Al día siguiente en la hora del desayuno, Dumbledore como todos los días dio su discurso mañanero, y aprovechando que era el director y podía hablar lo que quisiera dijo:
-Queridos alumnos hoy tengo el gusto de presentarles a diez personas que estarán con nosotros un tiempo aquí en nuestra querida escuela, ellos son los hijos de unos grandes amigos que desgraciadamente fallecieron hace poco- el director dio una sonrisa a sus alumnos antes de llamar sus invitados- Por favor pasen.-
Al terminar de decir esto las puertas del gran comedor se abrieron dejando ver a los diez "invitados" de Dumbledore; al instante los murmullos se hicieron presente, pues para muchos era una delicia para sus ojos lo que estaban viendo.
James sonrío pícaramente y empezó a coquetear con cada persona que se topaba mientras caminaba hacia el director, seguido de un muy molesto Anthony que no sabia si golpear a su hermano por andar coqueteando con todos, o mejor aun cruciar a los idiotas que miraban con deseo al castaño. Todos los demás veían con cierta diversión la escena, esperando una de las típicas peleas de esos hermanos tan problemáticos, a excepción de cierto rubio que se distrajo al escuchar cierta conversación.
-El castaño es muy guapo- dijo una joven Ravenclaw a su amiga-aunque ¿no crees que se parece un poco a Harry Potter?
-Yo diría que mucho, pero ya viste al moreno de ojos verdes, seria la copia exacta del profesor Riddle si no fuera por los ojos.-
- Si lo se, pero eso sería imposible, el Profesor Riddle no está casado y no tiene hijos.-
- Supongo pero aún así, son demasiado guapos- dijo la joven con ojos de enamorada.
El rubio resoplo aburrido, siempre era lo mismo su mejor amigo y el castaño atraían las miradas de todos a su alrededor y rara vez se daban cuenta, siempre sumergidos en su propio mundo.
Albus sonrió para sus adentros, esos jovencitos estaban llenos de sorpresas y lo mas seguro es que en su estadía pusieran a todo Hogwarts patas arriba. Dejo que el moreno y el castaño dejaran de discutir y al fin hablo.
-Muy bien, ellos serán nuestros invitados y espero que sean tratados como tal.- miro a los jóvenes y estos se acercaron a el- Ellos serán los ayudantes de los profesores Riddle, Black y Snape- dijo señalando a los mas grandes.
-Mucho gusto soy Regulus y voy a ser el ayudante del profesor Snape- Regulus sonrió a todos en el comedor para después irse a sentar al lado de dicho profesor.
- Mi nombre es Cyngus y seré el ayudante del profesor Black- el rubio dio una sonrisa marca Malfoy y se dirigió a su respectivo lugar.
Todos miraron a Anthony ansiosos porque dijera su nombre, mientras que el susodicho solo miraba a todos con frialdad y cierto desdén.
- Soy Antonhy y soy el ayudante de su profesor de Defensa- dicho esto se dirigió a su lugar.
Sus hermanos y amigos lo miraron divertidos, nunca cambiaba siempre tan serio como su padre, a menos que junto a el estuviera cierto castaño que lo hiciera salir de sus casillas y por lo tanto dejará su frialdad acostumbrada.
- Mi nombre es James y voy a Gryffindor- dijo el castaño con una sonrisa seductora, haciendo que Harry se preguntara en donde había visto esa sonrisa antes, pero al recordar a su padre y a su padrino decidió que ya tenía su respuesta.
- Soy Orion y voy a Gryffindor, ellos son mis hermanos, Scorpius que va a Slytherin y Selbyn.- Scorpius dio un ligero cabeceo mientras que el pequeño Selbyn daba una gran sonrisa, haciendo que nuevamente Harry se preguntara de donde había salido esa sonrisa, pero en esta ocasión no encontró respuesta ya que su padrino era muy coqueto para sonreír tan tiernamente y Malfoy era demasiado frío para sonreír así.
- Y por ultimo mi nombre es Albus y el es mi gemelo Alexander los dos vamos a Slytherin- dijo sonriendo el moreno para luego alzar a la pelirroja en sus brazos y decir:
-Y esta hermosa de aquí es Lily- la pequeña niña sonrío tan tiernamente que hasta Severus la miro con ternura y recordó a su amiga pelirroja que es muy parecida a esa encantadora niña.
Después de estas presentaciones y de varios desmayos por parte del alumnado el desayuno continuo normal, o lo que se puede decir normal en una escuela de magia y hechicería. Los chicos se dirigieron a sus respectivas mesas acompañados de los más pequeños, que rápidamente corrieron a los brazos de sus papis.
- buenos días Harry- saludaron al unísono James y Orion mientras que se sentaban al lado de este.
Harry sonrío al verlos mientras acomodaba a la pelirroja en su regazo.
-Buenos días, ¿Qué tal su noche?- preguntó el ojiverde.
Los dos jóvenes fruncieron el ceño y Orion dijo:
-Pésima, Lily y Selbyn son insoportables cuando extrañan a nuestros padres-
Harry los miro preocupados un momento, pero al ver que los dos jóvenes solo estaban exagerando decidió ignorarlos y seguir con su desayuno.
Hermione al ver que Harry era muy amigables con los nuevos chicos decidió seguir su ejemplo.
- Hola mi nombre es Hermione Granger y soy amiga de Harry, si tienen alguna duda o algún problema pueden preguntarme y yo tratare de ayudarlos.
Los dos jóvenes sonrieron a la castaña, pensando que ella no había cambiado mucho y seguía siendo muy servicial y amigable.
- Mucho gusto en conocerte, Hermione- dijeron ambos chicos con sonrisas encantadora mientras que la pequeña Lily yacía dormida encima de Harry quien maniobraba para poder seguir desayunando sin molestar a la pelirroja, bajo la atenta mirada de algunos compañeros, amigos y de cierto profesor.
-Ron Weasley- dijo con la boca llena el pelirrojo, cosa que desagrado mucho a los dos jóvenes y a Hermione.
-Por favor Ron, no hables con la boca llena- dijo la castaña suavemente,incluso podría decirse que con miedo, Ron rodó los ojos molesto y rebatió casi gritando:
-Deja de fastidiar sangre sucia y deja de ser una sabelotodo.- la castaña lo miro con los ojos muy abiertos mientras que poco a poco sus ojos se llenaban de lágrimas, se paró torpemente y salió apresurada del gran comedor.
Todos en el gran comedor estaban en silencio, hasta que Draco se levanto y salió en busca de la castaña, y esto ocasionó que Harry despertara de su asombro y mirara con furia a el pelirrojo.
- ¿Que es lo que te sucede, Ron? ¿Porqué la trataste así?- el pelirrojo lo miro un momento antes de seguir comiendo como si nada.
Harry salió furioso del gran comedor en busca de su mejor amiga, sin darse cuenta que todo el comedor estaba viéndolo.
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Estuvo un buen de rato buscando por los pasillos hasta que se encontró con Draco que estaba parado frente a la puerta de un aula, mirando indeciso el lugar.
- ¿Que haces aquí Malfoy?- preguntó curioso, el rubio se sobresalto al ser llamado, pero al ver quien era se relajó un poco.
- Y tu que crees Potter, trato de ver si esta bien Granger- Harry alzo una ceja curioso.
-Y porque te interesaría si esta bien o no, que yo sepa tu la odias-
-Porque mi estupido hijo no paro de insistir hasta que viniera a verla, dijo que ella y yo en un futuro somos muy buenos amigos y dijo que era mi deber consolarla- termino en un suspiro el rubio, recordando su platica con su hijo y los dos gemelos, y su creciente dolor de cabeza pues estos no dejaban de insistir en que fuera por la castaña.
Harry lo miro con duda, preguntándose si en un futuro llegarían a ser tan buenos amigos como sus hijos decían, estaba por preguntarle a Malfoy si estaba bien que ellos empezaran otra vez y tratarán de ser amigos pero un sollozo lo interrumpió y entro precipitadamente al aula seguido de cerca por Malfoy.
El aula estaba oscura y tardaron unos momentos en acostumbrarse, cuando lo hicieron encontraron a Hermione llorando en una esquina del lugar, Harry se acercó y la abrazo torpemente mientras le decía.
-Ya Hermi, no le hagas caso tu sabes que el no sabe lo que dice, no te dejes afectar por eso, no eres una sabelotodo, o bueno si pero no eres odiosa ni estrésante, bien a veces me desespero pero no es tu culpa tu eres perfecta así, por que a pesar de saberlo todo tu...-
-¡Potter cállate, lo estas empeorando!-
Hermione sollozo mas fuerte y Harry la miro asustado, realmente no era bueno con las palabras y era peor cuando alguien estaba llorando. Miro al rubio buscando ayuda y el susodicho suspiro cansadamente, antes de sentarse al lado de la chica y tocarle suavemente, casi con duda, su cabeza mientras la acariciaba.
-Granger no vale la pena llorar por alguien así, tu mas que nadie deberías saber que eso que dice son puras idioteces, así que por favor deja de llorar, porque si no Potter se pondrá todo idiota y empezara a hablar nuevamente, y realmente es pésimo consolando a las personas.- Harry fulmino con la mirada a Draco, pero no le dijo nada porque su castaña amiga levantó su mirada y le dio una suave sonrisa a los dos.
- Nunca creí que tu me consolarías Malfoy- dijo la castaña limpiándose poco a poco las lagrimas.
-Si bueno, no es algo que se ve todos los días, de hecho con esto ya hice mi buena acción de todo el año.- dijo el rubio con desdén.
Harry lo miro unos segundos y dirigió su mirada a su amiga.
-Hermi ¿ya estas bien?- al recibir un asentimiento el moreno continuo- entonces dime porque actuaron así, primero tu le habías suavemente como si le tuvieras miedo, y el te trata tan mal, ¿Qué es lo que paso?-
Hermione lo miro dudosa pero al ver las miradas insistentes de los dos jóvenes, suspiro derrotada.
- Harry, Malfoy primero quiero que me prometan que escucharan todo hasta el final.- Los dos la miraron seriamente para después asentir.
-Bien, ustedes saben que Ron y yo intentamos salir el año pasado, pero no funciono porque el dijo que se enamoro de alguien mas, pues bien nosotros quedamos como amigos y todo estuvo bien en ese momento, pero desde un tiempo para acá a estado muy agresivo conmigo, primero solo fueron sus contestaciones pero después el...- se detuvo unos momentos y tomo aire, tratando de encontrar fuerzas que no sentía para seguir hablando- Un sábado yo me quede a estudiar unos libros y Ron y Harry se fueron al pueblo, bueno ese día el volvió mucho antes que todos y el dijo que quería hablar conmigo, yo lo vi muy ansioso así que lo seguí, me condujo a la sala de menesteres y ahí el me...- Lagrimas nuevas brotaron de sus ojos, y nuevamente trato de encontrar fuerzas para seguir contando.
Draco ya intuía hacia donde iba la conversación y su sangre hervía de rabia, una cosa es que ella no le agradara y la insultara y otra muy diferente era que se llegara a esos límites.
-¿Que Hermi, que te hizo ?- preguntó Harry, se sentía nervioso y temeroso de lo que podría decir su amiga pero aún así la obligo a que le dijera.
Hermione no soporto más y se aferró fuertemente a Harry mientras lloraba.
-El me violo Harry, el lo hizo y no le importo que yo le pidiera que se detuviera, y después me dijo que nunca se lo dijera a nadie o sino mataría a mis padres-
Harry estaba ardiendo en furia y lo único que lo detenía de ir a buscar al pelirrojo era su amiga que seguía aferrada a el, miro a Draco y se dio cuenta que estaba igual de enojado que el, se miraron unos momentos y llegaron a un acuerdo silencioso, ya que sus hijos juraban que eran muy buenos amigos ellos iban a intentar hacerlo, total no se perdía mucho al intentarlo, y sobre todo los dos jóvenes querían estar ahí para la castaña, que quisiera o no los iba a necesitar.
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Pasaron toda la mañana y parte de la tarde en esa aula, consolando a Hermione, volviéndose amigos y planeando como matar a Weasley, hasta que el estomago de Harry gruño sonoramente logrando que los tres salieran del aula en busca de comida, se dirigían al gran comedor en busca del sagrado alimento, cuando se toparon con los chicos del futuro, y Hermione estaba a punto de decir que Anthony se parecía mucho al profesor Riddle, cuando el grito de Selbyn la interrumpió.
- ¡Papá, Orion esta molestándome!- después de decir eso, algo sus brazos para que Draco lo levantara y empezó a llorar. Draco instintivamente lo levanto y lo empezó a calmar, después le dirigió una mirada fulminante a Orion mientras le decía.
-¡Orion Black Malfoy!, vuelves a molestar a tu hermano y te castigare el resto de tu vida- Orion miro asustado a su padre.
-¡Espera que, ¿Dijiste padre?!- Draco miro asustado hacia la persona que había gritado encontrándose con una Hermione mirándolos a todos con los ojos muy abiertos.
-Creo que metimos la pata- El castaño no podría haber dicho mejor.
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