[4] Día Tres-Parte Dos
Furihata aún no se creía estar frente a ese lugar.
El lugar en el que se encontraban parado era frente a una de esas casonas increíblemente gigantes que suelen mostrar en las peliculas malas sobre gente millonaria. Grande, con un patio inmenso y bellas flores. Había un pequeño camino hacia la puerta principal y hacia otras partes del terreno, que, el castaño supuso, eran seguramente el jardín y quizá que otra cosa más. Los árboles que rodeaban la casa eran seguramente dos o tres veces más altos que Murasakibara.
El castaño lo unico que pudo hacer era tragar duro y repertirse mentalmente, ¿Que carajos hacía una mansión como esa en la mitad de una calle de Tokio?
-¿Kouki?
El castaño salió de sus pensamientos al oír la voz del pelirrojo. Le miró, titubeando.
-A-Akashi-san...-dijo casi rogando. Akashi le miró con sus afilados ojos
-Kouki, te he traído aquí por que creí que era el mejor lugar para que comenzarás entendiendomé y conociendomé-el heterocromatico hizo una pausa-Y hemos hecho un trato de 15 días, en el cual saldríamos y haríamos cosas juntos. Ahora yo quiero venir aquí contigo, y sería descortés de tu parte negarte cuando este trato se te ha ocurrido aquí. No te quejes, este es tu juego, después de todo.
El castaño tragó duro mirando los ojos dispares del otro. Empezó a temblar un poco -y no por el frío, exactamente- y bajó la mirada, soltando aire.
-B-Bien...-murmura, con temor-E-entraré...p-pero-levantó el rostro y le miró, con aquella decisión y confianza que tuvo cuando le ofreció el trato-S-solo lo haré porque t-tu estarás ahí.
-Me parece perfecto-dijo Akashi sonriendo con sutileza.
Akashi tomó la mano de Kouki y se dirigió a la entrada del lugar. Caminaron por el pequeño camino, rodeado de piedras y flores, que los dirigía a la entrada. Al llegar a esta, el señor que se encontraba en la entrada se movió a un lado dejando pasar a Akashi y mirando con superioridad a Kouki.
-Este lugar me da escalofríos...-susurro para si mismos el castaño
-Ya te dije que no te quejes, Kouki-dijo Akashi como respondiendo el comentario (que no iba para el) del otro.
<<Retiro lo dicho. Akashi-san me da escalofríos>
-B-bien..¿Q-que haremos a-aquí?-preguntó el castaño escondiendo parte de su rostro en su bufanda. Aún tenía mucho frío.
-Ya te lo he dicho. Hoy hay una reunión de los empresarios de la compañía de mi padre, y yo no tenía permitido faltar. Por lo que te he traído aquí, y será la ocasión perfecta para que conozcas mi mundo.
El castaño le miró un poco sorprendido antes de devolver la mirada al piso. Caminó en silencio pensando, y pensando.
<<Su mundo...>> pensó inevitablemente
El mundo del pelirrojo parecía tan lejano y distante de el, que no podía evitar sentirse mal. Era como si Akashi estuviera muy, pero muy cerca, pero a la vez tan distante. Como si fuera algo a su mano pero imposible de alcanzar
<<Después de todo, este es su mundo>> pensó con tristeza <<Y yo no pertenezco a el>>