Los niños de ahora
Yuki había notado algo extraño desde un tiempo, más bien desde que Riku había comenzado a asistir a la escuela.
No era la cercanía de K y Shuichi quienes no dejaban de pasarse fotos por el whatsapp sobre sus pequeños o sobre quién era el mejor padre. Había notado esa extraña cercanía entre Riku y Michael.
Quiso pensar que estaba jodido de la cabeza.
No fue hasta que tuvo que acompañar a Shuichi a un día de padres que habían organizado en el colegio del pequeño, Shuichi se había puesto un horrible vestido rojo que mostraba su pierna derecha con descaro, le quiso preguntar si iba a una alfombra roja o a una reunión en un colegio donde evidentemente habían niños y madres...
Los niños no tardaron en responder como esperaba: horrorizados.
Aunque había otra madre que seguía el juego a Shuichi o si eso se podía decir, Judy, la esposa de K, de quien no se esperaba semejante estupidez pero era la esposa de K, ¿por qué debía extrañarse? pensó.
Algo escuchó de los niños comentando sobre lo rara que era la "mamá" de Riku, incluso Michael se había permitido criticarlo.
A los pocos días supo que algo pasaba, notaba a Riku algo desanimado, había estado leyendo algo de los problemas de hoy en día, dígase estrés, depresión y claro el Bullying que ahora estaba en boca de todos.
- ¿Se puede saber que sucede mocoso? - le miró desde el retrovisor, el pequeño levantó la mirada como si dudase en hablar.
- ¿Crees que "mamá" es extraño?
Yuki sabía que su suposición se hacía correcta.
- Pues, Shuichi no es muy "normal" que digamos - no quería caer en hecho de que llamarle "mamá" también fuera raro - A veces comete locuras pero no lo hace con mala intención - de eso estaba seguro.
- Uhmm.
- ¿Ha pasado algo desde el día de padres? - podía simplemente cortar la conversación pero decidió profundizar en el tema, ¡maldición! se suponía que no le debía importar nada al respecto pero veía al maldito mocoso todos los días.
- Solo eso, me dijeron que mamá era rara, yo no creo que sea así.
- Si, cualquiera pensaría eso, pero es porque no le conocen.
El coche se detuvo frente a la primaria y Riku se despidió de Yuki con mejor ánimo, Yuki no pudo evitar palmear su rostro, ¿qué demonios era esa extraña sensación de satisfacción que le provocaba ver sonreír al mocoso?
¿Que le había ocurrido al frío Yuki Eiri? La prensa haría picadillo de su reputación de solo descubrirle llevando al mocoso al colegio.
Pensó que para la vuelta a casa todo estaría solucionado, fue como de costumbre a buscarle, ya se había aprendido el horario e incluso había comenzado a cuadrar su itinerario personal entorno a eso, Shuichi vivía tan ocupado y eran pocas las veces que podía ir a llevarle o recogerle.
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Escuchó la puerta abrirse y cerrarse, vio el rostro del pequeño Riku escondido entre su flequillo, apretaba sus labios y con sus puños el borde de su pantalón.
- ¿Qué es esa cara mocoso?
- Nada - su voz sonaba algo ronca. Obviamente algo había pasado, ese niño no lloraba por nada, casi ni se quejaba, cosa que agradecía en muchas ocasiones.
- ¿Nada? ya veo.
- Es-es que... - parecía que luchaba por no romper en llanto, entonces sacó de su cuaderno una hoja arrugada.
"Mi mamá es la mejor"
Era un dibujo de lo que parecía ser Shuichi, o eso podía deducir considerando que era un niño y no un artista del retrato.
Yuki rápidamente captó algunos rayones y palabras escritas con marcador rojo, palabras insultantes.
- Supongo que se burlaron ¿no?
- Dicen que no puede ser mi mamá porque es un hombre y los hombres no tienen hijos, Mizuki-chan dijo que era asqueroso - al mencionar el nombre de quien supuso debía ser una niña de su clase Riku se había puesto peor, si su deducción era correcta esa niña debía llamar la atención de su "hijo" de alguna manera pero ahora estaba herido.
Bien, no sabía porque no debía sorprenderse, esto iba a pasar tarde o temprano, era obvio que los otros niños le verían raro por el núcleo familiar donde vivía.
- En parte tienen razón, los hombres no pueden tener hijos pero no significa que no podamos cuidar de ti como si fueras de nuestra familia, desde tu punto de vista ¿está mal que Shuichi y yo seamos pareja?
Riku negó con la cabeza mientras sorbía su nariz.
- Desde que viste a Shuichi lo elegiste para tener el rol de madre, aunque ese mocoso no sepa cocinar y se le dé mal los labores del hogar estoy seguro de que viste algo en él que te hizo sentir seguro.
Riku se limpió el rostro por un momento.
- Shuichi se esfuerza día a día para ser el mejor para ti, aunque puede que las cosas nunca salgan como las planea, son sus intenciones las que cuentan - Riku estaba sorprendido, oír a su padre hablar de esa manera de Shuichi era algo que no esperaba, sabía que Shuichi no había querido decepcionarlo, le había prometido que sería la mejor madre, se sentía avergonzado por dudar por un momento y dejarse llevar por las palabras crueles de su compañero cuando debió defenderle.
- Ya me siento mejor - susurró.
- Bien, guarda esto, lo mejor será dejarlo en secreto - le entregó la hoja de vuelta, el niño asintió con complicidad sabía que otra desgracia podía caer sobre su escuela si Shuichi iba a reclamar.
Llegaron al apartamento, Yuki no podía evitar sentir la satisfacción de hacer el bien, eso contrarrestaría sus 5 minutos de maldad acumulados que ahora debían ser horas y años, ¿no?
Lo primero que los recibió fue un extraño aroma, vio los zapatos de Shuichi y dos pares mas, ¿serian los retrasados de Bad Luck?
- ¡Good Shuichi! - bien eso confirmaba que no.
Riku se descalzó y vio a Michael asomarse, el pequeño le saludó animadamente.
Yuki entrecerró sus ojos, ¿qué hacia el loco de las armas en su casa?
Shuichi estaba en la cocina con un delantal. Su delantal puesto.
- ¡Yuki! ¡bienvenido! Mira he invitado a K y a Michael a cenar con nosotros.
El rubio rodó los ojos.
Riku ya estaba instalado en la sala con Michael viendo un programa infantil.
- Don't Worry Mr.Yuki, Estoy aquí para supervisar que Shuichi no quemara nada.
- Por supuesto - dijo con sarcasmo, como si tener la granada en el desayunador fuera señal de completa seguridad.
Shuichi había leído sus expresiones faciales y se acercó.
- Solo será la cena, ¿sí? K prometió no usar armas letales o biológicas aquí.
- Eso debería hacerme sentir seguro, ¿y a todo eso por qué les has invitado?
- Pues... creí que debía estrechar lazos con otros padres - Yuki alzó una ceja - Claro y mañana invitas a Tohma - Shuichi pisó fuerte su pie haciéndole maldecir entre dientes, con los roces que había entre Shuichi y Tohma no era fácil tenerlos en un evento familiar donde ambos no sacaran su careta de hipócritas.
- ¡Oh! Padre hoy aprendimos algo de primeros auxilios - ambos escucharon a Michael hablar desde la sala - Fue genial, Riku acuéstate.
El niño parecía emocionado por hacer la demostración Riku aceptó.
- Esto es lo que hay que hacer si alguien se ahoga.
Yuki sentía que algo estaba muy mal, horriblemente mal.
Entonces vio como el hijo del americano insuflaba aire a los pulmones de su hijo. A shuichi se le cayó la quijada al suelo.
- Good! Son ¡Como en Baywatch! - aplaudió K y Riku se levantó como si nada.
- ¡¿Pero qué demonios son esas cosas mocosos?! - Gritó Yuki escandalizado.
- Respiración boca a boca, Mr. Yuki - respondió Michael con toda la inocencia del mundo, malditos niños que ni entendían lo que acababan de hacer.
- Tranquilo Mr.Yuki son niños, ellos no se toman esas cosas de "esa" manera - K supo que por las expresiones de ambos "padres" lo que pensaban.
Yuki trató de despejar los horribles pensamientos de su cabeza, la sola idea emparentarse con el loco de las armas le hizo sudar hasta en el trasero.
Solo veía cosas, exageraba.
Se sentaron a la mesa a compartir los alimentos, un extraño estofado, a K no le pareció afectar comía como si nada, y Shuichi decía que estaba bueno, Yuki aun tenia precaución al comer lo que Shuichi preparaba dejaba pasar unos 5 minutos por seguridad, si Shuichi no se retorcía en el suelo echando espuma por la boca debía ser seguro.
Los niños hablaban algo que no podía entender bien, K hablaba con Shuichi algunas cosas y reía fuerte.
- Está todo bien - escuchó a Riku decirle a Michael.
- Nadie tiene madres como las nuestras.
- ¡Sí! - dijo Riku con una gran sonrisa y el otro mocoso escondió su rostro aunque sus orejas rojas lo delataban horriblemente.
Yuki no quiso pensar que todo estaba perdido, ¿no?
El apocalipsis estaba cerca.