Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Drama Queen por Ellie77

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disclaimer: Death Note pertenece a Tsugumi Oba y a Takeshi Obata.

Pairings: MxM ǀ BxA ǀ NeLi ǀ LxL.

Advertencias: AU ǀ Lenguaje vulgar ǀ Yaoi (Boy’s Love) ǀ Hetero ǀ Conteniedo sexual ǀ OoC ǀ Presencia de OC’s.

N/A: Lo sé, soy un asco y la peor persona sobre la faz de la tierra… al menos del fandom. Como por el momento no deseo entretener, explicaré todo al final :3

 ǀ Drama Queen ǀ

 

Capítulo 10:

Hey, el verdadero tú

.

.

Es una pena que parezcas un hombre honesto

Y todos los miedos que escondes

Se convertirán en un susurro en tu oído

 

Duvet BOA

                                                                                                                     

.

.

Según la historia, Lewis dijo una vez que las dificultades preparan a una persona normal para un destino extraordinario. A pesar de que en mis ratos de ocio me encanta jugar a descifrar frases cargadas de significados ocultos y mensajes filosóficos, a esta jamás pude encontrarle sentido alguno. Como agnóstico y firme creyente de las casualidades, me es imposible creer en que mi vida ya está escrita y solo estoy actuando conforme al guion. Siento que es hasta egoísta pensar así. Para empezar, ¿qué es una persona normal? ¿Y si el «destino extraordinario» es solo morir y ya? ¿Acaso tiene eso algo de extraordinario?

No obstante, las experiencias que me ha brindado la vida me han hecho descubrir, y entender a la fuerza, que si bien no existe un destino como tal, los factores alrededor de una persona son los que tejen como arañas una historia. Mi vida no la decide un ser omnipresente, mi vida fluye de acuerdo a mis decisiones y a las de los demás. Las dificultades no me preparan para un destino, las dificultades solo aparecen porque sí, porque tienen qué aparecer y así nos tocó. Y el destino no es más que una mera invención para justificar nuestros errores; venga, la excusa de «estaba destinado a que esto u esto otro…» se vuelve convincente para uno mismo, justifica nuestros momentos de idiotez y hasta nos hace la vida más llevadera.

Lo siento, Lewis —y no, no el pedófilo de Alice in Wonderland; este es el de Las Crónicas de Narnia— pero aunque me guste tu frase de «la educación sin valores solo convierte al hombre en un demonio inteligente», tus palabrerías acerca del destino puedes metértelas por el culo.

No creo en el destino, creo que eso ya quedó muy claro; yo creo en las personas y en las acciones de cada una de estas. «Las casualidades no crean al destino, el destino lo conforma un montón de casualidades» por ponerlo de alguna manera. Y ahora mismo, por nombrar una casualidad en mi vida, fue que mi mejor amigo y a mí nos tocara mostrarle el colegio a un par de primos oriundos de la capital que se instalaron en nuestra pequeña ciudad; una casualidad también fue que mi mejor amigo y yo nos hiciéramos amigos de uno en especial y que al final termináramos acoplándolo a nuestro muy limitado círculo social; y la última casualidad es que, durante una noche de copas, yo me haya involucrado de forma sexual con nuestro supuesto nuevo amigo. Y la mierda de todo el asunto es que a ese tipo le ha dado por autoproclamarse «mi destino» queriendo controlar mi vida; lo peor del caso es que lo está logrando.

Un mensaje a altas horas de la madrugada y la curiosidad fueron las que me llevaron este sábado a la cafetería del centro comercial. Beyond, tan inoportuno como siempre, interrumpió mis planes del día con el pretexto de que tiene algo sumamente importante que decirme. Lo amenacé con respecto a que si se trataban de sus absurdos planes de ligue, se las vería conmigo. Después de mandarme un sinfín de «jajaja» y emoticones aludiendo a su risa, me escribió que me dejara de mariconadas y que asistiera sin falta.

El haber tenido sexo con él y que me haya tocado ser pasivo no me hace un marica. Y no, no lo digo porque sea homofóbico o algo así, es solo que el término me parece inapropiado y además no me reconozco como homosexual aunque eso no significa que me identifique como hetero. Mi amplio historial de solo haberme acostado con chicas se justifica por la calentura propia de las hormonas de la adolescencia; pero eso no significa que me haya enamorado de alguna de ellas. Confieso que nunca me he enamorado. Pero para no irme por las ramas ni hacer el asunto más grande, dejemos el asunto en que simplemente no me gustan las etiquetas.

Tenía la inquietud de experimentar —inquietud que jamás expresé a nadie pero que ahí estaba— y mi supuesto amigo estuvo conmigo en el momento y lugar equivocado. La forma en que se dieron las cosas fueron un asco. Toqué fondo, caí al lodo y no he podido arreglar nada. Y lástima que cuando caes en el lodo es todavía posible ensuciarte más. Me tocó aprenderlo a la mala, me tocó aprenderlo con Beyond Birthday.

—Vaya, te creía puntual, Alexander —saluda animado al verme.

—Vete al diablo.

Tomo asiento. Beyond apoya su rostro en la mano y se me queda viendo un momento. Suspiro y él se enfoca en el menú de la cafetería.

—Como tardaste tanto, estaba a punto de ordenar. Pero llegas justo a tiempo, ¿quieres pedir algo?

—No tengo hambre.

—Vamos, un café por lo menos. Tienes una cara de que a duras penas puedes sobrellevar tu existencia.

Lo ignoro y decido dejar de enfocarme en él para mirar a mi alrededor. Me extraña que me haya citado en un lugar público tomando en cuenta que sus intenciones para conmigo son las de, citándolo directamente, «cogerme hasta el cansancio».

—¿Y para qué me llamaste?

—No me digas que tenías mejores cosas qué hacer porque no voy a creerte —alega Beyond; ruedo los ojos y suspiro de nueva cuenta —. Ni tus citas ni tus pseudo novias cuentan, no son más importantes que lo que voy a decirte.

—Escucha, no estoy para escuchar tus…

—¿Me dejas terminar? —interrumpe; a regañadientes me quedo callado —. Aunque admito que me muero por follarte de nuevo… —Hago el ademán de levantarme mas con un gesto de mano Beyond me detiene —. Ya, ya. Lo que voy a decirte no tiene nada que ver con eso. Es sobre Matt.

Eso llama mi atención. Beyond nunca hace caridad, y aunque supuestamente los tres —ahora cuatro contando a Mello— seamos amigos, tampoco ha hecho nada relevante por alguno de nosotros.

—¿Qué pasa con él?

—Me enteré de algo y es importante que él lo sepa. No soy taaaan mierda como crees.

—Entonces deja de darle vueltas al asunto y dime.

—¿Ves que sí era importante? Hasta el semblante te cambió. —Vuelvo a exigir una explicación y él ríe. Se aclara la garganta para proseguir —: Linda le está viendo la cara de idiota.

—Explícate.

—Que le está siendo infiel. Tiene algo con alguien más.

—¿Qué? —repito, incrédulo —. ¡No jodas! Eso no…

—Yo mismo la vi —asevera —. Fui con Near al restaurante de la hippie en Noche Buena, en un momento la vi salir y Near la siguió poco después, como tardaban fui a ver qué se traían y los vi comiéndose a besos en pleno callejón.

Se me queda mirando de forma seria, como pocas veces lo hace. Por mi parte, suelto una carcajada entre dientes pero después me es imposible contenerla; es inevitable contener la risa.

—¿Y esperas que te crea? Eso suena tan absurdo —tomo aire para poder hablar de forma clara, no obstante no lo logro y continuo riéndome; ha sido bastante cómico —. Venga, ¿sabes lo qué estás diciendo? ¡Estás hablando de Near y Linda! De Linda la mojigata y Near el asexual. Suena más estúpido cada vez que lo repito.

Al contrario de cualquier persona normal, Beyond no se ofende ni nada por el estilo, al contrario, también me sigue un poco el juego a la hora de carcajadas. Cuando yo puedo normalizarme, él también lo hace. Deja de lado el menú y vuelve a mirarme de forma seria. Es demasiado voluble, al menos sus expresiones lo son; usando el nombre de una enfermedad a la ligera, podría decir que es bipolar.

—Si no los hubiera visto, yo tampoco lo creería. Pero piénsalo, tiene algo de sentido —medita un poco sus palabras para comenzar a enumerar con los dedos —: Near y Linda siempre se juntan para los trabajos, Linda ha estado distante con Matt y Near ha estado más social de lo habitual. Además, ¿por qué tendría que mentirte? Pregúntale a Near si quieres, no creo que te lo vaya a negar. Es más, puedo asegurarte que lo que él buscaba era que me enterara porque sabría que iba a decirle a Matt.

—¿Y según tú por qué haría eso? ¿Le gusta Linda o algo así?

—Con lo raro que es ni lo dudo.

Pienso en todo lo que me ha dicho. Acepto que tiene una lógica mínima. Aunque no he hablado con Matt como antes, es evidente que su relación con Linda no anda del todo bien y si bien de Near no sé nada no creo que Beyond lo beneficiaría o perjudicaría solo porque sí. Quiero confiar en eso de que Beyond no es tan mala persona como para jugar con un tema como este.

—¿Y por qué no hablaste directamente con Matt?

—¿Crees que me hubiera creído? Si tú no lo haces del todo, Matt menos. La hippie le tiene el cerebro lavado. Por eso recurro a ti.

—Porque a mí sí me va a creer —declaro.

—Vaya, si no eres tan idiota.

Sin decir nada más salgo del local, no estoy dispuesto a seguir escuchándolo. Detesto que me llamen de esa manera. Me creé esa imagen pero yo no soy un idiota, y odio cuando la gente que supuestamente es cercana a mí da por hecho que esa fachada conforma  mi personalidad. O más bien, solo le estoy dando vueltas al asunto: solo odio cuando Beyond me llama así.

.

.

.

Siempre me he considerado un mente simple. A pesar de tener rollos existenciales y de muchas veces enredarme conmigo mismo, no soy una persona fuera del promedio. Tengo diecisiete años, un padre trabajador, una madre amorosa, una vida estudiantil regular y metas y sueños que sé que no todos llegarán a cumplirse pero que me hacen la vida más llevadera. Mi existencia es también promedio, como la de miles de millones de personas, pero he aprendido a aceptarlo. Y que quede claro que no se trata de ningún drama adolescente ni estoy deprimido, se trata solo de mi visión de la vida, como la onda del destino y las casualidades.

«El hombre no es nunca feliz pero se pasa toda la vida corriendo en pos de algo que cree ha de hacerle feliz. Rara vez alcanza su objetivo. Y cuando lo logra solamente consigue verse desilusionado». Esa frase de Schopenhauer describe una parte de mi forma de pensar. Podría decirse que soy seguidor entre las sombras de la corriente pesimista, al menos solo de algunos aspectos. Tampoco es como si fuera la tristeza hecha persona.

Aunque por fuera parezca una persona despreocupada y hasta social, soy casi todo lo contrario. Admito que cada vez es más complicado seguir manteniendo esa careta. Detesto las fiestas, el alcohol, el sexo casual y, sin querer sonar misógino, incluso en muchas ocasiones las mujeres suelen serme desagradables, al menos con las que me relaciono. Decir esto resulta contradictorio tomando en cuenta que siempre asisto a reuniones, bebo hasta perder la consciencia y mi colección de chicas es muy amplia. Pero, ¿qué no es eso lo que la mayoría de los chicos de mi edad hacen? Beyond, Mello, hasta Matt con todo y su lealtad desmedida. Solo no quise desentonar, quise ser normal, quise rellenar una existencia promedio. Sin embargo nunca conseguí absolutamente nada.

No he terminado de conocerme a mí mismo, o más bien nunca me he tomado la molestia de forjar mi personalidad. Se me hizo más fácil ir tomando aspectos que rodeaban mi vida y adaptarme a ellos como si fuesen verdaderas partes de mí.

Todavía recuerdo cómo comenzó. Fue durante la primera fiesta a la que asistí con Matt cuando estábamos todavía en secundaria; bebimos, bailamos, ligamos y fue la también fue la primera vez en la que me vi involucrado con una chica en algo sexual. Como se sentía bien y me gustó conforme pasó el tiempo le acabé tomando el gusto y de ahí nació esa faceta fiestera que he ido llevando y que no pienso cambiar por el momento. Ahora tengo cosas más importantes en que pensar, como en Matt por ejemplo.

Matt ha sido mi mejor amigo desde que éramos muy niños. Nuestra amistad comenzó de forma tonta, de esas conversaciones infantiles de «¿quieres convertirte en mi mejor amigo?» a lo que él respondió «bueno». Algo así como un juramento matrimonial hecho cuando apenas y podíamos distinguir las diferencias entre niños y niñas. El que estudiáramos en el mismo lugar y que tuviéramos tantos intereses en común ayudó a que nuestra amistad prosperara.

Recuerdo cuando me quedé a dormir en su casa por primera vez, cuando charlamos acerca de nuestros miedos en la vida, la entrada a la preparatoria, nuestro casi cuarteto sexual con otras dos chicas que ya olvidé cómo se llamaban, entre muchas otras cosas. Lamentablemente ahora todo eso se me antoja lejano, como si ya no fuese así y en cierta forma, aunque me insista en negármelo, sé que ya no lo es ni lo será. Matt me cambió por Mello y tampoco lo puedo culpar, menos cuando yo me alejé primero.

Miro la foto con la que tengo registrado en mi celular el contacto de Matt. Elegí una de cuando teníamos trece o catorce años en la que usaba lentes de montura negra consecuencia de una miopía bastante elevada, los videojuegos cobraron su factura. Me gusta burlarme de esa etapa de su vida y siempre lo expresé abiertamente; creo que esa fue una de las razones por las que optó por los lentes de contacto, por mis burlas y por Linda quien resultó ser una puta.

Dejo de mirar la foto y abro la aplicación de What’s App, busco su contacto y lo abro para comenzar a escribir un mensaje. Por suerte Matt está en línea.

«Tengo algo importante que hablar contigo. Puedes mañana?»

Él mira el mensaje casi al instante; responde con la misma rapidez.

«Hola! Y mañana no puedo, quedé con Mello»

No me sorprende que vaya a verse con él, es su nuevo mejor amigo después de todo. Siento celos de la situación, de Mello y del vínculo que yo ya no tengo con Matt.

«Entonces el lunes después de clases, o antes si se puede. Es de verdad muy importante»

«Ok. Entonces el lunes»

«Nos vemos»

Y esa es toda la conversación, no contesta más.

.

.

.

Después de lo que pareció una eternidad, por fin llegó el lunes. Comenzó como un día normal; me levanté, lavé la cara, vestí, desayuné y mi madre me llevó al colegio. Al llegar saludé a las mismas personas de siempre, me encaminé al salón y tomé la fascinante clase del profesor Yagami, y no, no lo digo con sarcasmo, su materia de hecho es mi favorita; aparte pronto habrá exámenes y debo poner la suficiente atención en todo para pasarlos.

Después se le vienen un par de clases más y el receso; Matt se fue con Mello y no volví a verlo sino hasta que las clases volvieron a reanudarse. De eso siguen Lester, Mikami y otra profesora de la que nunca me he tomado la molestia de aprenderme su nombre por lo irrelevante que es esa materia para mí. Cuando el timbre que anuncia la hora de salida se deja escuchar, Matt sale con Mello y no me da tiempo de interceptarlo para que podamos hablar; como tampoco me dan ganas de esperar a Beyond o de seguirles viendo la cara a Linda y Near que están como si nada, me levanto del asiento y me dirijo hacia la salida con la esperanza de poder hablar con Matt de una vez por todas. Por suerte es así ya que logro interceptarlos a él y a Mello antes de que dieran un paso fuera del colegio, y también por suerte ni Linda ni Near ni Beyond se ven por la redonda.

—¡Hey, Matt! —me acerco a donde ellos, conforme avanzan mis pasos comienzo a sentirme nervioso.

¿Qué se supone que voy a decirle con exactitud? No es algo que pueda soltar tan a la ligera, menos en un lugar como este. Sin embargo, si no es ahora no será nunca; puede que no tengamos ninguna otra oportunidad para hablar y puede que incluso me acobarde con respecto a mi decisión.

—Alex, hola —responde él, animado. Mello únicamente me regala un asentimiento de cabeza.

—Matt —vuelvo a llamarlo apenas estoy a su par. Matt continúa mirándome  y Mello saca una tableta de chocolate para darle un mordisco. Mi voluntad flaquea, amenaza con romperse tal y como la tableta pero me animo a mí mismo pensando que es lo correcto —. ¿Tienes tiempo? Debo hablar contigo.

Parece pensárselo un poco.

—Ah, sí claro —expresa cuando logra recordar —. Sí, sí tengo tiempo. Dime qué es lo que necesitas.

Intercalo la mirada entre él y Mello, este último me devuelve el gesto de manera no muy amigable; debe presentir lo que voy a pedir. Paso saliva y, mierda, es más difícil de lo que imaginé.

—Es que... bueno… —Matt alza una ceja, procedo a explicar —: es que es algo delicado y me gustaría que habláramos a solas.

—No tengo ningún problema con que Mello escuche.

—Pero yo sí.

Juro que no lo dije de forma mezquina, quizá sonó de esa forma pero no fue la intención. Mello abre los ojos, frunce el ceño y su aura destila que está enfadado. Es una persona temperamental, no hace falta que seamos cercanos para notarlo. Además el que me dirija la mirada como si quisiera asesinarme es una pista contundente.

—No te hagas lío, Matt, te espero. —Mello alza la voz y, de mala gana, comienza a alejarse de donde nosotros.

No entiendo que es lo que le molesta tanto, solo le quitaré la atención de Matt por un par de minutos. No obstante, deteniendo cualquier otra acción de su parte, es el mismo Matt quien lo toma del brazo y le impide que se vaya.

—De verdad no importa que Mello esté aquí. —Lo dice dirigiéndose a mí. En momentos así me es inevitable pensar que Matt sí es un idiota.

La situación comienza a ser agotadora.

—Pero es algo delicado. —Ahora sí logra exasperarme —. Lo que tengo que decirte no es algo que se diga en un patio ni mucho menos con otra persona de por medio.

—Vamos, no puede ser la gran cosa.

—¡Que sí lo es!

—Alex, por favor, deja de alargar el asunto que tenemos prisa

—Pero es que…

—Di lo que tengas que decir de una vez.

—Pero …

—¡Dilo, Alex!

—¡Joder, Linda te engaña! —suelto desesperado, así tal cual y sin anestesia.  

Matt parpadea, confundido, apuesto a que todavía no termina ni siquiera de procesar la información; Mello luce sorprendido y juro que de igual forma todos los demás estudiantes a nuestro alrededor también están cotilleando respecto a lo que dije.

Que quede claro que le advertí que era algo importante.  

—Linda te engaña —repito para confirmar —. Sé que es difícil que me creas, yo tampoco…

—Espera, espera —interrumpe Mello, metiéndose en la conversación; Matt todavía se encuentra lo suficientemente desconcertado como para poder hablar —. ¿Te das cuenta de la magnitud de tus palabras? ¿Estás seguro por lo menos?

—Es una fuente confiable. Esa persona la vio.

—¿Y quién es esa persona?

—Beyond.

—¿Y esperas que me fíe de alguien como él? —Matt vuelve a tomar la palabra. De la conmoción pasó hacia el enojo, y debo admitir que verlo enojado me perturba; no porque me dé miedo sino porque son muy pocas las veces en las que lo he visto molesto de verdad —. Beyond es un imbécil que de seguro se aburrió y no tuvo una mejor idea que inventarse esa estupidez.

—No es ninguna estupidez. Piensa, Matt, tiene sentido. ¿Acaso no se habían distanciado?

—Una cosa es distanciarse y otra muy distinta es que me engañe. Además estamos hablando de Linda —expone como si fuera el mejor argumento, y en parte lo es. Yo tampoco creía a Linda capaz de algo como lo que Beyond me contó —. Y dime, ¿supuestamente con quién se está metiendo?

He perdido. Si ni siquiera meditó lo que le acabo de decir, lo siguiente le sonará todavía más inverosímil.

—Con Near.

Escucho a algunos reír a lo lejos, hasta el mismo Matt hace una mueca entre divertida y de coraje. Quien no ríe es Mello, como si fuera el único que no se está tomando a broma mis palabras.  

—Sé que es difícil de creer pero es la verdad. Matt, por favor, piénsa…

—No tengo nada que pensar —declara de forma tajante —. Sabes, a pesar de que ya no hablábamos como antes, te seguía considerando mi amigo. —Me es imposible no notar que utilizó la palabra «seguía» en lugar de «sigo» —. Creía que contigo pasaba igual pero ahora me doy cuenta que no.

—Matt, es la verdad, ¡te estoy diciendo la jodida verdad!

—¿Se puede saber qué mierda te hice para que me hagas esto?

—Parece que no me conoces. Tú mejor que nadie deberías saber que yo soy incapaz de hacer algo así.

La conversación sube de tono, llega al punto en que ya no puede ser llamada «conversación». Estamos discutiendo, estoy discutiendo con Matt por primera vez desde que nos conocemos.

Su ceño se frunce más, se sonroja por la cólera y se acerca de manera amenazadora a mí. No me quedo atrás y hago lo mismo. Es mi amigo y lo quiero pero se está comportando con un verdadero imbécil.

—¡Eres un idiota, Alex! —Y casi sin que me diera cuenta, pasamos a los gritos —. ¡Un jodido idiota! —Y también a la violencia física; me empuja y apenas puedo mantener el equilibrio.

—¡Más bien el idiota eres tú! Si tanto quieres, quédate con tu puta para que te siga viendo la cara de idiota.

Y esa fue la gota que derrama su vaso.

Me lanza un puñetazo en la cara. No es tan rápido pero como no lo vi venir, me da de lleno en la mejilla. Retrocedo un paso y me le quedo viendo con los ojos abiertos, juro jamás lo había visto así de enojado. Lo peor de todo es que está así conmigo por defender a una persona que no vale la pena.

Mello también queda tan sorprendido como yo por la acción recién acontecida. Espabila y se pone frente a Matt para evitar que haga cualquier otra cosa tonta de nuevo. Luce preocupado, sé que como yo tampoco había visto a Matt así de molesto.

—Matt, relájate. ¿Acaso no eres tú quien siempre dice que voy a meterme en problemas por mi temperamento? Ahora tú dame el ejemplo y contrólate. —Mello intenta calmarlo, lástima que sus esfuerzos son en vano ya que Matt no cambia ni su postura ni su semblante.

—¡Suéltame, Mello! ¡Déjame partirle la cara a ese idiota!

Ni siquiera a Matt dejaré que me llame de esa forma.

Me acerco de nueva cuenta, justo en el momento en que Matt logra zafarse de nuevo. Volvemos a estar frente a frente y ahora quien suelta el golpe soy yo, justo en su bonita nariz llena de pecas. Y los golpes siguen un par de segundos; él me pega y yo igual. Estaba por asestarle otro puñetazo justo en el momento en que llega el director a detener la pelea.

Nos regaña y no me tomo la molestia de analizar sus palabras. Mirándonos a Matt y a mí, nos pide que lo acompañemos a su oficina. Mello luce preocupado, antes de que nos retiremos alcanza a avisarle a Matt que lo estará esperando. A mí ya nadie me esperará.

Durante todo el camino vamos en silencio, si ni siquiera nos dirigimos la palabra menos vamos a hablar. Y al llegar a la oficina del director Roger este nos da el sermón de nuestras vidas. Por suerte, al ser nuestra primera falta de ese tipo, queda como una llamada de atención y no llega al grado de suspendernos.

Matt y yo salimos al mismo tiempo de la oficina. De nueva cuenta ni se molesta en mirarme y se va por su lado. Ignoro la opresión en mi pecho y camino por el lado contrario. Ahora verdaderamente siento una brecha entre los dos.

.

.

.

Los exámenes dan comienzo días después, mismos que contesté lo mejor que pude. Estudié como nunca antes lo había hecho; tampoco me maté repasando materias, solo le eché un poco de más ganas de lo normal. Estrategia que espero dé resultados, después de todo es el primer paso para demostrar que no soy un imbécil y, más importante que eso, demostrarme a mí mismo de qué tanto soy capaz de lograr.

Comenzar a forjarme.

Estamos en clase de Yagami. A media explicación del tema, Mikami toca la puerta del aula pidiendo la entrada. El profesor de lógica le permite el paso y después de intercambiar un par de palabras y de miraditas extrañas —existe el rumor de que entre ambos hay algo—, Mikami abre el folder que lleva consigo y nos mira a todos en general.

—Vengo a anunciar los lugares del ranking de los últimos exámenes.

En Wammy´s House eso es de lo más común. Se hace dos veces al semestre, al inicio y al final de este. Una de las filosofías de la institución es someter a sus alumnos a competencia para que así todos estemos motivados a dar lo mejor de nosotros y aspiremos a obtener el primer lugar; al parecer definirnos bajo un número ha dado los mejores resultados desde que el colegio se fundó. Aunque me parece un método cruel y ortodoxo, no es como si pudiese hacer algo para cambiarlo.

Yagami se recarga en su escritorio y mira a Mikami con atención, pareciera que también le causan interés los resultados. Mikami comienza a leer y todos escuchamos atentos. Es en orden ascendente, sin embargo los últimos lugares a nadie le interesan. Los verdaderamente importantes son el tercero, el segundo y el primero, los que las últimas veces han ocupado Matt, Mello y Near respectivamente.

—El tercer lugar le corresponde a Mihael Keehl con un promedio de noventa y siete. —Mello abre los ojos más de la cuenta. Por el rabillo del ojo observo que hace el ademán de levantarse de su butaca sin embargo Matt detiene cualquier acción por su parte. Murmuran algo entre ellos mas no alcanzo a escuchar nada. Desde que me siento más alejado de donde ellos se me ha vuelto imposible seguirles el rollo —. Las primeras posiciones estuvieron reñidas, no obstante con la diferencia de un punto, Nate River queda en segundo lugar con un noventa y nueve. — Dentro de lo que su estoica expresión puede permitir, la cara de Near es un poema; también abre de más los ojos y retuerce un mechón de cabello con empeño; alcanzo a ver cómo Beyond se burla de él —. Y el primer lugar, obteniendo el puntaje máximo de cien, está Alexander Lynch.

La exclamación es general, ni yo puedo evitarlo. Para que alguien que nunca ha sobrepasado el cuarto lugar de pronto se encuentre en primero, es casi como si fuera una señal del Apocalipsis.  Mikami y Yagami también se ven sumamente desconcertados, bueno, también reconozco que aún no me la termino de creer. Estoy sorprendido con lo que he logrado, no creía ser capaz de tanto.

Busco la mirada de Matt pero él está más enfocado en Mello y su shock como para prestarme atención a mí. Al sentir algo detrás de mí, me giro y alcanzo a ver  cómo Beyond me sonríe, la forma en que lo hace me resulta perturbadora.

Como lo del ranking es algo muy común, apenas termina de dar la información Mikami sale sin más. Yagami continúa su clase como si nada, ajeno al desbarajuste que se ha provocado o al menos ignorándolo de forma olímpica. Hago lo mismo, me dedico a pasar apuntes y a poner atención en clases.     

Cuando las clases terminan, guardo mis cosas y salgo del salón. Recorro un tanto los pasillos y no pasan ni dos segundos cuando alcanzo a escuchar el llamado de Beyond. Lo ignoro todo el trayecto desde que salimos del colegio hasta llegar a las calles de la ciudad. Cuando ya estamos cruzando el parque es cuando, harto, me giro a verlo. Él sonríe de forma ladina, como si la situación la divirtiera. A él verdaderamente le queda la etiqueta de «fenómeno».

—Creía que ya no me hablarías, que ya se te había subido eso de ser el número uno ahora —menciona sarcástico aunque a decir verdad ese pareciera ser su tono de voz natural —. Pero quiero que sepas que a mí no me molesta estar detrás de ti, al contrario, esa es mi posición favorita.

—No seas imbécil.

—Es que en serio, fue épico. Les pateaste el trasero a Mello y a Near, más bien el orgullo. ¿Fue algo así como una forma de vengarte de Matt y de Linda de forma indirecta?

—Eso no tiene nada que ver. Por mí Matt puede seguir con esa zorra.

—Eso no es verdad y lo sabes. Eres demasiada buena persona como para dejar de lado a tu amigo de toda la vida así como así. —Al parecer también se ha tomado el tiempo de analizarme, o tan solo se trata de que es muy observador. Sea cual sea la razón, Beyond ha sido la persona que más ha acertado en algo con respecto a mí hasta ahora —. Eres una persona muy noble, Alexander, la más noble que conozco. Y admito que eso me causa asco.

—Y si tanto asco te causa, ¿por qué sigues detrás de mí? Si ya follamos no sé qué más quieras. Y no creo que me vayas a salir con la mierda de que te has enamorado de mí.

—Obviamente no. Eso, como dices, es estúpido. Solo me gustas bastante. Y ahora que tampoco debo compartirte con Matt, porque es evidente que se pelearon, te tengo solo para mí.

Un switch se activa dentro de mi cabeza. Comienzo a relacionar cosas. El por qué Beyond me confío aquello aparentando ser un supuesto buen amigo, la razón por la que me incitó a contarle yo a Matt lo sucedido cuando él mismo pudo haberlo hecho. Todo tiene sentido.

Creo que sí soy un idiota.

—¡Eres un maldito hijo de puta! ¡Lo planeaste! —grito a la vez que le doy un empujón —. Me manipulaste para que le dijera a Matt lo de Linda a sabiendas de que mi amistad con él iba a terminarse.

Como respuesta, lo escucho reír.

—Debo aceptar que no creía que dejarían de ser amigos. Eso superó mis expectativas —admitió quitado de la pena, eso me hizo enfurecer todavía más.

—¡Eres un enfermo, un cínico, un imbé…!

Se acerca a mí y me toma por ambos brazos. Como puedo me deshago del agarre. Como pocas veces luce serio, me mira como nunca antes lo había visto.

—Te lo acabo de decir: tu punto débil es ser buena persona, eso hizo todo más fácil —explica. Solo puedo fruncir todavía más el ceño —. Podrás ser el más listo de todos, tener un IQ más elevado que el de la media y que el mío, pero te falta malicia, Alexander, te falta mucho para poder superarme y por esa razón vas a dejarte someter.

Toma mi rostro entre sus manos y me besa. Es un beso rudo, burdo e inclusive doloroso. Me muerde y así es como logra meterme la lengua hasta la garganta. Intento retirarlo, no lo logro sino hasta algunos segundos después y es él quien me suelta.

A pesar de estar al aire libre y en un lugar público, me siento atrapado; el aire falta, estoy sofocado y sigo sin poder quitarme el pensamiento de que soy un verdadero idiota. Me falta tanto por aprender, tanto para forjar quién diablos soy y explotar mi potencial para poder ganarle.

—Eres un enfermo —expreso.

—No me hables de esa forma. Conociendo tu forma de ser no dudo que tú sí termines enamorándote de mí. —Vuelve a tomarme por los brazos, lástima que ya no tengo el ánimo de escapar. Ahora soy yo quien está en shock —. Sé que también te parezco atractivo.

—No jodas. Yo jamás podría sentir algo por alguien como tú.

—¿Es por qué no soy una buena persona? ¿Acaso no eres tú el que sigue la jodida filosofía de Rousseau y cree que todos son buenos por naturaleza?

No contesto nada a eso. Sigo creyendo que casi todos son buenos por naturaleza, todos menos él. Él está loco.

Me arrepiento de todo, de haberme juntado con él aquella vez, de al menos no haber llamado a Matt para que nos acompañara, de habernos embriagado en esa fiesta. De todo, me arrepiento de todo.

Fue en una fiesta de… ni siquiera lo recuerdo. Matt andaba raro, además había ido a ver a Linda, así que para no perder la oportunidad de asistir recurrí a Beyond para que me acompañara el cual aceptó. Se suponía que éramos amigos, no había nada de raro en nada. Llegamos y nos embriagamos al instante, todos estaban en las mismas condiciones que nosotros; nos acercamos a una chica la cual, ante mi vista nublada por el alcohol, estaba muy guapa y parecía dispuesta a todo.

Entramos los tres a una recamara los tres y las cosas subieron de tono. Estaba cumpliendo esa burda fantasía del trio. Nos desnudamos, la besábamos, nos restregábamos e incluso nos hizo una felación a cada uno. El ambiente era ensordecedor, ella estaba tan entrada que en un desvarío nos pidió que nos besáramos para cumplirle una fantasía bastante extraña de ver a dos tipos en una situación así. Como yo tenía la curiosidad de intentarlo con un hombre no puse objeción, Beyond tampoco y así que terminamos obedeciéndola. Al parecer duramos bastante rato en ese intercambio de saliva que la chica se quedó dormida. Debido a que seguíamos calientes y no íbamos a quedarnos con las ganas, terminamos follando.

Me gustó, no lo niego. Fue raro y muy doloroso pero me hizo tocar el cielo; ahí comprendí el verdadero valor de la próstata. Por seguirle el juego a mi supuesto amigo que supuestamente también quería experimentar, repetimos en el «lugar secreto», y fue incluso mejor que la primera vez. Sin embargo, una vez saciada la curiosidad, no quise más. Supuse que la experiencia podía quedarse como un secreto entre amigos pero grave error. Beyond pareció tomarle mucho más el gusto así que, porque a él le dio la regalada gana, continuó tras de mí.

—Alexander, te convengo de muchas formas. Soy quien mejor te conoce —dice ya alejado de mí, encogiéndose de hombros, como si estuviera hablando de cualquier otra estupidez de menor magnitud —.Yo sé que no eres un mujeriego, lo haces solo porque no tienes nada mejor que hacer y tienes el físico; no eres un idiota, solo no te gusta presumir ni ser pretencioso; y por sobre todo sé que buscas descubrir quién eres en realidad. No voy a ayudarte en eso ni a convertirme en tu razón de existir pero podemos divertirnos mientras lo haces. Todo sería más fácil si aceptaras.

Me asusta que haya acertado, sin embargo por alguna razón no puedo evitar reír. Beyond alza una ceja, eso no debió esperárselo.

—Eres una mierda. Y estás loco.

—No lo estoy, solo soy honesto conmigo mismo así como tú quieres serlo. Eso nos hace tener algo en común.

—Tú y yo no nos parecemos en nada —objeto lo más seguro que puedo y doy media vuelta, no quiero seguir escuchando idioteces de su parte.

Me alejo lo más rápido que puedo, Beyond no hace el ademán de seguirme. Sin embargo, durante todo el trayecto hacia mi casa, no puedo dejar de imaginarme su irónica sonrisa. Y eso me da el suficiente coraje para prometerme a mí mismo que nuca volveré a caer ante nadie, después de todo también puedo jugar el mismo juego.

Ahora tengo el valor de ser yo, y mi «yo» no va a caer.

.

.

.

Notas finales:

 ¡Hola! ©

Y ahora sí se viene la súper-súper explicación:

Verán, la verdad es que me desanimé mucho con respecto a esta historia. No es que le haya perdido el amor o que pensara en borrarla, más bien llegó el punto en que me aburrí de escribirla, por decirlo de alguna forma; de igual forma me metí de lleno al fandom de Owari no Seraph. Además también estuvo el hecho de que me vi en el punto en qué, aunque sabía qué iba a suceder, no supe cómo continuar.

Nunca planeé dejar de lado esta historia así que esperé el momento en que volviera la inspiración (no iba a escribir solo porque sí para entregar capítulos de mala calidad), y por fin, luego de meses de hiatus, ese momento llegó.

No prometo actualizaciones seguidas debido a que sigo enfocada en terminar otras historias. Quiero quitarme esas espinitas para volver de lleno a este fic. Por lo que les pido mucha paciencia y comprensión :3

Gracias a Alexgeta, PuliXD, Lizzy, Nancy, Valencia, a mi querido o querida Anón y a Demon Lady por sus reviews.

A todos en general, ¡GRACIAS!

Ellie…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).