[5] Día Tres-Parte Tres
Akashi se percató que algo iba mal con el castaño cuando este soltó su mano de improvisto y tomó una buena distancia de el.
-¿Kouki?-le preguntó, preocupado-¿Que ocurre? ¿Alguien te ha hecho algo?
Furihata sabía que si Akashi preguntaba eso, era porqué estaba a punto de sacar las tijeras y enterrarselas a alguien en el pecho.
Negó con la cabeza
-No es nada, Akashi-san-murmuró bajito mirando al piso. Guardo su mano en el bolsillo de su abrigo y es escondió aún más en su bufanda
El pelirrojo le miró preocupado -sin demostrar mucho. Sigueron caminando en el incomodo y aterrador silencio.
-Kouki
-¿Que pasa ahora?-le pregunta mirandolé, con un tono tan monotono que no parecía propio del castaño.
Eso alarmó más al pelirrojo
-No me llames más por mi apellido-Akashi le tomó de la mano-Llamamé por mi nombre. Seijuurou
El castaño levantó la vista, separandosé de la bufanda, y viendo fijamente aquello ojos dispares que siempre le otorgaban una mirada dulce.
Por un momento todos los colores se le subieron al rostro; abriendo y cerrando la boca en varias ocasiones sin saber ni que decir. Al final, apretó con fuerza la mano de su acompañante.
-¿S-S-Sei-Seijuurou...-san?-preguntó inseguro. El pelirrojo sonrió
-Si, pero sería mejor si le quitaras el "-san", y dejarás el "usted" de lado
-¡Eso es imposible! ¡Imposible para mi!
-¿Por qué?-Akashi le volvió a mirar y el castaño enseguida se sintió avergonzado. Tembló un poco.
-P-porque...Ak-se cortó a si mismo-Seijuurou-san es Seijuurou-san. Es una persona muy importante, y sería como faltarle el respeto-respondió más avergonzado que antes. Volvió a bajar la vista apretando con más fuerza aún la mano del otro.
Akashi solo le dedicó una mirada antes de soltar su mano y abrazarlo por los hombros.
-Tu me puedes faltar el respeto todas las veces que quieras-dijo-Mientras seas tú, no me importa nada más
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Furihata comenzaba a pensar que los ricos eran aburridos.
Cuando Akashi dijo reunión, el se esperaba una verdadera reunión, esas de ejecutivos que suelen mostrar en las telenovelas latinas. Pero, en realidad, la famosa reunión, era más como una fiesta. Con comida muy cara y nombres que ninguno de sus conocidos podría pronunciar, sin musica, ni bailes, o siquiera diversión. En resumen, era ver un montón de viejos y adultos llenos de dinero hablando y presumiendo sobre sus jets privados mientras se atragantaban con tragos de algún país demasiado lejano.
Y el, en cambio, como no podía presumir sobre una mansión más grande que Europa, se quedó a un lado, incomodó. Y para peor, llevaba un traje que no era suyo, que lo hacía sentir incomodo. Y lo peor aún, estaba solo. Akashi estaba hablando no-se-que-cosa con no-se-quien.
Suspiró. Lo unico que hoy quería hacer con Akashi, era pasear por Tokio y comprar algunas cosas durante el camino.
-Kouki-Una sedosa y firme voz que el reconocería dondé fuera, le llamó, sacandolé de sus pensamientos.
-Ak...Seijuurou-san-le miró un poco sorprendido
-Kouki, ven conmigo. Mi padre ha llegado y quería presentartelo
Y eso fue suficiente para sentir que el alma le abandonaba el cuerpo. Juraría que vió toda su vida pasar por delante de sus ojos y que estaba moribundo en este mismo minuto.
<<Espero mis padres puedan conseguir un buen cajón. Y una lapida bonita>>