le empujaba a seducir a Naruto, tal vez esa era la única forma en la que él sabía acercarse a alguien o simplemente quería saber si Naruto lo aceptaba tal cual como él era. Sasuke a menudo se encontraba preocupado sobre ello, siempre trataba de imaginarse que es lo que las personas pensarían de él. Era un sentimiento extraño porque nunca le ha gustado estar rodeado de tanta gente. No podía ser como su hermano y simplemente rodearse de amigos.
Itachi y Sasuke eran tan diferentes que hubo una etapa en la que Sasuke simplemente no lo soportaba, tal vez no era que realmente le incomodaran sus diferencias sino que era una aversión más bien resultada de aquel sentimiento de abandono. A veces simplemente quería ser su centro de atención.
—Sabes Sasuke —Naruto tomó un par de papas y las remojó en el kétchup—, eres realmente agradable cuando te lo propones.
—¡Oh gracias! —dijo con entusiasmo mal fingido— Y tú eres más agradable desde que dejé de follar con tu padre.
—Sabes qué, retiro lo dicho —Naruto frunció el ceño—. Realmente te gusta molestar a los demás.
—Es mi mayor talento. Me es grato cultivarlo.
—¿Siempre has sido así? —Preguntó llevándose por fin las papas a la boca.
—Supongo que no… Mi papá piensa que es sólo una etapa. Se supone que Minato me ayudaría a sobrellevarlo.
—No entiendo ¿cómo fue que ustedes dos terminaron liándose? Nunca me lo esperé de mi papá, tienes mi edad y él es un hombre con principios.
—No lo sé. Al principio yo estaba enojado porque me parecía simplemente ridículo y luego, me seguía pareciendo igualmente de ridículo pero Minato, él… él es realmente interesante, nunca pude sacarlo de sus casillas por más que lo intentara. Lo cual es sorprendente, yo estoy seguro de que mi padre odia hablar conmigo porque siempre tiene que andarse con cuidado para no hacerme enojar.
—El mundo no está conspirando en ti contra.
—Lo sé, pero todo simplemente es una mierda del carajo. Justo me tuve que enamorar de un hombre casado que nunca me elegiría a mí.
—Lo siento, Sasuke.
—¿Por qué? Yo siempre supe que todo terminaría así —Sasuke se acomodó en el asiento y de repente su semblante se tornó mucho más serio—. No sigas con Hinata si realmente te gusta Sakura.
Naruto se quedó rígido sobre el asiento y le miró fijamente a los ojos para luego asentir.
***
Después del almuerzo Naruto fue a su casa porque quería pasear al perro y prometió pensar en qué le diría a Hinata. Sasuke decidió ir a casa y luego acompañar a Itachi a su trabajo, con suerte podría pasar tiempo con Yahiko antes de que abrieran. Al entrar a casa se encontró con su padre en la sala, estaba viendo los álbumes de fotografías. Sasuke sabía que su padre no era tan duro como quería aparentar.
—Hola —le dijo acercándose para sentarse junto a él en el sofá.
—Hola —respondió su padre abrazándolo por los hombros con un solo brazo—. Creí que estabas castigado.
—No puede castigarme por siempre —le dijo suavemente—. Además ambos sabemos que eso no funciona conmigo.
Su papá simplemente sonrió de lado y le besó los cabellos que caían sobre su frente.
—Tienes que aprender a respetar la autoridad. Si yo digo que estás castigado lo estás.
—Si claro, trata de convencerte de eso.
—Hablo en serio —recalcó cerrando el álbum.
—Lo sé —Sasuke se levantó del sofá y se dirigió a las escalares para buscar a Itachi en el piso de arriba.
—Sasuke —la voz de su padre le hizo detenerse—, lo siento.
—¿Por qué? —giró sobre sus talones bastante intrigado por lo que escucha, encontrándose con los ojos aguados de su padre quien aún sostenía el álbum entre sus manos.
—Por todo —le dijo abrazándolo—, lo siento.
Sasuke se abrazó a su padre y dejó que sus ojos se empeñaran de lágrimas. Sabía que nunca se había sentido tan vulnerable como en ese momento.
Su padre deshizo el abrazo y Sasuke retomó su camino. Subió las escaleras y casi que corrió a meterse bajo las sábanas de su hermano. No quería pensar en qué significaba lo que había sucedido hace un momento. No quería pensar en nada, ese día ya había sido lo suficientemente agotador. Se distrajo con el sonido de la ducha, seguramente Itachi se estaba duchando para irse a trabajar; pensó en ducharse él también pero se deshizo de la idea sabiendo que su hermano se quejaría por tener que esperar a que se arreglara.
Sacó su celular de su bolso notando que Suigetsu le invitaba a una fiesta para despedir las vacaciones de verano, no le apetecía estar con los amigos de Suigetsu pero prefería ello a estar haciendo quien sabe qué cosa.
[Naruto, 15:20]
«Asi que lenceria de encaje negra
Es mucho mejor de lo que esperaba»
[Sasuke, 17:26]
«Ya supéralo rubio»
[Naruto, 15:27]
«No puedo, soy un hombre me gusta la lenceria»
[Sasuke, 15:27]
«Eres un pervertido, eso es lo que eres»
[Naruto, 15:29]
«Por supuesto que no
Solo no puedo evitarlo despues de lo de esta mañana»
[Sasuke, 15:30]
«Ese eres tú confesando que piensas con el pene»
[Naruto, 15:30]
«Como cualquier otro»
[Sasuke, 15:31]
«Seguramente le habrás dicho alguna guarrada a Sakura y por eso ella no quiere salir contigo»
[Naruto, 15:31]
«Claro que no!!!
Como se te ocurre es SAKURA-CHAN, yo no podría decirle algo pervertido a ella»
[Sasuke, 15:32]
«¿por qué será que no me convences?»
[Naruto, 15:33]
«Es que contigo es diferente
Asi es entre amigos ;)»
[Sasuke, 15:34]
«Lo que digas pervertido»
[Naruto, 15:34]
«Como sea
No me puedes culpar, tienes un buen trasero
Tengo 16 y soy débil a la carne»
[Sasuke, 15:36]
«Si claro,
Si así es como quieres a Sakura vas por mal camino»
[Naruto, 15:37]
«No es como si estuviera enamorado de ti
No tienes senos»
[Sasuke, 15:38]
«Sigue tratando de convencerte de eso, yo sé que soy irresistible Narutito»
[Sasuke, 15:38]
«Según yo recuerdo Sakura es plana»
[Naruto, 15:39]
«Por lo menos ella tiene
Tu solo tienes relleno para brasier»
[Sasuke, 15:40]
«JODETE .i.»
[Naruto, 15:41]
«Yo también te quiero»
[Sasuke, 15:42]
«¿Es eso una confesión?»
[Naruto, 15:43]
«Ya quisieras planita :P»
—¿Con quién hablas? —la voz de Itachi le hizo dar un brinco sobre la cama, ni siquiera lo había sentido entrar a la habitación.
—Con un amigo.
Itachi le sonrió con picardía y levantó las cejas.
—Si claro, como tú digas.