-¿Cómo que sois novios?¿Y eso por qué?
-¿Cómo que por qué?
Law veía aquella escena en silencio. Ace estaba bastante sorprendido y no entendía nada.
-Bueno...Sabo y tú me dijisteis que ella sentía algo por mí. Además, ella es muy guapa y simpática.
-Lo de guapa no te lo discuto pero lo de simpática...creo que sólo contigo.
-Como sea, ella me agrada y creo que lo nuestro podría funcionar. Como hermano deberías apoyarme.
-No, si yo te apoyo pero...
Ace miró de reojo a Law. Este último lucía su ceño fruncido como la mayoría de las veces y puede que su imaginación le estuviese jugando una mala pasada pero le parecía que éste lo tuviese un poco más fruncido. Tal vez su hermanito no le era tan indiferente como aparentaba.
-¿Pero?
-Nada, nada. Suerte en tu relación.
-Gracias.
Luffy sonrió. Vio cómo Law se levantaba de donde estaba y se dirigió a la cocina. Trafalgar cogió un vaso dispuesto a llenarlo de fresca agua pero Luffy gritando desde su sala de estar lo frenó.
-Ey, Law. ¿No piensas también que Hancock es hermosa?
El vaso elegido estaba siendo sometido a una fuerza superior a la que podía aguantar.
-Si tú lo dices...
-Podríamos quedar alguna vez. Una cita de parejas múltiples. Sería divertido: tú y tu novia, Ace ,Ah pero no tiene novia...yo y Hancock...¡Oh, Kid también!
PUM
Ace corrió hasta la cocina. Luffy siguió a su hermano mayor con un paso más lento ayudado de sus muletas. En el suelo estaba el vaso a reducidos pequeños cristales.
-¿Se puede saber qué ha pasado, Trafalgar?
-Se me ha resbalado el vaso.
-Ya, claro.
-Oye, Law. ¿ Estás bien? Estás sangrando mucho.
-¿Mnn?
Ni Law ni Ace se habían percatado que aquella mano tatuada, que hace un momento sujetaba el vaso, estaba sangrando sin parar.
-Genial -exclamó Ace con notoria ironía -¿Y me puedes explicar cómo rayos te cortas las puta mano si el vaso se ha caído al suelo? -Ace sonrió divertido y con malicia - ¿Acaso te molesta algo?
-Ahora mismo, tú me molestas.
-No discutáis -Luffy intervino -Lo primero será curarte la herida.¿ Dónde está tu botiquín?
-...-
Luffy miraba a Law esperando la respuesta. Law desvió la mirada, por alguna razón se puso nerviosos y tuvo la necesidad de mirar el suelo.
-Eh, que es para hoy.¿ Dónde está? -Volvió a preguntar Ace
-Yo...no tengo.
-¿Qué? Eres doctor, ¿y no tienes un maldito botiquín en tu propia casa?
-Suelo tener cuidado y nunca pensé que sería necesario.
-Serás imbécil. Ahora vengo, iré a la farmacia. Me llevo tus llaves.
Después de la partida de Ace, la cocina estaba en silencio. Law abrió el grifo y metió la mano bajo el agua que se llevaba la sangre con ella.
-¿No será mejor ir al hospital?
-No es necesario. Por suerte ningún cristal se ha incrustado, es apenas un corte.
“Menos mal solté el vaso enseguida”
-Aaa ,menos mal no es tan grave. Deberías tener más cuidado.
-Voy a limpiar este desastre. Será mejor que te vayas de aquí no vaya ser que termines cortándote también.
-¿Cómo pretendes hacerlo con la mano cortada? Lo haré yo.
-¿Y tú cómo pretendes hacerlo si vas con muletas? -dijo Law un poco irritado. Luffy siempre será Luffy recuerde o no recuerde.
-Es cierto...Pues que lo limpie Ace cuando regrese. Venga, vámonos.
Law siguió al chiquillo. Tenía la vista centrada en la nuca pero poco a poco iba bajando hasta detenerse en un lugar específico: su trasero.
Antes de tomar asiento, la puerta comenzó a abrirse llamando la atención de Luffy que paró en seco.
-Ya estoy aquí~ ¿Qué estás mirando ,Trafalgar?
Law estaba concentrado mirando que no se había percatado de la llegada de Portgas D Ace. Levantó un poco el pie derecho.
-Mi pie obviamente¿Qué otra cosa podría estar mirando?
-¿Y por qué mirabas tu pie?
-Ya vale ¿no? Hoy estás muy preguntón.
-Disculpa por preocuparme por ti. Pensé que tal vez te cortaste el pie o algo.
-...-
Law se giró. Pero qué cojones hacía mirando el trasero de ese mocoso. Su cara ardía y no porque tuviera fiebre.
-Law, espera, tu mano. Ace, ve a recoger los cristales, yo curaré a Law.
-Vale.
Luffy y Law se sentaron en las sillas del comedor. El pequeño tomó la mano herida y mientras con un algodón limpiaba la sangre ,que había comenzado a salir otra vez, tarareaba una canción. Law tragó fuerte, de cierta manera se sentía inquieto. Las manos de Luffy se sentían suaves y cuando éste acabó, Law deseó tener más heridas.
-Ya está-
-Gracias-
-Yo también he acabado -Ace apareció otra vez -Luffy, ya es hora de irnos.
-Está bien.
-Gracias por todo, Trafalgar. Cuida de tu mano. Nos vemos.
-Hasta pronto.
Los hermanos se fueron y la casa volvió a quedar en silencio. Law miraba su mano vendada recordando la calidez de aquel contacto. Nunca antes había sentido eso al tocar a otra persona. Mentira, cuando recibió los onigiris aquella ocasión, también lo sintió.
Ambas veces relacionadas con él.
…..........
….........
Pasaron dos semanas desde la visita de los hermanos. En ese momento a Luffy le estaban quitando la escayola y Law fue el encargado de ello. El chiquillo estaba más que contento, ahora sí que sería totalmente libre. En ese momento lucía una brillante sonrisa que fue la causa de un aligera curvatura ascendente de los labios del ojeroso y Ace se percató de ello.
-Pareces contento ,Trafalgar.
-Cállate.
-Más borde y no naces.
-No recuerdo que nadie te haya preguntado nada.
-Cambia de actitud o si no él no se fijará en ti.
-¿Perdona?- Law creyó haber escuchado mal.
-¿Qué? Yo no he dicho nada.
-Repite lo que has dicho.
-No, me dijiste que me callara y eso es lo que voy a hacer.
Ace comenzó a silbar ignorando al doctor cuya vena frontal estaba más que hinchada.
-Venga, Ace. Hancock me está esperando, íbamos a ir al cine.
-Ahora, pesado. Gracias por todo, Trafalgar. Por cierto, tus nudillos están blancos. Adiós.
.
..
…
Habían comprado dos entradas para ver una película de terror propuesta por Hancock. Esa sería la oportunidad perfecta para estar abrazada a su amado Luffy y eso le hubiese funcionado sin ningún problema pero sí que había un ligero problema, y es que Luffy no paraba de comer palomitas, palomitas que eran un obstáculo. Pero la verdad es que no le importó nada y cuando era el momento de una escena de susto, Hancock saltó y se aferró al brazo de Luffy haciendo que casi se caigan las palomitas.
-Umnn, casi caen al suelo. Ten más cuidado la próxima vez.
-Lo siento – dijo cabizbaja, lo había enfadado.
-Venga, no pasa nada. Continuemos viendo la peli.
-Vale.
Dos filas más arriba de ellos estaba un pelirrojo con unas gafas negras que parecía estar más atento a la parejita que tenía delante que a la película.
-Qué tipo más raro. Mira que llevar gafas de sol en una sala de cine...
-¡Tú a lo tuyo!
-¡Sshh! - dijeron varias personas ya que había levantado la voz.
“Maldita perra” pensó el pelirrojo
La protagonista de la película salió corriendo de su casa. Era una noche de tormenta. La atropellaron.
Luffy sintió una dolorosa punzada en su cabeza haciendo que llevara su mano libre a la cabeza.
-Luffy, ¿estás bien?.
-Me...me duele un poco la cabeza -dijo entre jadeos -No es nada. Ya me encuentro mejor.
Eso dejó un poco preocupada a Hancock.
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-Me aburro demasiado.
-¿Por qué no te buscas un hobby? Algo que te guste y tal.
-¿Como cuál? ?¿Quieres que te recuerde que no recuerdo nada de mí y no estoy muy seguro de lo que me gusta y de lo que no?
-Podrías dibujar...Ay no, eso se te daba fatal. No creo que puedas incorporarte a la Universidad por el momento y si no recuperas tu memoria a tiempo podrías repetir el año- continuó doblando sábanas y se detuvo después de repetir en su cabeza las palabras de su hermano -Entonces, estás diciendo que no sabes si realmente te gusta Hancock.
-¿Pero qué?- Luffy no sabía qué decir -¡No me refería a eso! - Luffy se puso un poco rojo, lo que Ace dijo, si se piensa con calma, puede tener su lógica. Aún así... -A mí sí me gusta.
Se miraban a los ojos. Ace estaba serio al igual que Luffy pero sus ojos delataban que no estaba seguro al 100% de su respuesta. Pero prefirió dejar el tema a un lado y no confundirlo. Le tiró una funda de almohada a la cara.
-Si no sabes qué hacer, ayúdame a doblar todo esto.
EL menor no dijo nada y comenzó a doblar. No volvieron a hablar hasta la hora de la comida.
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Lo odia. No le gustaba tener que hacerlo. ¿Tan difícil era tener que hacer la compra? Para Trafalgar sí. Esa era la desventaja de vivir solo. Cuando vivía con Corazón, él sólo cocinaba ya que el otro es el que hacía la compra y aunque fuese él el cocinero, seguía sin saber qué tenía que comprar exactamente. Y por eso cogía cualquier cosa y lo metía en el carrito de la compra, ya después se las apañaría en casa a la hora de cocinar.
Estaba en la sección de carnes en ese momento.
-¡Law!
Se volteó. La persona que lo llamó se acercaba a él. Desde hace un par de días que no lo veía ,tal vez dos pero en un principio pensó que era una semana.
-¿Haciendo la compra? - echó un vistazo al carrito -No sabía que te gustase el umeboshi.
Y no le gustaba, ¿Es que no se había dado cuenta de aquello que había en su carrito?
-No me gusta -lo sacó del carro
-Chocolatinas, galletas, champú para pelo largo y liso, chirivías,¿ mermelada de tomate y crema depilatoria?
Law decidió mirar en la misma dirección que el chiquillo. ¿¡Qué rayos iba a comprar!? Fue dejando las cosas en estantes a los que no pertenecían quedándose sin nada. ¿Tan despistado iba?
-No...no se me da bien hacer la compra.
-¿Enserio? Yo te ayudo.
Luffy y Law paseaban por los pasillo del supermercado viendo los productos y eligiendo el que debería ser comprado. Luffy cogió una bolsa de patatas que es a por lo que fue y la puso en el carro llevado por Law, le dijo que después lo pagaría. El carro estaba lleno y decidieron que ya era suficiente. Cogieron un poco de todo por si acaso. Law pagó todo, incluso la bolsa de patatas que Luffy quería. Los dos iban cargados con las bolsas en dirección a casa de Law.
-No tenías que haberte molestado en pagar lo mío. Te lo devolveré.
-No hace falta. Es para agradecerte lo de hoy. De todas maneras, ¿Cómo sabías qué se tenía que comprar?
-Aaaa. Ace siempre me manda a hacer la compra aunque él me da la lista, no sabe que ya sé qué es lo que tengo que comprar. No confía en mí -hizo un puchero
“Es como un niño” pensó Law
-¿Ace me ha mandado a comprar?- inclinó un poco su cabeza - No recuerdo eso....
“Habrá recordado algo”
Ya estaban en el portal de la finca. Law cogió todas las bolsas. Luffy pensó que debía tener mucha fuerza para poder con todo. Law le dio una bolsa en la que estaban sus patatas y muchas más cosas.
-Gracias por todo.
-Law, ¿y esto?
-Quédatelo, no necesito tantas cosas. Adiós.
Luffy sonrió y regresó a su casa.
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Pronto serían las vacaciones de verano. Los demás estarían libres. Ya no se aburriría tanto y menos ese fin de semana. Habían decidido pasar el finde en una caseta que alquilaron al lado de la playa y que era lo suficientemente grande como para que cupiesen 15 personas o incluso más. Luffy estaba más que contento. En ese momento estaba empacando las cosas necesarias para esa pequeña escapada.
-Luffy -lo llamaba Ace entrando a su habitación -¿Ya tienes listo todo?
-Casi.
-¿Al final viene Hancock?
-Sí.
-Venga, es hora de dormir. Mañana tendremos que salir temprano.
-Vale.
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Ace había ido a despertarlo. Primero dio unos golpecitos en la puerta y lo llamó por su nombre mas no obtuvo respuesta, después, los golpes iban ganando intensidad pero el resultado era el mismo.
-¡LUFFY! DESPIERTA DE UNA VEZ.
-WUAAAA – creía que le daría un infarto y aún con los ojos cerrados y sentado sobre la cama -Ya, ya estoy despierto- abrió los ojos lentamente -Ace, maldito. Me has asustado -agitaba el puño.
-El desayuno está listo.
Después de ir a la ducha, vestirse y desayunar, ambos hermanos estaban cerrando con llave la puerta principal del domicilio ya que habían quedado todos en reunirse en un parque. Franky conduciría un mini autobús el cual los transportaría a todos hasta aquella villa.
-Nos vemos allí -dijo Luffy
-No tardes. Si necesitas refuerzo, llámame -rió
-Jajaja. Adiós.
Luffy iba corriendo en dirección a su casa. Tal vez estaría durmiendo o no porque con esas ojeras que tenía no parecía que fuese una persona que duerme mucho. Todos estaban de acuerdo con invitarlo total, había sitio de sobra y cuantas más personas mejor.
Ding Dong
Luffy llamó al timbre de su casa pero no recibía respuesta. Se acercó a la mirilla a ver si veía algo pero nada y no le quedaba mucho tiempo así que empezó a aporrear la puerta.
-¡Ya voy maldita sea! ¿Qué cojones quieres? -dijo abriendo la puerta
Law iba sin camiseta, sólo con unas bermudas. Tenía gotas de agua en su cara, seguro acababa de lavársela. Su ceño estaba muy fruncido, estaba molesto.
-Buenos días.
Luffy entró sin permiso y comenzó a moverse como Pedro por su casa.
-Aquí está – entró a la habitación de Law quien lo había estado siguiendo.
-¿Qué estás haciendo?
Luffy abrió el armario.
-Esto sí...Esto te dará mucho calor...-
-¡Oye!No saques mi ropa – Law lo cogió de la muñeca para detenerlo. Sus miradas se cruzaron y se mantuvieron un rato hasta que el ojigris la apartó -¿A qué has venido?
-Vamos a pasar todos el fin de semana en la playa. Tu también por supuesto. Saca algo para meter tu ropa. Rápido que no tenemos mucho tiempo.
.¿Y quién ha dicho que yo voy a ir?
Luffy abrió el cajón donde Law guardaba su ropa interior y sacó sus bóxers.
-Esto será suficiente.
-Suelta eso.
-¿Donde tienes tu bañador? -Luffy seguía rebuscando en ese cajón a ver si encontraba lo que estaba buscando.
Law cerró el cajón casi pillándole los dedos a Luffy quien hizo un puchero. Estaba detrás de Luffy, Luffy entre el cajón y Law. El pequeño se giró quedando cara a cara con el ojeroso.
-No voy a ir.
-Yo creo que sí -dijo sonriendo de lado
-He dicho que no.
-Y yo que sí.
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-¿Ya estamos todos? -preguntó Franky desde fuera una vez había acabado de guardar todos los equipajes.
-Sí, vamos ya -dijo Usopp sentándose al lado de Chopper.
Law estaba sentado atrás del todo, solo. Aún no entendía cómo había acabado allí.
“Vas a venir sí o sí y no hay más que hablar. Y ayúdame a guardar todo esto”
Esas palabras resonaron en su cabeza una vez más. Le habían dado no una, sino dos órdenes y él acabó por hacer lo que le dijeron. Eso no podía ser cierto.
Delante de él estaban Luffy y Hancok, genial.
Ace se acercó a él y se sentó a su lado aunque simplemente lo ignoró.
-No pongas esa cara, nos vas a amargar a todos el viaje.
El conductor encendió la radio y el motor. El mini autobús comenzó a moverse. Salieron de la ciudad.
Se dirigían hacia una nueva aventura.