Capítulo 3
Haruhi
Han pasado unas semanas desde que ella llegó. Tsubaki me contó que nuestra madre le prohibió venir al funeral de papá… no sabe por qué. De todas formas me alegra saber que tuvo la intención de venir, la juzgué mal.
- Lo siento mucho Tsubaki.
- ¿Por qué?
- No te traté como debía. Además tienes razón… no cumplí mi promesa.
- Eso ya no importa, porque estamos juntas.
Sonrió. Su sonrisa es hermosa y llena de alegría, hace mucho que no veía esa sonrisa. Ha crecido mucho, la única diferencia que tiene conmigo es que ella tiene el cabello corto hasta la mitad del cuello. Si nos compararán, ella sería el ángel por su actitud y apariencia inocente, en cambio… yo sería el ángel caído.
- ¿Qué pasa Haruhi?
- ¿Eh? Nada, sólo pensaba.
- Deja de mirar el pasado hermana. Vive el presente.
- Es más fácil decirlo que hacerlo.
- No digas eso.
- Tsubaki…no insistas.
La miro a los ojos, ella se acerca, me toma del mentón y me besa. Me sorprendo pero por alguna inexplicable razón, no me aparto. Sino todo lo contrario, me acerco hasta que la distancia entre nosotras es inexistente, la agarro de la cintura y la atraigo hacia mí. No quiero que me suelte, no quiero que esto termine. Esta sensación ¿qué es? El roce de su lengua con la mía es tan dulce, cuando nuestros labios se tocan es exquisito… ¿Qué me pasa? ¿Qué es esto?
Nos movemos al comedor y ella me acorrala en el sillón, me quita la camisa del uniforme y comienza a pasar sus hábiles manos por todo mi pecho y abdomen. La aferro más a mí, no quiero parar y no quiero que ella tampoco lo haga. Nuestras respiraciones se vuelven agitadas y apresuradas…
- Eres hermosa Haru-nee san.
Me separo de ella, entonces caigo en la cuenta de lo que acaba de pasar… BESÉ A MI HERMANA.
Ella no parece sorprenderse, sólo sonríe. ¿No se da cuenta de lo que acabamos de hacer?
Me levanto del sillón, me pongo la camisa lo más rápido que puedo, subo a mi cuarto y me meto en las sábanas deseando que todo hubiese sido un sueño. Al poco rato se escucha su paso apresurado, entra y cierra tras de sí la puerta.
- Haruhi… oye. – Comienza a sacudirme el brazo. – ¿Qué te pasa?
- ¿No te das cuenta de lo que pasó?
- Sí… ¿Qué tiene?
- ¿Cómo qué tiene? ¡Somos hermanas!
- No puedes guiarte sólo por eso. ¿Qué tiene de malo?
- No lo entiendes. Vete.
Al día siguiente me levanto de mal humor, ninguna habla con la otra. Ambas estamos enojadas. Cada una se prepara su propio desayuno. Y salimos hacia la escuela.
Apenas llegamos comienzan a rodearla un montón de personas… la dejo en ese mar de gente y me dirijo hacia el aula. Allí, Hikari me saluda pero yo no le respondo, estoy demasiado frustrada como para ser amable, ella lo entiende y se sienta a mi derecha.
Mi hermana llega justo a la clase y se sienta a mi izquierda. La ignoro, leo mis apuntes y presto atención en a la explicación del profesor.
- Haruhi-san, por favor lea el siguiente fragmento y tradúzcalo.
- Hi, sensei. “Once you lose something, you never get it back”. Una vez que pierdes algo, nunca lo recuperarás.
- Gracias Haruhi-san.
Al terminar las actividades del Consejo Estudiantil, parto mi camino hacia la salida. Entonces veo a Tsubaki hablando con Higurashi-kun, un compañero de clase, guapo, alto, pelinegro de ojos azules como el cielo. Decido no meterme y seguir caminando.
- Por favor, ten una cita conmigo Tsubaki-san.
Me siento apenada por él, es muy guapo pero no es su tipo.
- Claro Ryouma-kun. Me encantaría.
Paro de caminar, siento una opresión en el pecho. Duele. ¿Qué es esto? ¿Ryouma-kun? ¿Desde cuándo son tan cercanos? ¿Are? ¿Por qué me molesta? No es asunto mío.
- Oh, Hattori-san.
Volteo, al parecer me vieron. La cara de Higurashi-kun se torna roja.
- ¿Qué pasa?
- N-nada. Sólo quería saber si… etto…
- ¿Si escuché la conversación? Pues sí, no era mi intención. Pero en vez de andar coqueteando con mi hermana mejor ponte a estudiar.
- Nee- chan! No seas grosera.
- No me digas “nee-chan” como si fuéramos muy cercanas porque no lo somos.
Los tres permanecemos en silencio, comienzo a caminar. Tsubaki se despide y me sigue.
- ¿Cuál es tu problema? Es sólo una cita.
- Cállate Tsubaki.
- No, explícamelo.
- No insistas.
- Sólo quiero saber qué es lo que te molesta de que salga con un chico y además…
- CÁLLATE DE UNA BUENA VEZ TSUBAKI.
¿Por qué reacciono así? ¿Qué me pasa?
- Iré a casa de Nanami-san.
- AH… MOI! HARUHI NO BAKA!