[3] Día Tres-Parte Una
-Llegas tarde
Furihata se irguió y miró al pelirrojo aún con la respiración descontrolada. Su rostro sudaba y estaba ligeramente rojo por el calor que le provocaba el correr.
-¡Y-ya se!-habló intentando recuperar la voz-E-es que...tuve que ayudar a mi madre con algo.
-Aún así, ¿Sabes lo horrible que es esperar ocho minutos con este frío, Kouki?-el castaño levantó una ceja.
<<¡Yo vine corriendo desde mi casa con este frío! ¡Y estoy seguro que fueron más de ocho minutos!>> pensó tentado a gritarle, pero claro, le daba mucho miedo decirlo.
-L-lo siento...-murmuró con la cabeza gacha. Con el pasar de las horas junto a Akashi, ya no temblaba cuando le regañaba. Solo tartamudeaba.
-Más vale que sea la ultima vez que me haces esperar tanto tiempo, Kouki-el aludido levantó la cabeza por inercia y se puso a tiritar cuando vió la mirada que le dedicaba el pelirrojo. Bien, quizá aún temblaba en algunas ocasiones.
-S-si A-Akashi-san. L-lo s-siento A-Akashi-san-murmuró como robot del susto. Akashi sonrió maliciosamente.
-Muy bien, así se dice Kouki-Mientras el castaño aún temblaba, el pelirrojo le pasó una mano por el cabello con un poco de brusquedad, intentando ser lo más cariñoso posible.-Vamos. Hoy quiero hacer algo especial.
-¿Especial?-preguntó el castaño mirando casi con fascinación al otro, mientras sus dedos se entrelazaban
-Si. Algo lindo-el pelirrojo sonrió casi con dulzura, una sonrisa ligera y casi no notable-Solo para ti
El corazón de Furihata empezó a latir a mil quinientos por hora. Sus mejillas se sintieron más calientes de lo normal y algo revoloteó por su estomago.
<<¿Qué?>> se preguntó parpadeando incredulo.
-¿Kouki?-el pelirrojo le miró algo preocupado
-¡S-Si!
-¿Estás bien?-el otro le asintió-Bien, vamos al lugar-El pelirrojo emepzó a caminar tomado de la mano del otro, tirandolé un poco para que se acercará.
Ambos caminaron en silencio hasta el lugar, tomados de la mano. Akashi se sentía completo, Kouki le había dejado tomar su mano y apenas eran tres días los que llevaba esto. Si todo seguía así, en una semana más, podría estar besando al castaño, y al final de todo este juego, sería su pareja oficial.
Mientras eso pasaba por la mente del pelirrojo, Kouki estaba asustado. Su corazón latió tan rapido como cuando juega un partido de basketball. Sintió calor en sus mejillas, y no creyó que el frío provocara eso. Suspiro, escondiendo su boca y su nariz en la bufanda que llevaba.
-Llegamos-aunció el de la mirada dispar interrumpiendo los pensamientos del otro. Kouki levanto la vista y miró el lugar sintiendosé sorprendido.-¿Kouki?
-¿Que es esto?-preguntó nervioso el castaño
-Pues, quería mostrarte este lugar. Hoy habrá una reunión con algunos de los empresarios más famosos, y yo siendo el heredero de las compañías de mi padre, debo venir. Quería que vinieras conmigo.
Furihata -nuevamente- parpadeó un par de veces mirando el lugar, incredulo. Akashi al confesarse, le había dicho que lo tenía vigilado, y le ha compartido bastante de el ¡Si hasta el pelirrojo tomó nota de lo que le gustaba! Entonces, ¿Por le que traía a un sitio como este, sabiendo que no le gustaría?
-Kouki-el castaño miró a los ojos al pelirrojo. Tragó duro, pues aún le asustaba la frialdad y seguridad que expresaban sus ojos-Yo, de verdad quiero que estes aquí. Me gustaría. Mucho-confesó el pelirrojo, aún con un rostro serio y sereno, pero sus ojos dejaron de ser hielos afilados, y ahora le miraba dulcemente. El corazón de Furihata otra vez dió un vuelco.
-B-bien-tartamudeó inseguro, sonriendolé nervioso-E-esta b-bien s-si u-usted qu-quiere, A-Akashi-san.
El pelirrojo sonrió con sutileza y jaló del castaño hasta llevarlo dentro de la gran mansión que estaba frente a sus ojos. Furihata, como por cuata vez en el día, tragó duro, no sabría como sobrevivir hoy.