Cap20# Nuestros recuerdos juntos
Abrió sus ojos lentamente, se sentía cansado y un poco adolorido… se removió un poco sobre la cama encontrándose solo, asustado dio un respingo y se incorporó sobre la cama. La tranquilidad binó en cuanto reconoció donde se encontraba, la habitación de Kurogane. Se dejó caer sobre la cama y su expresión se tornó muy triste.
-me alegra que ya estés despierto- dijo el moreno en cuanto entró en la habitación, llevaba en las manos una bandeja con comida para el rubio –dormiste por mucho tiempo y comenzabas a preocuparme
-…
-debes de tener hambre, no soy muy bueno para esto como recordaras je, pero creo que no me quedo tan mal- dijo colocando la bandeja sobre el buro al lado de Fye.
-…
-¿qué pasa? Puedo prepárate otra cosa sino lo quieres- dijo al ver los orbes húmedos del rubio al ver la comida –no tienes que comértelo
-lo siento mucho- dijo con la voz quebrada –lo siento, lo arruine todo, arruine su paseo, yo lo sien…- de pronto una almohada cubrió su rostro con sutileza, el rubio no comprendió por qué razón el moreno le había hecho aquello.
-no quiero volver a verlo… no quiero volver a verte llorar, nunca más
-¡¡…!!
-así que por favor, ya no lo hagas
-usted - susurró
-no arruinaste nada. Ni yo, ni Seishirou, ni Subaru pensamos eso, no fue tu culpa así que no te disculpes
-pero…- apretó los ojos y lágrimas descendieron por sus mejillas
-lo siento yo, por no haber podido hacer nada por ti- dijo con dolor
-¿¡¡…!!?- Fye no lo podía creer, se estaba disculpando por lo que le pasó, él no tenía en nada la culpa, él le había ayudado desde que escapo, lo había cuidado y se había convertido en su persona más especial en el mundo, el moreno había hecho tanto por él ¿qué no se daba cuenta?
-perdóname, Fye- pidió destrozado
-¡¡no siga!!- se quitó la almohada de la cara y para sorpresa de Kurogane se lanzó a sus brazos –no siga por favor, usted no tiene la culpa ¡no la tiene! No, no…
-…- lentamente el moreno le estrechó contra su cuerpo, aspirando el aroma de sus rubios cabellos, Fye era tan cálido
-…- por su parte también él disfrutaba de la calidez que el cuerpo ajeno le regalaba, le gustaba estar ahí, entre esos brazos que le aseguraban que todo estaría bien, ojala pudieran quedarse así para siempre –yo… te am…
-¡¡hola!! ^w^
…
-ops, veo que es un mal momento para llegar- dijo Seishirou guiñándoles un ojo, las mejillas de Fye se sonrojaron al instante, Kurogane le libero para mirar a su primo.
-maldito pervertido u.u yo no soy igual que tú
-que cruel TT.TT …¡hola, Fye! ¿cómo amaneciste? ¿te sientes mejor?- Seishi se acercó a ellos y arrastró a Subaru (quien estaba sonrojado por la escena vista) para que se acercara.
-…- el rubio asintió levemente e intentó sonreír lo mejor que pudo –lamento las moles…
-… ¡¡shh!!- Seishirou le puso un dedo en los labios impidiendo que terminara y le sonrió –te hemos traído algunos presentes- anunció feliz
-¿eh?
- ^^ -Subaru le extendió una bolsa de regalo en color azul metálico –espero que te guste- le sonrió
-…- se sintió extraño, sólo una vez había recibido un presente en su vida y fue uno que… no le traía gratos recuerdos, pero ahora era todo muy diferente… algo inseguro tomó la bolsa, todos le miraban en espera de que abriera su regalo seguramente. Comenzó a abrirlo, metió la mano en la bolsa y sacó su contenido, se trataba de una bonita y elegante caja de chocolates.
-no sabía de cuales te gustaban, en la tienda me dijeron que ese trae de todos los sabores que tiene esa marca- le explicó el oji-verde
-…- Fye observaba su regalo imaginando al indeciso muchachito escogiendo su regalo como cuando elegía su traje de baño, sonrió, se había tomado muchas molestias por él –muchas gracias, no los abriré nunca
-¿eh? pero si son para que te los comas
-pero se ve tan linda
-n_n pero son deliciosos y te harán sentir muy bien- le aseguró –mi hermana Hokuto siempre lo dice y cuando papá compra ella es quien se los come casi todos u.u no tiene remedio, pero cuando estoy triste ella siempre me lleva de estos n.n
-… gracias- dijo feliz, Subaru correspondió
-y este es el mío- Seishirou le extendió lo que parecía ser una hoja de color doblada por la mitad
-¿eh?- el rubio abrió la hoja, sus ojos se iluminaron al ver el contenido, de inmediato se apresuró a despegar lo que venía en la hoja, se trataba de una fotografía. Emocionado se la mostro al moreno, se trataba de la foto que le había tomado Seishi en el bosque pareciendo que estaba cerca del venado, Kurogane sonrió, era verdad, habían traído también buenos recuerdos y no podían permitir que lo que pasó después los arruinaran.
oOoOoOoOoOoOoOoOoOo
3 días después:
La noche era fría, recién salía de mi trabajo y me dirigía a casa para recoger a Fye, hoy iríamos al cine, él había estado muy emocionado en cuando vio el anuncio en el periódico de alguna película de estreno y con un discurso que más o menos recuerdo como: “nunca eh ido a uno, leí la reseña de esta película y se oye muy buena… vamos, vamos, por favor, por favor, por favor…”; en fin, me terminó hartando y accedí, además de que es mi manera de animarle por aquel incidente del cual no me dijo nada, yo no insistí porque no quería hacer que recordara aquello. Estacione el auto y baje rumbo a la casa.
-¿estás listo?- pregunte en cuanto entre, tendríamos que salir de inmediato para poder alcanzar la última función completa.
-sip ^^ oh, iré por mi abrigo, no tardo- me dijo emocionado y subió corriendo las escaleras.
Suspire y busque en mis bolsillos, saque el chocolate que el rubio me había regalado esta mañana, esos mismos que le había regalado el chiquillo de Seishi, Fye comía uno cada día y me daba uno a mí también por las mañanas. Comí el chocolate, era en verdad delicioso. El timbre sonó ¿quién podría ser a esta hora? Me dirigí a abrir y… lo que había estado logrando olvidar todos estos días estaba de pronto parado frente a mí.
-… Yen- salude
-Kurogane… ¿lo has pensado?
-sí- dije seriamente
-¿y bien?- preguntó insegura
-¡¡estoy listo!!- gritó Fye corriendo hacia a mí, su rostro emocionado se descompuso al observar a Yen.
-… ¿Yen, te parece si hablamos después? Ahora estoy ocupado- le dije mientras tomaba la mano de Fye para sacarlo de la casa y entrar en el auto.
-s-sí- se despidió ella, desconcertada.
-¿está seguro de esto? Si quiere, podemos cancelar la salida- me dijo el mocoso en un hilo de voz mientras desviaba su mirada hacia abajo.
-ya había dicho que lo haría- respondí encendiendo el auto, le mire de reojo, su expresión no cambiaba, suspire –además quiero ir a ver esa película
-hm, mentiroso, ni siquiera sabe qué película veremos- murmuró bajito
-entonces tómalo simplemente como que quiero estar contigo
-¡¡…!!- me observó sorprendido, note de inmediato sus ojos acuosos
-…- le sonreí, él no dejo de mirarme… entonces desvió la mirada al frente y sonrió levemente
-le creo
-hm- emprendí marcha hacia el cine. La emoción en el chico rubio parecía haber vuelto.
Una vez en el estacionamiento del cine me tomó de la mano y me jaló para ir de prisa, moví la cabeza, sin duda era un crio emocionado pero, me gustaba esa parte de él, aunque abecés me volviera loco y sin duda ese día no sería la excepción. Cuando compre los boletos el vendedor nos miró acusadoramente, más bien solo a mí u///u y es que la escena no daba para menos: yo, él, visiblemente más joven y a mi claramente mayor, tomados de la mano (Fye no me había soltado), comprando entradas para una película de estreno romántica u.u#
-¿por qué no me dijiste de qué trataba la película ¬.¬?- pregunte entre dientes mientras esperábamos las palomitas acarameladas que el rubio había ordenado
-^^ usted no preguntó, ni siquiera observó la portada de la película cuando se la mostré- respondió mientras se balanceaba de atrás hacia delante sin levantar los pies, sintiéndose para nada culpable.
-¬.¬ -suspire con pesadez y decidí dejarlo pasar. Compre algunas gomitas y palomitas naturales para poder colocarles salsa, una vez que nos dieron todo entramos a la sala en busca de nuestros asientos, había barias parejas abrazadas esperando a que comenzara la película - ¬.¬!
oOoOoOoOoOoOoOo
Apretó sus manos con molestia. No cabía duda, caminar tomados de la mano, ir al cine, entrar a ver una película romántica ¡esos dos estaban en una cita! Se sintió por completo furiosa ¿¡quién era ese chiquillo!? Lo único que tenía claro era que ese mocoso era SU reemplazo.
-no me rendiré tan fácilmente, maldito mocoso, vas a pagar por haberte metido con lo que me pertenece
La mujer regreso tras sus pasos saliendo del cine para subir a su camioneta. Se sentía frustrada, lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba, le haría pagar caro al chiquillo ese, Kurogane era sólo suyo.
oOoOoOoOoOoOoOoOo
Suspire en silencio con pesadez, las películas románticas no eran tan de mi agrado, mire al rubio, él miraba la escena completamente entregado a aquella historia y muy conmovido… no diré lo bizarro que me pareció aquello O.O ups, ya lo dije ¬.¬ aunque no puedo decir que la película no me gusto del todo, claro que hubo una parte que me gusto y mucho, esa justo cuando salen los créditos y se encienden las luces para que puedas irte ¡al fin!
-Fue muy bonita ¿no le pareció?
-mhm- asentí mintiendo lo mejor que pude y tratando de ocultar mi cara de desagrado.
-volvamos al cine pronto, tal vez mañana
-no
-ok, mañana no, pero…
-pasado mañana tampoco- me apresure a decir
-aww
Subimos al auto y puse rumbo a casa, ya habíamos pasado mucho tiempo afuera y aun me sentía agotado por el trabajo. Vi al rubio abriendo algo y pronto ese algo terminó en mi boca, le mire sorprendido.
-y-yo… tan sólo imitaba la escena ^///^
Comencé a comer el chocolate que el rubio me había metido a la boca, preguntándome ¿a qué escena se refería?
-Kurogane
-¿sí?- dije distraídamente, ni siquiera repare en que me llamó por mi nombre
-me… ¡me gustas!