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Recuérdame por onepiecelove

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Notas del capitulo:

Hoooola, aquí estoy de vuelta y os traigo la continuación. 

One piece le pertenece al gran Eiichiro Oda.

Ya llevaban una hora de viaje y ya era hora de detenerse y estirar un poco las piernas. Sanji había preparado onigiris para comer durante el descanso por lo que en ese momento los estaban comiendo. Nami y Chopper tenían un poco de sueño, Zoro y Sanji estaban un poco apartados del grupo, el peliverde sujetaba al rubio por la cadera quien reía. Franky, Robin,Usopp, Brook y Ace formaron un corro y hablaban a la vez que comían. Luffy y Hancock estaban dando un paseo cogidos de la mano. Y por último estaba Law apoyado en el mini autobús un poco irritado aunque no estaba seguro del por qué: puede que sea por el hecho de que cierta persona lo sacó de su cama , puede que sea porque no le gustaba mucho la playa o porque esa mujer se encontraba allí, sinceramente, no la soportaba.

Y otra vez maldijo la hora en que decidió levantarse de la cama y abrir la puerta, un par de minutos más y se hubiese ido o simplemente podría haberlo echado de su casa. Pudo haberlo echado de su casa como la vez anterior. Menos mal que no se le pasó por la cabeza esa opción porque estaba completamente seguro de que lo habría hecho inconscientemente como también estaba seguro que después de lo ocurrido se sentiría como una mierda. Sería una verdadera escoria si lo hubiese hecho.

Puede que por ese motivo hubiese accedido a la petición-mandato del hermano de Ace, para intentar compensar sus actos anteriores. Como si eso fuera posible, menudo imbécil. Hacer lo que Luffy quería no iba a reparar los daños, eso la sabía. Hay que ver cómo es la culpabilidad que uno siente.

Continuaron con su viaje, ya sólo quedaba una hora para llegar. Durante el trayecto restante Law miraba por la ventana ignorando a la acaramelada parejita que tenía delante aunque por un momento le pareció que era una relación unilateral y como Ace se había dormido y roncaba a más no poder, era lo único que podía hacer.

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Llegaron por fin. Tenía que admitir que en aquel lugar se respiraba paz. Llenó sus plumones de aquel limpio aire y lo soltó lentamente. Delante suyo había una enorme casa de verano y detrás de ésta se encontraba la playa. Él ayudó a descargar las maletas mientras la casa era abierta junto con sus ventanas y puertas para ventilarla.

Se dividieron en dos grupos: los que se encargan de limpiar y condicionar la caseta y los que se encargan de comprar lo necesario para el fin de semana. Trafalgar D Water Law se cagó en su suerte, le había tocado ir de compras.

Zoro, Sanji, Usopp, Brook, Luffy y Law formaban el segundo grupo y el resto el primero. Obviamente Hancock protestó ya que quería pasar tiempo con su amado y los demás no tuvieron problemas en que vaya pero Luffy quien sabe qué le dijo para que accediese a quedarse.

Y su grupo se subdividió en tres: Zoro y Sanji, Usopp y Brook, Law y Luffy. Se alegró de que le tocara con él. Después de todo no se llevaba tan bien con los demás, ese es el por qué de su alegría. Sólo eso, no por ninguna otra cosa.

Eso es lo que se decía a sí mismo.

Les dieron una lista y partieron cada dúo por lugares distintos.

-Oye, Law. ¿Tomamos algo antes de comprar?

-Como quieras.

En ese momento le apetecía una cerveza, una muy fría. Vieron un bar – el único que vieron por ahora – se sentaron y fueron atendidos por una joven muy amable. La camarera regresó con una cerveza y una coca cola, dejó el pedido en la mesa y se fue.

Tenía curiosidad por lo que le dijo el pequeño monito a su novia pero tampoco se atrevía a preguntar. Después de todo, ¿quién era él para entrometerse en la vida del otro? ¿Qué excusa tenía para preguntar sobre cosas que no eran asunto suyo? Mas bien ¿qué le importaba lo que pasara o dejara de pasar con esa pareja? ¿Por qué se come tanto el coco últimamente? Pero si lo piensa con detenimiento, él fue el primero en entrometerse en su vida y no se cortaba ni un pelo en preguntar lo que quería, no era considerado la verdad. Y ahora que lo pensaba, él dijo que eran amigos. Los amigas pueden hacer esa clase de preguntas, ¿no? No estaba seguro puesto que muchos amigos no ha tenido y analizando su caso, se dio cuenta de que era un mal amigo porque no se interesaba mucho por el otro. Qué coño, ¿a qué viene eso ahora?

"Deja de pensar tanto" se decía a sí mismo con ambas manos en la cabeza.

Luffy lo miraba extrañado, Law nunca se había comportado de esa manera. Y lo que su amigo estaba haciendo le dio un poco de ¿vergüenza ajena? Miro a ambos lados, no había nadie. Suspiró.

-Law, ¿te pasa algo?

-¿Eh? A mí nada.

-¿Enserio? -miró al otro con cara de "no me lo creo y lo sabes" -Si hay algo que te preocupe, sabes que puedes contármelo.

-Ya. No era nada importante, sólo... Sólo recordé que tenía que pagar el agua y la luz hoy que era la fecha límite pero me raptaron y ahora no puedo – mentira, tenía hasta el martes de la semana que viene de plazo.

-Oh vaya, lo siento jajaja.

-Por cierto – ahí iba -¿Qué fue lo que le dijiste para que accediese a quedarse?

-¿A quién? ¿A Hancock?

-Era la única que no quería quedarse.

-Tienes razón – Luffy se sonrojó un poco y miró sus manos que estaban debajo de la mesa -Le dije que me haría ilusión llegar a casa y ser recibido por ella como si fuésemos marido y mujer.

-Ya veo.

Y otra vez apareció esa inexplicable irritación. Sí, posiblemente sea eso, hablar de esa mujer le revolvía las tripas. Creyó que nadie le había caído tan mal como para que nada más oír de esa persona, se sintiera enfermo. Bueno sí, estaba el idiota hijo de puta pelirrojo pero mejor ni acordarse de él.

-Pero la verdad...- Luffy llamó su atención otra vez y lo miró a los ojos. Luffy estaba serio -¿ Puedo confiar en ti, no?

Law asintió.

-La verdad es que no lo dije porque en realidad pensase eso – Luffy bebió un poco de coca cola -Yo no... No me apetecía...Argh no. A ver, ella me gusta, mucho .Pero no sé, siento como que necesitamos un poco de espacio. Era como que quería perderla de vista por un momento.

Law lo entendía, lo entendía perfectamente. Esa mujer podría ser el agobio personificado y era verdad que siempre estaban juntos. Si eso le molestaba a él, ¿cómo no iba a molestarle al propio novio?

¿Era molestia lo que sentía? Bah, da igual.

-¿Has intentado explicárselo? -dijo Law

-No...Quiero pero tengo miedo ano expresarme bien y hacerle daño a ella.

-Te recomiendo que se lo digas cuanto antes, después las cosas pueden empeorar.

-Tienes razón – Luffy le dedicó una sonrisa tan brillante como el sol ese día, aquel que cegaba a cualquiera que intentase mirarlo fijamente -Gracias, me ha hecho bien hablar contigo. ¿Vamos ya a comprar?

-Sí, se nos ha hecho un poco tarde.

Al igual que la vez pasada, fueron a comprar: Law arrastraba el carrito y Luffy lo guiaba por los pasillos de aquel supermercado que no creían fuera grande. Les tocaba comprar cosas como galletas, bebida, y demás. De las cosa frescas se encargaban Zoro y Sanji, y Usopp y Brook de las cosas necesarias para la hoguera de esa noche. No tardaron mucho porque el trabajo estaba dividido. A Law le había gustado la experiencia y a Luffy también.

Cuando llegaron a casa, Hancock les esperaba fuera con un gesto de preocupación.

-¡Luffy! -se acercó -Tardaste demasiado, estaba muy preocupada.

-Lo siento, estábamos tomando algo y se nos pasó la hora. Voy a dejar esto dentro.

Luffy se adelantó primero y Law lo siguió y ayudaría a guardar las cosas, y habría hecho todo eso de no ser por el brazo de la pelinegro que le cortó el paso. Hancock miró desafiante a Law.

-Sé lo que pretendes.

-¿Qué se supone que pretendo?

-No te hagas el imbécil. Sé que estás detrás de Luffy, te gusta y por eso intentas arrebatármelo pero ni creas que te dejaré. Yo soy la persona que más ama a Luffy y soy la única capaz de hacerlo feliz. Él ya estuvo enamorado de ti, ¿lo sabías? Y yo no me entrometí, lo acepté pero Luffy sufrió porque tú no le correspondiste y ahora que lo ha olvidado todo y siente algo más que simple cariño por mí, justo ahora te da por enamorarte de él -lo señaló, era el gesto de superioridad -No dejaré que sufra otra vez, sólo le causarás dolor. Aunque me duela que Luffy no recuerde nada, olvidarse de ti fue lo mejor que le pudo pasar.

La mujer se fue dejándolo sólo, tal y como a él le gustaba. Pero no le gustaba sentirse como la mierda. Ella tenía razón, que Luffy se olvidase de su amor por él era lo mejor pero lo que nunca tuvo en cuenta es que el otro estuviera sufriendo, nunca mostró signos de sufrimiento. Pero había algo de todo lo que dijo que se equivocó: NO se estaba enamorando de Luffy, sólo era culpabilidad o tal vez lo estaba considerando un buen amigo, seguro era eso. Estaba seguro que no se trataba de romance, ¿verdad?

Entró a la casa y las dejó en la mesa. Se encontró a Ace en el camino y le preguntó cuál era su habitación. Ace lo condujo. Su habitación era grande y muy luminosa, mucho para su gusto pero según le pe dijo el pecoso, todas eran así. En el centro de la habitación estaba una gran cama vestida de un blanco muy puro. Un armario, un escritorio y una silla de juncos decoraban el cuarto.

-Esa puerta de ahí es la entraba al baño, cada uno tiene el suyo propio. Esta casa es increíble, ¿no crees?

-Si...Oye, no me encuentro muy bien.

-Vale, te dejo. ¿No necesitas nada?

-No, dormiré un poco y seguro se me pasa.

-Vale, mejórate.

Su amigo se fue cerrando la puerta sin hacer ruido. Guardó su ropa en el armario y se tiró sobre la mullida cama. Una fresca brisa entraba por el balcón actuando como un somnífero que lo adormecía poco a poco hasta quedar completamente dormido.

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-Hancock, ¿puedo hablar contigo?

-Sí, Luffy.

Monkey D Luffy fue a la habitación de Hancock con la esperanza de encontrarla allí y no fue en vano haber ido desde un principio. No le hizo falta llamar a la puerta puesto que ésta estaba abierta y la ocupante del cuarto estaba mirándose al espejo. Iba a hablar con ella. Le explicó cómo se sentí y cómo le gustaría que fuese su relación para que ésta pudiese seguir adelante. Buscó las palabras adecuadas y en ningún momento soltó las manos de la chica.

-Entiendo. Si es lo mejor para nuestra relación, haré lo posible para no echarla a perder – le dijo con una sonrisa

-Gracias por entenderme -la abrazó y le dio un beso en la mejilla -Soy tan afortunado shishishi.

Luffy se fue dejándola en la cama sentada. Se levantó y cerró la puerta. Apoyó su espalda contra la puerta y se dejó caer lentamente hasta sentarse en el suelo. Sus hermanas menores le dijeron que deje al chiquillo un poco de espacio y tiempo para él y ella pasó de las advertencias. No habían cortado con ella pero no le gustaba la idea de que Luffy se haya quejado. Recordó la feliz cara que lucía cuando venía con las compras y con Trafalgar. Ella estaba decidida a ser la causa de esa felicidad. Cambió su cara y salió de la habitación.

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-Pensé que estarías durmiendo o perdido en alguna parte -bromeó Sanji mientras movía con una cuchara de palo el contenido de una olla que debía ser la comida

-Prefería verte.

-Idiota -esbozó una sonrisa -Deja de mirarme, me estás poniendo nervioso.

-Aguántate.

-Bueno, te quedarás sin sake entonces.

-Voy a echar un ojo a los alrededores. Nos vemos cejillas.

-Si te pierdes pregunta a alguien, marimo.

-No me trates como a un niño.

-Mejor no te vayas. La comida no tardará en estar lista y si te pierdes, a saber a qué hora te encontramos. Ve y échate una siesta en el sillón que está ahí.

-Tch

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Law

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Law

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Law

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-Law, despierta

Abrió los ojos de golpe. Le dolía la cabeza, tal vez sea porque haya dormido un poco más de la cuenta. Miró por el balcón y fuera estaba todo negro. Maldición, había dormido demasiado. Volvió a girar la vista encontrándose con su despertador humano: Luffy.

-Venga, vamos es hora de cenar.

-¿Qué..qué ha pasado?

-Cuando llegamos te dormiste, Ace intentó despertarte a la hora de la comida pero no pudo y por las ojeras que tienes, te dejamos dormir toda la tarde pero es hora de cenar y no has comido nada desde que llegamos, así que vamos.

-Espera, voy a lavarme la cara.

También tenía ganas de orinar, se desabrochó los pantalones y metió su mano dentro de sus bóxers pero se percató que el otro estaba en la puerta mirando. No quería hacerlo delante de él y no sabía por qué.

-¿Te importa?

-Adelante.

Pero el muy maldito no se movió. Bah, qué mas daba, respiró hondo y empezó a vaciar su vejiga. Trafalgar tres segundo después se colocó de manera que le daba la espalda. Así no vería nada pero si lo pensaba bien, el otro ya había visto todo aunque él no lo sabe o mejor dicho, no se acuerda.

-Yo voy bajando ya.

"A buenas horas te vas" pensó cabreado el ojigris.

Se lavó las manos, después la cara, se secó con la toalla que tenía al lado y se fue.

-¡Hombre! Por fin llegas. Nos tenías muertos del hambre -exclamó Ace

-¿Y Luffy? -preguntó hancock

-Me dijo que iba a bajar antes que yo -contestó sentándose en la única silla libre al lado del narizotas y de la pelinaranja

-Estará buscando algo, ahora vendrá -comentó Robin

-¡LUFFY! -gritaron Usopp y Chopper

-¡Estoy bajan- Wuaaah! -

Luffy se había tropezado y rodó por las escaleras.

-¡Luffy! -Hancock se levantó y se acercó al pelinegro que estaba sentado en el suelo con una mano en la cabeza

-Estoy bien.

-¿Te has golpeado la cabeza? -peguntó Ace que estaba de cuclillas en frente de él

-Sí.

-Tienes la cara mojada -le dijo Hancock

-Ah, sí, es que...

Law se puso delante de él apartando a Ace y con ambas manos cogió la cara del menor, lo miró a los ojos y movió su cabeza de un lado al otro con cuidado.

-Parece que no tienes nada...Pero tienes la cara un poco roja -le puso la mano en la frente -No parece ser fiebre...

-Seguro es la vergüenza por haberse caído tan ridículamente – bromeó Ace

-Sí, al igual que esa vez cuando te cambiaste de ropa y calzoncillos tan rápido que se te quedaron en el talón de las zapatillas y saliste así a la calle o como cuando con 14 años intentaste hacer una maniobra con la bici para impresionar a una chica y te caíste de morros o cuando-

-¡Para el carro! ¿Cómo sabes eso? Yo no te lo he contado. ¿Fue Sabo? Lo voy a matar.

-¿Eh? No, no me lo ha contado. Simplemente lo sé a no ser que me lo haya imaginado.

-O que con el golpe lo hayas recordado -intervino el moreno de ojos grises

-Será eso ¡Qué bien! -dijo alegre Luffy

-¿Por qué recuerdas eso?¿ No pudiste recordar otras cosas u olvidarte de mis vergüenzas para siempre?

-Ja, te jodes -le sacó la lengua

-Nos alegramos por ti, Luffy pero la comida se enfría -dijo Franky

-COMIDA, COMIDA.

Y como no había ayudado mucho, y como durmió durante todo el día prácticamente,, le tocó fregar los platos con Brook. Después de eso se reunieron con los demás en la sala principal y jugaron con las cartas y escucharon música hasta la madrugada. Todos se habían ido a dormir ya y él era el único que estaba despierto y no tenía sueño para nada, claro ¿cómo iba a tenerlo? Decidió que era la hora perfecta para dar un paseo. Salió de la caseta y lo primero que vio fueron luciérnagas y escuchaba el cantar de las cigarras, era verano definitivamente. Miró la luna llena y las estrellas, la única luz natural con la que

contaba en ese momento. Hacía un poco de fresco pero era aguantable.

Oh, mierda.

Se le había olvidado por completo que Corazón iba a quedarse en su casa ese fin de semana. Miró su móvil y tenía 33 llamadas perdidas, como lo tenía en "silencio" no pudo escuchar la llamada. Le envió un mensaje de texto explicándole todo y pidiéndole perdón, en cualquier momento leería su mensaje.

Encontró una enorme piedra en la arena de la playa en la cual se sentó. El sol iba haciendo acto de presencia, tenía que admitir que era un avista bonita. Tal vez pasó una hora o dos, qué más daba pero la cosa es que regresó a la casa. El rubio estaba preparando el desayuno, cuando entró lo saludó.

-Qué pronto te has levantado ¿no?

-No tenía sueño.

-Normal jajaja.¿A ti no te gustaba el pan no?

-Lo odio. ¿Cómo lo sabes?

-Luffy me lo dijo,antes de tú ya sabes qué.

-Aaaa...

-Prepararé algo a parte para ti.

-Gracias. Voy ...a ducharme.

Las gotas de agua hacían contacto con su morena piel, el agua no estaba tan fría, se sentía bien. Después de secarse, se vistió con unas bermudas vaqueras, una camiseta blanca y unas zapatillas deportivas. Terminó de secarse el pelo con la toalla la cual fue dejada sobre la silla y se fue.

Por otra parte, el sol hacía daño a la vista de Luffy quien yacía desparramado sobre la cama con las sábanas en el suelo. Se sentó en la cama restregándose los ojos pero se volvió a tumbar ahora con la almohada sobre su cabeza y éste boca abajo.

Toc, toc.

-Luffy, el desayuno no tarda en estar listo -era una voz de mujer, se oía dulce y frágil en ese momento, era su novia.

-Ahora me levanto~

-Te esperamos.

Y volvió a sentarse sobre la cama y miró por la gran ventana, le recordó a cuando estaba en el hospital. Salió de la confortable cama y fue directo a la ducha. Algo que rondaba por su cabeza hizo que se detuviera y dejara de lavarse el pelo para retomar esa acción con más rapidez. Cerró el grifo, envolvió sus caderas con la toalla y salió del baño no sin antes mirarse al espejo y a un tomate en él en lugar de su cara.

Cuando salió miró su móvil y tenía un mensaje de Sabo.

 

"¿Qué tal por allí? Espero que os divirtáis ¡ Traedme algo!

Sabo"

 

 

Luffy le contestó y además le dijo que le pasó por la noche y sobre el regreso de algunas cosas vividas. Terminó de vestirse y bajó.

Todos desayunaban unas deliciosas tostadas francesas menos Law que estaba comiendo una tortilla de huevo con tomates picados a un lado. ¿Por qué no comía lo mismo que los demás? Ah, claro, se había olvidado de que Law odiaba el pan.

¿Y esta sensación tan extraña? ¿Es que acaso ya lo sabía?

Miró al ojigris y éste a él, le sonrió pero al rato le apartó la mirada, se sentía nervioso y por un momento tenía ganas de irse pero la comida estaba buena y él tenía hambre, mucha hambre.

Notas finales:

Espero que os haya gustado.

Gracias por leer y ya sabéis que cualquier comentario o crítica constructiva serán bien recibidos :) Así me ayudaríais a seguir mejorando.

Un beso y hasta pronto!!


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