Cap19# Amenazado
-¿¡Yuui!?- dijo un chico de más o menos su misma edad, era castaño, ojos verdes, traía una oreja horadada (la izquierda para ser más precisos) con una pequeña arracada dorada, el diseño de ésta constaba de diminutas serpientes que se extendían sobre la arracada, vestía ropa ceñida que remarcaba su figura un tanto sutil pero exquisita (su contextura es muy similar a la de Fye).
-¡¡…!!
-por Dios, eres tú- dijo aún sin poder creérselo del todo
-…- el primer impulso del rubio fue escapar, así que de inmediato su cuerpo intentó correr, pasar de largo al castaño para llegar a la salida y continuar corriendo, al menos eso fue lo que quiso intentar pero el otro no se lo permitió. Como prediciendo los pensamientos del rubio le tomó del brazo y bruscamente le arrojo de espaldas contra la pared y de inmediato hizo una celda con su propio cuerpo. Fye le miró asustado y suplicante.
-miren nada más a quien tenemos aquí- dijo burlonamente, sintiendo con placer la calidez del cuerpo ajeno a causa de la cercanía obligada con la que le mantenía
-Haru, por favor- soltó el rubio con un hilo de voz, su cuerpo temblaba y sus ojos se habían humedecido
-¡shh! ¿por favor qué? ¿¡eh!? dime, anda- dijo contra su rostro, su pierna se había colocado en medio de las del rubio y sus brazos estaban a cada costado -¿qué me estas pidiendo, Yuui?- dijo divertido, dejando su aliento esta vez sobre los labios ajenos
-…-Fye se estremeció al sentir su aliento, fresco y cálido a la vez
-¿acaso quieres que no le diga que te eh visto? Pero, imagínate lo bien que me ira a mi si yo mismo te llevo de regreso
-…- sus ojos se aprietan ante la mención –no por favor
-Yuui, Yuui, Yuui, eres un maldito malagradecido- se aleja del rubio, liberándolo para sentarse sobre los lavados –dime, todos tenemos curiosidad de saberlo ¿cómo escapaste?
-…- bajo la mirada, aquello… es verdad, ocurrió un día antes de conocer a Kurogane… Kurogane… ahora que su pasado estaba frente a él ¿eso significaba que ya no podría estar con el moreno?...
-después de lo bien que él te había tratado- el castaño niega con la cabeza desaprobándolo como si de un juego se tratase –con eso arruinaste tu futuro, lo sabes ¿cierto?
-…
-… y ¿qué haces aquí?- pregunta en tono amistoso
-…- Fye le mira entonces, inseguro, no, no debe decirle por ningún motivo sobre Kurogane y su familia -…
-oh, ya veo, quieres jugar, me encantan los juegos ^^ déjame pensarlo mmm- comienza divertido, en realidad su naturaleza es muy similar a la de un niño pequeño, pero a decir verdad, los niños son crueles por naturaleza –alguien te ha traído ¿me equivoco? No, claro que no me equivoco- dice divertido, Fye comienza a deslizarse lentamente hacía la salida sin que el otro lo note –ahora ¿quién ha sido? Mmm obviamente la o las personas que te acogieron- dice seguro mientras le mira de pies a cabeza, su ropa es buena, al igual que su aspecto, tiene que estar con personas que le facilitan ropa y comida, además de techo
-¡¡…!!- sin duda Haru es listo, el rubio siente terror de que pueda descubrir todo y meta a Kurogane en problemas, tiene que salir de ahí ya, mira de reojo la salida, sólo un poco más y podría huir
-pareces nervioso, así que eh acertado ¿eh? sigo siendo tan genial como siempre- dice con una sonrisa burlona- ahora dime ¿es una familia, una mujer o… acaso un hombre?
-…
-aww dímelo, somos buenos amigos después de todo ¿no, Yuui? Más que eso, casi casi somos familia
-…- es el momento, intenta echarse a correr de nuevo pero no logra salir del baño siquiera cuando el castaño salta de los lavados donde estaba sentado y le pesca de los cabellos tirando de él de regreso hacia atrás -¡ahh!
-intentando irte sin terminar una conversación, tk, tk, tk, joder Yuui, no importa cuántas veces intenten enseñarte modales, tú nunca aprenderás a ser educado
-… Haru, por favor, por favor- suplica, no quiere regresar a ese lugar, no quiere dejar a la única persona a la cual le importa, no quiere que le separen de la persona a la cual ama
-mmm déjame pensarlo- el castaño hace como si considerara la petición del rubio, al final sonríe maliciosamente y suelta un placentero -¡no!- tira de los rubios cabellos con fuerza
-¡ahh!- las lágrimas escapan entre mezclas de desesperación, dolor y miedo
-dime Yuui ¿por qué habría de ayudarte, eh?- con rudeza le vuelve a lanzar contra la pared pero ahora de frente golpeando el rostro de Fye contra la pared en el acto, de nuevo lo somete colocando su cuerpo contra el del rubio por completo, rozando su intimidad contra el otro, siente con placer como el rubio se estremece y le escucha sollozar -¿qué me vas a ofrecer, Yuui? Estoy interesado en negociar
-no tengo nada- dice entre sollozos
-ah… entonces- comienza a jalarlo hacía la salida –vendrás conmigo, iremos de vuelta de a casa
-¡¡…!!
Haru le jala rudamente por entre la oscuridad que hay afuera, dirigiéndose a la cabaña de donde proviene la música para pedirle a su “acompañante” que los lleve de inmediato de regreso con… no puede pensar en más, siente como el rubio le embiste y el desnivel del suelo no le ayuda en nada por lo que termina en el suelo con el rubio sobre él. Fye intenta correr entonces pero el castaño logra tomarlo del tobillo y le tira de nuevo, comienzan ambos a forcejear en el suelo, no tardan en aparecer los golpes y tirones, giran en el suelo entre la confusión de la oscuridad, hasta que el rubio tomando un poco de coraje y olvidándose por unos momentos del dolor logra darle un rodillazo en el estómago con todas sus fuerzas.
-agh… maldito- murmura el castaño mientras se abraza así mismo y se retuerce de dolor, el rubio no logra escucharlo pues ya ha salido corriendo y él no logró ver en qué dirección.
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Despierto de golpe ante el portazo, de hecho, creo que todos lo hicimos, estoy algo a adormilado pero al reconocer los jadeos y sollozos me incorporó de inmediato, Seishirou enciende la luz y logro observarlo…
-¿Fye, qué…?- intento preguntar pero él no me deja terminar
-… ¡¡tenemos que irnos!!- dice alterado entre sus sollozos
-pero ¿qué pasa?- vuelvo a preguntar, sorprendido y preocupado
-¡¡tenemos que irnos!!- vuelve a repetir exaltado, miró a Seishirou, él me mira a mí, ninguno de los dos entendemos nada, me vuelvo hacía Fye, tiene algunos golpes en la cara y una herida cerca de la frente que sangra, me acerco intentando tranquilizarle y que pueda decirme que rayos ocurrió
-tranquilo, dime qué pasó
-¡¡no!!- se aleja de mí -¡¡¡tenemos que irnos ahora!!!- repite desesperado
-pero…
-… está bien- Seishirou interviene –está bien, vámonos ahora- dice Seishi tratando de calmarle. Todos nos apresuramos a vestirnos, y mi primo intenta acercarse a él, lentamente para que Fye no se sintiese amenazado –Fye, ya todo está bien…- increíblemente a él le permitió acercarse más de lo que me permitió a mí -¿puedes explicarme qué ocurrió?
-por favor, tenemos que irnos- suplicó de nuevo pero ya más calmado, aun sollozaba y el temor que sentía era evidente
-de acuerdo- Seishirou se volvió hacía mí y me lanzó las llaves de la cabaña para que las devolviera mientras él tomaba a Fye y le ayudaba a salir seguidos de cerca por un preocupado Subaru.
Me apresure a llevar las llaves al encargado, me encontraba muy nervioso y desesperado ¿¡qué había pasado!? No entendía nada y me frustraba no poder saber qué le había pasado, si alguien le hizo daño yo debería saberlo para hacerle pagar a esa persona ¡¡ahh, maldición!! Tengo que calmarme, ahora lo más importante es Fye. Corrí hacia el auto donde ya me esperaban, Seishirou al volante, Fye sollozando en el asiento del copiloto y Subaru muy angustiado por no poder hacer nada en el asiento de atrás dónde también subí yo. Seishirou emprendió marcha de regresó, cada sollozo de mi mocoso se clavaba profunda y dolorosamente en alguna parte de mí, no quería que él sufriera, no quería que nadie le hiciera daño…
-hay un hospital a las afueras de la ciudad ¿cierto? Podríamos llevarlo ahí- comenta Seishirou sacándome de mis pensamientos, pero antes de que yo responda Fye se me adelanta
-n-no, no- pidió de nuevo
-…- Seishirou esperó a mi respuesta
-… vayamos a casa- dije finalmente.
Una vez ahí Seishirou bajó con Fye en los brazos y le dejo en el sillón. –Subaru prepárale un té, la cocina esta por haya- le indicó mi primo al oji-verde quien obedeció de inmediato –Kuro, trae tu botiquín y una manta, está muy frio
Me apresure también a cumplir su encargo. Seishirou se encargó de curar las heridas de Fye, le arropó con la manta y le ayudo a beber el té ya que las manos del rubio seguían temblando… no sé cuánto tiempo pasó hasta que el cansancio terminó venciéndolo y Fye se quedó dormido, el oji-verde también en el sillón de enfrente. Tome al rubio entre mis brazos y Seishirou a Subaru, los subimos a ambos a la habitación, arropándolos en la cama, después bajamos a la sala para dejarlos descansar. Se sirvió un trago y me sirvió uno también.
-descuida- me dijo –sus ropas parecían estar normal, así que nadie intento hacerle “eso”
-…- sí que me conocía, pero aun así no podía sentirme aliviado
-y si te hace sentir mejor, sus nudillos estaban heridos, lo que nos dice que logro golpear a su agresor también
-…- Suspire y me tome toda la bebida de un trago, sintiendo como raspaba mi garganta y ambos nos preparamos para dormir en la sala.
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-hm, ¿quién te apaleó?- preguntó divertido un hombre castaño de complexión media, el chico castaño frente a él le fulminó con la mirada.
-cállate imbécil, y yo que estaba pensando en decirte algo muy bueno para ti
-¿ah, sí?- sonrió lascivamente mientras le miraba las caderas
-ya quisieras, idiota, no tienes tanta suerte
-entonces ¿de qué se trata, Haru?- dijo con un poco de desilusión, desde hacía mucho que le gustaría tener una buena cogida con el engreído castañito ese, claro que había dos motivos por los cuales ese deseo era casi imposible, primero porque el castaño no quería y segundo porque Haru tenía dueño, literalmente, y ese dueño lo mataría si llegase a tocar su propiedad, a menos claro que algún día su jefe le apremiara y le diera al castañito en charola de plata aunque fuese por una noche, entonces Haru tendría que tragarse sus palabras y otra cosa más grande.
El más joven le miró unos segundos antes de sonreír –creo que sé dónde está Yuui
-¿¡ehh!?
-y como sé que tú eres el encargado de buscarlo creí que te podía interesar- dijo con falsa inocencia –lo vi en un lugar turístico que visitan las personas de… ¿quieres saber qué ciudad?
-¡dímelo!- pidió ansioso, esa podía ser la solución a uno de sus problemas más grandes, encontrar a Yuui antes de que a su jefe se le ocurra “castigarlo” por no poder encontrarlo.
-pero antes déjame decirte que no te resultara tan fácil ya que alguien le ha tomado como protegido
-¿¡¡…!!?
-eso complica las cosas un poco ¿cierto?- pregunta juguetón
-… ¿estás seguro de lo que dices?
-por supuesto u.u pero si dudas de mi información, entonces búscalo por tu cuenta como hasta ahora- finge irse
-¡no! ¡¡Espera!!- le detiene –dímelo ¿dónde está?
-…- sonríe maliciosamente.