Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Drama Queen por Ellie77

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disclaimer: Death Note pertenece a Tsugumi Oba y a Takeshi Obata.

Pairings: MxM ǀ BxA ǀ NeLi ǀ LxL.

Advertencias: AU ǀ Lenguaje vulgar ǀ Yaoi (Boy’s Love) ǀ Hetero ǀ Conteniedo sexual ǀ OoC ǀ Presencia de OC’s.

N/A: Gracias a Nancy♥ por su review.

 ǀ Drama Queen ǀ

 

Capítulo 17:

Dude, dime quién eres

.

.

Justo estás haciendo

Volar mi mente otra vez

Pensaba que había nacido

Para la noche infinita

Hasta que brillaste

 

High James Blunt

                                                                                                                     

.

.

Si ni a Halle ni a Giovanni les da por pasar un «momento de pareja», justo a media noche deja de escucharse ruido alguno en la casa. Es el momento perfecto. Ya sin temor de que alguien pueda interrumpirme, enciendo la laptop y tecleo en el buscador el nombre de esa fiel página que me ha acompañado en mis noches más solitarias.

A pesar de que muchos prefieren xvideos yo siempre he sido leal a porhub, más costumbre que otra cosa. Una vez que la página carga cliqueo en la palabra «categorías» y cuando estás aparecen me dedico a buscar la que me interesa, ignoro mis siempre usuales «teens» y «lesbianas» para abrir una que jamás pensé que visitaría: «gays».

Aparece una gran cantidad de videos; con tan sólo ver la imagen de referencia me siento raro. Todo es pectorales, esteroides, bello en pecho, penes descomunales, testosterona por doquier para resumir. Si bien no llega a causarme asco tampoco es como si me pareciera atractivo, aun así terminó abriendo un vídeo de dos adolescentes que a primera vista parecieran de mi edad, tal vez así me motivo un poco.

Me coloco los audífonos y bajo el volumen, pueden ser medidas exageradas pero no quiero que por nada del mundo se llegue a escuchar algo. El vídeo tarda un poco en cargar. Primeramente aparecen unos escuetos créditos para después dar paso a la escena de dos chicos sentados en el sofá los cuales, como en cualquier otra película porno, comienzan a besarse de la nada; hacen close up a sus lenguas entrelazadas y eso solo aumenta mi incomodidad.

Uno de los tipos toma al otro de la cintura para poder profundizar el beso, ahora comienzan a quitarse la ropa; no cabe duda de que se trata de una porno. Hay un cambio de escena y en esta, sin explicación alguna, están en una recámara ya desnudos y jalándosela mutuamente; a mi mente llega la escena que viví con Matt hace apenas unas horas en la que hicimos técnicamente lo mismo. Me logro calentar un poco, más que por la película lo hago por el recuerdo.

Y así, tan rápido como comenzaron con los juegos previos, uno le hace un oral al otro. Hay un acercamiento al ano del pasivo el cual se está penetrando con sus dedos; luego el enfoque es al pene del dominante, aunque pronto el otro chico se sienta en este y comienza a cabalgar. Los minutos restantes se tratan de eso, de cómo un pene entra y sale de un culo. Para cuando el vídeo termina yo ni siquiera he conseguido una erección, al contrario, fueron los quince minutos más extraños de mi vida. Si bien me sabía la teoría, fue bastante extraño ver a dos tipos follar.

Cierro la ventana y suelto un suspiro, trato de usar mi imaginación para poder obtener algún resultado. Pienso en Matt, recreo lo ocurrido en la tarde pero con un final parecido al de la película; yo metiendo mi pene o él haciéndolo conmigo, realmente da igual. Eso sí me prende y bastante. Queda demostrado que mi pene sólo responde ante las tetas o masturbar a Matt y que él haga lo mismo. Es aquí donde puedo sentenciar lo que ya venía sospechando: no me gustan los hombres en ningún sentido, no me imagino teniendo algún roce con uno, menos besarlo o cualquier otra acción con una connotación romántica o sexual. Soy heterosexual, me gustan las mujeres... Y me gusta Matt.

Abro una nueva ventana y comienzo a investigar casos parecidos al mío, al parecer es más común de lo que pensaba. Hay foros enteros y varias preguntas en yahoo respuestas dedicados al tema de la bicuriosidad. Encuentro un artículo de no muy buena fuente que me llama la atención ya que habla de que todas las personas en el mundo tenemos una excepción; relata a grandes rasgos la historia de un hombre que conoció a otro tipo en su trabajo y resultó en atracción mutua; aunque ninguno de los dos haya dejado de profanar vaginas, no podían negar que se gustaban y mucho. Creo que mi caso es similar.

Pasan los minutos y sin darme cuenta termino descargando un informe de Alfred Kinsey. Pongo especial énfasis en la escala acerca de los comportamientos sexuales; según las descripciones creo que me encuentro en el nivel uno. Joder, debería estar haciendo algo de provecho en lugar de esto. Sin que me dé cuenta ya son las tres de la mañana y he leído tanto que no sé cómo es que llegué a los trabajos de Freud acerca del amor que en secreto le profesé a mi madre y que el saber controlar mi ano me producía placer. Creo que necesito parar.

Antes de cerrar las ventanas borro el historial y todos los trabajos que descargué. Sé que nadie podría verlos pero siento una especie de pena conmigo mismo, no quiero que ni a mí me quede evidencia que recordar. Terminado eso apago la laptop y la pongo sobre la cómoda. Me arropo con la sábana y cierro los ojos, sé que voy a dormirme en un santiamén ya que toda esa investigación me dejó agotado; lo peor del caso es que perdí tiempo valioso que pude invertir estudiando para los finales.

Aunque a final de cuentas no fue algo tan sin sentido, descubrí algunas cosas interesantes acerca de mí: soy un heterosexual bicurioso que siente una fuerte atracción hacia su mejor amigo. Ahora la pregunta que no puedo sacarme de la cabeza es: ¿qué es lo que Matt será?

.

.

.

Mi cama se siente tan cómoda que no deseo levantarme jamás, sin embargo el hambre puede conmigo y logra que abra los ojos. Como acto reflejo tomo mi celular para revisar la hora. Él sueño se me esfuma por completo al ver lo tarde que es. Maldición, no escuché la alarma. Mientras me visto maldigo a Kinsey y al porno gay por provocar que me desvelara tanto.

Después de vestirme en tiempo récord bajo a desayunar; Halle y Giovanni ya se encuentran en el comedor. Mi hermana me mira con desaprobación mientras me bebo el jugo de golpe y devoro de una sola vez los hotcakes.

—Mello, come con calma. Yo puedo llevarte a la escuela. —Giovanni siempre es condescendiente. He aprendido a ver sus gestos con amabilidad y no cómo tácticas para ganarse mi cariño, al menos eso es en lo que Matt insiste.

Sé que Matt puede ver en Giovanni una figura paterna para mí, yo no lo veo así pero trato de entender el trauma que él tiene con respecto a su padre. Siempre me ha insistido en que es agradable y que debería darle una oportunidad; si bien no se la he dado del todo al menos intentó no estar tanto a la defensiva. Él esposo de mi hermana nunca será un padre para mí pero le permitiré que haga su lucha para ganarse su papel de cuñado, es lo más que puedo hacer por Matt y hasta por el mismo Giovanni; además siempre da buenos regalos, debo aprovechar antes de que yo me vaya a la universidad y de que Halle y él decidan tener hijos.

—Gracias. Hoy sí te tomo la palabra. —Me conviene aceptar su ofrecimiento para mejorar nuestra relación y toda esa cursilería familiar, y también porque olvidé ponerle gasolina a mi moto; no tengo dinero para eso, debo esperar mi mesada.

Halle mira a su esposo con un gesto de desaprobación.

—Deja que aprenda las consecuencias, no lo premies. Le servirá como lección para no volver a quedarse dormido.

—Vamos, de seguro tu hermano se desveló estudiando. Hay que ayudarle un poco.

Estudiar es lo que debí haber hecho y no dedicarme a descubrir de nueva cuenta mi sexualidad. Sea como sea me conviene que crean esa historia, así voy a lograr que Halle se ablande un poco.

—Sólo está vez, Mello —clava su mirada en mí. Sé que el asunto no es tan serio ya que no me llamó por mi nombre —, no voy a permitir que se te haga costumbre. Ya irás a la Universidad, muestra un poco más compromiso.

—Son contadas las ocasiones en las que me pasa pero está bien. Esta es la última vez, te lo prometo. —Quiero que sea así, tampoco me gusta estar dependiendo de otros.

Comienzo a comer más despacio. Disimuladamente le mandó un mensaje a Matt avisándole que me iré por mi cuenta y que no me espere, me contesta un simple «nos vemos allá» y continuo con mi desayuno. Cuando termino tomo mi mochila y sigo a Giovanni hasta su auto, subo y vamos durante gran parte del camino en silencio. Algunas cuadras antes de que lleguemos, pregunta:

—¿Te sientes preparado para los exámenes? Has estudiado mucho, de seguro te irá bastante bien. —Es un intento un poco pobre para iniciar conversación pero le aplaudo la intención.

—Sé que voy a aprobar.

De eso no tengo la menor duda, el problema radica en que debo —necesito— superar las notas de Near; además ahora no sólo está ese obstáculo sino también Alex quien tenía su intelecto muy bien escondido. Por eso tengo que esforzarme el doble y dejar de pensar en idioteces y homosexualidades.

—Eres muy inteligente, tal como tu hermana. Los dos se parecen bastante, sabes.

Alzo una ceja. Nunca he considerado que tenga mucho en común con Halle. Sé que si nos miran la gente sabe que somos familiares pero tampoco es como si nos pareciéramos mucho físicamente; Halle se parece mucho a mamá y yo salí más bien a mi abuelo materno, eso último lo decía mi madre. Y según yo nuestras personalidades tampoco se parecen mucho aunque eso puede deberse a que yo sólo conozco la faceta de Halle como mi hermana. 

—Si tú lo dices… —me encojo de hombros —. Aun así te daré el beneficio de la duda, tú conoces a Halle en aspectos en los cuales yo no.

—Créeme, es muy parecida a ti.

Sonrío, Giovanni igual lo hace. Como no quiero que se emocione tanto dejo de hacerlo y me pongo serio hasta que llegamos a Wammy’s.

Una vez frente al edificio salgo del auto y me despido de Giovanni. Entro rápidamente, justo en ese instante el timbre suena. Apresuro el paso para alcanzar a llegar a tiempo a clases. En el salón ya están todos menos el profesor, al parecer no me levanté con tan mala suerte. Camino en dirección a mi lugar y por inercia miro a Sayu de reojo mas ella desvía la mirada para luego agacharla; también observo a Near pero este permanece indiferente, lo único que me alegra es que el regalo que le hice aún no desaparece de su piel; su mejilla sigue de un bonito color morado que resalta a la vista.

Eso logra alegrar mi día de una manera increíble. Me siento en mi lugar, apuesto a que no puedo ocultar mi sonrisa. Matt silva al verme.

—¿Lo de ayer estuvo tan bien que todavía no sé te pasa la alegría?

Me sorprende su pregunta y lo que más lo hace es el tono con la que la dice. Matt no es ningún idiota, sí que sabe guardar las apariencias; lo que me queda por hacer es seguir el juego.

—Está sonrisa tiene otra causa pero admito que lo de ayer no estuvo para nada mal.

—Sabes que podemos hacerlo de nuevo cuando tú quieras, también me la pasé muy bien.

Es tan jodidamente genial saber que nadie entiende nuestro doble sentido, todos deben dar por hecho que se trata de una charla entre amigos de lo más normal. Nunca me ha gustado hacer comentarios delante de más personas acerca de mi intimidad pero esta vez, joder, la adrenalina que esto trae consigo me fascina.

No podemos seguir hablando ya que en ese momento entra el profesor Yagami. Se ve más serio de lo normal, podría decir que incluso está enojado ya que tira su carpeta al escritorio de forma violenta. Antes de poder hacer más suposiciones, de su maletín saca un plumón y comienza a escribir en la pizarra. Con unas cuentas palabras logra que algunos, incluyéndome, se nos corte la respiración.  

«Fecha de inicio de exámenes: 29 de mayo».

¿El próximo lunes? Es algo pronto para mí. Además el primer examen es el del profesor Yagami y no quiero ni imaginarme qué clase de prueba se sacará de la manga estando él con ese humor. Su clase jamás se me ha complicado pero sus exámenes siempre son difíciles; no quiero confiarme, menos cuando las cosas con Sayu terminaron tan mal; sea como sea no creo que él sea de los profesores que tomen represalias, es muy correcto después de todo. Solo me queda esforzarme el triple.

No da ningún otro anuncio. Light Yagami se sienta en su lugar y nos pide que saquemos el cuaderno de su materia. Su clase transcurre como de costumbre, es evidente que se encuentra irritado; habla más rápido de lo normal y lo único que puedo hacer es tomar notas a la velocidad de la luz.

.

.

.

Matt nunca se ha preocupado demasiado por sus calificaciones ni por su futuro en general, él es de las personas que se toma demasiado en serio eso de vivir el presente. Hakuna Matata dice él y yo le contesto que no sea imbécil. Aun así de un tiempo a la fecha el que lo ha animado para que le ponga aunque sea un poco de empeño a la escuela soy yo. No creo que me haya convertido en su modelo a seguir pero al menos accede a estudiar estando conmigo.

No sé cómo mierda aprobaba antes de conocerme, inclusive me es un misterio que tuviera tan buen promedio. Supongo que se debe a que es un genio natural y eso logra causarme un poco de envidia. Siempre he sido inteligente pero todos mis logros son gracias a intensas horas de estudio y varias tazas de café moka; me es frustrante que alguien logre lo que yo sin eso de por medio.

Vamos a su casa el miércoles y el jueves y el fin de semana estudiamos en la mía. Matt siempre ha alegado que en mi casa se concentra mejor; yo sé que esa «motivación»se debe al servicio de cable, a la cuenta de Netflix y al aire acondicionado. El disfruta más de los lujos que yo.

Estamos en mi habitación ambos sentados en el suelo; para ser equitativos ninguno se pidió la cama.

—Bien, ya repasamos física, también literatura y química —dice Matt luego de que ya tenemos un buen rato estudiando —. ¿Cuál nos falta?

—Ahora vamos con lógica —anuncio.

—¿De nuevo? Esa la repasamos apenas ayer.

—Pues lo hacemos de nuevo. En esta materia debo poner especial atención.

—Mello, Yagami no va a hacerte nada. No dudo que te odie por dañar a su hermana pero dentro de todo es profesional —expone, yo solo frunzo el ceño.

—No se trata de eso. Sabes que sus exámenes siempre son complicados, muchas veces es por culpa de esta materia que mi calificación baja. Además es el primer examen que vamos a tener.

—Tus notas son grandiosas.

—No son suficientes.

Veo que Matt rueda los ojos pero no me importa. Saco la libreta de lógica y un libro que pedí prestado en la biblioteca. Comienzo a estudiar como si la vida se me fuera en ello.

—Para mí eres bastante bueno, sabes.

—No me basta con ser «bastante bueno», solo quiero ser «bueno» a secas, quiero ganar.

Es de la única manera en que se me ocurre cómo expresar mis deseos. Quiero ganar, así de simple. Quiero sentir que soy el mejor. Ganarle a Near, ganarle a Alex, ganarle a todos; quiero saber que soy mejor que cualquiera, quiero que mis esfuerzos realmente rindan frutos. Me conozco, sé cómo soy y no voy a descansar hasta que sea así.

Matt también saca su libreta y le da una rápida hojeada a las hojas sin ver nada realmente. La deja de lado y sé que está observándome porque siento su mirada sobre mí. Suelto un suspiro. Me es algo incómodo así que termino viéndole también.

—Me desconcentras.

—Nada se te va a pegar si estás tan tenso. Relájate un poco.

—No puedo bajar la guardia.

—Aún tenemos mañana para estudiar y si quieres el lunes llegamos temprano para que puedas repasar todo de nuevo. Pero si sigues de esta forma lo único que vas a ganar es que nada se te quede en el cerebro; te irá mal en los exámenes y de paso también acabarás con mi paciencia, y mira que tengo bastante.

Hago una mueca, en el fondo sé que tiene razón aunque tampoco quiero reconocerlo. Sin importarle mis argumentos, Matt se acerca y me quita el libro y el cuaderno. Trato de inhalar y exhalar para tranquilizarme; tampoco quiero que mi estrés me haga decirle alguna idiotez de la que de seguro voy a arrepentirme luego. Normalmente no soy tan considerado pero, ahora, se trata de Matt.

—¿Tienes hambre? ¿No quieres que te traiga algo de la cocina? —propone Matt. Por extraño que parezca no tengo nada de apetito.

—Paso.

—¿Ni siquiera chocolate? —Parece realmente sorprendido —. Entonces sí que estás estresado.

A pesar de que rechacé su oferta, Matt se levanta y sale del cuarto. Mientras lo espero no puedo evitar preguntarme si esto de verdad tiene el peso que le estoy dando. Por Dios, ni siquiera lo hago por asegurar un mejor por venir; mis razones son demasiado infantiles en comparación con mis acciones. Creo que soy un tipo bastante acomplejado… No, no, no, ¡eso no! Solo soy competitivo. Eso se escucha mejor. Esa es la verdad.

De alguna forma en Near encontré un obstáculo que deseo superar, algo así como una meta que tengo que alcanzar sí o sí. Sé que le golpeé, que fácilmente puedo hacerlo mierda pero quiero ganarle en el ámbito que me supera; también, de paso, darle en su ego y que eso sirva como una especie de castigo por lo que le hizo a Matt.

Justo en el momento en que se me vuelve a venir a la mente, él entra de nuevo a la habitación. Trae consigo una barra de chocolate la cual me avienta; logro tomar el dulce entre mis manos.

—Entre tantos cajones no encontraba tus cosas. —Trata de justificar su tardanza, yo suelto un suspiro.

—No es una alacena tan grande, lo que pasa es que tú exageras —menciono con aburrimiento, mirando la barra de la misma forma —. En serio que no tengo nada de hambre.

—Si dejas de comer te verás menos guapo. —Doy un respingo, ¿qué ha sido eso? No me lo esperaba.

Debo reconocer que eso ha logrado que me apene, solo un poco cabe aclarar. Desvió la mirada y, como no quiero que haga otro comentario similar, abro el chocolate para comenzar a comerlo. Matt se sienta a mi lado y permanece mirándome, no sé qué es lo que pretende con exactitud.

—No te preocupes tanto por eso, son solo notas —comienza a decir en tono apacible. Nunca me ha gustado que me consuelen pero le permito que siga —. Quiero que estés bien. A final de cuentas vas a poder ir a una gran universidad y vas a triunfar en lo que sea que estudies. Puedes ser doctor, ingeniero, astrónomo, lo que sea. Y te irá bien.

Nunca he creído que las palabras sean suficientes para demostrar algo. Al final son solo eso, palabras. Pero esta vez, como pocas veces en mi vida, un palabrería común y corriente ha logrado que se me levanten los ánimos.

—Aprecio tu esfuerzo por hacerme sentir mejor, Matt. —Lo digo con toda la sinceridad del mundo.

Volvemos a mirarnos a los ojos y, joder, tal y como sucede en las películas, justo en el momento de la escena cursi y cliché, nos acercamos para terminar besándonos. Esto parece un mal chiste, en serio. Atravieso un momento difícil, él me brinda su apoyo y ahora nos estamos besando como si no hubiera un mañana. Ya ni siquiera pienso en que estoy besando a un chico o a mi mejor amigo, ahora fluye de forma tan natural que es como si hacer esto fuera lo más normal del mundo, lo que me nace hacer. Besar a Matt es de la cosa más increíble y placentera, además de simple, que he hecho en mi vida.

En escasos segundos el beso se vuelve más intenso. A pesar de que noto que quiere tumbarme, yo soy el que termina tirándole en el suelo, quedando encima de él. Siempre me ha gustado ser el que manda y eso no parece incomodar a Matt. Detalles así me hacen darme cuenta de que funcionamos en muchos sentidos.

Paso de besar sus labios a besar su mentón, después bajo por su cuello. Lo escucho reír y se siente un poco extraño escuchar una risa más grave de la que estoy acostumbrado, aunque esa sensación tampoco me dura mucho ya que es opacada por todo lo demás que me provoca estar haciendo esto.

Pronto siento cómo Matt enreda sus dedos en mi cabello y tira fuerte de este; suelto un gruñido debido a que es algo que me irrita. Levanto mi rostro y lo miro a los ojos, me encanta la tonalidad verde de estos. Él sonríe y aprovecha para ahora besar mi cuello; muerde con fuerza y succiona, sé que va a dejar marca. Tampoco me gustan los chupetones en lugares visibles así que debo vengarme. Me separo, tomo su rostro por la barbilla y lo alzo para poder tenerle a mi merced; muerdo y chupo con mucho más esmero del que él usó, planeo que la marca le quede peor. Lo escucho quejarse entre risas pero no hace nada para evitarlo.

—Eres un salvaje —logra articular.

—¿Y qué no te gusta?

—Más de lo que esperaba.

Volvemos a besarnos. Es uno de esos besos arrebatados en los que pareciera que te quedas sin aire. Tan solo nos separamos un momento para en menos de un segundo volver a lo mismo. Duramos así bastante rato, no sé cuánto en realidad.

—De cerca se te notan mucho más las pecas —señalo en un momento en que dejamos de compartir saliva.

—Pues tú tienes algunas espinillas. ¿Ves a lo que me refiero? Deben ser por estrés.

—Esas cosas realmente me tienen sin cuidado.

—No te preocupes, aun así me gustas.

Meto la mano por debajo de su playera; aunque no acarició más allá de su pecho, siento como la adrenalina de la situación aumenta. Por su parte, Matt toma el borde de mi camiseta y comienza a alzarla hasta que me la quita. Soy consciente de lo que está sucediendo pero no termino de creerme que realmente esté pasando. Es demasiado… pronto.

Seguimos besándonos todavía; yo con el torso desnudo y él retorciéndose debajo de mí. Sea como sea creo que Matt tiene una sensación similar a la mía ya que no hace nada para que la situación suba de nivel. No es como si la calentura se nos hubiera bajado pero, al menos a mí, algo me detiene. No quiero decir que es miedo porque sé que no lo es; se trata de algo parecido pero no sabría cómo nombrarlo.

Cuando tuve la oportunidad de estar con una chica por primera vez no lo pensé dos veces, estaba bastante emocionado con la idea de perder la virginidad por eso no fui capaz de rechazar a quien en ese instante se me ofreció en bandeja de plata. Sin embargo ahora es diferente. Yo nunca he estado con otro hombre, ni siquiera llegué a imaginarme que esto fuera a ocurrir algún día; por eso aunque sepa cómo va el asunto del sexo anal, me siento algo nervioso. No quiero pasarla mal, tampoco quiero que Matt lo haga. Mierda, qué pensamiento más gay. Esto está pudiendo conmigo.

La intensidad poco a poco va disminuyendo. Matt muerde mi labio inferior y después aleja su boca de la mía por completo. Lo veo tratar de sentarse así que me hago a un lado. Mierda, aunque mi cerebro no esté preparado para dar un paso así, mi erección da a entender todo lo contrario. No ha bajado ni un poco.

Aprovecho que Matt se está acomodando la ropa para poder ir al baño. Como no planea bajar por sí sola, debo ayudarme un poco. Me paro delante de la taza del baño, bajo mis pantalones y comienzo a descargarme. Es patético, una mierda.

Cuando he terminado procedo a limpiarme. Vuelvo a acomodarme los pantalones y me mojo un poco la cara. Supongo que estoy listo, al menos me he liberado. Salgo del baño más tranquilo pero esa sensación se esfuma cuando veo a Matt sonreírme de manera tan socarrona.

—Yo te hubiera ayudado a terminar, sabes.

—Si no era de la forma en que yo tenía pensada pues no, gracias.

—No solo existe esa forma —suelta como si fuera lo más obvio del mundo, sé que lo es pero me molesta que use ese tono conmigo, es evidente que se está burlando de mí —, pude haber usado mi mano otra vez, o mi boca.

—¿Te atreverías a hacer lo segundo? —pregunto, intrigado.

Me la han chupado varias veces en mi vida pero imaginarme que sea Matt quien lo haga le da un plus a mi imagen mental. ¿Será tan bueno como dicen que es? Según internet no hay mejor felación que la que un hombre puede realizar a otro. ¿Quién mejor para complacer a un chico que otro chico?

La risa de Matt detiene mis pensamientos. Frunzo el ceño, ya bastante irritado. Una más y no dudaré en darle un buen golpe.

—Te lo imaginaste, ¿verdad? Estás rojo. —Otra vez ese tono de burla. Ya no lo resisto más y me acerco a darle una patada. Se queja levemente pero continúa de todas formas.

—Ciertamente no me importa —doy el tema por zanjado. Matt sigue sonriendo aunque esta vez de forma más sincera.

—Vamos, solo acepta que le estás tomando gusto a esto.

—No es tan fácil, de hecho me sorprende que tú lo hayas aceptado tan pronto.

Matt se encoge de hombros.

—Quizá tengo una mente más abierta.

—Yo nunca he sido prejuicioso, siempre me había dado igual si alguien follaba vaginas o anos. Pero esta vez es diferente, esto es diferente.

Espero que haya logrado entender mi punto. No es un tema que pueda tomar a la ligera, no se trata de terceras personas; soy yo, es él, somos los dos metidos en una cosa bastante extraña por la que nos estamos dejando llevar pero que, al menos yo, todavía no termino de entender.

—Al principio también dudé un poco, Mello —comienza. Se está sincerando, está nervioso, el que comience a rascarse la nariz lo delata —, pero ya a estas alturas sé que no me desagrada la idea de hacer este tipo de cosas contigo, al contrario, las disfruto bastante. A mí, más que detenerme el hecho de que seas hombre, lo hacía Linda.

—A mí sí me detiene lo primero —reconozco, también debo ser honesto.

Tengo claro que desde el primer momento siempre hubo una especie de tensión sexual entre los dos, tal vez no solo por la forma en que nos conocimos sino porque nuestros acercamientos siempre dieron pie a eso. No es como si desde el primer momento lo considerara atractivo y me naciera la necesidad de tener un contacto íntimo con él, pero ahora que ya lo he aceptado un poco es un tanto más fácil reconocer que incluso me parece guapo. Me gusta su cabello, el color de sus ojos, sus pecas, la forma en que me besa y el tic que tiene de rascarse la nariz cuando está nervioso. Me gusta mucho. Vaya… poder reconocerlo me quita un peso de encima.

—Sabes, estuve investigando un poco de eso. —Matt vuelve a tomar la palabra, dudoso. Me siento a su lado para poder escuchar con atención —, incluso vi porno gay y esas cosas.

Me alegra no ser el único. No es tan extraño hacer lo que hice por lo que veo.

—También hice algo parecido.

—¿En verdad?

—Sí, sí, pero ¿tú qué concluiste de eso?

—Bueno, según un test de Kinsey. —Ese hombre está en todo esto —, tengo una tendencia más… latente. Si bien necesito algo de por medio para tener roces sexuales, no me es difícil imaginarme con otro tipo. Y la peli gay porno, debo reconocerlo, me calentó.

—Me da gusto que el gay aquí seas tú y no yo.

Matt ríe, yo también lo hago. Supongo que él es un demisexual con tendencias bicuriosas mucho más marcadas, quizá hasta pueda llegar a ser bisexual, quién sabe, tal vez ni el mismo Matt tiene idea.

—En fin —suelta un suspiro, clava su mirada en mí luego de ello —. ¿Y cuál fue tu conclusión?

—Me gustan las mujeres —declaro —, no me imagino con un hombre pero… —Hago una pausa dramática para ponerlo un poco ansioso. Lo logro —. Pero puedes estar tranquilo, tu pene es el único que me gusta. Eres mi «excepción», algo así lo nombraban.

—Entonces me siento halagado.

Quedamos en silencio un rato. No es un silencio incómodo, es de esos silencios que incluso pueden considerarse necesarios. Matt es quien lo rompe.

—Eso lo leí también. Que todos tenemos una excepción sin importar nuestra sexualidad.

—Yo no haría esto con otro tipo que no fueras tú.

—¿Me serás fiel? Eso lo aprecio mucho —sonríe, lo hace de una forma en la que logra que yo también lo haga —. Se escuchó hasta romántico.

Le doy un manotazo a modo de juego. Volvemos a reír.

Observo a nuestro alrededor. Las libretas y los libros han quedado relegados, mi mente ha logrado despejarse, incluso mi apetito volvió. Quiero más chocolate.

.

.

.

El lunes llega más rápido de lo que hubiese querido, por suerte Matt cumplió su palabra y nos vamos a la escuela temprano; fue toda una odisea lograr que se levantara a tiempo. Cuando llegamos al colegio él apenas puede con su propia alma de lo somnoliento que está; yo, en cambio, aunque no dormí en toda la noche no puedo ni parpadear.

Ya dentro del salón sacamos los apuntes y repasamos. Leo todo en voz alta para que él también escuche aunque creo que más bien le entra por un oído y le sale por otro. No tiene caso. Todos comienzan a llegar en cuestión de minutos; algunos se ven nerviosos, otros no tanto; Near luce bastante relajado y Alex incluso está escuchando música. Matt se levanta de su lugar y se dirige a charlar con él, sé que hablarán de todo menos del examen. ¿Acaso yo soy el único que se encuentra así? Miro a mi alrededor y al menos me alivia ver a otros dos chicos bastante concentrados.

—Hey. —Alguien saluda de repente. Reconozco la voz de Beyond y me sorprende que me hable cuando ya ni nos dirigíamos el saludo —. Siempre me sorprendió esto de ti, sabes, todo este esfuerzo desmedido. Me agrada tu espíritu, poof.

Mas que considerarlo un insulto —porque ahora ya sé lo que esa palabra significa—, quedo descolocado. Es curiosa la habilidad de Beyond, su sangre fría, la calma con la que afronta todo y su cinismo. Aunque lo considero una persona vacía, también me gustaría aprender un poco de él.

—Quiero aprobar el examen.

—Lo aprobarías todos aunque no estudiaras, pero que lo hagas con el promedio más alto es otra historia.

—¿No tienes algo mejor qué hacer? —le reto. Es fácil exasperarme pero él sabe cómo hacerlo con mayor rapidez.

—Ya no, Mello, por eso he venido aquí a hablar contigo —ríe de algo que yo no logro comprender; me molesta no saber leerlo de ninguna manera —. Por cierto, ¿no qué te habías peleado con Sayu?

—¿A qué viene eso tan de repente?

—La marca en tu cuello —dice a la vez que señala el suyo —. ¿Ya se reconciliaron? Eso fue pronto, ¿o acaso ya tuviste suerte con otra persona?

—Métete en tus asuntos.

Regreso la vista a mi cuaderno, tratando por todos los medios posibles de ignorarlo. Beyond es perspicaz y siento que si hay una persona que podría enterarse de lo que ahora hay entre Matt y yo sería él. Mi falta de atención parece aburrirlo ya que pronto escucho cómo comienza a alejarse. Al menos desistió esta vez.

Aunque Beyond logró que dejara de pensar en el examen unos escasos segundos, debo volver a concentrarme. Ya habrá tiempo para pensar en tonterías.

Tenemos una clase normal y después de esa toca la de Yagami. Él es muy puntual y responsable, nunca pierde el tiempo en cosas sin sentido, por eso en cuanto llega comienza a repartir las hojas. Apenas tengo la mía comienzo a escribir mi nombre; no pierdo el tiempo en empezar a contestarla. En ese momento el mundo deja de existir para mí, tan solo puedo concentrarme en mis respuestas.

El primero en entregar su examen es Near. No sé cuánto tiempo haya pasado pero eso logra ponerme un poco ansioso. El segundo en entregar su examen es Beyond y de este sigue Alex. Intento que no me afecte pero no puedo. Sé que rapidez no es lo mismo que calidad, aun así no soporto esta presión. Por inercia miro a Matt de reojo, se ve más concentrado de lo que hubiera creído. Al parecer siente mi mirada ya que levanta el rostro hacia mí y me sonríe, sin embargo, como Yagami lo reprende y le amenaza con quitarle el examen, vuelve a clavar su vista en la hoja.

Cuando Yagami anuncia que quedan diez minutos, entrego la prueba. Salgo a los pasillos, observo como algunos comentan acerca del examen y otros se entretienen en otras cosas. Minutos después Matt también sale. Luce tranquilo, y pensar que yo todavía no puedo deshacerme de esta maldita ansiedad.

—¿Cómo te fue? —pregunto apenas está a un lado de mí.

—Como en todas las pruebas de Yagami. Estaba complicado pero sé que me irá bien —se encoge de hombros. Antes de poder decirle algo más, pone su mano en mi hombro —. A ti también te irá bien, ya verás. Todo tu esfuerzo va a servir.

Nos miramos a los ojos, y sé que no es el momento ni el lugar pero siento ganas de besarlo. Joder, ¿por qué tengo estos pensamientos ahora? Es culpa de la tensión.

.

.

.

La semana de exámenes finales es de las más pesadas que he tenido en toda mi vida,por suerte ya pasó. Aun así, aunque lo que va de esta semana lo siento más liviano, no consigo relajarme ya que todavía no dan los resultados.

Escucho como todos hablan acerca de la graduación, de las inscripciones, de su futura vida en la universidad, entre otras muchas otras cosas relacionadas al futuro. En cambio yo solo puedo concentrarme en el presente, ansiando el momento en el que el profesor Mikami entre por la puerta anunciando los resultados.

Los miércoles, a última hora, toca clase con la profesora Wedy. Ya no hay demasiado qué hacer así que la maestra se limita a solo hacer acto de presencia mientras todos estamos en nuestros asuntos. Matt me ha dado mi espacio ya que se encuentra metido en un juego de video; me gustaría lograr sacarme este pensamiento de la mente y también poder enfocarme en otra cosa.

Alguien toca la puerta y no espera a que le permitan la entrada. Es Mikami. Podría decirse que lo invoqué mas no creo en cosas de ese tipo. El profesor avanza hacia donde se encuentra Wedy. No hace falta que pida que guardemos silencio, todos lo hacemos por inercia.

Mikami comienza con las palabras usuales, va nombrando a todos de a uno por uno hasta que llega a los lugares que de verdad importan.

—El tercer lugar, con un promedio de noventa y seis, corresponde a Alexander Lynch. —Alex bajó de posición mas no parece importarle mucho, incluso lo veo sonreír, ¿cómo puede ponerse así después de ser el primero y haber bajado dos peldaños? —; con un promedio de noventa y ocho, el segundo lugar lo obtiene Mihael Keehl.

Espera… ¿qué? ¿El segundo lugar otra vez? ¿Pero cómo? Yo me esforcé, puse demasiado empeño, ¿en qué examen pude haber salido mal? ¡Todo lo contesté de maravilla! ¡Incluso el examen del maldito de Yagami!

Entonces el primer lugar es… No, no, no, no, ¡no! ¡No puede ser!

—Y con un promedio máximo de cien, el primer lugar es Nate River.

Otra vez el segundo lugar, de nuevo perdí delante de él y con una diferencia de dos puntos de mierda. Cuando Alex y Near pelearon por el primer lugar la diferencia era de un punto, ¡y entre Near y yo hay dos!

Near no se inmuta, no celebra, no dice nada; para él es algo tan insignificante y eso me causa mayor conflicto. En momentos así como desearía que se pudiera matar con la mirada. Estoy tan enfocado en esto, ni me doy cuenta del momento en que Mikami se va e ignoro la voz de Matt. En mi campo de visión no hay nada más allá de la espalda de Near. Por eso me sorprende un poco cuando lo veo girarse y clavar la mirada en mí; frunzo el ceño y lo hago aún más cuando distingo una especie de sonrisa —o lo más parecido— en su rostro. ¡Ese bastardo se está burlando de mí!

Tengo tantas ganas de golpearle la otra mejilla.

—Mello, tranquilo, todo está bien.

Matt me susurra en tono calmo, yo solo puedo pensar en que simplemente hay cosas que no cambian, no importa cuánto esfuerzo ponga.

La clase termina poco después. Todos comienzan a salir, en cambio yo ni siquiera soy capaz de moverme de mi asiento. Matt se para a mi lado y toma mi mochila, se sienta en la banca que está frente a la mía y acerca su rostro a mí, manteniendo una distancia prudente.

—Felicidades. Subiste de promedio.

—¿Te estás burlando de mí? —sé que él no tiene la culpa de nada pero necesito sacar el coraje que tengo.

—Te fue mejor que otras veces —sigue manteniendo ese tono conciliador que me causa nauseas —. Estoy sorprendido.

—¡Métete tu consuelo por el culo y déjame en paz!

—Y tú escúchame a mí —declara, firme como pocas veces —. Estoy harto de esta actitud, ¡has estado así por días! Date cuenta que ser el primer o el vigésimo lugar realmente no importa, las calificaciones y los rankings no son prueba de nada, la preparatoria no decide nada. Aunque Near sea el primero tú serás mejor que él, ¡eres mejor que él, maldita sea!

No se me ocurre qué contestar, solo suelto un suspiro. Me he enfrascado demasiado en esto de las calificaciones y superar a Near, ya ni siquiera era por vengar a Matt sino por mi ego. Que hieran mi orgullo siempre ha podido conmigo; Near lo ha hecho varias veces en un campo en el que yo era el rey en mi antigua escuela en Boston, y ahora ese inglés desabrido me superó y eso es algo que no puedo dejar de lado de forma tan fácil. Mas creo que ya debo intentarlo, debo «madurar» diría Halle e incluso siento que mi mamá lo haría.

Pero es bastante difícil.

Veo a Matt, él me sonríe y de alguna manera puedo sentirme un poco mejor. Por más estúpidas y cursis que hayan sido sus palabras, creo en ellas. Vaya, ha surtido efecto en mí otra palabrería sentimental. Parece que me estoy… no quiero ni decirlo.

—Estás ganando demasiados puntos, sabes. —Matt suelta una risa, también ya se ve relajado.

—Solo no me gusta que pienses estupideces. Me preocupo por ti, sabes, todos estos putos días lo he estado.

Él toma mi mejilla con la palma de su mano y se acerca a mí. Estoy reacio al principio pero termino correspondiendo el beso. Es lo que necesito, no tengo energías para mentirme como tantas veces.

Es un beso lento, suave, de esos que no estoy acostumbrado a dar pero que logra tranquilizarme. Intento no perder el control y besarlo de manera apasionada, tampoco estamos en el lugar adecuado. Antes de que el mismo Matt dé un giro a la situación, me separo de él para poder levantarme de mi pupitre; él también se para y me da mi mochila.

Aunque supongo que nadie puede resistirse a los instintos. De un momento a otro me encuentro sentado en la paleta de la butaca, con Matt entre mis piernas y comiéndonos la boca sin importarnos nada ni nadie. ¿Dónde quedó la prudencia y la discreción? En el fondo del abismo tal y como mi orgullo.

De todas maneras ¿qué importa? Solo quiero dejar de pensar.

.

.

.

Notas finales:

¡Hola!

Me está yendo bastante bien, me ha tocado un mejor horario en el trabajo y creo que podré avanzar más a la historia. Actualicé más pronto de lo que hubiese imaginado, creo que realmente estoy inspirada jajaja, espero el siguiente poder publicarlo pronto también.

Muchas gracias por leer :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).