[11] Día Siete-Parte Dos
Sus manos se movían nerviosas y sus dedos jugaban entre ellos. La mirada roja y profunda del otro estaba sobre él.
-¿No tienes frío, Furihata-kun?-preguntó Akashi intentando romper el silencio. Le molestaba la atmosfera incomoda.
-K-Kouki…-fue lo único que respondió el castaño. El de cabellos rojos levanto una ceja sin entender-E-El me llama Kouki, y ya me acostumbre a eso…
-Bien, Kouki entonces, ¿No tienes frío?-el más bajo negó con la cabeza. Akashi se sentó en la banca del parque y el castaño hizo lo mismo.-¿Qué quieres que te diga, Kouki?
-Todo-murmuró-Quiero entenderlo todo.
-Todo, ¿No?-el de ojos rojos tiró la cabeza hacia atrás y pareció pensarlo un minuto. Volvió a su posición anterior y miro al chico junto a el-Como quizá sabes, somos dos aquí. Y, bueno, esto es difícil de explicar.-se pasó las manos por la cara-Somos diferentes, Furihata-kun. No nos parecemos, en practicamente nada. El es, simplemente más violento y exigente que yo. Yo también quiero la perfección, pero soy un poco más tranquilo que el. No sé si quiera si lo entiendas, Furihata-kun.
Los ojos castaños de Furihata se empañaron de repente. Quería llorar, claro que quería. El chico con el que pasó la ultima semana había desaparecido de repente, y en cambio estaba este extraño intentando explicarle las diferencias entre ambos.
-No lo entiendo-dijo al cabo de unos minutos-Claro que no lo entiendo, ¿Cómo quieres que lo entienda? Un día un pelirrojo con un ojo dorado se me acerca diciéndome que le gusto, que va a intentar enamorarme. Y pasan los días así, haciendo cosas que me avergüenzan y que me molestan, que hacen que tenga ganas de llorar por las tonterías que hace. Y de la nada, aparece el chico ese, pero con ambos ojos rojos y una personalidad tan distinta, que me hace sentir perdido. Es más que obvio que no lo entienda.
Los ojos rojos de Akashi se posaron en el castaño por primera vez desde que se sentaron en la banca. Le miraba como intentando trasmitirle algo. Un “todo estará bien” quizá, o un “Te entiendo”. Pero ambos sabían que el no lo entendía.
-No me mire así, por favor-dijo el castaño-No me mire como si intentará darme compasión.
-Furihata-kun, yo no quiero darte compasión
-Pero me mira como si quisiera-sus manos frotaron sus ojos, intentando quitarse rastro de lagrima
-Mira, Furihata-kun, yo te dije que nos reuniéramos acá porque en verdad quería aclararte todo, y…-hizo una pausa-Y quiero agradecerte.
-¿Agradecerme?-una de las cejas de Kouki se alzó-¿De que habla?
Los labios del Akashi se curvaron en una sincera y dulce sonrisa.
-No sé si quiera si te has dado cuenta, pero gracias a ti, el ha encontrado un lado más humano. Ahora deja las tijeras en casa cuando viene a Tokio-sonrió otra vez-Sonríe y ha dejado de auto-exigirse tanto. Ha dejado de hacer los entrenamientos tan duros. Ya no me preocupo cuando el esta al mando. Ahora, gracias a ti, es un adolescente como otro. Es un chico, con sentimientos y pensamientos.
-Yo no he hecho nada…-respondió Kouki. Akashi pensó que se trataba de la modestia o de la vergüenza extrema que sentía el chico.-El lo ha hecho. El se ha vuelto así porque ha querido. No tiene nada que ver conmigo.
El pelirrojo sonrió, complacido con la respuesta del otro. Se levantó y miró por ultima vez al chico.
-Fue un gusto conocerte-el castaño sonrió.
-Igualmente