[13] Día Nueve
-¿¡Como que te conseguiste novia!?
Kouki miro hacia su madre y se le cayó la mandíbula. Toda la sopa que estaba en su boca se volvió a poner en su plato.
-Cierra la boca, que te van a entrar moscas-comento su padre tomando de su sopa. Su hermano río
-¿N-novia?-preguntó, ignorando los anteriores comentarios.
-¡Mira! Sabía que algo raro se traían tu y Hikan, pero de eso a consejos amorosos para tu novia ¡Ni me lo imaginaba!-chillo la mujer-¡Pensar que algún día de verdad te conseguirías novia! ¡Si tendremos nietos de Kou!
-¡Mamá!-reclamó
-¡Seré abuela!-grito emocionada
-¡Mamá! ¡Tengo 16 años! ¡Me dijiste que embarazaba a una chica y me castrabas!-su madre le miro, dejando su anterior estado de felicidad extrema
-Oh, cierto-murmuro, para luego volver a sentarse-En fin, ¿Cómo se llama ella?-el chico trago duro
-N-no, bueno, e-esto-tartamudeo-N-no t-tengo n-novia, mamá-
-No, en realidad es un chic-Hikan intento hablar, pero un dolorcito en su estomago se lo impidió, provocando que su sopa llegara a parte de su plato, a la mesa y a sus piernas.
-¡Hikan! ¿Qué es eso? ¡Que asco!-se quejo su madre.
-Ugh, f-fue K-Ko-y nuevamente el dolorcito lo aquejo
…………
-¡Si serás tonto!-se quejó el menor.
-¡Tu eres el tonto! Mamá me regaño y me obligo a limpiar toda la cocina por tu culpa ¡Y ya tengo 20 años!*-chillo
-¿¡Como se te ocurre querer decirle a mamá que salgo con un chico!?-exclamó molesto. Se tiró sobre la cama suspirando y Hikan solo dio vueltas sentado en la silla con ruedas del escritorio, como un niño.
-Pero si es la verdad-dijo-A menos que tomemos al enano ese y le pongamos peluca y lo vistamos de chica-detuvo la silla y miró al techo con cara de tonto por unos segundos, luego río, igual, como tonto-Se vería muy chistoso así, ¿No crees Kou?
El castaño frunció el ceño, intentando ocultar su imagen mental del pelirrojo con falda y una peluca. Quiso reír, pero luego recordó que aprecia su vida y negó con la cabeza, intentando alejar el pensamiento.
-No seas tonto-suspiro tomando su cabeza.-Si haces eso te va a matar-dijo imitando unas tijeras con su mano
-No puede-aseguró-soy su cuñado. Tu llorarías por mi muerte y el se sentiría culpable, porque es un “Kou-obseso”, así que no puede
-Eso lo arreglamos fácil-el menor junto sus manos-Digo que ya me tienes harto y listo, Colorín colorado, este cuento ha acabado.-Su teléfono vibro y lo reviso. Un mensaje de Akashi diciendo que ya llegó.-Bueno, Akashi-san esta abajo. Yo me voy.
-¡Espera! ¡Kou!-su hermano le detuvo y agarró, provocando que el otro le mirara sin entender-T-tu, n-no le d-dirías al en-enano eso, ¿Cierto?-Kouki se encogió de hombros
-Quién sabe-respondió, soltándose finalmente de su agarre para tomar su billetera y finalmente bajar corriendo las escaleras-¡Voy a salir!-gritó al llegar a la primera planta. Su madre salió de la cocina cruzándose de brazos
-¿Estas avisando o pidiendo permiso?-preguntó alzando una ceja. Kouki sonrió
-Estoy pidiendo que al llegar me den más dinero, porque seguro no me queda después-respondió.
-¡No seas así! Si quieres dinero, pidele a tu padre
-¡No soy banco con patas!-gritó el aludido desde el segundo piso al oír la conversación.
-¡Ya me voy!-gritó el castaño menor cambiando sus zapatos en el genkan
-¡Trae a tu novia, mejor!-exigió su madre
-¡Nope!-fue lo ultimo que dijo antes de cerrar la puerta. Desde fuera pudo escuchar algunas quejas de su madre y los gritos de su padre, reclamando que no escuchaba la tele.
Vio al frente y encontró al chico pelirrojo que le quitaba el sueño apoyado en la reja de su casa.
-Hola, Akashi-san-saludó acercándose. El aludido volteo el cuerpo encontrándose con el de cabellos castaños sonriéndole, gesto que imito a su manera.
-Buenas tardes Kouki-habló. Furihata abrió la reja y salió encontrándose frente a frente con el de ojos dispares. Ensancho su sonrisa.
-Me gusta como se ve su cabello hoy-dijo.
-¿Me estas coqueteando, Kouki?-pregunto casi divertido. Kouki se sonrojo un poco y se encogió de hombros
-Es probable