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Nuestro amor no tiene topicos por Ri-chan

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Notas del capitulo:

Despues de tantisimo tiempo sin actualizar ni saber nada de mi, por fin, POR FIN, les traigo un nuevo cap de este fanfic que tanto me entusiasma, espero que les guste, y pues gracias tambien por los lesctores que siguen este fanfic, y sobre todo gracias por tenerme paciencia, sin mas los dejo leer.

— ¿De verdad lo crees? —dijo el minino con apenas un hilo de voz— ¿De verdad crees que me parezco a Seimei?

El mayor no supo que contestar ya que la expresión del minino se había crispado por completo, no supo que contestar y tuvo que meditarlo muy bien antes de dar su respuesta.

—Pues un poco, en el aspecto físico un poco, por lo que recuerdo de Seimei tienes casi la misma actitud, pero yo creo que eres mucho mejor que el.

El minino se confundió, no sabía de qué estaba hablando el mayor, ¿Cómo que era mejor que Seimei? Eso era completamente imposible, su madre le había dicho lo contrario durante años ¿Cómo la opinión de un adulto de repente podía cambiarlo todo? Era simplemente imposible.

— ¿Conociste a fondo a Seimei?

El minino no había dejado de pensar en ello durante algunos años, apenas hace unos meses se había resignado a ser como su hermano. El comentario del mayor había abierto en su corazón una pequeña brecha de esperanza. El mayor se había percatado de la expresión crispada del menor al hacer el comentario sobre su hermano, pero con la nueva pregunta del menor su expresión se había suavizado, no entendía sus reacciones pero aun así le gustaban.

—Am... — ¿Por qué me preguntas por el?— bueno, era buen amigo suyo y a veces me contaba cosas, ya sabes de su vida privada...

— ¿Enserio? —dijo el menor algo eufórico, de verdad le había sorprendido saber esa información sobre su hermano, inmediatamente la curiosidad invadió la mente del menor— ¿Que te decía Seimei? Vamos Soubi dime —una sonrisa traviesa y curiosa se dibujó en el rostro del menor—

Soubi vio una chispa en los ojos del menor, parece que aun adora a su hermano mayor aunque ya no este con él, no quería decepcionarlo contándole lo que sabía sobre Seimei así que se limitó a decir lo que sabía de el en ese entonces.

—Pues, lo que más decía era que... — ¿Qué puedo decir para no decepcionarte?— No le gustaba su casa, pero que solo regresaba por ti, que haría cualquier cosa por ti —una media sonrisa se dibujó en los labios de Soubi— te llamaba "pequeño Ritsuka"

Todo era absolutamente cierto, Seimei aun en vida amaba a Ritsuka más que así mismo y Ritsuka a él. Se notaba que el minino aun amaba a Seimei y esto le dolía profundamente en el corazón al adulto rubio frente a él; en el fondo sabía que esos dos hermanos independientemente del parecido físico eran completamente diferentes, y al parecer el menor no conocía la segunda cara de su hermano mayor. Era mejor así, no quería que esa expresión de alegría en el rostro del minino se fuera, sabía que algún día tendría que decírselo pero, en ese momento no.

— ¿Eso decía de mí? —dijo el minino con una sonrisa tierna en el rostro. Amor. Era lo único que podía transmitir esa sonrisa—

—Querías mucho a Seimei ¿Cierto?

—Lo amo, Soubi.

El corazón del mayor se destrozó al instante. Eso era lo que más temía, que su único amor que había sido a primera vista fuera robado y por si eso fuera poco por una persona ya muerta. Dolor y más dolor. ¿Es que acaso el mayor no podría encontrar el amor sin que Seimei interviniera?

—Ritsuka como no vas a ir a clases ¿te apetece ir a otro lado? —"solo deja de hablar de, el por favor"—

—Me gustaría pero no sé si intervengo en tu tiempo Soubi.

—Para nada, hoy es mi día libre en el trabajo o bueno, en la universidad.

— ¿Universidad? —Exclamó el minino algo sorprendido, para después darse cuenta de que eso no había sido nada cortes—

— ¿Te sorprende que siga estudiando? —Dijo Soubi sin el menor tono de ofendido en su voz—

—Es solo que... creí que eras mayor por... ya sabes...

—Ah las orejas —dijo Soubi dándose cuenta de lo que el menor intentaba decirle— No te preocupes por eso, nada está dicho de mi persona sólo por no tener orejas, tengo 17 años así que no soy mayor de edad aún.

"¿Entonces por qué no tienes orejas?" Quiso preguntar el menor pero no logro reunir el valor suficiente como para hacerlo.

—Bien... aclarado ese asunto, y a la vez cambiando de tema, son cerca de las diez de la mañana Soubi, tenemos todo el día ¿Qué quieres hacer?

—De hecho son las once con veinte minutos Ritsuka —dijo el mayor revisando la hora en su teléfono celular el cual llevaba guardado en el bolsillo de su gran abrigo violeta— Deberías ajustar tu reloj Ritsuka.

—Yo no tengo ningún reloj, a veces cálculo la hora por la claridad del día, aunque estando en clases me es más fácil, en mis días libres no suelo hacer tarde mucho como puedes ver —admitió el minino un poco apenado ante su inminente equivocación tratando de calcular la hora—

—Bueno, pero has de tener teléfono móvil ¿Cierto?

—No, ni siquiera eso.

Hubo un silencio demasiado incómodo después de que Ritsuka terminará de hablar, pero fue exactamente ese silencio lo que Soubi necesitaba para que llegara a su mente una gran idea.

—Sé a dónde podemos ir.

Inmediatamente se levantó del lugar donde se hallaban para tomar el brazo de Ritsuka y llevarlo a rastras para poder salir de ese parque y llevarlo al lugar que él tenía en mente. Ritsuka simplemente se dejaba llevar pero sin perder el desconcierto que había provocado la repentina acción del mayor.

— ¿Soubi a dónde vamos?

—Ya lo verás.

El misterio no era algo que el pequeño Ritsuka disfrutar a demasiado pero debido a la falta de cosas por hacer simplemente se dejó llevar por el mayor sin hacer una pregunta más durante un lapso de aproximadamente diez minutos que fue el tiempo que tardaron en llegar a su destino.

— ¿Una plaza comercial?

Exclamó Ritsuka al mirar el lugar al que el mayor lo había arrastrado desde el parque. Un gran edificio de aproximadamente cinco pisos se alzaba frente a ellos sumado a una considerable cantidad de gente que entraba y salía por las puertas de este.
Soubi parecía entusiasmado a diferencia del minino a su lado que simplemente estaba confundido.

—Sólo aguarda un poco, y sígueme.

El mayor de nuevo tomó a Ritsuka del brazo y lo arrastró dentro de la gran plaza ya que al parecer en la cabeza del mayor tenía el lugar exacto al cual Debí dirijo se con el menor, el cual se encontraba en el segundo piso del edificio donde se hallaba la zona de electrónicos.

—Soubi, sigo sin entender nada, no entiendo por qué estamos en una plaza y mucho menos entiendo que hacemos en el área de electrónicos —Exclamó el menor aparente desesperado por no saber lo que el mayor se traía entre manos—

—Cuando entremos ahí tal vez lo sabrás —Soubi señaló un local algo extenso de un diseño bastante elegante y limpio cuya marca o empresa Ritsuka desconocía—

Caminaron en dirección al local y al entrar Ritsuka pudo divisar miles de celulares a su alrededor, desde el celular con las funciones más básicas hasta los últimos saltos en la tecnología, de los colores más llamativos hasta los más discretos, diseños exageradamente grandes hasta los más pequeños, y claro no podían faltan los dichosos accesos que la gente a menudo compraba para su móvil desde audífonos hasta fundas escandalosamente grandes.

—Puedes ver un poco si quieres, regresare contigo en un momento —acabado de decir esto Soubi soltó a Ritsuka del brazo y se dirigió a un mostrador detrás del cual había un empleado dando informes o algo parecido—

El ver tanta tecnología junta y la blancura del local distraer a Ritsuka completamente sin darle la oportunidad de responder le al mayor o tan siquiera preguntarle a donde se dirigía. Sin más remedio se dispuso a inspeccionar la estantería más cercana que al parecer tenía unos cuantos celulares de prueba, ahí se hallaban algunos niños y adultos probando las funcionalidades de la gran variedad de celulares. Tratando de no parecer extraño Ritsuka se dispuso a hacer lo mismo y se puso frente a un celular tipo almeja de color morado, lo abrió y lo único que llamo la atención del mano fue el peculiar fondo de pantalla que el aparato poseía, era una bella mariposa de alas azules que volaba solitaria en un fondo negro. No apretó ninguna tecla, simplemente miro la imagen de la mariposa.

—Volví —la voz del mayor sobresalto a Ritsuka haciéndolo que pegará un pequeño brinco—

— ¿Qué tienes ahí Soubi? —Dijo el menor señalando una pequeña bolsa de plástico que el mayor llevaba en la mano izquierda—

—Lo sabrás de inmediato pero este no es el lugar adecuado

—una sonrisa divertida se asomó en el rostro del mayor, se notaba que se divertía—

— ¿Ahora a donde me arrastraras Soubi? —Dijo Ritsuka haciendo un ligero puchero cruzándose de brazos—

Soubi río ligeramente ante la reacción del menor.

—Tranquilo, no te arrastrare, simplemente iremos caminando, supongo que estarás algo cansado así que vamos a comer algo y te mostraré lo que compre

—Está bien.

El mayor sonrió ante su victoria y seguido del menor a su lado salieron de la tienda de celulares. La gente en la plaza había aumentado en el lapso que ellos estuvieron dentro de la tienda que costaba un poco de trabajo ubicarse. Soubi ante un repentino impulso tomó la mano de Ritsuka haciendo que este lo mirara extrañado.

—Podrías perderte.

Fue la excusa que utilizo para justificar su repentina acción. Ritsuka se sintió extraño, ese contacto tan protector no era algo muy común en su vida desde el incidente, de alguna forma se sentía protegido, se sentía querido. Tratando de guardar el recuerdo de esa linda sensación Ritsuka apretó ligeramente la mano de Soubi la cual era considerablemente más grande que la suya. Sin decir una sola palabra avanzaron hacia el área de comida, pidieron juntos algo ligero compuesto por una malteada y uno que otro pan dulce pata después sentarse en una mesa vacía entre todo el mar de gente.

— ¿Ahora ya puedes enseñarme lo que tan apresuradamente has comprado en esa tienda?

—Claro tranquilo —Soubi sonrió dulcemente para sacar una pequeña caja blanca de la bolsa y ponerla entre las manos de Ritsuka— ábrela.

Con algo de timidez Ritsuka obedeció y abrió lentamente la caja blanca dentro de la cual se hallaba un pequeño celular de color azul cielo parecido al que había visto en la tienda. Sorprendido miro al mayor el cual solo so reía.

—Es tuyo ahora —saco su celular del bolsillo de su abrigo y lo puso sobre la mesa a la vista de Ritsuka— Cuando me necesites, sea por la razón que sea solo llámame, o mándame un mensaje, estaré para ti siempre que lo necesites de ahora en adelante, lo prometo.

Notas finales:

Gracias por leer hasta el final, espero poder actualizar mas frecuentemente por aqui, hasta la sig actualizacion.

 

bye bye...


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